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03/11/2024

Características de la literatura moderna del Reino de Navarra


El siglo XV fue un periodo de transición entre la Edad Media y el Renacimiento, dominado ya por las corrientes humanistas de origen italiano. En Navarra, tras el reinado de Carlos III (1397-1425), etapa de paz y prosperidad, llegó una época conflictiva: divisiones del reino que derivaron en cruentas guerras de bandería, en el contexto de las luchas entre Carlos, Príncipe de Viana, y su padre Juan II de Aragón, quien usurpó el trono que correspondía a su hijo por derecho legítimo. A este conflicto se sumaron las luchas nobiliarias, motivadas por intereses económicos, entre los beamonteses y agramonteses.

Esta situación de crisis y división interna hizo de Navarra un reino apetecible por sus vecinos. Podía ser absorbido por Francia, territorio con el que estaban vinculas las últimas dinastías reinantes, o bien por Castilla o por Aragón, reinos con los que había mantenido a lo largo de la historia importantes relaciones. Este proceso culminó con la conquista por parte del Reini de Castilla en 1512 y la anexión a dicha Corona en 1515. Los sucesivos intentos de recuperación del viejo reino por parte de los reyes privativos de Navarra, los Albret o Labrit, resultarían infructuosos.

Todos estos hechos históricos determinaron unas consideraciones culturales. A partir de este momento, el idioma castellano se fue convirtiendo en el vehículo privilegiado para la expresión literaria. El romance navarro había conocido un profundo proceso de castellanización, hasta el punto de terminar identificándose ambos idiomas, y ya no se puede hablar de un romance navarro con rasgos diferenciales. La pujanza del castellano se extendió a todo el ámbito peninsular y, desde 1492, al americano.

LITERATURA MODERNA DEL REINO DE NAVARRA

Durante el siglo XV, el vascuence o eusquera siguió siendo el idioma mayoritariamente hablando por el pueblo navarro en algunos territorios, y lo seguiría siendo hasta entrado el siglo XIX, pero se trataba de un idioma con escasa consideración social y todavía no había llegado a convertirse en vehículo de cultura escrita.

También en este siglo, han desaparecido aquellas minorías lingüísticas de la Edad Media, poblaciones que empleaban el occitano, el árabe o el hebreo. Por lo tanto, apenas hay ya aportaciones de estas lenguas a la literatura.

Un hecho clave para la difusión de la cultura que se produjo en el siglo XV fue la invención de la imprenta, que permitió la difusión de cientos de ejemplares de las obras que antes sólo podían circular en número muy reducido a través de copias manuscritas. La imprenta permitió el conocimiento de los textos de los grandes clásicos griegos y latinos, que desde entonces se difundieron gracias a las investigaciones de los humanistas del Renacimiento. Existían libros impresos en Navarra desde fechas muy tempranas, por imprentas que funcionaban en Pamplona, Estella, Irache y Tudela.

OBRAS DE LA LITERATURA MODERNA NAVARRA

Los siglos XVI y XVII corresponden al momento histórico en que la Monarquía hispánica alcanzó su máximo esplendor. Carlos V y Felipe II ejercieron su hegemonía sobre medio mundo: Europa, norte de África, América, Filipinas... Fue el momento, como dice el tópico, en el que en los territorios del Imperio español no se pone el sol. Sin embargo, con los reinados de los Austrias menores llegaría la decadencia. En lo cultural, estas dos centurias constituyeron los dos Siglos de Oro de las artes y las letras españolas, y se sucedieron dos grandes movimientos artísticos: el Renacimiento y el Barroco; cuyas características generales resultan bien conocidas.

La literatura navarra alcanzó una extensa nómina de autores, algunos con una considerable producción literaria y de gran calidad. Hubo un predominio de corrientes con contenido religioso (ascética y mística) y didáctica, que de igual manera ocurrió en la literatura que se producía en las Provincias vascas. Pero por lo general, los autores navarros cultivan todos los géneros de la época, por lo menos en narrativa y lírica. Apenas existieron dramaturgos, aunque hay constancia de una intensa vida teatral en ciudades como Pamplona y Tudela.

Entre las principales abras literarias y sus autores, son destables los siguientes: los Annales del Reyno de Navarra, de Francisco de Alesón; el Tratado sobre la virtud de la justicia, de Bartolomé de Carranza y Miranda; los Comentarios resolutorios, de Martín de Azpilcueta Jaureguizar; las Resoluciones morales y doctrinales, de Pedro Aingo de Ezpeleta; y el Examen de ingenio para las ciencias, de Juan Huarte de San Juan. También son destacables las obras de Cipriano Barace Mainz y de Juan de Palafox y Mendoza.

OBRAS DE LA LITERATURA MODERNA NAVARRA

13/10/2023

Literatura historiográfica moderna por vascos y navarros


Esteban de Garibay y Zamalloa, natural de Mondragón, donde nació en 1533, comenzó su obra historiográfica con la redacción de Los Quarenta Libros del Compendio Historial (1556-1566), que serían publicados más tarde (por Plantino, en Amberes, 1570-1572). Antes había viajado hasta Sevilla y fijado su residencia entre Toledo y Madrid, entrevistándose con Felipe II (1575). Simultáneamente comienza Origen, discursos e ilustraciones de las dignidades seglares de estos reynos que publica parcialmente en 1596.

Gracias a la influencia de la familia de consejeros reales de origen guipuzcoano los Idiáquez, fue nombrado cronista del rey Felipe II en 1592. Publicó Letreros e insignias reales de todos los serenísimos Reyes de Oviedo, León y Castilla, en 1593, e Ilustraciones Genealógicas de los Catholicos Reyes de las Españas, en 1594, que es sólo una parte de sus investigaciones genealógicas Grandezas de España.

La mayoría de sus trabajos los realizó en castellano, pero en muchas ocasiones utilizó el euskera en sus obras, siendo muy conocidos, por ejemplo, los refranes que recopiló. Al igual que hizo Lope García de Salazar acerca de las guerras de banderizos, recogió abundantes canciones y cantos fúnebres (eresiak) como Milia Lasturkoren eresia, dedicadas a estos episodios históricos.

COMPENDIO HISTORIAL, POR ESTEBAN DE GARIBAY

El jesuita pamplonés José Moret, filósofo y teólogo, se convierte en el primer cronista del Reino de Navarra por acuerdo de las Cortes navarras en 1654, año en el que se encontraba como lector de Teología en Segovia. Sus obras más importantes son Investigaciones históricas de las antigüedades del reino de Navarra, que publicó en 1665, y los Annales del reino de Navarra, publicados en 1674 y 1691 que incluyen las apreciaciones de la batalla contra los musulmanes en el pueblo navarro de Valdejunquera. Más tarde, en 1709, el también jesuita Francisco de Alesón se encargó de elaborar un tercer volumen de estos Annales de reino.

ANNALES DEL REYNO DE NAVARRA, POR JOSÉ DE MORET

El sacerdote navarro Juan de Palafox y Mendoza fue estudioso de problemas sociales y asuntos sobre los indios de Nueva España y obras de carácter polémico. Nombrado en 1642 virrey de Nueva España, escribió De la naturaleza y virtudes del indio en 1650. Donó su gran biblioteca Palafoxiana al Seminario Archidiocesano de Puebla.

Francisco Navarro Villoslada, natural de Viana, fue el creador del periódico Pensamiento Español, para la difusión de su ideología, de corte tradicional y católica. A través de este órgano atacó a los demócratas y krausistas. Fue, además, director del Semanario pintoresco español y El arpa del creyente. Apoyó la causa de Carlos María de Isidro durante las Guerras Carlistas, al tiempo que no dudó en alabar a Espartero. De su obra literaria son destacables Doña Blanca de Navarra, crónica del siglo XV, Doña Urraca de Castilla, memoria de tres canónigos y Amaya o los vascos en el siglo VIII.

DOÑA BLANCA DE NAVARRA Y DOÑA URRACA DE CASTILLA,
POR FRANCISCO NAVARRO VILLOSLADA

10/04/2023

Literatura didáctica moderna por vascos y navarros


Existe una larga serie de autores, tanto vascos como navarros, de los siglos XVI y XVII, cuyas obras tienen un carácter más didáctico que artístico.

En el campo de las ciencias y humanidades destacaron los navarros Juan Huarte de San Juan, Jerónimo Ayanz de Beaumont, Martín de Azpilicueta, Bartolomé de Carranza, Alonso López de Corella, Francisco de Tornamira, Antonio de Eguaras o Pedro de Navarra, y los vascos Francisco de Vitoria, Diego de Álava y Beaumont, Pedro de Villarreal Gamboa y Berriz, y Juan de Alcega.

Y en un plano secundario: Tomás Fermín Arteta, Juan de Escóiquiz, Manuel Silvestre de Arlegui, José Gil de Jaz, Pedro Javier Cáseda, Joaquín Elizondo, Francisco de Latrorre y Ocón o José Goya y Muniain.

Los navarros Martín de Azpilcueta y Bartolomé de Carranza y el alavés Francisco de Vitoria fueron humanistas y máximos representantes de la Escuela de Salamanca, que elaboraron obras relacionadas con la teología, con la moral económica, y con el Derecho natural de las gentes del Nuevo Mundo.

El médico y filósofo Juan Huarte de San Juan nació en 1529 en San Juan Pie de Puerto, ciudad de dominio francés cercana a Roncesvalles, pero que perteneció al dominio del emperador Carlos I, rey de Navarra. Es autor de Examen de ingenios para las ciencias, sobre las diferencias que existen en los hombres. Esta obra alcanzó amplia difusión en Europa ya que fue traducida a varios idiomas y ocupa un lugar destacado entre las obras precursoras de la ciencia moderna por la actitud científica y la búsqueda de un método para el examen descriptivo de los fenómenos psíquicos.

JUAN HUARTE DE SAN JUAN

Alonso López de Corella fue uno de los médicos más destacados del siglo XVI. Apasionado defensor de la medicina árabe, a mediados de siglo escribió varias obras relacionadas con esta ciencia: De vini comoditatibus, Segredos de filosofía, astrología, medicina y de las cuatro matemáticas o Enchiridion medicinae in cuo praecipua theorica et practica juxta classicorum dogmata dilucidantur.

Con motivo de la reformación del Calendario hecha por Gregorio XIII, Francisco Vicente de Tornamira escribió en 1585, en Pamplona, una Choronographia y repertorio de los tiempos a lo moderno. En ese libro, el escritor navarro abordaba los motivos y causas para reformar el calendario anual y la corrección de muchos pasos de astrología que por dicha reforma quedaban atrasados.

DIEGO DE ÁLAVA Y BEAUMONT

Diego de Álava y Beaumont, nacido en Vitoria en 1557, fue gentilhombre de Cámara de Felipe II y autor del libro Perfecto Capitán, obra con la cual se ha granjeado un nombre muy distinguido entre los militares científicos. Fue uno de los primeros que redujeron a principios científicos el arte de la artillería, que con razón podía llamarla nueva ciencia, puesto que ningún español hasta entonces la había elevado a tal grado.

El Perfecto Capitán está dividido en seis libros: en los dos primeros trata las virtudes que debe reunir un general, el modo de conducir un sitio, hacer una defensa, dar una batalla, emprender una retirada y otros puntos esenciales a la táctica, ilustrándolos con ejemplos de la historia griega y romana con las observaciones de los maestros del arte militar Xenofonte y Cesar, y con los preceptos de Vegecio. Todo en una dicción clara y pura, y con un estilo siempre noble y natural, a veces elegante y animado, que convierte este libro en digno precursor de lo que después escribieron Folard, Santa Cruz y demás modernos autores militares.

Pero la parte más esmerada y sobresaliente de la obra son los cuatro libros destinados a la artillería. En ellos se trata de las fundiciones de las piezas, de las municiones necesarias para su servicio, del planisferio y demás instrumentos matemáticos para dar alcance y seguridad en los tiros. Se exponen, examinan y corrigen las doctrinas que sobre estos mismos objetos habían dado otros escritores anteriores, con especialidad las del célebre matemático Nicolás Tartaglia; todo con una gran claridad, exactitud y rigor de conocimientos físico-matemáticos, que concurren a formar este ramo del arte militar.

MARTÍN DE AZPILCUETA

El navarro Martín de Azpilcueta fue teólogo, jurisconsulto y economista, conocido como Doctor navarrus, es célebre en Europa por su importante labor tanto en la docencia como en las letras y derecho canónico. Su amplia labor ensayística se extiende por diferentes campos del saber. Perteneció a la llamada Escuela económica de Salamanca junto con otros jesuitas, dominicos y franciscanos, muy anteriores a los fundadores de la Economía Clásica, ocupándose de los efectos de la llegada de metales preciosos de América, siendo precursor de la Teoría cuantitativa del dinero. Hizo notar la diferencia existente entre la capacidad adquisitiva del dinero en los distintos países según la abundancia o escasez de metales preciosos que hubiera en ellos.

Definió lo que se llamó la Teoría del valor-escasez, en los siguientes términos: "Toda mercancía se hace más cara cuando su demanda es más fuerte y su oferta escasea."

También hizo una de las primeras exposiciones del concepto de la preferencia temporal, es decir, en igualdad de circunstancias, los bienes presentes siempre se valoran más que los bienes futuros. Esta idea está en la base del concepto de interés de la Escuela Austríaca que lo considera uno de sus precursores.

Su obra más conocida es el Manual de confesores y penitentes, publicado en Coimbra en 1553, una obra que fue numerosas veces reproducida tanto en castellano como en latín.

En 1569, aparecieron unas Additiones al Manual, acompañando a De Usuras y Simonía, en las que el autor justificaba la licitud de los préstamos con interés. También conocido es su De redditibus beneficiorum Ecclesiaticorum..., que alcanzó numerosas ediciones a partir de su primera publicación en Valladolid en 1566.

En el ámbito del derecho destacan su Comentario resolutorio de cambios y su Comentario resolutorio de usuras.

Posteriormente aparecieron sus obras completas, publicadas en Venecia en 1598, bajo el título de Compendium horum omnium Navarri operum.

BARTOLOMÉ CARRANZA

El también navarro Bartolomé Carranza, de Miranda de Arga, al igual que su compañero Martín de Azpilcueta, fue eclesiástico y teólogo. Se distinguió por sus comentarios y explicaciones de la Summa Theologiae de Santo Tomás y de la Sagrada Escritura.

Publicó un Tratado sobre la virtud de la justicia en 1540. También se destacó en 1550 en la Controversia de Valladolid, que intentaba resolver la polémica de los indígenas en el Nuevo Mundo o de los justos títulos entre Juan Ginés de Sepúlveda y Bartolomé de las Casas.

Francisco de Vitoria no sólo pasó a la historia por ser el fundador de la Escuela de Salamanca en el siglo XVI, movimiento intelectual que inició los primeros estudios sobre ciencia económica moderna. La aportación al derecho público fue reunida en su obra De potestate civili, donde estableció las bases teóricas del Derecho Internacional de Gentes, por lo cual es considerado el fundador junto con Hugo Grocio.

Sus Relecciones Teológicas, basándose en las tesis iusnaturalistas, constituyó uno de los pilares del nacimiento del Derecho de Gentes. Esta obra sintetizaba los valores humanos individuales y sociales, iluminándolos con su sabiduría práctica teológica, jurídica y humanística, y buscando una fundamentación sólida en los principios de la misma naturaleza racional, que dieran a su doctrina perpetuidad y universalidad, a lo largo del tiempo y para todo el orbe. Sus tesis sobre la defensa de los Derechos Humanos de los indígenas durante la conquista del Nuevo Mundo sentaron las bases de las Leyes de Indias.

Fue uno de los primeros pensadores en proponer una comunidad de todos los pueblos fundada en el derecho natural del hombre, por lo que es considerado precursor de la idea de las Naciones Unidas.

FRANCISCO DE VITORIA

Juan de Alcega, general de Marina y caballero de la Orden de Santiago, natural de Hondarribia, destacó en la segunda mitad del siglo XVI en el campo de las matemáticas.

En la España aquel tiempo el interés en las matemáticas se desarrolló en dos ámbitos claramente distintos: primero, como disciplina teórica en el seno de la cultura académica (mundo al que no pertenecía Alcega); y segundo, como base de aplicaciones prácticas en diversos campos técnicos y artesanales. Un buen ejemplo de cómo se incorporaron los saberes matemáticos a esa práctica artesanal se encuentra en la que fue la gran contribución de Alcega a la ciencia, que fue calificada por críticos e historiadores como "la primera obra de sastrería impresa en España", sirviendo de modelo a otras posteriores.

Se trata del Libro de Geometría, Práctica y Traça, publicado en Madrid en 1580. Al igual que algunos de los sastres contemporáneos y posteriores como Martín de Andújar o el Sastre del Campillo, Alcega estaba fascinado por el arte de la geometría práctica. Creía que sin ella no era posible lograr la perfección de la alta costura.

Alcega dividió su obra en tres partes: en la primera, que incluye un interesante apéndice acerca del origen y principio de la vara de medir, trata cómo pueden reducirse paños y telas; en la segunda, describe diversos tipos de vestidos y patrones (mantillos de seda, capas, mantos militares, sayas, vasquiñas, etc.); y finalmente, explica cómo usar tablas para reducir anchos y largos de las telas que forman los vestidos descritos.

No parece que se trate de una publicación fortuita u ocasional; de hecho, adjunta la aprobación de dos maestros del oficio.

JUAN DE ALCEGA

Pedro Hurtado de Mendoza fue filósofo y teólogo, uno de los principales tomistas de la España del siglo XVII. Natural de Balmaseda, donde nació en 1578, fue un hombre de amplios conocimientos sobre filosofía peripatética. Con 17 años ingresó en la Compañía de Jesús en el Colegio de Salamanca, donde recibió su formación científica y eclesiástica.

Fue profesor de teología y filosofía en Valladolid y ocupó cátedra en la Universidad de Salamanca. Además de un corso completo de filosofía, escribió importantes obras como Disputaciones a Summulis ad Metaphysicam (1615); Disputaciones ad universam philosophiam (1617); Commentarii in universam philosophiam (1621); y Scholasticae et Morales disputationes de tribus virtutibus theologicis (1631).

Pedro de Villarreal Gamboa y Berriz en Mondragón en 1669, estudió en Vergara, Pamplona y Salamanca, y completó su educación en Madrid. Tomó el hábito de Santiago en 1691 y se aplicó en años sucesivos a las ciencias matemáticas, fundando y dirigiendo varias ferrerías. Es autor de Máquinas hidráulicas de molinos y herrerías, y gobierno de los árboles y montes de Bizcaya, que se imprimió en Madrid en 1736.

11/12/2022

Literatura religiosa y ascético-mística moderna por navarros


El clero navarro ha aportado una interesante obra de carácter religioso y ascético-mística durante los siglos de la Edad Moderna. Pero, por encima de ellos, destacaron los Ejercicios espirituales del guipuzcoano san Ignacio de Loyola.

Entre los navarros, hay que destacar el libro Sermones navarros medievales. Una colección manuscrita de la Catedral de Pamplona, escrito en el siglo XIV, editado por González de Ollé, en 1995.

El siglo XVI es muy brillante, lleno de autores, algunos de ellos muy importantes. La poesía religiosa está representada por el padre Miguel de Castillo, religioso cartujo de la primera mitad del siglo XVII y natural de Tafalla. Fue autor de Aula Dei, publicado en 1637, poema didáctico-descriptivo que invita a dejar las veleidades del mundo y gozar de la vida retirada en religión.

IGNACIO DE LOYOLA

José de Sarabia es un buen ejemplo de soldado-poeta. Es famoso por una sola composición, la Canción real a una mundaza, incluida en el Cancionero de 1628 y que durante cierto tiempo fue atribuida a Mira de Amescua. Está formada por siete estancias de nueve versos cada una y desarrolla el tema barroco de la voluntad de la Fortuna (desengaño, vanitas vanitatum, fugacidad de la belleza).

El corellano fray José de Sierra y Vélez, fue autor de varias poesías y lector de Teología en el Colegio de la Merced de Huesca.

Ejemplos de poesía mística femenina fueron Ana de San Joaquín y sor Jerónima de la Ascensión, autora de unos Ejercicios espirituales, escritos en Zaragoza en 1665, que es obra póstuma donde se recogen algunos versos suyos.

Entre la ascética y la mística se mueven buena parte de la obra del venerable Juan de Palafox y Mendoza, hombre de Iglesia (obispo de Puebla y luego de Burgo de Osma), hombre de Estado (virrey de Nueva España) y prolífico literato (verdadero polígrafo). Entre sus títulos destacan Varón de deseos, El pastor de Nochebuena o Varias poesías espirituales.

Y por último, Juan de Andosilla y Larramendi es autor de Christo nuestro señor en la cruz, hallado en los versos de Garcilaso, sacados de diferentes partes y cuadros con ley de entonces, publicado en Madrid, en 1628. Como el título indica, se trata de un centón formado principalmente con versos de Garcilaso de la Vega.

JUAN DE PALAFOX Y MENDOZA

Juan de Amiax, natural de Viana, publicó Ramillete de Nuestra Señora de Codés, en Pamplona, en 1608. La obra, que va encabezada por un Prólogo a los devotos de Nuestra Señora de Codés y las habituales poesías laudatorias del autor y la obra, resume la historia de la ermita construida en los montes de Yoar y de sus moradores, diversos milagros y apariciones de la Virgen, etc. En esos paisajes en prosa se intercalan algunos sonetos del autor en alabanza de Nuestra Señora de Codés y otras composiciones poéticas diversas, circunstancia que justifica el título de Ramillete que tiene la obra.

La prosa ascético-mística está representada por fray Diego de Estella, fray Pedro Malón de Echaide en el siglo XVI, y por Leonor de Ayanz en el siglo XVII. A estos se les sumó Axular en lengua vascuence.

Fray Diego de Estella, natural de esta villa donde nació en 1524, redactó en castellano Tratado de la vida, loores y excelencias del glorioso Apóstol y bienaventurado Evangelista San Juan, que fue publicado en Lisboa, en 1554.

En el Libro de la vanidad del mundo, escrito periódicamente entre Toledo y Salamanca, entre loa aós 1562 y 1576, reflexionaba el fracaso sobre las frivolidades mundanas, que son "vanidad de vanidades". La obra consta de tres partes, de cien capítulos cada una.

Cien son también las Meditaciones devotísimas del amor, publicadas en Salamanca, en 1576, donde Diego de Estella ponderaba los beneficios del amor a Dios y de sus recompensas, en una prosa natural y elegante.

DIEGO DE ESTELLA

Si sencillo y claro es el estilo de Diego de Estella, todo lo contrario es el del agustino fray Pedro Malón de Echaide. Fue autor de La conversión de la Magdalena, publicado en Barcelona, en 1588, escrita en un estilo "vehemente y fogoso", que ha llegado a ser calificado de "oriental" por su lujo, gala y adorno. Del cascantino Malón de Echaide sólo ha permanecido esa obra, en la que analizaba al personaje bíblico en los tres estados de pecadora, penitente y en gracia, pero debió de escribir otras; por ejemplo, en el prólogo indica que tenía compuesto un Tratado de San Pedro.

Igual que Huarte de San Juan, hizo una apasionada defensa de la lengua castellana en el contexto del debate sobre la validez de las lenguas vulgares, además del latín, para las ciencias y los comentarios escriturísticos.

Para Menéndez Pelayo la obra La conversión de la Magdalena es el "libro más brillante, compuesto y arreado, el más alegre y pintoresco de nuestra literatura devota", "halago perdurable para los ojos".

Leonor de Ayanza, también llamada Leonor de la Misericordia, biznieta del tercer conde de Lerín, fue discípula de Santa Teresa de Ávila. Escribió con prosa sencilla y sobria una Relación de la vida de la venerable Catalina de Cristo, obra importante para la historia de la reforma teresiana.

Compuso además algunos textos poéticos (un soneto, unas octavas reales...) A nuestra Madre Catalina de Cristo, que acompañan a la Relación.

Entre las composiciones ascético-místicas hay que incluir el famoso soneto No me mueve, mi Dios, para quererte, de san Francisco de Javier.

Pedro de Aguerre y Azpilicueta, natural de Urdax, donde nació en 1556, más conocido como Axular. Fue el primer autor en prosa de la lengua vasca con Guero, obra de tema ascético escrita en dialecto labortano, que fue publicado en Burdeos, en 1643.

FRANCISCO DE JAVIER

29/04/2022

Literatura legislativa medieval del Reino de Navarra


Las obras legislativas escapan al terreno de la estricta literatura, aunque a veces incorporen determinados pasajes o elementos con valor literario, como por ejemplo, los exempla contenidos en el Fuero general de Navarra, especie de apólogos, patrañas o cuentecillos a la manera de los de El conde Lucanor de don Juan Manuel.

Algunas de estas obras fueron el Liber Regum, el Fuero de Estella, los Fueros de la Novenera, el Fuero extenso de Tudela, el Fuero general de Navarra, de mediados del siglo XIII, del que destacan sus apólogos o exemplos.

El libro de recopilaciones legales Libro de Felipe de Navarra, fue escrito en el siglo XIII por el autor que lleva su nombre, mientras que el siglo XIV destaca el pensador villavés Pedro de Atarrabia.

FUERO GENERAL DE NAVARRA

25/11/2021

Literatura épica medieval por vascos y navarros


Durante la Baja Edad Media, surgió un género literario que se fue extendiendo a todos los escritores y poetas hispánicos. Una escritura épica que trataba de cantar los triunfos y los hechos gloriosos de los reinos con un sentido nacional y no regional, son "fazañas" españolas" contra el enemigo común. Estas obras literarias se referían tanto a Alfonso VIII el de las Navas y Fernando III el Santo que a Jaime I el Conquistador o a los almogávares de Roger de Flor, como héroes de un proyecto común a todos los cristianos peninsulares.

MONUMENTO A LA BATALLA DE RONCESVALLES

En la Chanson de Roland se describe a la alianza de vascos y musulmanes que aniquilaron en Roncesvalles a la retaguardia de Carlomagno en el territorio de los vascones, en 778: "Espaigne, la bele" (v.59) de esta forma: "los soldados de Marganice" (caudillo de los vascones durante la invasión musulmana) "son peores que los diablos, con una nariz grande y unas anchas orejas" (v.1916-18) "dieron la estocada final a los ultimos caballeros". (Gautier de l'Hum, el arzobispo Turpin y Rolando). Los vascones destacaron de su fisonomía por estos dos rasgos que describió Roland hasta el punto de constituirse en un elemento fundamental de su identidad al denominar a un extranjero "cipayo" o "belarrimotz" (orejicortos).

Según un fragmento de la primera historia del Reino de Pamplona, Additio de regibus pampilonensium:
"En la era 944 [905] surgió en Pamplona un rey de nombre Sancho Garcés. Fue hombre de inquebrantable veneración a la fe de Cristo, piadoso con todos los fieles y misericorde con los católicos oprimidos. ¿A qué decir mucho? En todas sus acciones se mostró magnífico guerrero contra las gentes de los ismaelitas; causó múltiples desastres a los sarracenos. Este mismo conquistó, en Cantabria, desde la ciudad de Nájera hasta Tudela, todas las plazas fuertes. Desde luego la tierra de Degio [Monjardín, en las cercanías de Estella], con sus villas la poseyó entera. La tierra de Pamplona la sometió a su ley, y conquistó asimismo todo el territorio de Aragón con sus fortalezas. Luego tras eliminar a todos los infieles, el vigésimo año de su reinado partió de este mundo. Sepultado en el pórtico de San Esteban [Monjardín], reina con Cristo en el cielo (Murió el rey Sancho Garcés en la era 964).
"Luego, su hijo el rey García reinó cuarenta años. Fue benévolo e hizo muchas matanzas de sarracenos. Y así murió. Fue sepultado en el castillo de San Esteban (Murió el rey García en la era 1008).
Sobreviven sus hijos en su tierra, a saber, Sancho y su hermano Ramiro. A los que Dios Omnipotente guarde por espacio de muchos años, cuando transcurre la era presente de 1014 (976)."
monumento escultura batalla Navas Tolosa Reconquista
MONUMENTO A LA BATALLA DE LAS NAVAS DE TOLOSA

A mediados del siglo XIII, un monje del Monasterio de San Pedro de Arlanza escribió en versos alejandrinos el Poema de Fernán González, en el que dedicaba a la mitológica, pero muy épica, batalla de Hacinas 281 versos de los 740 de que consta el poema. Según el poema épico de esta legendaria batalla acontecida sobre tierras burgalesas, en 939, el primer conde de Castilla y también conde Álava, Fernán González, contó con la colaboración del señor de Vizcaya, Lope Iñiguez, "Lope el Vizcaino", su hijo Íñigo López, muerto durante una de sus campañas, y alaveses de Treviño. Estos encabezaban la columna central de las tres que componían un supuesto Ejército cristiano de 450 caballero y 15.000 soldados, para enfrentarse al Ejército califal de Abderramán de Córdoba.

"Fue dado por cabdillo don Lope el Vizcaino,
bien rico de manzanas, pobre de pan e de vino.
Con él fueron contados fijos de don Laíno,
e otro de la montaña que dicien don Martino,
había ahi de burgoñeses, otrosí de treviñanos,
de Castilla la Vieja hobo ahi buenos castellanos,
que muchos buenos fechos ficieron ahi por sus manos."


Rodrigo Ximénez Rada arzobispo Toledo batalla Navas Tolosa
ARZOBISPO RODRIGO XIMÉNEZ DE RADA

El arzobispo de Toledo, Rodrigo Ximénez de Rada, navarro de Puente la Reina, presagió el destino de la unidad de los reinos cristianos peninsulares y reconquista total del territorio del extinto Reino Hispano-visigodo, que llegaría dos siglos y medio después del reinado de Fernando III.

Félix Lope de Vega recordó en La Jerusalén conquistada la participación de los españoles de las distintas regiones en las grandes hazañas de las guerras contra el islam. Citó hasta los nombres de un capitán por región e insiste con estos versos:

"Ya la hidalga Vizcaya se apercibe,
los fuertes asturianos y leoneses,
la gente que entre el Segre y Turia vive
y en Duero y Miño algunos portugueses:
ya la imperial Toledo los recibe
y de rojo color cruzado arneses...
pasa la puente el batallón Gallardo."


El sepulcro del señor de Vizcaya, Diego II López de Haro el Bueno, participante en la batalla de las Navas de Tolosa, enterrado en el monasterio de Santa María la Real de Nájera, lleva esculpido los siguientes versos:

"Fue de Vizcaya en su tiempo la gloria,
defendiendo a Castilla en su libertad,
sufriendo el destierro y la cautividad,
lo cual sobrepuja en bravura y gloria."


Sancho Fuerte Navarra Navas Tolosa Vicente Pascual
SANCHO EL FUERTE EN LA BATALLA DE LAS NAVAS DE TOLOSA, POR VICENTE PASCUAL

No es de extrañar que, en el siglo XVII, un secretario real de Felipe III dedicase unos versos a la importancia de los vascos en la fundación de Castilla y la aportación a la Reconquista:

"¡Oh Vizcaya cantabriana,
academia de guerreros,
origen de Caballeros,
donde toda España mana!"



El Poema de Alfonso XI, del siglo XIV, recoge los mismos sentimientos:

"E ricos ommes de gran guisa
de Castilla la real,
infanzones de Galicia
e cavaleiros de Portugal.
Lioneses, asturianos,
gallegos, portogaleses,
biscaynos e guipuzcoanos,
e de la montaña e alaveses.
Cada unos bien lidiauan
que siempre será fasaña,
e la mejoría dauan
al muy noble rrey de España."


López Haro Diego señor Vizcaya Navas Tolosa pintura
DIEGO II LÓPEZ DE HARO

Fernán Pérez de Guzmán, historiador y poeta castellano del siglo XIV, sobrino del canciller Pedro López de de Ayala y tío del marqués de Santillana, escribió sobre la descendencia de Sancho III el Mayor de Navarra los siguientes versos, bajo el título de Loores de los claros varones de España:

"De Navarra subcedieron
a Castilla los que oy son
nobles reyes de Aragón:
desta línea descendieron.
Los castellanos ovieron
a su fijo don Fernando;
al que, en Aragón reinando,
don Ramiro le dixieron.
Gran razón es que se lea
e relate por fazaña
que si en los reinos de España
el menor Navarra sea,
es de gran gloria que vea
quien de su generación
a Castilla et Aragón
las impere y las posea"


14/07/2021

Literatura juglaresca y clerical del Reino de Navarra


En los siglos de la Alta Edad Media del Reino de Navarra, se desarrollaron tres corrientes literarias entre el clero y el pueblo llano: el cantar juglaría, el mester de juglaría y el mester de clerecía.


1. CANTAR DE JUGLARÍA

El siglo XIII transformó los principios de la sociedad feudal y trajo el desarrollo de la poesía vernácula. En el caso de Navarra, es importante la influencia del Camino de Santiago como vía de introducción de nuevas ideas y corrientes. Por este camino iban y venían los juglares, que recitaban las poesías compuestas por los trovadores. A veces el trovador (compositor) hacía a la vez de juglar (recitante).

Algunos juglares navarros fueron Juan de Navarra, Sancho de Echalecu, Arnant Guillén de Ursúa, García de Churri... Pero también existieron juglaresas, como por ejemplo, una tal Graziosa, que recitaba en la Corte de Carlos III el Noble.

En el siglo XV, trovadores navarros que frecuentaron la Corte del Príncipe de Viana fueron Francesch de Mescua (Francisco de Amescua o de Amézcoa) y Juan de Valtierra.

En este contexto de la poesía cancioneril, destaca el famoso Cancionero de Herberay des Essarts, compuesto entre 1461 y 1464 en torno a la Corte olitense de la regente doña Leonor, infanta de Navarra, probablemente en el mismo Olite. En este cancionero escriben importantes poetas castellanos (Mena, Santillana, Macías, Alfonso de la Torre...) y también el navarro Carlos de Arellano, que está representando con dos poemas.

Hay que recordar unas coplas escritas en este siglo, devotas e ingenuas, que Carlos Idoate publicó en 1982, en la revista Cuadernos de Etnología y Etnografía de Navarra, cuyo tema es el elogio de la Eucaristía y la Virgen.



2. MESTER DE JUGLARÍA

La aportación navarra al mester de juglaría es más determinante. Su principal obra es el Cantar de Roncesvalles(o Roncesvalles navarro), que, en una copia con posible datación en 1310, constituye uno de los pocos restos conservados de la épica juglaresa peninsular. El hallazgo de este fragmento del Cantar de Roncesvalles confirma la existencia de cantares de gesta en suelo hispánico y en lengua vernácula, y fue publicado por Menéndez Pidal, el patriarca de las investigaciones sobre los cantares de gesta.

Sólo se conservan dos hojas escritas por las dos caras, con un total de cien versos, que entronca con el tema carolingio de la batalla de Roncesvalles y la derrota de Roldán y de los demás pares de Francia en los desfiladeros pirenaicos. El texto conservado describe la lamentación del emperador Carlo Magno ante los cadáveres de sus paladines, episodio recogido también en la célebre Chanson de Roland; pero destaca la ausencia de determinados detalles de la materia rolandina francesa. Estos versos corresponden a ese paisaje en que el emperador encuentra los cadáveres de los Pares:
"Sacat al arçobispo d´esta mortaldade.
Levémosle a su terra, a Flánderes la ciudade.
El enperador andava catando por la mortaldade,
vido en la plaça Oliveros o jaze,
el escudero crebando por medio del braçale..."

En ese momento se escribieron otras composiciones inspiradas en hechos históricos, pero escritas en provenzal. Uno de los más famosos trovadores de ese momento fue Guillermo de Tudela, autor de la Cansó de la Crozada contra los erejes de Albergés (La canción de la Cruzada contra los albigenses).

Guilhem Anelier de Toulouse es autor de Las guerras civiles en Pamplona, poema también en provenzal de más de cinco mil versos dodecasílabos, repartidos en 104 tiradas, que incluye varios vocablos navarros, y cuyo valor es más histórico que literario.

El conde Teobaldo de Champagne, quién reinaría en Navarra en el periodo 1234-1253 como Teobaldo I, fue trovero más que trovador, es autor de unas cincuenta canciones (pastorales, serventesios, chansones, descorts o lamentaciones).



3. MESTER DE CLERECÍA

El mester de clerecía aportó a la literatura medieval navarra obras importantes como la Vida de Santo Domingo de Silos o los Milagros de Nuestra Señora, de Gonzalo de Berceo, y también el Libro de Alexandre y el Poema de Fernán González.

Pertenecen al mester autores cultos que empleaban la cuaderna vía, es decir, escribir "a sílabas cuntadas, ca es gran maestría". En Navarra se dispone del poema llamado Roncesvalles latino, enmarcado en esta culta corriente literaria, pero cuya composición está escrita en latín y no en romance.

El Roncesvalles latino data de finales del siglo XII o principios del XIII, y es una composición de 42 estrofas en elogio del Hospital de Roncesvalles. Se conserva en los folios 89v-90v del Códice La Pretiosa de la Real Colegiata de Roncesvalles y fue publicado en 1884 por el padre Fita. Empieza así: "Domus venarabilis, domus gloriosa,
domus admirabilis, domus fructuosa,
Pirineis montibus, floret sicut rosa,
universis gentibus, valde gratiosa"



GONZALO DE BERCEO

28/12/2020

Literatura hebrea y arábiga medieval del Reino de Navarra


Durante los siglos XI y XII, la cultura hispano-judía alcanzó un gran desarrollo en torno al reino de taifa de los Banu Hud en Zaragoza. Tudela fue una prolongación de la taifa zaragozana hasta 1119, cuando fue incorporada a la Cristiandad por Alfonso I el Batallador, rey de Aragón y Pamplona.

Tudela se convirtió en un modelo de convivencia entre las tres culturas: Cristianismo, Islamismo y Judaismo. Las iglesias, mezquitas y sinagogas se mantuvieron junto a sus fieles en un ambiente de respeto y tolerancia. Hubo alguna excepción, como el incendio a la judería en 1328.

Las mejores muestras literarias escritas en el Reino de Pamplona de aquel tiempo fueron hebraicas. La ciudad de Tudela, y en concreto su judería, la más importante de Navarra, fue el lugar de origen de tres judíos navarros ilustres y universales: Yehudá Ben Samuel Ha-Leví, Abraham Ibn Ezra y Benjamín de Tudela.

Estos tres judíos nacieron en Tudela en una franja temporal de unos cincuenta años entre los siglos XI y XII, durante la considerada Edad de Oro de la comunidad judía. Representan la poesía, la ciencia y los libros de viajes, siendo su conjunto una singular aportación a la cultura de ese momento.

FILÓSOFOS DE LA JUDERÍA DE TUDELA

Yehudá Ha-Leví (Tudela, 1075 - Alejandría, 1141), poeta, médico, filósofo y teólogo judío, considerado el mejor poeta sefardí, fue llamado por Menéndez Pelayo "príncipe de los poetas hebreico-hispanos".

Hombre de profundos conocimientos, especialmente en los campos de la medicina (área que llegó a desempeñar profesionalmente), filosofía griega y literatura de los rabinos, realizó importantes estudios sobre la Biblia hebrea.

Escribió Sefe ha-kusari donde intenta demostrar la verdad del judaísmo frente al cristianismo y mahometanos.

Su obra fundamental es Kitab alhuyya wa-l-dalil fi nusr al-din al-dalil (Libro de la prueba y del fundamento sobre la defensa de la religión menospreciada), escrita entre los años 1130 y 1140, traducida al hebreo por Yehuda' ibn-Tibbon, en 1167, como Sepher ha-Kuzar y comúnmente conocida bajo el título del Cuzary. Esta obra, basada entre la tradición y el idealismo, parte de cinco discursos que Cuzar, rey de los cuzareos, mantiene con un sabio hebreo, uno cristiano y un doctor musulmán, acerca de su conversión al Judaísmo.

YEHUDA HA-LEVI

Sus más de 800 poemas, algunos de los cuales todavía se cantan en las sinagogas, se clasifican en diversas categorías: poesías báquicas, amorosas, florales, festivas, enigmáticas, amistosas, latréuticas (de glorificación al Creador), marítimas, epitalámicas, etc. Son destacables las Siónidas (poesía sagrada) y el Qesudá (Himno de la Creación). Por esta riquísima poesía, tanto litúrgica y como secular (casi 400 poemas en cada género), escrita en hebreo, le coloca como el más interesante de los que practicaban este arte en la Edad Media. Cantaba al amor, a la amistad y a la naturaleza con gran sensualidad:

Poesía amorosa, centrada en la descripción de la belleza de la amada:

"La cierva lava sus vestidos en las aguas
de mis lágrimas y los tiende al sol de su esplendor.
No precisa agua de manantiales, pues tiene mis ojos,
ni sol, con la belleza de su figura."


Poesía báquico, que canta al vino:

"Las copas son pesadas,
son arcilla como las vajillas de barro,
mas al llenarlas de vino se hacen leves
lo mismo que los cuerpos con las almas."


Estos poemas fueron compuestos por Yehudá Ha-Levi en hebreo y traducidos a la lengua romance peninsular que se hablara en la Tudela de su época, el navarro-aragonés, que más tarde se fusionó con el castellano medieval. Pero también es autor de varias cancioncillas o jarchas, que suponen la primera muestra de una manifestación literaria en lengua romance peninsular y el más antiguo testimonio de poesía lírica en una lengua románica. Las jarchas han perdurado en el tiempo en escritura hebrea y árabe. No son composiciones autónomas, sino estrofas que cierran a modo de estribillos los poemas llamados muwassahas o moaxajas.

Su jarcha sobre la reconquista de Guadalajara, en 1080, son los versos en romance más antiguos conservados.
"Si le pido la miel de sus labios, enrojece como el sol que despunta."

Jarchas de Yehudá Ha-Leví en su original hebreo y traducción castellana:

"Bayse meu qorazón de mib.
¡Ya Rabb, si se me tornarad!
¡Tan mal me dóled li-l-habib!
Enfermo yed: kuand sanarad?"


"Garid bos, ay yermanellas,
kom kontener he mew male.
Sin el-habib non bibreyo:
ad ob l`irey demandare?"


(Vase mi corazón de mí.
¡Ay, Señor, si se me volverá!
¡Tanto dolor por el amigo!
Enfermo está: ¿cuándo sanará?)

(Decid vos, ay, hermanitas,
cómo contendré mi mal.
No viviré sin mi amigo,
¿a dónde le iré a buscar?)

Partidario de una religión basada en la simbiosis de la fe con la razón, se mostró en contra del pensamiento de Ibn Gabirol, que daba demasiada importancia al mundo humano y material. Fue autor del importante poemario en lengua hebrea Diwan (Diván), escrito en Toledo, que incluye piezas religiosas y profanas, de variada temática, del que aún se conservan algunas elegías y panegíricos.

BENJAMÍN DE TUDELA

Benjamín de Tudela o Minyamin bar Yonah (Tudela, 1130 -1173), sabio musulmán famoso por hacer un largo viaje por el Mediterráneo, Tierra Santa y Asia Menor, y escribir en 1166 en hebreo Massaoth shel Raffi Binjamin, esto es, un itinerario o libro de viajes, que fue traducido al latín por Arias Montano (Amberes, 1575) con el título Itinerarium Benjamini Tudelensis. Es una obra geográfica y guía comercial, más que literaria, aunque se ha dicho que inaugura el género del libro de viajes y tiene algunas descripciones interesantes, con cierto valor literario. Fue el primer europeo en llegar a China. Hablaba el hebreo, el arameo, el castellano, árabe, griego, latín y euskara.


Abraham Ibn Ezra (Tudela, 1089 - Londres, 1184), es el segundo ilustre judío tudelano. Erudito, científico, filósofo, gramático, literato, analista de las Santa Escrituras (Talmud y Biblia). Es autor de obras poéticas, gramaticales, matemáticas, anatomía y astronomía, filosofía, etc. Fue conocido por su libro Séfer Sahot y otros libros sobre la Biblia.


Abul Abbas al-Tutilí (Tudela, finales siglo XI - 1126), llamado el ciego de Tudela o el poeta ciego, Tutili al Amá y que destacó entre los autores árabes navarros. Fue compositor de numerosas jarchas, poeta callejero, que escribió ciento cuarenta y nueve zéjeles, coplas y moaxajas.

25/09/2020

Primeros testimonios literarios del Reino de Navarra


El monasterio benedictino de San Salvador de Leire fue un importante núcleo de extensión del romance navarro.

Un importante documento escrito en el romance navarro son las Glosas del monasterio de San Millán de la Cogolla, del siglo X, perteneciente a un monasterio situado en territorio riojano, pero bajo dominio del Reino de Pamplona en aquel momento. Las glosas son breves apuntes en lengua romance que los copistas colocaban interlineadas o en los márgenes de documentos latinos para aclarar determinadas palabras cuyo significado latino empezaba ya a serles dificultoso entender.

Gonzalo de Berceo, (Berceo, 1197 – 1264), fue un poeta riojano, el primero conocido en escribir en lengua castellana, que además incluía palabras en euskera.

Antiguamente, aparte del castellano se conocía el eusquera en La Rioja, y por eso Gonzalo de Berceo, uno de los primeros escritores en lengua castellana, utilizaba palabras vascas como bildur "miedo" ("Don Bildur"), gabe "sin" o "privado de"; o çatico que viene del eusquera zatiko "pedacito", entre otras más.

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MONASTERIO SAN MILLÁN DE LA COGOLLA

Los primeros literatos son abades del monasterio navarro de San Martín de Albelda en el siglo X. Salvio, es autor de la Regla a las vírgenes sagradas, y de varios himnos religiosos.

Vigila, colector de Concilios, historiador y poeta, es autor del Códice Vigilano o Códice Albendense.

El Poema de la reina Leodegundia (Versi domna Leodegundia regina) se conserva en el misceláneo Códice de Roda, que aparece haber sido escrito hacia finales del siglo X. Se trata de una canción epitalámica (87 versos latinos distribuidos en trípticos) compuesta para las bodas de esta princesa asturiana con un infante o rey navarro. Con las letras iniciales de los versos se lee esto acróstico: "Leodegundia pulc(h)ra Ordonii filia" (Leodegundia, bella hija de Ordoño).

Cotarelo ha ofrecido una versión castellana del mismo:
"Brote copioso raudal de duces loas, tan dulces como los arpegios de la flauta, y batamos palmas celebrando jubilosos a la excelsa hija de Ordoño, Leodegundia.
Flor preciadisima de famosa estirpe regia, ornato de la alcurnia paterna, gloria sublime de la materna.
Con himnos de suave melodía, alabemos sus virtudes esplendentes, su clara elocuencia, su hondo saber en letras humanas y sagrada doctrina..."

Este poema demuestra que en este temprano momento ya existía una actividad cultural literaria y musical, en el Reino de Pamplona.

En el Códice de Roda se conservan otros textos interesantes como las genealogías de los reyes navarros y un elogio de Pamplona, en latín también.

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CÓDICE DE RODA

18/08/2016

Literatura historiográfica medieval por vascos y navarros


La temática de la obra historiográfica se divide en dos periodos: la Reconquista y el periodo renacentista. Algunos navarros y vascos fueron eminentes cronistas de una Historia común a todos los reinos hispánicos del Medievo.


DE REBUS HISPANIAE

El historiador navarro natural de Puente la Reina y arzobispo de Toledo, Rodrigo Ximénez de Rada, fue el alma de la memorable batalla de las Navas de Tolosa en 1212 y un destacado cronista, hasta el punto de haber sido clasificado como "padre de la historia de España". Fundamentalmente, su mérito reside en que utilizó un método crítico como historiador, cuestionando inteligentemente sus fuentes, haciendo uso de la documentación y recurriendo a fuentes árabes para contrastar sus datos, aspecto sumamente valioso, pues entonces sólo la historiografía árabe prestaba aprecio al ámbito económico y social.

Su obra más conocida es De rebus Hispaniae, también conocida como Cronicón de las cosas sucedidas en España, Historia gótica, Rerum in Hispania gestarum libri IX o Crónica del toledano, en la que describe la historia de la península Ibérica hasta 1243. Realizó la primera crónica de la legendaria batalla de Clavijo, escrita en latín, que sigue el modelo de la Crónica najerense, llegando a convertirse en fuente de primer orden para la Estoria de España de Alfonso X el Sabio. La obra fue traducida pronto al romance y, por estas dos vías, influyó enormemente en la concepción de una historia de España unitaria dominante hasta el siglo XV.


RODRIGO XIMENEZ DE RADA

Además, escribió una interesantísima Historia arabum, excepcional en la época por su atención a la cultura arabo-islámica, y un Breviarum Ecclesiae Catholicae.

La expansión de De rebus Hispaniae de Rodrigo Ximénez de Rada por toda la península dio lugar a una difusión general del tema del elogio a la España "perdida" por la invasión árabe en el 711. El laude a esa España en periodo de Reconquista se encuentra en las traducciones de dicha Historia, del latín a las lenguas peninsulares, y en aquellas obras influidas por el tudense o que cuentan con la Historia Gótica de éste entre sus fuentes.

Como ejemplo se encuentra la versión al catalán, abreviada y añadida en otras partes, conocida con el nombre de Crónicas de Mestre Rodrigo de Toledo, y es que Rodrigo Xímenez fue también conocido como "el toledano" por ser arzobispo de aquella ciudad. En un capítulo se dedica a tratar de "com entre les altres partides e provincies del mon sia Spanya en Nobleida de moltes riqueses o de grans nobleses de que fa testimoni un philosoff apellat Lucha". Con más razón, por cuanto se sigue más fielmente el texto traducido, el tema aparece también en Ribera de Perpejá (s. XIII). Pero más interesante es comprobar la subsistencia del mismo aun en Turell, a pesar de la brevedad de su relato, cuando apenas comenzado éste hallamos la referencia a tanta "bella obra como se mostra en Spanya".


RODRIGO XIMÉNEZ DE RADA

Fray García de Eugui, el obispo de Bayona, escribió en el siglo XV, una Crónica de los fechos subcedidos en España dende sus primeros señores fasta el rey Alfonso XI. Se trata de un cálido elogio ("la tierra que Dios bendijo…"), con elementos tomados a la tradición, pero con una elaboración muy literaria, sin olvidar el tópico del lamento por la pérdida de Hispania bajo el poder de los moros.

La obra de "el Tudense" renueva el sentido hispánico de nuestra historiografía, dota a España de una continuidad que no se quiebra desde los orígenes hasta su momento presente, siendo la invasión árabe, un paréntesis que, por su propia condición de tal, postulaba que un día había de ser cerrado. Desde entonces, España aparece como un todo en el tiempo, como un largo proceso seguido, que tiene un mismo comienzo y un desarrollo común.

A la historiografía de estos dos historiadores navarros y a las Crónicas de Alfonso X, se debe la expansión por la península de la nueva concepción de España. Y a estos tres se debe la aparición en todas partes de manifestaciones de una historiografía española, cuyo objeto propio es España.

El canciller de Castilla y señor de Ayala, el alavés Pedro López de Ayala escribió unas Crónicas de los reyes Pedro I, Enrique II, Juan I y una parte de la de Enrique III. Entre otros muchos acontecimientos, relató los frecuentes enfrentamientos de la Marina castellana contra ingleses y otros enemigos por la hegemonía en elAtlántico.


PEDRO LÓPEZ DE AYALA

A mediados del siglo XV, unos de los más poderosos Parientes mayores Lope García de Salazar escribe las Las Bienandanzas e Fortunas, un valioso documento de carácter histórico y legendario. García de Salazar es una de las figuras más eminentes en la historia de la Vizcaya medieval, gran conocedor de su linaje y de los de Vizcaya, fue el más destacado cronista de las feroces discordias banderizas.

Bienandanzas e Fortunas se trata de una historia en veinticinco libros desde la creación del mundo hasta su propia época, en ella aborda la historia de España y termina describiendo las luchas entre clanes nobiliarios de las provincias vascas durante los siglos XIV y XV. Sus principales fuentes son las crónicas castellanas, pero también se sirve de noticias, tradiciones e informaciones familiares. También aborda hechos legendarios como la batalla de Arrigorriaga.

Otra de sus obras más importantes fue Crónica de siete casas de Vizcaya y Castilla de 1454. Sobre los orígenes de Vizcaya, Lope García de Salazar señala que en un principio perteneció a los reyes de León y luego a los condes de Castilla.


LOPE GARCÍA DE SALAZAR

El Príncipe de Viana, Carlos de Carlos d'Evereux y Trastámara, (Peñafiel, 1421 – Barcelona, 1461), rey de Navarra, destacó por su faceta de humanista, mecenas y poeta de cancionero. Escribió una Crónica de los reyes de Navarra, compuso obras poéticas, mantuvo correspondencia con los sabios de la época y favoreció a varios poetas navarros, catalanes, valencianos, aragoneses y castellanos, como Ausias March o Joan Roïç de Corella.

Es autor también de Lamentación a la muerte del rey don Alfonso, Tratados de los milagros del famoso santuario de San Millán de Excelsis y Cartas e requestas poéticas. Y redactó una Epístola a todos los valientes letrados de España.

También se ocupó en traducciones de obras clásicas como las Ethicas de Aristóteles y de La condición de la nobleza de Angelo de Milán.


EL PRÍNCIPE DON CARLOS DE VIANA, POR JOSÉ MORENO CARBONERO (1881)

Cerrando el panorama del siglo XV está Francisco de Navarra, nacido en Tafalla a fines del siglo XV e hijo del mariscal Pedro de Navarra. Jurista y cronista a quien se le atribuye una Historiografía general de España, pero cuyo texto no es conocido.

31/03/2016

Características de la literatura medieval del Reino de Navarra


1. Escritos Literarios

Algunos historiadores de literatura incluyen en sus estudios obras que en sentido estricto no pertenecen al terreno de la literatura sino que son tratados de filosofía, historia, oratoria, ciencias, artes, etc. Esta tendencia es más acusada cuando se trata de la Edad Media, porque son muy pocos los textos estrictamente literarios y por ellos los investigadores tratan de rellenar el vacío con obras de corte más científico y erudito, que no son literatura, aunque puedan aportar algunos valores literarios.


2. Límites Geográficos

Los límites geográficos del Reino de Pamplona y más tarde de Navarra fueron muy variables en el periodo medieval, ya que en algún momento pertenecieron las Vascongadas, la merindad de Ultrapuertos, territorios de La Rioja y Aragón, etc. Se considera literatura navarra a las obras que los escritores concebían dentro de los territorios en comprendía en territorio en cada momento.


3. Orden Lingüístico

Hay que tener en cuenta la riqueza y diversidad idiomática de Navarra a lo largo de su historia:

el latín: lengua culta ligada a los monasterios, difusores de cultura.

el vascuence: lengua del pueblo en buena parte del territorio, pero se trata de una lengua de tradición oral que pasó tardíamente a ser escrita, pues sus primeras manifestaciones literarias escritas no se presentan hasta el siglo XVI.

el romance navarro: dialecto romance derivado del latín en territorio navarro, también conocido como navarroaragonés, aunque con rasgos lingüísticos propios que permiten diferenciarlo según demostraron los estudios de Fernando González Ollé y Carmen Saralegui. Fue la lengua oficial de la Corte navarra, ya que facilitaba el entendimiento con el resto de reinos cristianos.

el árabe: lengua hablada por población musulmana.

el hebreo: lengua hablada en importantes juderías de ciudades como Pamplona, Estella, Viana, Los Arcos, Tudela, etc. que cuentan con la protección real.

los dialectos occitanos: lenguas correspondientes a la población de origen franco.

Habría que considerar la extensión geográfica y difusión social de cada una de estas lenguas, pero lo que no hay ninguna duda es que todas ellas dejaron testimonios literarios escritos durante la Edad Media, con la excepción del euskera de tradición oral y cuyas primeras manifestaciones literarias impresas se encuentran a partir del siglo XVI.


4. Influencia Política y Cultural

Esta tierra fue cruce de culturas, idiomas y religiones, encrucijada de caminos, y esa circunstancia tuvo importantes repercusiones culturales. Más aún, teniendo en cuenta la importancia del proceso histórico de la Reconquista, y las relaciones que mantuvo con sus poderosos vecinos (Aragón, Castilla, Francia), y los largos periodos de unión dinástica con Aragón y con Francia.

La importancia del Camino de Santiago y la reforma de la cultura cluniacense, con la correspondiente llegada de ideas y movimientos artísticos de Europa, fueron factores muy influyentes en el desarrollo de la diversidad cultural de Navarra.

De igual manera, fueron determinantes las relaciones políticas y diplomáticas establecidas con los demás reinos hispánicos y con los territorios franceses.

Estos factores históricos determinaron los hechos culturales, y por lo tanto los literarios.