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11/11/2024

Nazario de Eguía y Sáenz de Buruaga


Militar que combatió en la Guerra de la Independencia española de 1808-1814 y en la primera Guerra Carlista de 1833-1836 como general en jefe del Ejército del Norte, fue I Conde de la Casa Eguía

NAZARIO DE EGUÍA

Nazario de Eguía y Sáenz de Buruaga nació en Durango, en 1777. Estudió Filosofía en el monasterio de la Orden dominicana de Vitoria, y después Teología en el Seminario conciliar de Pamplona durante dos años. De ahí pasó a la Universidad de Valladolid, también otros dos años, licenciándose en Logroño.

A los 18 años, abandonó de forma momentánea sus estudios eclesiásticos para incorporarse a una de las compañías levantadas por el Señorío de Vizcaya. Había estallado la Guerra de la Convención francesa en 1893, España se preparaba para la defensa y Eguía formó parte de las tropas que mandaba su tío, el general Francisco Ramon Eguía.

Al término del conflicto decidió permanecer en el Ejército. En 1796, era cadete del Regimiento de Extremadura, y un año después de la Real Academia Militar de Zamora, Escuela Superior de Ingenieros Militares de Madrid. En 1799, era subteniente del Real Cuerpo de Ingenieros.

En 1801, tomó parte en la Guerra de las Naranjas, contra Portugal, formando parte de la División de Vanguardia, interviniendo en el sitio de Campo Mayor, en las misiones sobre las plazas de Elvas y Marvão y en la acción de Arronches.

En 1802, fue ascendido a teniente, obteniendo en 1804 los empleos de segundo capitán y primer capitán. Finalizadas las operaciones, recibió los ascensos de teniente, en 1802, y capitán, en 1804, del Real Cuerpo de Ingenieros. En 1805, contrajo matrimonio con Isabel de Vargas y de la Fuente.

En septiembre de 1807, tomó parte de las operaciones de invasión a Portugal por el Ejército combinado hispano-galo, al mando del general Junot, integrado en las fuerzas españolas que mandaba Juan Carrafa.

GUERRA DE LAS NARANJAS

Al estallar la Guerra de la Independencia en mayo de 1808, Eguía fue hecho prisionero del Ejército francés, cuando estaba en Lisboa. Dos meses después, consiguió escapar, presentándose a la Junta de Sevilla para unirse a la resistencia. Entonces, recibió el grado de teniente coronel del Ejército español de la II División de Andalucía que dirigía Pedro Grimarest, tomando parte de la retirada de Lerín, en las sucesivas batallas de Tudela, Calahorra y Cascante, y en las acción de Santa Cruz de la Zarza.

Después combatió en Tarancón y Uclés en la División de Vanguardia. Tras la derrota de esta última ciudad, le fue encomendada la misión de integrar la II División en la de La Mancha, tomando acciones bélicas en Mora y Consuegra, a las órdenes del duque de Alburquerque.

En 1809, fue ascendido a coronel de Ejército de Extremadura, al mando de Gregorio de la Cuesta. Participó en las batallas de Medellín y Talavera de la Reina, siendo recompensada su destacada actuación con el grado de brigadier de ingenieros. Pasaba a estar a las órdenes del duque de Wellington a mediados de aquel año, pero tras la retirada de las tropas inglesas a territorio portugués, Eguía regresó al Ejército de Extremadura. Estuvo integrado en las tropas destacadas en La Mancha por general en jefe, Francisco Eguía, y acompañó a éste cuando fue nombrado inspector general de Infantería.

BATALLA DE OCAÑA

A finales 1809, sufrió la derrota de Ocaña, siendo entonces nombrado cuartel-maestre del Ejército de Extremadura, un grado parecido al de mariscal de campo. Desde allí, organizó la retirada hasta Cádiz, en cuya defensa colaboró durante todo el sitio. También organizó la defensa de la isla de León y la inspección de diversas armadas con destino a los virreinatos americanos.

En junio de 1810, fue nombrado fue nombrado ayudante general y 2º jefe del Estado Mayor del 4º Ejército, ubicado en la isla de León, y un mes después, jefe de Estado Mayor. Una vez levantado el sitio de Cádiz, en diciembre de 1812, fue comandante militar del cantón de la isla de León.

En junio de 1813, eliminando la invasión francesa sobre el sur peninsular, a Eguía se le encomendó la Subinspección de Tropas de Ultramar, siendo en octubre del año siguiente ascendido a mariscal de campo.

Al finalizar la Guerra de la Independencia fue ascendido a mariscal de campo, abandonando el Cuerpo de Ingenieros, a mediados de 18014. Permaneció en Madrid como miembro del Consejo de Guerra de oficiales generales. La fuga de Napoleón Bonaparte desde la isla de Elba puso en alerta a las Cortes europeas ante una posible amenaza. Por eso, entre mayo de 1815 y diciembre de 1816, Eguía estuvo reforzando los cantones de Roncesvalles e Irún, al mando de la 1ª División de Infantería del Ejército de Observación de los Pirineos Occidentales.

PROMULGACIÓN DE LAS CORTES DE CÁDIZ EN 1812

Al finalizar la alarma en febrero de 1816, Eguía fue destinado a sucesivos altos cargos en diferentes destinos: jefe de la Plana Mayor del Ejército de Castilla la Vieja, jefe de la Plana Mayor del Ejército de Castilla la Nueva, fiscal de la Asamblea de la Real y Militar Orden de San Fernando, y comandante general del Cordón Sanitario de la Sierra Morena y el Tajo. Este último destino fue encomendado en septiembre de 2019, y ya había recibido un año antes la Cruz de San Fernando de 3ª Clase por los servicios ofrecidos en el Ejército español.

En marzo de 1820, se produjo el levantamiento militar del general Rafael Riego en Las Cabezas de San Juan contra el Régimen absolutista. Eguía se destacó como un ferviente absolutista y defensor a ultranza de la figura de Fernando VII. Tras llegar a Madrid desde su destino en Santa Cruz de Mudela, se le encomendó la Jefatura de la Plana Mayor del Ejército de Galicia. El triunfo del alzamiento y la jura de la Constitución liberal por Fernando VII cambió los planes y fue relegado a la fiscalía de San Fernando durante todo el Trienio Liberal de 1820-1823.

Tras la vuelta del Régimen absolutista por los Cien Mil Hijos de San Luis, la Regencia de Fernando VII le asignó mantener las relaciones diplomáticas con el duque de Angulema, intendente de aquel Ejército francés.

Entonces, el rey le nombró comandante general político y militar de Tuy. Fue el inicio de otra oleada de sucesivos cargos y destinos desde finales del 1823: subdelegado de rentas y subdelegado especial de Policía de Vigo, la jefatura de la Capitanía General de Galicia, la capitanía general de las Provincias Vascongadas, y de nuevo de Galicia unida la Presidencia de la Real Audiencia. Allí organizó dos expediciones hacia Cuba.

LEVANATAMIENTO MILITAR DE RAFAEL DE RIEGO

Durante su mandato, Eguía dirigió las tropas desplegadas en la Frontera de Portugal, como consecuencia de los levantamientos políticos que se estaban produciendo en verano de 1827. Se dedicó a perseguir a los bandoleros del territorio de Lugo, especialmente a detener a los liberales, junto con los Voluntarios Realistas. También, concentró en Santiago todas las instituciones de la Capitanía general de La Coruña, por orden del rey.

Estas medidas hicieron ganarse la confianza de Fernando VII, pero también le ocasionó el enfrentamiento con liberales. Durante aquellos años Galicia, pudo conocer a otros defensores absolutistas:
Tomás de Zumalacárregui era gobernador de la plaza de El Ferrol y futuro caudillo del Ejército carlista.
Rafael de Vélez era arzobispo de Santiago y autor de numerosas obras políticas contra el liberalismo, como Apología del Altar y el Trono, o Preservativo contra la irreligión.
Francisco López Borricón era obispo de Mondoñedo y futuro vicario general castrense del Ejército carlista.

PALACIO DE SANTA CRUZ

El 29 de octubre de 1829, Eguía sufrió el primer atentado político mediante paquete bomba que estaba abriendo en su despacho del palacio de Santa Cruz, en Santiago de Compostela. La explosión le produjo la amputación la mano derecha y de dos dedos de la izquierda, y daños en la visión y diversas heridas en el cuerpo.

A pesar de un realizar una intensa actividad de investigación por parte de las autoridades, no se encontró a los responsables. Pero siempre se supo que eran revolucionarios liberales, en sus intentos de asesinar a los más leales y fervientes defensores del Régimen tradicionalista. Este atentado consiguió que Eguía se enfatizara aún más en sus ideales absolutistas.

En noviembre de 1829, Fernando VII recompensó al militar vizcaíno con el ascenso a teniente general.

En mayo de 1830, regresaba al mando de la Capitanía General y concedía el título de conde de Casa-Eguía. Tras enfermar el rey, en septiembre de 1832, la reina María Cristina se hizo cargo del gobierno. Eguía fue destinado al cuartel de Valladolid, a medio camino entre la Corte y su ciudad natal, y en agosto de 1833 le fue permitido asentarse en Vitoria, más cerca de sus familiares.

Muerto Fernando VII, Eguía se alineó en favor del pretendiente al trono Carlos María de Isidro, al que sirvió en su Cuartel General, en contra de las aspiraciones de los liberales que respaldaban a su sobrina Isabel II. Estallaba la primera Guerra Carlista.

Desde su exilio en Francia, concretamente en Bagnéres, Eguía esperaba la llamada del líder carlista Zumalacárregui y trasladarse a las filas que defendía el Trono y el Altar. Tras la muerte de Zumalacárregui, Eguía se presentaba en Estella ante Carlos V, en julio de 1835. Este le nombró virrey de Navarra y general en jefe del Ejército Vasco-navarro en noviembre, en sustitución del fracasado Vicente González Moreno, sucesor de Zumalacárregui. Se dedicó a reorganizar las tropas mediante la formación de divisiones operativas y brigadas reservistas, y a fortalecer las líneas defensivas estables. Durante su mandato tuvo importantes roces con la Junta Gubernativa de Navarra y el general Maroto le acusó de crueldad.

TOMÁS DE ZUMALACÁRREGUI Y VICENTE GONZÁLEZ MORENO

En octubre de ese año, Eguía se enfrentó al general Fernández de Córdoba en territorio alavés, cerca del castillo de Guevara, y al siguiente a los liberales en la acción de Montejurra. En noviembre lideró la recuperación de Estella, y al mes siguiente se batió en Guetaria.

En los primeros meses de 1836, Eguía tuvo enfrentamientos militares en las provincias vascas: en enero, cerca de la alavesa villa de Arlaban; en febrero se apoderó de las vizcaínas Valmaseda, Plencia y Lequeitio; en marzo en Orduña; en abril en Orrantia y en la burgalesa El Berrón. Tras este último encuentro, fue nombrado vocal de la Junta Consultiva del Ministerio de la Guerra. Pero después de tomar parte en la acción de Arlaban, en junio, abandonó su cargo en la Jefatura del Ejército Vasco Navarro.

El motivo de su cese fue la incapacidad de desarrollar su plan estratégico. Este consistía en extender el teatro de operaciones a ciudades del centro-norte de España, como Santander, San Sebastián o Pamplona, las cuales deberían resistir a los sitios que el Ejército liberal realizase sobre ellas. De esta manera, el general Espartero obligaría a movilizar sus guarniciones, impidiendo la concentración de efectivos en el entorno rural del País Vasco y Navarra, generándole más gasto de recursos y efectivos militares.

Aun así, fue requerido para el Consejo de generales que preparaban el sitio de Bilbao por Bruno Villarreal, en octubre de 1836. El pretendiente Carlos le transfirió el mando, encontrándose en todas las acciones que tuvieron lugar hasta su levantamiento el 24 de diciembre. Como consecuencia de un nuevo fracaso, fue apartado del cargo y relegado al cuartel de Durango.

En abril de 1837, Carlos le solicitó para encabezar una comisión diplomática a la Corte de Turín. Su cansancio y deterioro físico, además de la falta de recursos, le impidieron obedecer la misión. Por este hecho, Eguía fue arrestado y encarcelado en el castillo de San Gregorio, en Navarra, durante dos años.

Los fusilamientos de Estalle mermaron el número de altos cargos militares con experiencia en combate del Ejército carlista. Esta situación ocasionó la perdonanza del pretendiente Carlos y su restauración al Ejército, nombrándole decano del Consejo Supremo de la Guerra, en marzo de 1839. Además del restablecimiento de este órgano de jefatura, tomó el mando de las tropas vasco-navarras, con las que se internó en Francia, en septiembre. La guerra estaba perdida, y se instauraba un Régimen constitucional de la reina Isabel II de forma definitiva en España y las provincias de ultramar.

Desde entonces y hasta julio de 1849, Eguía permaneció en Francia, lejos de Carlos, con residencia primero en Clermont-Ferrand, y después en Libourne y Burdeos.

Acogiéndose a la amnistía del junio de 1849, pudo regresar a España en libertad de cargos, con la colaboración del cónsul español en Burdeos. Aceptó el Convenio de Vergara, por lo que se le permitió recuperar su cargo de teniente general, así como todos sus honores y condecoraciones.
De la Guerra de la Independencia recibió las cruces de Talavera, de Chiclana, la del Tercer Ejército, la de retirada de la Isla de León, en 1815, la del Ejército que estaba en Portugal, en 1815, las de Mora del Rey y Consuegra, y la declaración de benemérito de la patria.

Además, por méritos a toda su extensa carrera fue recibiendo la cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, en 1816; y la de tercera y cuarta clase de la cruz de la Orden de San Fernando, en 1818 y 1834; la gran cruz de la Real Orden Americana de Isabella Católica, en 1831; la gran cruz de la Real Orden Española de Carlos III y la cruz de la Real Orden de San Hermenegildo, que fueron concedidas por Carlos María de Isidro, en 1836, y revalidadas por Isabel II en 1850.

Por último, se le permitió afincarse en el cuartel en Vitoria, posteriormente en San Sebastián, en 1851. Dos años después, fue nombrado senador vitalicio del reino. En 1860, se trasladó a Tolosa, donde murió en 1865.

08/09/2024

Martín García-Loygorri e Ichaso


Militar héroe de la batalla de Alcañiz durante la Guerra de la Independencia española e impulsor de importantes reformas en el Cuerpo de Artillería

MARTÍN GARCÍA-LOYGORRI E ICHASO

Martín García-Loygorri e Ichaso nació en Corella, Navarra, en 1759, perteneciente a una noble familia, que presuponía descendencia de los reyes de Navarra.

En 1772, cuando tenía trece años, ingresó en el Colegio de Artillería establecido en el Alcázar de Segovia, del que saldría como número uno de su promoción.

A lo largo de su vida intervendría activamente en veintisiete acciones de guerra, cinco sitios y una defensa de plaza.

Su primera intervención militar en la defensa de Melilla de 1777, contra el ejército del sultán de Marruecos. De 1801 a 1807 participó en las campañas de Portugal.

El 23 de mayo de 1809, tomó parte en la batalla de Alcañíz de la Guerra de la Independencia contra los franceses. Con su heroico comportamiento, logró salvar la vida de muchos alcañizanos, evitando la destrucción de la ciudad cuando todo parecía perdido. Dispuso con enorme acierto la ubicación de las diecinueve piezas de artillería con que contaban las fuerzas españolas. Con gran serenidad y sangre fría, esperó a que las tropas enemigas estuvieran casi encima para ordenar lanzar un ataque más duro, desbaratándolas y poniendo en huida a 10.000 soldados franceses cerca de Teruel.

martín garcía loygorri busto artillería museo
BUSTO Y CARTAS DE MARTÍN GARCÍA-LOYGORRI

Su decisiva intervención fue premiada con la Cruz Laureada de San Fernando, siendo el primer artillero en conseguir la más prestigiosa recompensa militar española. Además, fue ascendido a mariscal de campo.

Durante el resto de su carrera fue adquiriendo sucesivos cargos y condecoraciones: teniente general, vocal de las Asambleas de las Reales Órdenes de San Fernando y San Hermenegildo y de la Junta Militar de Indias, y caballero profeso de la Orden Militar de Santiago.

Desde 1810 y hasta 1822, ocupó el cargo de director general del Cuerpo de Artillería, así como del Real Colegio de Artillería.

Este artillero navarro se encontraba ya en Madrid desde 1814, donde los franceses ya habían sido expulsados y se vivía una reconstrucción generalizada. Entonces, centró su gestión en la recuperación y mantenimiento de la artillería española tras la Guerra de la Independencia. Especialmente relevantes fueron sus servicios a la reorganización del Cuerpo, maltrecho después de tan larga y traumática campaña, destacando entre otros la institucionalización de la Junta Superior Facultativa como máximo órgano jerárquico artillero; la creación de los escuadrones a caballo y los batallones de tren; y la redacción y puesta en vigor de la Ordenanza para la artillería en las posesiones de Ultramar.

ARTILLEROS ESPAÑOLES EN LA BATALLA DE SOMOSIERRA

García Loygorri luchó además por la vuelta del Colegio de Artillería desde Baleares a su sede original, el Alcázar de Segovia, efectuando las gestiones de la reparación del edificio y recuperando su carácter científico-militar con un elevado nivel docente. Para ello editó un nuevo reglamento, amplió y mejoró sus equipos e instalaciones, e inauguró un gran laboratorio de química y otro de ciencias naturales. También procedió a la compra del Gabinete de Mineralogía del gran naturalista Casimiro Gómez Ortega, uno de los más importantes de Europa en su tiempo, que ha llegado hasta nuestros días.

Según palabras del comandante general del Cuerpo de Artillería, Martín García Loygorri:
"Cuando una educación noble e ilustrada despeja el entendimiento y fortalece el corazón, aunque no alcance a transformar en héroes a todos los jóvenes que la recibe tiene una gran probabilidad de predisponer a muchos y de conseguir algunos."

En 1816, impulsó la segunda edición del importante Tratado de Artillería, de Morla, que tendría notable influencia en varias generaciones de artilleros. Puso en vigor la Ordenanza para Ultramar, reorganizó este cuerpo y fundó la Junta Superior Facultativa, máximo órgano artillero.

Murió en Madrid, en 1824.

MARTÍN GARCÍA-LOYGORRI

25/04/2024

Luis Power Echavarri


Comandante de Artillería durante el sitio de Bilbao del 16 de agosto de 1808, donde organizó la defensa y murió frente al Ejército napoleónico

LUIS POWER ECHAVARRI

Luis Power Echavarri nació en Bilbao el 9 agosto de 1769. Fue y bautizado con el nombre de Lorenzo Ramón Luis Power Echavarri el día siguiente en su parroquia de San Nicolás, apadrinado por Juan Orue y María Isabela Power.

El apellido Power provenía de Irlanda. Los Power formaban parte de la élite comercial y social de Waterford, en el siglo XVII. La persecución contra los católicos liderada por Oliverio Cromwell desde Inglaterra hizo que huyeran de Irlanda y se establecieran en ciudades como Burdeos y Cádiz, y a inicios del XVIII, algunos descendientes se instalaron en Vizcaya o las Indias españolas. Así, Juan Bautista de Power Dubernet, nacido en Burdeos, pasó a vivir en Bilbao y casó con María Asencia de Larrea Lasarte en 1676, probando expediente de hidalguía que se conserva en la Casa de Juntas de Guernica, y teniendo como hijo a Felipe Power Larrea.

Este vizcaíno natural de Abando fue regidor del Señorío en 1760, regidor capitular de Bilbao en 1766 y 1774; alcalde 2º de Bilbao en 1778 y prior del Consulado en 1779. En 1758, obtuvo nupcias con María Ignacia Luisa de Echavarri y Arechavala, nacida en Guernica. Con ella tuvo nueve hijos y uno de ellos fue Lorenzo Ramón Luis Power Echavarri. La mayoría de los hermanos siguió el empleo de armas al servicio de la Monarquía española:

Mariano Ramón Francisco Paula de Power Echavarri fue caballero en el Colegio Real de Caballería de Ocaña en 1786, pasando luego al Regimiento de Algarbe como teniente.

Luis Gonzaga Rafael de Power Echavarri fue caballero cadete en el Colegio Real de Artillería de Segovia en 1786 y teniente en 1794.

Juan Bautista Antonio de Power Echavarri fue caballero cadete en el Colegio Real de Artillería de Segovia en 1786.

Julián de Power Echavarri fue alférez de Fragata en 1794.

Matías José Luis de Power Echavarri fue cadete de las Reales Guardias Walonas.

BILBAO, FINALES DE SIGLO XVIII

A la edad de 13 años, Luis Power Echavarri ingresó como cadete en el Colegio Real de Artillería de Segovia, con sede en el Real Alcázar. A los 16, conoció la noticia del fallecimiento de su padre, mientras alcanzaba el grado de subteniente.

En 1790 y 1791, fue destinado a Ceuta, hallándose en bombardeos que sufrió la plaza, y fue nombrado teniente.

En 1793, tomaba parte del Ejército español que realizaba la campaña del Rosellón francés, en la Guerra de la Convención. Allí fue derribado de su caballo por el fuego enemigo en un par de ocasiones. Después, tomó parte en la batalla de Mas d’Eu con su batería volante, y alcanzó el grado de capitán. El 9 de octubre fue herido en la batalla de Le Boulou, donde una bala de cañón le astilla la pierna izquierda, dejándole cojo por vida.

Tras la finalización de Guerra de la Convención francesa en 1795, fue destinado a Málaga y Ciudad Rodrigo.

También luchó en la Guerra de las Naranjas, un pequeño enfrentamiento que hubo entre España y Portugal en mayo y junio de 1801. Al término del mismo, en agosto de ese año, le fue concedida licencia para tomar baños termales en Cestona durante dos meses debido a los dolores que arrastraba como consecuencia de la herida en la pierna.

Los dolores no remitían y pidió permiso para retirarse a su Bilbao natal. En enero de 1803, consiguió licencia militar, con un sueldo de capitán de 300 reales. Sin embargo, erró en el cálculo de la cantidad que debía corresponderle y al mes siguiente solicitó volver al servicio activo.

En 1805, a los 35 años de edad, decidió casarse con su sobrina carnal María Luisa de Echazarreta Power, de 20 años, siendo hija de su hermana María Felipa de Power Echavarri y el alcalde de Zumaya. Pero encontró la oposición frontal de sus futuros suegros y presentes hermana y cuñado. María Luisa escribió al primer ministro del rey Carlos IV, Manuel Godoy, para que les otorgara la necesaria dispendia. Ambos pretendientes tuvieron que esperar dos años para conseguir formalizar su matrimonio en la parroquia Santiago de Bilbao, en junio de 1807. Tuvieron sólo un hijo, José Luis Vicente Julián de Power Echezarreta.

ARTILLEROS ESPAÑOLES DE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA

Poco tiempo después este matrimonio iba a sufrir la consecuencia de la invasión francesa sobre España y el inicio de la Guerra de la Independencia en 1808. Tras la victoria de Bailén, el Ejército imperial de Napoleón Bonaparte retrocedía hacia la frontera hispano-gala y el golfo de Vizcaya.

La noche del 5 de agosto de 1808, Bilbao se levantó en armas contra los invasores. Se constituyó una Comisión de Guerra presidida por el mariscal de campo José Benito Zarauz. Power Echevarri fue nombrado comandante de artillería y se encargó de organizar la defensa, levantando barricadas y trincheras. Sus dotes estratégicas eran buenas, pero su oratoria lo era aún más. Fue claro al dirigirse a sus paisanos.

El 16 de agosto, sucedió el Sitio de Bilbao por el ejército de Merlín. Durante la batalla, Luis Power Echavarri murió al frente de un grupo de artilleros en Atxuri, a la altura del puente de San Antón. Trataba de contener la vanguardia de ataque mientras organizaba la huida de los voluntarios armados.

ARTILLEROS EN EN SITIO DE BILBAO DE 1808

El periódico El Bascongado, en su edición de 22 de febrero de 1814, hizo referencia sobre su valentía de esta manera:
"… fue una de las víctimas en esta sangrienta jornada don Luis Power, oficial de Artillería, de buena reputación militar, a quien se llamó el Daoiz de Vizcaya, muerto alevosamente al pie del cañón con tanto acierto manejado, después de haberle concedido el cuartel a que era acreedor por su valentía y después de haber salvado con su generosidad la vida de muchos conciudadanos, a quienes avisó se retirasen prudentes …"

Algunos le han denominado el "Daoiz de Vizcaya" en clara referencia a sus compañeros de armas Luis Daoiz y Pedro Velarde, ambos también capitanes de artillería, que murieron durante el levantamiento madrileño del dos de mayo.

En la actualidad, Bilbao dedica una calle al comandante en el barrio de Deusto, que comienza en Botica Vieja y termina en Lehendakari Aguirre, es la Luis Power Kalea.



07/02/2023

María Ángela de Tellería


María Ángela de Tellería fue guerrillera que rescató a varios oficiales españoles en la prisión de Durango durante la Guerra de la Independencia española, en 1809

María Ángela Tellería guerrillera vasca Guerra Independencia española
MARÍA ÁNGELA DE TELLERÍA

María Ángela de Tellería
nació en Elgueta, Guipúzcoa, en 1785. A la edad de 24 años estaba soltera, vivía en Durango y trabajaba como criada del presbítero Pedro de Orsoqueta. El Señorío de Vizcaya estaba ocupado por las fuerzas imperiales francesas del emperador Napoleón Bonaparte y de su hermano el rey de España José I. Pasó a la historia del Señorío por realizar uno de los episodios más valientes de la Guerra de la Independencia española: el rescate de varios oficiales del Ejército español.

El 19 de julio de 1809, un grupo de infantería francesa llegaba a Durango conduciendo a veintiséis oficiales y algunos soldados españoles que habían sido capturados en Santander, y eran llevados como prisioneros a Francia.

Según el relato histórico, tan mitológico como académico, María Ángela ayudó a escapar a tres oficiales entregándoles ropas de mujer desde la prisión, los cuales pudieron evadirse usándolos como disfraz.

Tras el éxito de este primer ensayo, regresó y ofreció una soga a los prisioneros, proponiéndoles que la usasen para subir hacia una ventada que daba a una huerta por la que podían fugarse. Una vez allí, fueron escondiendo en caseríos cercanos.

Más tarde, fue apresada en Durango por orden del gobernador de Bilbao, el general Avril, y condenada a muerte. En el acta de su enjuiciamiento, confesó que cuando los últimos oficiales capturados en Santander cruzaban Durango, uno de ellos se dirigió a ella y le dijo que "le habló a la declarante diciéndole que le diese un socorro", dándole dos pesetas. Él lo confesó que deseaba fugarse y le pidió que reuniese de forma discreta algún dinero entre "los bien hechores del pueblo", y se lo entregara en el caserío Arandina, ubicado a las afueras de la villa. Intentaba quitarse responsabilidad de su acción.

Durante los días siguientes fue reuniendo dieciocho duros y medio, que equivalen a 360 reales. Afirmaba no recordar a quienes les pidió dinero, en cambio los vecinos creían que era para ayudar a los oficiales aún apresados y no para algún fugado.

Pintura puerta Santa Ana Durango Hombrados Oñativia
DURANGO Y GURRILLERA VASCA

Finalmente, el Tribunal la condenó a muerte, siendo conmutada su pena por un arresto de diez años en una casa de corrección, por el hecho de ser mujer. En atención a "la prisión que ha sufrido, a su menor edad… y a la fragilidad e ignorancia propios de su sexo", redujo la condena a dos años como escarmiento, más las costas. El 5 de septiembre de 1809, fue encerrada en la cárcel de Durango. La sentencia no expresa nada de liberar a otros tantos oficiales españoles, luego parece que la leyenda ha exagerado mucho su realidad.

Pero su fama ya habría llegado a oídos de los oficiales y guerrilleros que actuaban por el Señorío de Vizcaya y alrededores. Así, el líder guerrillero Ignacio Alonso Cuevillas asaltó la prisión de Durango, rescató a María Ángela y se la llevó a Logroño.

Cuando el Ejército napoleónico invadió Logroño, fue arrestada y conducida a Durango, Bilbao y Vitoria, haciéndola sufrir grandes penalidades. Fue interrogada por el gobernador Thouvenot, respondiendo "en su lengua vascongada". Esta le replicó:
"... que así como él era buen patriota francés, ella era buena patriota española; que ninguna cosa mala había hecho, Señor, y que pudiendo, volvería a ejecutar lo mismo, Señor."
Se supone que sería condenada a muerte, pero no existe documentación que confirme su fusilamiento. Días más tarde, Francisco Tomás de Anchía, líder de la guerrilla de los Voluntarios de Vizcaya, conocido como el general Longa, amenazó con ejecutar a quince oficiales franceses que tenía en su poder, si María Ángela era ajusticiada. La misiva fue entregada mediante un subalterno suyo al gobernador francés de Vitoria. Thouvenot la puso en libertad gracias a pago que entregaron tres ilustres vecinos de la ciudad. De allí la llevaron a Asturias, donde el general Bonet la entregó al comandante de las tropas españolas, Polier.

FRANCISCO TOMÁS DE ANCHÍA E IGNACIO ALONSO CUEVILLAS

En 1811, llegó a Cádiz, donde se acogió a la hospitalidad de Francisco Sánchez Barbero, redactor del periódico El Conciso. En su número del 18 de marzo, publicó una versión exagerada de sus actos realizados en Durango. El 30 del mismo mes, la comisión de premios de las Cortes de Cádiz le otorgó una pensión vitalicia de 4.000 reales.

Parece ser que se quedó a vivir el resto de su vida en Cádiz, porque murió en el pueblo gaditano de Rosal de la Frontera, en 1864, cuando tenía 64 años de edad.

23/01/2023

José María de Orbe y Elío


Militar durante la Guerra de la Independencia y político absolutista durante la I Guerra Carlista

JOSÉ MARÍA DE ORBE Y ELÍO

José María de Orbe y Elío nació en Irún en 1776, en el Palacio de Arbelaiz. Fue el tercer marqués de Valdespina, titulo nobiliario heredado de su procedencia familiar vizcaína y guipuzcoana. Le pusieron el pseudónimo de el "Manchuelo de Ermua".

Sus primeros estudios fueron efectuados en el Colegio de Escuelas Pías de Zaragoza y luego en el Seminario de Vergara. Cuando tenía veintiséis años, renunció a una carrera de letras y prefirió la militar al declararse la Guerra de la Convención francesa en 1794. En esta contienda sirvió de capitán en el primer batallón de los Tercios de Guipúzcoa. Perdió un brazo en la batalla de San Marcial luchando contra los franceses.

En los inicios de la Guerra de la Independencia española fue un entusiasta defensor de la rebelión de Bilbao del 5 de agosto de 1808 contra los napoleónicos. Entonces ya era un cuarentón, alcalde de Ermua, pero seguía siendo un hombre de acción. La Junta de Vizcaya le encargó el traslado de un convoy de armas desde Plasencia de las Armas para organizar la defensa del Sitio de Bilbao, el 16 de agosto de 1808. Después, fue comandante de uno de los batallones de Tercios de Vizcaya y representante del Señorío de Vizcaya en las Cortes en varias ocasiones.

JOSÉ MARÍA DE ORBE Y ELÍO

A la muerte de Fernando VII, en 1833, siguió la causa del pretendiente al trono español, Carlos V, a quien proclamó en la diputación, liderando la sublevación carlista de Vizcaya en calidad de corregidor.

Cuando Carlos V llegó a España tras su huida a Portugal y posterior viaje a Inglaterra, le elevó a la dignidad de Grande de España, y le nombró segundo comandante general del Señorío de Vizcaya con el grado de brigadier y miembro de la Junta Consultiva.

Por su fidelidad al rey pretendiente, fue nombrado ministro del Consejo general de negocios del reino, mariscal de campo y en 1838 ministro de la guerra y I duque de la Confianza. Contrario a la firma del Convenio de Vergara, en 1838, participó en intrigas en favor de la continuación de la guerra y se vio obligado a exiliarse en Francia. Falleció en Burdeos en 1850.

17/11/2022

Juan Félix Sarasa Istúriz


Guerrillero de la División Navarra a las órdenes de Espoz y Mina y de su tío Félix Sarasa en la Guerra de la Independencia

JUAN FÉLIX SARASA ISTÚRIZ

Juan Félix Sarasa Istúriz
era natural de Berriosuso, Navarra, donde nació en 1792. Era sobrino de Félix Sarasa "Cholín", uno de los lugartenientes del líder guerrillero Francisco Espoz y Mina, que combatió en la Guerra de la Independencia.

En 1810, ingresó en la guerrilla de Observación de los Pirineos, a las órdenes de su hermano mayor. Desde este cuerpo militar participó en numerosas acciones libradas en contra de las guarniciones francesas desde Urdax a Bera, y en las de Lekunberri, Irurtzun y Roncesvalles.

En 1812, fue herido en una pierna durante un encuentro con los franceses y, al no poder continuar en la columna, fue destinado al tercer Regimiento de Navarra. A partir de entonces intervino en numerosas acciones de guerra. Entre ellas, en 1813, en las de Mendívil, Tafalla, Tudela, y en los sitios y rendición de Zaragoza y Jaca.

A lo largo de la contienda fue ascendiendo a sargento, subteniente, teniente, capitán y, en 1814, tras la conclusión de la Guerra napoleónica, se le nombró gobernador del cuartel general de la División Navarra.

Pasó después al Regimiento de Voluntarios de Madrid y, más tarde, al de Infantería de la Reina, hasta 1823. Entonces fue purificado de la conducta que había tenido en el periodo constitucional y en 1826, se le encargó la Habilitación de la clase de Indefinidos de la provincia de Málaga. En 1828 cesó en esa comisión y se le dio la licencia, situación en la que permaneció hasta 1833.

En 1810, ingresó en la guerrilla de Observación de los Pirineos, a las órdenes de su hermano mayor. Desde este cuerpo militar participó en numerosas acciones libradas en contra de las guarniciones francesas desde Urdax a Bera, y en las de Lekunberri, Irurtzun y Roncesvalles.

25/04/2022

Tomás Renovales y Goicolea


Capitán de la División Navarra durante la Guerra de la Independencia española y oficial del Ejército realista durante la Guerra de Independencia de Venezuela, que intentó el asesinato de Simón Bolívar en 1818

TOMÁS RENOVALES Y GOICOLEA

Tomás Renovales y Goicolea nació en Arcentales, comarca vizcaína de las Encartaciones, en 1787. Era hijo de Joaquín de Renovales y Juana de Goicolea; y sobrino de Mariano Renovales y Rebollar, líder guerrillero y posteriormente brigadier del Ejército español durante la Guerra de la Independencia española.

En torno a este conflicto iba a girar la vida de Renovales durante buena parte de su juventud. En diciembre de 1808, tomó parte del Primer Sitio de Zaragoza junto a su tío Mariano y muchos otros vascos, y poco después, en enero de 1809, en el Segundo Sitio de Zaragoza, combatiendo al Ejército francés del emperador Napoleón Bonaparte y el rey José I de España.

Lo hizo como profesional del Ejército español, con rango de cadete en el Batallón de Húsares de Aragón. Este cuerpo militar fue creado por el general José Rebolledo de Palafox, y dirigido por su tío, el brigadier Mariano de Renovales, durante el segundo sitio.

Tras la rendición de Zaragoza en febrero de 1809, tío y sobrino fueron hechos prisioneros y conducidos hacía Francia. De camino a Pamplona, la altura de Caparroso, ambos fueron liberados por la guerrilla navarra de los hermanos Gambra, naturales del valle de Roncal. Fermín, Pedro, Francisco y Sebastián habían estado a las órdenes de Mariano de Renovales en Zaragoza, por lo que fueron en su búsqueda.

Durante seis meses, Tomás estuvo en la guerrilla de su tío, junto a otros líderes guerrilleros como Fermín Gambra o Gregorio Cruchaga, organizando la resistencia de civiles armados en los valles del Roncal y combatiendo al Ejército napoleónico acuartelado en Pamplona y en otras guarniciones navarras.

Al final de la Guerra de la Independencia, en 1814, había ascendido a capitán de la División Iberia, también llamada División Navarra, cuerpo regular español del anterior Corso Terrestre de Navarra que dirigía Francisco Espoz y Mina.

PRIMER SITIO DE ZARAGOZA

Aprovechando la contienda hispano-gala, surgieron movimientos de sublevación en los virreinatos española de América. Desde Cádiz, partió una expedición al mando del general Pablo Morillo con el objetivo de sofocar la rebelión producida en la Capitanía General de Venezuela, en 1815. En esta expedición tomó parte Tomás de Renovales, y hecho por el cual pasaría a la historia de la Guerra de Caracas. Este vizcaíno siempre se mantuvo fiel a su rey Fernando VII y a la defensa de los virreinatos del Imperio español frente a insurgentes, y leal a su general Pablo Morillo "el Pacificador".

La expedición de Morillo llegó a la isla Margarita, y desde ahí a tierra firme. Tomó parte de las acciones armadas de Santa Rosa, en 1815, y de Santa María de Ipire, El Pilar y Píriru, en 1816.

En 1817, Salvador Moxo, comandante general de las tropas de operaciones de las provincias de Venezuela, asignó Tomás de Renovales el mando del frente de combate de la provincia de Barcelona.

General Venezuela Virreinato Nueva Granada
CAPITANÍA GENERAL DE VENEZUELA, AÑO 1810

En 1818, tomó parte de la batalla de Calabozo y en otras acciones militares en el interior del territorio venezolano. Pero por lo que ha pasado a la historia de Venezuela ha sido por el intento de asesinato al prócer independentista Simón Bolívar. Así, el 16 de abril de 1818, fue comisionado por orden del coronel Rafael López de realizar un plan de ataque el Cuartel General del Ejército Republicano, ubicado en Rincón de los Toros, un lugar situado en la actual villa de Ortiz, a pocos kilómetros al sur de San José de Tiznados, en el estado de Guárico.

La madrugada del 17 de abril, Tomás Renovales estaba al mando de 8 soldados con el que efectuaría la operación. Primero, consiguieron el santo y seña que les permitiría el acceso al interior del campamento, mediante la captura de un sirviente del capellán venezolano Esteban Prado, que además les proporción una información muy útil para conocer el lugar donde estaba la comandancia. Luego, engañando a los centinelas, haciéndose pasar por una patrulla que regresaba.

Una vez dentro, pidió al coronel Francisco de Paula Santander, que le condujeran hasta la tienda de campaña de Simón Bolívar para informar sobre supuestos movimientos de los realistas. Una vez dispuesto frente al objetivo, Tomás Renovales dio la orden de lanzar una ráfaga de disparos con sus fusiles. Bolívar consiguió escapar ileso del ataque por encontrarse fuera de su catre o que descansaba en otra tienda de campaña. En cambio, resultaron muertos su capellán, el coronel Galindo y algunos oficiales republicanos junto con otros que resultaron heridos.

Aquel incidente fue aprovechando por el Ejército realista para lanzar otro ataque directo al cuartel, en el que murieron unos 700 soldados republicanos. Ante la confusión, Renovales tuvo que escapar del lugar; y Bolívar logró escapar ayudado por el sargento Leonardo Infante.

El 21 de abril de 1819, el rey Fernando VII recompensó aquel intento fallido de eliminar a Simón Bolívar con el ascenso a teniente coronel.

SIMÓN BOLÍVAR Y TOMÁS RENOVALES

Posteriormente, participó en participó en varias acciones de guerra a las órdenes del Miguel de la Torre, gobernador y capitán general de Venezuela. Una de ellas fue la batalla de Carabobo, en junio de 1821.

Aquel año, contrajo matrimonio con Nicolasa de la Concepción Fernández y García, criolla natural de Calabozo, en el estado Guárico.

Tras la pérdida de aquella provincia ultramarina, Tomás Renovales fue trasladado a la isla de Puerto Rico, donde permanecería desde 812 hasta 1832. En abril de 1823, el gobernador y capitán general Miguel de la Torre le nombró comandante supremo de su Departamento Militar. Aún terminaría cambiando de cuerpo militar los últimos años de su vida, ya que fue coronel del Batallón de Caballería Húsares de Aragón hasta 1835, año de su defunción.

12/02/2022

José Javier Ignacio de Imaz y Altolaguirre


Mariscal de Campo durante la Guerra de la Independencia y ministro de Hacienda además de otros cargos administrativos de relevancia, durante las primeras décadas del siglo XIX

JOSÉ JAVIER IGNACIO DE IMAZ Y ALTOLAGUIRRE

José Javier Ignacio de Imaz y Altolaguirre nació en Ataún, Guipúzcoa, en 1761.

Inició su carrera militar en el Perú, en 1780, sentando plaza de cadete en el Regimiento de Infantería Real de Lima. Combatió contra la sublevación de los nativos liderados por Tupac Amaru, en las acciones de Sangara y Vilcamayu.

En 1782, fue trasladado a la península con el rango de subteniente, para combatir al Ejército francés en las campañas del Rosellón, Masdeu, Truillas, Boulou y en la batalla de Plá del Rey.

En 1794, por méritos propios fue ascendido a capitán y destinado a Guipúzcoa, para combatir a las órdenes del general Caro y del conde de Colomera, durante la Guerra del Rosellón, en los combates del Bidasoa, Vera, Irún, San Marcial, Pasajes, Fuenterrabía y San Sebastián, y en las de Arizcun y Peñón de Comisary.

En 1795, estuvo en Cataluña con su nuevo Regimiento de Zamora bajo el rango de sargento mayor, con el que participó en la acción de Pontós el 14 de julio. Pasó a incorporarse a la Escuadra franco-española de Brest, con el objetivo de embarcar con el contingente que marchó hacia las costas de Inglaterra, aunque abortada la operación militar, se le destinó finalmente al Ejército de Galicia. Destinado en la plaza de Tuy, prestó desde allí servicios de vigilancia y guarnición en la frontera portuguesa delimitada por el río Miño.

En 1799, fue nombrado caballero de la Orden de Calatrava. Nuevos destinos le llevaron a las plazas de Ferrol, Zaragoza y Valencia.

En octubre de 1802, fue ascendido a teniente coronel y reorganizó la expedición que al mando de O´Farril marchó al Reino de Etruria. En 1807, desde Italia, atravesando Alemania, marchó a incorporarse a los fiordos daneses como componente de las tropas que mandaba el marqués de La Romana.

EL REGIMIENTO ESPAÑA CARGANDO CONTRA LOS FRANCESES EN 1793, POR AUGUSTO FERRER DALMAU

Iniciada la Guerra de Independencia, aquellas tropas amotinadas contra Napoleón cruzaron el estrecho de Belt por Kolding, pasado a Fionia, y el 9 de agosto desde Jutland a Nieborg a donde llegaron el 10, embarcando en la escuadra británica del almirante Keats que les llevó a La Coruña, donde no pudiendo desembarcar, lo harían en octubre en el puerto de Santander, incorporándose desde allí al Ejército de Galicia, a las órdenes del general Blake.

Siguiendo las vicisitudes de aquellos días, participó el 10 de noviembre de 1808 en la desastrosa batalla de Espinosa de los Monteros (Burgos).

En 1809, fue coronel del Regimiento de Sevilla, y al año siguiente brigadier. Como comandante general de la primera División de Extremadura, estuvo combatiendo en Castilla, Extremadura y Aragón, participando en la batalla de Jerez de los Caballeros en julio de 1810.

En febrero de 1811, siendo mariscal de campo, participó en la defensa de Badajoz, haciéndose cargo de su gobierno al mes siguiente. Pero finalmente, esta plaza cayó a manos de los franceses el 10 de marzo. Tras ser hecho prisionero, fue rescatado desde Francia por un grupo de guerrilleros.

En la isla de León, fue arrestado y sometido a un juicio de guerra. Durante un año estuvo defendiendo su resistencia y no entrega por la ciudad de Badajoz ante el Ejército napoleónico, hasta que fue puesto en libertad y absuelto de cargos.

A pesar de esta rendición, durante la Guerra de la Independencia, José Imaz y Altolaguirre obtuvo un notable reconocimiento a su heroica labor militar en la defensa de España. Así, recibió las condecoraciones de las acciones de Medina del Campo y Lugo, batalla de Tamames, ejército de la Izquierda, reconquista de Villafranca, Estrella del Norte y cruz de San Fernando de 3ª clase.

MUERTE DEL GENERAL MENACHÓ EN LA DEFENSA DE BADAJOZ, POR JULIO BORRELL PLA

En julio de 1815, se puso al servicio de la cuarta División de Milicias en Galicia, como subinspector, derrotando la insurrección del general Juan Díaz Porlier en La Coruña.

En 1816, fue galardonado con la gran cruz de San Hermenegildo. Desde entonces, ocupó varios cargos de manera sucesiva: director general de Rentas en 1817 y 1818; ministro de Hacienda bajo la gobernación de Casa-Irujo y Mataflorida entre 1818 y 1819; superintendente de Loterías y protector de la Junta del Montepío en 1819; presidente de la Compañía de Filipinas en 1819; gobernador de Tuy entre 1819 y 1820; fiscal de la Orden de San Fernando entre 1818 y 1820; ministro de Hacienda en 1822; director general de Aduanas y Resguardos así como consejero de Estado honorario entre 1822 y 1823.

Partidario del bando liberal, el 7 de julio de 1822, fue declarado benemérito de la Patria por su contribución en defensa de la Constitución.

Por último, en 1834, fue nombrado ministro de Hacienda durante el primer año del gobierno liberal de Isabel II.

ESCUDO DE ARMAS DE IMAZ Y DE ALTOLAGUIRRE

26/07/2021

Anselmo de Gomendio


Jefe de Escuadra participante en el sitio de Gibraltar de 1781, en el combate del cabo Espartel de 1782, en las expediciones a Argel de 1783 y 1784, en el combate de Trafalgar de 1805 en el San Ildefonso, y en la Guerra de la Independencia española de 1808-1814

ANSELMO DE GOMENDIO

Anselmo de Gomendio y Castillobeitia era natural de Oñate, donde nació en 1760.

En julio de 1776, sentó plaza de cadete en la Academia de Guardiamarinas del Departamento Naval de Ferrol. Ascendió a alférez de fragata dos años después, tras formarse en las ciencias náuticas de forma teórica en la academia como práctica a bordo de algunas expediciones marítimas.

Su bautismo de fuego tuvo lugar en el marco de la Guerra de la Independencia de las provincias norteamericanas, donde España apoyó a los sublevados junto a Francia frente a la Corona británica, entre loa años 1779 y 1783. Entonces, Gomendio participó en varios enfrentamientos "de cabotaje" contra los ingleses.

Estuvo en el sitio de Gibraltar de 1781 y la defensa de las baterías flotantes, al igual que la mayoría de los almirantes navales de su generación, como Cosme Damián de Churruca. Tras esta acción, Gomendio fue ascendido a alférez de navío.

En 1782, formaba parte de la flota combinada hispano-francesa compuesta por 46 navíos de línea que se enfrentó a un armada británica de 34 navíos en el combate del cabo Espartel. Aunque el teniente general era Luis de Córdoba en el Santísima Trinidad, estaba bajo la autoridad de Juan de Lángara, al igual que otros marinos vascos como Ignacio María de Álava o Tomás de Ayalde.

Participó en las segundas expediciones de Argel en 1783 y 1784, embarcado respectivamente en los buques Carmen y San Fermín, a las órdenes del almirante Antonio Barceló. Sobresalió en nueve ataques sobre el enclave, con gran acierto en sus decisiones, defendiendo al navío San Fernando. Al final de la campaña, fue ascendido a teniente de fragata y asumió el mando una bombarda, que le permitió cubrir con gran arrojo la retirada de las tropas, frente a un número superior de militares berberiscos. No obstante, resultaría gravemente herido.

BOMBARDEO DE ARGEL DE 1783

Durante la segunda mitad de la década de los 80, Gomendio formó parte de las flotas que protegían a los barcos mercantes de la Carrera de Indias en la ruta atlántica, su firme comportamiento para traer caudales le valió el grado de teniente de navío en 1790.

Entre 1792 y 1797, estuvo alternando acciones navales en el Mediterráneo, junto al almirante Lángara, y el Atlántico en la Guerra de la Primera Coalición que enfrentaba a la Monarquía española contra la Convención republicana francesa.

La Paz de Basilea y el Pacto de San Ildefonso de 1796 formalizaba una alianza política y militar con la Convención francesa, enfrentando a España otra vez contra Gran Bretaña, en la Guerra de la Segunda Coalición. Gomendio participó en la defensa de Cádiz de 1797, a las órdenes del almirante bilbaíno José de Mazarredo. Estaba al mando de las lanchas bombarderas de asalto pertenecientes al navío Concepción, con la que contuvo a los navíos británicos de Horatio Nelson en la entrada del puerto. El estrepitoso fracaso de Nelson en tal refriega determinó con el tiempo la estrategia británica de dar una batalla de aniquilamiento cercana a la costa, pero no en los puertos, como sucedería años más tarde en aguas cercanas al cabo de Trafalgar.

En esta escuadra que defendía el Departamento Naval de Cádiz se encontraban otros almirantes de renombre como Gravina, Escaño y Valdés, y otros vascongados que ya estaban alcanzando un prestigio como José Ramón de Gardoqui, Ignacio de Olaeta y José Justo de Salcedo. Los lugares de estos marinos volvían a ser comunes; cuando no se interrelacionaban sus servicios en expediciones de límites, hidrográficas o científicas, las relaciones personales se trababan en la defensa militar de costas y puertos.

COMBATE DE TRAFALGAR

En 1804, Gomendio obtuvo el grado de segundo comandante del navío San Ildefonso. Pronto estallaría la Guerra de la Tercera Coalición, la Francia de Napoleón volvía a enfrentar a España contra Gran Bretaña.

El 21 de octubre de 1805, tomó parte del combate de Trafalgar, embarcado en el San Ildefonso, de 2 puentes, 74 cañones y 716 marinos, bajo las órdenes de su maestro y amigo el comandante José Ramón de Vargas.

Comenzó el combate hacia el extremo sur de la línea que formaba la flota combinada hispano-francesa que dirigía con muy mal acierto el vicealmirante galo Villeneuve. Tenía por encima de la línea al Santa Ana, de 3 puentes y 120 cañones, al mando de Ignacio María de Álava y José de Gardoqui, y por debajo cubría con su eslora al Príncipe de Asturias del general de la escuadra española Federico Gravina, con 112 cañones. El navío San Ildefonso tenía como objetivo servir de escudo al navío capitana Príncipe de Asturias de Gravina. El propio Gomendio tuvo un papel fundamental en los hechos, así como en la narración posterior de lo acontecido.

A las 12 de la tarde, los buques británicos Defiance y Revenge atacaron por igual al Príncipe y al San Ildefonso desde el principio. Ante el tamaño del Príncipe, se sumaron al enfrentamiento el Thunderer y el Polyphemus. A la 1 y cuarto del mediodía fue herido el comandante José de Vargas, trasfiriendo el mando a Anselmo de Gomendio. Sobre las 1 y media salió del combate el Defiance completamente destrozado. Entonces, otros dos navíos entraron en batalla contra ambos españoles, el Swiftsure y el Defence, dando así paso a una acción escalonada por intervalos.

Sobre las 3 y cuarto de la tarde el Príncipe de Asturias logró virar y apartarse de los enemigos, que han quedado en muy mal estado. Ante la maniobra del navío de Gravina, los barcos ingleses, incapaces de seguirle, se retiraron también del combate. Todos ellos menos el Defence, que sobre las 4 de la tarde volvió a caer sobre el maltrecho San Ildefonso. El buque de Gomendio se hallaba ya desarbolado, con muchos balazos a flor de agua y sin gente para atender las baterías como consecuencia del número de heridos, es decir, sin capacidad alguna de lucha, mientras que la nave inglesa se encontraba en mucho mejor estado.

Gomendio intentó resistir al Defence algunos minutos más, no obstante, ante la desproporcionada cantidad de bajas, decidió rendir la nave a las 4 y cuarto, evitando así una mayor matanza. La rendición quedó verificada por el capitán George Hope del Defence y por el herido José de Vargas en presencia del agotado Gomendio, pues del buque capturado solo se sostenía el casco y el palo de trinquete. De los 716 marinos iniciales, 34 resultaron muertos y 126 heridos.

El drama y heroicidad demostrado por Gomendio se puede leer en su Parte del navío San Ildefonso:
"Parte complementario de Anselmo de Gomendio, segundo del San Ildefonso

En cumplimiento a la orden de V.S. de participarle por escrito las ocurrencias del combate del 21 del presente, después que V.S. se vio en la dura precisión de retirarse a causa de su herida, debo decirle; que los dos navíos que, a su retirada, batían a éste a tiro de pistola, conservaron la posición hasta la 1 y 1/2 de la tarde (el Defiance y el Revenge, el primero para apartarse luego definitivamente del combate tras otra andanada del Príncipe, y el segundo para proseguir la acción contra el buque de Gravina), a cuya hora fueron relevados por otros dos (el Thunderer y el Polyphemus, o bien el Thunderer y el Swiftsure, que si estaban atacando ya al Príncipe iniciarían ahora sus fuegos contra el San Ildefonso), los cuales me destruyeron considerablemente el aparejo e introdujeron muchas balas a la lumbre del agua, obligándome a poner en uso las bombas, y me metieron dentro muchos tacos incendiados, por los cuales se prendía fuego el alcázar y toldilla, cuya extinción conseguí con mucho trabajo; desarbolé del palo del trinquete a uno de estos dos navíos que me causaron tantas averías, y se retiraron del combate; a las 3 de la tarde, viendo que se dirigía para mí el navío Defence, que aún no había combatido (se refiere a no haber combatido contra el San Ildefonso), situándose por mi aleta de estribor, con un fuego muy vivo y sostenido, concluyó la obra que tanto avanzaron los otros cuatro anteriores, acabando de desarbolarme enteramente, matándome e hiriéndome mucha gente..."

Tanto José de Vargas como Anselmo de Gomendio fueron hechos prisioneros, siendo liberados semanas después, el 9 de noviembre.

El marino guipuzcoano ascendió a capitán de navío. De todas formas, desde la derrota de Trafalgar, sería testigo directo de la decadencia y destrucción del resto de la Armada de Carlos III con la Guerra de Independencia, los procesos de emancipación hispanoamericanos y la Primera Guerra Carlista. Había conocido el esplendor de la Armada ilustrada del siglo XVIII y sufriría las tragedias del XIX.

VISTA GENERAL DE COMBATE DE TRAFALGAR, POR JOSÉ MARÍA HALCÓN Y MENDOZA

Como otros marinos vascos, Gomendio defendió a España de la invasión francesa que supuso la Guerra de la Independencia entre 1808 y 18014. Entre los días 9 y 14 de junio de 1808, participó activamente de la captura de la Flota del almirante Rosilly Mesros, atracada en el puerto de Cádiz. En 1809, obtuvo el mando del navío Príncipe de Asturias, encargándose luego de la Mayoría General de la Escuadra del almirante Villavicencio hasta 1810.

En 1812, fue al puerto de Veracruz, en el Virreinato de la Nueva España, junto a Tomás de Ayalde, escoltando un convoy de tropas y regresando desde La Habana a Cádiz al año siguiente.

Después de hallarse sin destino en Cádiz, Madrid y Oñate, el brigadier Anselmo de Gomendio fue puesto al mando de la Comandancia de Marina de San Sebastián, en 1820, de la Capitanía del puerto de Pasajes, en 1821.

Por la defensa de sus ideas progresistas y liberales en el Trienio Liberal de 1820-1823, fue apartado de la Armada de Fernando VII durante la Década Ominosa. Tras el advenimiento del Estado Liberal por Isabel II, en 1833, obtuvo el alto grado de jefe de Escuadra y fue homenajeado recibiendo la Gran Cruz de San Hermenegildo.

En 1841, Anselmo de Gomendio falleció en su villa natal de Oñate.

ESCUDO DE ARMAS DE GOMENDIOCO