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26/12/2023

Batalla de Beotibar y la frontera de malhechores


Durante los siglos XVI y XV, a la frontera entre Navarra y Guipúzcoa se la llamó con el expresivo nombre de "frontera de malhechores", ya que Navarra todavía seguía aspirando, desde su pérdida en 1.200, a la posesión de los territorios vascos, desarrollándose en ella auténticas batallas campales entre navarros y guipuzcoanos.

A los guipuzcoanos de esta frontera se les llamaba "castellanos" en los documentos de la época, además de malhechores. Estaban mucho más interesados en la prosperidad de Castilla que en la de Navarra, pues constantemente robaban el ganado de esta última. En estas reyertas, nunca hicieron causa común con los otros dos territorios de Álava y Vizcaya.

Como hecho principal de estas luchas, aunque medio legendario, fue la batalla de Beotíbar que tuvo lugar el 19 de septiembre de 1321, en el guipuzcoano valle de Beotibar, cercano a Berastegui.

BERÁSTEGUI VISTO DESDE GOROSMENDI

La lucha de Beotibar, como todas las que se venían sucediendo en la frontera navarro-guipuzcoana, fue una consecuencia de la desmembración del Reino de Navarra y la vinculación de las Provincias de Guipúzcoa y Álava más el Señorío de Vizcaya al Reino de Castilla.

Desde los castillos fronterizos de Lekunberri y Gorriti los navarros dirigían expediciones de saqueo hacia la comarca de Tolosa. Los guipuzcoanos se protegían sobre todo en Berastegi. Según la versión de Moret: "Consta de cierto que este año (1321), por la parte de Guipúzcoa se arrimaron tropas y hubo movimiento de armas en aquella frontera, entrando en los fines de Navarra con hostilidad rompida de robos."

El detonante de la batalla fue la toma y destrucción del castillo de Gorriti; por parte de los guipuzcoanos, alegando que les había pertenecido con anterioridad. Como respuesta, el gobernador del reino y vizconde de Anay, el francés Ponce de Morentayna, desde Pamplona, dirigió una incursión formada por un nutrido ejército de 6.000 infantes entre franceses, navarros y gascones hacia la región de Tolosa. Para entonces, el Reino de Navarra estaba vinculado a la Monarquía francesa. La vanguardia del ejército estaba encabezada por los merinos de las Montañas, Juan López de Urroz, y de Tierra Estella, el francés Dru de Saint Pol.

ESCUDO MUNICIPAL DE BERÁSTEGUI

Según Moret, la entrada a Guipúzcoa se hizo por San Miguel, especificando que fue tomada la villa de Berástegui. Y, efectivamente, según también escribió Campión, el ejército franco-navarro siguió avanzando hasta las cercanías de Tolosa hasta llegar al valle de Beotibar donde destruyeron el pueblo de Berástegui y saquearon sus campos.

Mientras tanto, los guipuzcoanos formaron rápidamente un pequeño ejército de 800 hombres, procedentes de Tolosa y pueblos bajo su jurisdicción, principalmente, al mando de Gil López de Oñaz, señor de la casa de Larrea y líder del bando nobiliario de los oñacinos.

Cuando los invasores se acercaban al valle del Oria, los guipuzcoanos se apresuraron a tomar posiciones en las montañas del desfiladero de Beotibar, y al paso de la vanguardia enemiga dejaron rodar grandes cubas llenas de piedras, que previamente habían subido desmontadas, generando el caos y el desconcierto en el ejército navarro-francés. Este emprendió la huida de forma desordenada mientras, los guipuzcoanos perseguían a los invasores causándoles gran cantidad de bajas, entre ellas las de algunos hombres principales de Navarra. Según Garibay habría sido hecho prisionero Martín de Aybar, alférez del Pendón Real.

Supuestamente, los guipuzcoanos emboscaron a los navarros de forma humillante. Pero esta victoria no fue tan abultada como presentaron otros cronistas y escritorez como Martínez de Zaldibia, Alonso Onceno, Ochoa Álvarez de Isasaga y otros, que llegaron a estimar hasta en 70.000 los combatientes navarros y en 800 los guipuzcoanos.

Años más tarde, Lope García de Lazcano, natural de Lazcano, acaudillaba a los guipuzcoanos para organizar una defensa contra la entrada que hizo en Navarra, en 1334.

Sin embargo, reputados historiadores vascos como Nicolás de Soraluce censuraron tales ajustes de cuentas, lamentando que no se emplearan estas energías en la empresa común de la Reconquista contra los musulmanes. Los documentos de este periodo se extienden hasta la década de 1350, con la curiosidad de que en uno de ellos se recomienda a los navarros que el ganado que tienen situado en la frontera de Castilla, es decir de Guipúzcoa, lo metan dentro del Reino de Navarra para evitar más robos y saqueos de los guipuzcoanos.

Desde entonces, cada 24 de junio en la villa de Tolosa se celebra el Alarde de Beotibar, día de San Juan Bautista, patrón municipal, en conmemoración a la batalla de Beotibar y todas las demás. En dicha fiesta se realiza la bordon dantza o baile de bordones o alabardas.

ESCOPETEROS DE TOLOSA EN EL ALARDE DE BEOTIBAR

27/05/2017

Gil López de Oñaz Loyola


Noble guerrero, capitán de milicias tolosarras y otros guipuzcoanos en la batalla de Beotibar, el 19 de septiembre de 1321

GIL LÓPEZ DE OÑAZ LOYOLA

El lazo jurídico que unía al linaje nobiliario de los Loyola con la corona de Castilla era el vasallaje. En su caso, era un vasallaje real, lo cual suponía realizar de forma más cumplida los deberes de súbdito, comparecer en la defensa de los intereses reales con mayor dedicación poniendo, incluso, la vida en peligro.

Una de las cualidades más altas del buen vasallo era sobresalir en grandes hazañas militares a favor del Reino de Castilla, como lo hizo Gil López de Oñaz Loyola en la batalla de Beotibar.

Gil López de Oñaz Loyola fue pariente mayor guipuzcoano del siglo XIV, banderizo de los Oñaz, natural de Azpeitia. Era hijo de Lope García de Oñaz, primer señor de la casa de Loyola por el matrimonio con Inés de Loyola.

Fue caudillo y capitán del batallón de infantería y caballería formado por vecinos tolosarras y otros guipuzcoanos en la batalla de Beotibar, el 19 de septiembre de 1321, contra navarros y gascones, al servicio de la Corona de Castilla. Puesto al frente de los oñacinos, atacó a los navarros en el valle de Beotibar, cercano a Tolosa, infligiéndoles una grave derrota. Además, participó en las negociaciones de treguas con Navarra en 1329.

oñaz loyola casa torre medieval banderiza
CASA-TORRE DE LOS OÑAZ LOYOLA

09/01/2016

Poesía de la batalla de Beotibar

Hasta el siglo XIX hubo cuadros representando la batalla de Beotibar en la iglesia de Santa María en Tolosa. Varios cantares en euskara y algunos poemas castellanos tienen este suceso por tema.

En el Poema de Alfonso XI, de Rodrigo Yáñez, se describe la batalla con todo lujo de fantasías y exageraciones. Una de sus estrofas habla de la entrada de los navarros:
"En aquesto acordaron
Navarros e su companna,
con muy gran poder entraron
por tierras de la montanna".

Y el desenlace con la victoria:
"Aquesta los dexemo
que lepuscanos vençieron,
e los fechos declaremos
que después contesçieron".

El poeta Yáñez vivió en la primera mitad del siglo XIV y algunos le identifican con Rodrigo Yáyez de Logroño.

En el siglo XVI, el cronista Esteban de Garibay daba noticia de la batalla en su Compendio historial de las Crónicas, escrito en 1571, y la ilustra con dos baladas épicas, que, en teoría, habrían sido compuestas en fechas inmediatamente posteriores a los hechos narrados. El primero comienza en castellano:

De Amasa sale Gil López
de Oñaz y de Larrea
al encuentro de franceses
para lidiar en pelea.

El otro consiste en el inicio de una balada eusquérica:

"Mila urte ygarota
ura vere videan.
guipuzkoarroc sartu dira
Gaztelu-co echean,
nafarroquin batu dira
Beotibarre pelean..."

(Pasados mil años
el agua sigue su curso,
los guipuzcoanos han entrado
en la casa del castillo;
se han unido con los navarros
en la batalla de Beotibar...)

Para Michelena este canto habría sido compuesto en fecha mucho más reciente que la batalla. Una de las razones sería el vocablo gipuzkoar, inaceptable por razones de principio y en cambio muy usual en tiempos de Zaldibia, Garibay e Isasti.

A propósito de este segundo fragmento de Garibay, el erudito Gonzalo Argote de Molina en su Discurso sobre la poesía castellana, escrito en 1575, observó que se trataba de un romance de características similares a los castellanos. Su traducción literal sería:

Pasados mil años,
las aguas en su camino.
Los guipuzcoanos han entrado
en la casa del castillo.
Se han juntado con los navarros
en Beotibar en la pelea.

Los dos primeros versos constituyen la versión vasca de un refrán castellano muy conocido: "Al cabo de mil años, vuelven las aguas por su cubil". Pero lo interesante es la interpretación que ofreció Garibay de los versos tercero y cuarto. El cronista sostiene que estos significan que los guipuzcoanos han vuelto a ser castellano. Los navarros representaban al enemigo ancestral frente al que los antepasados de Garibay habían defendido su condición castellana. De fraternidad vascona no había ni el menor rastro.

LITOGRAFÍA DE LA BORDON DANTZA EN EL ALARDE DE BEOTIBAR


Claudio de Otaegui, guipuzcoano de Cegama del siglo XIX, fue organista y maestro de escuela en Fuenterrabía, además fue poeta. Escribió una sentida composición acerca de esta gesta medieval de sus paisanos llamada Beotibarco celhayac, cuyos primeros versos son:

¡Beoticarco celhayac, atzo ilun ta gaur alaiac!
¡Beotibarco arcaitzetan, etsaiac oñetan!
(Campos de Beotibar, ayer oscuros y hoy alegres!
¡En las peñas de Beotibar, los enemigos a nuestros pies!)

En todo el resto del poema se menciona dos veces más a los enemigos:

 ¿Nora zoaz, Oñaz jauna, etsaiarengana?
Elur maluta asco dira, ugariago etsaiac.
(¿Dónde vas, señor Oñaz, hacia el enemigo?
Los copos de nieve son muchos, más abundantes los enemigos.)


En pleno auge del Fuerismo del siglo XIX, Claudio de Otaegui decidió cambiar el nombre dado a los enemigos de los guipuzcoanos, ya que los navarros eran hermanos vascos, opuestos, como ellos, al centralismo del Estado liberal. Y recurrió al término genérico etsaiac, "los enemigos", que lo mismo podía referirse a los navarros que a cualquier otra población: un enemigo indeterminado.

El nacionalismo vasco ha tratado de manipular este hecho de armas entre guipuzcoanos y navarros. Un ejemplo muy significativo es el de Benito Lertxundi, uno de los impulsores del movimiento de la canción protesta en eusquera de los años 60 del siglo XX. El cantante guipuzcoano introdujo una modificación importante, allí donde Otaegui puso etsaiac, Lertxundi puso frantses jendea "la gente francesa", para que ahora el público sepa contra quiénes lucharon los guipuzcoanos en Beotibar: contra los franceses. La versión de Lertxundi es una verdad a medias porque el público nacionalista infiere que los franceses de los que habla la canción son el Estado francés que oprime a los vascos del norte del Pirineo, es decir, a los navarro-franceses. Es una interpretación incorrecta ya que, en la época de Garibay, franceses era una forma habitual de designar a los navarros en Guipúzcoa y en toda Castilla desde la entronización de la dinastía de Champaña en el Reino de Navarra, en 1234. 

25/02/2015

Alarde de los escopeteros de Tolosa por la batalla de Beotibar


El Alarde de Beotibar se celebra en la guipuzcoana villa de Tolosa, cada 24 de junio, día de San Juan Bautista, patrón municipal, en conmemoración a la batalla de Beotibar y todas las demás que tuvo. Esta última batalla tuvo lugar el 19 de septiembre de 1321 en el valle de Beotibar, cercano a Berastegui entre navarros y guipuzcoanos.

El Alarde de Beotibar se celebra en la guipuzcoana villa de Tolosa, cada 24 de junio, en conmemoración a la batalla de Beotibar.

Es el tradicional desfile de las milicias tolosarras está formado por compañías de escopeteros y escopeteras. Las formaciones se reúnen en plaza Zaharra, frente al Ayuntamiento, para presenciar la diada anunciadora del comienzo de la fiesta.

Sus integrantes van ataviados con pantalón blanco y txapela, camisa o camiseta y chaleco por lo general con tendencia a tonos coloristas. Portan escopetas con munición de fogueo. Tras la verificación del armamento, realizan un primer desfile. Después de la misa mayor en la parroquia de Santa María, esperan a la procesión de San Juan en determinados lugares del casco antiguo donde lanzan salvas de ordenanza.

Una vez finalizado el desfile militar, los escopeteros vuelven a formar en plaza Euskal Herria para disparar las últimas descargas. Por la tarde, las compañías acuden a otra misa en la capilla de San Juan de Arramele.

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ALARDE DE BEOTIBAR


Pasada la media tarde, en el Prado Grande de Igarondo asisten a la interpretación de la Bordon dantza a cargo del grupo baile. Allí, veinticuatro jóvenes muestran al público el baile de bordones, precedidos de cuatro alabarderos y un pregonero que lleva una espada de rosas y claveles.

El alarde de armas termina en la plaza del Triángulo, donde los escopeteros lanzan la última descarga hacia el aire como señal de conclusión.

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ALARDE DE BEOTIBAR