28/05/2023

Poder económico y financiero de los navarros en la Corte de los Borbones


Al comenzar el siglo XVIII, los navarros y vascongados apoyaron al candidato francés en la Guerra de Sucesión española. Vieron en Felipe V de Anjou la manera de afianzar sus sólidas posiciones de poder en la Monarquía española, y miraban con malos ojos a la nobleza castellana como causante de la decadencia del Impero. Era el periodo de la Ilustración que se inició desde el reinado de Felipe V de Borbón, en 1699, continuó con los reinados de Fernando VI, Carlos III, y terminó con el comienzo de la Guerra de la Independencia española, en 1808, durante el reinado de Carlos IV, con la propuesta del Estado liberal y la aprobación de la primera Constitución en 1812.

Durante este siglo, se produjo un notable ascenso y predominio de vascos y navarros, desempeñando los principales cargos en la Corte de los Borbones e instituciones del Estado. Y, desde la nueva Corte borbónica y con la ayuda de Felipe V, un grupo de comerciantes y financieros navarros conseguía introducirse en los circuitos mercantiles y financieros que se gestionaban en Madrid.

felipe borbón juan goyeneche retrato ilustración
FELEIPE V DE BORBÓN Y JUAN DE GOYENECHE

Todo empezó en la figura del baztanés Juan de Goyeneche, tesorero privado de Carlos II, y luego tesorero general de las milicias de Felipe V. Fue armador y proveedor del candidato francés, proporcionando las necesidades de aprovisionamiento y armamento de los Ejércitos Borbónicos en los momentos más difíciles de la contienda, frente a los ejércitos del pretendiente archiduque Carlos de Austria. Su aportación fue clave, teniendo en cuenta la tan geoestratégica situación en la que se encuentra Navarra, paso fronterizo de España hacia Francia.

De burócrata pasó a ser hombre de negocios, asentista y arrendador de rentas reales. Fundó el periódico La Gaceta de Madrid y la ciudad de Nuevo Baztán, y tuvo el arrendamiento de varias rentas reales y negocios de préstamos a particulares.

Sobre la confianza y lealtad de Goyeneche a Felipe V, se fue elevando un amplio grupo de compañías mercantiles y familias, socios y dependientes de origen navarro que se integraban como asistentes y arrendadores de las finanzas de la Corona, como secretarios y tesoreros de las consejerías reales y como gobernantes de la Monarquía. Destacaron comerciantes y financieros como los Arizcum, los Mendinueta, los Muntiola, los Valdeolmos, los Sesma, etc.

Las familias baztanesas que consiguieron llegar al poder de la mano de Goyeneche sustentaron las carreras de sus familiares y allegados, en una política de apadrinamiento y nepotismo, y que pasaba por el aprendizaje del castellano, de la lectura, la escritura y la aritmética.

palacio real madrid goyeneche navarros
PALACIO REAL DE MADRID Y JUAN DE GOYENECHE

Goyeneche se asoció con importantes comerciantes y financieros navarros como los pamploneses José Vidarte, Hernando García de Arellano y Juan de Mendicueta, a quienes introdujo en los círculos comerciales y financieros de Madrid. Otros asentistas y comerciantes de primera generación que consiguieron introducirse en las altas posiciones en la Administración central fueron Norberto Arizcum, José Arregui, Juan de Sesma. José Soraburu fue tesorero de Guerra. Mutiloa tuvo acceso la tesorería general. Jerónimo Aranguren perteneció al vínculo. Juan Bautista de Iturralde terminó de secretario de Hacienda, en 1736, por ser un importante financiero, y más tarde fue sustituido por el también navarro Nicolás Ambrosio de Garro.

Esta primera generación de navarros que consiguieron introducirse en la Corte madrileña influyeron en la toma de decisiones del Gobierno borbónico para asegurar que todo siguiera funcionando, ganar proyección política y hacer grandes negocios. Su segundo paso fue la promoción de una segunda generación de navarros formada por sus hijos, sobrinos, hermanos, parientes, socios y vecinos de su pueblo natal en el comercio y la administración real. Esta política de relaciones de parentesco, de amistad, de paisanaje y de patrocinio consiguió designarlos en los cargos de secretarios, gobernadores y virreyes de los territorios imperiales, los situaron en la jerarquía militar, naval y eclesiástica, y los vincularon en los negocios con las Indias.

Y así es como los navarros, al mismo tiempo que los vascos, fueron conquistando posiciones hegemónicas en los grandes circuitos mercantiles y financieros: en el aprovisionamiento de las casas reales y aristocráticas de la Corte y en la dirección en los Cinco Gremios Mayores de Madrid; en la exportación de lanas de Castilla y la importación de manufacturas del norte de Europa; en el comercio con las Indias, principalmente en la exportación de hierro y de las compañías privilegiadas de comercio; así como el aprovisionamiento mercantil e industrial del Ejército.

iglesia san fermín navarros congregación madrid
IGELSIA DE SAN FERMÍN EN MADRID

Otro de los cauces de promoción establecidas por los paisanos en las principales ciudades de la península y de América fueron las cofradías religiosas y congregaciones regionales. En Madrid, se fundó la Real Congregación San Fermín de los Navarros, que se utilizó para reforzar las relaciones de amistad y de paisanaje. Dentro de esta institución se promocionaron carreras, se ofrecían cargos, se promovían negocios y se vincularon socios para acceder a mercados y ascender a cotas de poder.

Entre los navarros comerciantes y financieros de segunda generación establecidos en Madrid destacó Juan Francisco Goyeneche, sobrino y asociado de Juan, que fundaron varias compañías, y Miguel de Arizcum, sobrino de Norberto, que se dedicó al arrendamiento de lanas de Castilla y Aragón, el préstamo a particulares y al de nuevas ferrerías.

Esta generación también es fruto de los lazos matrimoniales y asociaciones mercantiles entre familias de comerciantes y financieros navarros. El mejor ejemplo es el de Francisco de Mendicueta, hijo de Juan de Mendicueta, y primo de Miguel de Arizcum. Estuvo asociado a los negocios de su primo Miguel y Norberto Arizcum y asociado a su cuñado Pedro Fermín de Goyeneche. Por eso se benefició del apoyo por estos y, en 1737, consiguió varios asientos para la conducción de municiones y pertrechos de guerra de las fábricas tanto de Eugui, como las de Vizcaya, a cualquier punto de España, asientos de víveres al Ejército y el arrendamiento de las rentas provinciales de Cuenca, y participar en otros negocios como la Compañía de Buenos Aires para la trata negrera.

JUAN BAUTISTA DE ITURRALDE Y GAMIO
Y MIGUEL DE MÚZQUIZ Y GOYENECHE

Los miembros de estos grupos familiares se reprodujeron en estas administraciones mediante apadrinamiento, como muestra la fuerte concentración de navarros originarios del valle del Baztán en la secretaría de Hacienda, los mecanismos habituales de patrocinio familiar y la endogamia matrimonial y profesional de estas familias propiciaron concentraciones de grupos de parientes y paisanos en determinadas administraciones. Así mismo, en ocasiones se formaron dinastías ministeriales, como las de La Cuadra-Llano o las de Uztáriz-Fajardo, que se reprodujeron en la alta administración a lo largo de varias generaciones.

El ejemplo más notable de estos círculos de asociados y familiares fueron los Uztáriz, de gran presencia y poder en las actividades económicas de la España de la segunda mitad del siglo XVIII. Tenía dos ramas:

La rama de los Uztáriz-Micheo, luego, Uztáriz-Arroyave, de la que proviene Juan Agustín, marqués de Echandía y su hijo Juan Bautista, conde de Reparaz, así como sus primos segundos Juan Felipe y Juan Miguel. Juan Agustín Uztáriz se asoció con los Llanos-San Ginés, propietarios de la fábrica de indianas de la isla de León en Cádiz.

Uztáriz-Gaztelu fue más numerosa y poderosa. Fundaron la Compañía Uztáriz y Cia., y en 1752 se asociaron con los Cinco Gremios Mayores de Madrid, la empresa financiera y mercantil más importante de España en aquel siglo. Fundaron la compañía Uztáriz Hermanos y Cia, que en 1762 tomó cargo de las fábricas de seda de Talavera de la Reina.

Los Uztáriz supieron beneficiarse desde las posiciones en la administración central que consiguieron algunos de sus miembros: Casimiro de Uztáriz fue ministro de Guerra; Gerónimo de Uztáriz fue el más universal de su linaje por su trabajo Theorica y práctica de comercio y de marina, publicado en 1742, y que obtuvo varios cargos administrativos de relevancia en la administración central.

La cercanía al rey y la presencia en los cargos de gobierno favorecieron los negocios particulares de comerciantes y financieros vascos y navarros. El ejemplo más claro fue el del grupo de hombres de negocios baztaneses que, especialmente asociados a las finanzas de la Corona desde el reinado de Felipe V, constituyeron una de las principales columnas del mercantilismo borbónico.

Estrechamente vinculados por relaciones de parentesco, paisanaje y asociación mercantil, estos hombres se enriquecieron simultaneando sus actividades comerciales y financieras como asentistas y arrendadores, con oficios en las casas reales como secretarios y tesoreros, y con cargos de dirección en la administración de Hacienda.

THEORICA Y PRÁCTICA DE COMERCIO Y DE MARINA

26/05/2023

Y los vascos se echaron al mar, por José Antonio Azpiazu


Y LOS VASCOS SE ECHARON AL MAR

Y los vascos se echaron al mar
José Antonio Azpiazu Elorza, Editorial Ttarttalo, San Sebastián (2015), 206 páginas

La relación que los vascos han tenido con el mar a lo largo de la historia ha sido muy estrecha e intensa. La documentación hallada en archivos y bibliotecas evidencia el vínculo que, a través del mar, los vascos mantuvieron con el exterior, con la modernidad y el nuevo mundo circundante, y echa por tierra la creencia surgida a finales del siglo XIX de una sociedad cerrada, muy centrada en la tradición y el caserío. La zona costera no constituía fronteras, sino avanzadilla hacia otros lugares; un espacio abierto a horizontes que situaron a los vascos en el mundo.

Sin embargo, los vascos han escrito su propia y verdadera historia; no han sabido imponer su propia interpretación, sujeta a una corriente historiográfica peninsular que apostó por una crónica unitaria que no diferenciaba regiones ni atendía a matices diferenciadores. Con frecuencia, la participación vasca ha quedado diluida en crónicas opacas y globalizantes que han logrado difuminar estas gestas. En numerosos casos, la presencia de muchos héroes ha sido, sencillamente, silenciada.

Afortunadamente hoy emergen figuras que, como José Antonio Azpiazu, exigen una narración propia y documentada de la historia vasca. Una narración que supera la imagen bipolar de la historia económica y social vasca, limitada a los sectores agrícolas e industriales, e integra la faceta marítima.

Y los vascos se echaron a la mar es una aportación apoyada en novedosos documentos que, por fin, tratan de estudiar nuestro pasado sin prejuicios ni presiones.

22/05/2023

Juan Ignacio de Ulacia


Juan Ignacio de Ulacia era natural de la guipuzcoana villa de Motrico. Pertenecía a un grupo de constructores navales pertenecientes a los estratos socioeconómicos más altos de los municipios y participantes en la producción y comercio de hierro del siglo XVII. Lo que definía a este grupo de empresarios-inversores era la obtención de ganancias por medio de la manufactura y el comercio.

Ulacia fue, durante los años 1758-1786, el constructor de pequeñas y medianas embarcaciones más acaudalado de Guipúzcoa. Su holgada situación económica la logró con el esfuerzo de su trabajo y con los beneficios que sus negocios le reportaron, nunca por recibir herencias familiares.

Su vida como empresario la desarrolló toda ella en las tierras pertenecientes al vínculo y mayorazgo de Astigarribia, propiedad del conde de Peñaflorida; y giró fundamentalmente en torno al negocio de la construcción naval. Ésta comenzó en 1758 y en los años siguientes Ulacia tuvo una importante cartera de pedidos. Esta circunstancia animó a Ulacia a solicitar al conde de Peñaflorida el permiso para construir su vivienda junto al astillero de Astigarribia.

NAVÍO ESPAÑOL DEL SIGLO XVIII

En un primer momento, estos desembolsos de capital no tuvieron los resultados esperados: Ulacia tuvo una demanda ostensiblemente inferior a la de la etapa anterior. Así, entre los años 1772 y 1779 tan sólo estuvo ocupado en la manufactura de cuatro unidades.

Esta situación pudo ser decisiva en el interés que mostró Ulacia por encauzar sus ahorros hacia la compra de un porcentaje de la propiedad de cuatro pataches, entre los que se encontraban el San Juan Bauptista y Animas y el Nuestra Señora de la Consolación.

A partir de este 1779, Ulacia, no sólo volvió a ser contratado regularmente como maestro de fábricas navales, sino que trabajó al máximo ritmo de producción que le permitía la infraestructura de su astillero de Astigarribia. Sus principales clientes volvían a ser los mismos que en los años precedentes: los comerciantes y transportistas de mineral de hierro vizcaínos.

17/05/2023

Oñate villa renacentista


UNIVERSIDAD DE OÑATE

La villa guipuzcoana de Oñate - Oñati se encuentra en la comarca del Alto Deva, en un amplio valle rodeado de montañas, como la sierra de Aloña-Aitzkorri, y en la confluencia de los ríos Ubao y Olabarrieta. Fue formándose entre los siglos XIII y XV casi con los mismos barrios y arrabales que contiene en la actualidad.

La primera noticia documentada de la villa data de 1149. Fue señorío durante varios siglos y posteriormente condado, pero en ambos casos la autoridad dependía de su señor o conde, no del rey de Castilla como ocurría en el resto de villas guipuzcoanas.

La familia de los Vela fue la primera en disfrutar de los derechos señoriales sobre el pueblo, seguida por los señores de Guevara, que fueron más tarde nombrados señores de Oñate.

En 1389, tuvo una revuelta popular contra el poder condal, a efectos de conseguir más libertades. Se consiguió que el alcalde fuera elegido por el pueblo, no obstante, el conde tenía que ratificar al alcalde electo. A partir del siglo XVI, esta lucha se hizo más evidente, hasta que, en 1845, con el establecimiento del Estado liberal y la Constitución, se suprimieron por decreto los derechos señoriales, uniéndose Oñate a la provincia de Guipúzcoa.

A través de sus calles se alterna la arquitectura civil y la religiosa. Por su patrimonio arquitectónico y artístico, esta población monumental fue llamada por el pintor Ignacio Zuloaga como la "Toledo vasca".
"Oñati es tierra vasca milenaria, plena de huellas de su historia, es la villa más monumental de Gipuzkoa."

FACHADA DE LA UNIVERSIDAD DE OÑATE

Su obra arquitectónica más valiosa es la antigua Universidad de Oñate. Fue fundada en 1548, por el obispo y humanista Rodrigo Mercado de Zuazola, natural de Oñate, con el nombre Universidad "Sancti Spiritus". Su construcción comenzó en 1543, con el patrocinio del emperador Carlos V, con la bula del papa Pablo III, y can la participando del maestro cantero Domingo de la Carrera y el escultor Pierre Picart. Impartían teología, leyes, cánones, artes y medicina.

Es uno de los edificios más relevantes del Renacimiento vasco, de estilo plateresco en transición al manierismo puro.

La universidad fue estrictamente católica hasta que en 1869, tras la Revolución liberal de 1868, albergó la Universidad libre. Más tarde pasó a manos de los carlistas, quienes fundaron la Real y Pontificia Universidad Vasco-Navarra. A finales de siglo se convirtió en la Universidad libre católica, pero cerró sus puertas en 1901.

En la actualidad, desde 1989, el edificio acoge el Instituto Internacional de Sociología Jurídica. En 1931 fue declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional y es Bien de Interés Cultural.

ESCUDO DE ARMAS DE LA UNIVERSIDAD DE OÑATE

El edificio tiene planta cuadrada articulada en torno a un sobrio claustro central, distribuido en dos pisos de arquerías de medio punto y decorado con medallones que representan a diversos personajes.

Sobresalen las gárgolas de estilo gótico en los aleros y las enjutas con escudos y medallones que portan efigies de figuras históricas y mitológicas, incluyendo al emperador Carlos I de España y su esposa Isabel de Portugal. La caja de la escalera que comunica las dos plantas se cubre con un artesonado de inspiración mudéjar.

En la fachada principal, el retablo plateresco tiene gran parecido a la del Convento de las Dueñas de Salamanca. A ambos lados se añadieron posteriormente dos pilastrones esculpidos con figuras de bulto, relieves y columnillas, y prolongadas con torrecillas que fueron inspiradas en el Colegio de Santa Cruz de Valladolid. En las esquinas de las torres laterales se sitúan otros dos pilastrones algo más altas que las de la portada.

La iconografía del retablo representan valores y virtudes que resultan de la síntesis pagana y cristiana. Sobre la puerta de entrada aparece el fundador, el obispo Zuazola, arrodillado porque está rezando, por encima de él se sitúa el escudo de armas del Imperio español, que en tiempos de su fundación era Carlos V.

UNIVERSIDAD DE OÑATE

La Universidad de Oñati tuvo a Barrio Mier, hombre de confianza de Carlos VII, de decano de Derecho y al dramaturgo Álvarez Cienfuegos de alumno, o el teólogo Lope Ochoa de Oro Iturralde.

Pero sin dudas su hombre insigne fue su fundador, Rodrigo Sáenz Mercado de Zuazola. Fue el gran promotor del arte y de la cultura en su villa natal en pleno Renacimiento. Fue doctor en leyes y cánones. Ocupó varios cargos de responsabilidad de las jerarquías de la Monarquía española: miembro del Consejo del Rey, inquisidor en Zaragoza, gobernador del Reino de Navarra, presidente de la Real Chancillería de Granada, y obispo de Mallorca y Ávila.

PLAZA DE LOS FUEROS

El proyecto de la plaza de los Fueros se debe a Mariano José de Lascurain, participando también de la obra Antonio Cortázar. La Casa Consistorial es obra de Martín de Carrera, de estilo rococó un tanto afrancesado y muy decorado.

CASA CONSISTORIAL DE OÑATE

Una de las personalidades más importante de la historia de Oñate fue Juan López de Lazarraga, que nació en esta villa en el siglo XV. Pertenecía a una de las principales familias de Oñate y de la llanada alavesa, los López de Lazarraga. Estuvo al servicio de los Reyes Católicos, fue su secretario real y contador mayor del Consejo Real, contador mayor de la Orden de Santiago, y testamentario de la reina Isabel. Como militar, fue alférez en la conquista de Nápoles, y capitán en la toma de Navarra de 1512.

Su casa solariega es la Torre-Palacio de Lazarraga, contigua al Consistorio municipal, al otro lado de la calle Atzeko. Es un edificio inicialmente gótico reformado y ampliado posteriormente con la construcción del palacio. En la parte superior de la fachada principal se encuentra el escudo de armas del linaje Lazarraga.

La torre cuenta con unos esgrafiados muy castellanos en la fachada y garitones de rollo en sus cuatro esquinas.

TORRE-PALACIO DE LAZARRAGA
TORRE-PALACIO DE LAZARRAGA

El Monasterio de Bidaurreta partió de la voluntad de Juan López de Lazarraga, y de su mujer Juana de Gamboa, de alta linaje nobiliario, para construirse una sepultura digna de su alcurnia en su villa natal. Fundaron así este Monasterio de Clarisas franciscanas de Bidaurreta en 1510. Sus estilos son gótico, renacentista y mudéjar.

Son interesantes los dos retablos de la iglesia, el principal en barroco y el otro plateresco. Es el primer retablo tallado en estilo renacentista de Guipúzcoa.

MONASTERIO DE BIDAURRETA

Oñate fue un claro ejemplo de las luchas banderizas entre los linajes nobiliarios más poderosos, que construyeron elementos de control como eran las casas-torre. Estas estaban ubicadas tanto en laderas, como la de Zumelzegi, como junto a vados, puentes o caminos, como la de Olakua.

La Casa-torre Zumeltzegi se encuentra en una ladera a las afueras de la villa, en el arrabal Larraña. Es un edificio de origen medieval en estilo gótico, construido entre los siglos XIII y XIV. No fue desmochada por la real orden dada por Enrique IV de Castilla a mediados del siglo XV para erradicar las luchas de bandos. Pero tal vez, esta torre sea una remodelación de la original, cuya primera referencia documental es de 1489.

Es la casa solar y torre fuerte del poderoso linaje nobiliario de los López de Guevara, conde de Oñate, familia que sirvió tanto a los reyes de Navarra como de Castilla. Aún conserva el escudo familiar.

Construido en técnicas de mampostería, y de sillería en las esquinas y vanos. Posee planta cuadrada baja y tres pisos, cubierto por un tejado a cuatro aguas que sustituye al almenado original. La existencia de saeteras, el espesor de muros de hasta 1,8 metros en la planta baja, y la altura de casi 15 metros proporcionan a la torre un carácter más defensivo de la Baja Edad Media, que residencial palaciega como tantas del siglo XVI.

Actualmente, la Casa-torre Zumeltzegi albergan un hotel.

CASA-TORRE ZUMELTZEGI

La Torre de Urain, también llamada Torre de Zubiaur, es del siglo XV. Se encuentra al comienzo del casco histórico de Oñate, por lo que posiblemente tuvo una función defensiva o del cobro de peajes para acceder al interior de la villa.

Se trata de un edificio de planta rectangular con muros de mampostería, excepto la parte superior que es de ladrillo. En la fachada principal destaca el arco de acceso apuntado y adovelado, dos estrechos vanos que lo flanquean y otras dos ventanas con doble arco tribulado. El edificio actual fue restaurado en el siglo XX.

TORRE DE ZUBIAUR

A ambos lados de la calle San Antón y pegadas a la plaza del Primero de Mayo, se encuentran dos casas señoriales: la Casa Berganzo, también llamada Zaratekua, y la Casa Egaña.

CASA BERGANZO Y CASA EGAÑA OÑATI

La plaza de Santa Marina de Oñate ya existía en el siglo XII, siendo remodelada entre los siglos XVIII y XIX. A su alrededor destacan tres casas señoriales en cuyas portadas se ubican sus escudos nobiliarios.

El Palacio de Antia es un edificio construido en el siglo XVIII en estilo barroco. En la actualidad alberga el Instituto Internacional del Derecho Sociológico.

La Casa de Madinabeitia es de estilo barroco y el Palacio de Baruena es de neoclásico.

CASA MADINABEITIA

El Palacio de Don Pedruena es un edificio situado en la calle Ramón Irizar Zubibarri, entre las principales calles de Barria y Azteko. Fue reconstruido en el siglo XIX en estilo barroco tardío. Con tiene un elegante escudo de armas en una esquina.

PALACIO DON PEDRUENA CON ESCUDO NOBILIARIO

La Casa Otadui Jausoro fue construida entre finales del siglo XVI y comienzos del XVII. Contiene un significativo balcón esquinero en el que se aloja un escudo de armas formado por azulejos.

CASA CON ESCUDO NOBILIARIO EN CALLE BARRIA

El Molino de San Miguel de Oñate, construido en el siglo XV, perteneció al poderoso linaje de los Guevara. Fue incorporando elementos de otros lugares, completando el conjunto con otras nuevas siguiendo modelos de diferentes procedencias. Alberga la oficina de turismo.

RÍO UBAO SOBRE OÑATE

La Casa Hernani es un edificio del siglo XVI, donde estuvo provisionalmente la Universidad, antes de la conclusión de las obras de ésta.

CASA HERNANI

La Iglesia de los Canónigos Regulares Lateranenses es un templo neogótico del siglo XIX.

IGLESIA DE LOS CANÓNIGOS REGULARES

La Parroquia de San Miguel Arcángel es el resultado de las aportaciones y yuxtaposiciones seculares. El edificio en su origen es un templo gótico de una sola nave.

En la cripta se encuentra un sarcófago de alabastro de uno de los últimos señores de Oñate. En la capilla de la piedad se encuentra el sarcófago de Zuazola. El claustro fue también un encargo de Zuazola que resolvía la falta de espacio sobrevolando el río, apoyándose en dos puentes. Es la única iglesia de estas características en España.

FACHADA PRINCIPAL Y PÓRTICO DE LA IGLESIA PARROQUIAL DE SAN MIGUEL

La villa de Oñate ha aportado un valioso grupo de personajes históricos que ocuparon cargos de relevancia en las instituciones del Imperio español, algunos de sus más ilustres fueron:

Cristóbal de Oñate nació en Vitoria, Álava, en 1504, aunque algunas fuentes le asignan su procedencia a la villa guipuzcoana de Oñate. Su padre era Juan Pérez de Narriondo, que al cambiar de asentamiento fue llamado Juan de Oñate.

Pasó a la historia por encabezar la expedición de conquista y colonización del noroeste del Virreinato de Nueva España, en el actual estado México. Conquistó la ciudad de conquistó la ciudad de Zapotlanejo a los tecuexes, e intervino en la fundación de varias ciudades como Compostela y Tepic, en 1530, en el actual estado de Nayarit, así como las ciudades de Zacatecas y Guadalajara, en 1530, con el nombre de Espíritu Santo.

En 1541, fue designado de nuevo gobernador interino de Nueva Galicia. Junto a sus socios vascongados Miguel de Ibarra y Juan de Tolosa, comenzó la explotación argentífera de las minas de Zacatecas.

Lope de Aguirre fue el otro gran colonizador y expedicionario oñatiarra, pero en su caso en el Virreinato del Perú. Tomó parte de la expedición que comandaba el navarro Pedro de Ursúa en 1560 desde el territorio de los omaguas y a través del río Marañón con el propósito de alcanzar el mítico lugar de El Dorado. Se reveló contra el liderazgo de Ursúa al que asesinó y la autoridad del rey Felipe II al que desafió mediante una misiva.

Su expedición resultó un fracaso, llegó hasta Barquisamiento y fue asesinado en 1561 por algunos de sus hombres rebeldes a los que llamó "marañones".

CASA SEÑORIAL OÑATE

Gregorio López Mendizábal fue colegial mayor del de Oñate y después catedrático de prima de cánones en la Universidad de Santa Cruz de Valladolid. Dentro de la administración del estado fue fiscal de la Chancillería de Granada, oidor en la misma, alcalde de casa y corte. Murió siendo miembro del Consejo Supremo de Castilla, en 1647.

Antonio Ignacio Cortaberria fue fiscal del Consejo de Castilla durante el reinado de Carlos IV y ministro del propio tribunal, nombrado por Fernando VII en 1814.

Miguel Barrena y Umerez fue abogado de los Reales Consejos, secretario honorario del Consejo Real, y secretario efectivo de la Junta Suprema de Sanidad del Reino. Además, desempeñó otros importantes destinos en la Corte de Fernando VII, mereciendo altas distinciones de este monarca.

Luis Manuel de Zañartu e Iriarte nació en 1723. Se dedicó al comercio desde la Capitanía General de Chile, donde hizo una gran fortuna. En 1762, fue nombrado corregidor, justicia mayor y teniente general de Santiago. Pasó a la historia de esta ciudad por usar ampliamente estos poderes tanto administrativo, como militar y judicial, con mano firme, para contener el pillaje y la comisión de delitos. Desarrolló un plan urbanístico de obras públicas para la ciudad, como la construcción de un mejor sistema de abastecimiento de agua potable, puentes y refugios andinos.

Francisco Antonio de Elorza y Aguirre fue ingeniero militar que llegó a alcanzar el cargo de mariscal de campo a mediados del siglo XIX.

Francisco Aguirre fue general de la Orden de Calatrava. Heredó de su tío Juan Bautista de Orendain el Marquesado de la Paz, y fue por tanto el segundo que llevó este título.

Miguel de Aozaraza fue sacerdote dominico que misionó en Japón. En 1987, fue considerado santo de la Iglesia católica.

TORRE Y CLAUSTRO DE LA IGLESIA PARROQUIAL DE SAN MIGUEL

14/05/2023

Blas de Lezo en la defensa de la fortaleza de Tolón en 1707


Durante la Guerra de Sucesión española, la fortaleza de Santa Catalina de Tolón se había convertido en la principal base naval francesa situada en el Mediterráneo, por tanto, un puerto de suma importancia para las aspiraciones de los Ejércitos borbónicos en contra de las aspiraciones del archiduque Carlos de Austria. Este último había ganado un aliado: el príncipe Eugenio de Saboya se había posicionado a favor, tomando partido en las operaciones militares.

Había reunió un ejército de 35.000 infantes para atacar por tierra el centro neurálgico de la armada gala, además estaba apoyado por mar por una flota inglesa al mando del almirante Showell.

El 29 de julio de 1707, las tropas saboyanas iniciaron el asedio de la fortaleza de Tolón, principal bastión del puerto por su posición elevada. Ante esta situación de peligro, se ordenó a todas las tripulaciones que desembarcaran y pasasen a reforzar la defensa del puerto. Entre ellos se encontraba el marino guipuzcoano Blas de Lezo, quien por primera vez tomaba contacto con la estrategia defensiva desde tierra firme. Ya había perdido una pierna dirigiendo su posición de ataque de su navío durante el combate de Vélez-Málaga y ganado mucha experiencia en otras tantas acciones navales en mar abierto.

FOTALEZA DE TOLÓN Y BLAS DE LEZO

En los primeros días de agosto, las tropas de Saboya habían conseguido tomar mediante asalto la fortaleza, que volvió a ser conquistada por los franceses una semana después. Las bajas de Saboya comenzaban a ser considerables y cuando llegaron a un número próximo a 10.000, el príncipe decidió retirarse. El almirante Showell hacía lo mismo con su intacta armada. Los franceses consideraron respetable el resultado, pues defendieron su posición y dieron un duro golpe al Ejército saboyano. Por otra parte, los ingleses se apuntaron una victoria en su haber ya que propiciaron que los franceses hundiesen parte de su Flota del Mediterráneo para evitar que sus barcos cayesen en manos enemigas. Tras haber tomado en fechas anteriores plazas tan importantes como Gibraltar, Menorca y Sicilia, ahora los ingleses controlaban el Mediterráneo occidental.

Blas de Lezo defendía la fortaleza, dando órdenes en su posición, dirigiendo tropas por el agreste e inclinado terreno. Una bala de cañón chocó contra el muro de piedra más próximo, una esquirla en forma de aguja saltó de la pared para alojarse en el ojo izquierdo del guipuzcoano. A pesar del dolor que debió sufrir, regresó a su posición dando muestras de un comportamiento ejemplar, que llegó a impresionar a sus subordinados y a sus mandos. Por méritos propios fue ascendido a teniente de navío.

Quedaba cojo y tuerto con 18 años, pero decidió continuar su carrera militar, demostrando un espíritu de superación y una fortaleza mental fuera de lo normal. La convalecencia la pasó en Rochefort, puerto francés del Atlántico, su nuevo destino.

Era la primera vez que Blas de Lezo tomaba contacto con las tácticas defensivas de una plaza frente al ataque de un gran ejército y una flota muy superiores en número. En esta acción adquiriría una experiencia vital que le serviría en el futuro, como por ejemplo en la defensa de Cartagena de Indias en 1741. Una vez más, Vernon y Lezo volvieron a coincidir en un enfrentamiento entre sus respectivos ejércitos. En esta ocasión de 1707, el capitán inglés se encontraba dirigiendo una fragata de 32 cañones llamada Rye, perteneciente a la Royal Navy del almirante Shovell.

FORTALEZA DE TOLÓN Y BLAS DE LEZO

10/05/2023

Meritocracia de José de Urrutia


El vizcaíno José de Urrutia y de las Casas tuvo un origen de alta alcurnia, perteneciente al linaje de los Urrutia de Avellaneda. Nació en la villa de Zalla, situada en Las Encartaciones, y cumplió la cláusula fundamental para llevar el apellido y mayorazgo:
"… nuestra voluntad es que los que hubiesen de suceder en este mayorazgo y vínculo sean católicos cristianos, obedientes a la Santa Iglesia Romana y fieles y leales vasallos de S.S.M.M. los Reyes de Castilla que por tiempo fuesen…"
Llegó a ser capitán general del Ejército español por méritos propios, y no por su origen en una de las familias más notables del Señorío de Vizcaya. Al final de su carrera llegó a acumular hasta cuatro conmemoraciones al mérito militar. Dos de ellas fueron ganadas durante la Guerra ruso-turca: la Cruz de caballero de cuarta clase de la Orden de San Jorge y la Espada de Oro la Valentía; y otras dos por el Ejército español: la Cruz de Carlos III y la Cruz de Calatrava.

DISTINCIONES MILITARES DE JOSÉ DE URRUTIA

En 1791, regresaba a España tras resultar victorioso durante su participación en la Guerra ruso-turca. Motivo por el que elevó un Memorial con destino a la Corte del rey Carlos IV en el que describía su amplia y meritoria hoja de servicios en las armas españolas con la petición de ser nombrado mariscal de campo. Señaló las varias campañas en el Virreinato de la Nueva España, las heridas recibidas y los trabajos de ingeniería militar ejecutados, su temporada de reposo en Ávila como director de la Academia de cadetes y profesor de matemáticas, el peligroso sitio de Gibraltar, donde fue herido de forma grave otra vez. Continuaba explicando que con el grado de brigadier de la Real Armada fue nombrado gobernador de Algeciras sorprendiéndole la orden de su amigo el primer ministro Floridablanca para dirigir la Comisión política, diplomática y militar que viajaría por las Cortes europeas y que terminó en Rusia, con su participación activa en las Guerras ruso-turcas.

Aquel Memorial estaba acompañado de una hoja de servicios firmada por el duque de Osuna, cuyo final era así:
"Notas del Brigadier: Su edad 52 años. Su país Vizcaya. Su salud buena. Valor grande. Aplicación suma. Capacidad grande. Conducta excelente. Su calidad hidalgo. Estado soltero. Osuna"
Con fecha de 9 de diciembre de 1791, fue nombrado mariscal de campo de los Reales Ejércitos de España.

En 1798, el pintor de cámara Francisco de Goya le retrató mediante la pintura El general José de Urrutia. Se trata de un óleo sobre lienzo en estilo neoclásico de 199 centímetros de alto por 133 de ancho, que extá expuesto en el Museo del Prado. Fue realizado por encargo del IX duque de Osuna, su valedor, debido al prestigio que alcanzó en la Guerra de la Convención contra la República francesa.

El militar vizcaíno aparece sobre un fondo montañoso, seguramente como alegoría de sus orígenes vascos o por sus victorias en la Guerra de la Convención francesa, que tuvo como escenario los montes Pirineos. Porta en su mano derecha un catalejo y en la izquierda un bastón y el sombrero de tres picos. En la solapa de su casaca aparece la condecoración rusa de San Jorge. Las piernas y el tronco aparecen más iluminadas que el rostro del general, pues siempre quiso pasar desapercibido, aunque el uniforme aporta alegría y viveza por su colorido.

EL GENERAL JOSÉ DE URRUTIA, POR FRANCISCO DE GOYA

El historiador general Gómez de Arteche hizo esta semblanza de su persona:
"En Urrutia se ve reproducido, con todas sus características, el tipo que hemos dado en reconocer como perfecto ibérico. Peleando en América, en Marruecos, en Rusia, en los más remotos confines de Europa y en España, en fin, para reivindicar las usurpaciones ejecutadas a favor de nuestras eternas discordias, hace el insigne vizcaíno recordar las hazañas de sus antepasados los héroes de Cannas y Metanzo.
Don José de Urrutia, oficial ilustrado, sabio pudiera llamársele, poseedor de una copiosa biblioteca, distinguido matemático y cosmógrafo, soldado bizarrísimo, general tan resuelto en el combate como prudente en el consejo, tenía todos los instintos y todas las aficiones más salientes de los buenos vizcaínos: la afición a la vida campestre, a la vida solitaria, contemplativa, en su solar nativo, y la aspiración a conquistarse el amor de sus coetáneos."

Al fallecer, el general dejaba escrita una obra literaria inédita, de la que tan solo se conocen los títulos del inventario que hizo su sobrino José de Uría y Alcedo, algunos de los cuales se conservan en el Museo Británico, en el Museo del Ejército español, y otros se han perdido. Era un polígrafo con una gran capacidad intelectual. Escribió obras exclusivamente literarias, entre las que destaca La Pasmodia, un poema en cuatro cantos.

Obras de carácter político y militar: Memorias de la Comisión que presidió para estudiar las plazas fortificadas de Francia, Alemania, Países Bajos, Holanda, Alemania, Prusia, Rusia y Turquía; Viaje por Rusia y Turquía y las compañas allí realizadas; Anotaciones a los viajes por América, que fue escrita en tres tomos; Campaña contra Francia, en 1795.

Obras técnicas: La Artillería y los ingenieros en el ataque y defensa de las plazas; Servicios de las tropas ligeras en campaña; Instituciones analíticas; Diario de operaciones y Mapas originales de México Descripción de la isla de Amat (Tahití); Descripción y Estudios del combate naval del 14 de febrero de 1777; Proyecto y Reglamento para una Escuela de Caballería; Reglamento del Cuerpo de Ingenieros; Táctica de Infantería y Artillería reunidas; Reforma de la Artillería; Reglamentos para la Infantería y para los Hospitales Militares

Obra sobre comentarios a hechos de guerra pasados con el largo título: Noticia de lo ocurrido en la navegación a América meridional a la Escuadra mandada por el teniente General de Marina Marqués de Casa Tilly, descubierta en noviembre de 1772 por el capitán de fragata don Domingo Barrenechea

Obras sobre observaciones a la oficialidad: Cualidades morales y políticas que debe tener todo Oficial del Ejército y Provincia (tres tomos); Guía del Oficial en campaña

Obra que reunía sus amplios conocimientos sobre política y que fue la póstuma: Observaciones dirigidas a Su Majestad para variar el sistema político y militar en las posesiones de América

BATERÍA DE URRUTIA

La Batería de Urrutia es una fortificación de carácter defensivo situada en la Punta del Boquerón, en la Playa de Camposoto, al sur del municipio de San Fernando, en la Provincia de Cádiz, y que formaba parte de la línea defensiva de la Isla de León (actual San Fernando), concretamente, junto al Castillo de Sancti Petri. Fue construida a comienzos del siglo XIX para defender la entrada a San Fernando desde el mar por el Caño de Sancti Petri, junto al poblado de Sancti Petri. El nombre de la batería se debe al general José de Urrutia y de las Casas, en homenaje al ingeniero general del Ejército español, cargo desde el que fundó el Cuerpo de Ingenieros Militares.

07/05/2023

Francisco de Ibarra


Adelantado y capitán general de Nueva Vizcaya en el siglo XVI. Territorio norteamericano que delimitó y extendió al noroeste de México, fundando ciudades como Durango o Nombre de Dios, descubriendo yacimientos mineros de plata y pacificando la región de los tepehuanes y chichimecas

FRANCISCO DE IBARRA

Francisco de Ibarra era natural de Éibar, Guipúzcoa, donde nació en 1539. Fue sobrino del adelantado y gobernador de Nueva Vizcaya del Virreinato de Nueva España, Diego de Ibarra.

El objetivo de Francisco de Ibarra consistía primordialmente en el descubrimiento de nuevas minas y lo alcanzó plenamente. Más tarde fundó diversas ciudades, entre ellas Durango (Victoria de Durango) y Nombre de Dios. La expansión minera hacia el Norte fue paralela al aumento de las actividades misioneras, y se afirma que desde 1553 existía un hospicio franciscano en Nombre de Dios, al norte de San Martín.

La hostilidad de los indios no obstaculizó las exploraciones hacia el Norte después de 1560, como en la década anterior. Francisco de Ibarra, que en 1554 dirigió su primera expedición, a los dieciséis años de edad, llegó al sitio donde más tarde se levantó Mazapil, a Avino, al valle de Guadiana y quizá regreso a Zacatecas pasando por la zona de Sombrerete, continuó sus exploraciones en la década de 1560-1570.

Las empresas de Francisco fueron financiadas por su tío Diego, con el dinero obtenido de las explotaciones mineras. Poco después de 1560, Francisco ya era un minero importante en los reales del norte, sobre todo en Avino, lugar que él mismo había contribuido a colonizar. También desempeñó un papel importante como minero explorador y defensor contra las incursiones indias en San Martín.

Pero sólo fue, en 1562, cuando emprendió la expedición cuyo resultado fue la creación y colonización de la provincia de Nueva Vizcaya. Fue Diego de Ibarra quien sugirió dicha expedición, reviviendo con su proposición el plan concebido en 1558 por el virrey de Velasco para la conquista de las regiones de Copalá (que más tarde recibieron el nombre de Nuevo México).

Gracias a su valía militar, en 1562 fue nombrado por el virrey Velasco adelantado y capitán general de Nueva Vizcaya, que fue el nombre que recibió la región explorada por Francisco de Ibarra.

Francisco debía encabezar las fuerzas de la expedición y Velasco se mostró conforme con las condiciones, de manera que en 1562 lo nombró gobernador de las tierras que conquistara más allá de San Martín y de Avino. De todo ello resultó una exploración que fue verdaderamente zacatecana, ya que fue financiada con dinero de Diego de Ibarra y estuvo compuesta de hombres reclutados en la ciudad.

ESCULTURA A FRANCISCO IBARRA, FUNDADOR DE LA VILLA DE SAN JUAN BAUTISTA DE SINALOA, EN EL AÑO 1569, HOY CIUDAD DE EL FUERTE

A fines de 1562, Ibarra pasó por San Martín, y por Nombre de Dios que existía como misión franciscana desde 1558, pero Ibarra la dotó de identidad secular, nombrando funcionarios municipales, fijando los límites de la población y otorgando mercedes de tierras a sus habitantes.

A principios de 1563, Ibarra pasó por Durango, situado en el valle de Guadiana, constituyó una fundación completamente nueva creada por Francisco de Ibarra, haciéndola capital de su nueva provincia de Nueva Vizcaya. Construyó edificios con sus fondos personales, llegando hasta ceder la totalidad de la producción de una de sus minas de Avino para el desarrollo de la ciudad. El sitio fue bien escogido, porque estaba rodeado de tierras labrantías y de pastoreo de buena calidad y cuenta también con importantes yacimientos de mineral de plata, algunos señalados por el propio Ibarra y otros descubiertos a posteriori. En los tiempos de Ibarra su población ascendía a unas 500 personas.

Más tarde, continuó sus exploraciones hasta muy al Norte, recorriendo Culiacán, Chiametla y Sinaloa, llegando después hasta el norte de Chihuahua. De cualquier modo, su obra más importante fue la definición de la Nueva Vizcaya y la fundación, en 1563, de la ciudad de Durango, porque éstos fueron dos pasos en firme hacia la colonización de nuevas regiones del Altiplano. Nueva Vizcaya conforma los actuales estados mejicanos de Durango y Chihuahua.

En 1564, realizó diversas expediciones por los territorios más septentrionales, sobre todo por las actuales regiones de Sonora y Sinaloa. En 1565, fundó la ciudad de San Juan Bautista de Carapoa (El Fuerte), y un año más tarde hizo lo propio con San Sebastián (Concordia), en un claro homenaje a sus orígenes guipuzcoanos.

En una expedición a Sinaloa, en 1575, encontró la muerte, a la edad de 37 años.

PLACA HOMENAJE A LOS FUNDADORES DE DURANGO

03/05/2023

Misa mayor en la iglesia de Derio, por Anselmo Guinea


Misa mayor en la iglesia de Derio es un óleo sobre lienzo del pintor bilbaíno Anselmo Guinea realizado en 1898. También llamada El Coro, fue adquirida por la Diputación Foral de Álava en marzo de 2018 para exponerse en el Museo de Bellas Artes de Vitoria.

Anselmo Guinea fue un pintor esencial en la modernización de la pintura vasca, en su transición del siglo XIX al XX. Influenciado por el impresionismo y el postimpresionismo, en sus escenas supo expresar un renovado costumbrismo vasco.

Se trata de una obra de 1898 que está dentro de la tendencia que el artista desarrolla a partir de 1894. En ese momento, en su pintura hay una importancia creciente de escenas vinculadas de manera directa o indirecta a la celebración de ritos religiosos por el campesinado (bautizos, primeras comuniones, responsos, misas o procesiones), además de otras dedicadas al trabajo o al folklore.

Es una escena de interior que muestra a toda una serie de personajes masculinos que están en lo alto del coro, sentados unos, arrodillados otros, o apoyados en la balaustrada, asistiendo una Misa Mayor.

A pesar del carácter costumbrista y religioso de la obra, destaca por su arriesgada composición y por el juego de luces, marcada por la diagonal del suelo y en la que el pintor muestra su dominio en la captación de la luz.

Destaca la intensidad luminosa del fondo debido a la entrada de luz desde unas ventanas laterales. En cambio, los personajes del coro aparecen en penumbra en un fuerte claroscuro, contrastado por pequeños toques rojos y por la luz de los cirios que se filtran a través de algunos agujeros y grietas de la madera, lo que da a la escena gran naturalidad. Suspendidas de las bóvedas del crucero de la iglesia, cuelgan varios exvotos de naves.

MISA MAYOR EN LA IGLESIA DE DERIO, POR ANSELMO GUINEA