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23/07/2025

Melchor Oyanguren


Misionero en Filipinas y escritor de la primera gramática japonesa en español en 1738

MELCHOR OYANGUREN

Melchor Oyanguren nació en 1688, en Salinas de Leniz, Guipúzcua.

En 1705, Melchor Oyanguren de Santa Inés ingresó en la Orden de los franciscanos descalzos, donde adquirió amplios conocimientos en lenguas latina, griega y hebrea.

En 1717, participó en una misión al Japón, permaneciendo en Filipinas ante la prohibición del Imperio japonés de recibir en sus tierras a europeos, menos aún si estos eran religiosos. Luego, volvió a España por su mala salud. En 1721, partió por segunda vez en misión francisca a las islas Filipinas, donde permaneció hasta 1732, año en el cual regresó de nuevo a México. De aquí vino a España en 1744, donde murió tres años después.

En Filipinas hizo grandes estudios en las lenguas china, japonesa, tagalo, malayo y anamítico, que llegó a dominar a la perfección. Realizó la primera comparación del japonés con otros idiomas "exóticos", como el tagalo, el chino, el malayo y el vasco, su lengua nativa, añadiendo la nueva dimensión a la técnica. Fue uno de los primeros lingüistas en agrupar idiomas del tipo aglutinante, confrontando el euskera y el castellano con el japonés.

TAGALYSMO ELUCIDADO

Escribió 4 gramáticas, consideradas por los expertos de gran valor lingüístico escrito sobre el tagalo y el japonés:

Arte de la lengua japonesa, dividido en quarto libros según el arte de nebrixa. Con algunas voces propias de la escritura y otras de los lenguages de Ximo y del Cami, y con algunas perifrases y figuras. El Arte japona fue publicado en marzo de 1738, está considerada la primera gramática del japonés traducida a la lengua española. En él se han descubierto conceptos de gran importancia por las curiosas observaciones que el autor hace sobre la uniformidad y divergencia del japonés con otros idiomas orientales y los idiomas europeos. Hoy en día, los orientalistas consideran este Arte japona como única en su clase y de suma utilidad para el estudio del idioma japonés.

Tagalismo elucidado y reducido a la latinidad de Lebrija... y con allusion que en su uso y composición tiene con el dialect chino-mandarin, con las lenguas hebrea y griega, fue publicado 1742, en México. Esta gramática tagala tuvo el mismo carácter descriptivo que la gramática japonesa.

Diccionario trilingüe Tagalo-castellano-cántabro, obra de mucho mérito, que no se llegó a imprimir, y cuyo original lo guarda la comunidad franciscana.

Arte chínico, publicado como la mayoría de sus obras en 1742.

Por último, dedicado a su lengua natal, escribió un Arte de la lengua Vascongada y Cantabrismo elucidado.

ARTE DE LA LENGUA JAPONESA

21/12/2023

Juan de Alzolarás


Teólogo, religioso de la Orden de los Jerónimos, predicador del emperador Carlos V, y patriarca y obispo de Canarias en 1568

JUAN DE ALZOLARÁS

Juan López de Alzolarás nació en Cestona, Guipúzcoa, a inicios del siglo XVI. Pertenecía a una familia hidalga con solar en el Palacio de Alzolarás, en Aizarna, situada en el valle de Alzolarás y perteneciente a la Noble y Leal Villa de Santa Cruz de Cestona. Era uno de los linajes más importantes de su época en Guipúzcoa, propietaria de ferrerías, molinos, caseríos y torres y se emparentaron con otros poderosos linajes del territorio como los Loyola, Iraeta, Lilí o Guevara, entra otras.

Cursó estudios en una prestigiosa Universidad de Salamanca. Al graduarse, ingresó en la Orden de los Jerónimos, y fue destinado al Monasterio de Nuestra Señora del Prado, en las cercanías de Valladolid. En esta institución también trabajó primero como monje, después como prior, dedicándose a la docencia.

En aquella época, en Valladolid se ubicaba la Corte del emperador Carlos V. Pudo conocer a la princesa Juana de Austria, durante una de sus visitas al monasterio para asistir a una de las misas de Alzolarás. Poseía una gran habilidad en retórica cristiana y dotes de orador.

Durante su estancia pucelana, eliminó el apellido López, haciéndose llamar sólo por el de su linaje: Juan de Alzolarás, algo muy habitual entre los frailes de la orden jerónima.

Fue uno de los calificadores de las proposiciones del arzobispo de Toledo, el navarro Bartolomé Carranza. Juana de Austria aconsejó al general de los jerónimo, el padre José de Sigüenza, para que Alzolarás fuese enviado el Monasterio de San Jerónimo de Yuste, durante el retiro del emperador Carlos V, en 1556. Allí le sirvió como predicar ordinario y pudo conocer a reyes de otras Cortes europeas, aristócratas y secretarios reales, especialmente al vasco Francisco de Eraso, miembro del Consejo Real.

En 1558, había alcanzado el grado de general de su orden religiosa, cuando poco después fallecía el emperador. El catálogo de los generales de la orden explica su nombramiento así:
"1558. Capítulo número -18. Genera/núm. 38. Juan de Azóloras, del Prado ... Salio reprendido."

JUAN DE ALZOLARÁS Y CATEDRAL DE SANTA ANA DE LAS PALMAS

En febrero de 1566, fue nombrado arzobispo de Santo Domingo en la isla caribeña La Española (Santo Domingo). Recibió el palio de arzobispo en junio, pero no llegó a partir.

En septiembre de 1568, fue nombrado obispo de las islas Canarias en sustitución del prelado Bartolomé de Torre, tras su fallecimiento. Al año siguiente, tomó posesión del cargo, el obispo número 24 en orden cronológico. En 1570, autorizó la solemne dedicación de la catedral de Santa Ana.

Durante su estancia, estableció su sede en la catedral de Santa Ana de Las Palmas de Gran Canarias, y visitó y predicó el Evangelio por todas los rincones del archipiélago. Mantuvo una correspondencia epistolar con el rey Felipe II, abordando la situación de la Iglesia en Canarias, los problemas con el Cabildo catedralicio y la necesidad de corregir los excesos que se producían en Canarias, tanto por parte del clero como por parte de las autoridades civiles y militares. Le recomendaba que eligiera a los mejores, ya que la lejanía favorecía la arbitrariedad. También solicitó al rey, la toma de medidas frente al incumplimiento de los deberes de los regidores con bienes que correspondían a la Corona y al Obispado.

Alzolaras murió en 1574, siendo enterrado en la catedral de Santa Ana.

EL CAPELLÁN MENOR DEL REY

En la actualidad, se conserva un palacio en Aizarna perteneciente a su linaje nobiliario.

El Museo Catedralicio de Las Palmas guarda el portapaz o relicario que perteneció a Alzolarás, una pequeña pieza de orfebrería de plata en forma de retablo compuesto renacentista de gran riqueza decorativa. También se conservan las cartas que envió a Felipe II en archivos históricos de Simancas, Valladolid, Cestona, Oñate, Tenerife, Gran Canaria y el Vaticano.

El presidente del Consejo Consultivo de Canarias y magistrado de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife, Carlos Millán Hernández, escribió el libro biográfico El capellán menor del rey, Episodios de fray Juan de Alzolarás, Obispo de Canarias, a través de un portapaz.

15/08/2022

Sebastián de Lartaun


Eclesiástico de la Orden de los Predicadores, teólogo, catedrático y rector de la Universidad de Oñate en 1552, y obispo de Cuzco en el virreinato del Perú en 1573

SEBASTIÁN DE LARTAUN

Sebastián de Lartaun nació en Oyarzun, Guipúzcoa, en el siglo XVI, que llegaría ser una de las personaludades más distinguidas del valle de Oiartzun en el Renacimiento.

Cursó estudios en la Universidad de Alcalá de Henares, hasta conseguir el doctorado en teología en la Escuela de San Justo y Pastor de esa ciudad. En el ejercicio de su ministerio, fue beneficiado con una canonjía, en la iglesia de Calahorra.

Tras la fundación de la Real Universidad de Oñate, por Rodrigo Mercado de Zuazola, en 1548, fue nombrado catedrático de esta institución y, en 1552, su rector. Rn estos años, trabó amistad el escritor y cronista real Esteban de Garibay, quien le citaba repetidamente en su Compendio historial.

Presentó solicitud para el obispado de Panamá, pero no fue aprobada. Apoyado por san Pío V, en septiembre de 1570, fue nombrado obispo de Cuzco, en el Virreinato del Perú, un alto cargo en la jerarquía eclesiástica indiana.

Antes de emprender el viaje a las Indias, fue consagrado en la iglesia de San Esteban de Oyarzun, el 17 de agosto de 1572. Así una inscripción latina en letras de oro aparece esculpida en los altares del Rosario y San Nicolás.

UNIVERSIDAD DE OÑATE

Se embarcó en Sevilla en 1572 y llegó a su sede el 28 de junio de 1573, tomando posesión de su cargo obispal del virreinato. Pronto entró en conflicto con el cabildo de Cuzco, debido a las reclamaciones sobre la parte que le correspondía en la percepción de los diezmos. Además, se opuso a la fundación de la diócesis de Arequipa, que debía desprenderse de la del Cuzco en atención a lo solicitado por su antecesor en la sede, fray Juan Solano.

Encargó al sacerdote Cristóbal de Molina el Cuzqueño que escribiese una Relación de fábulas y ritos de los incas, el único de sus escritos que se conserva, en la Biblioteca Nacional de España. Antes de ella, había escrito una Historia de los incas, también por encargo del obispo, la que actualmente está perdida. Lartaun estaba interesado en conocer la historia de los incas y requería informarse del estado de la evangelización. Lo más probable es que quisiera conocer las costumbres religiosas incas con el fin de realizar una labor de evangelización más efectiva, pues el movimiento idolátrico Taqui Onqoy había demostrado que la colonización no había conseguido los resultados esperados.

Durante el III Concilio de Lima de 1582, convocado por el arzobispo Toribio de Mogrovejo, tuvo que defenderse de sus numerosos adversarios: corregidores, vecinos y compañeros eclesiásticos. Presentaron en la asamblea un memorial de veintitrés capítulos de queja, reclamando exigencias del sobre rentas y pensiones. Se formaron dos bandos episcopales, mientras que el arzobispo Mogrovejo intentaba mediar entre ambos. Lartaun negó la autoridad del prelado de Lima, según la cual "la presidencia del concilio le ejercía el Espíritu Santo".

Resultó finalmente un concilio fructífero ya que los teólogos y lingüistas redactaron con esmero los textos de los catecismos en tres lenguas (español, quechua y aimara) así como los valiosos complementos pastorales. Se aprobaron hasta veinticinco decretos, con lo cual el 13 de octubre de 1583 concluyó el Concilio.

Murió al año siguiente en Lima y sepultado en el convento grande de San Agustín de Lima.

MISA Y BAUTISMO DE INDIOS EN EL VIRREINATO DE PERÚ

30/06/2022

Martín de Olave


Escritor y teólogo jesuita del siglo XVI participante del Concilio de Trento de 1551-52

CONCILIO DE TRENTO

Martín de Olave era natural de Vitoria, donde nació en 1512. Estudió la carrera eclesiástica en la universidad renacentista de Alcalá de Henares. Conoció a Ignacio de Loyola y lo acompañó a París, donde estudió Filosofía y Teología. Tras ser nombrado profesor de la universidad parisina, renunció al puesto para volver a Vitoria. Es entonces cuando el emperador Carlos V lo nombró su capellán real, cargo que desempeñaría durante varios años, hasta que decidió abandonar la vida cortesana.

El cardenal de Otón lo envió al Concilio de Trento de 1551-52, donde participó activamente en las discusiones, especialmente sobre el tema de la Eucaristía. Pronunció el discurso de apertura del Concilio Provincial de Belinguen, y vistió, tras muchas dudas, el hábito ignaciano de la Compañía de Jesús.

San Ignacio le nombró profesor del Colegio Romano y lector de Teología. Brazo derecho de San Ignacio, se ocupó del mantenimiento de los colegios de la Compañía.

Producto de su pluma fueron Meditaciones, Apuntes espirituales, Comentarios sobre la filosofía de Aristóteles, etc.

08/09/2021

Antonio de Azcona Imberto


Cuarto obispo de Buenos Aires en 1676, encargado de la remodelación su Catedral Metropolitana

ANTONIO DE AZCONA IMBERTO

Antonio de Azcona Imberto era natural de Estella, Navarra, donde nació en 1618.

En 1643, se trasladó al Virreinato de Nueva España, donde se ordenó sacerdote, acompañando al nuevo obispo de Yucatán, Juan Alonso de Ocón.

En la diócesis de Cruzco trabajó de cura beneficiado de Anta, visitador general y juez eclesiástico del obispado del Cuzco. Años más tarde, en Charcas fue nombrado párroco, vicario y juez eclesiástico de la ciudad de Potosí.

Considerado un hombre virtuoso y caritativo, lo que le valió para ser obispo de Buenos Aires en 1676. Una de sus primeras medidas fue gestionar la apertura efectiva del Hospital de San Martín, que se hallaba instalado en realidad no operaba por lo que los enfermos de la ciudad estaban abandonados.

En 1678, informó al rey acerca de las costumbres de los indígenas de su región y de la dificultad de contar con misioneros sin contar con recursos adecuados.

En 1681, constituyó la Capellanía de Nuestra Señora de Luján y realiza una visita pastoral por el territorio de su extensa diócesis, informando a la Corona sobre la misma.

Durante su obispado intentó evangelizar a los indios pampas proyectando reducciones cercanas a la capital y se efectuaron intentos de los jesuitas para evangelizar la Patagonia, y promovió la idea de reunir nuevamente las diócesis de Buenos Aires y la de Asunción ante la escasez de sacerdotes y la penuria económica.

CATEDRAL METROPOLITANA DE BUENOS AIRES

Dirigió la remodelación de la Catedral Metropolitana de Buenos Aires a pesar de inaugurarse en 1671. Presentaba filtraciones y rajaduras, además un temporal en 1682 tumbó la torre. Las obras de redificación comenzaron en octubre del mismo año, fueron supervisadas diariamente por Azcona y trabajaron más de 30 indígenas tupíes y, más tarde, otros provenientes de la reducción de Santa Cruz de los Quilmes. En 1693 se concluyeron las tres naves del cuerpo principal levantada sobre arcos de cal y ladrillo y cubierta de tejas.

En 1691, se creó en el ámbito de la catedral la Hermandad de San Pedro con el objeto de brindar asistencia a los sacerdotes ancianos o enfermos.

Azcona murió en Buenos Aires, el 19 de febrero de 1700. El Cabildo eclesiástico nombró provisor del obispado al deán Domingo Rodríguez Armas quien permaneció al frente de la sede vacante hasta 1713.

06/07/2021

Pedro Matías de Goñi


Jesuita misionero, explorador, evangelizador de California y México y regente del Real Colegio-Seminario de San Ildefonso en el Virreinato de Nueva España a finales del siglo XVII

goñi viana escudo blasón
ESCUDO DE ARMAS DE GOÑI

Pedro Matías de Goñi era natural de Viana, Navarra, donde nació en 1647. Fue beneficiado de Viana. Sus padres fueron Gregorio de Goñi y Gerónima Fernández de la Pila. Estudió artes y teología en la Universidad de Alcalá de Henares. Tras conseguir la licenciatura, en 1671 ingresó la Compañía de Jesús en Logroño.

Más tarde, fue destinado al Virreinato de la Nueva España como misionero evangelizador. En 1677, tomó parte de la Expedición misionera a Yécora, en el territorio de Sonora, y, en 1679, fue ascendido a sacerdote de México ciudad.

Realizó una expedición a la península de la Baja California junto con los también jesuitas Juan Bautista Copart y Fray Eusebio Kuehn y Fray José Guijosa. Al mando iba el almirante navarro Isidro Atondo y Antillón.

Tras varios años de preparación, la gira empezó el 1 de abril de 1683 en La Paz y duró hasta el 14 de julio de 1683, lugar que abandonaron por la hostilidad de los indios guaycuras, la cobardía de los soldados que los acompañaban y la falta de alimentos.

mapa baja california kino
MAPA DE BAJA CALIFORNIA

En 14 de julio de 1683, tuvieron que salir a Sinaloa. Regresaron al puerto del Yaqui, para comprar provisiones y retornan a California a finales de septiembre a un puerto al norte de la Paz, al que llamaron ensenada de San Bruno.

Desde este enclave hicieron varias exploraciones tierra adentro, evangelizando más de 400 indios convertidos a Catolicismo, hasta que regresaron a Nueva España, en 1685 por falta de suministros.

A pesar de sus arduos esfuerzos por promover la continuación de la empresa que había iniciado, la Corona tenía otros intereses y otras posesiones que fortalecer, y no consideraba rentable la inversión.

Además, hizo varias expediciones en los alrededores, una a la Sierra de la Giganta, nombre dado a esa formación montañosa por el padre Kino, y otra hasta la costa del Mar del Sur (Océano Pacífico).

atondo california expedición itinerario
EXPEDICIÓN DE ATONDO A LAS CALIFORNIAS

10/02/2021

Pablo José de Arriaga


Jesuita promotor de las campañas de la búsqueda y extirpación de los restos de la idolatría en Perú y de la educación cristiana de los indios

PABLO JOSÉ DE ARRIAGA

Pablo José de Arriaga nació en 1564, en la guipuzcoana villa de Vergara. Estudió en el Colegio Jesuita de Madrid, y en 1579 ingresó en la Compañía de Jesús.

En 1585 fue a Indias, al Virreinato del Perú, donde fue ordenado. Su vocación era la de predicar el Evangelio por aquellas tierras y convertir al Cristianismo a los indios. Allí fundó varios colegios y desempeñó importantes cargos dentro de la Orden. 

Tres años más tarde, en 1588 fue nombrado rector del colegio San Martín de Lima, puesto que ocupó en varios periodos durante 24 años. Allí impartió clases de retórica.

Regresó a España en 1601, fue procurador del Perú hasta 1604. En durante esta etapa, hizo una visita a Roma enviado por sus superiores.

Durante el período de 1604 a 1622 en el virreinato, Arriaga participó en las campañas de investigación y extirpación de los restos de las primitivas idolatrías de Perú. Fueron una misiones organizadas junto a los primeros visitadores oficiales, también jesuitas, Fernando de Avendaño y Luis de Teruel, siguiendo las disposiciones del arzobispo de Lima, Bartolomé Lobo Guerrero.

Además fue rector en el Colegio de Jesuitas de Arequipa desde 1612 a 1615. También dirigió la construcción de un colegio para los hijos de los caciques indios y una casa de corrección para los chamanes indios.

En 1621, publicó en Lima su Extirpación de la idolatría de los indios del Perú. Edicto contra la idolatría. También el Directorio espiritual, y Ejercicios espirituales, esta última en algún idioma indio.

En 1621, fue requerido desde la España peninsular para una misión confidencial. Un año después, embarcó desde Porto Bello, pero durante la travesía la flota sufrió una terrible tempestad en aguas cercanas a la isla de Cuba, su barco naufragó y Arriaga moría ahogado.

EXTIRPACIÓN DE LA IDOLATRÍA DE LOS INDIOS DEL PERÚ

28/07/2020

Juan de Areizaga y Guevara


Eclesiástico agustino y cosmógrafo en la Expedición de la Especiería a las Molucas por Jofre García de Loaysa en 1525, descubriendo el acceso al Virreinato de Nueva España a través del Pacífico

JUAN DE AREIZAGA Y GUEVARA

Juan de Areizaga y Guevara era natural de Zumaya, Guipúzcoa, donde nació aproximadamente en 1500. Aunque otras fuentes sitúan su villa de nacimiento en la próxima Villarreal de Urrechu, y relacionado con el linaje de los Areizaga de Urrechu, saga de militares y consejeros reales que se convertiría en baronía en el siglo XVI.

Fue clérigo y beneficiado de la Iglesia de San Pedro de Zumaya, era primo del capitán Santiago de Guevara, y amigo del gran marino Juan Sebastián Elcano. Fue este último almirante quien el introdujo en la Expedición a las islas de las Especias o Armada mercante de la Especiería a las Molucas, que dirigía Jofre García de Loaysa. Su puesto fue el de capellán de la expedición.

La expedición zarpó del puerto de La Coruña en julio de 1525, con la misión de tomar posesión de las islas Molucas para el emperador Carlos V. Areizaga se embarcó en el patache Santiago, al mando de Santiago de Guevara, con el cargo de capellán, además de realizar labores científicas como cosmógrafo.

El 14 de enero de 1526, Elcano ordenó inspeccionar el estuario del Río Gallegos, creyendo que era la entrada del Estrecho de Magallanes. Las naves fueron detenidas en la costa, mientras un chalupa realizaría la exploración del estuario. En la expedición iban el piloto Martín Pérez de Elcano, hermano del capitán, el artillero Roldán, el tesorero Bustamante, superviviente de la expedición de Magallanes y conocedor del estrecho, y el propio Areizaga, junto con otros cuatro hombres. Surgió el debate, pues mientras que Roldán y Bustamante consideraron el paso como accesible al Pacífico, Elcano y Areizaga decidieron seguir avanzando para una mejor comprobación. Tras avanzar más en el estuario, se dieron cuenta que no era el estrecho que buscaba. Para entonces la subida de la marea hizo desencallar las naves atracadas, la marea las hizo alejarse de Areizaga y sus compañeros, los cuales se quedaron en tierra. Areizaga tuvo la oportunidad de explorar la costa de Patagonia y tomar contacto con los nativos, los llamados patagones. Más tarde, pudieron reintegrarse en la expedición.

EXPEDICIÓN A LA ESPECIERÍA ZARPANDO DE LA CORUÑA

En 1526, las cuatro naves de la expedición doblaron el estrecho de Magallanes. Una tormenta las dispersó el 6 de junio, por lo que la Santiago hubo de proseguir el viaje en solitario sin apenas víveres. El patache Santiago se aproximó a las costas de actual estado de México, a la altura del golfo de Tehuantepec.

Areizaga debe su celebridad a la aventura que protagonizó en la costa occidental del recién fundado Virreinato de la Nueva España. Tras varios días de navegación con la tripulación enferma y carente de provisiones, el 11 de julio avistó tierra, así como grupos de indígenas que los observaban desde el litoral. El guipuzcoano se ofreció voluntario para alcanzar la costa en busca de auxilio, misión que culminó con éxito, no sin riesgo de perecer ahogado. No quedando botes a bordo, intentó llegar a tierra dentro de un cajón primero, nadando después, y pudo ganar la costa de Tehuantepec ayudado por unos indios, el 15 de julio de 1526.

Tuvo la precaución de llevar consigo una espada y un saco con regalos "porque no le matassen o comiessen". Pero éstos les depararon un amistoso recibimiento y ayudaron a desembarcar en tierra firme a los 50 tripulantes supervivientes del patache y a recuperarse en el poblado de Mazatán. El capitán Guevara pudo ponerse en contacto con el gobernador cristiano de la zona, quien les informó de que se hallaban en Nueva España.

Una vez recuperado Areizaga, el 31 de julio partió a la ciudad de México para dar cuenta al recién nombrado virrey de la Nueva España, Hernán Cortés, en representación del capitán Guevara, demasiado enfermo para hacerlo personalmente. La llegada de Areizaga y el resto de la comitiva causó una gran impresión en México. Cortés lo recibió con grandes muestras de distinción y afecto, admirado del relato de las peripecias y desgracias acaecidas a la expedición. Por eso, ordenó que se preparase otra expedición en la costa occidental de Nueva España a las órdenes de Álvaro de Saavedra, con el objetivo de buscar y rescatar de los restos de la maltrecha Armada de García de Loaysa, en 1527.

MAPA DEL VIRREINATO DE NUEVA ESPAÑA

El guipuzcoano Areizaga regresó a España en 1534, y a la iglesia de Zumaya al año siguiente. Con el circuito de su viaje, Areizaga demostró el acceso oceánico desde el Pacífico a Nueva España, confirmando el descubrimiento de Vasco Núñez de Balboa años atrás.

Gonzalo Fernández de Oviedo, cronista oficial de Indias, lo conoció un año después para que Areizaga le ofreciese un relató de su periplo americano que incluyó en su Historia de las Indias. Este autor lo describió como un hombre "de buena estatura de cuerpo" y comentó que "disposición tenía para trabajar". Sin embargo, ciertos detalles fantásticos del relato, que describe a los patagones como gigantes que doblaban en altura a los cristianos restan verosimilitud a la descripción que hizo Areizaga de las costumbres nativas.

La Colección de los Viajes y descubrimientos por los Españoles, la Historia de la Marina Real Española y otros libros, cuentan también esta aventura.

JUAN DE AREIZAGA Y HERNÁN CORTÉS

07/03/2018

Bartolomé de Carranza y Miranda


Eclesiástico y teólogo del siglo XVI, que participó en el Concilio de Trento de 1546, en la Junta de Valladolid de 1550 sobre la "polémica de los naturales", y escribió Tratado sobre la virtud de la justicia.

Bartolomé Carranza eclesiástico teólogo navarro humanista
BARTOLOMÉ DE CARRANZA
Y SU ESCUDO DE ARMAS

Bartolomé de Carranza y Miranda nació en Miranda de Arga, Navarra, en 1503. Desde 1515, primero estudió latín en Alcalá de Henares, después artes. En 1520, ingresó en la Orden de Santo Domingo en el convento de Benalaque, donde completó los estudios de filosofía y teología. En 1525, ingresó en el colegio de San Gregorio de Valladolid, donde al terminar sus estudios comenzó su docencia en artes. Allí coincidió con Melchor Cano, erudito y rival en la ciencia y en las dignidades dentro y fuera de la Orden dominicana. La rivalidad entre estos dos teólogos se inició en un acto académico del curso 1532-1533, en la que ambos ya dejaron marcadas de forma irreductible sus posiciones.

En 1533, fue nombrado maestro de estudiantes y catedrático de vísperas de teología, a la vez que realiza funciones de censor o calificador en el Santo Oficio de la Inquisición.

En 1536, se le adjudica la cátedra de prima de teología, mientras que Melchor Cano entra a ocupar la de Vísperas. Solicita la magistratura en Teología Sagrada por el capítulo provincial de Benavente de 1537, que le fue concedida en Roma en el capítulo general de 1539, acto al que asistieron varios cardenales y el embajador de Carlos V.

En 1539, ya de vuelta a España, el capítulo provincial de la Orden celebrado en Valladolid le otorga el cargo de examinador de los predicadores y confesores de la provincia dominicana de España, al mismo tiempo que Melchor Cano. En esta época se distinguió por sus sermones y explicaciones de la Summa Theologiae de Santo Tomás y de la Sagrada Escritura en el colegio de San Gregorio, a las que asistían los que serían grandes maestros del futuro: Juan de la Peña, Juan de Villagarcía y Pedro de Sotomayor.

En 1540, publicó Tratado sobre la virtud de la justicia.

En 1545, Carlos V le escribió desde Bruselas con la orden de participar en el Concilio Ecuménico de Trento, y lo hizo de forma muy activa, ya que sus intervenciones fueron muy alabadas tanto por los Padres conciliares como por los cronistas de la asamblea: Sobre el canon de la Sagrada Escritura, el 20 de febrero de 1546; el Sermón del primer domingo de cuaresma ante los Padres del concilio, el 14 de marzo de 1546; los Discursos sobre la justificación, el 14 de julio, el 27 de septiembre y el 18 de octubre de 1546; la Intervención sobre los sacramentos en general, el 21 de enero de 1547; el Voto sobre el sacramento de la Eucaristía, el 3 de febrero de 1547.

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CASA NATAL Y ESCUDO DE BARTOLOMÉ DE CARRANZA

Fue elegido prior de Palencia en 1548 y actúa como definidor en el capítulo provincial de Ávila de ese mismo año. En el capítulo de Segovia del 2 de febrero de 1550, fue elegido prior provincial de la provincia dominicana de España. Entre los años de 1548-1550 es propuesto para confesor del príncipe (el futuro rey Felipe II) y para obispo de los obispados del Cuzco y de Canarias, dignidades que no acepta.

Entre 1550 y 1551, estuvo presente en la Junta de Valladolid, que intentaba resolver la polémica de los naturales o de los justos títulos entre Juan Ginés de Sepúlveda y Bartolomé de las Casas.

A finales de 1551, se reincorporó a las sesiones del Concilio por orden del emperador, interviniendo en el aula sobre el tema de la Misa y sobre el sacramento del Orden.

En 1553, fue regente supernumerario del Colegio de San Gregorio de Valladolid. Por orden del rey Felipe II, en 1554, embarcó en La Coruña para Inglaterra. Fue nombrado vicario por el maestro de la Orden de Predicadores, con el objetivo de restaurar a los dominicos en Inglaterra, aun cuando la verdadera intención de su misión fuera restaurar el Catolicismo en Inglaterra. Fue confesor de la segunda esposa de Felipe II, María Tudor. Allí trabajó como legado pontificio o nuncio de su Santidad el Cardenal Pole, siendo el brazo derecho de éste en la difícil tarea de la contrarreforma, que cristalizó en el sínodo de Londres de 1555. Los resultados prácticos de estos esfuerzos fueron realmente pocos, debido a la pronta muerte de la reina y del cardenal Pole en 1558.

En esa época redactó su famoso Comentarios sobre el catecismo romano, que será la causa de su declive posterior, imprimiéndolo en Amberes en 1558.

Como premio a su trabajo, Felipe II lo propuso como arzobispo de Toledo, sede primada del Imperio español. A pesar de su resistencia, fue ordenado de obispo en 1558 en el Convento de Santo Domingo de Bruselas.

Por encargo del monarca, ejerció la función de Consejero del Imperio en Flandes, cuando ya el emperador Carlos V se había retirado enfermo a Yuste. Se distinguió en esa época por sus profundos comentarios a la Biblia y a la Suma Teológica de Santo Tomás.

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BARTOLOMÉ DE CARRANZA
Y SU ESCUDO DE ARMAS

De vuelta a España, Felipe II le ordenó asistir al Consejo de Estado en Valladolid y tratar con su padre Carlos I en Yuste los temas secretos que le había confiado, justo a tiempo antes de asistir a su muerte. En 1558, ejerció en Toledo como obispo, donde sorprende por su modo de ejercer la caridad.

En esos momentos la Inquisición se ocupaba en las audiencias de los reos del foco luteranizante castellano descubierto en el mes de abril de 1558, donde el nombre de Carranza se decía que fue frecuentemente invocado. El inquisidor general, Fernando de Valdés, prepara el proceso de arresto en 1559, es engañado y obligado a abandonar la corte, siendo apresado la noche 23 de agosto en Torrelaguna y conducido a la cárcel de la Inquisición en Valladolid, donde da comienzo su proceso.

Fue su proceso largo, complejo y notorio, tanto por la calidad del acusado como por las circunstancias en que se desarrolló. Se le juzga primero en España (1559-1567). Carranza recusa al Inquisidor General; así, el acusado pasa a ser acusador del juez que le debía juzgar. Los árbitros del conflicto dieron por buena la recusación y nombraron un nuevo juez para Carranza. Su abogado, Martín de Azpilicueta y los testimonios de prestigiosas personas impedieron que sus enemigos y los fiscales lograsen que el juez dictase sentencia de culpabilidad.

Posteriormente, el proceso fue llevado a Roma por exigencia del papa Pío V. Carranza partió de España el 27 de abril de 1567, yendo a parar a la cárcel del Castillo de Sant Angelo. El mismo papa asistió a docenas de sesiones del proceso, dictando sentencia a favor de Carranza. Pero como la diplomacia exigía que antes se comunicara la decisión al rey de España, envió a un embajador con ese encargo, quien se retrasó en la vuelta a Roma y no le dio tiempo a llegar antes de la muerte de Pío V en mayo de 1572.

En 1576, Gregorio XIII sentenció en su contra, declarándole gravemente sospechoso de herejía y exigiéndole una abjuración "ad cautelam" de dieciséis de sus proposiciones, a pesar de que la obra fuera declarada ortodoxa por el Concilio de Trento en 1563.

La última parte de su defensa fue llevada a cabo también por Martín de Azpilicueta, quien fue enviado a Roma por Felipe II precisamente para hacerse cargo de la misma. Gracias a su brillante defensa, Carranza fue finalmente absuelto, poco antes de morir en el Convento de Santa María Minerva de Roma, donde es enterrado.

Gregorio XIII, como reparación por su confusa sentencia, redactó el epitafio que se puso sobre su tumba:
"Bartolomé Carranza, navarro, dominico, Arzobispo de Toledo, Primado de las Españas, varón ilustre por su linaje, por su vida, por su doctrina, por su predicación y por sus limosnas; de ánimo modesto en los acontecimientos prósperos y ecuánime en los adversos.
En 1993, sus restos fueron exhumados y trasladados a la catedral de Toledo.

BARTOLOMÉ DE CARRANZA

12/12/2017

Francisco de Alesón


Historiador, eclesiástico jesuita, coautor junto con José de Moret de la obra Annales del Reyno de Navarra, y cronista del Reyno de Navarra en 1687

ANNALES DEL REINO DE NAVARRA, POR FRANCISCO DE ALESÓN

Francisco de Alesón nació en Viana, Navarra, en 1634.

Ingresó en la Compañía de Jesús en 1650. En Pamplona, se dedicó a predicar y a enseñar filosofía en el colegio de la Anunciada desde 1662. Predicó durante cuatro años en diversos colegios de la Compañía hasta su ingreso en 1688.

Fue rector de los colegios de la Compañía de Jesús en Soria, San Sebastián, Segovia, Loyola, entre 1689 y 1692; y en Pamplona, entre 1692 y 1694. Impulsó las obras de la basílica de San Ignacio de Loyola y de la iglesia de San Ignacio de Pamplona, inaugurada el 1 de octubre de 1694.

En 1693, escribió, junto con Francisco Matute, el impreso Traslado del Papel que escribieron los Padres Guardián de San Francisco y Rector de La Compañía a los demás Prelados de las Religiones de Pamplona.

Fue nombrado viceprovincial de la Compañía de Jesús en Castilla, en 1695, y rector de Valladolid, en 1698, y de Salamanca, en 1701. Estas actividades fuera de Navarra disgustaron a los diputados del reino que suspendieron el salario de Alesón durante cuatro años, lo cual generó una rivalidad con el virrey, el marqués de Solera.

Cuando falleció el padre Moret, en 1687, la Diputación de Navarra le designó segundo cronista del reino, "por ser el sujeto más a propósito, para continuar los Anales de Navarra". Sin embargo su nombramiento no agradó al papa Inocencio XI que no deseaba que los jesuitas "se empleasen en escribir historias seculares". Tras la muerte de este papa, en 1689, Alesón entró oficialmente a desempeñar el cargo.

ANNALES DEL REINO DE NAVARRA, POR FRANCISCO DE ALESÓN

Francisco de Alesón revisó los dos primeros tomos, que dejó redactados Moret, "cubriendo los blancos que tenía". En 1704, salió por fin de imprenta el tercer volumen de los Annales de Navarra de Moret, corregido por Alesón y ampliado con Escolios y Adiciones.

En 1709, publicó el Tomo Quarto De los Anales De Navarra O Primero De Su Segunda Parte, que comprende diez libros distribuidos en capítulos; el primero comprende dieciséis y el último siete que van desde Natural demasiado ardiente del nuevo rey D. Carlos II hasta Enfermedad arrebatada de la reina D.ª Leonor. Su muerte y lugar de su sepultura.

En 1715, anciano y enfermo y poco antes de su muerte, publicó en Viana el Tomo Quinto De Los Anales de Navarra O De Su Segunda Parte, que abarca veinticuatro libros del XI al XXV que comienzan con Sucesión del rey D. Francisco Febo en el Reino de Navarra y termina con Cómo el Emperador fue inculpado en el saco que se sigue de Roma… Conversión de San Ignacio de Loyola. Principios que tuvo la Compañía de Jesús referido al año 1527 en que se produjo el saqueo de Roma por las tropas de Carlos I.

Dado el estado de salud de Francisco Alesón, el impresor Francisco Picart trasladó su taller hasta Viana para la publicación de este último libro.

ANNALES DEL REINO DE NAVARRA, POR FRANCISCO DE ALESÓN

Alesón poseyó grandes conocimientos lingüísticos y en Los honores fúnebres que hizo el Real Consejo de Navarra a la piadosa memoria del Rey Philippo IV (Pamplona, 1665) estampó su elogio funeral en griego, latín, castellano, portugués, toscano, francés y vascuence.

Otras obras suyas son: Historia de Navarra, desde la muerte de Juana de Francia y Gramática Greco-Hispana.

Murió en Logro, en 1715, dejando varios manuscritos que según declaración propia debían de constituir un sexto volumen de los Anales.

Juan Alesón, hermano de Francisco, fue auditor general de presidios de Orán, en 1715.

20/07/2017

Pedro Aingo de Ezpeleta


Eclesiástico, historiador, teólogo y canónigo de Astorga, representante del Arbitrismo político, economista seguidor de la Escuela de Salamanca, que publicó las Resoluciones Morales y Doctrinales a mediados del siglo XVII

PEDRO AINGO DE EZPELETA

Pedro Aingo de Ezpeleta nació en Tudela, en 1595. Siendo joven estudió Gramática y Humanidades en su villa natal. Después, pasó a la Universidad de Valladolid, donde se graduó y llegó a impartir las cátedras de Teología y Filosofía en el Colegio Pinciano.

En 1627, fue nombrado de canónigo de la catedral de Astorga. En esta ciudad leonesa, compaginó la canongía con otros cargos asociados a la diócesis como vicario general, juez, provisor o examinador del Sínodo, mientras desarrollaba su pensamiento filosófico y teológico, principalmente, en tres obras.

La primera fue Fundación de la Santa Iglesia Catedral de Astorga; Vida, predicación y martirio de su primer obispo San Efrén, discípulo del apóstol Santiago, que fue publicada en Madrid, en 1634.

Aingo de Ezpeleta mantuvo contacto con el ayuntamiento y la diócesis de Santiago de Compostela, que defendían la exclusividad del apóstol jacobeo como patrón de España, frente a las intenciones por algunos eclesiásticos de añadir a Santa Teresa de Ávila. Para apoyar a los santiaguistas de Compostela dedicó esta obra a San Efrén, un discípulo de Santiago apóstol y primer obispo de Astorga. A cambio, ellos se comprometieron a fomentar el culto de San Efrén desde el Vaticano.

Pedro Aingo de Ezpeleta Resoluciones prácticas morales doctrinales
RESOLUCIONES MORALES Y DOCTRINALES, POR PEDRO AINGO DE EZPELETA

La segunda obra y más importante para conocer sus ideas morales y económicas fue Resoluciones prácticas, morales y doctrinales de dudas ocasionadas de la baja de la moneda de vellón en los reinos de Castilla y de León, publicada en Madrid, en 1643, y nuevamente en 1654.

En cuestiones sobre política económica, Aingo de Ezpeleta fue arbitrista. El Arbitrismo es un movimiento de pensamiento político y económico surgido durante la segunda mitad del siglo XVI con el objetivo de aumentar los ingresos monetarios y reducir la presión financiera de la Monarquía española. Basada en planes tendentes a diagnosticar y solucionar la decadencia económica que sufría el Imperio, el Arbitrismo estuvo relacionado con la Escuela económica de Salamanca y elaborada por tratadistas políticos. Por eso, Aingo de Ezpeleta se influenciaría de los tratadistas y economistas de su época como Martín González de Cellorigo, Sancho de Moncada, Luis Valle de la Cerda o Pedro Fernández de Navarrete. También se influenció de algunos miembros de la Escuela salmantina como Tomás de Mercado, Juan de Mariana y, especialmente, Martín de Azpilcueta.

De hecho, el también navarro Martín de Azpilcueta fue su gran referente cuando estudió los efectos monetarios en la economía española derivados de la llegada de metales preciosos americanos y de la depreciación de la moneda de vellón durante el reinado de Felipe IV. Este gran jurista y economista había pronunciado por primera vez la Teoría Cuantitativa del Dinero y la Teoría del Valor-Escasez un siglo antes, siendo Aingo de Ezpeleta partidario de esta teoría cuantitativa en materia monetaria, tesis estudiada en sus Resoluciones Morales y Doctrinales.

La última de sus obras fue escrita en latín Selectae et practicae resolutiones de casibus tempore mortis ocurrentibus, tam in administratione et receptione sacramentorum, quam in caeteris ad eum conflictum omnium maxime spectantibus, publicada en Madrid, 1660.

07/07/2017

Cipriano Barace Mainz


Misionero jesuita del siglo XVII y mártir durante una expedición evangelizadora en el Virreinato del Perú

CIPRIANO BARACE MAINZ

Cipriano Barace Mainz era natural de Isaba, Navarra, donde nació en 1641. Estudió Filosofía y Teología, lo que le permitió ser nombrado beneficiado de la parroquia de Isaba. Su vocación religiosa le hace alistarse en la Compañía de Jesús, a imitación de San Francisco Javier por quien Barace sentía una gran admiración.

A los 29 años, Cipriano viajó a la provincia jesuita del Perú, siendo ordenado sacerdote en Lima el 11 de junio de 1673. Según una descripción de 1672 que se conserva en el Archivo de Indias de Sevilla, su aspecto físico era el de un hombre con "buen cuerpo, blanco, algo rubio, señales de heridas sobre ambas cejas…".

En 1674, después de haber pedido ir a las misiones de Chile, fue enviado a Mojos, en el Alto Perú, donde los jesuitas meditaban fundar misiones.

LÁPIDA A BARACE EN RECUERDO EN SU CASA NATAL

El 28 de julio de 1675, acompañado del Padre Pedro Marbán y del hermano José del Castillo, con un indio mojo como intérprete, salió de Santa Cruz de la Sierra en una canoa, por el río Guapay abajo, a adentrarse y explorar los llanos de Mojos, la actual Bolivia. Se encontraron con un país inmenso, donde la gente vivía dispersa, con familias separadas por odios profundos, que se negaban a convivir formando poblados. A su vez las diversas naciones se odiaban entre sí y no mantenían relaciones comerciales entre ellas. A todo este desorden social se agregaba el clima, las inundaciones casi permanentes, las diversas lenguas, las distancias y la pobreza.

Empezó a explorar los ríos Mamoré, Itenes, Bení y otros afluentes del Madeira, a su vez afluente del Amazonas. En aquel territorio fundó la primera población indígena con indios moxos, a la que bautizó con el nombre de Loreto (25 de marzo de 1682). En este tiempo su compañero y superior, el padre Marbán, compuso la primera gramática de la lengua moja. Tras cinco años de enfermedades y pobres resultados es enviado a territorio de los indios chiriguanos en la actual Paraguay, donde tampoco obtuvo éxito en sus esfuerzos. Es enviado a Santa Cruz donde pasó el tiempo muy ocupado aprendiendo a tejer y a armar un telar que más tarde había de introducir en Mojos.

Así, regresó al territorio de los moxos de Bolivia, después de haber estado cierto tiempo, aunque sin provecho alguno, entre los indios chiriguanes, a donde llega con grandes ideas de organización y donde se lanza a la creación de misiones por todo el norte Boliviano. Organizó a las familias en pueblos de 500 a 600 habitantes y fundó su primera misión el día 25 de marzo de 1682 con el nombre de Nuestra Señora de Loreto. En 1687, "doce leguas río abajo de Loreto", fundó la actual ciudad de Trinidad, cabeza del departamento actual de Bení.

CASA NATAL DE BARACE

Con el crecimiento de los pueblos surgió el problema del abastecimiento. Los indios alegaban que las tierras vecinas no podían alimentar a tanta gente reunida y el padre Barace se percató del peligro que amenazaba a su ciudad. Expuso a su superior la idea de traer ganado, semillas, arados y otras cosas útiles para la misión. Acompañado de un puñado de indios se fue río arriba luchando contra la corriente del Río Grande. En Santa Cruz de la Sierra recorrió las casas de los hacendados y con limosnas que obtuvo de los españoles, reunió hasta 200 reses para trasladarlas hasta Loreto y Trinidad.

El cómo llevar los animales hasta Loreto era un problema casi insoluble. Bajar más de 400 kms. río abajo era tarea arriesgadísima en aquel tiempo, sin otro medio que las frágiles piraguas de los indios en aguas plagadas de caimanes. Aquí surgió el «mayoral y vaquero» que llevaba adentro y emprendió la marcha terrestre hacia Loreto. Tuvo que desaguar ríos, atravesar pantanos, romper selva, repuntar el ganado que quería volverse y luchar con los indios que le abandonaban. Su tenacidad era admirable. El obispo de La Paz, contemporáneo suyo, Nicolás Urbano de la Mata escribió en su valioso libro: "Ibase quedando solo el ganado, el Padre, con increíble tesón lo rodeaba, metiéndose a veces hasta la rodilla en los pantanos y lodazales". En 54 días de marcha llegó a Loreto con 84 cabezas de ganado vacuno. Este se multiplicó de tal manera que hoy día el departamento de Bení cuenta con dos millones de cabezas, descendientes de las que llevó el Padre Barace.

Tras recorrer unos 500 kilómetros llegó a su destino, Loreto, muerto de hambre y de sed, después de 54 días de caminata y con tan sólo 86 reses. Entró en el poblado sobre el toro madrina, que era el que abría paso a la manada. No obstante, aquellas reses fueron suficientes para multiplicarse y en poco tiempo los moxos pudieron comer carne de vaca y utilizar a estos animales en las tareas agrícolas. Todavía hoy a esta ruta que empleó Cipriano se le conoce con el nombre de Camino Barace.

La ciudad de Trinidad le dedicó una plaza el año 1925, en atención a su memorable marcha internando en la comarca amazónica de Bolivia las primeras cabezas de ganado vacuno. Puesta en marcha la reducción de Loreto, su inquietud misionera y exploradora lo llevó a 14 leguas al norte del río Mamoré. Pronto empezó a recorrer los alrededores y a ponerse en contacto con los indios, pescando y cazando con ellos para poder subsistir. Con gran esfuerzo consiguió atraer a algunas familias para que hicieran un pueblo en aquel lugar que él había elegido. Pero como muchas familias estaban divididas por odios profundos empezó la ardua labor de conciliación, haciendo de hombre bueno. Sus negociaciones tuvieron éxito y logró pacificar a las gentes que consintieron en vivir formando una ciudad que él mismo trazó. Los organizó en familias con su cabeza autoritaria, juez, alcalde, policías y otras autoridades.

Antonio de Orellana, biógrafo del padre Barace y superior suyo en el momento de su martirio, en la obra Compendio de la vida del padre Cipriano Barace escrita al año siguiente de su muerte, lo describe como "un personaje ungido de santidad, aventurero, bondadoso, optimista, confiado, desprendido y entregado a la salvación de los indígenas".

Formó agricultores con arado, ganaderos, herreros, carpinteros, tejedores. Construyó una iglesia de tres naves, con curiosas maderas talladas, de la que fue arquitecto y obrero. A esta ciudad la llamó Santísima Trinidad, y hoy es la capital del Bení. Cuando tuvo dos mil habitantes empezó a catequizarla. Compuso canciones religiosas, pero en lo que más insistía el Padre era el rosario y en la frecuencia de los Sacramentos, que iluminaba la vida espiritual de los mojos que llegaron a ser los más fervorosos cristianos del oriente boliviano.

Su espíritu explorador le llevó a descubrir la antigua ruta de los incas llamada de Coroyco, que acortaba el camino de Lima de 40 jornadas en 15. Para ello tuvo que realizar, acompañado de indios, cuatro expediciones sucesivas, descubriendo a los indios caches y el paso para el Virreinato de Lima. Cuatro años de esfuerzos en la que le daban por muerto, pero volvió a Trinidad, donde se le recibió casi como a un resucitado. El padre Barace hizo jornadas durísimas por terrenos tan húmedos que no se podía encender fuego alguno, o tuvo que "valerse de la industria, buscar algunos palos, que entretejidos unos con otros sirviesen de mal segura barca".

ITINERARIO DEL VIAJE SEGUIDO POR BARACE

El primer Diccionario francés de Historia Eclesiástica atribuye a Barace ("de patria isabense" que dicen los documentos de la época) la fundación de al menos quince puestos de misión y el bautismo de al menos 11.000 indios.

Después algo más de 25 años trabajando con los moxos y otras tribus como los cirionenos, tapacuras, guarayanos o moremonos, el 17 de agosto de 1702 sale de Trinidad, acompañado de cuatro indios y una mula, para adentrarse en territorio de los baures con quienes llegó a establecer una buena relación de amistad. Pero las guerras tribales entre ellos generaron una situación difícil de la que ya no pudo salir.

Así, el 16 de septiembre de 1702, cuando pasaba por una zona pantanosa en su camino hacia una de las misiones, se encontró con un grupo de indios armados con arcos, flechas y macanas. Dispararon sobre él una lluvia de flechas hiriéndole en el muslo y en el brazo; uno de ellos, a la vez que le arrebataba la cruz le daba un mortal golpe en la cabeza con su macana, acabando así con su vida a los 61 años de edad, 27 de ellos dedicados a evangelizar y a proteger a las diferentes tribus del Alto Perú, el actual estado boliviano del Beni.

Las aventuras y penalidades que sufrió a lo largo de los 27 años que pasó como misionero, son inimaginables. Leer su biografía es entrar en la vida de un tipo de hombre que en la actualidad es difícil imaginar: aventurero, comerciante, médico y cirujano, arquitecto, explorador, ganadero, escritor, relaciones públicas, etc.

Como escritor aparece Cipriano Barace en la Biblioteca de escritores de la Compañía de Jesús con las siguientes obras y relaciones:

- Misión de los Mojos. Publicada en francés también como Mission de Moxes

- Arte, vocabulario, confesionario, catecismo y cantos sagrados en lengua moja, en la Biblioteca de lenguas indígenas de América.

- Estado floreciente de las Misiones de Mojos y sus vecinos. Experiencias y correrías a varias naciones de infieles, vecinas a los Majos

- Del gran fruto que se hace en el pueblo de San Javier de los Coseremonos

- Costumbres y vida de los indios Chiriguanos, con algunas apuntaciones sobre su lengua

- Fundación de la misión de Nuestra Señora de Loreto de los indios Majos

- Del nuevo pueblo que acaba de fundarse en Mojos bajo la advocación de la Santísima Trinidad

- Memorial de las esperanzas que hay de introducir nuestra Santa Fe en la nación de Chapacuras

- Cánticos en honra de la Virgen Nuestra Señora en lengua castellana y moja, para uso de los indios

- Relación de la Provincia de Mojos, conservada en el Archivo Romano de la Compañía de Jesús. Está firmada por los misioneros Pedro Marbán, Cipriano Barace y José Castillo.

RELIEVE EN ROBLE DEL MARTIRIO DE CIPRIANO
SILLERÍA DEL CORO DE ISABA

Cipriano Barace tuvo la virtud, reconocida todos sus biógrafos, de ser plenamente aceptado por la población indígena a pesar de haber irrumpido en sus territorios en plena época colonial. Aprendió la lengua y respetó las costumbres de los indios moxos y otras tribus, e hizo de su territorio un espacio de hombres libres después de haberse enfrentado con dureza a los colonos que querían esclavizar a los indígenas. La introducción de la ganadería hasta esa zona no sólo les permitió sobrevivir entonces, sino todavía hoy, pues en la región del Beni la ganadería es el motor económico de la zona.

Es curioso observar cómo hoy, los ganaderos del Beni se han agrupado creando un movimiento anti-globalización al que han denominado Fundación Cipriano Barace.

Barace es reconocido por todos los sectores de la Iglesia como una referencia a imitar. Actualmente está en proceso de beatificación.