29/09/2015

Torre de Larrazaga (Casa el Bolo) en Larrea


La Torre de Lazarraga, también llamada Caserío El Bolo, está situada en Larrea, en el municipio alavés de Barrundia. Larrea se encuentra en el valle de Barrundia, paso de Zalduendo a Ozaeta, con dos accesos a Guipúzcoa, por Oñate y Aránzazu, que atravesaban la sierra de Urquilla.

Defendiendo estos pasos se situó en Larrea la casa de Lazarraga, procedente de Oñate y afín a los Guevara. Los Guevara, señores de Oñate y después condes, contaron con linajes adictos afincados en los caminos principales entre la llanada Alavesa, donde se asentaba su casa y castillo de Guevara, y las tierras guipuzcoanas de Oñate.

En la salida de la localidad hacia el norte, camino de Oñate, se encuentra la torre de Lazarraga. Su ubicación junto a un pequeño regato da una imagen de fortaleza a su alzado este, sirviendo el río como foso de protección por ese lado.

FRONTAL DE LA TORRE DE LARRAZAGA

La torre original era un rectángulo de aproximadamente siete por nueve metros, sin embargo fue ampliada, según se aprecia en el alzado este. En el mismo alzado se destacan dos pequeñas ventanas de arco conopial, compuestos por un único sillar que se apea sobre piedras bien labradas.

En la fachada norte se aprecia un hueco de algo menos de un metro de ancho con arco muy rebajado y dos puntas en su parte alta. Probablemente este hueco fueran dos ventanas gemelas que han perdido el mainel. Esta parte de la torre pudiera fecharse en el siglo XV avanzado.

Según tradiciones con pocos visos de realidad, recogidas por Juan Pérez de Lazarraga el Cronista de la Casa, la torre de Larrea había sido fundada en el siglo IX por Íñigo Arista. Tras varias vicisitudes la torre es comprada por Pedro Pérez de Lazarraga y doña Teresa de Berganzos, fortificándola y reedificándola.

A la vez que se reconstruyó la torre, se rehabilitó y reforzó el palacio que limitaba con ella llamado "Quitapechos".

Sin embargo, el edificio que ha llegado a nuestros días, y que se encuentra adosado a la torre primitiva, presenta una fachada del siglo XVI o comienzos del XVII, seguramente como añadido de una crujía más del palacio inicial. Consta este adosado de un cuerpo de menor fondo, que es el que se une a la torre, construido en mampostería. Simétricamente se sitúa otro cuerpo de fondo similar a la torre, quedando un conjunto que, en planta, forma una U. En esta ampliación de mampostería se encuentran varias ventanas conopiales.


TORRE ORIGINAL DE LARRAZAGA

Por delante del adosado de mampostería se edificó un nuevo cuerpo de madera, ladrillo en espina de pez y porche con columnas de piedra. Este frente forma la fachada principal, orientada al sur, el cual proporciona un variado juego de entrantes y salientes. Contrasta la solidez de la torre, de mampostería, con la ligereza de la galería, de ladrillo.

La cubierta de los distintos cuerpos edificatorios manifiesta las dos partes principales, la torre a cuatro aguas y, más bajo, el tejado del palacio que se une al de la galería.

El palacio consta, en la fachada principal, de dos alturas y la torre de tres.

La vista posterior, norte, confunde la percepción del edificio, dando una imagen de pabellón bajo y alargado adosado a una pequeña torre. En esta fachada, la parte correspondiente al palacio, consta de una única planta.

Interiormente quedan pocos elementos de interés, destacando una pequeña parte del barandado de la escalera. Lo más destacable y característico de este ejemplo de arquitectura doméstica alavesa es el entramado y la socarreña de la fachada principal, que recuerda, según Caro Baroja, a algunos modelos de la arquitectura popular montañesa.

25/09/2015

Pedro Ortiz de Zárate


Oidor Real de la Audiencia del Virreinato del Perú durante los primeros años de la colonización

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PEDRO ORTIZ DE ZÁRATE

Pedro Ortiz de Zárate era natural de Orduña, Vizcaya, donde nació en 1485, siendo hijo del capitán Lope Ortiz Mendieta y Sáenz de Angulo. Llegó a ser alcalde mayor de Segovia y hombre de gran la lealtad y entereza al emperador Carlos I. Por eso, fue designado, junto con otros cuatro, oidor de la Real Audiencia del Perú, recién creada en Lima en 1543.

Le acompañaba en su viaje hacia América su sobrino Juan de Garay, que apenas era un adolescente. Tras arribar a Nombre de Dios, cruzaron el istmo panameño hasta llegar a Panamá.

Perú era un hervidero de pasiones y los conquistadores eran gente levantisca y ambiciosa. Las disensiones, intrigas, felonías, luchas por el poder, traiciones y motines estaban a la orden del día. Ortiz fue aconsejado por el virrey Blasco Núñez Vela a no aplicar las Nuevas Leyes hasta no asentarse y conocer a las gentes que habitaban Perú.

Una vez en Lima, intervino con prudencia y ponderación en infinidad de casos y denuncias, trató de que la justicia se estableciese siempre, elevando el prestigio de los oidores que llegaban desde la península.

Pero le surgieron enemigos. Y así tuvo que enfrentarse a Gonzalo de Pizarro, caudillo rebelde gobernador y capitán general del Perú. El escritor Ricardo Palma evocó este episodio en una de sus más conocidas tradiciones, titulada Los tres motivos del oidor.

Para suavizar las tensiones, casó a su hija Ana con el capitán Blas de Soto, hermanastro de madre de Gonzalo de Pizarro. Hizo venir a su sobrino Juan de Garay, que mas tarde levantó la ciudad de Buenos Aires, mientras que su hijo Pedro Ortiz de Zárate también realizó carrera en la administración virreinal.

Ortiz de Zárate murió de enfermedad, en 1547, aunque algunas versiones aseguran que fue envenenado por sus enemigos. Estas últimas culparon a Gonzalo Pizarro, quien le ofreció un antídoto que sanaría su dolencia, acelerando su muerte a los pocos días.

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PEDRO ORTIZ DE ZÁRATE

El siguiente cuadro pertenece a otro eclesiástico también llamado Pedro Ortiz de Zárate, que fue alcalde San Salvador de Jujuy, en el siglo XVII. Más tarde se dedicó a evangelizador de esta provincia al noroeste de la Capitanía General del Río de la Plata, hasta que fue ejecutado por los nativos junto a otros dos compañeros de misión en 1683.

21/09/2015

Tomás de Larraspuru y Carlos de Ibarra en la Armada de Guardia de la Carrera de Indias


El sistema de flotas de la Carrera de Indias Occidentales que la Monarquía hispánica había estado desarrollando durante gran parte del siglo XVI y los inicios del XVII funcionó perfectamente hasta que en 1620 expiró la tregua firmada con Holanda. La Compañía de las Islas Occidentales holandesas (WIC) se creó con la intención de conquistar territorios del Imperio español ricos en sal y azúcar y, sobre todo, capturar una flota del tesoro. Durante los primeros años de la década de los 20, los problemas vinieron de los elementos más que de los holandeses. La Armada de la Guardia de 1621 del marino vascongado Tomás de Larraspuru llegó con la plata sin problemas, pero las de 1622 de Cadereyta y de 1623 del donostiarra Antonio de Oquendo y Zandategui perdieron varios buques por las tormentas, teniendo que invernar en Cuba, y llegando al año siguiente con parte del tesoro.

Durante los años siguientes, en plena Guerra de los Treinta Años de 1618-1648 aumentó la presión de los holandeses, pero las Armadas de la Guardia de 1624, 1625 y 1626, a las órdenes de Tarraspuru o Cadereyta, pudieron llevar la plata sin problemas. No obstante, en 1627, la flota de 13 galeones que comandaba Larraspuru tuvo que esquivar una flota de 34 naves del almirante holandés Boudewijn Hendricks, y luego otra de 13 barcos de Piet Heyn. Los huracanes sorprendieron a Larraspuru en agosto en las islas Bermudas, de modo que Heyn pudo capturar el Galeón de Honduras que había quedado atrás con 300.000 ducados, aunque Larraspuru pudo llegar a salvo a España. Los holandeses estaban rozando el éxito, que consiguieron al año siguiente.

FLOTA DE LA CARRERA DE INDIAS

En mayo de 1628, zarpó Larraspuru de nuevo desde Cádiz al mando de la Armada de la Guardia, formada por 8 galeones y 3 pataches, escoltando a la Flota de Tierra Firme hasta Cartagena de Indias sin incidencias. De nuevo, pasó a liderar la Armada de la Guardia en 1630, haciendo el viaje en un solo año y en pleno invierno sin perder un solo barco tras esquivar a tres escuadras holandesas de la WIC, navegando por una ruta atípica entre Cicos y Mayaguana, al sur de las Bahamas.

La Armada de 1631, de nuevo bajo poder de Larraspuru, hubo de invernar en La Habana debido a las temperaturas, esquivando a otra flota de la WIC y llegando en 1632, con unas pérdidas de 3,5 millones de ducados. Fue el último viaje de Larraspuru, que falleció al poco tiempo, el que privó a la Real Armada española del más habilidoso comandante de la Carrera de Indias junto con Carlos Ibarra.

En 1632-33 y en 1633-34 se envió de nuevo a la Armada del Mar Océano al Caribe, la primera al mando de Oquendo con 20 naves y 4.100 soldados, y la segunda al de Cadereyta con 55 navíos, volviendo ambas flotas con la plata, aunque la segunda de ellas perdió hasta 14 barcos por las tempestades.

Con tal despliegue, la flota de Jan Janszoon van Hoorn no se atrevió con ellos. En 1634, se volvió a enviar la Flota de la Guardia al mando de Oquendo, con el objetivo de llegar a Cádiz el mismo año, pero la presencia de barcos holandeses en la zona y una serie de tempestades le forzaron a invernar y regresar al año siguiente.

ARMADA DE LA GUARDIA DE LA CARRERA DE INDIAS

En 1635, Francia declaró la guerra a España. Fue la llamada Guerra franco-española de 1635-1659. A partir de entonces, la Armada del Mar Océano debería dedicarse a cubrir el frente del norte de Europa, ya que el transporte de dinero y tropas a Flandes se había convertido en una odisea. Se intentó que la Armada de la Guardia hiciera de nuevo el viaje de ida y vuelta durante el mismo año, algo que consiguió Carlos de Ibarra al regresar con la plata en diciembre esquivando una escuadra del holandés de la WIC Cornelisz "Patapalo" Jol. Tal hazaña fue repetida por Ibarra en 1636 y 1637, escapando de las flotas corsarias de los almirantes holandeses Jol y de Aert Gronnewegen respectivamente.

Al año siguiente, Carlos Ibarra zarpó al mando de la Armada de la Guardia. Tras pasar Cartagena de Indias y embarcar la plata del Perú, en agosto, partió hacia La Habana con 7 galeones escoltando a 5 mercantes y 3 fragatas ligeras que formaban la Flota de Tierra Firme. Cornelisz Jol venía de Brasil con una flota de 24 naves para intentar interceptar por cuarta vez a la flota del tesoro. A la altura de las Bahamas un huracán le sorprendió, y varios de sus barcos acabaron varando en Cuba, por lo que el gobernador de la isla dio aviso a las flotas para que no salieran. la Flota de Nueva España, con 1,2 millones de ducados en 6 barcos, bajo mando de Orbea, decidió quedarse en puerto, pero el aviso no llegó a Ibarra. Este llegó el 30 de agosto a la altura de Pan de cabañas encontrándose con el almirante Jol, que navegaba 17 barcos por barlovento, frente a los 7 españoles, que además iban cargados de plata y debían escoltar a otras 8 naves. Ante esta amenaza, Ibarra se dedicó a combatir, situando sus galeones en primera línea cerca de la costa para proteger el resto de las naves, y ordenando abrir fuego. Jol atacó con 4 de sus barcos a la nave capitana de Ibarra, intentando abordarla. Su mástil de proa, lleno de soldados, quedó sobre la cubierta del galeón de Ibarra, pero antes de que pudieran saltar éste realizó una descarga de fusilería y cañones que barrió a los barcos de Jol, forzándoles a retirarse con muchas bajas. Los tres barcos holandeses que atacaron la embarcación almiranta de Ursúa sufrieron la misma suerte.

Al final del encuentro, los holandeses tuvieron 200 bajas frente a 72 hispanas, incluido el propio Ibarra, que agarró un granada enemiga para intentar arrojarla por la borda, pero le estalló en las manos. Sin embargo, Jol no cedió, y volvió al ataque el 13 de septiembre, esta vez con sólo 13 buques. Decidió mantener la distancia y cañonear a Ibarra. El galeón Carmen quedó separado de la línea española pero Ibarra acudió al rescate y lo trajo de vuelta. Una vez juntos, descagó la plata del Carmen y lo mandó reparar a Bahía Honda. Carecía de municiones suficiente para repeler un tercer asalto.

El día 5, Jol fue reforzado hasta contar de nuevo con 24 naves, e Ibarra ordenó dar la vuelta e invernar en Veracruz. Sin embargo, la escuadra de Jol estaba tan dañada, que su tripulación se negó a atacar por tercera vez, e Ibarra pudo llegar sin problemas. Allí pasó el invierno, y finalmente regresó a España junto con la Flota de Nueva España en julio.

Ibarra, herido y enfermo, fue enviado sin descanso al Mediterráneo, falleciendo por agotamiento el último gran comandante de la Carrera de Indias.
COMBATE DE CABAÑAS ENTRE ESPAÑOLES Y HOLANDESES

17/09/2015

Castillo de Santa Cruz de la Mota


Sobre el monte Urgull fue levantada una fortificación constituida por una plataforma principal con forma de polígono irregular de 9 lados cuyos accesos se resuelven por medio de dos puertas (norte y este) y de un portillo con sus respectivas escaleras de acceso.

La plataforma está rodeada en todo su perímetro por un parapeto en el que se apoya una banqueta (o grada a la que se subían los defensores para disparar por encima de él). Tanto uno como otra son interrumpidos por una veintena de cañoneras, conservándose actualmente dos de las tres garitas que tuvo. También se encuentra pegada al parapeto norte la pequeña capilla del Santo Cristo de la Mota.


Castillo de Santa Cruz de la Mota. Vista aérea. En primer termino el revellín y el acceso norte. Al fondo, a la izquierda, el acceso oriental. En el centro, el 'Macho' sobre el que se levanta la estatua del Sagrado Corazón de Jesús



Monte Urgull. Fotografía aérea actual.



Castillo de Santa Cruz de la Mota. Acceso oriental visto desde la plataforma superior del Macho. Puede apreciarse una garita de vigilancia y un campanil.


Puente y base de garita del acceso Este al castillo de la Mota


En el centro de esta plataforma se yergue el "Macho", fortificación de origen medieval enmascarada por diversas reformas realizadas en los siglos XVI y XVII. En su interior alberga dos estancias abovedadas utilizadas en el siglo XIX como calabozos. Sobre ellas se encontraban las dependencias del gobernador del castillo y de sus oficiales, así como una plataforma semicircular para artillería y un aljibe (depósito que recoge el agua de lluvia). Este último nivel aparece actualmente modificado por la habilitación de capillas y por la instalación de una monumental imagen del Sagrado Corazón de Jesús (1950).

En la plataforma principal, adherido al Macho, se levanta un cuartel de dos plantas (s. XVIII) formado por dos naves perpendiculares de distinta longitud que en su confluencia forman una pequeña plaza de armas donde se abre el brocal del aljibe inferior.


Plantas del Castillo de Santa Cruz de la Mota en 1850.
O) Plataforma principal.
A) Planta primera.
B) Planta Segunda

1-Capilla del Santo Cristo de la Mota;
2-Escalera norte de acceso al castillo;
3-Cantina;
4-Garita arruinada;
5-Roca natural;
6-Alojamiento subterráneo;
7-Garita;
8-Escalera principal;
9-Cocina;
10-Cuerpo de guardia;
11-Cuartel de Artillería (primera planta);
12-Cuartel de Infantería (primera planta);
13-Aljibe inferior;
14-Escusados;
15-Banqueta;
16-Garita;
17-Parapeto;
18-Cañonera;
19-Cuarto de sargentos;
20-Oficial de guardia;
21-Pabellón del Gobernador;
22-Ordenanzas;
23-Vigía;
24-Pabellón de oficiales;
25-Aljibe superior;
26-Asta de la bandera;
27-Plataforma artillera del Macho;
28-Dependencias de los ayudantes del Gobernador;
29-Cocina;
30-Calabozo;
31-Escalera plataforma artillera-calabozo;
32-Roca Natural;
33-Cuartel de Artillería (2ª planta):
34-Cuartel de Infantería (2ª planta).





Principales obras de fortificación en el monte Urgull.1-Batería de Bardocas;
2-Almacén de Bardocas;
3-Cementerio de los Ingleses;
4-Galería de tiro;
5-Batería del Mirador;
6-Plataforma del Sarmiento;
7-Cuerpo de Guardia;
8-Batería Baja del Príncipe (o del Gobernador);
9-Batería Alta del Príncipe (o del Gobernador);
10-Batería de San Gabriel;
11-Castillo de la Mota;
12-Revellín;
13-Plataforma del Suroeste;
14-Batería de Napoleón;
15-Almacén de Pólvora de Santiago;
16-Cuartel a prueba de Santiago;
17-Batería de la Reina (o de Santiago);
18-Batería Alta de Santa Clara;
19-Almacén de pólvora arruinado;
20-Batería de las Damas;
21-Batería Baja de Santa Clara;
22-Fuente de Bardocas;
23-Muralla de Spanocchi.

El resto de las fortificaciones existentes en el monte Urgull consisten en diversos edificios, murallas (de Villaturiel y de Spanocchi) y baterías diseminadas por sus laderas, que fueron construidas en diferentes épocas y artilladas, desartilladas, abandonadas o rehabilitadas según las necesidades militares de cada momento.



Bóveda del Castillo de la Mota. En el s. XIX sirvió de calabozo.


Maqueta de la fortificación alta (Monte Urgull) y baja de Donostia-San Sebastián, representando también la brecha abierta por las tropas anglo-portuguesas en 1813.

En la base del castillo de la Mota propiamente dicho fueron levantadas las baterías del Príncipe (o del Gobernador), de la Reina (o de Santiago), de Napoleón y la plataforma del Suroeste; el polvorín y el cuartel de Santiago (este último actualmente en ruinas). Otras están emplazadas en cotas inferiores: baterías del Mirador, Alta y Baja de Santa Clara, de las Damas, de Santa Teresa, de Bardocas, la plataforma del Sarmiento; la Galería de tiro, el Almacén y el Polvorín de Bardocas (derruido), etc.



Batería Alta de Santa Clara, frente a la isla de la que toma su denominación.


Acceso a las fortificaciones del monte Urgull bajo la batería del Mirador (s. XVIII)


Garita de vigilancia en las proximidades del almacén de pólvora de Santiago (1864) en Urgull.

Las dos últimas "pulsaciones" de fortificación del monte coinciden en su cronología con el abandono de las murallas inferiores en 1864 y el refuerzo de las baterías de costa fruto de la guerra Hispano-americana de 1898, perteneciendo a las mismas gran parte de los cuarteles, cuerpos de guardia, almacenes de pólvora, etc. que en pie o en ruinas perduran en nuestros días.

El monte y sus fortificaciones fueron comprados por el Ayuntamiento de Donostia en 1921, realizándose inmediatamente el derribo de una parte de las mismas. En 1963 se llevaron a cabo importantes obras de rehabilitación, que se continuaron a partir de la década de 1990 mediante actuaciones puntuales.


Batería de las Damas con sus 4 cañones de acero Saint-Chamond de 7,5 cm modelo 1897 que como batería de salvas configuraron su último artillado. Los cuatro están actualmente faltos de sus dos grandes ruedas.


Batería de las Damas (Urgull) hacia 1898, armada con cañones de bronce de 12 cm cargados por la boca.


Cañón de bronce (año 1576) en una cañonera del Castillo de la Mota. A ambos lados las correspondientes banquetas


Batería Baja del Gobernador. Cuerpo de guardia (1866) y rampa hacia la Batería alta.

12/09/2015

Martín Ruiz de Gamboa

Gobernador y conquistador de Chile del siglo XVI, y fundador de la ciudad de San Bartolomé de Gamboa



Martín Ruiz de Gamboa nació en Durango, Vizcaya, en 1531. Hijo de Andrés de Gamboa y de Nafarra de Berriz. A los 16 años ingresó a servir en las galeras de Bernardino de Mendoza Oriente.

En 1550, llegó al Perú y dos años más tarde a Chile. Se casó con Isabel de Quiroga, hija natural del conquistador Rodrigo de Quiroga, y fue un activo protagonista en los sucesos de la Guerra de Arauco.

Rodrigo de Quiroga lo nombró teniente de gobernador y más tarde se desempeñó como justicia mayor de las provincias de Arauco y Tucapel. La derrota sufrida en la batalla de Mareguano en 7 de enero de 1569, cuando murieron 45 españoles, le significó la pérdida de las encomiendas que se le habían concedido anteriormente.

Martín Ruiz de Gamboa era el hombre de confianza del gobernador Rodrigo de Quiroga y la razón de esto estaba, en parte, en los lazos personales que los unían. En su calidad de teniente de gobernador lo acompañó en su primera expedición a las tierras de Arauco y estuvo presente en la repoblación de de Cañete y Arauco. Tranquilizada la región por los éxitos españoles, llevó a cabo el proyecto de Quiroga de conquistar la región de Chiloé.

En 1580 sucedió que Quiroga en el cargo de gobernador de Chile y tras desempeñarse como tal dejó los negocios públicos. Hacia 1593 aparece como vecino de la ciudad de Santiago, expresando su opinión sobre la guerra que debía organizar el entonces gobernador Oñez de Loyola. Se desconoce la fecha de su muerte.

El afán del gobernador Rodrigo de Quiroga por conquistar Chiloé contradecía las disposiciones reales de 1563, que establecían que solamente con una expresa autorización del soberano se podría emprender tal empresa. El cabildo de Santiago se opuso a tal idea, puesto que significaría más gastos y llevaría nuevamente el desorden a la zona ya pacificada. Sin embargo, Quiroga no cedió y en diciembre de 1566 Ruiz de Gamboa partió hacia Valdivia. Allí lo esperaba una fragata que había mandado construir el Gobernador, en la cual se embarcarían los víveres necesarios. En esa misma plaza y en Osorno reunió 110 hombres y emprendió la marcha hacia el sur.

Cuando llegaron a Chacao tuvieron que recurrir a las embarcaciones indígenas para cruzar el canal. La Isla grande de Chiloé, abundante en bosques, los obligó a seguir camino por la costa durante ocho días, al cabo de los cuales llegó con 30 hombres a un golfo donde se detuvo, y en febrero de 1567 fundó la ciudad de Castro, en honor al virrey del Perú.

La provincia fue bautizada con el nombre de Nueva Galicia, en recuerdo a su patria natal. El fundador, sin sufrir el ataque de los naturales, repartió tierras e indígenas entre los españoles que quisieron seguir como colonos.




En octubre de 1573, el rey Felipe II autorizó a Rodrigo de Quiroga para designar a través de su testamento a quien lo reemplazaría en su cargo. Esta elección obviamente recayó en su hombre de confianza: Martín Ruiz de Gamboa, quien asumió tras la muerte de Quiroga, en marzo de 1580.

Una de las primeras medidas del nuevo gobernador Gamboa fue poner en vigencia una ordenanza que ponía fin al servicio personal de los indígenas. La llamada Tasa de Gamboa, que abolía la precedente de Santillán, fue promulgada en mayo de 1580. Según sus disposiciones los indígenas quedaban obligados a pagar un tributo de nueve pesos anuales en el obispado de Santiago y siete en el de La Imperial. Se creaban los cargos de corregidores de indios, quienes se encargarían de controlar que no se obligara a trabajar a los naturales a su cargo. La ordenanza despertó gran rechazo entre los encomenderos y pronto cayó en desuso.

Como gobernador, Ruiz de Gamboa fundó el 25 de junio de 1580 la ciudad de San Bartolomé de Gamboa, conocida con el vocablo indígena de Chillán. El objetivo de tal establecimiento era mantener en paz la región del río Itata.

La gestión gubernativa de Ruiz de Gamboa no fue fácil, pues debió enfrentar varias dificultades, entre ellas el intento del licenciado Lope de Azócar por reemplazarlo en el cargo.

El descontento de los encomenderos por la promulgación de la Tasa, la imposición de tributos para solventar la guerra y la crisis económica debida a la paralización de la mano de obra indígena, lo pusieron en una posición muy desfavorable.

Azócar quiso aprovechar la situación en su beneficio e impidió que un enviado de Gamboa a Santiago obtuviera los refuerzos que pedía la población, y se creyó con derecho de asumir la gobernación en ausencia de Gamboa. La acción del gobernador fue firme: regresó desde Valdivia donde se encontraba con sus hombres y acampó a pocos pasos de Santiago, en junio de 1581. Cuando el cabildo salió a recibirlo junto al licenciado Lope de Azócar, apresó a este último y lo envió al Perú, donde se le siguió juicio.

La insurrección había terminado y Ruiz de Gamboa se hizo reconocer como Gobernador interino. Sin embargo, sus esfuerzos por mantener el orden no le fueron recompensados: en la primavera volvió al sur, ya que la situación de la guerra era difícil y por fin el virrey mandó refuerzos, pero al mando de un nuevo gobernador, Alonso de Sotomayor.


08/09/2015

Pacificación de los bandos oñacino y gamboino, por José de Echenagusía


La pacificación de los bandos oñacino y gamboino ante el corregidor Gonzalo Moro en 1394 es una pintura del hondarribiarra José de Echenagusía "Echena", que realizó en 1902. Se trata de un óleo sobre lienzo con unas dimensiones de 74,5 centímetros de alto por 151 de largo. En la actualidad, esta pintura está expuesto en el Museo de Bellas Artes de Vitoria.

bandos oñacino gamboino corregidor Gonzalo Moro José Echenagusía
PACIFICACIÓN DE LOS BANDOS OÑACINOS Y GAMBOINO

Desde los siglos XII y XIII, los dos grandes linajes nobiliarios, Gamboa y Oñaz, formaban los bandos rivales "Gamboino" y "Oñacino". Habían generado una serie de luchas que afectaban tanto a la vida rural como a las villas que se fundaban en el Señorío de Vizcaya, así como en los territorios de Guipúzcoa y Álava. Fue la llamada
Guerra de Banderizos. Tan perjudiciales y violentas fueron estas luchas entre Parientes mayores, que el corregidor Gonzalo Moro, representante del rey de Castilla en el Señorío, convocó a los líderes de ambos bandos para resolver sus diferencias y jurar mutuamente la paz. Así, aparece el corregidor sentado en medio con su capa roja. Al otro lado, frente al corregidor, aparecen los representantes de los linajes banderizos debatiendo bajo sombra del Roble de Guernica.

De ahí el título del mural: Pacificación de los bandos oñacino y gamboino ante el corregidor Gonzalo Moro, o también llamado la Constitución de la Hermandad de Bizkaia, en 1394, bajo el Árbol de Gernika, para acabar con las luchas fratricidas.

arbol juntas guernica parientes mayores nobles vascos pintura echenegusia hermandad señorío vizcaya
PACIFICACIÓN DE LOS BANDOS OÑACINOS Y GAMBOINO

05/09/2015

Expansión y dominio de los grandes monasterios navarros medievales


Las relaciones religiosas de carácter transfronterizo por parte de la Diócesis de Pamplona afectaron a los grandes monasterios navarros durante la Edad Media. Estos extendieron sus dominios más allá de los límites del reino en el que estaban situados. La obtención de patrimonio marcaba la extensión de la influencia de un monasterio y señalaba la irradiación del culto a sus patronos, capaces de atraer voluntades y concitar donaciones, que eran reflejo de su influencia en las personas y los grupos sociales. Los ejemplos fueron múltiples.

El monasterio de Leire rebasó ampliamente el ámbito de Navarra. Obtuvo abundantes donaciones en las tierras de Aragón próximas a la frontera con Navarra, como la Canal de Berdún, la Valdonsella y Cinco Villas, pero también en puntos alejados del Somontano de Huesca y la Ribera del Ebro, hasta llegar a Zaragoza. Llegaba a la vertiente norte del Pirineo en tierras francesas, y al Cantábrico en San Sebastián.

Otra área de especial implantación fue la Rioja Alta y Álava, desde donde penetraba la Bureba. El monasterio de Irache desbordaba el territorio navarro, aunque no con especial intensidad, en las zonas próximas de Álava y La Rioja. El monasterio de La Oliva contó con importantes donaciones en las tierras fronterizas de Aragón.

Sin duda alguna la institución eclesiástica de Navarra que mayor proyección alcanzo fuera de las fronteras del reino fue la colegiata de Roncesvalles. Su estratégica situación en el Camino de Santiago y la labor asistencial que desplegó le concitaron adhesiones y donaciones en Francia, Italia e Inglaterra. Dentro de la Península Ibérica sus posesiones se extendían por Aragón, Valencia, La Rioja, Castilla, León, Galicia y Portugal.



MONASTERIO DE SAN SALVADOR DE LEIRE

Las instituciones eclesiásticas navarras se vieron involucradas en el proceso de reconquista y repoblación de Andalucía, como se desprende del repartimiento de Sevilla, donde recibieron importantes donaciones el obispo de Pamplona, la colegiata de Roncesvalles y el monasterio de Iranzu.

A su vez monasterios radicados fuera de Navarra obtuvieron iglesias parroquiales y bienes raíces dentro del reino, de tal forma que abundantes campesinos navarros entregaban sus diezmos a estas instituciones. El monasterio aragonés de San Juan de la Peña agrupo sus posesiones navarras en cinco prioratos, situados desde la cuenca de Lumbier hasta Estella. El monasterio de Montearagón poseyó 16 parroquias en Navarra centradas en los pies de monte de la Zona Media y en las Riberas del Arga y del Aragón. Las organizó en tres prioratos, con sede de Larraga, Ujué y Funes.

Los monasterios riojanos de Albelda y Najera obtuvieron bienes en la merindad de Estella, avanzado en algún caso hasta la Cuenca de Pamplona. El monasterio de San Millán se hizo presente en abundantes localidades de la Ribera de Estella, pero también en la de Tudela y alguna posesión alcanzo la Cuenca de Pamplona.

La vida, las devociones y las relaciones económicas derivadas de la administración de estos patrimonios fluían a uno y otro lado de las fronteras de Navarra. Contribuían a que la vida religiosa de una parte de los navarros se desenvolviera dentro de horizontes más amplios que los diseñados a proyectarse fuera de él, bien porque sentían la presencia de instituciones religiosas foráneas en su ámbito religioso más próximo, el de su propia parroquia.


MONASTERIO DE SANTA MARÍA LA REAL DE IRACHE

01/09/2015

Dibujos de Blas de Lezo


Serie de dibujos e ilustraciones que representan al teniente general de la Real Armada española en el siglo XVIII Blas de Lezo y Olavarrieta.