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12/06/2025

Torre de Olaso - Casa de Reizabal de Vergara


La Torre de Olaso está situada en el guipuzcoano pueblo de Vergara. Es una construcción recia y poderosa de principios del siglo XVI, relacionada con el estilo Renacentista.

Edificada en piedra caliza y planta rectangular, el conjunto consta de dos cuerpos: una torre alta con plata cuadrada y cinco pisos, correspondiente a la fachada principal; el otro, más abajo, es una ampliación palaciega de cuatro pisos y planta rectangular. Las fachadas son de mampostería concertada.

Destacan los grandes elementos cilíndricos, llamados garitones, que aparecen en las esquinas de la torre y en los extremos del cuerpo más alargado. Estos sobrepasan la cornisa como pináculos, y se rematan mediante artísticos flameros. A mediados del siglo XVI, se abrieron nuevas ventanas, proceso que continuó en los años siguientes.

A mediados del siglo XVII, el sector con forma de torre fue dotado de un alero Barroco ricamente tallado de madera. En los entrecabrios del mismo, se puede leer la siguiente inscripción: "M satissima conzebida sin mancha de pecado original. Amén."

TORRE DE OLASO DE VERGARA

También es conocida por los nombres de Casa de Reizabal y Palacio de Monzón, por ser propiedad y solar de este linaje nobiliario. Su nombres se deben a que fueron lugar de vivienda de la saga de los Olaso, los Reizabal y los Monzón.

Reizabal obedece al apellido de la saga previa a los Olaso que residió aquí. Posteriormente, nació entre otros Miguel José de Olaso, secretario perpetuo de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País, en el siglo XVIII.

Por último, Monzón se debe a figuras como Telésforo Monzón y Zurbano, antropólogo y director del Real Seminario de Vergara, en el siglo XIX, que también vivió aquí.

Junto a esta torre se encuentra la Iglesia de San Pedro de Ariznoa, del siglo XVI, aunque no fue inaugurado hasta 1646 y la torre a mediados del siglo XVIII. Y el llamado Magnolio de Vergara.

TORRE DE OLASO DE VERGARA

Al linaje Olaso pertenecieron señores de varias villas, palacios y casas solares de distintas provincias y patronos de varias iglesias y conventos. Algunos de los señores de esta casa tenían asiento en las Cortes de Navarra, junto al condestable, y voto en sus asuntos. Disfrutaban de grandes rentas en Guipúzcoa y fuera de ella, y tenían tumba en lugar preeminente en la parroquia de Olaso de Elgoibar y asiento particular para el varón y señora de la casa. Este linaje estuvo emparentado con el de Gamboa, con el de Abendaño y otras muy distinguidas, de todas las cuales descendieron hijos preeminentes durante la Edad Moderna.

03/06/2024

Vergara ilustrada y liberal


En el siglo XVII, Vergara era un punto comercial de primera magnitud en la provincia, ya que abastecía de trigo a todo el valle del río Deba, poseía el mayor número de molinos harineros, y un buen número de ermitas e iglesias. Era el domicilio del mayor abolengo, de comunidades religiosas, teniendo un colegio jesuita con más de trescientos alumnos. El señorío, el comercio y la intelectualidad que reunía Vergara hicieron que se convirtiera en el siglo XVIII en uno de los principales centros culturales del norte de España, factores que influyeron en la construcción de su magnífica Casa Consistorial.

CASA CONSISTORIAL DE VERGARA

Ya en el siglo XVIII, con la llegada al trono español de la dinastía de los Borbones, se ejecutó un plan de reformas políticas, económicas y sociales, y con ello una serie de revueltas campesinas. En Vergara estas medidas no sentaron nada bien entre sus vecinos, por eso, en 1709, estuvo a punto de ser asesinado el alcalde y varios concejales durante la celebración de una asamblea vecinal. Y lo mismo pasó en 1718, durante la revuelta contra el traslado de las aduanas a la costa, en la cual Juan Antonio de Recalde y varios de los junteros de la villa perdieron parte de su patrimonio. Pero en esta asonada, los vergareses franquearon las puertas a los revolucionarios de Elgeta, Azpeitia, Salinas, etc.

En 1755, se practicaron detenciones preventivas ante la posibilidad de una nueva revuelta. Pero la asonada más grave tuvo lugar en 1766, concretamente conocida como "Matxinada", desencadenada por la especulación cerealística de grandes propietarios, comerciantes y diezmeros en plena crisis de subsistencia. Vergara se opuso a los insurrectos de Elgoibar, Mendaro y Placencia cuando intentaron ocuparla. El mismo rey Carlos III, su Corte y su gobierno premiaron esta actuación, cuyas causas en los intereses particulares de Vergara para aliarse en esta ocasión con el bando oficial.

En 1767, Carlos III expulsó a los miembros de la Compañía de Jesús de cualquier territorio español, ante el jubilo de los ilustrados vascongados. Desde el mes de abril, el colegio jesuita de la villa quedó vacante, lo que motivó una petición de parte del Consistorio para que el Estado lo transformase en un centro de estudios en consonancia con las modernas cátedras europeas.

PALACIO IZAGUIRRE-MOYA EN PLAZA DE SAN MARTÍN DE AGUIRRE

En este ambiente de la Ilustración carlotercista, irrumpió la figura de Francisco Javier Munibe Idiáquez, conde de Peñaflorida, un aristócrata con formación en Francia y varias veces diputado general de la provincia. Mediante la ejecución de un programa educativo ambicioso basado en las nuevas ideas enciclopeditas pretendía transformas las provincias vascas:
"Cultivar la inclinación y el gusto de la Nación Bascongada por las Ciencias, Bellas Letras y Artes; corregir y pulir sus costumbres; desterrar el ocio, la ignorancia, de funestas consecuencias, y estrechar más la unión de las tres provincias."
El primer paso lo dio constituyendo la Real Sociedad Económica Bascongada de Amigos del País, un acontecimiento histórico al que Vergara sirvió de escenario el 24 de diciembre de 1764. Fue la primera de las Reales Sociedades Económicas en España, y sobre este modelo se fundaron otras 83 sociedades análogas. Con el apadrinamiento regio, se otorgó a la Sociedad el antiguo colegio jesuita, sito en la céntrica plaza de Aguirre, para la sede. El Real Seminario de Vergara fue inaugurado en noviembre de 1776.

Los laboratorios de Vergara eran, según el sueco Thunborg, incomparablemente superiores a los más importantes de Europa, y fuente de hallazgos sensacionales para la ciencia de la época. Entre sus logros estuvieron el descubrimiento del tungsteno (wolframio), la maleabilidad del platino y diferentes procedimientos de fundición de aceros.

Un extracto de la publicación Bergara. Semblanza histórica, publicada por Antonio Urcelay en 1990:
"De este Seminario de Bergara toman parte científicos de toda Europa, preocupados por los descubrimientos que logran en nuestros laboratorios de investigación; relaciones de buena amistad con los sabios de la Universidad de Edimburgo y con los profesores más distinguidos de Suecia y Francia. Se empleaban los mejores procedimientos de fundición, se ocupaban de plantar el lino de Riga, al tiempo que se ocupaban de obtener los mejores instrumentos de arar, experimentaban abonos, se preocupaban de la reforestación, presentaron un proyecto que fue sometido a Floridablanca de poner en comunicación el Cantábrico con el Mediterráneo por la unión del Deba y el Zadorra con el Ebro. En una palabra, todo un auténtico estudio de Universidad Vasca, con una decidida proyección hacia Europa."

REAL SEMINARIO DE VERGARA

Para muchos ilustrados la Revolución francesa de 1789 representaba la materialización política de sus ideales enciclopédicos, por eso al comenzar la Guerra de la Convención francesa a finales de siglo la interpretaron como una cruzada por la libertad contra el Absolutismo. Cuando se produjo la invasión en 1794, al Ejército francés no le importó lo más mínimo el afrancesamiento cultural de los estudiantes y maestros del Seminario de Vergara, como la tampoco la diplomática y conciliadora actitud de la Diputación de Getaria, dispuesta a negociar un acuerdo de independencia de la provincia. En Vergara, los destrozos y saqueos fueron gravísimos, como relata Imanol Sorondo en su publicación La Guerra de la Convención desde un municipio guipuzcoano, de 1988.

La Guerra de la Convención consumó la derrota del ideario ilustrado y, con ella, el fin del sueño vergarés de Xabier Munibe. El centro académico de la plaza de San Martín de Aguirre continuó en funciones, pero en decadencia hasta su final en las Guerras Carlistas.

En 1813, Vergara sufrió los terribles efectos de un Ejército napoleónico en retirada, durante la Guerra de la Independencia española. Esta contienda generó una división de la nación española entre absolutistas y liberales, con fueristas vascos por medio. Vergara, con un tradicional espíritu abierto a las corrientes renovadoras, se declaró partidaria del bando liberal.

Durante el Trienio Liberal de 1820-23, también se declaró en contra de la invasión de los Cien Mil Hijos de San Luis en la primavera de 1823 para restablecer a Fernando VII en la Corte madrileña. En esta villa se encontraba Gaspar Jáuregui, afamado héroe guerrillero en la resistencia anti-napoleónica, elevado al cargo de coronel al frente de casi un millar de hombres de toda la provincia agrupados en Vergara para combatir contra las huestes del duque de Angulema.

ABRAZO DE VERGARA ENTRE LOS GENERALES MAROTO Y ESPARTERO

Vergara participó en las guerras, pero también en las paces. El llamado "Abrazo de Vergara" puso final a la primera de las tres Guerras Carlistas. Al estallar la guerra en 1934, se unió al bando cristino, defendiendo el Estado liberal y su Constitución. Entonces, tuvo que hacer frente al furioso ataque de 2.000 carlistas que sitiaron la villa sin éxito. En consideración a la defensa, Isabel II de Borbón repartió distintos privilegios en la población. Nueve meses después, el general carlista Tomás de Zumalacárregui forzó su rendición. Entonces, la milicia liberal vergaresa se trasladó a San Sebastián para seguir resistiendo.

La reconciliación llegó en verano de 1839. Ambos bandos, agotados por seis años de combate, entablaron conversaciones en Oñate, sede del pretendiente Carlos. El acuerdo resultó que Espartero, líder de los liberales, aseguraba la permanencia de los fueros vascos, y Maroto, jefe de los carlistas, rendía sus veintiún batallones en la propia Vergara para acatar la Constitución.

El 31 de agosto, los bandos acudieron al acto de rendición, pero sólo ocho batallones carlistas estuvieron presentes, ya que no todos creyeron en una paz sin garantías. Rafael Maroto y Baldomero Espartero confirmaron mediante forma el acuerdo de Oñate sobre una mesa que se conserva en la Casa Consistorial vergaresa. El abrazo entre ambos fue un gesto simbólico. Según arenga de Espartero:
"Abrazaros, hijos míos, como yo abrazo al general de los que fueron contrarios nuestros."

TORRE OLASO Y MAGNOLIO

12/12/2023

Casa-torre y linaje Pérez de Arostegi de Vergara


La Casa-torre Arostegi fue construida en estilo Renacentista en 1528 por Pedro García de Arostegi, miembro del antiguo y relevante linaje Arostegi. Está ubicada en el barrio histórico de la guipuzcoana villa de Vergara. Esta amplia y elegante casa fuerte posee una imponente fachada, realizada en piedra sillar, y un gran arco de entrada ligeramente apuntado y formado por grandes dovelas.

El arco se cerraba con una puerta tallada y decorada con motivos grutescos, datados en la primera mitad del siglo XVI: monstruos que toman formas vegetales, hombres con extremidades de aves, candilieri, medallones y motivos heráldicos. Son los grutescos, elementos decorativos renacentistas venidos de Italia e inspirados en la tradición clásico-romana.

La puerta de la casa, que se encuentra entre las mejores del Renacimiento peninsular, puede contemplarse en el interior del edificio. Aún conserva las contraventanas labradas y el color negruzco de su fachada.

FACHADA DE LA CASA AROSTEGI

La original casa solar del linaje nobiliario Arostegui estaba situada entre los dos puertos de la villa vizcaína de Bermeo. La parroquia de Santa Eufemia de Bermeo tenía entierro y estaba comunicada con su casa-torre a través de un pasadizo. Por matrimonio, esta familia pasó a Vergara, de donde desciende esta rama de los Pérez de Arostegui.

El ascenso social y económico del linaje de los Pérez de Arostegui de Bermeo y la Rotalde de Vergara se produjo cuando algunos de sus miembros sirvieron a los Reyes Católicos en la Guerra de Granada y ocuparon cargos de relevancia en la Corte madrileña de los Habsburgo. Algunos de estos miembros del linaje son los siguiente:

Martín Pérez de Arostegui Vergara, llamado el Viejo de Vergara, procedía de la Casa de Arostegui de Bermeo. Fue soldado de los Reyes Católicos durante la Guerra de Granada a finales del siglo XV, falleciendo en combate. Estuvo casado con la guipuzcoana Catalina Fernández de Zaguirre, cuyo hijo es el siguiente:

Martín Pérez de Aróstegui Vergara del Zaguirre sirvió junto a su padre en la Guerra de Granada. Por los servicios militares realizados a los Reyes Católicos fueron recompensados ambos con la entrega de terrenos y la Villa de Padul (muy cerca de Granada) y Guardahortuna (Cortijo de Vergara). Fundó el título de Señor de Padul. Estuvo casado con Isabel Fernández Regidora Basurto, cuyo hijo es el siguiente:

Martín Pérez de Arostegui y Basurto recibió la herencia y títulos de la Casa de Pérez de Arostegui. Fue llamado Martín el de la Hazaña debido a la fama que ganó tras el ataque de los moriscos rebeldes del Valle de Lecrín al lugar de Padul, en 1569. Arostegui defendió la casa fuerte de Padul del asalto, donde la familia se defendió con todo lo que pudo, matando a algunos sitiadores e hiriendo a otros. Esta Casa Grande de los Arostegui conserva un blasón que contiene en el cuartel superior izquierda el escudo municipal de Vergara. Consiste en las llaves de San Pedro cruzadas con una estrella debajo de ellas y una media luna encima.
"En el año de 1569, por agosto, siendo dueño de esta casa Martín Pérez de Aróstegui de Vergara, originario de Álava de Vergara, en la provincia de Guipúzcoa, la defendió valerosamente de gran multitud de turcos, moros y moriscos, cuando el levantamiento de ellos, hallándose con sólo seis personas y durante el combate que fue desde el amanecer hasta la tarde que acaso vino el socorro mató por su persona con su escopeta de caza ocho de los mas principales que gobernaban aquella gente, lo cual fue parte para que no se perdiese este lugar y en memoria de este hecho la reedificó Antonio de Aróstegui su hijo, secretario de Estado del Rey Felipe III de este nombre. Año de 1613"

ESCUDO DE AROSTEGI EN  CASA GRANDE DE PADUL

Antonio Pérez de Arostegui y Suárez Sazo sirvió al rey Felipe III como miembro del Consejo de Guerra y como secretario de negocios de Italia, siendo el primer consejero del privado Baltasar de Zúñiga, quien tuvo toda la responsabilidad al comienzo del reinado.

En 1615, hizo de oficio de escribano y notario en el acto de entrega de las reinas cuando vino el rey Felipe III a Fuenterrabía. Asistió junto a su hermano Martín a las capitulaciones de la infanta Ana con el rey Luis XII de Francia.

Durante el reinado de Felipe IV también estuvo en la Corte como secretario real del Despacho y aún como miembro del Consejo de Guerra.

En 1611, fue caballero de la Orden de Santiago y señor de la Casa de Arostegui de Bermeo y Rotalde de Vergara.

En 1613, compró las Tercias y Alcabalas de El Padul, donde hizo un palacio, y mandó fundar un monasterio de agustinos recoletos en Granada.

Aquella casa fuerte que heredó de su padre la reconvirtió en un Casa Grande, también llamado Palacio de Padul, en estilo barroco muy severo, una especie de Palacio de Asiento, al que incorporó el Cortijo de Vergara de Guardahortuna, y fundó el Mayorazgo de Padul. Su escudo, que estuvo en el número 44 de la calle Vidacruceta, pasó a figurar en el panteón de la familia Arostegui, donde puede contemplarse. Este traslado se debió a la venta de la casa donde figuraba.

En 1623, consiguió el patronazgo de la Iglesia de San Miguel de Anguiozar, villa de Guipúzcoa. Estuvo casado con Agustina de Yurazmendi.

Murió en febrero de 1631 y fue sepultado en la iglesia de San Felipe en Madrid.


Martin Pérez de Arostegui y Suárez Sazo fue hermano de Antonio, era natural de Vergara, donde nació en 1544. En su villa tenía el suntuoso Palacio de Rotalde, que tuvo como escudo de armas dos robles verdes en campo de oro y dos flores de lis de oro en campo rojo.

Comenzó a servir en la Corte de los Habsburgo desde 1576, llegando a ser secretario real del Consejo de Guerra durante los reinados de Felipe II y Felipe III, veedor y contador de la gente de guerra, obras, fábricas y armadas en la provincia de Guipúzcoa, y después veedor general de las armadas del mar Océano.

En 1615, estuvo presente en las entregas de las Serenísimas Reinas, sirviendo al rey Felipe III, hasta Fuenterrabía, y después en el río Bidasoa en compañía de su hermano Antonio de Arostegui, que hizo de notario.

Fue coronel de los 4.000 hombres que, en 1625, tuvo la Provincia de Guipúzcoa en la frontera de Francia.

En 1623, fue caballero de la Orden de Santiago y comendador de San Coloido en Sicilia, además señor de la Casa de Arostegui de Bermeo y la de Rotal de Vergara.

Estuvo casado con la vizcaína Francisca de Elorriaga. Tanto él como su hermano Antonio murieron sin descendencia, pasando sus herencias a su sobrina Juana Suárez de Arostegui y Sazo.

FACHADA DE LA CASA AROSTEGI

Martín Pérez de Olazábal y Arostegui nació en Vergara, en 1533. Se puso al servicio del rey de la Monarquía hispánica, siendo destinado a la Flota la Guarda de de la Carrera de Indias. Casado en Sevilla con la hija de Ximeno de Bertendona. Este marino ilustre fue General de los galeones y flotas de Indias de 1588 a 1592, siendo nombrado este año vencedor de la real armada.

Escribió en unión de Diego de la Rivera un Memorial que dieron al rey Felipe II sobre la perpetuidad de la Real Armada de la Guarda de la Carrera de Indias. Hacía referencia a gálibos y demás circunstancias convenientes en los navíos que se construyeren para ella, su tripulación y artillería, así como partes donde había de navegar.

También envió una carta al rey con fecha 27 de agosto de 1588, dando parte de haber entrado el 27 en la bahía de Ocoa con la Flota de Nueva España, de que era general de Martín Pérez de Olazabal. Falleció en el mar en 1602.


Cristóbal Pérez Arostegui murió siendo gobernador en Indias.

04/02/2023

Casa-torre de Azkarate Marutegi en Vergara


La Casa-torre de Azkarate Marutegi fue construida en el siglo XVI, en la plaza Ariznoa de villa guipuzcoana de Vergara. También es conocida con el nombre de Agirrebeña. Fue el principal mayorazgo del Renacimiento de esta villa, creado en 1541 por Juan Martínez de Marutego Azkarate, contador del emperador Carlos V. Muestra un elegante balcón en esquina de principios del siglo XVII, además de un escudo de armas bien labrado.

El edificio consta de una planta baja, dos pisos superiores y ático. Al exterior, la división de la planta baja se hace mediante una cornisa labrada con motivos renacentistas: angelotes, motivos vegetales, nereidas y tritones.

CASA AZKARATE MARUTEGI

La fachada que da a la calle San Pedro está decorada con 53 placas cerámicas policromadas de gran belleza. Dichas piezas fueron realizadas en la primera mitad del siglo XVI en Alemania y estaban destinadas originalmente a conformar una estufa, aunque finalmente se les dio función ornamental que aún en la actualidad siguen cumpliendo. En alguna de las placas está representado el emperador Carlos V.

La presencia de la estufa renacentista en la península y su empleo como elemento decorativo constituyen una extraordinaria novedad.

ESCUDO DE ARMAS DE LA CASA AZKARATE MARUTEGI

18/02/2022

Vergara banderiza y señorial


La guipuzcoana Vergara - Bergara era una villa próspera al iniciarse el siglo XV, tanto en economía como en demografía, y también un de los núcleos banderizos por excelencia. Las poderosas casas solares de Ozaeta y Gaviria, enemistadas entre sí pero con la común ambición de dominar el concejo, designaban por turno a los alcaldes.

Después de años de crueles enfrentamientos en el marco de las Guerra de Bandos
entre Oñacinos y Gamboinos, las luchas entre linajes guipuzcoanos fueron desapareciendo a mediados de este siglo XV. Pero en Vergara la pugna entre Ozaetas y Gavirias se prolongó al menos diez lustros más. Los Reyes Católicos, informados de los desórdenes por la Hermandad provincial, expidieron las primeras ordenanzas municipales instando en su capítulo inicial a la concordia entre bandos. El objetivo era...
"para que de aquí en adelante para siempre jamás non haya ni se nombre las dichas parentelas ni parcialidades, ni bando de ellas de Ozaeta y Gaviria en la dicha villa ni en su tierra e jurisdicción, ni otro apellido ni cuadrilla mas todos juntamente os llaméis Vergara."
No terminaron ahí los problemas de convivencia entre los vergareses. Ante la marginación de los vecinos de la tierra en la elección del regimiento, se originó otra larga disputa a la postre resuelta con un acuerdo que los Reyes Católicos confirmaron en 1497. Según éste, la villa se dividía en cuatro cuerpos: intramuros arrabales, Oxirondo y Uzarraga.

La elección del concejo se celebraría cada año en el día de San Miguel en la Parroquia de San Pedro, asegurándose la justa representatividad de cada núcleo. No figuraría hasta bien entrado el siglo XVII la unidad entre todos los vergareses, eliminando diferencias territoriales, vecinales y linajudas.

CALLE DE VERGARA

Curiosa querella entre villas fue la mantenida entre Vergara y Beasain sobre el origen y nacimiento del predicador franciscano fray Martín de la Ascensión, conocido por Martín de Aguirre por vergareses y Martín de Loianaz por beasaindarras. Este misionero pasó a la historia por ser crucificado en la ciudad niponesa de Nagasaki en 1597, siendo el primer cristiano en tratar de evangelizar tierras de Japón. Desde su beatificación en 1627, Bergara y Beasain lo consideraron vecino suyo, manteniendo largos y costosos pleitos, publicando mucha literatura historiográfica y elevando por separado capillas y basílicas en abierta competencia. Diferencias que ni siquiera el Vaticano se atrevió a zanjar en el momento de su canonización, pues en acto diplomático la bula de 1862 le tituló "San Martín de la Ascensión, hijo de Guipúzcoa". Aún en la actualidad, las dos poblaciones celebran fiestas en su memoria a San Martín de Aguirre, el 16 de septiembre, día de su beatificación, en Vergara; y a San Martín de Loinaz, el 5 de febrero, día de su martirio, en Beasain.

Tan revuelto estuvo el ambiente en Vergara durante el siglo XVI, que el cronista real Esteban de Garibay compuso una máxima que se hizo popular: "Bergara, ceñatu eta ygara"; es decir: "Vergara, santíguate y pasa". Era todo lo que el historiador mondragonés se podía recomendar al visitante.

Pero los siglos del Renacimiento y el Barroco fue una época de importantes construcciones que modificaron la fisionomía urbana de Vergara.

En el siglo XVI, se edificaron las casas Ozaeta, Olaso, Laureaga (con la leyenda "ni la busques ni la temas") y otras tantas que aún existen o han sido demolidas.

Sobre su original planta de la Iglesia de San Pedro de Ariznoa, se levantó un nuevo templo más espacioso y conforme a la entidad que había adquirido la villa. Las obras comenzaron en 1527 por el maestre Pedro de Lizarazu, autor de la capilla de la Piedad y del claustro de la Iglesia de San Miguel de Oñati. Y concluyeron casi un siglo después bajo la dirección del vergarés Pedro Martínez de Ibarra. Esta iglesia es de estilo gótico vasco, pero denota una superposición de corrientes debido a su dilatada ejecución. La torre fue levantada en el siglo XVIII.

TORRE OLASO E IGLESIA SAN PEDRO DE ARIZNOA

Entre 1542 y 1607, se erigió la nueva Iglesia de Santa María de Oxirondo, de rasgos comunes a la de San Pedro, y "una de las más hermosas iglesias columnarias que cuenta Guipúzcoa" en opinión de la madre Arrázola.

A mediados de ese siglo, Francisco de Borja predicó en la Iglesia de San Pedro y en la Ermita de Santa Ana.

En 1611, la Compañía de Jesús trasladó su fundación de Oñate a Vergara, y construyendo en la actual plaza un complejo conventual y educacional. Este importante centro de enseñanza sirvió como sede del Real Seminario Patriótico Bascongado desde 1776.

Desde 1674, el concejo vergarés fue adquiriendo distintos terrenos en la plaza para la construcción de su Casa Consistorial. En aquellos siglos donde se expandía el Imperio de la Monarquía hispánica allende los mares y territorios europeos, muchos vergarses hicieron méritos para ganarse un lugar en la historia. Destacaron militares como Miguel Pérez de Améqueta o Pedro Pérez de Aristizabal; eclesiásticos como el misionero Pablo José Arriaga o el inquisidor Pedro Huarte de Mendoza; consejeros reales en la Corte de los Austria como Antonio de Arostegui o Tomás Ayardi. También diplomáticos, científicos, aristócratas, y otros vecinos de esta villa que ocuparon puestos de honor en las crónicas.

Su hijo más universal es probablemente Domingo Martínez de Irala. Nacido en 1509, fue conocido como el "Capitán Vergara". Pasó a la historia por ser el conquistador y primer gobernador de la provincia de Paraguay durante la colonización española de Suramérica.

En 1534, tomó parte de la expedición del adelantado Pedro de Mendoza desde el Río de la Plata. Dos años después, participó en la expedición que exploró el río Paraná, descubriendo una porción de tierra llamada Paraguay. Allí construyó el puerto de la Asunción y, en 1537, fundó la población de la Candelaria. En 1556, fue nombrado gobernador general del Río de la Plata, hasta que murió en 1571.

monolito Domingo Martínez Irala Vergara Bergara
DOMINGO MARTÍNEZ DE IRALA

Tras Domingo Martínez de Irala, otros vergareses siguieron los pasos en las administraciones indianas del Imperio:

Juan Irazábal fue contador real en las Indias, que regaló a Vergara, en 1626, la notable imagen del Santo Cristo de Montañés de la parroquia de San Pedro.

Juan Monasteriobide fue gobernador y capitán general de la provincia de Soconusco, a comienzos del siglo XVII.

Andrés Oxirondo fue oficial de la secretaría de guerra en Flandes y tesorero de la provincia de Honduras en Indias en 1625.

Vergara aportó un numeroso grupo de secretarios y consejeros reales en las Cortes de la Monarquía española desde la época de los Reyes Católicos hasta los primer Borbones, entre los cuales destacaron: Juan Galarza, secretario del emperador Carlos V; Joanes Elorregui, secretario de la Cámara y del Sello; Mateo Urquina, secretario de Felipe III y de los archiduques Alberto e Isabel; Martín Olalde y Vergara, canciller mayor y registrador en la Corte; Tomás Ayardi desempeñó los elevados destinos de contador mayor, consejero de Hacienda y consejero también de las órdenes militares. Martín Pérez Gregorio, ayuda de cámara y guarda ropa real y miembro de la Orden de Santiago; Juan José Eulate, secretario real del Consejo Supremo en 1779.

Hernán Martínez Izaguirre, nacido en 1442, fue secretario de los Reyes Católicos durante la Guerra de Granada y capitán de Infantería hasta 1510.

Juan Pérez de Arispe fue contador de la casa real de Castilla y teniente contador mayor de la reina Juana I. Al morir esta reina, en 1555, realizó un viaje por las cortes de Europa para comunicar esta defunción real a sus familiares. En Flandes al emperador Carlos V, en Inglaterra al príncipe Felipe, rey consorte de este reino, y a las reinas de Francia y de Hungría, hijas de Juana.

Andrés Martínez de Ondarza y Uzarraga, nació en 1449, fue secretario real de los Reyes Católicos, siguió como veedor y contador de Felipe I el Hermoso y como contable real de Hacienda del emperador Carlos V en su casa real. Se envistió como caballero de la Orden de Santiago en 1535. A él se debe la construcción del monasterio de Bidaurreta para monjas franciscanas en Oñate, y del convento de las monjas franciscanas de la Santísima Trinidad de Vergara. En 1536, pudo fundar su mayorazgo y su palacio de Ondarza-Araoz, vinculando a él las principales casas de la calle de Arrabal en Bergara. Su hijo Juan Martínez de Ondarza fue veedor y contador real de Castilla.

PALACIO DE ONDARZA-ARAOZ

Y si fue amplio el grupo de vergareses que sirvieron a la Corte española dedicados a los oficios de la pluma, mayor fue el contingente dedicados a la espada, enrolados en los Tercios y Armadas, como Martín Pérez Olazabal, general de la Armada de la Carrera de Indias, o Pedro Martínez Zavala, general de marina en las guerras de Chile.

Juan de Gaviria y López de Mallea, nacido en 1535, debido a que se encontraba su familia en el trámite de un juicio en la Real Chancillería. Su padre, asentado en la Corte, servía al Ejército del emperador Carlos V como capitán, reclutando hombres para las interminables guerras contra la rival Francia. Fue corregidor de las ciudades de Coruña, Valladolid, Ubeda, Baeza y Granada. Consiguió ganarse el hábito de caballero de la Orden de Calatrava, en 1580, y comendador de las casas de Talavera de la Reina de la misma orden. También fue alcalde ordinario de su villa natal, Vergara.
De igual oficio que desempeñó su padre, en una ocasión Juan de Gaviria se dedicó a reclutar gentes de armas por petición de su rey Felipe II para sus reales ejércitos. Consiguió formar un cuerpo militar de 200 hombres, con el objetivo de defender la frontera con Francia por espacio de tres meses.

Juan de Gaviria Mallea y Ruiz de Galarza, nacido en 1570, fue caballero de la Orden de Santiago en 1584, capitán de Infantería española de los Tercios desplegados en Milán durante la Guerra de los Treinta Años, en el reinado de Felipe IV. También fue comendador de Palomar en León, por título de 2 de septiembre de 1812. Falleció en 1649. Sus hijos fueron Cristóbal y Juan, ambos miembros de la Orden de Santiago y dedicados al servicio de la Monarquía hispánica de Felipe III, Felipe III y Felipe IV.

Otro ilustre de la casa de Gaviria fue Juan Vergara y Gaviria, maestre de campo en las islas Filipinas y lugarteniente del gobernador de Temate y Mallico.

Fueron descendientes de la casa y solar de Gaviria, de parientes mayores, muy antigua y nombrada por los caballeros procedentes de ella y se han empleado en servicio de los reyes Sancho Abarca y otros de Navarra y, posteriormente, de Castilla, consiguiendo grandes privilegios. Algunas hazañas memorables constan en su escudo de armas. La cadena rota del palenque de Miramamolín en el año 1212 en la famosa batalla de las Navas de Tolosa. Ostenta también en su escudo de armas un gavilán que con las uñas de un pie tiene agarrado al gallo por la cresta y además un ramo de palma en la boca por un acontecimiento en el sitio de Bayona en los años 1130 y 1131. Nació en el año de 1570. Falleció en 1649.

CASA-TORRE DE GAVIRIA EN VERGARA

Juan López de Ozaeta Gallastegui y Recalde, nacido en 1520, fue desciende del antiguo palacio de Ozaeta en Vergara, de parientes mayores. Estuvo emparentado con el glorioso San Ignacio de Loyola, con los reyes de Navarra y los más principales linajes nobiliarios vascos. Llegó a ser caballero de la Orden de Calatrava, corregidor y capitán general de Gibraltar, corregidor de León, Trujillo y Salamanca, y veedor general de los Estados de Milán, Lombardía y Piamonte.

Realizó grandes servicios en la frontera, cuando en 1572 los franceses trataron de invadirla, en cuya ocasión levantó y sostuvo a su costa una compañía de 500 hombres. Murió en 1585. Posiblemente su hijo fue Gabriel Ozaeta, paje del rey Felipe II.

Escribe el cronista Sandoval: "de la mucha antigüedad de este apellido solariego y muestra mucha autoridad el prenombre de Senior que usaban, que era de caballeros muy nobles, más que de Hidalgos é Infanzones, de Ricos-homes."


Martín de Arrese, nacido en 1534, fue caballero de la Orden de San Juan, capitán de Infantería y de Armas, gobernador de Ternuinas y virrey de Sicilia durante el reinado de Felipe II. A las órdenes del duque de Osuna, combatió a los otomanos en aguas de Mediterráneo en varias ocasiones, siempre mostrado gran valor y recibiendo heridas.

En 1583, tomo parte de una expedición naval en busca de las galeras del Imperio otomano embarcado con su compañía en la nave capitana de Sicilia. En esta ocasión, Arrese se destacó por rendir la galera capitana de la Armada otomana, permitiendo la victoria española y la captura de galeras turcas. Durante el enfrentamiento obtuvo dos heridas, por las que falleció.

Hizo llevar su cuerpo el Virrey desde Melazo hasta Palermo con gran demostración de tristeza, le sepultaron en la Capilla de los españoles y le pusieron una losa con sus armas, rotulado su nombre como persona insigne.


Pedro Pérez Aristizábal fue capitán de Infantería de la Real Armada de la Carrera de Indias a comienzos del siglo XVII. Después fue capitán perpetuo del presidio de Cádiz. En 1625, fue gobernador de Antioquía y, posteriormente, gobernador y capitán general de Chicuito.

Según el Compendio historial de la Provincia de Guipúzcoa escrito por Lope Martínez de Isasti en 1626, el linaje de Aristizábal poseía casa solariega en Oxirondo, en las cercanías de Vergara. El originario caserío de Aristizábal estaba constituido por una portada de tres arcos de medio punto de sillería. Tras su reconstrucción, el edificio quedó carente de interés arquitectónico.

CASERÍO ARISTIZÁBAL

Antonio de Araoz, nacido en 1516, consiguió el doctorado en la Universidad de Salamanca. Pasó a la historia por ser eclesiástico jesuita, predicador y compañero de Ignacio de Loyola. Fue confesor del cardenal Santa Cruz, más tarde papa Marcelo II, y de Juana de Portugal, hija del emperador Carlos V. Tras rechazar el Arzobispado de Toledo, fue comisario general de la Compañía de Jesús en España, llegando a fundar quince colegios.

Pablo José de Arriaga, nacido en 1562, fue miembro de la Compañía de Jesús. Realizó una gran labor de evangelización de indios en el Virreinato del Perú, fundando colegios y desempeñando importantes cargos de la orden allí establecida. De su valiosa pluma salieron varias obras muy estimadas: Directorio espiritual; Extirpación de la idolatría de los indios del Perú; y Ejercicios espirituales, esta última traducido a algún idioma nativo. Tratando de regresar a España, en 1622 murió durante la travesía al naufragar el barco donde viajaba.

Marcial Aguirre Lazcano fue su principal artista, dedicado a la escultura en la segunda mitad del siglo XIX. Entre sus obras se encuentran el busto de Píos IX, la escultura al brigadier Cosme Damián Churruca en Motrico, o la del almirante general Miguel de Oquendo en San Sebastián.

TORRE DE OLASO

25/10/2021

Casa Arrese de Vergara


La Casas Arrese situada en el municipio guipuzcoano de Vergara data de la primera mitad del siglo XVI. Construida con único arco de entrada y pequeñas ventanas, el edificio mantiene elementos propios de las viejas torres defensivas medievales. En la segunda mitad del siglo XVI, con la construcción en uno de sus ángulos de un magnífico balcón en esquina que sigue plenamente los presupuestos estéticos del Renacimiento, esta mansión pasó a tener un aspecto más palaciego. Se atribuye su autoría al maestro Pedro de Ibarra.

casa arrese bergara renacentista
ESCUDO DE ARMAS DE LA CASA ARRESE

Este balcón, el más exquisito del género en el País Vasco, destaca por su estructura, la riqueza de sus elementos decorativos y por la habilidad de su autor, que deforma ménsulas, pilastras y flameros para lograr un mayor impacto en el espectador al ser vista la obra en perspectiva desde el suelo. 

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BALCÓN Y ESCUDO DE ARMAS DE LA CASA ARRESE

21/02/2021

Fundación de Bergara por Alfonso X el Sabio


Al suroeste de Guipúzcoa, Vergara (Bergara) ocupa un suelo desigual y costanero a orillas del río Deba y al pie del monte Elosua. Miguel de Unamuno lo describía así: "Escondida como un nido entre montañas que le dan sombra y abrigo"; y es que seis montes quedan arracimados en su jurisdicción, por lo que el casco se esconde en el fondo de un valle. Comparte límites, históricamente conflictivos, con Antzuola al este y con Elgeta al oeste, con Soraluze al norte, y con Oñate al sur. Tuvo una agricultura relativamente importante hasta que la industria desde mediados del siglo XIX se convirtió en actividad dominante. No obstante, ya durante la Edad Moderna, era uno de los principales núcleos comerciales y manufactureros de la provincia de Guipúzcoa.

El nombre de Bergara apareció por primera vez en 1050, fecha en la que don Sancho hizo una donación de su herencia y tierras de esta villa a favor del Monasterio de San Juan de la Peña, sito en Huesca. Esta entrega incluía también el Monasterio de Ariceta, actual Ermita de San Miguel de Aritzeta que, según la tradición, fue la primera parroquia de la zona y estaba regentada por miembros de la Orden de los Templarios.

CASA-TORRE EN VERGARA

En 1202, a poco de la incorporación de la provincia de Guipúzcoa al Reino de Castilla, el rey Alfonso VIII recibió el castillo de Elosua, con lo que este núcleo hizo su aparición documental en la historia. Por orden real de 1457 y a petición de la Hermandad de Guipúzcoa, este castillo fue derribado junto con casi todas las torres de los bandos Gamboinos y Oñacinos, debido a la Guerra de Bandos que ambos grupos de linajes estaban efectuando en la provincia. La tradición oral dice que con las piedras del castillo de Elosua se construyó la iglesia parroquial de San Andrés.

El 30 de julio de 1268, el rey Alfonso X el Sabio otorgó desde Sevilla el privilegio para "hacer una puebla en Vergara, e señaladamente en aquel lograr que dicen Ariznoa, a que ponemos nombre de Villanueva", otorgándole el Fuero de Vitoria. A semejanza de otros pueblos de la provincia, como Elgoibar o Rentería, no conservó su nombre fundacional de Villanueva de Vergara y terminó por conocerse con primitivo topónimo de Vergara.

La configuración de esta villa participaba en el plan global de poblamiento de los reyes castellanos en torno a tres ejes principales que vertebraron la provincia. Primero se abrió una vía costera que conectaban las villas de Fuenterrabía, Zarauz, Guetaria y Motrico; así como la primera ruta de unión entre Álava y la costa a través de Tolosa, Villafranca y Segura. Posteriormente, se promovió un segundo camino, más occidental, por el puerto de Arlabán pasando por Vergara y Mondragón, fundado este último en 1260.

De otra parte, la constitución de una villa amurallada en aquel amplio valle regado por el río Deba atrajo a una población hasta entonces indefensa, razón de su rápido crecimiento demográfico. En la otra orilla se formó un pequeño núcleo de caseríos alrededor de la Iglesia de Santa María, de la que eran patronos los señores de Oñate, con el nombre de Oxirondo. Al fundarse Elgeta en 1335, Oxirondo ingresó en sus términos. Por la lejanía y dificultad de comunicación con Elgeta, los vecinos de Oxirondo prefirieron depender Bergara.

ALFONSO X EL SABIO

A petición de Vergara, en 1344, Alfonso XI de Castilla extendió un privilegio para el poblamiento, según el cual los labradores e hijosdalgo de la comarca que quisieran integrarse como vecinos podían beneficiarse del Fuero vergarés, incluso si vivían fuera del recinto murado. Así, Oxirondo se anexionó a Vergara en 1348, aunque vergareses y elguetanos tuvieran antes que "llegar a las Manos", muriendo en la lucha los principales caudillos de Elgeta. El Alcalde Mayor de la provincia tuvo que mediar en la contienda para asegurar la paz.

También Uzarraga, núcleo primitivo de Antzuola, se unió a Vergara en 1391 con las mismas condiciones que Oxirondo. Al paso del tiempo surgieron disputas y pleitos como consecuencia del deseo de los parroquistas de Oxirono y Uzarraga/Antzuola de obtener su independencia, lo que la segunda conseguiría en 1629.

PALACIO LAUREAGA EN VERGARA

18/10/2020

Real Sociedad Económica Bascongada de Amigos del País


El origen de la fundación de la Sociedad Económica Bascongada tuvo lugar en las periódicas reuniones que a mediados del siglo XVIII un grupo de ilustrados guipuzcoanos, principalmente nobles y sacerdotes, celebraban para conversar sobre matemáticas, física, geografía e historia, discutir problemas de actualidad, y escuchar música.

En estas reuniones destacaron tres personalidades: el marqués de Altuna, Manuel Ignacio de Altuna; el marqués de Narros, José María de Eguía y Aguirre; y el conde de Peñaflorida, Javier María Munibe e Idiáquez. En 1763, estos tres ilustrados decidieron poner en práctica sus conocimientos presentaron a las Juntas de Guipúzcoa el plan de constitución de una Sociedad Económica, también llamada Academia de Agricultura, Ciencias, Artes útiles y Comercio, adaptado a las circunstancias económicas de la provincia.

En 1765, Munibe obtuvo licencia real de Carlos III para la creación de una sociedad de ilustrados, fundando la Real Sociedad Económica Bascongada de Amigos del País. Su sede estaba en el Palacio de Insausti, en la localidad guipuzcoana de Azcoitia. En el Discurso preliminar que Munibe leyó en la reunión de su fundación, enfatizó la utilidad de las ciencias modernas, especialmente las que los ilustrados llamaban prácticas.

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PALACIO DE INSAUSTI

Se fundaba así una institución de capital trascendencia en la cultura vascongada, adaptándose a las circunstancias y economía particular de la muy noble y muy leal Provincia de Guipúzcoa, que sirviese de academia para el fomento de la agricultura, industria, comercio, arquitectura y economía doméstica. La orientación de estos estudios se dirigió a la solución de problemas prácticos y útiles, nuevos procedimientos para el ahumado de la pesca, el abono de las tierras, los nuevos cultivos, el desarrollo de la metalurgia y la construcción higiénica de viviendas.

El conde de Peñaflorida, el marqués de Narros, el marqués de Altuna, Campomanes y otros ilustrados fueron conocidos como los Caballeritos de Azcoitia. Percibieron que España tardaba en desarrollar su potencia económica, lamentando la falta de industria y la baja productividad. Los pensadores liberales y los llamados afrancesados buscaron difundir los avances y el pensamiento de la Ilustración. Comenzaron a trabajar para introducir las más avanzadas técnicas en la agricultura, la industria, la arquitectura, la medicina, etc. La economía política, una ciencia que estaba naciendo, fue objeto también de atención especial.

Sus planes se debatían y aprobaban en Juntas Generales, celebradas por distintas villas o ciudades, se estudiaban las 4 secciones: agricultura; ciencias y artes útiles; industria y comercio; política y buenas letras. Estas 4 secciones genéricas se perfilan en 2 planos: el adelanto de las ciencias, especialmente las consideradas útiles, y el fomento de la economía en su área de actuación. Los dos planos estaban íntimamente trabados en cualquier caso, pues la elaboración teórica debía ponerse al servicio de la mejora técnica y de la educación popular y debía repercutir en el progreso de las fuerzas productivas.

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IRURAK BAT (LAS TRES, UNA)

Los instrumentos esenciales para llevar a cabo la tarea fueron, prácticamente en todos los casos, la redacción de memorias e informes y la creación de escuelas de formación profesional. En este sentido, la Sociedad Bascongada, por una parte, fue un gran centro de recepción de la ciencia europea a través de los viajes al extranjero de sus miembros y de la acogida en su seno de prestigiosos sabios foráneos y, por otra, se embarcó en ambiciosos proyectos educativos.

El resultado del proyecto de los Amigos del País fue un estrepitoso fracaso al no hacer nada por plantear la génesis de una experiencia secularizada y, menos aún, por generalizar una instrucción pública, dos tareas con las que se hubiese perfilado algún atisbo de modificación de las condiciones de desigualdad sociales, culturalmente esquizofrénicas, económicamente explotadoras y políticamente paternalistas.

Dos tareas que aquellos caballeros no llegaron ni a concebir, pues fomentar una experiencia secular hubiese significado que se empeñasen en transcender ante todo sus propias barreras religiosas y morales, buscando un marco de libertad de creencias y un clima de libre y pública expresión en las actividades cotidianas. Y, además, para ello era preciso generalizar una instrucción pública, proporcionando a las gentes sometidas un instrumento de emancipación cultural; lo cual suponía proscribir su viejo hábito paternalista, furibundamente elitista, actuando de modo absolutamente radical en el quicio de la escindida cultura en la que se desarrollaba la vida del país.

Para empezar, era necesario que hubiesen optado por la alfabetización general de las gentes. Pero aquellos caballeros actuaron de forma alienada y sumisa en enormes naderías y vastísimos quehaceres poco menos que inocentes. Es más que probable que en la historia cultural vasca ideales tal altos jamás cayeron tan bajos.

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CABALLERITOS DE AZKOITIA

Una gran preocupación fue la educación de los jóvenes, su formación y preparación cultural, científica y moral. Escogió como seminario el Colegio del Monumento de Loyola en 1769, bajo el nombre de Real Seminario de Vergara. Este edificio fue abandonado por los jesuitas tras su expulsión decretada en 1767, por eso el historiador que Menéndez y Pelayo llamó primera escuela laica de España. El propio rey Carlos III contribuyó aportando una valiosa financiación para las cátedras superiores en ciencias modernas, las de química y de mineralogía, así como para la organización de sus respectivos laboratorios.

Así el seminario se convirtió en un centro cultural de primera importancia en Europa, en el que se contó con profesores extraordinarios procedentes algunos de toda Europa, entre los que destacaron Proust, Chavaneaux, Brisseau, así como otros científicos de primera fila como los hermanos Elhuyard, Erro, Mas, Samaniego, Santibáñez, Foronda y otros muchos. Este grupo de ilustrados contribuyeron a que los estudios de Vergara llegaran a conocerse y valorarse en toda Europa.

En 1778, se creó el Laboratorio Químico en este seminario, iniciándose los estudios de química y metalurgia. En el mismo se elaboró la Ley de las Proporciones Definidas, que consiguió hacer maleable el platino y forjar diversas piezas, y se descubrió el aislamiento del wolframio o tugsteno. Se trabajaron los aceros y la mejora de las técnicas de ferrerías.

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SEMINARIO DE NOBLES DE VERGARA

La Escuela de Ingenieros de Minas, la primera que tuvo carácter civil, fue fundada en 1777 por orden de Carlos III. Se instaló en Almadén (Ciudad Real), donde ya existía algún tipo informal de enseñanza, para aprovechar un elemento muy importante, las minas de azogue, material insustituible entonces para conseguir el amalgamamiento de la plata, fuente de riqueza de primerísimo orden en la América hispana, especialmente en Méjico.

Esta Escuela comenzó su actividad en un contexto histórico similar a otros centros: Sajonia (Freiberg, 1767), Hungría (Schmnitz, 1770), Francia (París, 1778).

Las Escuelas de Dibujo fundadas en Vitoria, Bilbao y Vergara en 1777, y poco más adelante en San Sebastián y Placencia. En Vitoria sigue funcionando convertida en Escuela de Artes y Oficios Artísticos, y con una importante actividad de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País en su Junta de Fundación.

Esta gran idea ha aportado positivos avances en campos como el industrial, el agrícola, el científico, y el cultural para las Provincias vascongadas que indudablemente tendría sobre estas bases un florecimiento económico.

También se adquirió la granja en San Miguel de Basauri, para experiencias agrarias, la Casa de Misericordia en Vitoria, y se intentó fundar una Escuela de Náutica en San Sebastián. l mismo tiempo se constituyó una biblioteca y un gabinete de historia natural

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SEMINARIO DE NOBLES DE VERGARA

Entre sus grandes tratadistas políticos destacaron José Agustín Ibáñez de Rentería y Valentín de Foronda. Entre 1780 y 1783, Ibáñez de Rentería leyó tres Discursos, entre ellos Reflexiones sobre las formas de gobierno, y Foronda sus primeros trabajos, que publicó en Miscelánea en 1787. Ambos defendieron el sistema liberal-burgués, hablando Ibáñez de Rentería de partidos políticos y derechos del hombre, defendiendo la democracia; y Valentín de Foronda afirmó que la conducta política debe asentarse en la libertad, propiedad y seguridad, que considera anteriores a las leyes y al poder. Y criticó a los nobles que creían que el comercio es indigno de la nobleza.

José María de Eguía y Aguirre se hizo famoso por su Enciclopedismo, siendo elogiado por Rousseau, y llegando a tener problemas con la Inquisición, como también los tuvo Félix María de Samaniego, autor de Fábulas en verso castellano para el uso del Real Seminario Bascongado, con carácter moralizante.

Javier María Munibe escribió Los aldeanos críticos, o cartas chríticas sobre lo que se verá, publicado en 1758, para rectificar y mofarse de las ideas sobre física que el padre Isla expuso a fray Gerundio de Campazas. Un libro satírico que defendía la ciencia moderna e identificaba la filosofía moderna y física, haciendo referencias a Galileo, Descartes, Copérnico, Newton, Leibnitz, Gassendi, Maignan y Saguens.

La Sociedad Bascongada se ocupó también del lujo, su máximo representante Juan Sempere y Guarinos escribió Historia del Luxo y de las leyes suntuarias de España.

Fue también foco de relaciones con la cultura extranjera de la Ilustración, principalmente con la francesa. Se enviaron becarios a estudiar fuera de España, y se abrieron puertas a científicos como el botánico y naturalista Michel Adanson, el físico-químico Davil Pierre Ruelle, el físico Teodoro de Almeida, Joseph Jérôme Lefrançois de Lalande, Louis- Bernard Guyton de Morveau, Robertson, John Needham, etc.

19/08/2020

Palacio Egino-Mallea de Vergara


El Palacio Egino-Mallea fue mandado construir en Vergara por la familia del mismo nombre, muy influyente en la Vergara del siglo XVI. Construido en torno a 1585, su fachada principal es un magnífico ejemplo de arquitectura del Renacimiento manierista: la sobriedad del conjunto y las pocas concesiones hechas a la decoración, que se articula básicamente mediante la distribución rítmica y simétrica de elementos arquitectónicos de origen clásico, tales como columnas, basamentos, frontones, etc.

Es obra del maestro Pedro de Ibarra, arquitecto culto e instruido que conocía a la perfección las corrientes de construcción que se desarrollaban en la Europa de su época. Prueba de ello es la excepcional fachada de este palacio, una de las renacentistas de mejor ejecutas que se conservan en Guipúzcoa.

Palacio Egino-Mallea Vergara Bergara
FACHADA DEL PALACIO EGINO-MALLEA

16/05/2020

Domingo de Irala y su entorno en la villa de Bergara, por Miguel Ángel Elkoroberezibar


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DOMINGO DE IRALA Y SU ENTORNO
EN LA VILLA DE BERGARA
,
POR MIGUEL ÁNGEL ELKOROBEREZIBAR

Domingo de Irala y su entorno en la villa de Bergara
Miguel Angel Elkoroberezibar, Editorial Academia Paraguaya de la Historia, Asunción (2006), 289 páginas

En el año 2006, una iniciativa paraguaya reivindicó la obra del personaje más ilustre y universal de esta villa de Guipúzcoa con motivo del quinto aniversario de su nacimiento en 1506: Domingo Martínez de Irala.

Así, a petición de la Academia Paraguaya de la Historia, el filólogo Miguel Angel Elkoroberezibar se encargó de investigar sobre la vida y obra del colonizador guipuzcoano y presentar en Asunción, durante la Semana vasca de Paraguay, su libro donde estudia la relación entre Irala, las tribus precolombinas y la legua de los paraguayos.

El fundador de la ciudad de Asunción y colonizador de buena parte del Virreinato del Río de la Plata, era natural de Vergara. a principios del siglo XVI. Por aquel tiempo la aventura conquistadora de América se expandía por nuevas e inmensas tierras que pronto englobarían a las actuales Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile. Con la educación que correspondía al rango familiar, Irala estaba bien preparado para triunfar en el mundo de su época. Ante él se presentaba la vida como rico mayorazgo o la gran aventura americana.

Además, el autor da a conocer la villa de Vergara, analizando su contexto social y económico en el primer tercio del siglo XVI y describiendo su persona y familia, aquella etapa de su vida que transcurre desde su nacimiento hasta que decidió partir a América en 1535. Entonces, tras vender todos sus bienes libres de vínculo, el Capitán Vergarase embarcó en la mayor armada hasta entonces conocida rumbo al Río de la Plata a las órdenes del adelantado Pedro de Mendoza y llegó a ser gobernador de aquellas tierras durante 20 años y el fundador del Paraguay.

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MONUMENTO A MARTÍNEZ DE IRALA EN VERGARA

La motivación que ha llevado a Elkoroberezibar a dedicar miles de horas a la investigación de Domingo de Irala es la de poner en valor que le corresponde en la historia. Según el autor:
"Han sido numerosos los estudios y artículos, obra generalmente de foráneos, que han tratado, con más o menos acierto, la figura de Irala. No habrá otro bergarés que tenga tantas entradas en cualquier buscador de internet o en enciclopedias de todo el mundo; es protagonista de varias novelas, documentales y películas, fuente de inspiración para canciones y poemas; existen en varios países calles, avenidas, montes con su nombre, incluso uno puede visitar el pueblo Domingo Martínez de Irala en Paraguay; pero este bergarés sigue siendo aún un gran desconocido en Bergara y Gipuzkoa."