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19/05/2024

García III Sánchez el de Nájera


Rey de Pamplona-Nájera que dio un impulso a la Reconquista expandiendo Navarra hacia el sur, tomando Calahorra en 1045

 GARCÍA III SÁNCHEZ

García III Sánchez nació en 1012, en Atapuerca. Apodado "el de Nájera", fue rey de Pamplona desde 1035. Hijo de Sancho III Garcés de Pamplona y de Muniadona Sánchez de Castilla. Fue heredero del trono según la costumbre a la muerte de su padre, pues el primogénito Ramiro, que heredó Aragón, era hijo ilegítimo.

Fue un rey galante con las mujeres y en particular con Estefanía, a quien llamó su "dulce amante" y ponderó su elegancia, como en efecto se desprende de la miniatura del documento de la iglesia najerense.

También fue un rey muy generoso en sus dotaciones a los monasterios de su reino y, como buen cazador y buen guerrero, tenía una enorme afición por los caballos. Está documentado que uno de sus magnates, Aznar Íñiguez, profesó de monje en San Millán y dejó un precioso caballo castaño valorado en 500 sueldos, que adquirió el rey García a cambio de unas tierras. En el año 1042, realizó regalos a Leyre, a Santa María del Puerto, en Santoña, y a su fiel tutor Fortún Sánchez un monasterio cerca de Aoiz, en este caso a cambio de un magnífico caballo llamado Azaburu. En 1043, recibió como regalo del caballero Sancho Fortuñones un caballo negro azabache, espléndido y con silla, bocado y freno de plata. Le recompensó con una villa junto a Echarri y con su iglesia. También datada en 1043, hay una buena donación de tierras a San Millán de la Cogolla, en La Rioja.

Entre los monasterios, García tuvo siempre gran predilección por el de San Millán de la Cogolla, que se benefició de numerosas donaciones durante seis años. Cabe destacar entre ellas, la iglesia de Alesanco, el monasterio de San Miguel de Ubago y el de Cañas, el de San Cipriano en el río Arlanzón (1048), y el de San Félix de Oca (1049) con pastos, montes y aguas. Algunas de estas donaciones aumentaron el influjo del monasterio en tierras castellanas, es decir, de Navarra sobre Castilla.

Siguieron las donaciones a los monasterios de San Miguel de Pedroso, San Miguel de Vallejorit, Santa María de Guinicio y Quijera, Santa María de Monasterio. El monasterio de Sofuentes y la iglesia de Escó constituyen donaciones de García al monasterio de Leyre.

El 29 de mayo de 1050, asistió a la ceremonia de traslación de los restos del monasterio de San Millán de Suso al de San Millán de Yuso, que se levantó sobre un terreno más asequible y junto a él un hospital.

El 12 de diciembre de 1052, consagró el Monasterio de Santa María la Real de Nájera que había mandado construir unos años antes.

MONASTERIO DE SANTA MARÍA LA REAL DE NÁJERA

En cuanto a su política territorial, Gracía III expandió el Reino de Pamplona hacia el sur. Aprovechando la debilidad de los reinos de taifas, logró conquistar Calahorra en el 1045.

Además de recibir de Sancho el Mayor el reino patrimonial de Pamplona, heredó de su padre Álava y gran parte del Condado de Castilla (La Bureba, Trasmiera, Montes de Oca, Las Encartaciones y Castilla Vieja). Si bien para José María Lacarra estos territorios los dio Fernando a García por su ayuda prestada en la batalla de Tamarón, en la actualidad gracias a la documentación esta teoría de Lacarra se hace imposible ya que el nombre de García antes de la batalla de Tamarón ya aparece firmando los diplomas de Valpuesta, o en la documentación del monasterio de Valvanera y San Millán reinando en Oca y en la Bureba.

El propio García en 1044 y 1046 describió así el territorio donde gobernaba:
"Reinando el rey García, que mandó hacer esta escritura, en Pamplona y en Álava y en Castilla Vieja hasta Burgos y hasta Bricia, poseyendo también Cudeyo con su término en Asturias; su hermano Fernando rey en León y en Burgos..."

No es de extrañar que cuando García restauró el monasterio de Santa María del Puerto en Santoña, escribiese que García reinaba en Pamplona y Castilla, y Fernando en León y Galicia:
"En aquel tiempo cuando reinaba el rey García en Pamplona y en Castilla y su hermano Fernando rey de León y de Galicia..."

En el año 1037, cuando su hermano Fernando I de León solicitó su ayuda para combatir a su cuñado Bermudo III cerca del río Pisuerga, éste se la prestase, combatiendo los dos hermanos juntos contra el monarca leonés en la batalla de Tamarón, siendo vencido y muerto el último varón descendiente directo del duque Pedro de Cantabria. Debido al conflictivo reparto de las tierras castellanas estalló la lucha entre los hermanos Fernando y García, muriendo este último en la batalla de Atapuerca el 15 de septiembre de 1054.

SILLERÍA DE GARCÍA III EN EL MONASTERIO DE NÁJERA

García III de Pamplona se casó en 1038, en Barcelona con Estefanía de Foix, de la Casa de Cominges. Estefanía era la hija más joven de Bernardo I Roger de Carcasona, conde de Conserans, señor del País de Foix y conde consorte de Bigorra y de Garsenda, condesa de Bigorra. Con ella tuvo nueve hijos:

Sancho IV el de Peñalén (c. 1039–fallecido el 4 de junio de 1076), rey de Navarra, casado con Placencia de Normandía.

Urraca Garcés, señora de Alberite, Lardero y Logroño, casada hacia 1074 con el conde García Ordóñez (muerto el 30 de mayo de 1108 en la batalla de Uclés), señor de Nájera y Grañón.

Hermesinda Garcés (fallecida después del 1 de julio de 1110), casada con Fortún Sánchez, señor de Yarnoz y de Yéqueda. En 1076 acompañaba a su hermano Raimundo en Peñalén cuando éste asesinó al hermano mayor de ambos.

Ramiro de Pamplona (fallecido el 6 de enero de 1083), señor de Calahorra, de Torrecilla en Cameros y de Ribafrecha y sus villas. Casado con Teresa. Murió luchando por Alfonso VI de León, asesinado por los moros del castillo de Rueda de Jalón cuando estos simularon la rendición del castillo al rey de Castilla.

Fernando de Pamplona (fallecido en 1068), señor de Bucesta, Jubera, Lagunilla y Oprela, casado, según algunos tratadistas, con Nuña Íñiguez, hija de Íñigo López, conde y señor de Vizcaya y Nájera.

Ramón (Raimundo) de Pamplona el Fratricida (fallecido después de 1079), señor de Murillo y Agoncillo. Después del asesinato de su hermano y rey Sancho IV el de Peñalén, se refugió en Zaragoza con el rey moro Al-Muqtadir. Pudo ser el padre de Urraca Raimúndez.

Jimena Garcés de Pamplona (fallecida después del 27 de mayo de 1085), señora de Corcuetos (Navarrete), Hornos y Daroca.

Mayor Garcés de Pamplona (fallecida después de 1115), señora de Yanguas, Atayo y Velilla. No es probable que sea, por cuestión de fechas, la Mayor casada con el conde Guy II de Mâcon.

Sancha Garcés (fallecida en 1065), abadesa seglar de San Martín de Cuevagallegos, un poblado de Pancorbo.

Además, García III de Pamplona tuvo dos hijos bastardos, con madre o madres desconocidas:

Sancho Garcés, señor de Uncastillo y Sangüesa, casado con Constanza, quien pudiera ser la hija del primer matrimonio de Estefanía de Foix, y por tanto, su hermanastra aunque sin lazos de sangre. Su hijo, Ramiro Sánchez fue el padre de García VI, el Restaurador, rey de Pamplona.

Mencía Garcés (fallecida después de 1073), casada con Fortún Ochoa, primer señor de Cameros, señores ambos de Nalda, Leza y Jubera.

06/10/2023

Sancho III Garcés el Mayor


Rey de Pamplona durante el primer tercio del siglo XI, llegó a gobernar varios condados de los Pirineos y en el Condado de Castilla, por lo que fue llamado Rex Ibericus,Sancio rege Navarriae Hispaniarum, e Imperator totius Hispaniae

SANCHO III GARCÉS EL MAYOR

Sancho III Garcés, llamado el Mayor o el Grande, nació hacia 990, siendo rey de Pamplona desde alrededor del año 1004 hasta 1035.

Desde un punto de vista coronímico y socionímico, Sancho III fue un rey pamplonés, pero esa titularidad nobiliaria no indica su lugar de origen y procedencia, es decir, que fuese natural de Pamplona. El gentilicio "pamploneses" también tenía un significado social para identificar a la nobleza del reino, utilizando el término socionímico "navarros" para designar a la población campesina.

Por línea materna, Sancho III era hijo de una leonesa, Jimena Fernández, que a su vez era hija de los condes leoneses Fernando Bermúdez, de la casa de Cea, y de Elvira Díaz, de la casa de Saldaña.

Por línea paterna también abundaba la sangre castellana, pues aunque Sancho III era hijo del rey pamplonés García II Sánchez el Temblón (994-1000), también era biznieto de Fernán González (933-970), primer conde de Castilla, y nieto de la infanta castellana Urraca.

Por tanto, desde el sentido etnonímico de su origen y pertenencia, tres de sus cuatro abuelos no eran vascones. Y de sus ocho bisabuelos, todos conocidos, uno era aragonés, dos eran navarros y cinco leoneses. Esto fue así porque la dinastía Jimena, que reinaba en Pamplona desde el año 905, había seguido una política matrimonial de enlaces con sus vecinos, particularmente los reyes de León y los condes de Castilla. Por eso, este rey fue crisol de dinastías hispánicas.

Todo lo contrario sucedió con Abderramán III, que tuvo una madre vascona y su padre también, de tal manera que tres de los cuatro abuelos del primer califa de Córdoba eran vascones, es decir, todo lo contrario a lo sucedió con Sancho III, demostrando una vez más la irrelevancia del origen étnico para ser el legítimo titular de un reino.

SANCHO III GARCÉS

Su reino estaba formado por varias unidades territoriales:

1. la Navarra primordial, entre los años 1000-1035, origen del Reino de Navarra y centro de la monarquía. Incluían los territorios viejos del reino en torno a su capital Pamplona, llegando hasta el Pirineo navarro al norte.

2. la Rioja y Rivera navarra, que incluía probablemente La Rioja alavesa, integrada en el Reino de Navarra hasta el siglo XV, arrebatada a Al-Ándalus en la primera mitad del siglo X. Se trata de una nueva zona llana incorporada y ganada por sus antepasados a los Banu-Qasi.

3. el Condado de Aragón, entre los años 1000-1035, limitado entonces a los valles más occidentales y septentrionales de la región a la que ha dado su nombre, unido durante el siglo X mediante una vinculación personal, consecuencia de una herencia, al Reino de Pamplona y que conservaba su autonomía.

TENENCIAS DEL REINO DE PAMPLONA HASTA 1035

Cuando García II murió en el año 1000, el legítimo heredero, Sancho III tan sólo tenía ocho años. Siendo menor de edad, su madre Jimena Fernández y su abuela Urraca de Castilla dirigieron la política del Reino de Pamplona en una regencia. Durante los años 1000 y 1004, la regencia pasó a cargo de su tío materno Sancho Ramírez, quien fuese primo carnal de García II, pero ahora con el título de rey interino.

Con tan sólo doce años, Sancho III fue coronado, pero en la práctica el gobierno efectivo de los primeros años correspondió a su madre y su abuela, que le introdujeron en los intereses de la política de León y de Castilla. Estos precedentes sentaron las bases del interés que posteriormente mostró Sancho III para vincular el Reino de León y el Condado de Castilla a la Monarquía de Pamplona. Su primer acto de relación fue el matrimonio con la hija primogénita del conde Sancho García, Muniadona, efectuado hacia 1010, abriendo posibilidades sobre el control sobre del condado. Esta unión condicionó todo su reinado y la herencia que dejó, ya que las familias reinantes de los reinos de Navarra, Castilla, León y Aragón mantendrían su origen en el mismo antepasado, Sancho III.

En el 1016, Fortún Ochoa de Cameros en representación de Sancho III de Pamplona, y Nuño Álvarez de Bureba en el de Sancho García, establecían mediante acuerdo y conveniencia los límites entre el ambas entidades políticas en el tramo riojano-soriano, frontera que arrancaba desde el monte San Lorenzo hasta Garray. Concluyendo a favor del reino pamplonés las disputas sobre el control de la zona riojana de San Millán de la Cogolla, donde Castilla tenía gran influencia desde los tiempos de Fernán González, como se puede comprobar en la documentación del monasterio.

En el 1017, Sancho García de Castilla moría, quedando vacante su puesto. Su heredero legítimo García Sáncheztan sólo contaba con siete años de edad, lo que propició la intervención de Sancho III. Cuestionado por muchos nobles castellanos y por el rey leonés Alfonso V, Sancho III apoyó a su cuñado García Sánchez. Este ganó el condado y Sancho III adhesiones dentro de Castilla. Durante esta actuación, Sancho III se vio momentáneamente frenado por la actuación de al-Mundir, máximo gobernador de Zaragoza. Esta intervención y tutela política sobre el Condado de Castilla fue más fácil cuando Alfonso V de León murió en 1028, siendo su heredero Bermudo III menor de edad para reinar. Aprovechando la coronación de este rey leones, Sancho III medió para que se casara con una de sus hijas, Jimena, de esta forma establecía una nuevo vínculo de parentesco entre ambas dinastías.

SANCHO III GARCÉS EL MAYOR

En el 1028, García Sánchez ya era mayor de edad para gobernar, pensando en la opción más beneficiosa para Castilla solicitó la unión matrimonial con Sancha, hermana del rey Bermudo III de León. Cuando las nupcias se encontraban a punto de celebrase, los Vela, una familia de magnates alaveses enemistados con el linaje dominante en Castilla, asesinan al conde castellano García en presencia de su prometida y del propio rey Sancho III. De nuevo intervino el pamplonés en la resolución de aquella situación, casando a su hijo Fernando con la joven leonesa.

De esta manera tan peculiar se fue construyendo el futuro Reino de Castilla y Sancho III vinculando este condado bajo la órbita de influencia del Reino de Pamplona, a través de los derechos de su esposa Muniadona, la hermana del conde muerto, convirtiéndose en conde de Castilla en 1029. Aunque es verdad que quiso delegar el gobierno en su hijo Fernando, un niño todavía en aquel año, y que se convertiría en el futuro primer rey de Castilla.

Desde 1030, estuvo rigiendo sobre las tierras del Condado de Cea: "Regnante rege Sanctio in Ceia et rege Ueremudo in Legione". Este territorio además entraba dentro de su influencia, ya que la madre de Sancho III era hermana del conde de Cea, Pedro Fernández, muerto alrededor del año 1028.

Al final de su vida, en 1034, ejerció el poder sobre León, llegando militarmente sobre Astorga y León. El 21 de diciembre de aquel año, restauró la sede palentina encomendando al obispo Ponce la organización de la misma.

Sancho III fue prohijado por algunas viudas castellanas, como doña Goto y doña Oneca que le hicieron donación a título privado de sus cuantiosos patrimonios, los años 1028 y 1031. Esta práctica algo habitual sirvió para acrecentar el poder de Sancho III en el Condado de Castilla.

En la escritura de sus documentos utilizó el romance navarro-aragonés más que el euskera, y dejó que esta lengua se perdiera en tierras de La Rioja, de Álava y de la Ribera navarra convirtiéndola en una lengua tan vasca como el euskera hace ya siglos.

No fue la lengua castellana la que recortase el uso de la lengua euskalduna en Euskal Herria, ya que el Condado de Castilla tan sólo era una pequeña entidad nacida del impulso navarro, sino los reyes de Navarra. Así lo explicaba fray Bernardino de Estella, este historiador escribió que los euskaldunes reyes navarros "se dieron mucha prisa en adoptar la lengua castellana para redactar sus documentos, adelantándose unos 60 años a los mismos reyes de Castilla".

ALEGORÍA DEL TESTAMENTO DE SANCHO III GARCÉS

Bajo su mandato, el Reino cristiano de Nájera-Pamplona alcanzó su mayor extensión territorial, abarcando casi todo el tercio norte peninsular, desde Astorga hasta Ribagorza. De hecho, Sancho III pretendió la unificación de los estados cristianos peninsulares, bien por vínculos de vasallaje, de matrimonio o bajo su propio mando.

Reforzó las posiciones de la Rivera riojana. A comienzos de su reinado, tanto el poder regio como importante monasterios como el de Leyre, Albealda o San Millán, cumplían un importante papel en las riberas del del Ebro como motores de repoblación y de organización agraria y del espacio rural. Fijó Nájera como su residencia principal y la añadió por primera vez a la titulación de los reyes de Pamplona. Esta predilección alcanzó su apogeo con su hijo García III Sánchez el de Nájera.

Gracias a su vinculación al Reino de Castilla, incorporó a su reino los territorios vascongados: las tenencias de Álava y de Guipúzcoa, y el Señoría de Vizcaya.

Intervino en los Condados de Sobrarbe y Ribagorza, que fueron anexionados al Reino de Pamplona, o en situación de subordinación semejante a la que ya tenía el Condado de Aragón. El Condado de Sobrarbe, asolado por el Califato, fuer incorporado al reino de Pamplona hacia 1015. A la muerte del conde ribagorzano Guillermo Isárnez, en 1017, Sancho III consiguió el poder del Condado de Ribagorza, en base a que su esposa Muniadona era su legítima heredera como nieta de Ava de Ribagorza. El resto del territorio ribagorzano en base al reparto de 1010, fue incorporado por el rey de Pamplona hacia 1025.

Haciendo valer sus intereses como descendiente de Dadildis del Pallars, no dominó pero si ejerció influencia en el Condado de Pallars, que hacia 1011 se había dividido en dos, Pallars Jussá y Pallars Sobirá, este último en la cuenca alta del río Noguera-Pallaresa. Además, consiguió el vasallaje del Condado de Barcelona.

También incorporó el Vizconado de Labort, entre los años 1021 y 1023, tras el apoyo al conde de Gascuña, Sancho Guillermo, en su lucha contra el Condado de Toulouse. Y tras morir sin descendencia este, en octubre de 1032, trató de extender su autoridad sobre el Condado de Gascuña, la antigua Vasconia ultrapirenaica comprendida entre los montes Pirineos y el río Garona, aunque finalmente gobernó Eudes.

FRONTERA DE ARAGÓN, SOBRARBE Y RIBAGORZA CON SANCHO III GARCÉS

Sancho III organizó el Camino de Santiago, que años antes ya fijó la ruta el eclesiástico Domingo de la Calzada, pero Sancho modificó dicha ruta haciéndola pasar por Nájera, su lugar de residencia. El Camino de Santiago fue establecido por Sancho III como una manera de vertebrar los diferentes reinos cristianos hispánicos, y como una vía de europeización y modo de introducir nuevas culturas, lo que supuso un inmenso aporte económico y cultural en los siguientes mil años. Los peregrinos trajeron nuevas ideas, estilos artísticos modernos y cambios eclesiásticos.

El inicio de su reinado coincidió con el fin del Califato de Córdoba, iniciado a la muerte de Almanzor en 1002 y terminado con el principio de los reinos de Taifas o lugartenencias. Mientras que Al-Ándalus se desvertebraba y dividía, Sancho III pretendió la unificación de los todos los territorios cristianos hispánicos, bien por vínculos de vasallaje o bajo su propio mando, generando una política de intereses comunes.

Años más tarde, pero todavía en el siglo XI, el nieto de Sancho III e hijo de Fernando de Castilla, Alfonso VI, continuó esta labor europeizante y vertebradora de los reinos cristianos peninsulares que empezó su abuelo Sancho. Destacó en tres aspectos:

1. el sometimiento de todas las taifas a un régimen de parias o tributos. Si antes los cristianos pagaban tributo a los islámicos, los hijos de Sancho III fueron los que percibían parias de los reinos de taifas, lo que devolvió a los reinos cristianos conciencia de unidad.

2. la integración plena de los reinos cristianos peninsulares en la reforma gregoriana, que significaba la consolidación de la europeidad. Bajo su reinado se introdujo en la península el rito romano, olvidando el mozárabe, y los monasterios empezaron a someterse a la autoridad de Cluny. Rectificó la Ruta de Santiago enviándola por lugares más accesibles en vez de seguir el viejo trazado por sendas norteñas.

3. la devolución a musulmanes y judíos del estatus de religión lícita, aunque sin sobrepasar los límites de una tolerancia.

Sancho III devolvió la idea neogótica "del imperio y del emperador". De su reinado partieron los Reinos de Castilla y de Aragón y él fue por consecuencia el fundador de las dinastías que reinaron, tanto en Castilla como en Aragón. El verdadero sentido de su reinado surgía como uno de los primeros conceptos de una España unificada.

Si en la ascendencia dominó abrumadoramente la sangre no vascona, su descendencia controlaría todos los tronos de la España cristiana. Su reinado sentó las bases para que durante un siglo todos los reyes hispano-cristianos descendieran de Sancho III por línea paterna (dinastía navarra).

Durante el reinado de Sancho III se aprecian los primeros síntomas de una expansión económica, política y cultural de la Plena Edad Media, iniciándose un proceso de europeización y vertebración de los reinos cristianos de España que terminaron sus descendientes. Este reino fue en 1034 una de las potencias cristianas más importantes de Europa occidental.

TERRITORIOS CONTROLADOS POR SANCHO III GARCÉS

Sancho III se convirtió, a principios del siglo XI, en el primer gran europeizador de los reinos cristianos hispánicos que, hasta entonces, habían estado influidos por su herencia hispano-visigoda y el esplendor de al-Ándalus. El rey pamplonés establece contactos culturales con la cristiandad europea.

Con la Iglesia del condado de Cataluña mantuvo contacto a través de abad de Ripoll, Oliba. La relación con la abadía de la Orden del Cluny también fue muy próspera. Los Cluny lideraron el proceso de reforma de la Iglesia, Oliba supo integrar el espacio español dentro de la reforma gregoriana, que creaban las bases de la europeidad. Oliba mostraba igualmente empeño en extender los movimientos de Paz y Tregua de Dios, demostrando que los reinos españoles contaban con una base jurídica común, que se adaptaba a las nuevas circunstancias marcadas por el Fuero de León y la maduración de las costumbres en Cataluña.

Sancho el Mayor abrió sus territorios a influencias europeas. Gracias a dicha reforma gregoriana, incorporó a sus reinos la cultura cluniacense, atrayendo a sus dominios a la Orden de Cluny, lo que supuso la implantación del latín en los rituales eclesiásticos, en sustitución del ritual mozárabe vigente hasta entonces.

Posibilitó la introducción del románico francés en la arquitectura de catedrales, monasterios e iglesias como de Silos, de Santiago, o de Pamplona. La catedral de esta última ciudad fue restaurada, en cuyo decreto de restauración habla de "nuestra Patria, España". Bajo su gobierno comenzó a construirse la primera catedral románica, la de Palencia.

A partir de 1025, introdujo en los monasterios del Reino de Pamplona la regla benedictina, imperante en la Europa carolingia, que conoció al ocupar el condado de Ribagorza. Además fomentó la llegada de clérigos catalanes a sus monasterios gracias a su especial vinculación con el abab Oliba.

Fue el primer monarca hispano en viajar al extranjero y entrevistarse con un rey foráneo; también mantuvo importantes relaciones diplomáticas con señores norpirenaicos y con el Papado.

Fomentó la peregrinación a Santiago de Compostela, que constituyó uno de los elementos fundamentales del proceso de europeización. La Historía Silense señala que "puso en mejor circulación el camino de Santiago, puesto que antes los peregrinos tenían que rodear por Álava por miedo a los árabes". Este trasladó el itinerario de la Ruta Jacobea más al sur, pasando por Estella, Los Arcos, Viana, Logroño y Nájera, tal y como se recorre en la actualidad.

CAMINO DE SANTIAGO POR TIERRAS DE CASTILLA Y NAVARRA

Antes de morir Sancho III, en 1035, dividió sus territorios entre sus hijos, dejando en el testamento un reparto más o menos equitativo del territorio según el derecho navarro:

García III de Nájera, como conde de Pamplona-Nájera y primogénito, heredó el Reino de Pamplona, algunas tierras de Aragón, la tenencia de Álava y buena parte del Condado de Castilla (La Bureba, Montes de Oca, Trasmiera, Encartaciones y Castilla Vieja).

Ramiro, como conde de Aragón, se hacía con el control del Condado de Aragón, que se convirtió también reino.

Gonzalo, conde de Segorbe y Ribagorza, reinó en estos señoríos pirenaicos y otros puntos distantes de Aragón. En 1039, fallecía Gonzalo dejando oportunidad a su hermano Ramiro para ampliar las fronteras de un Reino de Aragón cada vez más sólido, que no se conformaba con los primigenios reductos montañeses atreviéndose a bajar al llano dominado todavía por los musulmanes.

Fernando I, como conde de Castilla, obtuvo un mermado Condado de Castilla (la zona burgalesa hasta el Duero), convertido en Reino. Había sido gobernador de estas tierras por delegación de su padre, hasta 1035, desde entonces rey de Castilla, pero contando con la oposición del todavía rey leonés Bermudo III. La pugna se resolvió a unos 20 kilómetros de Burgos, en un paraje llamado Tamara o Tamarón, donde los castellanos derrotaron a los leoneses en septiembre de 1037; en el mismo campo de batalla moría Bermudo III y se impulsaba definitivamente el Reino de Castilla y León.

TERRITORIOS DE SANCHO III GARCÉS

De este reparto surgió la nueva estructura política de los siglos XI y XII, con los reinos de Navarra, Aragón, Castilla y León. La Reconquista cobraba una insospechada dimensión añadiendo a esto la disgregación en pequeños reinos de taifa del Califato de al-Ándalus.

Su lugar de enterramiento aún constituye objeto de controversia, puesto que tanto el burgalés Monasterio de San Salvador de Oña como el leonés Panteón de los Reyes de San Isidoro tienen tumbas que afirman corresponden a este monarca, y fuentes escritas que documentan ambos.

Aun así, la mayoría de los historiadores consideran que Sancho está enterrado en monasterio abacial de Oña, donde habían sido sepultados los últimos condes castellanos. Este templo fue construido durante su reinado, en el 1011, de gran belleza y riqueza, tiene 80 metros de largo y 20 de altura.

En la Capilla Mayor se conserva la arqueta de oro y plata con los restos de San Íñigo el benedictino, al que el rey de Pamplona ordenó marchar de San Juan de la Peña a Oña para ordenar y dirigir la construcción del monasterio. El sarcófago del rey Sancho III Garcés posee los escudos de sus reinos, es decir, Navarra, Castilla y Aragón. También figura el nombre de Sancho Abarca, en recuerdo sin duda de su antecesor, el rey Sancho "Abarca".

A su lado el sarcófago de su esposa, la reina Munia o doña Mayor, la que organizó bajo su mandato la construcción del puente de Puente la Reina y de la iglesia de Fromista, ambos en el Camino de Santiago.

MONASTERIO DE SAN SALVADOR DE OÑA

Sancho III realizó el primer Imperio Hispánico cristiano durante la Reconquista y fue denominado Rex Ibericus, Hispanis Rex, Rex Navarrae Hispaniarum, y llegó a utilizar el título de Emperador al ocupar León.

Rex Hispaniarum, "Rey de las Españas" es el título que aparece, por ejemplo, en el acta de traslación de su cuerpo a San Millán, el 14 de mayo de 1030. Al igual que Alfonso III de León, que se autodenominó Imperator Totius Hispaniae, el objetivo de los reyes navarros, compartida con otros reyes peninsulares, no era construir un Estado vasco sino reconquistar España, la Hispania sometida en esos momentos a los invasores islámicos. Buena prueba de ello es que llegó a acuñar moneda en Nájera con el título con dicho título: Imperator Totius Hispaniae. No era un título de emperador al estilo romano, pues esa titularidad correspondían al Sacro Imperio y Bizancio en Oriente, sino como el soberano de los reinos españoles, rey sobre reyes y condes cristianos peninsulares. A pesar del precedente de Alfonso III sin continuidad, Sancho III inauguró este título de "rey de España"; sus sucesores repitieron hasta hacerlo habitual durante dos siglos.

Los reyes pamploneses emparentaron con aragoneses, asturianos, leoneses y castellanos en un intento de hacer avanzar la empresa reconquistadora común. Era un rey navarro el que en el decreto de restauración de la catedral de Pamplona se refería a "nuestra patria, España" hace poco menos de un milenio. A los reyes hispano-visigodos Witiza y Rodrigo los denominó "nuestros predecesores y antepasados". Por lo tanto, Sancho III el Mayor se definía a sí mismo como emperador de las Españas y heredero de los visigodos. Y se definía "el Mayor" o "el Grande" como era norma entonces, un término que se había aplicado a Carlomagno (Carlos el Grande, o Carlos el Mayor) y a algunos de los Papas.

Existe una moneda atribuida a su reinado con la inscripción Imperator acuñada en Nájera. Pero dicha moneda sería un ejemplar único y actualmente es considerada posterior a Sancho III, tratándose de una emisión del reinado de Alfonso VII de León. Por tanto, también hay historiadores que creen que el título de imperator carece de fundamento.

Al final de su vida era llamado Sancius rex in Aragone et Pampilonia, in Suprarbi et in Ripacorga, in Nagera et in Castella et in Alava.

SANCHO III GARCÉS EL MAYOR

Un eclesiástico contemporáneo suyo fue Oliba, el abad de Ripoll, suprema autoridad religiosa en aquellas tierras y personaje de gran prestigio intelectual. En una carta que le escribió en el 1030, este abad catalán calificó a Sancho III como Rex Ibericus, que significa "Rey de toda Iberia", título simbólico y honorífico en representación a su enorme conjunto territorial.

Otro eclesiástico catalán, Bernardo, que fue elevado por el rey pamplonés a la dignidad de obispo de Palencia, escribió, al narrar la historia de la sede palentina, que el monarca navarro "mereció justamente ser llamado rey de los reyes españoles".

Por el mismo tiempo, un cronista francés llamado Rodulfus Glaberle definía como Sancio rege Navarriae Hispaniarum que significa "Sancho, rey navarro de las Hispanias", que extendió su autoridad al total de los reinos cristianos de la península.

Cuando en 1034, Sancho III fue coronado con el título de rey de León se hizo llamar Rex Dei gratia Hispaniarum, que significa "por la gracia de Dios, rey de los españoles" y lleva implícito que su reinado es sobre todos los reinos cristianos ibéricos independientes. En los documentos del burgalés monasterio de Oña, donde fue enterrado junto a los últimos condes castellanos, se le llamó Sancius, Gratia Dei, Hispaniarum Rex.

La acepción Dei Gratia, algo usual en la práctica francesa, viene a significar que su derecho a reinar tiene un origen divino. Y es que se le atribuye a Sancho III la introducción en España de la fórmula de "rey por la gracia de Dios", consecuencia de la teoría paulina del origen divino del poder y llamada a tener una gran trascendencia.

El calificativo de "mayor" apareció por primera vez en una biografía de Santo Domingo de Silos, escrita en 1089-1091. Su autor se refiere a García III Sánchez como Filius Sancii regis Maioris. "Hijo del rey Sancho el Mayor".

Sólo los autores árabes le dieron el título de Malik al-Bashkunsh, rey de los vascones, reutilizando una denominación étnica arcaica procedente de los autores clásicos.

Desde Galicia hasta el Condado de Barcelona, jamás un rey hispánico cristiano había alcanzado tanto poder desde tiempos del Reino Hispano-visigodo.

MONASTERIO DE SAN SALVADOR DE LEIRE


14/07/2022

García II Sánchez el Temblón


García II Sánchez mantuvo una alianza político-militar con el conde Sancho García de Castilla y el rey Alfonso V de León para frenar el empuje hostil del Califato de Córdoba. Se enfrento a Almanzor en la batalla de Peña Cervera, en el año 1000.

GARCÍA II SÁNCHEZ EL TEMBLÓN

García II Sánchez, hijo de Sancho II Garcés Abarca y de Urraca Fernández, fue rey de Pamplona durante un breve periodo, desde 994 hasta 1000. Fue denominado el Temblón o el Trémulo por los nervios y temblores que sufría en el momento previo a entrar en lucha armada. Continuó de la política de alianzas con los reinos cristianos hispánicos que había comenzado su padre.

Su reinado coincidió con el del califa cordobés Almanzor, de quien quiso romper cualquier relación de sometimiento. Ese fue el motivo por el que al poco de alcanzar el trono, Pamplona sufrió el asedio del Ejército califal procedente de San Esteban de Gormaz durante cinco días, en julio de 994. Solo entonces García II se vio obligado a formar un pacto de sumisión, entregando hasta cincuenta rehenes de la nobleza pamplonesa, para evitar cualquier intento de rebelión.

En el 997, una expedición de saqueo por tierras de Calatayud organizada por un grupo de caballeros dio muerte al hermano del gobernador de esa ciudad vasalla del Califato. Esto consiguió que Almanzor diese orden de ejecutar a los cincuenta rehenes cristianos que permanecían presos en su palacio. Además, en 999, una nueva expedición de castigo arrasó la ciudad de Pamplona.

García II nunca se rindió, y mantuvo su alianza político-militar con el conde Sancho García de Castilla y el rey Alfonso V de León para frenar el empuje hostil de Córdoba.

En el año 1000, esta coalición estuvo muy cerca de derrotar a Almanzor en la batalla de Peña Cervera, en el valle medio del Duero, (Burgos). Finalmente, no pudieron impedir que el Ejército del caudillo andalusí se dirigiera hacia Navarra, tomando la fortaleza de Estella y el Monasterio de Santa Cruz.

Pocos meses después de esta contienda, falleció García II Sánchez, sucediéndole en el trono pamplonés su hijo Sancho III Garcés el Mayor en 1004. Durante este periodo de cuatro años, detentó la potestad regia Sancho Ramírez de Viguera, primo de Sancho II y nieto de García I Sánchez, además se reedito la alianza político-militar entre pamploneses, castellanos y leoneses para enfrentarse a las tropas de Almanzor en la batalla de Calatañazor.

GARCÍA II SÁNCHEZ EL TEMBLÓN

García II había casado con Jimena Fernández, hija de Fernando Bermúdez, conde de Cea, cuyos hijos fueron:

Sancho III Garcés fue el sucesor al trono pamplonés

Urraca Garcés fue reina de León por su matrimonio con Alfonso V

Elvira Garcés

García Garcés

18/11/2021

Sancho II Garcés Abarca


Primer rey que se tituló de Navarra, mantuvo alianzas políticas y militares con los reyes cristianos hispánicos para luchar contra Al-Hakam II y Almanzor

Sancho Abarca Garcés rey Navarra Pamplona
SANCHO II GARCÉS ABARCA

Sancho II Garcés Abarca era hijo del rey pamplonés García I Sánchez y de Andregoto Galíndez, hija del conde de Aragón, Galindo II Aznárez.

Conocido como Sancho Abarca, fue rey de Pamplona entre los años 938 y 994. Aun siendo menor de edad, se le encomendó la tenencia del Condado de Aragón que gobernó junto a su tutor Fortún Jiménez. Al alcanzar la mayoría de edad, gobernó el condado como regulus
aunque siempre bajo la autoridad de su padre el rey de Pamplona. Cuando se coronó rey de Pamplona, tuvo que encomendar la gobernación de Aragón a su madre Urraca, primero, y a su hermano Gonzalo Sánchez, después. El rey necesitaba controlar todo el reino delegando el gobierno a alguien de su máxima confianza, como eran los miembros de la familia real, y estos gobernantes a su vez debían concentrar todos sus esfuerzos en el área concreta asignada.

Con motivo de la donación de la villa de Alastue hecha por el rey de Pamplona al Monasterio de San Juan de la Peña en 987, se tituló rey de Navarra, siendo el primero que usó este nombre: "reinando Yo, D. Sancho, rey de Navarra, en Aragón, en Nájera y hasta Montes de Oca...". En esta época los Reinos de León, Pamplona y el Condado de Castilla estaban unidos por lazos familiares; la Monarquía pamplonesa sostenía a Ramiro III de León, menor de edad.

Además mantenía una superioridad sobre su hermano Ramiro Garcés Abarca, controlando, a través de este, el Reino de Viguera y las conquistas dinásticas en La Rioja. Los diplomas de la época explicaban la relación jerárquica que relacionaba a ambos: "regnante… príncipe nostro Sancio in Pampilona, et sub illus imperio frater eius Ranimiro in Vekaria et in Leza".

En septiembre de 971, envió embajador al Califato de los Omeyas de Córdoba para entrevistarse con Al-Hakam II. Junto al representante pamplonés coincidieron embajadores de León, Burgos y Monzón, tratando de renegociar las fuertes exigencias califales.

La embajada pamplonesa estaba encabezada por Velasco, gobernador de Nájera, que no llegó a ningún acuerdo. Un mes después, Jimeno, el hermano del rey, consiguió un nuevo acuerdo, pero quedándose allí como cautivo para garantizar el cumplimiento de lo pactado por parte de sus parientes.

SANCHO II GARCÉS ABARCA

En 975, Sancho Abarca apoyó al Ejército de Castilla en su intento de tomar el castillo de Gormaz, pero fueron derrotados en los campos de batalla por el general cordobés Ghalig. Y nuevamente la expedición de Sancho Abarca fue derrotada en Estercuel (Teruel) por el ejército del valí de Zaragoza, Abd al-Rahman al-Tuyibí, cuando este se dirigía a Gormaz para apoyar al ejército cordobés.

A pesar del correctivo sufrido por los sarracenos, el rey Sancho II y el conde castellano García Fernández continuaron su alianza. Cuatro años más tarde, en el 979, ambos magnates marcharon en una expedición conjunta por tierras de Soria y Guadalajara. Las buenas relaciones eran fluidas entre ambas familias tanto en lo político como en lo militar.

Cuando murió Al-Hakam II en el año 976, le sucedió su hijo Hixam II, tutelado por Almanzor, un hayib, especie de primer ministro con ansias de poder que no dudó en conspirar contra el mismo califa. Era tan peligrosa su posible llegada a poder califal que Sancho Abarca continuó estableciendo colaboraciones políticas y militares con los reinos cristianos peninsulares.
Almanzor consiguió derrotar en Torrevicente (Soria) al califa Hisham II, a su gran general Ghalib, e incluso a Ramiro de Viguera, que dirigía las fuerzas cristianas. Una semana después, Almanzor volvía a derrotar a los cristianos en Rueda (Valladolid), esta vez de forma rotunda, reafirmando su poder en Córdoba. Las tropas de Almanzor vencieron en 981 a los cristianos en Torrevicente, al sur de Soria, después en Rueda, a 12 km de Tordesillas, y por último en Tarancueña, cerca de Osma.

También en 983 los ejércitos del conde castellano García Fernández, del rey leonés Ramiro III, y del navarro Sancho Garcés se enfrentaron con las tropas de Almanzor en la batalla de Simancas, donde fueron derrotados y murieron luchando muchos cristianos.

La muerte alcanzó a Ramiro III de León, poniendo en riesgo la capacidad defensiva de su aliado el Reino de Navarra. Almanzor aprovechó la situación para organizar otra expedición saqueadora por tierras del río Ebro. Tras destruir y someter todo lo que encontraba a su paso, hizo firmar al rey pamplonés un tratado bastante humillante que consistía en la entrega de su hija Urraca para su harén. Más tarde, nacería Abd al-Rahman Sanchuelo, hijo de Urraca y Almanzor.

BATALLA DE SIMANCAS

A pesar de esta relación familiar entre ambos estados, Almanzor continuó saqueando las tierras del norte peninsular verano tras verano. Cualquier duda en la conducta de sumisión al califato se traducía en una expedición punitiva inmediata. Del total de 52 aceifas que se organizaron bajo el califato de Almanzor, 9 se desarrollaron en tierras navarras. En una de ellas murió uno de los hijos del rey, 
Ramiro Sánchez. La aceifa más terrible fue la del año 992: Almanzor tomó la fortaleza de Uncastillo, cruzó toda Navarra asolando las tierras y atravesó los Pirineos llegando a Gascuña.

Esta arrolladora demostración de poder militar hizo que Sancho Abarca mostrara vasallaje a Almanzor en persona. Así encabezó una misión diplomática a Córdoba, llegando a la ciudad el 4 de septiembre de 992. Después de entregar cuantiosos regalos para el victorioso Almanzor pudo pactar con él. Estando en la corte del califa, se encontró con su hija Urraca, también llamada Abda, a quien había entregado como esposa a Almanzor en 982 y que le había dado un hijo, Abd al-Rahman Sanchuelo, heredero al Califato de Córdoba. Antes de emprender el viaje a Pamplona, entregó a su hijo Gonzalo Sánchez como rehén para dar seguridades a Córdoba de una actitud de sumisión, regresando en 993.

En esos tiempos León sufría un guerra civil y Castilla se recomponía como podía de las sucesivas acometidas cordobesas, por lo que Sancho II busco protección en Gascuña. Allí, el conde Guillermo Sancho estaba casado con Urraca, la que fuese anteriormente esposa de Fernán González de Castilla. 

Fundó el Monasterio de San Andrés de Cirueña en 972 y el 24 de noviembre de 978 se encontró en la fundación del Infantazgo de Covarrubias, creado por los condes de Castilla García Fernández y su esposa Ava para su hija, Urraca, sobrina de la esposa del rey Sancho, Urraca Fernández con quien había casado, posiblemente, en 962, hija de Fernán González y de Sancha de Pamplona. Antes de 950 Urraca había estado casada con Ordoño III de León y en 956 casó con el futuro Ordoño IV el Malo, de quien se separó.

Sepulcro Sancho Garcés Abarca monasterio de Santa María Nájera
TUMBA DE SANCHO II GARCÉS ABARCA

En 994, falleció unos meses antes que lo hiciese el conde castellano García Fernández, y fue enterrado en la iglesia del monasterio de Santa María la Real de Nájera (La Rioja). A sus pies se halla el panteón real en el que están enterrados varios reyes de Pamplona y de León.

De su matrimonio con Urraca Fernández nacieron:

García II Sánchez el Temblón, rey de Pamplona, casado con Jimena Fernández.

Gonzalo gobernó el condado con el título de regulus y bajo una "pequeña corte condal de caballeros de la tierra".

Urraca la Vascona fue entregada por su padre en 982 a Almanzor, adoptó el nombre árabe Abda, teniendo un hijo con el califa, Abderramán Sanchuelo.

Ramiro murió en 992.

22/03/2021

García I Sánchez


Segundo rey de Pamplona de la dinastía Jimena, continuista de la política de alianzas con el Reino de León

GARCÍA I SÁNCHEZ


García I Sánchez nació en 919, y su reinado abarcó desde 925 hasta su muerte en 970. Fue hijo de Sancho I Garcés y de Toda, nieta del rey Fortún Garcés, por tanto, fue el segundo rey de Pamplona de la dinastía Jimena.

A la muerte de Sancho I Garcés, en 925, le heredó su hijo García Sánchez, a los seis años de edad, bajo la tutela de su tío Jimeno Garcés, cuya muerte provocó una crisis por el control de la tutoría. Gracias a la intervención de su madre la reina Toda y a la mediación de Abderramán III, la situación quedó controlada.

Después de ser mayor de edad, en 933, asumió la tutela de Andregoto Galíndez, su prometida y por consiguiente el gobierno del Condado de Aragón, ya que era hija de los condes aragoneses Galindo II Aznárez y Sancha Garcés. Aznárez no había tenido hijos varones legítimos, por lo cual el Condado de Aragón lo heredó su hija Andregoto y después su hijo Sancho II Garcés. Este matrimonio fue anulado antes de 943, retirándose Andregoto a sus tierras de Aybar, donde falleció después de 971. Pero esta unión matrimonial daría lugar a la posterior unión de Aragón y Pamplona.

La intervención de la reina madre Toda en los asuntos de gobierno influyó para que el Reino de Pamplona alcanzase una posición relevante entre los reinos cristianos en los años venideros. Tres de sus hermanas estuvieron casadas con reyes leoneses: Urraca con Ramiro II, Sancha con Ordoño II y Onneca con Alfonso IV. Por esta causa, los navarros intervinieron en las guerras civiles del Reino de León. Al morir Ramiro II, los navarros mediaron, ayudando la reina Toda a su nieto Sancho II Garcés para ocupar el trono y, después, cuando Sancho fue expulsado por su otro nieto Ordoño el Malo, la reina madre intercedió para que Abderramán ayudase a Sancho II a recuperarlo.

En 939, participó en la coalición formada por Ramiro II de León, Fernán González y tropas asturianas y gallegas, que obtuvieron una gran victoria sobre las de Abderramán III en la batalla de Simancas.

En 953, ofreció junto a su madre Toda al monasterio de San Martín de Albelda (La Rioja) la villa Bagibel, situada en los montes de Cameros, primera vez que apareció escrita esta denominación geográfica.

En 961, tomó parte en las disputas entre el Condado de Castilla y el Reino de León y apresó a Fernán González, conde de Castilla, pero se negó a entregarlo a los musulmanes.

En 963, formó una alianza cristiana contra Alhakén II y fue derrotado por los musulmanes.

Murió en 970, siendo sepultado en el pórtico de la pequeña iglesia de San Esteban, en el castillo de Monjardín.

GARCÍA I SÁNCHEZ


García I Sánchez tuvo tres hijos con Andregoto Galíndez:

Sancho II Garcés Abarca fue el legitimo heredero rey de Pamplona y conde de Aragón.

Urraca Garcés casó con Fernán González, conde de Castilla, y en segundas nupcias con Guillermo Sánchez, conde de Gascuña.

Toda Garcés

Se casó por segunda vez alrededor de antes de 943 con Teresa Ramírez, hija del rey Ramiro II de León y de Adosinda Gutiérrez, naciendo de este matrimonio:

Ramiro Garcés fue primer rey de Viguera, que murió en 981 luchando contra Almanzor.

Jimeno Garcés estuvo como rehén en Córdoba.

17/06/2020

Sancho I Garcés


Primer rey de Pamplona de la dinastía Jimeno, entre los años 905 y 925, y vencedor en la batalla de San Esteban de Gormaz, en 917, junto al rey de León Ordoño II

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SANCHO I GARCÉS

Sancho I Garcés nació en Sangüesa (actual Rocaforte) en el año 865. Fue hijo de García Jiménez, descendiente de la dinastía Jimeno. A la muerte de García I Íñiguez en 870, fue gobernante de la Valdonsella y pronto comenzó a intervenir en todos los territorios circundantes.

Ocupó Pamplona cuando todavía reinaba Fortún Garcés, ayudado por Alfonso III de Asturias, junto con el conde de Pallars. Eliminados los derechos patrimoniales de los hijos de Fortún Garcés, estos recayeron en su nieta Toda, casada con Sancho I Garcés, que los hizo valer y se proclamó rey de Pamplona, en 905.

Al morir el conde de Aragón, Galindo II Aznárez, Sancho I ocupó las tierras de Aragón ignorando los derechos sucesorios de todos. Esta fue la causa que justificó las luchas del gobernador musulmán de Huesca, al-Tawil, que tenía derechos sucesorios sobre el territorio por estar casado con Sancha, hermana del conde. El conflicto de intereses se solucionó al prometer en matrimonio a Andregoto Galíndez, hija de Galindo II Aznárez, con el hijo de Sancho I Garcés, el futuro rey García I Sánchez, que era todavía un niño.

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SANCHO I GARCÉS Y EL MONASTERIO DE NÁJERA

Sancho I Garcés amplió considerablemente las fronteras meridionales del reino hasta llegar a tierras riojanas mediante una serie de campañas militares contra los musulmanes. Conquistó Nájera y estableció allí su Corte, dotando de una organización definitiva al Reino de Pamplona.

Aliado con Ordoño II de León, venció a un ejército cordobés en la batalla de San Esteban de Gormaz, en 917, pero fue derrotado por Abd al-Rahman III en la batalla de Valdejunquera, en 920.

Durante su reinado, se comenzó a acuñar moneda, siendo el primer reino cristiano que usó tal regalía. Así mismo, apareció el sistema de tenencias, que se perpetuaría en Navarra y Aragón hasta principios del siglo XIII.

En 925, murió en las cercanías de Resa, a orillas del río Ebro, siendo enterrado en San Esteban de Deio en Monjardín.

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REINO DE PAMPLONA, AÑO 925

El centro político del mundo cristiano estaba en la Corte de Nájera, que dio como resultado varios matrimonios reales de las hijas de Sancho I Garcés y Toda Aznar:

Urraca Sánchez casó con el rey Ramiro II de León.

Oneca Sánchez casó con Alfonso IV el Monje, también rey de León, siendo reina leonesa entre 926 y 931.

Sancha Sánchez casó en primeras nupcias con el rey leonés Ordoño II, en segundas con el conde alavés Álvaro Herrameliz y en terceras con el conde castellano Fernán González.

García I Sánchez fue el legitimo heredero al trono pamplonés, casó en primeras nupcias con Andregoto Galíndez, y en segundas con Teresa de León.

Velasquita Sánchez casó en primeras nupcias con el conde alavés Munio Velaz, en segundas con Galindo de Ribagorza y en terceras con Fortún Galíndez.

Munia Sánchez casó con Ordoño I de Asturias.

Orbita Sánchez caso probablemente con al-Tawil, gobernador de Huesca.

15/09/2017

Fortún Garcés


Último rey de Pamplona de la dinastía Íñigo que tuvo un largo cautiverio en Córdoba

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FORTÚN GARCÉS EL MONJE Y CRIPTA DEL MONASTERIO DE LEYRE

Fortún Garcés nació en el año 870. Fue hijo del rey García Íñiguez y de la reina consorte Urraca de Aragón, y conocido como el Monje o el Tuerto.

Estuvo preso en Córdoba desde que fue capturado en el 860, tras la invasión de Pamplona por parte de Mohamed I. Tras plegarse a sus deseos y pagar un fuerte rescate, fue liberado en el 878. Como su padre había muerto en 870, ese mismo año fue coronado rey de Pamplona, el último de la dinastía de los Íñigo. Durante su cautiverio andalusí gobernó como regente García Jiménez, hijo de Jimeno García de la dinastía Jimena.

Su reinado se caracterizó por una situación de debilidad, sufrió varias expediciones de castigo por parte de los ejércitos de Córdoba y de sus aliados del Ebro, los Banu Qasi, que ya habían superado las controversias anteriores con la capital cordobesa y actuaban nuevamente como verdaderos conversos del Islam.

Perdió algunas fortalezas por las fuerzas militares de Lope ibn Muza como Castro Salviniano, cerda de Luesia, en 891, y Aibar, junto a Sangüesa, en 892. Pero posteriormente entabló buena relación con el Banu Qasi Lope ibn Muhammad.

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PARTIDOS NOBILIARIOS EN EL SIGLO XIX

Estuvo casado posiblemente en 845 con Oria (Aurea), de filiación desconocida. Tuvo varios hijos: Iñigo Fortúnez, Aznar Fortún, Blasco Fortún, Lope Fortún y Oneca Fortúnez. Esta última se casó, posiblemente en 847, con el emir de Córdoba Abd Allah, tuvieron a Muhammad, y también casada con su primo-hermano Aznar Sánchez de Larraún y, de ese matrimonio, nació Toda Aznárez, que luego fue la esposa de Sancho I Garcés.

En 905, abdicó retirándose tras los muros del Monasterio de Leyre. La causa fue el descontento de los nobles pamploneses ante el modo en que Fortún estaba llevando los destinos del reino y decidieron prescindir de él, de acuerdo con algunos miembros de su propia familia. La única mención que aparece en las fuentes dice que "surrexit in Pampilonam Sancio Garseanes", esto es que Sancho García (Sancho I Garcés) se levantó para desposeer el trono.

Sancho I Garcés era hijo de García Jiménez, quien había sido regente durante el cautiverio. Este rey ampliaría el reino con la incorporación de las tierras riojanas y la zona media navarra, bajo la cual el reino alcanzó una mayor extensión territorial a costa del islam y de los señoríos cristianos vecinos.

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DINASTÍAS ÍÑIGO Y JIMENO