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03/06/2022

Vascos en la colonización del Río de la Plata (1536-1583)


Las expediciones con un alto grado de protagonismo vasco en América del sur tomaron dos direcciones geográficas diferentes: por un lado, desde el mar Caribe y Tierra Firme bordeó la costa oeste del Pacífico en dirección sur, conquistado a los incas, hasta la fundación de Santiago de Chile; por otra, desde el Río de la Plata, las expediciones se adentraron hacia amplias zonas que hoy pertenecen a Argentina, Uruguay y Paraguay. Algunos de sus protagonistas principales fueron un grupo de expedicionarios vascongados y sus huestes: Francisco de Aguirre, Juan de Ayolas, Domingo Martínez de Irala, Juan Ortiz de Zárate, Juan de Garay y Bruno Mauricio Zabala.

La exploración, conquista y colonización de la Argentina actual fue realizada por dos corrientes: la procedente de la península por Pedro de Mendoza, y la de Perú-Chile por Francisco de Aguirre y otros. Fracasada la primera fundación de Buenos Aires por Mendoza, Asunción pasó a ser el foco principal de expansión hacia el Chaco y hacia los territorios del Río de la Plata propiamente dicho.

VASCOS EN LA COLONIZACIÓN DEL RÍO DE LA PLATA

La expedición de Pedro de Mendoza al estuario del Plata, en 1536, estaba formada por 14 naves y 3.000 hombres. Entre ellos viajaba un grupo de vascos encabezados por Francisco de Aguirre, Domingo Martínez de Irala, y Juan de Ayolas, que se adentraron en el interior de Suramérica, remontando el río Paraná con la intención de descubrir la Sierra de la Plata.

Los tres aventureros vascos participaron en la primera fundación de Buenos Aires por Pedro de Mendoza. Desde Buena Esperanza, comenzaba la expedición que lideró Juan de Ayolas y que capitaneaba Domingo Martínez de Irala, remontando en barco el curso entero del río Paraná en busca de la fabulosa Sierra de la Plata. En 1537, llegaron hasta el lugar en el que Ayolas decidió fundar a orillas del río Paraguay la ciudad de La Candelaria, cuyo gobierno encomendó a Irala.

Juan Salazar acudió al rescate de esta expedición ante la falta de noticias de Ayolas e Irala, fundando la ciudad de Asunción. En este asentamiento se crearon en 1539 las dos primeras capellanías a cargo de Juan Gabriel de Lazcano y Francisco de Andrade.

Desde La Candelaria, la expedición tomó nuevas direcciones: Ayolas prosiguió el camino hacia el oeste en su afán descubridor, adentrándose en las regiones de El Chaco y de Charcas, en busca de los fabulosos tesoros que, según todas las noticias, encontrarían en aquellos parajes. Otros dos vascos Juan Ortiz de Zárate y Juan de Garay continuaron su expedición por el rio Paraná.

PROVINCIA DEL RÍO DE LA PLATA

Ayolas, cargado de riquezas y de noticias, regresó a La Candelaria; allí se encontró sin el apoyo esperado de Irala. Toda la expedición de Ayolas fue exterminada por los indios payaguaes. Irala no acató las órdenes de Ayolas, alejándose de La Candelaria, realizó incursiones por el río hasta que, en 1538, se dirigió a Asunción. Cuando regresaba a La Candelaria, al año siguiente, se enteraba de la muerte de su amigo. Esta noticia le hizo emprender una operación de búsqueda a Ayolas y de castigo contra los indios payaguaes internándose por El Chaco. En Asunción, construyó el puerto y pacificó toda la región, sometiendo a las tribus en base a una política colonizadora.

En 1543, Irala partió de Puerto de los Reyes, ciudad que antes había fundado él mismo, rumbo al Perú. En la expedición, que alcanzó las cincuenta leguas río arriba, Irala venció a los indios guaicurnes que encontró en su camino, y cometió una serie de crueldades y abusos con los nativos. Ya nadie el pararía los pies, apoyado por sus más fieles colaboradores, Nuflo de Chaves, Juan Gabriel de Lezcano, Felipe de Cáceres y Francisco de Mendoza, se proclamó teniente gobernador de Asunción.

Durante este periodo Irala creó un sistema monetario para regular el comercio, habilitándose como monedas el anzuelo, el cuchillo, la cuña de hierro, el rosario de abalorios, etc. El sistema dio resultado, se regularizó el comercio y toda tipo de transacciones, también se promulgó la Ordenanza de Irala que regulaba principalmente la vida de los pobladores y sus relaciones con los indios.

FUNDACIÓN DE ASUNCIÓN

En 1547, Irala prosiguió en su empeño de llegar a la fabulosa Sierra de La Plata. La expedición contaba con 280 blancos y 2.000 indios, que partieron desde el puerto de San Fernando en dirección al interior de El Chaco, donde se aplicó una marcha forzada y se abrió paso a sangre y fuego contra los indios. A través de la fantasía indígena había llegado hasta ellos la noticia de las riquezas el Imperio incaico.

Sin encontrar el tan ansiado “Dorado”, Irala se dedicó a desarrollar su política conquistadora, mucho más pausada y suavizada que la anterior, fundando poblamientos y construyendo infraestructuras necesarias en la región. Fue nombrado general del Río de la Plata (actuales Paraguay y Argentina).

Fracasó de nuevo en la expedición. Tras atravesar el Gran Chaco, llegó a Charcas (actual Bolivia) recibiendo la desagradable sorpresa de que Pizarro y La Gasca se le habían adelantado desde el Perú. Pero fundó un gran número de ciudades en Xarages, al norte de El Chaco, y en la región de Guairá, al este, donde ya había fundado, en 1554, la ciudad de Ontiveros. Dos años antes, en 1552, Salazar le trajo el título de Gobernador, haciéndose justicia a sus dotes de organizador y a su habilidad para sobrevivir a todas las intrigas.

Domingo Martínez de Irala puso en marcha un programa colonizador consistente en fundar ciudades nuevas a las que iba repoblando con elementos españoles y mestizos, fruto de las continuas mezclas raciales que eran permitidas y fomentadas por el propio Irala entre los colonizadores y los indígenas. Pero también consolidó la estabilidad de Asunción por el sistema de enlaces matrimoniales, casando a sus hijas con los capitanes Guzmán, Ortiz de Vergara y Pedro de Segura.

Miguel de Urrutia y Nuflo Chaves trajeron ganado ovino y cabrío al regresar del Perú; gracias a ello, Irala puso explotar la ganadería en aquellos inmensos territorios, fertilizados por grandes ríos. También fundó escuelas e iglesias, logró traer un obispo a Asunción y proyectaron la construcción de una catedral. Sus leyes fueron pacíficas y humanas y los indios guaraníes le respetaron. Su original gobierno, patriarcal, personalísimo y tenaz, dio origen a la nación paraguaya.

ORGANIZACIÓN DE LA ECONOMÍA EN ASUNCIÓN

Juan Ortiz de Zárate, era natural de Orduña nacido en 1521. Pasó a América siendo un adolescente y tomó parte en las campañas de Pizarro. Después de la guerra entre Pizarro y Almagro, se instaló en Charcas o Chuquisaca, en la actual Bolivia. Fue el continuador de la obra colonizadora de Domingo Martínez de Irala. Juan Ortiz, había reunido una fortuna mediante explotaciones ganaderas y mineras en Charcas (Bolivia) desde 1546. Su fortuna la invirtió en exploraciones en el Rio de la Plata, por eso, fue nombrado adelantado del Río de la Plata, y sustituyó a Francisco Ortiz de Vergara, como gobernador de Asunción en 1567.

El título de "adelantado" se remonta a la Reconquista; es el que va delante, el que abre campo, el que conquista y repuebla las tierras, con funciones de gobernador y jefe militar.

Juró cargos ante la Corte de Felipe II, y al regresar, trajo cientos de colonos, hombres y mujeres, con la intención de repoblar las tierras de su gobernación. También introdujo miles de cabezas de ganado vacuno, equino y ovino.

En 1572, el rey le designó gobernador y capitán general del Río de la Plata, para organizar una expedición que desembarcase al año siguiente en el gran estuario formado por la desembocadura conjunta del Paraná-Paraguay. Pero la expedición fracasó ante el ataque de los indios.

Ortiz de Zárate llamó a la región Nueva Vizcaya, anteriormente llamada Río de la Plata, en honor a su tierra natal e intentó que todos los pobladores de la comarca se llamasen vizcaínos. En 1575, fundó la ciudad de Zaratina de San Salvador (Zárate), próxima al estuario del Rio de la Plata. Esta región quedó englobada dentro de la Provincia Gigante del Paraguay, con capital en Asunción. En esta ciudad murió Ortiz de Zárate a comienzos de 1576.

Recogieron el testigo de Juan Ortiz de Zárate, su hijo Diego de Ortiz y Mendieta, que le sucedió en el cargo, su hermano Pedro Ortíz de Zárate, que fue destinado a la Audiencia de Lima, en la expedición de Blasco Núñez, y su sobrino Juan de Garay, el más laureado.

PROVINCIA GIGANTE DEL PARAGUAY

Juan de Garay, natural de Orduña, había ido al Perú muy joven, con su tío Pedro de Zárate y otros familiares, en la expedición del primer virrey Blasco Núñez de Prado a Tucumán (Chile). Pero centró sus actividades en el Alto Perú (Bolivia), donde participó en la fundación de Santa Cruz de la Sierra, en 1561, por Chávez, de la que fue elegido regidor de su cabildo. En Perú también participó en varias campañas de conquista.

Pedro Fernández de Vergara, el fundador de Ontiveros (Paraguay), el obispo de la Torre y Chaves, habían organizado el éxodo de 1564, de Asunción a Santa Cruz de la Sierra. En 1568, Garay dirigió la vuelta a Asunción de la mayoría de los emigrantes, para facilitar las comunicaciones entre Asunción y la metrópoli. Se estableció en esta ciudad y fue nombrado alguacil mayor de las Provincias del Plata.

Juan Ortiz de Zárate, gobernador del Río de la Plata, había ido a España a solicitar la confirmación de su cargo, nombrando teniente de gobernador a Martín Suárez de Toledo. Este encomendó a Juan de Garay emprender desde Asunción una expedición por el río Paraná con el objetivo de fundar una ciudad a orillas del Paraná y, el 15 de noviembre de 1573, fundaba Santa Fe junto a Pedro Ortiz de Zárate, en la confluencia de los ríos Paraná y Salado.

En 1574, participó en la fundación de la ciudad de San Salvador, junto al río Uruguay, siendo nombrado teniente de gobernador y capitán general de las provincias del Río de la Plata.

Continuó su labor conquistadora emprendiendo expediciones colonizadoras, organizó la ciudad de Santa Fe, fundó otras como Villa Rica del Espíritu Santo y Santiago de Jeréz, e incluso trasladó la ciudad de Buenos Aires algo más al norte en 1580. Desde allí partió en busca de la mítica ciudad de los Césares, llegando hasta las inmediaciones de la actual Mar del Plata.

Juana de Zárate, hija de Juan Ortiz de Zárate y de la princesa inca Leonor Yupanqui fue la heredera de todos los cargos de su padre, incluso del título del adelantazgo. Esta se casó en Chuquisaca con el oidor Juan Torres de Vera y Aragón, y éste designó a Garay teniente de gobernador en 1578.

Juan de Garay se encargó de abrir tierras en nombre del nuevo adelantado, Juan Torres, quien recibió esta titularidad por parte de su esposa menor de edad, encargándole la repoblación de Buenos Aires. El veterano explorador vascongado organizó una expedición con 200 familias de indios guaraníes, 76 familias de colonos y 39 solados. Embarcados en una carabela y dos bergantines los transportaron río abajo.

SEGUNDA FUNDACIÓN DE BUENOS AIRES POR JUAN DE GARAY

Al llegar al estuario del Río de la Plata, Garay fundaba por segunda vez Buenos Aires en 1580. La primera fundación fue realizada por el primer adelantado, Pedro de Mendoza, medio siglo antes, pero fue destruido por los indios y abandonado. Esta nueva fundación, un poco al sur de la primera, estaba mejor acondicionada para su defensa, de hecho llegó a resistir el ataque de los indígenas mandados por su jefe Tububá.

La refundación surgía ante la necesidad de tener un puerto para establecer comunicación con Chile y el Perú sin necesidad de ir a Panamá. Juan de Garay proclamaba solemnemente el nacimiento de la nueva ciudad y nombró su primer ayuntamiento o cabildo, de la forma siguiente:
"Hoy sábado día de San Bernabé, onces días del mes de junio del año del nacimiento de Nuestro Redentor Jesucristo de mil y quinientos y ochenta años, estando en este Puerto de Santa María de Buenos Aires, que es en las provincias del Río de la Plata intitulada nuevamente la Nueva Vizcaya, hago y fundo en dicho asiento y puerto una ciudad. La iglesia de la cual pongo su advocación de la Santísima Trinidad, y la dicha ciudad mando que se intitule la Ciudad de la Trinidad."

Desde allí partió, en 1581, en busca de la mítica ciudad de los Césares, llegando hasta las inmediaciones de la actual Mar del Plata. En marzo de 1583, en el trayecto de Buenos Aires a Santa Fe, en la confluencia de los ríos Coronada y Carcarañá, cayó en una emboscada de los indios querandíes de la zona y pereció junto a doce de sus hombres.

Uruguay fue tardíamente colonizado. En 1724, el guipuzcoano Bruno Mauricio de Zabala fundó su capital Montevideo.

ESTATUA ECUESTRE DE BRUNO MAURICIO DE ZABALA EN MONTEVIDEO

05/04/2016

Diego Ortiz de Zárate


Gobernador, capitán general y justicia mayor del Virreinato del Río de la Plata y del Paraguay en 1576

DIEGO ORTIZ DE ZÁRATE Y FERNÁNDEZ DE ZÁRATE

Diego Ortiz de Zárate y Fernández de Zárate nació en Orduña, Vizcaya, en el siglo XVI. Era sobrino del adelantado Juan Ortiz de Zárate, por tanto señor de la Casa de Zárate.

En 1521, fue armado caballero de la Espuela Dorada por el emperador Carlos V en Aquisgrán, por sus servicios en las Guerras de Flandes, Francia e Italia. Además fue contador de la Casa de Contratación de Sevilla entre 1535 y 1555, y recibió la cruz y hábito de caballero de la Orden de Santiago, en 1543.

En 1576, fue nombrado gobernador, capitán general, justicia mayor y alguacil mayor del Río de la Plata y del Paraguay de forma interina y por disposición de su tío Juan Ortiz de Zárate. Meses después de asumir el cargo, el 23 de junio del corriente, dictó un bando por el cual la ciudad fundada por Juan de Garay debería llamarse en adelante Santa Fe de Luyando, imponiendo una pena de 200 pesos oro para la Cámara de su Majestad al que contraviniese su mandato.

En 1573, la paz de la ciudad fundada fue alterada muy pronto, al decidir Diego Ortiz de Zárate partir de Asunción, capital de la provincia, para visitar el territorio de su mando. A poco de estar, su mal proceder y los abusos cometidos le granjearon la enemistad de los santafesinos, que organizaron en 1577 la primera revolución para derrocarlo. Forzado por la voluntad del pueblo, tuvo que renunciar al gobierno del Paraguay y Río de la Plata ante las autoridades santafesinas, quienes lo remitieron detenido a España.

La orden había tenido su principio de ejecución en Santa Fe, según se advierte en las actas del Cabildo, hasta 1578, en que desaparece.

28/02/2015

Juana Ortiz de Zárate


Adelantada del Virreinato del Río de la Plata por ser hija mestiza del conquistador vasco Juan Ortiz de Zárate y de la princesa inca Leonor de Yupanqui

JUANA ORTIZ DE ZARATE

En la segunda mitad del siglo XVI, la colonización americana llegó hasta el Perú fundando un virreinato en el sur del continente que lleva su nombre. Las expediciones pusieron rumbo hacia el sur, Chile, y hacia el este, Río de la Plata. En la sociedad peruana ya se había hecho realidad el fenómeno del mestizaje y numerosos colonizadores españoles se habían casado con aristócratas incas. De este modo, la jerarquía social previa, la del mundo precolombino, se prolongaba en el nuevo escenario hispánico. El origen mestizo no fue una tacha social en la mentalidad hispanoamericana de la época, sino con frecuencia un signo de distinción y gloria. Una de esas mestizas fue Juana Ortiz de Zárate, hija del conquistador vascongado Juan Ortiz de Zárate y de la princesa inca Leonor de Yupanqui.

Juan Ortiz de Zárate era natural de Orduña, donde nació en 1521. Marchó a América muy joven, allí tomo parte en las campañas de Pizarro y Almagro en la conquista del Imperio incaico. En Chuquisaca (Bolivia) fue nombrado tercer adelantado del Río de la Plata, llegando a ser su gobernador y capitán general. A esta región comprendida en tierras de las actuales Argentina y Paraguay la bautizó como Nueva Vizcaya, fundando la ciudad de Zaratina de San Salvador (Zárate), en 1575, en honor a su tierra.

Juana de Zárate nació en Cuzco, la vieja capital inca. Pronto se trasladaría junto con sus padres a Chuquisaca, la actual Sucre boliviana. Juana se crio conforme a su rango principesco, bien avalada por la fortuna de su padre que, además de ser el más alto administrador colonial, era un gran terrateniente.

Juan Ortiz estableció un asentamiento, Asunción, desde el cual partían las expediciones hacia el interior del Río de la Plata. Sufrió diversos ataques por los indios en tierra y por piratas en el mar. Otros expedicionarios vascos como Francisco de Aguirre, Juan de Ayolas, Domingo Martínez de Irala o Juan de Garay le ayudaron a consolidar su proyecto colonizador en amplios territorios del cono sur de América.

Por último, Juan Ortiz marchó a España para conseguir el reconocimiento y la titularidad de "Adelantado del Río de la Plata" de manos de Felipe II. Pero es más, el monarca legitimó a su hija mestiza, Juana, como heredera del adelantazgo y el título de marqués a quien la desposase. Esta titularidad elevaba a la mestiza vasca a la condición de aristócrata; así lo expresaba la Cédula Real:
"Por la gracia de Dios, el Rey resuelve dar legitimidad a la unión de la Palla Inka con el capitán don Juan Ortiz de Zárate, y al conceder omnímodas facultades, libera a la descendencia femenina, Juana Ortiz de Zárate, de toda duda o mancilla, y quitamos toda infamia de ella, mácula y defectos que por razón de su nacimiento le puedan ser pues..."

MATRIMONIO MESTIZO VIRREINAL

Poco antes de que la muerte le llegara a Juan Ortiz, en 1576, el colonizador de Orduña dejó escrito su testamento, designando al futuro esposo de su hija y, por tanto, al legítimo heredero de la titularidad del Gobierno en Nueva Vizcaya, ya que Juana era una adolescente de quince años. Así lo dejó escrito su cronista, el clérigo y poeta Martín del Barco Centenera:
"Dejó en su testamento declarado que sea su legítimo heredero la hija que en los Charcas ha dejado, y aquel que fuere esposo y compañero suceda en el gobierno y el estado, según como lo tuvo él de primero. Y mande y rija, en tanto que ella viene, su sobrino Mendieta que allí tiene."

Primeramente, testamentó a favor de Mendieta, su sobrino, pero ante el mal gobierno y el despótico uso de sus funciones, Juan Ortiz decidió que quien se llevaría el atractivo de su hija y el cargo de adelantado sería una persona de su confianza: Juan de Garay. Medio pariente suyo y, también, natural de Orduña. Garay era un explorador veterano, un líder nato y un fiel escudero en sus expediciones y en su gobierno.

Surgieron más pretendientes, siendo tres de ellos muy bien cualificados. El primero era Antonio de Meneses, ahijado del virrey del Perú, Francisco de Toledo; el segundo era Francisco de Matienzo, hijo del juez de la Audiencia de Charcas, Juan de Matienzo; y el tercero era Juan Torres de Vera y Aragón, noble oficial que ejercía en la Audiencia de Chuquisaca.

Finalmente, es ella quien eligió. El amor superaba al poder, y escogía al candidato menos influyente: Juan Torres de Vera. Se trataba del típico noble español del siglo XVI que consiguió gloria y blasones en campañas y conquistas, noble de espada y toga, de armas y leyes, pero bastante pobre. Natural de Sevilla, tenía 30 años en aquel momento y consiguió la preferencia de la "adelanta" del Río de la Plata, el más joven y apuesto de todos los pretendientes. Juan de Garay, fiel a su amigo y padre de Juana, avalaba el matrimonio, cumpliéndose la voluntad de contrayentes.

JUAN ORTIZ DE ZÁRATE Y JUAN DE GARAY

Surgieron disconformidades ante tal unión. La ley no permitía casarse a los oficiales de justicia dentro de su jurisdicción, y Torres lo era. El virrey del Perú, descontento ante la imposibilidad de sus planes, dictó orden de prisión contra Torres. Por otra parte, Matienzo también abría un proceso judicial contra el oficial. Juana fue apresada por las tropas del virrey, pero tuvo una grata sorpresa: la adelantada esperaba un hijo. Por lo que, fue encerrada en un convento.

Torres nunca fue reconocido como adelantado y gobernador de Nueva Vizcaya del Virreinato del Perú. La ley nunca se lo permitiría y los colonos nunca le reconocieron, aún después de que el virrey Francisco de Toledo muriese. Tampoco pudo marchar a España a confirmar la legitimidad del cargo.

La princesa Juana murió encerrada en 1584, con veintitrés años, según cuenta la leyenda de tristeza. Su hijo, Juan Alonso de Vera y Zárate, viajó a España para reclamar sus derechos, acompañado de su abuela y viuda de Juan Ortiz de Zárate, la princesa inca Leonor de Yupanqui. La Corona reconoció sus títulos y Juan Alonso fue gobernador de Tucumán, quien promovió, entre otras cosas, la fundación de la Universidad de Córdoba en el actual estado de Argentina.

No fue este el único caso de matrimonio entre un conquistador vascongado con una princesa india. Juan de Tolosa, explorador de la Nueva Vizcaya del virreinato de Nueva España (México), matrimonió con Isabel Cortés Moctezuma, hija de Hernán Cortés y de la princesa Isabel Moctezuma (una de las hijas del emperador azteca Moctezuma II).

Martín García Óñez de Loyola, gobernador de Chile en la última década del siglo XVI, contrajo matrimonio con la princesa incaica Beatriz Sapay Coya. Era pariente de San Ignacio de Loyola y en su gobernación se distinguió por su buen trato a los indios.