Guetaria - Getaria ha desarrollando actividades económicas derivadas del mar, y ha aportado personajes ilustres y linajes nobiliarios que levantaron en sus calles sus casas solariegas en estilos gótico o barroco. Destacan el palacio de Indianocua, la torre de Aldamar, la casa de Olazábal, el edifico Jaureguía, la Casa Larrumbide y la Torre Aldamar.
ESCUDO MUNICIPAL DE GETARIA |
El Palacio Indianokua es un magnífico edificio en estilo barroco. Destacan los ornamentos vegetales, en forma de pares de palmas que coronan el dintel de la puerta y los arcos carpaneles de las ventanas de la planta baja. El resto de los vanos destacan por su amplitud y se abren a balcones con rejas de forja. La planta superior está delimitada por dos platabandas en que aparece un decorado escudo de armas y una inscripción latina:
"NISI DOMINUS AEDIFICAVERIT DOMUMINVANUM LABORAVLRUNI QUI A DIDICANT EAM"
Fue propiedad de Cristóbal de Basurto, destacado hombre de negocios de principios del siglo XVII. A finales del XVI, se había instalado en San Luis de Potosí, en el Virreinato de la Nueva España, uno de los principales centros proveedores de plata de la Corona española. Llegó a generar una fortuna mediante la explotación de su mina argentífera.
En 1612, el "indiano" regresó a su villa natal, y promovió la construcción de grandes galeones comerciales para la Carrera de Indias y en expediciones pesqueras a Terranova.
La familia Echave Asu compró esta casa en 1676, adquiriendo su aspecto actual. Su primer propietario fue Pedro de Echave Asu, capitán de galeones. Su descendiente, José Fernando Echave Asu y Romero, siendo diputado general de Guipúzcoa en 1794, tomó parte de la Convención revolucionaria francesa.
PALACIO INDIANOKUA |
El Palacio Romero es un llamativo ejemplo de casa palaciega en estilo neoclásico. Destaca su escudo de armas en la esquina del linaje de los Asu. Esta propiedad, con sus jardines y la adyacente torre Asuenecoa se convirtieron en el siglo XVIII en uno de los inmuebles de los Romero de Echave Asu.
Anteriormente, se ubicaba en ella el linaje Rameri, una casa nobiliaria de origen flamenco asentados en la segunda mitad del siglo XVII en ciudades como San Sebastián, Hondarribia y Getaria. El capitán Román de Rameri, originario de Lille, realizó un lucrativo comercio durante las décadas de 1660 y 1670, intercambiando hierro vasco y manufacturas europeas por productos coloniales americanos como el palo de campeche.
La Torre Asuenecoa es la primitiva torre medieval del linaje de los Asu, que aún conserva diversos elementos de la Edad Moderna: saeteras, modillones y puertas doveladas.
A mediados del siglo XVII, Pedro de Echave Asu, capitán de galeones, gestionó desde Sevilla, capital comercial del Imperio español, los negocios de su tío Juan Ramus de Asu, uno de los principales hombres de poder de la ciudad de Lima, capital del Virreinato del Perú.
A mediados del siglo XVII, Pedro de Echave Asu, capitán de galeones, gestionó desde Sevilla, capital comercial del Imperio español, los negocios de su tío Juan Ramus de Asu, uno de los principales hombres de poder de la ciudad de Lima, capital del Virreinato del Perú.
Otro descendiente del linaje afincado en Perú fue Francisco Echave Asu, el cual llegó a ser arzobispo de Lima
Pedro heredó, además, los negocios que los Echave desarrollaron desde mediados del siglo XVI: construcción de galeones, expediciones a Terranova y el comercio con las provincias americanas del Imperio español.
En su calidad de descendiente de Juan Sebastián Elcano, hizo evidente ese vínculo familiar en 1671, mandando instalar la lápida en su honor de la parroquia de San Salvador.
El historiador Lope Martínez deIsasti se refirió a ella en 1625, de esta manera:
"Es principal y antigua, que los dueños de ella sirvieran al emperador Carlos V en Túnez y en otras ocasiones con sus naos…"
El edificio señorial se hallaba adosado a la muralla del Frente de tierra de Getaria, dotada en otros tiempos de puente levadizo. Contaba con huertas y otras dependencias entre las que figuraba el imponente edificio, semejante a una torre, que servía de almacén de cereales y otros productos, adquiridos a través de las extensas rentas que cobraban los Aldamar, así como a través de sus relaciones comerciales.
La parte noble, adosada a la muralla, resultó completamente destruida durante el asedio y posterior asalto carlista sufrida por la villa en la I Guerra Carlista de 1834. A pesar de haber sufrido reformas, conserva sus muros de sillería de arenisca, así como la gran portada de arco de medio punto que daba acceso al almacén que se halla cubierto mediante una bóveda.
Las Casa-torre de Zarauz-Jauregia y la de Ochoa Ibáñez de Olano forman un impresionante conjunto artístico e histórico en estilo gótico sin igual en la geografía urbana vasca. Integradas también en la calle Mayor, están adosadas entre sí y abrazadas a la Iglesia parroquial de San Salvador. Datan de la primera mitad del siglo XV y fueron levantadas con carácter residencial y defensivo, en un estratégico emplazamiento en piedra de sillería.
Muestran rasgos típicos de la arquitectura gótica como portadas doveladas o ventanas ojivales y geminadas. La torre de Zarauz es producto de las sucesivas ampliaciones de una torre datada en el siglo XIV y que, al menos parte de su fachada, data en realidad del XVII.
Las excavaciones realizadas en dicho solar sacaron a la luz, además, un valioso yacimiento arqueológico que custodiaba huellas de presencia humana desde el siglo II d. C. hasta el XX, por lo que permitió reconstruir la historia de este enclave desde época romana hasta nuestros días.
Getaria fue villa de marinos que trabajaron de comerciante haciendo la Carrera de Indias con las provincias americanas del Imperio español, de armadores y cazadores de ballenas a Terranova, y de militares en las Reales Armadas españolas. Estos fueron sus casos más ilustres:
Juan Sebastián Elcano tomó parte de la expedición de Fernando de Magallanes a las islas de las Especias en 1519. En la nao Vitoria, culminó el viaje realizando la primera circunnavegación de la tierra en 1522, con el que quedaba empíricamente demostrada la redondez de la tierra y sentaba las bases para el dominio del Imperio Español a través de los océanos.
Lope Martínez de Zarauz fue miembro del Consejo Real de Enrique IV y corregidor de Castro Urdiales y de Laredo en 1452, 1453 y 1454.
Antonio de Urquiola fue ingeniero naval y general de la Armada española. Nacido a mediados del siglo XVI, fue superintendente de los astilleros reales de Santiago en el río Urola y de los de Pasajes y Lezo. Dirigió, entre otras, la nao San Juan Bautista, buque insignia del almirante Aramburu. Fue general de la Real Escuadra del Cantábrico y murió en 1600. En Getaria era propietario de la Casa de Urquiola. Su hijo fue el capitán Baltasar de Urquiola, que se arruinó tras una serie de desafortunadas transacciones financieras a mediados del siglo XVII. Esta casa fue vendida a los Asu, y su original escudo de armas desapareció.
Antonio Arriola é Isasi fue alférez de mar, que sirvió catorce años en la Real Armada del mar Océano. Después pasó a servir a la Corona española en el estado de Milán, tomando parte de las Guerras de Piamonte. En 1619, fue propuesto para capitán de mar y guerra en la Escuadra de Guipúzcoa, que se estaba organizando.
Joaquín de Villafranca fue auditor general de los Reales Galeones de España en 1656.
Domingo de Bonechea y Andonaegui fue navegante que trató de incorporar para el Imperio español la isla de Thaití, situada en el océanos Pacífico, en 1775.
Manuel de Agoste y Bonechea fue navegante, comerciante y factor de la Real Compañía de Filipinas en Cantón. Dejó escrito un valioso testimonio de sus viajes náuticos-comerciales por las aguas del Atlántico, el Índico y, sobre todo, el Pacífico, entre los años 1779 y 1798. En 1799 fue elegido Alcalde de Getaria.
Joaquín María de Barroeta y Hurtado de Mendoza y Aldamar fue político liberal, aunque defendiendo el régimen foral guipuzcoano. Durante la Guerra de la Independencia española luchó contra los franceses. En la I Guerra Carlista tomó parte del bando liberal de la reina Cristina de Borbón. Fue alcalde de Getaria en 1815 y senador del Reino en 1844, cargo desde el que defendió la integridad de los fueros vascongados en la Constitución liberal. Entre sus reconocimientos están los de ser caballero de la Orden de Santiago, recibir la Gran Cruz de Isabel la Católica y ser Gentil hombre de Cámara.
Prudencio Arnao también fue liberal, como el anterior, un militar que luchó contra los carlistas en la III Guerra Carlista.
José Francisco de Iturzaeta Eizaguirre fue un destacado calígrafo del siglo XIX, reconocido por su labor de la recuperación del arte en siglos pasados y ese el autor de El arte de escribir la letra bastarda española y Gran colección general de todos los caracteres europeos, entre otros títulos.
La parte noble, adosada a la muralla, resultó completamente destruida durante el asedio y posterior asalto carlista sufrida por la villa en la I Guerra Carlista de 1834. A pesar de haber sufrido reformas, conserva sus muros de sillería de arenisca, así como la gran portada de arco de medio punto que daba acceso al almacén que se halla cubierto mediante una bóveda.
En la calle Mayor, la Casa Larrumbide es otro ejemplo de construcción medieval, con la primera planta de sillería y las dos siguientes de ladrillo y madera.
Las Casa-torre de Zarauz-Jauregia y la de Ochoa Ibáñez de Olano forman un impresionante conjunto artístico e histórico en estilo gótico sin igual en la geografía urbana vasca. Integradas también en la calle Mayor, están adosadas entre sí y abrazadas a la Iglesia parroquial de San Salvador. Datan de la primera mitad del siglo XV y fueron levantadas con carácter residencial y defensivo, en un estratégico emplazamiento en piedra de sillería.
Muestran rasgos típicos de la arquitectura gótica como portadas doveladas o ventanas ojivales y geminadas. La torre de Zarauz es producto de las sucesivas ampliaciones de una torre datada en el siglo XIV y que, al menos parte de su fachada, data en realidad del XVII.
Las excavaciones realizadas en dicho solar sacaron a la luz, además, un valioso yacimiento arqueológico que custodiaba huellas de presencia humana desde el siglo II d. C. hasta el XX, por lo que permitió reconstruir la historia de este enclave desde época romana hasta nuestros días.
Getaria fue villa de marinos que trabajaron de comerciante haciendo la Carrera de Indias con las provincias americanas del Imperio español, de armadores y cazadores de ballenas a Terranova, y de militares en las Reales Armadas españolas. Estos fueron sus casos más ilustres:
Juan Sebastián Elcano tomó parte de la expedición de Fernando de Magallanes a las islas de las Especias en 1519. En la nao Vitoria, culminó el viaje realizando la primera circunnavegación de la tierra en 1522, con el que quedaba empíricamente demostrada la redondez de la tierra y sentaba las bases para el dominio del Imperio Español a través de los océanos.
Lope Martínez de Zarauz fue miembro del Consejo Real de Enrique IV y corregidor de Castro Urdiales y de Laredo en 1452, 1453 y 1454.
Antonio de Urquiola fue ingeniero naval y general de la Armada española. Nacido a mediados del siglo XVI, fue superintendente de los astilleros reales de Santiago en el río Urola y de los de Pasajes y Lezo. Dirigió, entre otras, la nao San Juan Bautista, buque insignia del almirante Aramburu. Fue general de la Real Escuadra del Cantábrico y murió en 1600. En Getaria era propietario de la Casa de Urquiola. Su hijo fue el capitán Baltasar de Urquiola, que se arruinó tras una serie de desafortunadas transacciones financieras a mediados del siglo XVII. Esta casa fue vendida a los Asu, y su original escudo de armas desapareció.
Antonio Arriola é Isasi fue alférez de mar, que sirvió catorce años en la Real Armada del mar Océano. Después pasó a servir a la Corona española en el estado de Milán, tomando parte de las Guerras de Piamonte. En 1619, fue propuesto para capitán de mar y guerra en la Escuadra de Guipúzcoa, que se estaba organizando.
Joaquín de Villafranca fue auditor general de los Reales Galeones de España en 1656.
Domingo de Bonechea y Andonaegui fue navegante que trató de incorporar para el Imperio español la isla de Thaití, situada en el océanos Pacífico, en 1775.
Manuel de Agoste y Bonechea fue navegante, comerciante y factor de la Real Compañía de Filipinas en Cantón. Dejó escrito un valioso testimonio de sus viajes náuticos-comerciales por las aguas del Atlántico, el Índico y, sobre todo, el Pacífico, entre los años 1779 y 1798. En 1799 fue elegido Alcalde de Getaria.
Joaquín María de Barroeta y Hurtado de Mendoza y Aldamar fue político liberal, aunque defendiendo el régimen foral guipuzcoano. Durante la Guerra de la Independencia española luchó contra los franceses. En la I Guerra Carlista tomó parte del bando liberal de la reina Cristina de Borbón. Fue alcalde de Getaria en 1815 y senador del Reino en 1844, cargo desde el que defendió la integridad de los fueros vascongados en la Constitución liberal. Entre sus reconocimientos están los de ser caballero de la Orden de Santiago, recibir la Gran Cruz de Isabel la Católica y ser Gentil hombre de Cámara.
Prudencio Arnao también fue liberal, como el anterior, un militar que luchó contra los carlistas en la III Guerra Carlista.
José Francisco de Iturzaeta Eizaguirre fue un destacado calígrafo del siglo XIX, reconocido por su labor de la recuperación del arte en siglos pasados y ese el autor de El arte de escribir la letra bastarda española y Gran colección general de todos los caracteres europeos, entre otros títulos.
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