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21/08/2024

Martín Íñiguez de Carquizano


Capitán general de la expedición a las Molucas de Jofre de Loaisa en 1525

MARTÍN ÍÑIGUEZ DE CARQUIZANO

Martín Íñiguez de Carquizano era natural de Elgóibar, Guipúzcoa, donde nació a finales del siglo XV. Era familiar de Martín Sánchez Carquizano, secretario de cámara de los Reyes Católicos, que alcanzó varios privilegios para su casa de Carquizano.

Participó en la Expedición marítima a la Especiería con objetivo a las islas Molucas que lideraba el comandante de fray García Jofre de Loaisa con el cargo de alguacil mayor. La misión consistía en tomar posesión del archipiélago conocido como "islas de la Especiería" para el Imperio de Carlos V, por cuyos dominios rivalizaba con el Reino de Portugal. Una real cédula, promulgada meses antes de su partida, establecía el orden de sucesión en la Capitanía General de la escuadra en caso de fallecimiento del titular, que era Loaisa.

El 24 de agosto de 1525, zarparon desde el puerto de La Coruña siete naves y cuatrocientos cincuenta marinos, siendo un buen número de procedencia vasca, entre los que destacaban Juan Sebastián Elcano o Andrés de Urdaneta.

Durante la travesía, Carquizano recibió el cargo de contador y tesorero. Fue un viaje lleno de penalidades, ya que sólo cuatro naves atravesaron el estrecho que alcanza el océano Pacífico. Más tarde, se dispersaron por efecto de una tormenta y los sucesivos capitanes generales de la expedición iban muriendo. Tras Loaysa, lo haría Juan Sebastián Elcano, y Toribio Alonso de Salazar. La capitanía de la expedición estaba pasándose de vasco a vasco, hasta recalar en Martín Íñiguez de Carquizano. Este guipuzcoano tuvo que resolver algunas disputas con los partidarios del candidato Bustamante.

Carquizano pudo demostrar sus cualidades como líder, encargándose de hacer frente a las dificultades meteorológicas. En el aspecto militar, tuvo determinación en los enfrentamientos con los indígenas y en las pugnas con los portugueses.

EXPEDICIÓN A LAS MOLUCAS POR JOFRE DE LOAISA

A finales de 1526, Carquizano arribó a destino frente a la isla de Gilolo con una única nave, la Santa María de la Victoria, y ciento veinte supervivientes. El archipiélago había sido tomado por los portugueses, construyendo un fuerte en Ternate y mantenían relaciones diplomáticas con los caciques de Ternate y Machiam. Los de Tidore y Gilolo se aliaron con los recién llegados.

Carquizano advirtió a sus hombres de un posible enfrentamiento armado con los portugueses y sus aliados. Pero inició una estrategia: primero negoció con los indígenas en varias ocasiones; después consiguió establecer breve tregua, dado el mal entendimiento entre las partes; por último, negociaría con los portugueses mediante un banquete.

El 11 de julio de 1527, un grupo de españoles al mando de Carquizano se reunió con los emisarios portugueses en la isla de Tidore. Habían aceptado una reunión para establecer algún tipo de tregua y permitirles el comercio en las islas Molucas. Esa misma noche, Carquizano murió envenenado de un modo traicionero por el tósigo que le preparó el lusitano Baldoya (Valdaya). Hernando de la Torre le sustituyó en el mando.

Fue una pérdida irreparable. El gran cosmógrafo Andrés de Urdaneta al ocuparse de él consideró:
"Dios sabe cuanta falta nos hizo, por ser hombre muy hábil y valeroso para el dicho cargo; era muy temido así de los cristianos como de los indios."
Fernández de Oviedo lo describió como un hombre "sagaz y de grande ánimo", aunque añadiría que "como colérico, era furiosso y reçio", lo que atemorizaba por igual tanto a indios como a portugueses. No obstante, ensalzó su proceder liberal y su "muy buena conversación".

ISLAS MOLUCAS - ARCHIPIÉLAGO DE LAS ESPECIAS

16/07/2024

Juan de Lazcano y Zúñiga


Capitán general de la Armada española del Norte durante el reinado de los Reyes Católicos que participó en la Guerra de Granada (1482 y 1492), en el asedio de Cefalonia (1500), en la toma de Garellano (1503), en la toma de Mazalquivir (1505) y en la conquista de Navarra (1512)

JUAN DE LAZCANO

Juan de Lazcano y Zúñiga era natural de la villa de Lazcano, en Guipúzcoa. Fue el IV señor de la casa de Lazcano, pariente mayor de la provincia y cabeza del bando oñacino. Su padre fue Juan López de Lazcano y Gauna, caudillo militar que lideró a las fuerzas de resistencia contra el cerco francés en el Sitio de Fuenterrabía de 1476, mientras que su madre fue Leonor de Zúñiga y Navarra, hija del mariscal de Castilla Íñigo Ortiz de Zúñiga y de Juana de Navarra. Casó con María Manrique de Lara, hija del duque de Nájera.

Sus inicios marítimos quedan englobados en la Guerra de Granada, que tuvo lugar entre los años 1482 y 1492, un conjunto de campañas militares entre los reyes Isabel de Castilla y Fernando de Aragón contra el sultán Boabdil.

Así, en 1490, consiguió una licencia en Sevilla para incorporarse con sus propias embarcaciones a la Flota de la Guarda del estrecho de Gibraltar, una armada organizada desde 1482 para el asalto a través de la costa andaluza del reino nazarí. Formaba parte de la Armada de Vizcaya, cuyos líderes eran los capitanes Juan de Arbolancha e Íñigo de Artieta.

Tras el final de la Reconquista cristiana y la recuperación de los últimos territorios musulmanes por parte de los Reyes Católicos, Lazcano tuvo como misión el traslado de nazaríes desde Granada al Reino de Tlemecén utilizando su escuadrilla de naves junto a Juan Pérez de Loyola. Después reconocer costas el norte de África, trajo al Reino de Castilla a algunas de las autoridades de Tlemecén a fin de establecer negociaciones diplomáticas con la Corte de Isabel. Al año siguiente, dio captura al corsario Juan de Cádiz.

CONQUISTA DE ALMERÍA POR LOS REYES CATÓLICOS

Tras los servicios realizados, Lezcano había demostrado su experiencia marítima y militar a los Reyes Católicos. Por eso, tomó marte de las Guerras de Italia, ejecutando el plan de la campaña marítima en coordinación con la campaña terrestre del Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, quienes aseguraron la posesión del Reino de Nápoles para la Corona aragonesa.

En noviembre de 1500, Lazcano tomó parte en el asedio de Cefalonia, un enfrentamiento naval entre tropas navales del Imperio otomano y una coalición de armadas procedentes de los Reinos de España, de Francia y la República de Venecia, que tuvo lugar en las costas del archipiélago Jónico con victoria para la expedición cristiana.

En 1503, fue encomendado para ejecutar una misión de persecución y detención del corsario francés Pregent de Bidoux, caballero de Rodax, quien había atacado algunas embarcaciones españolas. Al mando de cuatro galeras, Lezcano le dio alcance en el puerto de Otranto, en la península de Salento, que estaba en poder de la República veneciana. Sin embargo, las autoridades locales desobedecieron las peticiones de Lazcano de entregar al corsario y bloquearon la entrada al puerto con una cadena. El capitán guipuzcoano entró abriendo carga de artillería, recuperó los barcos robados y sus mercancías, y liberó a los prisioneros.

Posteriormente, tomó parte de la resistencia en el puerto de Gaeta, en el golfo de Lacio, que ofrecieron los almirantes Bernardo de Vilamarí y Ramón de Cardona frente al francés Pregent de Bidoux que comandaba una flota de treinta y cinco embarcaciones.

A finales de aquel año, en diciembre de 1503, Lazcano se destacó en la toma de Garellano, un enfrentamiento bélico entre los Ejércitos de España y de Francia durante la Segunda Guerra de Nápoles, con victoria de las armas hispánicas. El capitán guipuzcoano dirigió la construcción y tendido de los pontones sobre el río Garellano, junto al golfo de Gaeta. Además del general Gonzalo Fernández de Córdoba, fue determinante la actuación del ingeniero militar Pedro Navarro. Tras esto, formó parte de la expedición de Prospero Colonna que trasladaba prisionero a César Borjia, enemigo de España.

TOMA DE GARELLANO POR EL GRAN CAPITÁN Y JUAN DE LAZCANO

En 1505, Lazcano tomó parte de una serie de campañas para dominar las costas berberiscas que había lanzado el rey Fernando el Católico junto al cardenal Francisco Jiménez de Cisneros. Para evitar más ataques de piratas, el papa de Roma había autorizado a Portugal el derecho de conquistar el Reino de Fez, en 1494, quedando el Reino de Tlemecén para España.

En septiembre de aquel año, tuvo lugar la toma de la toma de Mazalquivir, al que Lazcano asistió con tres naos gruesas de su propiedad cargadas de toda la artillería disponible, incluyendo falconetes y ribadoquines múltiples, con las que facilitar el desembarco de las tropas de Flórez de Marquina. Para ello, puso en práctica un sistema de protección basado en sacos de lana y algas que forraban los costados de las embarcaciones. Entonces, acercó sus naves a la fortaleza de Mazalquivir y la sometió a un intenso bombardeo de artillería y fusilería. Siendo este el objetivo a disparar y cañonear, permitió el desembarco nocturno de las tropas de Flórez de Marquina que se acantonaron en las alturas de la ciudad.

Por este ingenio naval, se le puede considerar a Lazcano como un precursor del blindaje naval. Con aquella defensa acorazada demostró una enorme superioridad contra sus enemigos a los que destruyó por completo en sus flotas.

En la Historia del rey Don Fernando el Católico. De las empresas y ligas de Italia que escribió Jerónomo Zurita en 1580, describía aquel episodio con atención en Lazcano en su capítulo Que el alcaide de Los Donceles capitán general de la armada de Castilla ganó el lugar de Mazarquivir de esta manera:
"... y la mayor parte de la gente de Orán se había puesto en la fortaleza, y en la punta, y por los desembarcaderos con toda su artillería aderezada a la ordenanza francesa: y tenían un gran baluarte a la punta con muchos traveses, que batían las dos partes de la mar, y tierra. Fue forzado entrar la armada debajo de su artillería: y dos naves gruesas, que eran de Lezcano, y de Flores de Marquina, que llevaban mucha artillería, se pusieron en puesto, que pudieron lombardear la fortaleza: y echóse la gente que estaba en las galeras, y barcas, con diversas fustas, en tierra: con gran trabajo, y peligro: porque el día fue muy tempestuoso, y de mucha agua, y de grandes truenos, y relámpagos."

TOMA DE CERIÑOLA POR EL GRAN CAPITÁN

En 1512, siendo capitán general de la Armada española del Norte, Lazcano escoltó a la flota inglesa con destino al puerto de Pasajes que traía un cuerpo de cerca de diez mil ingleses, principalmente arqueros al mando de Thomas Grey, marqués de Dorset. Debido a la alianza militar establecida entre España e Inglaterra, este contingente armado apoyó a las tropas de Fernando el Católico y el duque de Alba en la conquista de Navarra.

En 1518, con el acceso al trono de España de Carlos V de Alemania, Lazcano era comandante de la flota real.

Sus eminentes servicios y sobresalientes méritos durante tres décadas a la Monarquía española le proclaman como una de las figuras más gloriosas de la marina de Guipúzcoa.

La Crónica del Gran Capitán describió a Lazcano la siguiente semblanza:
"Era varón de mucha virtud por la mar y aun por la tierra; muy afortunado; siempre salía en todas sus refriegas victorioso."

Seoane lo ensalzó como
"Una figura guerrera de las más admirables que ha producido Guipúzcoa, no habiendo sido todo lo reverenciado que debía."

ESCUDO DE ARMAS DE LA CASA DE LAZCANO

20/08/2023

Joanes de Isasti y Juan López de Isasti


Marino que parte como capitán en la toma de Trípoli y Bujía en 1510


Joanes de Isasti nació en Rentería, Guipúzcoa, en el siglo XV. Pertenecía a la casa solar y linaje nobiliario de Isasti, situada en el valle de Oyarzun, una familia de tradición marina.

Participó en la expedición al litoral norteafricano dirigida por el cardenal Francisco Jiménez de Cisneros que supuso la conquista de Orán, en 1509, y Bugía y Trípoli, de 1510.

Isasti se distinguió en la toma de Bugía, pero protagonizó su actuación más destacada en la toma de Trípoli, durante la jornada de 26 de julio de 1510. Allí sirvió con su gente de Guipúzcoa y con dos naves, desde las que dirigió el asalto y toma de una torre y dos torrecillas con sus banderas.

En 1511, en conmemoración de su hazaña, la reina Juana le hizo merced de un escudo de armas a su linaje en el que figura sobre un campo verde, una fortaleza de plata y las tres torres menores ganadas con sus respectivas banderas, adornadas por una media luna en cada torre.

TOMA DE ORÁN POR EL CARDENAL CISNEROS

Su hijo fue Juan López de Isastinatural de Rentería y dedicado también al oficio de la guerra y la mar. Fue el primer general vasco de la Real Armada de la Carrera de Indias en 1543, asegurando la ruta de ultramar a través del océano Atlántico y el mar Caribe.

En 1543, escoltó a la Flota de Indias con dos naos y una carabela desde su salida en Sevilla hasta las islas Canarias. Era una pequeña armada cuyo objetivo era la protección de la flota mercante: la Flota de la Guarda de la Carrera de Indias. Allí encontró una nao francesa y tres pataches que habían capturado una carabela española cargada de vinos de las islas. López de Isasti los atacó inmediatamente, logrando rescatar la carabela. Después rindió la nao francesa, y por último, forzó a emprender una desesperada huida a los pataches restantes. Regresó con su magnífica presa a Sanlúcar y entregó a las autoridades los 70 prisioneros franceses, que se enviaron a servir a las galeras, como represalia al trato que aquella nación infligía a los cautivos españoles.

El bachiller Zaldivia relató en su Compendio historial de 1620 cómo un capitán homónimo, Juan López de Isasti, natural también de Rentería, fue enviado en 1540 por Carlos V para salvaguardar la carrera de Indias de corsarios franceses.

BARCO DE LA FLOTA DE LA CARRERA DE INDIAS

30/09/2020

Marcos de Isaba


Marino en el combate de Lepanto, destacó por publicar un libro referente al Ejército llamado Cuerpo enfermo de la milicia española

MARCOS DE ISABA

Marcos de Isaba era natural de Isaba, Navarra. Nació poco después de que lo hiciera Felipe II (1527) y murió unos años antes que su rey (1598). Tuvo una intensa vida entregada a la milicia con una experiencia de 40 años tomando parte muy activa en las luchas que Felipe II mantuvo en las diversas posesiones europeas, en uno de los periodos más intensos de la Historia de España.

En Nápoles escribió, junto con su cuñado Miguel Guerrero de Cáseda, un libro sobre la milicia, muy atrevido para su tiempo, donde quiso plasmar sus experiencias. El Cuerpo enfermo de la milicia española fue publicado en Madrid, en 1594. Reunía los abusos que según él existían en el ejército de la Monarquía hispánica. Hay una gran variabilidad de contenidos en la obra.

Sobre las disposiciones concernientes a los tiempos de ascenso Marcos de Isaba escribió:
"Hagamos y criemos de nuevo un soldado, el tiempo que ha de tener cuando comenzare, cuánto ha de ser obediente en tal nombre, cuánto ha de ser cabo de escuadra, sargento, alférez y qué edad ha de entrar para ser capitán y puesto en esto corra los grados y términos que es justo en la milicia tengan su fuerza y lugar y sea de esta manera."

El soldado debía tener una edad no menor de 20 años. Durante sus primeros cinco años en la milicia aprendió todo lo concerniente a usar de las armas, cumplir con las guardias, respetar a sus oficiales y obedecer las órdenes. Eran cinco años en los que el militar debía estar en permanente instrucción. Tras su periodo de formación, si ha cumplido con sus obligaciones podía ser promovido al primer empleo de la oficialidad: cabo de escuadra (un oficial en la milicia, inferior a capitán y a alférez).

Para infundir autoridad y para interiorizar sus obligaciones como cabo de escuadra con 25 años de edad, Isaba consideraba que era necesario preocuparse por la instrucción de su escuadra en el manejo de las armas, que obedezcan las órdenes sin murmuraciones, y hacerse respetar sin llegar a las manos. En dicho empleo puede estar un año y con 26 años ocupar plaza de sargento.

De sargento, debía cumplir 2 años y con 28 años optar a alférez. Con 3 años de alférez podía optar a capitán. De manera que con 32 años aproximadamente hasta los 50 años pueden ejercer como tal pues era edad robusta y sana para ejecución y obediencia en lo que se le encomendare.

Cuerpo enfermo milicia española Marcos Isaba
CUERPO ENFERMO DE LA MILICIA ESPAÑOLA, POR MARCOS DE ISABA

Con ocasión de fallecimiento del capitán, se produce una reacción en cadena desembocando en una cascada de ascensos. Así, el alférez, si lo merece se pondrá al frente de la compañía; el sargento la plaza de alférez; el cabo de escuadra más antiguo conseguirá la plaza de sargento; y el soldado que sea buen cristiano, diestro y disciplinado, ocupará la vacante de cabo. Isaba incidía en la importancia en el empleo de cabo de escuadra; entendiendo que el cabo de escuadra al saber cómo viven los soldados estará bien informado de todas las vicisitudes de la compañía.

Si se considerase por parte del capitán que el cabo de escuadra más antiguo de la compañía no tiene las capacidades para ser sargento, será el capitán el que se lo diga en una habitación aparte informándole de que en esa ocasión no se le puede ascender en grado, asegurándole que si hay enmienda en su comportamiento en una próxima ocasión se le ascenderá. Posteriormente se reunirá al resto de oficiales y la compañía y con "su parecer elegirá al que crea conveniente, a la misma vez, se hará lo propio con el soldado que deba de ocupar la escuadra del cabo que ahora asciende a sargento. Además se les hará entender que si cumplen su deber inherente al empleo que desempeñan serán en los demás cargos ocupados y antepuestos, hasta llegar a ser capitanes..."

COMBATE DE LEPANTO

Destacado en el combate de Lepanto, donde mandó una compañía de 178 hombres, perteneciente al tercio de Miguel de Moncada.

Góngora y Torreblanca escribieron:
"En esta batalla, uno de los más valientes capitanes, que más se señalaron, fue don Marcos de Isaba, tan celebrado en la Austriada del Regidor de Córdoba, pues teniendo el Ochaliren las galeras de Malta, y degollada gran parte de los comendadores, les embistió y peleó tan valerosamente con este famoso capitán, que en breve rato se la volvió a ganar y rescatar y en particular la capitana de ellas con el general Jofre Justiniano, que sólo con otro comendador habían dejado con vida, con muerte de muchos genízaros, que son los nervios del poderoso brazo del turco, e hizo en aquel tan sangriento día otros hechos heroicos y notables, y después de muy grandes servicios, fue a Castellano de Capúa en el reino de Nápoles."

Julio Altadill escribió:
"Don Marcos de Isaba, que figura en las bibliografías militares como autor digno de atención, se revela en su libro, no sólo de gran pensador, sino también como un carácter entero y amante de la verdad a toda costa."

28/07/2020

Juan de Areizaga y Guevara


Eclesiástico agustino y cosmógrafo en la Expedición de la Especiería a las Molucas por Jofre García de Loaysa en 1525, descubriendo el acceso al Virreinato de Nueva España a través del Pacífico

JUAN DE AREIZAGA Y GUEVARA

Juan de Areizaga y Guevara era natural de Zumaya, Guipúzcoa, donde nació aproximadamente en 1500. Aunque otras fuentes sitúan su villa de nacimiento en la próxima Villarreal de Urrechu, y relacionado con el linaje de los Areizaga de Urrechu, saga de militares y consejeros reales que se convertiría en baronía en el siglo XVI.

Fue clérigo y beneficiado de la Iglesia de San Pedro de Zumaya, era primo del capitán Santiago de Guevara, y amigo del gran marino Juan Sebastián Elcano. Fue este último almirante quien el introdujo en la Expedición a las islas de las Especias o Armada mercante de la Especiería a las Molucas, que dirigía Jofre García de Loaysa. Su puesto fue el de capellán de la expedición.

La expedición zarpó del puerto de La Coruña en julio de 1525, con la misión de tomar posesión de las islas Molucas para el emperador Carlos V. Areizaga se embarcó en el patache Santiago, al mando de Santiago de Guevara, con el cargo de capellán, además de realizar labores científicas como cosmógrafo.

El 14 de enero de 1526, Elcano ordenó inspeccionar el estuario del Río Gallegos, creyendo que era la entrada del Estrecho de Magallanes. Las naves fueron detenidas en la costa, mientras un chalupa realizaría la exploración del estuario. En la expedición iban el piloto Martín Pérez de Elcano, hermano del capitán, el artillero Roldán, el tesorero Bustamante, superviviente de la expedición de Magallanes y conocedor del estrecho, y el propio Areizaga, junto con otros cuatro hombres. Surgió el debate, pues mientras que Roldán y Bustamante consideraron el paso como accesible al Pacífico, Elcano y Areizaga decidieron seguir avanzando para una mejor comprobación. Tras avanzar más en el estuario, se dieron cuenta que no era el estrecho que buscaba. Para entonces la subida de la marea hizo desencallar las naves atracadas, la marea las hizo alejarse de Areizaga y sus compañeros, los cuales se quedaron en tierra. Areizaga tuvo la oportunidad de explorar la costa de Patagonia y tomar contacto con los nativos, los llamados patagones. Más tarde, pudieron reintegrarse en la expedición.

EXPEDICIÓN A LA ESPECIERÍA ZARPANDO DE LA CORUÑA

En 1526, las cuatro naves de la expedición doblaron el estrecho de Magallanes. Una tormenta las dispersó el 6 de junio, por lo que la Santiago hubo de proseguir el viaje en solitario sin apenas víveres. El patache Santiago se aproximó a las costas de actual estado de México, a la altura del golfo de Tehuantepec.

Areizaga debe su celebridad a la aventura que protagonizó en la costa occidental del recién fundado Virreinato de la Nueva España. Tras varios días de navegación con la tripulación enferma y carente de provisiones, el 11 de julio avistó tierra, así como grupos de indígenas que los observaban desde el litoral. El guipuzcoano se ofreció voluntario para alcanzar la costa en busca de auxilio, misión que culminó con éxito, no sin riesgo de perecer ahogado. No quedando botes a bordo, intentó llegar a tierra dentro de un cajón primero, nadando después, y pudo ganar la costa de Tehuantepec ayudado por unos indios, el 15 de julio de 1526.

Tuvo la precaución de llevar consigo una espada y un saco con regalos "porque no le matassen o comiessen". Pero éstos les depararon un amistoso recibimiento y ayudaron a desembarcar en tierra firme a los 50 tripulantes supervivientes del patache y a recuperarse en el poblado de Mazatán. El capitán Guevara pudo ponerse en contacto con el gobernador cristiano de la zona, quien les informó de que se hallaban en Nueva España.

Una vez recuperado Areizaga, el 31 de julio partió a la ciudad de México para dar cuenta al recién nombrado virrey de la Nueva España, Hernán Cortés, en representación del capitán Guevara, demasiado enfermo para hacerlo personalmente. La llegada de Areizaga y el resto de la comitiva causó una gran impresión en México. Cortés lo recibió con grandes muestras de distinción y afecto, admirado del relato de las peripecias y desgracias acaecidas a la expedición. Por eso, ordenó que se preparase otra expedición en la costa occidental de Nueva España a las órdenes de Álvaro de Saavedra, con el objetivo de buscar y rescatar de los restos de la maltrecha Armada de García de Loaysa, en 1527.

MAPA DEL VIRREINATO DE NUEVA ESPAÑA

El guipuzcoano Areizaga regresó a España en 1534, y a la iglesia de Zumaya al año siguiente. Con el circuito de su viaje, Areizaga demostró el acceso oceánico desde el Pacífico a Nueva España, confirmando el descubrimiento de Vasco Núñez de Balboa años atrás.

Gonzalo Fernández de Oviedo, cronista oficial de Indias, lo conoció un año después para que Areizaga le ofreciese un relató de su periplo americano que incluyó en su Historia de las Indias. Este autor lo describió como un hombre "de buena estatura de cuerpo" y comentó que "disposición tenía para trabajar". Sin embargo, ciertos detalles fantásticos del relato, que describe a los patagones como gigantes que doblaban en altura a los cristianos restan verosimilitud a la descripción que hizo Areizaga de las costumbres nativas.

La Colección de los Viajes y descubrimientos por los Españoles, la Historia de la Marina Real Española y otros libros, cuentan también esta aventura.

JUAN DE AREIZAGA Y HERNÁN CORTÉS

14/03/2019

Juan Martínez de Recalde y Sáez de Vasozavala


Marino y comerciante al servicio de Carlos V, encargado de organizar flotas para el transporte de soldados, caudales y correos entre la costa norte de España y los puertos de Flandes e Inglaterra

JUAN MARTÍNEZ DE RECALDE Y SÁEZ DE VASOZAVALA

Juan Martínez de Recalde y Sáez de Vasozavala era el padre del gran marino vizcaíno de mitad de siglo XVI general almirante de la Armada de Vizcaya con el mismo nombre Juan Martínez de Recalde y Larrinaga.

Recalde padre había estado al servicio de Carlos V desde aproximadamente 1519, sirviéndole como su hombre de confianza en Bilbao, su villa natal. Se encargaba de organizar las flotas para el emperador, por ejemplo, para el transporte de soldados y dinero hacia los Países Bajos, pero también de mantener un servicio de correos con pequeñas zabras entre la costa norte de España y los puertos de Flandes e Inglaterra.

Juan Martínez de Recalde era el primogénito de la familia, Martín Pérez de Recalde era el segundo varón, Sancho López de Recalde el tercero, y Francisco de Recalde el último. Se aprecia en esta familia como el primogénito y heredero del mayorazgo familiar conserva el mismo nombre y apellido de su progenitor, mientras que los demás hijos podían tener apellidos varios en combinación con el apellido de Recalde. A parte de estos cuatro hijos varones, Juan Martínez de Recalde y Marina Sáez de Vasozavala tuvieron también cuatro hijas: Catalina Sáez de Recalde, Toda Urtiz de Recalde, María López de Recalde, Menzía Urtiz de Recalde.

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GENEALOGÍA DEL LINAJE MARTÍNEZ DE RECALDE

Desde 1504, Recalde ya realizaba relaciones comerciales entre España y Países Bajos.

En 1508, aparecía a cargo de fiel, máxima autoridad de la Universidad de mercaderes e maestres de naos de Bilbao. Cargo que desempeñaría en 1509 y 1514, y también fue uno de los dos diputados de la Universidad en 1516. Un año antes había sido regidor de su ciudad. También había ocupado el cargo de cobrador del dinero para pagar a los hombres que iban a servir al soberano. Era uno de los mercaderes con mayor influencia en Bilbao.

Desde 1519, desempeñó varios cargos para el nuevo soberano de España, Carlos V. Su función más importante era la de proveedor de las flotas que se organizan en la costa norte de España, que incluía tanto la compra de productos como la construcción de barcos.

En 1523, se encontraba como capitán de navío, formando parte de la armada que se dirigía a los Países Bajos con 4.000 soldados españoles. Otra de sus actividades estos años fue la organización de una pequeña flota de zabras para transportar los correos de Carlos V hacia Inglaterra y los Países bajos. Por tales servicios reales recibía de la Corte una recompensa de 40.000 maravedíes anuales.

En 1553, el hijo del mismo nombre había empezado a ayudar activamente a su padre en sus funciones para Carlos V. Incluso ya tomaba parte en los negocios paternos desde al menos 1548. Aunque dirigían muchas operaciones para el emperador, seguían funcionando como mercaderes por cuenta propia. Así pues, recibían préstamos de los Fúcares que invertían en sus expediciones comerciales, hacían de transportistas de las mercancías de Diego de Bernuy o almacenistas ya que tenían lonjas.

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BILBAO EN EL SIGLO XVI Y ESCUDO DE MARTÍNEZ DE RECALDE

Cayó enfermo en 1553, y murió en julio de 1557. Su primogénito y futuro héroe naval ya se encargaba de la actividad empresarial. Las fuentes describen a este Recalde hijo "como buen trabajador, que entiende bien el comercio y que es capaz de sustituir a su padre sin dificultad".

Ambos Recaldes, padre e hijo, vincularon su vida y profesión al servicio de dos Austrias mayores, Carlos V y Felipe II, padre e hijo también. Dos servidores que desarrollaron un papel importante en los contactos entre España y los Países Bajos en los tiempos de prosperidad y paz y en otros de crisis y conflicto.

31/10/2018

Martín de Zamalbide


General del Mar del Sur y gobernador de la Armada de las Indias en 1651

MARTÍN DE ZAMALBIDE

Martín de Zubieta y López de Zamalbide nació en la villa de Rentería. Aunque era hijo de Francisco de Zubieta y de María López de Zamalbide, daba preferencia al apellido materno y firmaba con él, haciéndose llamar Martín de Zamalbide.

Según los archivos, fue general de la Armada del Sur y gobernador de la Armada de la Carrera de las Indias, nombrado en noviembre de 1651. Tenía a sus órdenes dos bajeles, la capitana de 1.500 toneladas y la almiranta de 1.152, otro galeón de 700 toneladas y un patache de 300, con artillería muy gruesa.

En el Archivo Municipal de Rentería existen tres copias de otras tantas cartas escritas por Martin de Zamalbide: una desde Panamá el 15 de noviembre de 1651 y dos desde Lima, el 8 y 21 de Agosto de 1655, de donde se entresacan los únicos datos que se tienen acerca de este esclarecido renteriano.

Hizo importantes donativos para la iglesia parroquial en donde fue bautizado y un legado para atender a los indigentes de la villa. Cuenta con una ermita de su nombre, que aparece a la derecha del caserío familiar donde nació. No se contentó Zamalbide con donativos a la iglesia, sino que mandó 3.000 pesos para que se formara un depósito de trigo con que socorrer a los pobres de la villa en caso de necesidad. Con parte de este dinero, se trajeron 250 fanegas de trigo y subsistió el depósito durante mucho tiempo, repartiendo este grano a los necesitados en años de escasez de la cosecha.

Murió en el Perú, el 25 de enero de 1658.

El Museo Oceanográfico de San Sebastián expone la maqueta de su casa solariega y su retrato.

CASA DE ZAMALBIDE EN RENTERÍA

MAQUETA DE LA ANTIGUA CASA DE ZAMALBIDE

31/07/2017

Juan Antón de Astigarribia


Marino y mercader esclavista del siglo XVI

JUAN ANTÓN DE ASTIGARRIBIA

Juan Antón de Astigarribia nació en Motrico en la primera mitad del siglo XVI. Se dedicó al comercio y al transporte marítimo de productos entre las áreas atlántica y mediterránea en la época de la gran expansión económica de la Corona española. Comerciaba con manufacturas de hierro vasco, frutos secos, pescado en salmuera, cereales e incluso esclavos negros.

Seguía los itinerarios usuales de muchos marinos de la época, para muchos de los vascos dedicados al transporte y el comercio: desde las costas del norte de Europa hasta casi el fondo del Mediterráneo, atracando en Inglaterra, Flandes, los Países Bajos, Francia, España, Portugal, Italia y Grecia.

Navegaba en una nao gruesa de 300 toneladas denominada La Trinidad, con la que efectuó muchos viajes y "ganó muchas sumas e cuantías de ducados", una verdadera fortuna para la época.

Fue un hombre decidido y firme en el mantenimiento de la disciplina de la tripulación. No dudó en abandonar a su suerte a su paisano y escribano de la tripulación, Martín de Arexmendi, en una prisión lejos de su tierra, desafiando todas las consecuencias de acciones como éstas.

El historiador José Antonio Azpiazu Elorza estudió la vida de Juan Antón de Astigarribia, un mercader de Mutrico en el tráfico de esclavos en el Mediterráneo en libro con el título Esclavos y traficantes. Historias ocultas del País Vasco.

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JUAN ANTÓN DE ASTIGARRIBIA

29/08/2016

Carlos de Amésquita


Almirante del siglo XVI que lideró la Expedición de saqueo a Cornualles

CARLOS DE AMÉSQUITA

Carlos de Amésquita, también llamado Amézquita, Amézqueta o Amézola.

En 1588, dio comienzo en Francia la llamada Guerra de los Tres Enriques, que enfrentó al rey Enrique III católico, al duque de Guisa y a Enrique III de Navarra por la Corona de Francia. Tras la muerte de los dos primeros, Enrique de Navarra, protestante, se convirtió en rey. Eso no podía ser tolerado por Felipe II de España, por lo que apoyó a la Liga Católica y envió un ejército a Bretaña al mando de Juan del Águila, en el que se encontraban los vascongados Carlos de Amésquita y Pedro de Zubiaur. Fue la primera de las Guerras anglo-españolas, que ya había comenzado en 1585.

En 1595, Juan del Águila decidió organizar una expedición de castigo contra Inglaterra, conocida como Batalla de Cornualles. Amésquita estuvo al mando de la expedición, a cargo de 3 compañías de arcabuceros que navegaron en 4 galeras: Capitana, Patrona, Peregrina y Bazana.

El 26 de julio, zarpó desde Blavet y, después de recalar en Penmarch, desembarcó en la bahía de Mount (Cornualles) el 2 de agosto. Tras quemar la villa de Mousehole, Amésquita y sus soldados reembarcaron en sus galeras y navegaron dos millas más. De nuevo, tomaron por las armas el fuerte de Penzance y lo prendieron fuego. En este último celebraron una misa, prometiendo construir una iglesia después de que Inglaterra fuera derrotada. Siguieron asaltando otras villas costeras: Mouse Hole, Newlyn, Paul y Penzance; apresando buques mercantes con carga, y hundiendo 2 buques holandeses.

ATAQUE DE LA ARMADA DE AMESQUITA A PENANCE


De regreso a Blavet, Amésquita fue capaz de evitar que la flota fuese apresada por una escuadra inglesa en persecución, comandada por Francis Drake y John Hawkins.

La expedición de Amésquita fue una de las pocas veces en que soldados españoles desembarcaron en Inglaterra, aunque no la única.

Carlos Amézola continuó participando en esta Guerra Anglo-española, acosando a la navegación mercantil de ingleses y holandeses en el Canal de la Mancha. Sin embargo, sus esfuerzos no obtuvieron resultados debido a que la flota de Ambrosio Espinola instalada en Flandes no pudo zarpar para tomar las ciudades del sur de Inglaterra entre los años 1600 y 1602.

28/06/2016

Juan de Zubileta


Marino paje de la nao Victoria con la que dio la primera vuelta al Mundo al mando de Juan Sebastián de Elcano en la Expedición a las Molucas en 1519-1522

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JUAN DE ZUBILETA

Juan de Zubileta nació en Baracaldo, en el barrio de Zubileta, situado en la margen izquierda del río Cadagua. Sus padres eran Martín Ochoa de Zubileta y Sancha.

Pasó a la historia por formar parte de la Expedición de las islas de las Especias al mando de Fernando de Magallanes y que terminó con una muy reducida tripulación de 18 hombres al mando del insigne marinero guipuzcoano Juan Sebastián Elcano. Fue la expedición a las islas Molucas fue la primera en dar la vuelta al mundo, a principios del siglo XVI. Partió del puerto de Sevilla el 10 de agosto de 1519 y terminó en el puerto gaditano de Sanlúcar de Barrameda el 6 de septiembre de 1522, tras recorrer 14.000 leguas marinas.

Ya desde tiempos de los Reyes Católicos, las islas Molucas, al noroeste de las Filipinas, eran un objetivo para la Monarquía hispánica, en clara lucha mercantil con el Reino de Portugal. La comercialización de las especias asiáticas para la condimentación de muchos manjares suponía un enorme ingreso de caudales monetarios para cualquier monarca europeo.

Juan de Zubileta fue paje en uno de los cinco barcos que formaban la expedición. Tenía instrucción en artes de marinar y sabía leer y escribir en castellano. Se alistó en esta aventura cuando contaba con tan solo quince años de edad, y después de tres años regresó a la ribera de Sevilla.

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NAO VICTORIA

A comienzos del siglo XVI, la marinería vizcaína estaba concentrada en las rías de Guernica y Bilbao, así como en los puertos pesqueros de Bermeo, Lequeitio y Ondarroa. De estos lugares fueron la mayor parte de los vizcaínos que participaron en las expediciones descubridoras y colonizadoras del Nuevo Mundo y de las islas Orientales. En esta en concreto, embarcaron varios marinos provenientes de la ribera de Deusto, de Bilbao y de Barakaldo, de los cuales consiguieron sobrevivir el capitán de la Armada, Juan Sebastián Elcano de Getaria, el maestre Juan de Acurio y Berriz de Bermeo, el grumete Juan de Arratia de Bilbao y el paje Juan de Zubileta de Baracaldo. El resto fallecieron en la travesía, quedaron en las islas de Cabo Verde, prisioneros de los portugueses, o regresaron a España más tarde sin que se tuviera noticias de ellos.

Juan de Arratia y Juan de Zubileta fueron los dos únicos que realizaron toda la larga travesía en la misma nave Victoria, sin haber navegado antes en cualquiera de las otras cuatro de la Armada de Magallanes. El mismo Juan Sebastián Elcano cambió de embarcación en varias ocasiones. En realidad se puede decir que de la nave Victoria sólo hubo dos supervivientes.

En el proceso de Badajoz sobre la muerte de Magallanes declararon algunos de los 18 supervivientes, y entre ellos estaba Juan de Zubileta. Su declaración, clara y precisa, lleva su firma. En recompensa a tan difícil hazaña, recibió 500 maravedíes equivalentes al sueldo de un año, así como varios quintales en especia.

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JUAN DE ZUBILETA EN PLACA CONMEMORATIVA

15/06/2016

Bartolomé Ferrelo


Capitán de la Expedición a la costa oriental americana de 1542

BARTOLOMÉ FERRELO

Bartolomé Ferrelo era natural de Bilbao, Vizcaya, donde nació en 1499. Pasó a la historia marítima por ser piloto de la expedición de Juan Rodríguez Cabrillo para explorar la parte norte de California. Fue la primera exploración de la costa oriental norteamericana.

En 1542, iba como piloto a las órdenes de Rodríguez Cabrillo, capitán portugués enviado por Mendoza, el virrey de México, para la exploración de la parte norte del actual estado de California. La expedición estaba compuesta de tres naves: el San Salvador, la nave insignia, un galeón de 200 toneladas que Cabrillo mismo había construido; la Victoria de unas 100 toneladas; y la fragata o bergantín San Miguel con 26 remos. La expedición de Cabrillo fue la primera exploración que se adentró en la costa oriental de los actuales Estados Unidos.

La pequeña flota partió el 27 de junio desde Barra de Navidad (Jalisco) y acompañaban a Cabrillo marineros, soldados, indios, esclavos africanos, un sacerdote, alimentos para dos años, animales en pie y mercancías. Navegaron a lo largo de la costa hasta punta del Año Nuevo (37°10'N), al norte del actual Monterrey. Las naves se separaron debido a los fuertes vientos y tormentas. Después de varios días de búsqueda se reunieron el 15 de noviembre para navegan sin rumbo, descubriendo la bahía de los Pinos (Monterey Bay).

CARTOGRAFÍA DE LA EXPEDICIÓN DE CABRILLO Y FERRELO

El 18 de noviembre navegaban hacia el sur, buscando el resguardo de la bahía de la isla de San Miguel, adonde arribaron el día 23. Los siguientes tres meses los pasaron ahí resguardándose de las tormentas invernales y reparando las embarcaciones. Durante la estancia, Cabrillo moría por una herida gangrenada en enero de 1542.

Ferrelo le sucedió en el mando como capitán de la flota y continuaron los descubrimientos hacia el norte, hasta alcanzar la latitud 43°N, donde vio la costa del cabo Blanco, que más tarde George Vancouver bautizará como cabo Orford (Oregón).

El frío excesivo, la falta de provisiones, las enfermedades y la insalubridad de su barco, les obligaron a regresar sin alcanzar el paralelo mencionado en sus instrucciones. A los 41°30'N se dio cuenta de un punto destacado en tierra al que, en honor del virrey, le dio el nombre de cabo Mendocino. Desde este punto se embarcó de regreso a Barra de Navidad, situado a 19°45'N, adonde llegaron el 14 de abril 1543. Gracias a esta exploración Ferrelo estableció que la costa norteamericana del océano Pacífico era una línea continua entre esos dos puntos.

A los pocos años, murió en la ciudad de México, en 1550.

13/05/2016

Rodrigo de Portuondo


General de Mar al servicio de Carlos V, muerto en el combate de Formentera de 1523

RODRIGO DE PORTUONDO


Rodrigo de Portuondo nació en Mundaca, Vizcaya, a finales del siglo XV,  fue un marino amigo de Ignacio de Loyola, se reencontró con él en Génova y lo llevó gratis a Barcelona en su nave.

En 1523, estaba al servicio del emperador Carlos V de España, como capitán general de Armada. Con este alto cargo se puso al mando de las cuatro galeras de la Flota del Reino de Granada, en 1529, para la guarda de estas costas.

El 25 de octubre de este año, tomó parte en el combate de Formentera, frente al islote de Espalmador, al mando de una escuadra de 8 galeras y 2 bergantines. Murió durante la lucha contra el corsario turco Hardín Cachidiablo, llamado Drub el Diablo, a quien había estado buscando para acabar con sus actividades corsarias. Se le habían ofrecido 10.000 ducados para liberar a las familias moriscas prisioneras del turco. Cachidiablo capturó 7 de sus galeras y a su hijo, Domingo de Portuondo, que herido en combate y trasladado a Constantinopla. Allí murió empalado, en 1530.

Rodrigo de Portundo es un personaje de la novela Almirante del Sultán, en el que se inspiró Edward Rosset.

COMBATE NAVAL DE FORMENTERA Y ESCUDO DE PORTUONDO

13/01/2016

Toribio Alonso de Salazar


Capitán general de Armada en la Expedición a las islas Molucas de Jofre de Loaisa, posiblemente el primer europeo en descubrir las islas Carolinas

TORIBIO ALONSO DE SALAZAR

Toribio Alonso de Salazar era natural de las Encartaciones, Vizcaya, donde nació a finales del siglo XVI. Salazar es considerado uno de los vascos universales, aunque su fama fue efímera. La vocación de marino le hizo enlistarse en la cúspide de su carrera en la Expedición marítima a la Especiería, en 1525, al mando de Jofre García de Loaisa en la nao San Lesmes, donde fue nombrado tesorero.

Durante el viaje, murieron de escorbuto Jofre García de Loaysa y Juan Sebastián de Elcano. Salazar pasó al mando de la nave Santa María de la Victoria, como capitán general de la expedición, el 6 de agosto de 1526. Su barco era la única nao superviviente de la expedición de Loaisa que intentó ampliar la circunnavegación del globo que había realizado la de Magallanes y Elcano pocos años antes.

Salazar pasó a la historia de la geografía universal por ser el primer europeo en descubrir las islas Carolinas (islas Marshall), el 21 de agosto de 1526, aunque no se tiene constancia de que atracara y la explorase. Además, es bastante probable que avistase también el atolón Bokak.

El 5 de septiembre de 1526, la expedición de Salazar llegó a las islas Marianas, pero diez días después falleció por escorbuto tras apenas 40 días de jefatura.

Tras su muerte, le sucedió en la jefatura Martín Íñiguez de Carquizano, quien había sido nombrado como tesorero general de la expedición por el propio Salazar.

ISLAS MARIANAS, PALAOS Y CAROLINAS

25/12/2015

Marcos Aramburu


Capitán general de la Armada de Guipúzcoa y capitán general de la Flota de la Carrera de Indias de finales del siglo XVI

MARCOS ARAMBURU

Marcos Aramburu nació en San Sebastián, Guipúzcoa, en 1547. En 1581, participó en el combate de San Miguel de Azores contra la flota francesa, estando a las órdenes de Antonio de Oquendo como general de la Armada de Guipúzcoa.

Tras el desastre de la Real Armada de Felipe II en 1588, la flota inglesa intentó contraatacar en el puerto de Lisboa, al mando de Francis Drake. Aramburu participó en la defensa de Lisboa de 1589 y en la posterior persecución que las naves españolas hicieron sobre las inglesas en huida, hundiendo 2 buques del total de 12 capturas.

En 1591, ya dirigía la Escuadra de galeones de Guipúzcoa, mientras que la Escuadra de Vizcaya lo hacía Martín de Bertendona, estando como capitán general de la Armada de Océano Alonso de Bazán.

Por aquel entonces supo de la llegada de la flota inglesa de Thomas Howard a las inmediaciones de las islas Terceras (Azores). Ante la posibilidad de un asalto, se reunieron todas las escuadras de galeones españoles: la de los almirantes vascongados Antonio de Urquiola y de Martín de Bertendona, además de Marcos Aramburu; también las escuadras de Sancho Pardo y la portuguesa de Luis Coutiño. Llegaron a reunir una flota de 63 galeones y filibotes, con una tripulación de 7.200 hombres, mientras que los ingleses acumularon 22 buques de los cuales 6 eran grandes galeones.

Los almirantes españoles sabían el punto concreto donde los ingleses podrían abordar a los galeones de la Flota de la Carrera de Indias procedentes de Tierra Firme: entre las islas del Cuervo y de Flores. Debido a una racha de viento fortuita, la nave capitana de Sancho Pardo sufrió una avería que generaría un retraso en la marcha y no poder coger por sorpresa a la flota inglesa. Cuando la escuadra inglesa avistó a la española, Howard maniobró para ganar barlovento, pero la española aprovechando su inercia en curso pudo situarse a tiro de cañón dando comienzo el combate. Los ingleses, siempre temerosos de un posible abordaje español, mantuvieron las distancias.

El único buque inglés que entró en la lucha directa fue Revenge, de 43 piezas de artillería, conocido por haber sido gobernado por Francis Drake, ahora por Richard Greenville. El Revenge se quedó aislado del resto de la flota británica, que huía en maniobras evasivas, siendo atacado por la escuadra hispánica.

No vendieron fácil su derrota, ya que durante varias horas y hasta anochecer, el Revenge se defendió de las sucesivas embestidas de las principales naves españolas: la de Claudio de Beamonte, la de Martín de Bertedona, la de Marcos Aramburu, la de Antonio Manrique y la de Luis Cotiño. Los hombres de Aramburu consiguieron llegar al palo mayor y capturar el estandarte enemigo a pesar del fuego que recibían.

El Revenge tenían el casco reventado, sin mástiles en pie, y con 150 de sus hombres muertos o heridos. Su almirante fue recibido en el galeón de Alonso de Bazán con todos los honores por su valor y atendido por médicos tras encajar disparo de arcabuz. También los buques ingleses que huyeron recibieron el acoso y disparo de otros buques españoles en su caza, aunque sin resultados constatables.<

Las dos Flotas de Indias, la de Tierra Firme de Diego de la Rivera y la de Nueva España de Aparicio de Arteaga, pudieron reunirse aunque un tanto maltrechas por la acción de temporales huracanados. Tras repararse algunas y repartir las mercancías de valor de las que se hundieron en puerto, la Flota de la Carrera de Indias pudo zarpar de nuevo hasta tomar la bahía de Cádiz.

buque inglés revenge marcos aramburu contraarmada
BUQUE INGLÉS REVENGE

Debido a sus heroicos servicios, Marcos Aramburu recibió el mando de la Flota de la Carrera de Indias, en 1593. Tras zarpar en enero desde Cádiz arribó el puerto de Veracruz en el virreinato de Nueva España. Entre sus tripulantes se encontraban varias decenas de religiosos franciscanos en misión evangelizadora americana, uno de ellos era el navarro Martín de la Ascensión.

En 1596, recibió la orden del rey Felipe II de formar parte de la escuadra de asalto a Irlanda en apoyo del católico conde de Tyrone, con el objetivo de recuperar esta isla para la Cristiandad católica y expulsar a los ingleses. Su escuadra estaba formada por 11 galeones y 4 pataches, los cuales fueron cargados de armas y pertrechos y de infantería y marinería para proveer a los 11 galeones que se habían construido en el Señorío de Vizcaya.

La expedición, compuesta de 100 naves, chocó de frente contra los elemento, y de nuevo un fuerte temporal que se levanto el 28 de octubre hizo que 25 buques terminasen hundidos en las costas de Corcubión y del cabo Finisterre, muriendo en torno a 2.000 hombres.

MARCOS ARAMBURU PERSIGUE A LA FLOTA DE FRANCIS DRAKE

Al año siguiente, Felipe II ordenó un nuevo intento de asaltar las costas británicas. Ferrol sería la nueva base de partida de una flota de combate que contaba con Martín Padilla como almirante general, con Diego Brochero como almirante capitán, y a otros almirantes vascongados de sobrada experiencia y reputación como Marcos Aramburu, Pedro Zubiaur, Joanes de Villaviciosa, Martín de Bertendona, Antonio de Urquiola y Juan Oliste.

La flota se fue organizando y en febrero de 1598 reunieron un total de 85 embarcaciones. El espionaje inglés supo de esta nueva expedición naval, por lo que no tardó en conseguir 125 buques más otros 25 holandeses. Al mando del conde de Essex, esta armada anglo-holandesa partió hacia Ferrol con el objetivo de destruir la nueva flota española. Llegando al cabo Finisterre comenzó un gran temporal cuya marea los traslado hasta las islas Azores, y que desencadenó además una trifulca entre los almirantes ingleses y holandeses Howard, Essex y Raleigh.

Antes este fracaso, la flota anglo-holandesa permaneció en las islas Azores a la espera de la llegada de la flota mercante de la Carrera de Indias, que estaba comandada por Juan Gutiérrez de Garybay. Este capitán, junto a Bernardino de Avellaneda, había derrotado a la escuadra del corsario inglés Francis Drake en la isla de los Pinos. Y, de nuevo volvió a burlarse de los ingleses, porque antes de que llegaran zarpó con una flota de 54 embarcaciones, siendo capturados tan solo 4, que eran los más lentos y con menos valor.

A principios de octubre, la flota expedicionaria ya estaba compuesta por 136 buques, de los cuales 24 eran carabelas, que portaban 8.634 infantes, 4.000 marineros y 300 caballos. Pero faltaba unirse Marcos Aramburu con su escuadra formada por 32 navíos, que trasportaban a dos Tercios de Infantería de Nápoles y uno de Lombardía. Otra vez, los vientos contrarios impidieron que la flota de Aramburu llegase a tiempo, habiendo zarpado la expedición de Ferrol.