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01/03/2025

Alegoría de la defensa de Filipinas por el alavés Simón de Anda y Salazar


Alegoría de la defensa de Filipinas por el alavés don Simón de Anda y Salazar es un óleo sobre lienzo pintado en 1762, cuya autoría es desconocida. Tiene unas dimensiones de 238,5 centímetros de alto por 335 de ancho, y se expone en una sala del Museo de Bellas Artes de Álava en Vitoria.

El magistrado en la Audiencia de Manila, el alavés Simón de Anda y Salazar, se distinguió en la resistencia española del archipiélago frente a una invasión de la flota británica, siendo el principal artífice de la permanencia en el Imperio español.

Tras ser apresado el gobernador en funciones Manuel Antonio Rojo, el oidor Anda se proclamó de manera interina gobernador y capitán general de Filipinas desde 1762 a 1764, en la ciudad de Bacolor de Pampanga, en la isla de Luzón. Desde allí, encabezó un movimiento de resistencia al invasor inglés, a quien mantuvo sitiado en la capital Manila y en el puerto marítimo Cavite hasta su capitulación, con la ayuda de españoles y nativos filipinos leales. Posteriormente, fue nombrado gobernador titular desde 1770 hasta 1776.

ALEGORÍA DE LA DEFENSA DE FILIPINAS POR EL ALAVÉS SIMÓN DE ANDA

El lienzo está dividido en 22 secciones que describen la defensa española de las islas Filipinas frente a un ataque de la Armada inglesa en 1762, aprovechando el contexto de rivalidad entre España y Gran Bretaña durante la Guerra de los Siete Años.

En el centro de la obra se encuentra un mapa del archipiélago y en su parte superior destaca un retrato de Simón de Anda junto a un ángel con trompeta anunciando la victoria española. En la parte inferior aparece un pergamino con un texto explicativo en español de la época sobre las 22 secciones. La letra está bastante desgastada y algunas palabras desaparecidas de forma parcial o total, por lo que es difícil su comprensión en algunas frases, resultando un mensaje ilógico o sin sentido.

También aparece el escudo real de Carlos III y el escudo nobiliario de Anda.

AÑO DE 1762

1. El día 4 de octubre a las 10 de la noche, estando sitiada la ciudad d Manila por los ingleses, salí de esta el oidor Simón de Anda y Salazar con Ricardo Villaseñor, abogado fiscal, y José de Villegas Flores, con real provisión de juez, visitador general de todas las provincias, y teniente de gobernador y capitán general.



2. El día 5 en la Provincia de Bucalan, inteligenciado de haber tomado por asalto en enemigo inglés la ciudad de Manila declara conservarle y continuarse en el solo la Real Audiencia, y que a esta correspondía el Gobierno y Capitanía

4. En contraposición la Real Audiencia Gobernadora declara a el Gobierno, y Consejo Británico de Manila por no vasallo de su soberano y ser piratas, y ofreció diez mil pesos a el que prendiese a cualquiera de sus individuos, o entregase sus cabezas.

A… Da Ord' la misma A … …ra que el cancill' de S. M. y de el Comercil, q trajo el Filipino y estaba… P… aquí por la Contra costa a Sa…fe con fig…



3. Declarado y publicado en 4 de noviembre el Consejo, y Gobierno Británico por rebelde a las dos Coronas Británica y Católica repitió este execrable exceso por 2ª y 3ª vez ofreciendo cinco mil pesos a quien lo entregasen vivo o muerto.



5. Convoca a Juna General a las dos Provincias de Bucalan y Pampariga en 7 de (…) da(…) y resuélvase en ellas conservar el país en la obediencia de su majestad católica … la posesión q pretendía por la cesión violenta que se le había hecho.



6. Acamparon dos regímenes de indios pamparigos, Bulaces en las cercanías de Midoro de Meislylo, avistados del enemigo, huyeron advertidos por el traidor Orendain, y los llevaron a Manila.



7. Descúbrase la conjura de los sangleses (chinos afincados en Filipinas) en Manila, y el 22 de diciembre. En batalla campal fueron vencidos con muchos muertos por ambas partes. Fueron presos más de 400 y por consejo de guerra padecieron la pena de degüelle.



8. Procuran los ingleses tener inteligencia con los pamparingos por medio del traidor Orendain. La Real Audiencia los descubrió, y el 16 de enero celebra Junta Provincial, y en ella queda acordado padezca el que delinquiere en infidencia, con lo que se evitó el peligro.



9. Tomó el enemigo en 23 de enero el pueblo de Bucalan, por haberse acabado la pólvora. El alcalde mayor Francisco Cavada, Francisco Ibarra y el fraile Agustín de la orden Agustinos Recoletos murieron matando. Fueron prisioneros pocos españoles e indios, y entregados a la crueldad de los chinos para que los matases. Quedan libres José Eslaba, Francisco Galán y treinta fusileros, con los cuales y los indios de la Pamparinga y Bucalan cedieron la Real Audiencia al enemigo, desampara este su puesto y huyó a Manila.



10. Rebelase la Provincia de Ylocos, engañada por Diego Silan, nombran a este por alcalde los ingleses. Espele al que estaba por rey, mata a los españoles, prende al obispo Iztariz y religiosos agustinos para degollarlos, ofree a la Real Audiencia Gobernadora mil pesos por la cabeza del traidor a Miguel Gerónimo Vicos, mata este al tirano de un trabucazo cargado por María Leonor Josefa India pral y mujer de Esteban de los Reyes natural de Cádiz en la primera refriega.

11. José de Busto, Francisco Galán, Mario Cabanillas y otros trece españoles combaten a dos mil chinos, ingleses y sipayes. Libertan al cura del pueblo de Quiapo quien someten crueldades. Pero vencidos con pérdida de muchos se retiraron precipitadamente a Manila, llevando los nuestros las campanas del pueblo a la fundación de la Pampariga.



12. En la fundación de Manila, mandado por José de Busto, sale derrotado el inglés. No obstante, fue desmontada la artillería y perdida la formación, el costado izquierdo ocupado por una compañía Pampariga.



13. La Provincia de Pangalihan se revela y envía a la Real Audiencia Gobernadora a Fernando de Araya a aplacarlos. Les gana el estandarte en Bayamban y se fingen reducidos para que se retirase la tropa española. Reinciden con más furor en la revuelta. La Real Audiencia procura atraerlos de paz, les ofrece en rehenes a Tomás de Anda, su hijo, no le admiten, matan al justicia mayor, pegan fuego al Convento de Calasian en cuia Torre se liberto el alcalde con dos españoles. Envía la Real Audiencia a Pedro Bonardel y a Mariano Anza y Urrutia con tropa para llevarlo todo a sangre y fuego, como se ejecutó libertando al alcalde y gobernador provincial el castigo.



14. Esta Audiencia Gobernadora su residencia en Bacolor, capital de la Pamparinga y planea la defensa de las islas, y fábricas de pólvora. Dispones de medios de beneficiar salitre, con que consigue hacer pólvora de mejor calidad que la de los ingleses.



15. Emprende fundición de artillería y lo consigue y establece para el mismo efecto.



16. Forma herrerías para la construcción y composición de armas y suministros de obras reales.



17. Consigue formar un lúcido Ejército de Infantería y Caballería española, con regimientos bojolanos y tagalos, con que se formó el real campo en el pueblo de Polo a cientos de leguas de Manila, al comandante José Busto.



18. Forma la Compañía del Príncipe y Cuerpo de Infantería amparo en Guaya pueblo de la Pampinga al mando de Fernando Araya.



19. Toman los ingleses el Convento de Orión en la Provincia de Batan, y son son rechazados por los españoles y naturales de ella comandante Pedro Boan.



20. Van los ingleses a Binan en la laguna de Bay, y son también rechazados por los españoles e indios.



21. Entra el ejército del rey a tomar posesión de Manila y a su frente el oidor Simón de Anda y Salazar con José de Busto.



22. En virtud de la cesión de las islas hecha a favor de los ingleses, estos señores de nombrados títulos de alcaldes y gobernadores de servidumbre del rey de Inglaterra. Lo que resiste interinamente, la Real Audiencia, Gobernación de su majestad entregan títulos que pertenecen.



23. Declarado de Anda por rebela a las dos majestades, despachan los ingleses. Persona, quien para evitar el peligro, aunque dio en audiencia, a todos fue con la preocupación de dos pistolas amartilladas y bayoneta sobre la mesa.



NOTA. Los militares vestidos de encarnado son ingleses, los demás españoles o nativos tagalos.


29/05/2024

Juan de Amézqueta en la recuperación de Puerto Rico, por Eugenio Cajés


La pintura La recuperación de la isla de Puerto Rico por el gobernador de la isla, Juan de Haro fue realizada por el madrileñ Eugenio Cajés en 1636. El objetivo de la misma era decorar el Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro en Madrid. Se trata de uno de los doce óleos que componen el conjunto pictórico que retratan las batallas victoriosas y la supremacía militar de los Reales Tercios de Infantería del Imperio español sobre sus enemigos en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) durante los primeros años del reinado de Felipe IV. 

Este es un óleo sobre lienzo de unas dimensiones de 290 centímetros de alto por 344 de ancho. En la actualidad, esta obra se expone en el Museo del Prado.

LA RECUPERACIÓN DE LA ISLA DE PUERTO RICO

La pintura está dividida en dos partes. A la derecha, aparecen Juan de Haro
y Salvítores, gobernador y capitán general de la isla caribeña de Puerto Rico, manteniendo conversación con el capitán guipuzcoano Juan de Amézqueta y Quijano. El oficial vascongado aparece de espaldas, sosteniendo un sombrero con la mano izquierda y un bastón de mando con la derecha, con orla roja en el cuerpo. A la izquierda aparece los infantes de los Reales Tercios españoles armados y corriendo tras los invasores holandeses que huyen hasta la playa de San Juan, donde montan en barcas hasta sus navíos.

Este episodio de la historia de España tuvo lugar el 5 de octubre de 1625. Se trata de la expulsión de un ejército de 2.000 holandeses que llegaron en 17 embarcaciones el 25 de septiembre a la Capitanía General de Puerto Rico, perteneciente al Virreinato de la Nueva España, al mando del general Balduino Enrico (Boudewijn Hendricksz), arrasando la ciudad de San Juan y poniendo sitio a la fortaleza de San Felipe del Morro.

Tras diez días de resistencia, un grupo de unos 50 infantes al mando del capitán Juan de Amézqueta realizó un contrataque por sorpresa sobre las trincheras holandesas que ocasionó más de 60 bajas, la herida de su general y la huida de los sitiadores. Amézqueta se enfrentó personalmente con el general enemigo Balduino Enrico, a quien hirió en la garganta con su espada.

JUAN DE HARO Y JUAN DE AMÉZQUETA

SOLDADOS ESPAÑOLES VS SOLDADOS HOLANDESES

02/02/2024

Pintura sobre Cosme Damián de Churruca en el combate de Trafalgar


La figura del brigadier Cosme Damián de Churruca y Elorza ha sido representada por la pintura militar española en varias ocasiones. Simboliza un heroísmo trágico, asociado a la muerte en el combate de Trafalgar, el 21 de octubre de 1805, al mando del navío San Juan de Nepomuceno. Cayó cuando una bala de cañón impactó en una pierna, mientras que dirigía a su tripulación en el puente de mando.

La representación pictórica de la muerte de Churruca en Trafalgar sigue el modelo las muertes producidas en plena acción de batalla, opuestas a las defunciones tranquilas sobre una cama, más habitual en la pintura histórica.

Esta concepción pictórica fue tomada por primera vez por Francisco Sans Cabot mediante su obra La muerte de Churruca, en 1865. Según el historiador Nicolás de Soraluce, Sans "quiso también entonces contribuir é hizo un cuadro colosal…, tan á lo vivo representada, que mereció tantos aplausos de la prensa de Madrid". Este enorme cuadro de cuatro metros de alto por tres de ancho fue presentado a la Exposición Nacional de 1866, aunque en la actualidad se halla en paradero desconocido.

CHURRUCA EN TRAFALGAR, POR EMILIO MILLÁN

Pocos años después, en 1871, Emilio Millán realizó una pintura un poco vaga en cuanto a su calidad técnica que reproducen el momento del impacto de bala de cañón sobre Churruca. Millán no se basó en el habitual modelo iconográfico de marino guipuzcoano, pero fue iniciador del escenario del protagonista: la cubierta del San Juan Nepomuceno. Churruca aparece en el centro de la composición, en el momento que recibe el impacto del cañonazo, junto a dos oficiales del navío: el de la izquierda muestra su sorpresa al ver a su brigadier arrodillado en el suelo, mientras el de la derecha corre a ayudarle. Posiblemente, el autor haya eludido la representación de la herida por su incapacidad técnica. La escena se completa con los destrozos producidos en el combate, entre los que continúan luchando cuatro marineros. En la actualidad se muestra en el Museo Histórico Municipal de Cádiz.

Si alguien ha sabido describir mejor que nadie el momento del impacto del cañonazo en Churruca y su desenlace final de forma narrativa ese ha sido por el escritor Benito Pérez Galdós en su obra Trafalgar, en 1873, novela histórica con la que iniciaba sus Episodios Nacionales. Podría ser que a partir de esta escena narrativa las siguientes obras pictóricas se inspirasen en el relato descrito magistralmente por el literato canario.
"Churruca..., dirigía la acción con serenidad asombrosa. Comprendiendo que la destreza había de suplir a la fuerza, economizaba los tiros y lo fiaba todo a la buena puntería, consiguiendo así que cada bala hiciera un estrago positivo en los enemigos. A todo atendía, todo lo disponía, y la metralla y las balas corrían sobre su cabeza, sin que ni una sola vez se inmutara. Aquel hombre, débil y enfermizo, cuyo hermoso y triste semblante no parecía nacido para arrostrar escenas tan espantosas, nos infundía a todos misterioso ardor sólo con el rayo de su mirada. Pero Dios no quiso que saliera vivo de la terrible porfía. Viendo que no era posible hostilizar a un navío que por la proa molestaba al San Juan impunemente, fue él mismo a apuntar el cañón, y logró desarbolar al contrario. Volvía al alcázar de popa, cuando una bala de cañón le alcanzó en la pierna derecha, con tal acierto, que casi se la desprendió del modo más doloroso por la parte alta del muslo. Corrimos a sostenerlo, y el héroe cayó en mis brazos. ¡Qué terrible momento! Aún me parece que siento bajo mi mano el violento palpitar de un corazón que hasta en aquel instante terrible no latía sino por la patria. Su decaimiento físico fue rapidísimo: le vi esforzándose por erguir la cabeza, que se le inclinaba sobre el pecho; le vi tratando de reanimar con una sonrisa su semblante, cubierto ya de mortal palidez, mientras con voz apenas alterada exclamó: "Esto no es nada. Siga el fuego". Su espíritu se rebelaba contra la muerte, disimulando el fuerte dolor de un cuerpo mutilado, cuyas postreras palpitaciones se extinguían de segundo en segundo."

MUERTE DE CHURRUCA EN TRAFALGAR, POR EUGENIO ÁLVAREZ DUMONT

Sin duda, la pintura más conocida es la Muerte de Churruca en Trafalgar realizada por Eugenio Álvarez Dumont, en 1892. Es un óleo sobre lienzo de 300 cms. de altura y 639 cms. Aunque pertenezca al Museo del Prado, se encuentra en el Instituto de Educación Secundaria Canarias Cebrera Pinto, en el municipio de La Laguna de Tenerife.

Siguiendo el patrón representativo de Churruca en pleno combate, Dumont expuso el momento del impacto del brigadier visto de perfil, aunque es más evidente la omisión de la amputación de la pierna incluso que el cuadro de Millán. Es más, Churruca aparece todavía de pie, con el uniforme impoluto y con un leve gesto de dolor. Es un aspecto incomprensible teniendo en cuenta que se trata de pintura histórica que debe representar un hecho pasado, quizás su intención era mostrar al héroe intacto y ajeno al sufrimiento humano. En todo caso, esta obra ha permanecido como paradigma de este momento histórico, y es a la que más se ha recurrido para ilustrarlo.

MUERTE DE CHURRUCA EN TRAFALGAR, POR MARTINEZ ABADES

Uno de los primeros ejemplos que siguieron este sistema de representación es una ilustración realizada por Martínez Abades en 1898, para un artículo sobre el combate de Trafalgar en la revista Blanco y Negro.

En 1882, Enrique y Arturo Mélida compusieron esta ilustración para la edición de Trafalgar de Benito Pérez Galdós, publicada por la Administración de La Guirnalda, en Madrid. En esta pintura, Churruca aparece muerto tras el combate, tumbado sobre una cama de su camarote, junto a dos compañeros que lloran su pérdida. Ninguno de esos dos almirantes puede ser su amigo Francisco de Moyúa y Mazarredo que cayó en combate pocos minutos después, pero si podría serlo Joaquín Núñez, quien rindió en navío. En definitiva, los hermanos Mélida rompen con el tradicional modelo de representación de Churruca en el combate de Trafalgar.

MUERTE DE CHURRUCA EN TRAFALGAR, POR ENRIQUE MÉLIDA

"El momento terrible había llegado: cien voces dijeron "¡Fuego!", repitiendo como un eco infernal la del comandante."
(Benito Pérez Galdós)

La revista La Ilustración Española y Americana publicó en sus páginas un grabado que reproduce la muerte de Churruca. Esta escena fue utilizada en uno de los cuadros escénicos de la obra de teatro Trafalgar estrenada en el Teatro Apolo de Madrid el 18 de junio de 1891. La letra de esta obra fue escrita por Javier Burgos y Jerónimo Jiménez, mientras que los decorados fueron de Bussato y Fontana.

TRAFALGAR, POR ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y LIBERAL

El mismo modelo de composición fue continuado por M. Zapata para realizar este Muerte de Churruca en la batalla de Trafalgar a bordo del San Juan Nepomuceno fechado en 1895. Un óleo sobre lienzo de 67 cms. de anchura y 38 cms. de altura.

MUERTE DE CHURRUCA A BORDO DEL SAN JUAN NEPOMUCENO, POR M. ZAPATA

"Las proporciones gigantescas que tomaban las almas parecía que las tomaban también los cuerpos, y al ver como infundíamos pavor a fuerzas seis veces superiores, nos creíamos algo más que hombres."
(Benito Pérez Galdós)

El palacio de la Diputación Foral de Guipúzcoa posee un óleo sobre lienzo anónimo titulado Muerte de Churruca en Trafalgar.

MUERTE DE CHURRUCA EN TRAFALGAR, ANÓNIMO

"Por su defensa gloriosa, no sólo fue el terror, sino el asombro de los ingleses. Éstos necesitaron refuerzos. Necesitaron seis contra uno."
(Benito Pérez Galdós)

Durante el siglo XX, la figura del brigadier Cosme Damián de Churruca fue ensalzada en los textos sobre la historia de España. Un claro ejemplo fue este grabado El Valor para la publicación Virtud y Patria. Lectura manuscrita, un manual elaborado por Juan Ruiz Romero y María Ángeles Muncunill, maestros públicos de la Segunda República. Fue publicado por la Editorial Ruiz Romero, en Barcelona, en 1935.

CHURRUCA EL VALOR, POR LA PUBLICACIÓN VIRTUD Y PATRIA

Pero ya no se representaba a un Churruca herido de muerte y agonizando en la cubierta mientras es socorrido por sus compañeros. Entonces, era colocado sobre un barril de arena donde apoya el muslo de la pierna rota para poder sostenerse mientras continua en la lucha, dando órdenes a su tripulación. Un brigadier caído fue sustituido por un héroe renacido, en clara sintonía a su compatriota guipuzcoano Blas de Lezo.

Este dibujo fue realizado por Mariño para la portada Churruca del opúsculo número 407 de la revista Temas Españoles, una publicación de Luis Aguirre Prado, en Madrid, en 1961.

CHURRUCA, POR TEMAS ESPAÑOLES

"Expiró con la tranquilidad de los injustos y la entereza de los héroes, sin la satisfacción de la victoria, pero también sin el resentimiento del vencido."
(Benito Pérez Galdós)

Ya en el siglo XXI, la pintura dedicada a Churruca en pleno combate vuelve a tomar fuerza y creatividad por parte del pincel de dos creadores excelentes: Justo Jimeno Bagaza y Daniel Parra.

CHURRUCA EN COMBATE DE TRAFALGAR, POR JUSTO JIMENO BAGAZA

"La fusilería de las cofas y la metralla de las carronadas esparcían otra muerte menos rápida y más dolorosa, y fue raro el que no salió marcado más o menos gravemente por el plomo y el hierro de nuestros enemigos." 
(Benito Pérez Galdós)

En 2021, unas cuarenta obras de Daniel Parra fueron expuestas en el Museo de Historia de Madrid en homenaje a Benito Pérez Galdós con motivo del centenario de su muerte. Dicha muestra, que recibió el título Trafalgar: el viaje con Galdós, recrea el primero de los Episodios Nacionales, entre cuyos protagonistas no pueden faltar Churruca, Moyúa y el San Juan Nepomuceno.

El brigadier Churruca en el alcázar del navío San Juan Nepomuceno es óleo sobre madera, que mide 60 cms. de ancho por 39 de alto. Se trata de una pintura de gran intensidad y fuerza descriptiva, en el que combina una franja horizontal central muy luminosa por el fuego de los cañones del navío británico y zonas oscuras en los laterales del navío española debido al humo de los cañones y la madera quemada. Sobre la cubierta del San Juan Nepomuceno, aparecen de espaldas los almirantes Cosme Damián de Churruca y Francisco de Moyúa dando órdenes a su tripulación que dispara al Belleisle, o tal vez al Colossus, los dos navíos a los que combaten al inicio de la contienda.

CHURRUCA EN ALCÁZAR DEL SAN JUAN NEPOMUCENO, POR DANIEL PARRA

"Otras balas rebotan contra un palo o contra la obra muerta, levantando granizada de astilla que herían como flechas."

(Benito Pérez Galdós)


Churruca en el Combate de Trafalgar es un carbón sobre madera, con unas dimensiones de 200 cms. de ancho por 130 cms. de alto. Representa al brigadier Churruca en plena acción, completamente enfurecido y en defensa tan heroica al mando del San Juan. Sable en alto y desafiando al infierno que se levantaba frente a él y su guarnición, dirigía las maniobras a grito y dictaba la puntería por sí mismo.

Refleja la incesante lluvia de metralla que cubría el navío, así como el destrozo tan espantoso que se estaba acumulando sobre la cubierta y el poderoso efecto que estaba causando la artillería inglesa. Mientras estos disparaban, el marino guipuzcoano mandaba la defensa desde la toldilla a sus fusileros junto a la borda y a los marinos del mástil. Entre el movimiento de los protagonistas de la cubierta aparece el padre y el hijo de una familia de pescadores, contratados como tripulantes en oficios de marinería, luchando como pueden en medio de aquel infierno. También se encuentra en la escena el teniente del navío y segundo al mando Francisco de Moyúa, gran amigo de Churruca, que moriría también en combate.

CHURRUCA EN COMBATE DE TRAFALGAR, POR DANIEL PARRA

14/11/2023

Tabla votiva de Zumaia por Juan Martínez de Mendaro


La tabla votiva de Zumaia es una pequeña pero preciosa y simbólica pintura datada a inicios del siglo XVI, que durante cinco siglos lleva expuesta en una capilla lateral de la iglesia parroquial de San Pedro de Zumaia.

Es un exvoto policromado dividido en dos partes iguales, que fue donado por el almirante zumaiano Juan Martínez de Mendaro a la iglesia de su villa natal.

Aunque se desconozca su autoría, los historiadores la consideran una obra realizada por algún pintor de Flandes de finales del siglo XV. Se trata de una pintura singular por su buen estado de conservación y por su importancia histórica y documental, siendo una de las primeras representaciones que reúne arte religioso y bélico.

TABLA VOTIVA DE ZUMAIA

En la parte superior aparece la Virgen con el niño en el centro sentada en el trono y flanqueada por San Pedro, que protege al donante arrodillado Martínez de Mendaro, y por Santa Catalina de Alejandría, en actitud lectora en el otro lado, y detrás de ella aparece una cabeza.

En la parte inferior aparecen dos naves enfrentándose: el barco de la izquierda lleva las armas de Portugal, y el de la derecha las de Castilla. Esta última es la nao Zumaya del almirante Juan Martínez de Mendaro durante el combate naval de Gibraltar en 1475.

En un lateral de la tabla aparece el siguiente texto:
"tabla votiva del insigne marino Juan Martinez de Mendaro que representa el combate naval que se verifico cerca del estrecho de Gibraltar entre naves españolas y lusitanas (1475)"
VIRGEN EN LA TABLA DE ZUMAIA

Se trata de la Armada del Reino de Castilla que se organizó aquel año para defender los intereses de la reina Isabel la Católica frente a la pretendiente Juana la Beltraneja, apoyada por el Reino de Portugal, durante la Guerra de Sucesión de Castilla en 1475-1479.

Aquella flota estaba formada por naves castellanas y aragonesas. Entre estas estaban las naos vascas de Salazar y Ortún Pérez de Gaviola, junto a la nao Zumaya, de la misma procedencia y capitaneada por Juan Martínez de Mendaro. En abril o mayo de 1475, estas naves vascas participaron en el combate del estrecho de Gibraltar que se efectuó contra ciertas naves portuguesas y genovesas, capitaneadas por la nao Borralla.

COMBATE DE GIBRALTAR EN LA TABLA VOTIVA DE ZUMAIA

El resultado fue la captura y destrucción de varias embarcaciones enemigas por parte de la flota castellana. Por el contrario, Martínez de Mendaro perdió a un hijo durante el combate. Para recordar el acontecimiento, el almirante guipuzcoano financió esta tabla pintada que entregó a la parroquia.

Este episodio está recogido en las crónicas de Palencia y Valera. El primero calificó a la Zumaya de Martínez de Mendaro como de igual tamaño que la Borralla y que embarcaba 300 hombres. De las otras dos naos vizcaínas señaló que eran más pequeñas, pero de gran velocidad, destacando la capacidad de fuego de sus bombardas.

PENDÓN DE CASTILLA Y LEÓN EN LA NAO ZUMAYA

24/03/2022

El Barranco de la muerte, por Agustín Salinas Teruel


El Barranco de la muerte es una obra pictórica de Agustín Salinas Teruel, realizada en óleo sobre lienzo en Roma entre los años 1891 y 1892. Posee unas dimensiones de 380 x 502 centímetros. En la actualidad, se expone en el Palacio de los condes de Sástago sede de la Diputación de Zaragoza. Se inspiró en la historia medieval del Reino de Aragón, representando una contienda nocturna sucedida en las cercanías de Zaragoza.

Alfonso I el Batallador, no solo fue rey de Aragón, también lo fue de Pamplona entre los años 1104 y 1134. Aparece contemplando la matanza que efectuaron los almogávares contra las tropas musulmanas de Imad al-Dwla, gobernador de la taifa de Zaragoza, en 1118.

En primer plano se encuentra el rey de pie, respaldado por un grupo de soldados, contemplando a los cadáveres de los almorávides. Todo el conjunto produce un efecto tenebroso, creando una atmósfera vibrante y vigoroso.


Este enfrentamiento tuvo lugar en un barranco de los montes de Torrero, próximo a Zaragoza, poco antes de que Alfonso I sitiara esta ciudad y la reconquistarse para la Cristiandad, el 22 de mayo de 1118.

Esos vencidos formaron parte del Ejército almorávide que llegaban desde la taifa musulmana de Valencia para socorrer a la de Zaragoza durante el sitio. Con una hábil maniobra estratégica, el rey Alfonso I consiguió encerrarlos en el fondo del barranco, donde fueron atacados por sorpresa y aniquilados por los almogávares cristianos. Desde entonces, este lugar es conocido como el barranco de la muerte.

01/05/2020

Pintura de San Ignacio de Loyola herido en la defensa de Pamplona


La figura de Íñigo López de Loyola en la defensa de Pamplona del 20 de abril de 1521 ha sido representada en escultura y pintura a una escala menor que la de San Ignacio de Loyola. A pesar que la imagen del santo supere a la del guerrero, han sido varias las muestras dejadas en honor a un joven vascongado involucrado en la Anexión de Navarra, previa a la fundación de la Compañía de Jesús.

Dicha imagen consiste en un noble Íñigo de Loyola cayendo herido sobre la muralla del antiguo castillo de Pamplona, con vestimenta y armadura de militar de la época. Es ayudado por otros tres guerreros, los cuales se interesan por su estado de salud y reparan su pierna herida tras sufrir el impacto de una bala de cañón lanzada por el Ejército francés. De fondo, continúa la luchas entre defensores españoles y atacantes franceses.

Nacido en Azpeitia en 1491, pertenecía a un linaje de la nobleza guipuzcoana. Desde joven, Ignacio quiso seguir el ideal de vida militar y de caballero que tomaron sus hermanos mayores, pese a la preferencia de su padre por la vida clerical. Al modo de la época, le gustaba el galanteo, los libros de caballerías, la diversión, la caza, las armas, etc.

San Ignacio de Loyola en Pamplona, por Sebastiano Conca, se conserva en la Universidad Pontificia de Salamanca, antiguo Colegio Real de la Compañía de Jesús.

SAN IGNACIO DE LOYOLA EN PAMPLONA, POR SEBASTIANO CONCA


San Ignacio de Loyola herido en la Batalla de Pamplona, por Miguel Cabrera, se conserva en el Museo Nacional del Virreinato, en México.

SAN IGNACIO DE LOYOLA HERIDO EN LA BATALLA DE PAMPLONA,
POR MIGUEL CABRERA


San Ignacio de Loyola herido en la Batalla de Pamplona, por Cristóbal de Villalpando, se conserva en el Museo Nacional del Virreinato, en México.

SAN IGNACIO DE LOYOLA HERIDO EN LA BATALLA DE PAMPLONA,
POR CRISTÓBAL DE VILLALPANDO


San Ignacio de Loyola herido en la Batalla de Pamplona, es un óleo sobre tela del siglo XVIII cuyo autor es desconocido.

SAN IGNACIO DE LOYOLA HERIDO EN LA BATALLA DE PAMPLONA, ANÓNIMO


San Ygnacio herido en la heroica defensa del castillo de Pamplona es un grabado pintado por Antonio Lecuona Echániz en 1884, sirviendo de modelo para posteriores pinturas, como la de Albert Chevallier Tayler, y esculturas como la de Joan Flotats Áureo Rebolé.

SAN IGNACIO HERIDO EN LA HERÓICA DEFENSA DEL CASTILLO DE PAMPLONA,
POR ANTONIO LECUONA


Ignacio de Loyola es herido en la defensa de Pamplona (1521) es un grabado perteneciente a la Historia de España, lámina 049.

IGNACIO DE LOYOLA ES HERIDO EN LA DEFENSA DE PAMPLONA (1521)


San Ignacio de Loyola (1491-1556), militar y eclesiástico español fundador de la compañía de Jesús, durante el sitio de Pamplona es un grabado de 1890.

SAN IGNACIO DE LOYOLA (1491-1556), MILITAR Y ECLESIÁSTICO ESPAÑOL


Ignacio de Loyola es herido en Pamplona, por Albert Chavalier Tayler

IGNACIO DE LOYOLA ES HERIDO EN PAMPLONA, POR ALBERT CHEVALLIER TAYLER