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08/07/2025

Thomás de Arssu


Capitán de marina, corsario y armador naval a mediados del siglo XVII y alcalde de Fuenterrabía en 1659 y 1661

THOMÁS DE ARSSU

Thomás de Arssu era natural de Fuenterrabía, donde nació a inicios del siglo XVII.

Fue capitán de marina y armador, fiaba a otros marinos y compraba presas en almoneda. Llegó a liderar el corso de su ciudad durante cuatro décadas a mediados del siglo XVII. Ya en su madurez, actuó de representante de los capitanes presos en Bilbao en el contencioso entre corsarios y mercaderes. Le acompañaban otros capitanes corsarios como fueron Miguel de Zuzuarregui, o el donostiarra Antonio de Beroiz. Formaban el trío de marinos más dinámico y poderoso en la organización de las expediciones corsarias, y a su alrededor se movió un amplio grupo de agentes.

En 1639, Arssu salió de expedición al mando de la embarcación Nuestra Señora de Guadalupe, acompañado de Lázaro de Marte en su galizabra Nuestra Señora del Carmen, y de
Luis de Zuzuarregui con el San Pedro. Capturaron una presa de 18 toneladas, un bajel de dos cubiertas cargado de sal, que vendieron en Orio y San Sebastián.

En la década de 1640 continuó la actividad exitosa de Arssu a bordo del San Joseph, con el que consiguió capturar varias presas y hacer de fiador de Cristóbal de Eguíluz. Llegó a apresar una nao de 60 toneladas en Dunquerque, el San Pedro, que vendió al capitán Antonio de Beroiz.

Todavía el año 1654, Arssu lideró una expedición corsaria a bordo de la fragata Nuestra Señora del Rosario, en compañía del capitán Pedro González, y actuando como fiador de Beroiz.

En 1656, intervino como armador del navío San Antonio, y navegó como capitán del San Joseph, con el que consiguió una presa de 100 toneladas.

En 1657, Arssu compartió con Beroiz la armazón del galeón San Antonio el Mayor y participó también en la armazón de otro galeón llamado Nuestra Señora del Rosario.

En 1659, fue nombrado alcalde de Fuenterrabía, puesto que también ocupó en 1661, a la vez que participó en la armazón del San Joseph y del Santa Ana, en colaboración con Beroiz y los capitanes Ambulodi y Zuzuarregui.

Durante la década de 1660, Arssu y Beroiz, socios en cualquier empresa, se interesaron conjuntamente por los negocios comerciales con los virreinatos españoles de las Indias y por las expediciones balleneras a Terranova. Además, la paz con Inglaterra de 1662, concedió un respiro a las actividades corsarias contra naves de este reino.

En 1672, vendió la nao Santa María, de 100 toneladas y fábrica inglesa al capitán Juan Bernardo de Lizardi, quien lo rebautizó como El Ángel.

07/04/2025

Antonio de Beroiz


Capitán de marina, armador naval, mercader y corsario en el siglo XVII

ANTONIO DE BEROIZ

Antonio de Beroiz era natural de San Sebastián, donde nació a principios del siglo XVII.

Fue uno de los armadores navales más importantes del siglo XVII, encargándose de equipar de pertrechos, de dotar de tripulación y de mantener en estado de navegabilidad sus propias embarcaciones o aquellas que tenía en posesión para realizar singladuras náuticas. A lo largo de su actividad como armador corsario, Beroiz tuvo intereses en aproximadamente 60 embarcaciones corsarias, casi siempre como armador principal o de la patente, otras veces como fiador. Para ello, se asoció a otros grandes armadores vascos de su tiempo, como Juan de Beográn, el hijo de éste, Francisco de Zárraga Beográn, Miguel de Zuzuarregui, Tomás de Arssu e incluso a su propio padre, Francisco de Beroiz, aparte de otros de menor importancia.

También armó navíos construidos en astilleros vascos con destino a las pesquerías de ballenas en el Atlántico norte.

Dentro de la amplia industria marinera, otra de sus principales actividades fue la navegación en corso, iniciándose hacia 1624. En 1638, decía haber armado ya 42 buques de guerra, que hicieron múltiples capturas a los enemigos de la Monarquía española. En aquel momento, estos eran Inglaterra y Países Bajos, como consecuencia de la Guerra de los Treinta Años, entre 1618 y 1648. Según un memorial, llegó a requisar más de 150 embarcaciones de todo tipo y tonelaje entre 1635 y 1640.

Por sus servicios en corso y otros méritos realizados, Beroiz solicitó al Real Consejo de Guerra el título de capitán de marina con sueldo de 30.000 maravedíes al año, que le fue entregado más tarde.

En 1637, participó en la llamada Campaña de Francia, en la que los Reales Tercios de Infantería que el general Fernando de Austria tenía en Flandes invadieron Francia en sucesivos combates victoriosos hasta llegar a París. Con sus barcos, Beroiz apoyó a las tropas desplegadas, que fueron abastecidas hasta su posterior repliegue a Flandes.

Un año después, formó parte del operativo naval que llevó refuerzos a la ciudad fortificada de Hondarribia durante el sitio de Fuenterrabía de 1638, villa cercada por el Ejército francés. Junto a él, actuaron otros marinos armadores y corsarios vascos de la Escuadra del Norte como Juan Bernardo de Lizardi o Francisco de Escorza.

Al iniciarse la guerra contra la República inglesa de Cromwell, en 1656, Beroiz continuó armando buques de guerra de la Real Armada española o embarcaciones corsarias. Se conoce el abastecimiento a 8 fragatas de 30 cañones de artillería.

Para sus negocios en armamento y aprovisionamiento de buques en corso casi siempre contó con la colaboración de su principal socio, el capitán de marina y corsario Thomás de Arssu, natural de Fuenterrabía.

En 1657, Arssu y Beroiz compartieron la armazón de los galeones de guerra San Antonio el Mayor y Nuestra Señora del Rosario.

Durante la década de 1660, Beroiz y Arssu eran socios en cualquier empresa, se interesaron conjuntamente por el tráfico comercial con los virreinatos españoles de las Indias y por las expediciones balleneras a Terranova y el Atlántico norte. Además, la paz con Inglaterra de 1662, concedió un respiro a las actividades corsarias contra naves de este reino.

En su actividad como mercader y armador de corso sufrió algunos problemas. En 1640, fue enviado preso a Madrid por una denuncia basada en mantener relaciones comerciales con mercaderes franceses de la región de Lorena, claros enemigos de España.

En 1657, el corregidor de Vizcaya le embargó dos fragatas en la ría del Nervión bajo la acusación de perjudicar el comercio marino de Bilbao.

En 1668, dejó su actividad corsaria, momento en el que actuaba de fiador a otros armadores navales de corso.

Dos años después, en 1670, moría el armador de corso Antonio de Beroiz.

24/01/2025

Francisco de Abaria


Marino, capitán de la armada que liberó el cerco de Orán en 1681 y general de la Real Armada de la Carrera de Indias en 1682

FRANCISCO DE ABARIA

Francisco de Abaria nació en San Sebastián o tal vez en Villafranca de Ordizia, en 1620. Fue el fundador de un mayorazgo ubicado en Ordicia y encabezado por la casa-palacio de Abaria. De su linaje nobiliario procedieron varones que dejaron huella muy honda en la villa.

En 1655, Abaria consiguió una licencia de capitán de guerra y mar, poniéndose a las órdenes de la Real Armada española de Carlos II de Habsburgo. Tras varios años de fiel servicio, fue elegido para dirigir una flota marina formada por seis de los mejores navíos que había preparado la Casa de Contratación de Indias en Sevilla con el objetivo de transportar cargamentos de municiones y pertrechos de guerra a la Real Armada que la Monarquía hispánica tenía en la península Itálica. El Carlos II sería hasta su muerte en 1700 rey de Nápoles, Sicilia y Cerdeña, y duque de Milán.

En 1681, Abaria participó en el cerco de liberación de la plaza de Orán, abordo de la nave capitana de la expedición Nuestra Señora de las Mercedes.

Por esta heroica acción, la casa real le regaló una escultura tallada en alabastro de Nuestra Señora de la Mercedes, colocada en una capilla de plata. Esta obra has pasado a sus descendientes, entre ellos el caballero guipuzcoano Tirso de Olazabal, quedando en propiedad de la Casa de Olazábal-Arbelaiz desde el siglo XVIII. En la parte baja de la capilla de plata, se puede leer la siguiente inscripción:
Esta SSma. imagen la dió el Rey Felipe III al Excmo. Señor don Francisco de Abaria, general de su armada cuando le mandó socorrer a Orán, como lo logró con el acierto que debía prometerse de tan soberana protección en cuya memoria es cabeza de uno de los Mayorazgos de la casa de Abaria.
Esta inscripción presenta un grave error, pues no podía estar dedicado por Felipe III, sino por su hijo Carlos II, quien otorgase este galardón escultórico al combatiente de Orán.

En 1682, fue ascendido al cargo de general de la Real Armada de la Carrera de Indias, que desde 1680 ya partía desde Cádiz, en detrimento de Sevilla, con rumbo a Veracruz. Sin embargo, a los pocos años, en 1688, fallecía Francisco de Abaria.

Casa palacio Abaria Villafranca Ordicia
CASA-PALACIO DE ABARIA

La Casa-Palacio de Abaria está situada en la esquina de la plaza Mayor de Villafranca de Ordicia. En ella se alojó el pretendiente al trono real de España Carlos cuando vino, el 6 de julio de 1875, a jurar los fueros de Guipúzcoa. Dicho acto se celebró, según los documentos de aquella época, al día siguiente con extraordinaria solemnidad.

Tiene por escudo de armas una banda cargada de cuatro paneles puesta en medio de dos lobos andantes con un roble de sinople, frutado de oro, bordura de plata con ocho aspas de sable.

El linaje de Abaria descendía del linaje de Alzaga y de ella dimanaron las de Villafranca de Oria y otros lugares de Guipúzcoa. Algunos caballeros de este apellido, descendientes de la casa de Alzaga, se hallaron al servicio de los Reyes Católicos en la Guerra de Granada.

Luis Francisco de Abaria Zabala, natural de Alzaga, que sirvió en las Compañías de la Infantería española, y tuvo un hijo llamado Francisco de Abaria y Morales, teniente general y padre de Francisco Antonio de Abaria, capitán de Caballería de una de las compañías de número españolas en Santiago de Chile.

Esteban José Abaria, natural de Villafranca de Oria, fue miembro de la Orden de Calatrava, del consejo real y decano en el supremo de Indias. En 1738, se le confirió la plaza de ministro de capa y espada del Consejo de Indias, y en 1753 se le nombró camarista del indicado consejo.

José Abaria, hermano del anterior, fue también miembro de la Orden de Calatrava, presidente de la Casa de Contratación de Indias, establecida en Cádiz en el siglo XVIII, y decano del Consejo y Cámara de las Indias.

Virgen escudo Abaria Francisco Orán
VIRGEN DE ABARIA Y ESCUDO DE ARMAS DE ABARIA

20/11/2023

Pedro de Aramburu y Aburruza


Almirante de la Real Armada de la Guarda de la Flota de Indias en 1664, capitán en la Expedición a Orán en 1677, y almirante de la Escuadra de Bajeles de Guipúzcoa en 1685

PEDRO DE ARAMBURU Y ABURRUZA

Pedro de Aramburu y Aburruza nació en la guipuzcoana villa de Tolosa en 1656. Era el cuarto hijo del capitán Pedro de Aramburu e Yparraguirre y su segunda mujer, María de Aburruza y Aramburu. Su hermano Miguel de Aramburu también perteneció a la Real Armada española.

Siguiendo la tradición familiar, Aramburu ingresó en la Real Armada española en 1664. Durante sus primeros 14 años, sirvió a España embarcado en los galeones de la Guardia de la Carrera de Indias, en Tierra Firme y Nueva España. Realizó 5 viajes a través del Atlántico teniendo enfrentamientos a corsarios y enemigos de España, y costeó la organización de diversos galeones para expediciones marítimas.

En septiembre de 1664, embarcó por primera vez como jefe de arcabuceros en alguno de los barcos de guerra que protegían la Flota Mercante de la Nueva España, al mando de los capitanes Luis de Alarcón, Gabriel de Cruzelaegui y Francisco de Lezo, entre otros.

Siendo capitán de la Flota del Mar Océano y Costas de Andalucía, el marqués de La Laguna le designó para el gobierno del navío Gobierno de Holanda. Más adelante, Aramburu pasó con los soldados y marinos, oficiales y banderas de su compañía al navío Nuestra Señora de la Concepción.

REAL ARMADA DE LA CARRERA DE INDIAS

En 1676, fue nombrado capitán de Mar y Guerra al mando de uno de los galeones de la Real Armada de la Guarda de la Carrera de Indias, que protegía a la Flota de Nueva España al mando del general Francisco Martínez de Granada. Tras partir desde el puerto de Cádiz, Aramburu destacó durante un enfrentamiento con una flota francesa formada por 34 embarcaciones. Junto al resto de galeones de protección, marchó en persecución de estos bajeles, cañoneándolos hasta perderlos de vista al anochecer. Su general destacó su valiente actuación en la salvaguarda de la flota mercante de Indias:
"la mucha parte que tuvo este capitán en el buen suceso de aquel viaje por la aplicación y zelo que manifestó."

En 1677, Aramburu fue nombrado capitán de Mar y Guerra de uno de los galeones que formaban parte de la Expedición a Orán.

En mayo 1680, alcanzó el hábito y cruz militar de caballero de la Orden de Santiago.

En 1683, fue nombrado superintendente del apresto y despacho de los galeones San Carlos y San Juan a su cargo. Con ambos galeones se incorporó a la Armada Real establecida en la bahía de Cádiz. El capitán general de la misma, el conde de Aguilar, le nombró gobernador de la Capitana Real "por la suficiencia y satisfacción de su persona". Durante la singladura, esta armada sufrió un temporal que hizo perder la nave Capitana Real del almirante Aramburu, naufragando en las costas africanas. El marino guipuzcoano perdió sus bienes, aunque consiguió desembarcar la guarnición militar que transportaba en la base de Ceuta, en abril de 1684.

Mediante misiva al rey Carlos II, con fecha 20 de junio de 1684, Aguilar testificó que Aramburu procedió en todo momento "con estimable valor y constancia", contribuyendo de forma decisiva al salvamento de la tripulación.

Tras esta expedición a Ceuta, Aramburu solicitó al Consejo de Indias su servicio en un cargo de la administración de los virreinatos españoles de América, que fue rechazada. No obstante, en 1685, la Corte le nombró almirante de la Real Escuadra de Bajeles de la Provincia de Guipúzcoa, sustituyendo en el cargo al almirante Joseph de Iriarte y Gastelu, por su fallecimiento.

En febrero de 1686, se le asignó la Superintendencia de la Carena, Apresto y Despacho de los Bajeles de Guipúzcoa, cargo que compaginó con su mando del Almirantazgo. Además, recibía la autoridad sobre ministros de Armadas y Fábricas de las Cuatro Villas (Cantabria), capitanes de la Maestranza y demás capitanes y oficiales. Entre sus atribuciones estaba la de impartir justicia o la de distribuir el dinero de las arcas para el apresto.

GALEÓN NUESTRA SEÑORA DE LA CONCEPCIÓN Y DE LAS ÁNIMAS

Entre octubre de 1686 y julio de 1688, estuvo encarcelado en la prisión militar del Castillo de Santa Cruz de San Sebastián. Estaba acusado de la pérdida de los navíos a su cargo en la expedición a Ceuta de 1683. Durante su estancia en la cárcel le ayudaron los capitanes Diego de Yparraguirre, Esteban de Alfaro y Pedro de Azpilicueta. Pudo demostrar que había cumplido con su obligación en todo momento y a pesar del temporal que sufrieron, por lo que fue exculpado.

Por Real Decreto de 30 de enero de 1691, el tribunal que juzgaba a Aramburu lo exculpaba de sus denuncias y le permitía continuar al mando de la Real Escuadra de los Bajeles de Guipúzcoa, y por Real Cédula de 22 de julio de 1691, le mantenía su rango de almirante. Ese año recibió en su escuadra los navíos San Carlos y San Juan, construidos en los astilleros de Pasajes, así como el galeón Nuestra Señora de la Concepción y de las Ánimas, una capitana real de 1.300 toneladas y 90 cañones construido en el astillero de Colindres.

Pedro de Aramburu y Aburruza murió en el puerto de Pasajes de San Juan en 1692, pocos días después de haber arribado en el galeón San Carlos, tras una grave enfermedad. Había legado su patrimonio a su hermano almirante Miguel de Aramburu.

21/10/2023

Juan Domingo de Echeverri y Rober


Almirante general de la Real Armada de la Carrera de Indias en 1664 y 1666, que publicó el tratado náutico Instrucciones para la navegación y el combate en 1666

JUAN DOMINGO DE ECHEVERRI Y ROBER

Juan Domingo de Echeverri y Rober nació en San Sebastián, en 1622. Su padre fue Domingo de Echeverri y Celayandía, secretario real de Felipe III y Felipe IV, y superintendente general de Fábricas y Plantíos de la provincia de Guipúzcoa entre 1610 y 1618.

Fue hermano de Juan de Echeverri y Rober, capitán general de la Real Armada de la Carrera de Indias, y de Jacinto Antonio de Echeverri y Rober, también almirante de la misma armada.

Su primer cargo como capitán de guerra y mar fue realizado en 1639, al mando del galeón Nuestra Señora de Roncesvalles, construido en el astillero de Usurbil propiedad de Pascual de Atocha. Allí recibió al rey Felipe IV estando en Pasajes. Después de pasar algunos años en puertos del Mediterráneo, pasó a la Real Flota del mar Océano, en 1650.

En 1658, se puso al mando del galeón Nuestra Señora del Buen Suceso, propiedad de José de Alzamora, para formar parte de las doce naves de la Rral Flota de Galeones del mar Océano, acompañando a sus dos hermanos Juan y Jacinto, el primero era general y el segundo capitán de mar y guerra.

La Real Armada de Guarda de la Carrera de Indias zarpó el 5 de junio, protegiendo a diecisiete buques mercantes que llevaban cargamentos de azogue. Arribaron en Cartagena de Indias el 18 de julio, tras cuarenta y tres días de navegación. Esta ciudad caribeña del Virreinato de Nueva Granada era enclave logístico para descargar mercancías y caudales así como para embarcar otras tantas con destino a Cádiz. Pero antes pasaron por Veracruz en el Virreinato de la Nueva España y en La Habana, donde partieron transportando veinte millones de plata amonedara, más un valiosísimo cargamento de mercancías que en ocasiones alcanzaban un precio superior al de los metales.

A los pocos días de navegación avistaron una escuadra corsaria inglesa, formada por treinta y una velas al mando del almirante Doyley. No llegaron a acercarse dada la buena organización de la Armada de la Guarda que protegía al convoy de los galeones mercantes en posición de combate. Cuando llegaron a las islas Terceras, analizaron las posibilidades de ser asaltados cerca de las costas españolas. Así, creyeron tener más riesgo si pasaban por el cabo de San Vicente y optaron por terminar la travesía en los puertos del Cantábrico. Pero un fuerte temporal dispersó seis buques, y de los treinta y uno iniciales, dos arribaron en la bahía de Cádiz y otros cuatro debieron hundirse.

ARMADA REAL DE LA CARRERA DE INDIAS

En junio de 1660, estaba al mando del galeón Nuestra Señora de Roncesvalles. En agosto arribó en Cádiz para unirse con este galeón a la escuadra que había zarpado de Nápoles con tropas del Sacro Imperio Germánico y guardias valonas.

Al mando todavía del galeón Nuestra Señora de Roncesvalles, formó parte de una flota de veinticuatro buques que partió desde el puerto de Cádiz con destino al Virreinato de Nueva España, el 6 de noviembre de 1661. En ella estaban sus hermanos almirantes Juan y Jacinto dd Echeverri, pero a cien leguas de la partida, el día 12, fallecía su hermano Juan de Echeverri y Rober, cuyo cuerpo fue entregado al mar. Tras arribar en Veracruz y La Habana, en agosto de 1663, ponían rumbo de regreso a la bahía de Cádiz, llegando el octubre.

En mayo de 1664, obtuvo nupcias con Mariana Vicenta Echeverri de la Vega, segunda condesa de Villalcázar, que era hija de la marquesa de Villarrubia. Este enlace matrimonial convirtió a Domingo de Echeverri en segundo conde de Villalcázar de Sirga y tercer marqués de Villarrubia de Langre.

En agosto de 1664, fue nombrado almirante general de la Real Armada de la Carrera de Indias. A su regreso fue capturado el galeón que mandaba el almirante Fernando de Montellano por los otomanos, el resto de la expedición llegó a la bahía de Cádiz sin problemas.

Entre 1665 y 1666, fueron botados tres galeones en los astilleros de Usurbil, propiedad de Ambrosio Lomelín y Domingo Grillo, de unas 500 toneladas cada uno: el Nuestra Señora del Rosario y Santo Domingo, el San Vicente Ferrer y el Señor San Joseph. Domingo incorporó estos tres buques para la Real Armada de la Carrera de Indias.

GALEÓN NUESTRA SEÑORA DE RONCESVALLES

En este tiempo publicó unas excelentes Instrucciones generales para la navegación y combate, de D. Juan Echeverri, conde de Villalcázar, a la armada y flota de Nueva España. Al parecer fueron escritas principalmente por su hermano Juan, que falleció, aunque en colaboración con Jacinto y el propio Domingo.

En 1666, fue nombrado de nuevo almirante general de la Real Armada de la Carrera de Indias. En esta ocasión fue media flota de los habitual, que zarpó en julio y arribó en Veracruz en septiembre. Tras salir de nuevo en mayo de 1667, llegó a la bahía de Cádiz en septiembre, siendo la nave capitana el galeón Nuestra Señora de la Concepción.

En diciembre de 1667, fue nombrado alcalde de Ezquioga, y en su cargo de general de mar y guerra fue puesto al almirante Domingo de Aramburu.

Ponía fin a sus servicios al frente de las Reales Armadas españolas. Encontró la muerte en junio de 1675.


13/10/2020

Martín de Vallecilla y Fernández de Rasines


Capitán general de la Armada de Vizcaya y almirante de la Armada del Océano a las órdenes de Antonio de Oquendo durante la Guerra de los Treinta Años

MARTÍN DE VALLECILLA Y FERNÁNDEZ DE RASINES

Martín de Vallecilla y Fernández de Rasines nació en Portugalete, Vizcaya, en la segunda mitad del siglo XVI, pero se distinguió durante las primeras décadas del siglo XVII, siendo el más ilustre de los marinos portugalujos de su tiempo. Fue hijo del capitán de guerra y mar Sancho de Vallecilla y el Casal, distinguido en el siglo XVI, y hermano del almirante Francisco de Vallecilla. Este último fue caballero de la Orden de Santiago, y almirante de las Escuadras de Nápoles, de Vizcaya y de Indias.

Siendo joven, se empleó en la Gran Armada de Felipe II para la expedición de conquista de Inglaterra en 1588, que terminó en el desastroso combate del Gravelinas. Estuvo a las órdenes de Miguel de Oquendo, almirante general de la Real Armada de Guipúzcoa.

Durante su estancia en Portugalete, tomo parte activa en el gobierno municipal, siendo segundo regidor en 1611, segundo alcalde en 1617, y primer regidor en 1617. Fue en 1617 cuando se decretó la creación de la Escuadra de Vizcaya, siendo nombrado capitán general por ser vizcaíno y experto en artes marineras.

ARMADA DE VIZCAYA

Participó en la construcción de la escuadra, tanto en la fabricación de sus galeones y carabelas, como en el nombramiento de sus capitanes y oficiales. Cinco de los navíos se construyeron en la villa, que Felipe II le había dado el titulo de "villa y puerto de armamento de naves". Debido a las interferencias surgidas entre las autoridades del municipio y las de la escuadra, Vallecilla fue nombrado alcalde extraordinario, en 1619.

La misión iba a consistir en enfrentarse a las armadas de los holandeses durante la Guerra de los Treinta Años de 1618-1648, siendo nombrado almirante. En los comienzos del siglo XVII, Holanda se había convertido en la primera potencia del comercio marítimo del Atlántico, en detrimento de España.

Su gran hazaña llegó en 1621, cuando se enfrentó con sus 9 navíos a más de 50 de la armada holandesa, consiguiendo una victoria total, entrando en Cádiz apoteósicamente.

También fue muy destacable, durante la guerra con los corsarios ingleses, su expedición desde Cabo Verde hasta Brasil, donde recobró la plaza de San Salvador, que se le rindió el 30 de abril de 1625.
Cuatro años mas tarde, en 1624, volvió con una flota al mando de Antonio de Oquendo, almirante general de la Armada del Océano, partiendo de Cádiz con la misma misión de limpiar de corsarios las islas Antillas. Su actuación fue muy destacada, llegándose a contra en sus victorias 2.300 prisioneros y 143 cañones. Después siguieron su campaña hasta Portobello y La Habana, desde donde regresó cargado con 8 galeones y 3 pataches repletos de riquezas.

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COMBATE DE PERNAMBUCO, POR JUAN DE LA CORTE

En el siguiente viaje del almirante Oquendo, tuvo lugar una de las victorias que inmortalizaron a este guipuzcoano. Fue el 12 de septiembre de 1631, cerca de los Abrojos junto a la costa brasileña, contra una potente armada dirigida por el general holandés Hanspater. Fue el llamado Combate de los Abrojos o de Pernambuco. En este enfrentamiento murió dicho general holandés y 1.900 de sus hombres, y se destacaron también el capitán portugalujo Andrés de Coterelo (o Coterillo), y por supuesto, el general donostiarra Antonio de Oquendo.

Durante el transcurso de este combate, murió su hermano Francisco de Vallecilla.

Martín de Vallecilla murió en Veracruz, en 1647.

21/04/2020

Martín de Murúa Elorregui


Capitán de la Armada de la Guardia en la Carrera de las Indias y en la Guerra de Flandes, ministro del tribunal de la Inquisición en Logroño y caballero de Santiago en 1656

MARTÍN DE MURÚA ELORREGUI

Martín de Murúa Elorregui y Pérez de Igueribar nació en Vergara, en 1619. Su padre fue Juan Murúa-Elorregui y Azpiazu, descendiente del solar de Murúa en Aramayona y dueño de la Casa Elorregui-Murúa. Su madre fue Marina Pérez de Igueribar y Elorregui, de la Casa de Elorregui-Celaya, que otras veces se había llamado Elorregui-Ozaeta.

Siendo muy joven estuvo involucrado en la Guerra de los Treinta Años, en flotas que zarpaban hacia Flandes. Después, sirvió como capitán de la Armada de la Guardia de la Carrera de Indias, permaneciendo el Virreinato del Perú. Regresó a la edad de veintiséis años, como capitán de mar, en 1645. En el viaje de regreso estuvo embarcado en la capitana de galeones al mando del general Ursúa, otros vascongados como Mateo de Aranguren, de Mondragón.

Martín de Murúa Elorregui Armada Guardia Carrera Indias
ESCUDO DE ARMAS DE MURÚA ELORREGUI

Vivió algunos años en Sevilla, donde se casó en 1652 con una noble dama, Leonor de Padilla, natural de Andújar. Tuvieron al menos una hija: Marta Josefa de Murua y Padilla, nacida en Vergara en 1654, año en el que comprobó su hidalguía nobiliaria.

En 1655, regresó a Vergara y compró a su cuñado Pedro García de Sagastizabal, la casa que éste tenía en Bidekurutzeta. Al año siguiente fue nombrado caballero de la Orden de Santiago.

En 1661, estando en Madrid firmó una escritura de propiedad que le otorgaba la torre Rotalde (Santa Ana), con sus elementos adyacente (huerta, heredades, molino) que pertenecían a Diego de Arostegui, sobrino de Martín de Arostegui, miembro de un conocido linaje de Vergara que se habían afincado en Granada, los Pérez de Arostegui. Sobre esta casa solar fundó el Mayorazgo de Murúa, en 1670.

En 1664, fue nombrado para los cargos de oficial y ministro del Tribunal de la Inquisición de Logroño, previa comprobación de su pureza de sangre tanto por el comisario de Vergara, Matías de Ibarzabal, como el de Andújar, Monje Vallejo.

En 1665, el capitán Murúa compró por 6.800 ducados, las casas de Ugarte, Miramontes y Picoaga, Francisco Pérez de Zárate y María de Idiáquez, en Azcoitia. También, fundó una capellanía en la iglesia parroquial de San Pedro con un censo de 500 ducados de plata contra el concejo de Vergara.

En 1666, fue nombrado alcalde de Vergara.

Falleció en 1671, a la edad de cincuenta y un años.

CASA-TORRE ELORREGI CELAYA

30/12/2019

Mateo de Laya y Cabex


Almirante general de la Real Armada del mar Océano en 1683 y secretario del Consejo de Guerra, que tomó parte del asedio a La Rochelle de 1652, del sitio de Orán de 1675 y de 1688, y del combate de Estrómboli de 1676

MATEO DE LAYA Y CABEX

Mateo de Laya y Cabex era natural de Güeñes, Vizcaya, donde nació en 1630. Su padre fue Bartolomé de Laya, también vizcaíno de Güeñes nacido en 1580, que perteneció a la armada del general Antonio de Oquendo, y murió en 1639 en la batalla que dicha armada sostuvo en el combate de Las Dunas contra la escuadra holandesa.

En 1642, siendo joven, Mateo de Laya ingresó en la Real Armada española como paje del galeón Santísima Trinidad. Su bautismo de fuego lo hizo como grumete de la capitana real Nuestra Señora de la Asunción y Santiago, en el combate del cabo de Gata de 1643. Intervino así en las acciones de las postrimerías de la Guerra de los Treinta Años, especialmente contra las flotas francesa y holandesa.

Durante algún tiempo estuvo a las órdenes de Miguel de Oquendo y Molina en el golfo de Vizcaya. Durante la Guerra franco-española de 1635-1659, mantuvo varios enfrentamientos navales que la Armada española sostuvo contra la francesa. En una ocasión llegó a ser prisionero de estos cuando combatía a las tropas de Turena y de Condé, situadas sobre Burdeos.

Liberado poco después, tomó parte del asedio a La Rochelle, en 1652. Su comportamiento le valió el ascenso a teniente y, al mismo tiempo, se le entregó el mando de una fragata con la que hizo frente a varios barcos enemigos.

En 1655, obtuvo patente de corso concedida por el Consejo de Guerra del rey entrante Felipe IV, a fin de hostigar a la Escuadra francesa y sus cargamentos comerciales, al menos hasta la Paz de los Pirineos de 1659. Su actividad como corsario a lo largo de aquel período le llevaría al mando de varias naves integradas en la Escuadra del Cantábrico, apresando dos fragatas de guerra, una francesa, con 20 piezas de artillería y 150 hombres, y la otra turca, con 22 piezas de artillería y 380 hombres. La fragata francesa era igualmente corsaria y su capitán pertenecía a la Orden de San Juan. En el caso de la nave turca requisada en 1662, Mateo de Laya la entregó en Cádiz al gobernador de Galeras, Melchor de la Cueva, duque de Alburquerque.

mateo laya cabex nao nuestra señora rosario asedio orán
NAO NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO Y MATEO DE LAYA Y CABEX

Nuevamente fue requerido para ponerse al mando de uno de los pataches de la Real Armada de la Guarda que vigilaba los galeones mercantes de la Carrera de Indias.

En el 1669, se construyó su propia fragata con la que emprendió negocios particulares al mismo tiempo que conducía los despachos reales a los virreinatos españoles de América. Al encontrarse la Armada española escasa de barcos, el gobierno se la embargó y, a cambio, le nombró capitán de marina y guerra.

Durante la década de 1670, fue designado a la lucha contra argelinos y turcos, estando al frente de la nao Nuestra Señora del Rosario con la que intervino en el socorro de la plaza de Orán de 1675. Ante el grave hostigamiento de varias fragatas enemigas, prendió fuego a su nave para evitar que fuese capturada, lanzándose al mar en una tabla con el estandarte del buque y cinco marineros más.

De allí pasó a Barcelona, a las acciones del Mediterráneo central, uniéndose a la escuadra del almirante holandés Ruyter. Se destacó en el combate de Estrómboli de 1676, luchando contra la escuadra francesa sin que sufriera duros percances.

En el 1677, el general marqués de Peñafiel le concedió el mando del galeón San Bernardo, prestando sus servicios en el golfo de Mesina.

Por méritos propios en aquellas campañas, en 1683, fue designado caballero del hábito de Santiago y nombrado almirante general de la Real Armada del mar Océano.

COMBATE DE ORÁN DE 1675

Con esta nueva responsabilidad de asume tal elevado cargo, intervino en gran número de operaciones de mar como la de proteger de la piratería los barcos mercantes de la Carrera de las Indias Occidentales.

Volvió a demostrar sus dotes de guerrero en el asedio de Orán de 1688, desembarcando gran cantidad de artillería y pólvora, con cuyos refuerzos los caudillos moros y turcos tuvieron que levantar el asedio.

En 1692, era encumbrado como miembro del Real Consejo Supremo de Guerra y Junta de Armadas de la Corte de Carlos II. Desde esta institución intentó hasta el final de su vida renovar el poder de las escuadras hispanas, dirigiendo varias expediciones con gran acierto. Una de ellas fue de auxilio al sitio de Orán de 1693, muriendo ese mismo año en Cádiz.

Había conseguido la cruz y el hábito militar como caballero de la Orden de Santiago. Fue padre del almirante guipuzcoano Mateo de Laya y Aramburu, que falleció en 1703, también caballero de Santiago, habiendo por tanto sido contemporáneos, lo que hace difícil clasificar varios servicios entre padre e hijo.

MATEO DE LAYA Y CABEX

09/09/2018

Miguel de Vidazábal e Hiri


General de la Real Armada de Cantabria, capitán general de la Real Armada del mar Océano, y secretario del Consejo Real de los Estados de Flandes entre 1614 y 1619

MIGUEL DE VIDAZÁBAL E HIRI

Miguel de Vidazábal e Hiri era natural de Motrico, Guipúzcoa, donde nació en 1558. Era descendiente del linaje nobiliario de los Ibarra del valle de Leniz.

Siendo joven tomó parte de diversos combates en el mar Mediterráneo contra turcos y sus aliados en las costas del norte de África.

Después, embarcó en la Armada de la Guarda de la Carrera de Indias, dedicada a defender el comercio ultramarino de las flotas mercantes procedentes de los virreinatos de América. Por eso, combatió contra ingleses y holandeses en las islas Terceras, el cabo San Vicente y Gibraltar.

En 1614, continuando en la Armada de la Guarda de la Carrera de Indias, tomó parte de los combates de Mogador y en la toma de la Mármora. La expedición, que partió de Cádiz el 1 de agosto estaba formada por una flota de 99 naves, entre buques de guerra y transporte. Junto a él se encontraba el capitán Carlos de Ibarra. El 5 de ese mes desembarcaron en la Mármora (Port Lyautey), donde se enfrentaron en tierra a la escuadrilla del corsario berberisco Muley-Cidán, encerrada en el fuerte de la ciudad.

El mismo año, Vidazábal partió de Lisboa al mando de una flota compuesta de 22 naves con destino a Dunkerque. Estaba cargada de grandes refuerzos de soldados y municiones para los Tercios de Flandes, agrupados en 42 compañías de infantería, que formaban un total de 7.000 soldados y 2.500 gastadores, evitando con su presencia encuentros peligrosos. El archiduque Alberto de Flandes le nombró miembro del Consejo de Guerra de los Estados de Flandes y entregó una recompensa monetaria de 1.000 ducados.

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COMBATE CONTRA GALEÓN DE FLANDES

Posteriormente, fue asignado general de la Escuadra del Cantábrico, volviendo a combatir contra ingleses y holandeses, quienes seguían al acecho de la llegada de flotas españolas.

En 1618, al mando de la Real Armada del Cantábrico, Vidazábal emprendió la expedición naval para la protección del Estrecho, donde capturó a cinco bajeles otomanos procedentes de Asia. Estaban cargados de mercancías por un valor de 300.000 ducados, que incautó para la hacienda real.

El 24 de junio del mismo año, se enfrentó a una escuadra de piratas berberiscos compuesta por 28 buques de alto bordo que venían de asaltar las islas Canarias. Manejaba 10 buques propios más otras 6 de Flandes incorporados para reforzar su escuadra. El combate resultó a su favor ya que capturó 22 naves, rescatando a más de 1.500 cristianos cautivos procedentes de la isla de Lanzarote. Por tan heroica acción, el rey Felipe III le concedió el hábito militar de caballero de la Orden de Santiago.

El 2 de julio del mismo año, apresó un navío turco en aguas de Sanlúcar de Barrameda, y otras dos naves berberiscas cercanas a la costa. En septiembre volvió a entablar lucha contra 28 buques turcos, el combate de Mogador. A pesar de estar en inferioridad numérica en barcos y hombres, la flota de Vidazábal pudo apresar a una veintena de unidades.

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EMBARCACIONES BERBERISCAS

En 1619, en el estrecho de Gibraltar, tuvo un choque con una escuadra compuesta por 24 buques flamencos, que transportaban tropas y pertrechos de guerra a la República de Venecia en su guerra contra Hungría. Tras convocar un Consejo de Generales, estos decidieron atacar dicha armada que era superior en efectivos. El combate duró varias horas hasta que la noche lo suspendió, no continuando al siguiente día. Las naves del almirante de Motrico llevaron la peor parte, pues perdió a 300 de sus hombres, entre ellos, el capitán de infantería y marina Agustín de Ojeda, natural de Fuenterrabía, importante constructor naval.

Durante uno de sus viajes, Vidazábal sufrió un ataque de perlesía y posteriormente llevado a Sevilla para ser atendidos por médicos. Pero murió a los pocos días de llegar, el 11 de enero de 1619. Al final de su carrera se había convertido en un experto marino que durante 35 años prestó magníficos servicios en la marina.

17/06/2018

Lázaro de Eguiguren


Almirante de mar durante la Guerra de los Treinta Años que destacó en el combate de Pernambuco de 1631

LÁZARO DE EGUIGUREN

Lázaro de Eguiguren nació en Eibar a finales del siglo XVI. Empezó su carrera militar sirviendo como soldado de Infantería en Flandes durante la Guerra de los Treinta Años, terminando sus servicios con la graduación de alférez.

En la junta general de su provincia celebrada en abril de 1619 en Ordizia, fue nombrado almirante en la escuadra que Guipúzcoa. También mandó una compañía en la campaña de Italia.

En 1624, bajo el mando del general Federico de Toledo Osorio, participó como capitán ordinario de mar, en la campaña para libertar la ciudad de Briviel de la ocupación que sufría por el ejército holandés.

En 1631, tomó parte en la expedición a Pernambuco al mando del general guipuzcoano Antonio de Oquendo, con el cargo de sargento mayor. Fue el llamado Combate de Pernambuco o Combate de los Abrojos, ocurrida con el general holandés Hanspaters. Por su heroico comportamiento, Oquendo le ascendió a almirante, a la muerte de Vallecilla.

Desde entonces desempeñó este cargo hasta que pereció en el mar, víctima de una tormenta.

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COMBATE DE PERNAMBUCO

La casa solariega de los Eguiguren de Eibar ha tenido a otros dos ilustres:

Asensio de Eguiguren fue alcalde de su villa natal en 1615 y 1633, y contador de la Real Fábrica y del Ejército de Flandes.

Juan de Eguiguren fue comisario de muestras en los Estados de Flandes y caballero de la orden de Santiago.

La casa-torre de Egiguren de Eibar, más conocida por casa Eguren, se sitúa en la vertiente nordeste del monte Illorda, sobre Málzaga y próxima al limite territorial con Placencia. Pertenecía a la antigua cofradía de Arexita. Lope de Isasti escribió en su Compendio Historial de Guipúzcoa (1625), que a primeros del siglo XVII tenía 2.000 ducados de renta. Hoy es casa de labranza con dos viviendas. La construcción actual tiene varias partes de distintas épocas, y en su parte central conserva la parte más primitiva de la torre renacentista.

05/04/2018

Martín de Orbea e Ibarra


Capitán general de la Real Armada de la Carrera de Indias en 1638

MARTÍN DE ORBEA E IBARRA

Martín de Orbea e Ibarra era natural de Éibar, Guipúzcoa, donde nació en 1591. Fue hermano de Domingo Orbea, tesorero real del emperador Carlos V y de Santiago Orbea, tesorero general del Reino de Aragón.

En la Junta General de Villafranca de 1619, fue propuesto por la villa de Éibar para obtener el cargo de capitán de marina y guerra en la escuadra que construía la provincia Guipúzcoa por el hecho de llevar Orbea nueve años de servicios.

En 1624, estaba integrado en el Real Tercio del maestre de campo Pedro Osorio de los galeones de España. Entonces, con cargo de capitán de mar y guerra, tomó parte de la Escuadra combinada hispano-portuguesa formada por 52 barcos y 12.000 hombres al mando de Fadrique de Toledo, que que salió de Cádiz para el socorro del Brasil. En esta expedición, luchó en la recuperación de Bahía de Todos los Santos, tomada por la Armada holandesa, donde prestó señalados servicios.

Cuando fue ascendido a almirante general, condujo al virrey de Méjico, saliendo de Cádiz en 1635, empleando en el viaje 63 días.

En 1638, con el grado de capitán general de la Real Armada de la Carrera de Indias, dirigió la flota transportaba azogue al Virreinato de la Nueva España, y de regresó llevaba caudales para la Corte.

Este distinguido general continuó sirviendo durante varios años más al mando de flotas dirigidas a diversos puertos con misiones de interés.

RECUPERACIÓN DE BAHÍA DE TODOS LOS SANTOS, POR BAUTISTA MAINO

20/02/2018

Jacinto Antonio de Echeverri y Rober


Capitán de galeones de la Carrera de Indias en el siglo XVII y autor de un tratado de construcción naval en 1666

JACINTO ANTONIO DE ECHEVERRI Y ROBER

Jacinto Antonio de Echeverri y Rober era natural de San Sebastián, donde nació en 1612. Era hermano de los almirantes generales Juan de Echeverri y Rober y Domingo de Echeverri y Rober.

Comenzó su carrera en mayo de 1640, como soldado de las Armadas de la Guardia de la Carrera de Indias, con la escuadra a las órdenes del general Jerónimo Gómez de Sandoval. Al regresar a España ya era cabo de Escuadra de Guzmanes, como premio al comportamiento que tuvo en el encuentro de la Armada con la de Francia a diez leguas de la bahía de Cádiz, el 28 de julio del mismo año.

Destinado a la Armada del mar Océano como cabo principal, tomó parte del combate que en los Cabos tuvo esta armada con la de Holanda el 4 de noviembre de 1641.

A mediados de 1642, estuvo como alférez en la Armada del Mediterráneo a cargo del duque de Ciudad Real, encontrándose en dos combates con la de Francia en Barcelona y Tarragona.

De nuevo, estuvo embarcado en la Armada de la Guardia de la Carrera de Indias, al mando de la capitana real para la protección del real tesoro, en los años 1643, 1644 y 1645.

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JACINTO ANTONIO DE ECHEVERRI Y ROBER

En 1646, por orden real agregó su compañía a la Armada del mar Océano, pero se incorporó en la Armada del Mediterráneo al mando del general Francisco Díaz Pimienta. Tomó parte de un combate contra la Armada de Francia en las costas de Italia, capitaneando un bajel, recibiendo la felicitación de su general por el cumplimiento de su cometido. Además, participó en dos operaciones anfibias de mar-tierra dentro de una infantería que se incorporó al Real Ejército de Nápoles para efectuar el socorro de Orbitelo. También en el combate que tuvo dicho ejército con la Armada de Francia, gobernada por el príncipe Thomas. En el segundo intento pudieron poner en fuga al ejército francés de la plaza de Orbitelo. Permaneció enfermo en Nápoles hasta que pudo recobrar la salud.

En 1648, volvió a integrar su compañía en la pequeña Armada del Océano, formada por tres navíos, al mando del general Manuel Bañuelos. Prestaron socorro a Tortosa, sitiada por los franceses.

De las costas de Cataluña, pasó en los mismos navíos a incorporarse con el grueso de la Armada que se encontraba en Nápoles y Sicilia el año 1649. En el Reino de Nápoles, fue nombrado capitán de la urca La Caridad por su general Francisco Díaz Pimienta. Entre las principales acciones estuvo la de escoltar al duque de Saboya para la toma de Onella, la vigilancia de las costas de Francia y Cataluña, y la toma de Siches con las fuerzas terrestres y marítimas. De allí, volvió a Sicilia con el gobierno de otros seis bajeles de la Armada.

En 1649, navegó en dos ocasiones en corso a las órdenes del almirante Juan Miguel Balaqui y Sebastián de Echeverría. En este tiempo, sentó plaza de soldado en un tercio de infantería Se halló en la toma del castillo de Longon (islas de la Elva) y en la de Piomblin. En este ultimo asalto, fue sobresaliente su actuación con su tercio: avanzó a las fortificaciones exteriores del castillo, subió a la muralla, y asistió a la fortificación posterior al foso, hasta que se rindió.

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COMBATE NAVAL DE JACINTO ANTONIO DE ECHEVERRI Y ROBER

En 1651, fue nombrado capitán de una compañía del Tercio de Ayamonte, por el duque de Medinaceli, que estaba desplazada en la frontera de Portugal.

En 1653, fue requerido como capitán de la urca San Grabiel, por el capitán general de la Armada de Guardia de la Carrera de Indias. Sustituyó al almirante de la armada cuando este falleció en 1654, recibió la dirección de la nave almiranta, y trajo a su cargo el tesoro real formado principalmente por plata. Y cuatro años más tarde, en 1658, hizo lo mismo, navegó en la Armada de Indias, trayendo la plata real y arribando en el Puerto de Santander al año siguiente.

En 1661, partió de las costas de Cantabria al mando de dos fragatas, con órdenes reales para las islas de las Terceras y esperar en ellas los galeones de la Carrera de Indias, con encargo de que fabricase y perfeccionase un galeón en el puerto del Pasajes, por cuyo buen servicio se le hizo capitán de mar y guerra.

En 1662, salió de dicho puerto guipuzcoano con el gobierno de cuatro galeones que transportaba 1.200 hombres de infantería, gran cantidad de armas y caudales con destino a Andalucía para guarnición de la Armada Real. Desde Cádiz pasó a Indias a bordo de la Armada de la Guardia, y se dirigió a la isla Margarita y los demás puertos de la costa al objeto de recoger un cargamento muy valioso, que sería el real tesoro. Esta misión fue desempeñada con gran éxito según la relación que las autoridades redactaron al rey:
"Si todos los que han venido y vinieren de las costas proceden con la atención que este caballero lo ha hecho, será servido V. M. con gran puntualidad y desinterés; porque me consta que por llevar su galeón limpio y desembarazado, no ha querido cargar más de 3.000 sacos de cacao, que deja en tierra y le valiera el llevarlas más de 30.000 pesos. Juzgo tan de mi obligación decir esto a V. M. como lo fuera en avisar de lo contrario si hubiera faltado a su obligación."

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FRAGATA DE ECHEVERRI Y ROVER Y ESCUDO DE ARMAS

En 1663, partió de Cartagena por orden del gobernador de la Armada, con dos galeones a su gobierno, para limpiar de piratas las costas neogranadinas. Efectuó con tanta precisión su cometido que en la relación de servicios que se remitió al rey decía "que se mire por este sujeto, que tiene señales para que con sus obligaciones se halle V. M. muy bien servido de él en la mar".

En 1664, volvió a ser nombrado capitán de mar y guerra de uno de los galeones de la Armada de la Carrera de Indias, que habían de llevar los azogues y transportar la plata del Virreinato de la Nueva España y le encargó que asistiese a la negociación del Indulto de la plata, en todo lo cual ha correspondido a la confianza que se ha hecho de su persona.

Era además un gran experto en construcción naval. Se declaraba partidario del sistema de fabricación de embarcaciones de los holandeses.

Publicó un tratado sobre construcción naval firmado por Jacinto, pero escrito entre los tres hermanos, que fue enviado al rey Carlos II. En este documento Jacinto pedía diferenciar entre buques mercantes y buques militares. Su objetivo era conseguir los de guerra sean más rápidos y mejor armados que los mercantes, como al parecer ya lo eran los de otras potencias.

Esta obra tuvo como enorme título Para que con el favor de Dios Nuestro Señor, este presente viaje se proceda con todo acierto, y el principal de su santo servicio se consiga, y en el de S. M. los efectos que se desean, guardaran el Señor Francisco Martínez de Granada, almirante de esta flota, capitanes y cabos de ella, las ordenes siguientes. Contiene cuarenta y cinco artículos.

Fue publicada por Jacinto de forma póstuma en 1666, tras la muerte de su hermano Juan. El manuscrito tuvo varias copias, que se repartieron entre los capellanes de los galeones de la flota.

La consideración que al respecto se le tenía queda patente, por ejemplo, en la carta que José de Veitia y Linaje, autor del Norte de la Contratación de las Indias Occidentales, le dirigió en 1673. Temiendo que la muerte arrebatase el saber acumulado durante generaciones, en los astilleros y en la experiencia de la navegación trasatlántica, Veitia le rogaba que:
"... lo primero es que v.m. se recobre en su salud y cierto que teniéndola le debemos suplicar sus servidores que no defraude a la nación española de la gloria que le podrá resultar de ver reducida a ciencia inteligible preceptos ciertos y con demostraciones matemáticas la arquitectura naval y creo firmemente, sin pasión, que ninguno en toda España puede igualar a v.m. en esto."

Jacinto Antonio de Echeverri murió en la capital guipuzcoana, en septiembre de 1673, cuando se preocupaba por refundir, en un cuerpo de doctrina, cinco discursos suyos sobre arquitectura naval, que circulaban ya manuscritos entre sus amigos del gremio.

26/11/2017

Tiburcio de Redín y Cruzat


Gobernador general de la Real Armada española y mariscal de campo de los Reales Tercios de Infantería durante el primer tercio del siglo XVII

TIBURCIO DE REDÍN Y CRUZAT

Tiburcio de Redín y Cruzat nació en Pamplona, en 1597. Era el Barón de Bigüezal, caballero de la Orden de Santiago y hermano de Martín de Redín, el gran maestre de la Orden de Malta.

Desde joven combatió en los Reales Tercios de Infantería españoles para combatir en las Guerras de Italia junto con sus hermanos. Fue ascendido a alférez por sus méritos en el asalto de la fortaleza de San Andrés, en el sitio de Vercelli.

En 1620, siendo capitán de mar y guerra, estuvo al mando de uno de los galeones que hacían la travesía atlántica hacia el Nuevo Mundo.

En 1624, se le destinó a Portugal, al mando de una Compañía de Piqueros de Infantería, bajo las órdenes del marqués de Hinojosa, siendo nombrado caballero de la Orden de Santiago.

Participó en una campaña contra los filibusteros en 1629, durante la cual enfermó y obtuvo licencia para retirarse a Pamplona un año después.

En la Armada del Océano prestó apoyo a Antonio de Oquendo, donde mantuvo algunos combates navales. En alguno de estos enfrentamientos resultó herido en un brazo y en el pecho. Felipe IV le recompensó su demostrada valentía, nombrándole gobernador general de la Armada de Cataluña, en 1635, y mariscal de campo en 1636.

ESCUDO DE ARMAS Y PLACA HONORÍFICA EN EL PALACIO DE REDÍN

Aunque en su vida militar había cumplido con su misión sirviendo a la patria en las acciones encomendadas, su vida sufrió una profunda y repentina transformación. A sus 40 años, había descubierto su vocación misionera para seguir el camino clerical que habían seguido la mayoría de sus hermanos. Decidió buscar la paz espiritual e ingresó en un convento, siendo admitido en la Orden Capuchina de Tarazona, en 1637, tomando el nombre de fray Francisco de Pamplona.

En un viaje al norte de África, el buque en que viajaba junto a otros frailes fue visto por un navío holandés, que inmediatamente se puso a dar caza al español. Entonces, Tiburcio de Redín tomo el mando del barco, comenzó a dar órdenes, entraron en combate y después de que se impuso la superioridad española, los holandeses escaparon. Algún tiempo después solicitaba formar parte de las misiones venezolanas.

En 1645, marchó en una expedición al Congo y, posteriormente, a Roma para conseguir el apoyo de Inocencio X en las diferencias entre italianos, franceses y españoles por las concesiones misionales en territorio otomano, y con Portugal, por las concesiones africanas.

En 1647, embarcó para América, donde llevó a cabo una muy importante labor misional. Murió en Venezuela en 1651.

PALACIO DEL REDÍN Y PLACA DE LA CALLE DEL REDÍN EN PAMPLONA