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11/10/2022

Diego III López de Haro


Señor de Vizcaya y alférez real de Castilla, que encabezó las tropas vizcaínas que participaron en la conquista de Sevilla en 1248, y en otras victorias de Fernando III.

DIEGO III LÓPEZ DE HARO

Diego III López de Haro fue el séptimo señor de Vizcaya, entre los años 1236 y 1254. Fue hijo de Lope II Díaz de Haro, señor de Vizcaya, y de Urraca Alfonso de León, hija ilegítima del rey Alfonso IX de León, por tanto, era sobrino del rey Fernando de León y de Castilla.

En los primeros años sirvió con fidelidad a su tío y rey Fernando III, el cual no le confirmó en los terrenos que gobernaba, quitándole La Rioja y dejándole Castilla la Vieja. Diego no acató esta decisión rebelándose contra el rey en varias ocasiones, consiguiendo posteriormente su perdón. Se mantuvo a su lado hasta su fallecimiento en 1252.

Durante este reinado, Diego III López encabezó las tropas vizcaínas que participaron en la conquista de Sevilla en 1248, así como en otras victorias de Fernando III.

Bajo en reinado de Alfonso X, hijo de Fernando III, Diego III López continuó en su posición, conservando e cargo de alférez del Estandarte Real, y firmando todas las confirmaciones detrás del rey. Una serie de desacuerdos entre ambos hizo que Dieglo III López ejerciese su derecho de negar la obediencia al rey (era un derecho que reconocía la legislación de la Edad Media a los señores feudales), buscando otro señor, que sería el rey de Navarra.

Tuvo a su protección y como en encomienda la ciudad de Baeza, que conquistó su padre Lope II Díaz, como consta de una provisión despachada a la ciudad de Nájera el 4 de julio de 1250:
"De mí, Don Diego López de Haro a todos los homes que esta mi carta vieren saludes. Sabed que yo he recibido en encomienda e en mi manupuesta a todo cuanto quier a la villa de Baeza, e mando e defiendo firmemente así a los cristianos como a los moros, que ningún sea osado de les facer tuerto, ni demás ninguno a ellos e a todas sus cosas, e de guisa lo fagan, e faced que no hayan aquerellas de vos, ca aquel que contra esto ficiere avrie la mía ira, e pechar mie en coto cien mis, e a ellos el daño doblado."
Esta provisión se encuentra en el Archivo de Baeza originalmente con su sello de cera, en el cual está figurado en una parte de él un caballero sobre un caballo, y en la otra dos lobos cebados, que eran sus armas.

SELLO DE LOS LÓPEZ DE HARO SOBRE MAPA DEL SEÑORÍO MEDIEVAL DE VIZCAYA

Contrajo matrimonio con Constanza de Bearne, hija del vizconde Guillermo II de Bearne y de su esposa Garsenda de Provenza. Fruto de su matrimonio nacieron cinco hijos: Lope III Díaz, heredó el señorío de Vizcaya, Diego V López, que también fue señor de Vizcaya, Urraca Díaz y Teresa Díaz. Esta última se casó con el conde Juan Núñez de Lara, a cuya descendencia llegó a pertenecer la titularidad del Señorío.

En 4 de octubre de 1254, falleció en el municipio riojano de Baños de Río Tobía al introducirse en una bañera de agua hirviendo, con el propósito de aplacar sus dolores reumáticos. Su cadáver recibió sepultura en el Monasterio de Santa María la Real de Nájera.

05/12/2021

Lope II Díaz de Haro


Señor de Vizcaya y alférez real de Castilla que se distinguió junto a su padre Diego II López en la batalla de las Navas de Tolosa y en la toma de Baeza

Lope Díaz Haro batallas navas tolosa señor bizkaia
LOPE II DÍAZ DE HARO

Lope II Díaz de Haro, llamado "Cabeza Brava", fue el sexto señor de Vizcaya entre los años 1214 y 1236. Fue hijo de Diego II López de Haro. Se distinguió principalmente en los reinados castellanos de Berenguela y su hijo Fernando III el Santo.

Combatió junto a su padre y se distinguió en la batalla de Las Navas de Tolosa, librada en el año 1212, y en la que tomaron parte tres reyes cristianos, Alfonso VIII de Castilla, Pedro II de Aragón y Sancho VII de Navarra. Aún en vida de su padre, participó en la toma de Alicante, así como en otros asedios como los frustrados de Cáceres y Baeza.

Tomo su cargo como señor de Vizcaya en tiempos agitados, tras la muerte de su padre el 16 de octubre de 1214, pocos días después del fallecimiento del rey Alfonso VIII de Castilla, quien dejaba como heredero a su hijo de diez años Enrique I. La familia Lara se apoderó de la regencia, enfrentándose con Berenguela I de Castilla, hermana de Enrique y a quien apoyaba Lope. En 1217 fallece accidentalmente Enrique, pasando a ocupar el trono su hermana, que apoyada por varios nobles entre los que se encontraba Lope, delegaría el trono en su hijo Fernando III, coronándole en Nájera. Alfonso IX, padre de Fernando, no se conformaba con la proclamación de su hijo como rey de Castilla, comenzando a invadir el reino. Durante esta contienda, Alvar Núñez de Lara se apoderó de Nájera, siendo derrotado y aprisionado por Lope II Díaz.

El apoyo aportado por Lope en el afianzamiento de Fernando III en el trono fue premiado con el cargo de alférez real y la donación de las villas de Haro y Pedroso, además de la confirmación de la posesión que ya tenía. Tal era la buena relación con el monarca que en 1218 contrajo matrimonio con la infanta Urraca Alonso, hija del rey Alfonso IX y hermana del rey Fernando III el Santo.

En 1229, y escrito en latín, los señores de Vizcaya Lope y Urraca dieron a Orduña el fuero de Vitoria. Este territorio fue otorgado por el rey Fernando III en 1218, y el aforamiento se verificó hallándose estos señores en Orduña. Fue una villa donada juntamente con Valmaseda, que recibió su fuero y privilegio en 1234, escrito en latín impreciso y en castellano. Pero Valmaseda experimentó diversos regresos de titularidad a la corona en las frecuentes contiendas de los señores con los reyes, hasta quedar en tiempo del rey Juan II de Castilla y señor de Vizcaya, definitivamente agregada al señorío. Debió ser por esta época cuando Lope II Díaz de Haro y Urraca Alfonsa, su consorte, dieron a Bermeo que era entonces una puebla de escaso vecindario y de ningún término o jurisdicción, el título de villa y el fuero de Logroño.

BATALLA NAVAS TOLOSA MORELLI 1212
BATALLA DE LAS NAVAS DE TOLOSA, POR MORELLI

Siendo alférez real de Castilla, Lope II Díaz participó en la reconquista de varias ciudades en apoyo a Fernando III: Andujar, Priego, Martos, Losa, Quesada, Alfange, Villa Cubo, Mayarella, Chiclana, Úbeda, Baeza, Trujillo, Medellín, Montiel, y la antigua capital califal, Córdoba. En estas expediciones acompañaron al rey de Castilla algunos hidalgos vascongados: Basaburu, Mendizabal, Unceta, Arismendi, Insausti, Mallea, Isasti, Alzubide, Ayestarán, Bidarte, Lezama, Arespacoechea, Echevarría de Elorrio, Alonso Iñigo de la Torre, Fortún Sáenz de Salcedo, Arancibia y otros.

Dirigió la expedición contra los moros en la toma de Baeza el 30 de noviembre de 1227. Data desde esta famosa entrada en Baeza de Lope II Díaz de Haro con su caballería pujante el día de San Andrés, acción de la que proceden las cruces aspadas que desde entonces figuran en el escudo de armas de los Haro (y en el de otros participantes) y, posteriormente, en el blasón de Vizcaya. San Andrés había sido martirizado clavado en una cruz hincada en forma de aspas, de donde vienen, como conmemoración, las ocho aspas que pasaron a orlar el escudo de los Haro. Por su liderazgo en la toma de Baeza, además, recibió el título de "conquistador de Baeza".

Siete siglos más tarde, Sabino Arana, padre del Nacionalismo vasco, atribuyó las aspas vizcaínas a la legendaria batalla de Arrigorriaga, a la que asigno de forma arbitraria la fecha de un 30 de noviembre del año 888. Un enfrentamiento mítico más que histórico entre vizcaínos y asturianos en defensa de su independencia.

escudo armas lopez haro señores vizcaya
BLASÓN DE LOPE II DÍAZ DE HARO

Fue constante enemigo del Reino de Navarra, contra el que combatió exitosamente en numerosas ocasiones. Jaime I el Conquistador recogió en sus memorias la alianza que Sancho VII el Fuerte le propuso en 1231 contra la Castilla de Fernando III, finalmente fallida tras la muerte del anciano rey navarro poco después. El Sancho VII deseaba recuperar las tierras que había perdido en el enfrentamiento contra Alfonso VIII de Castilla y Pedro II de Aragón en 1200 y las plazas que por entonces estaba perdiendo a manos del vizcaíno:
"A la sazón estaba vivo todavía el rey don Sancho de Navarra. Y el rey de Castilla le causaba daños por medio de dos Lope Díaz, señor de Vizcaya, de manera que le había quitado dos o tres de sus castillos. Y el rey de Navarra nos envió un mensaje ofreciéndonos que, si hacíamos una alianza con él, nos mostraría tal amor y tantos favores como nunca un rey hubiera hecho a otro."

Estas son las palabras que Jaime I puso en labios del rey navarro durante su encuentro en Tudela:
"Rey, puedo hablar con fundamento de los hechos de España por una cosa, porque los he vivido y he tomado parte en muchas cosas que se hicieron en mi tiempo. Ya hubo guerra entre mi padre y el rey de Castilla y, gracias a Dios, cada vez que se encontraban los suyos con los nuestros se mostraban muy aguerridos los navarros; pero nos llevaban tanta ventaja numérica, pues ellos son muchos y nosotros pocos, que eso nos perjudicaba. Pero, con la gracia de Dios, sólo con teneros como aliado me sentiré fuerte frente a ellos."

Tras el viejo rey tomó la palabra García Almoravid en nombre de los nobles navarros:
"Rey de Aragón, yo os explicaré todo acerca de esta tierra, aunque los de Navarra que están aquí saben igual o mejor el perjuicio que hace al rey don Lope Díaz de Vizcaya; pues el daño que hace al reino, al rey se lo hace. Y lo hace con sus fuerzas, que son muy grandes; además, el rey de Castilla ha mandado a sus hombres que lo ayuden, si lio precisara."

El obispo de Calahorra quiso exigir derechos a las iglesias sujetas al monasterio de San Millán de la Cogolla, conllevando pleitos que terminarían con el traslado en 1232 de la diócesis a Santo Domingo de la Calzada. Esto originó más discordias que hicieron que en 1235 Lope expulsase al obispo que huyó a Roma, trasladando la diócesis a Calahorra.

En 1234, estalló un conflicto entre el rey Fernando III el Santo y dos de sus principales magnates, Álvaro Pérez de Castro "el Castellano", señor de la casa de Castro, y Lope II Díaz de Haro, señor de Vizcaya. Este último se había sentido ofendido por el rey durante el asedio de Úbeda. Por ello, y sin contar con el beneplácito del monarca, que era tío de las hijas de Lope II Díaz de Haro, pues la esposa de este último, Urraca Alfonso de León, era hermanastra del rey, Álvaro Pérez de Castro contrajo matrimonio con Mencía López de Haro, hija del magnate agraviado por el rey, lo que provocó que el soberano despojase a Álvaro Pérez de Castro de las tenencias y tierras que le habían sido concedidas por la Corona. El conflicto se resolvió mediante la resolución arbitral concedida por las reinas Berenguela I de Castilla y Beatriz de Suabia, madre y esposa respectivamente de Fernando III el Santo.

En el 1235, Nuño Sánchez, conde de Rosellón y de otras tierras, le nombró compromisario en la cuestión que ventilaba con el rey de Aragón sobre la pertenencia de varios territorios.

Lope II Díaz "Cabeza Brava" murió en 1236, heredando el Señorío de Vizcaya a su hijo Diego III López de Haro. Después de su defunción recibió sepultura en el monasterio de Santa María la Real de Nájera.

Sepultura Lope Haro Urraca Senores Vizcaya Monasterio Santa María Real Najera
SEPULCROS DE LOPE II DÍAZ Y URRACA ANFOSO

25/04/2021

Pedro López de Ayala


Canciller real y cronista del Reino de Castilla, una de las personalidades más destacadas de la política y las letras del siglo XIV

PEDRO LÓPEZ DE AYALA

Pedro López de Ayala era natural de Vitoria, Álava, donde nació en 1359.

En 1359, siendo capitán de la flota castellana, participó en el saqueo de los puertos de Valencia y Cataluña. También se vio envuelto en la guerra civil entre Enrique de Trastámara y Pedro I el Cruel, siendo partidario del segundo hasta que huyó a Francia y poniéndose partidario del Trastámara. Uno de sus servicios fue su participación en la batalla de Nájera de 1367 contra el Príncipe Negro, Juan de Avís.

López de Ayala, que no era partidario de una guerra de Castilla contra los portugueses, se esforzó por disuadir de ello al rey, pero no rehuyó la lucha cuando se produjo, empuñando el estandarte de la Orden de la Banda, a raíz de la cual fue hecho prisionero durante seis meses.

BATALLAS DE NÁJERA Y ALJUBARROTA

En 1375, fue nombrado alcalde mayor de Vitoria y, al año siguiente, de Toledo. Su padre murió ese mismo año, momento en el que Pedro se convertía en señor de Ayala. Fue miembro del Consejo de Castilla y embajador en Aragón y en Francia.

Ya al servicio del siguiente rey, Juan I, luchó en la batalla de Aljubarrota (1385), en la que los portugueses infligieron una severa derrota a las tropas castellanas. Pedro fue hecho prisionero durante un año, estuvo encerrado en una jaula de hierro hasta que el propio rey de Castilla pagó su elevado rescate.

En las Cortes reunidas en Guadalajara en 1390 se opuso al proyecto del rey de desmembrar su reino entre él y su hijo don Enrique. Ese mismo año Pedro pasó a ser miembro del Consejo de Regencia de la minoría de edad de Enrique III.

En 1398, a sus 66 años de edad fue nombrado canciller mayor del Reino de Castilla. Ejerció tan alto cargo hasta su muerte en 1407, en Calahorra.

PEDRO LÓPEZ DE AYALA

Como literato su gran aportación a las letras castellanas fue el Rimado de Palacio, de contenido religioso, moralista y satírico. Son unos 8.200 versos escritos, entre 1385 y 1403, en su mayor parte en cuaderna vía y donde pasó revista a la sociedad de su tiempo describiendo con ironía a sus contemporáneos de la jerarquía civil y religiosa:
"Si estos son ministros, sonlo de Satanás
ca nunca buenas obras tú fazer les verás"

Atacó sus hipócritas valores políticos, sociales y morales, y mezclando cuadros realistas y disquisiciones moralizantes. Tampoco salen muy bien parados los judíos. Se quejó amargamente de cómo se acumulan los impuestos sobre los pobres pecheros y cómo ello provoca una gran crisis demográfica.

El Rimado de Palacio es en realidad una mezcla heterogénea de diversos materiales poéticos a los que su autor ha dado cierta unidad con estrofas de transición de unos temas a otros.

HISTORIA DE LOS REYES DE CASTILLA

Escribió las crónicas de los reinados castellanos de Pedro I, Enrique II y Juan I de Castilla, y una que quedó incompleta del reinado de Enrique III de Castilla, recogidas todas bajo el título de Historia de los reyes de Castilla. Entre otros muchos acontecimientos, relató los frecuentes enfrentamientos de la Marina castellana contra ingleses y otros enemigos por la hegemonía en el Atlántico. En esta obra se mostró como un historiador de bastante mayor rigor que sus contemporáneos ya que sólo le preocupan los hechos y las circunstancias que los rodean, ignorando las escenas pintorescas y las pompas caballerescas típicas de la época. Vivaz en los retratos, logró desterrar por siempre la sequedad de los viejos cronicones.

La instrucción del canciller Ayala era muy extensa para lo que se acostumbraba en la época. Aparte de la Biblia, conocía la obra de Tito Livio, Valerio Máximo, San Agustín, Boecio, San Gregorio, San Isidoro, Egidio Romano, Vegecio, Boccaccio y alguna de las versiones de la Estoria de España de Alfonso X el Sabio. Conocía además las colecciones jurídicas de su tiempo, como Juan Andrés, Giovanni Andrea, el Decreto de Graciano, etc.. Tradujo las obras de muchos de estos autores.

lópez ayala sepulcro palacio jequena
SEPULCRO DE PEDRO LÓPEZ DE AYALA

28/10/2020

Diego II López de Haro


Señor de Vizcaya, alférez Real de Castilla que pasó a la historia por encabezar el ataque cristiano del Reino de Castilla, junto a Alfonso VIII, en la batalla de las Navas de Tolosa en 1212

Diego López Haro
DIEGO II LÓPEZ DE HARO

Diego II López de Haro fue el quinto señor de Vizcaya, entre los años 1170 y 1214, conocido como "el Bueno". N¡acido en 1150, tenía su origen en la Casa de Haro, antiguo linaje en Castilla al que pertenecieron los señores de Vizcaya por muchas generaciones. Fue hijo y sucesor de Lope I Díaz de Haro.

Además de Vizcaya, tuvo los señoríos y gobiernos de Bureba, Rioja, Castilla la Vieja, Valpuesta, Belorado, Grañón, Aguilar de Campóo, Monteagudo, Logroño, Soria, Calahorra, la prestamería de Nájera, la merindad mayor de Castilla y la alferecía real.

Desde joven participó en numerosas batallas al servicio de su señor y rey de Castilla, Alfonso VIII, a cuyas órdenes intervino en la guerra en la que en 1199-1200 trajo de vuelta Álava y Guipúzcoa al Reino de Castilla tras una breve pertenencia al rey Sancho VII el Fuerte de Navarra.

En julio de 1195, participó en la batalla de Alarcos en la que el ejército del Reino de Castilla fue duramente derrotado por el musulmán entre otros motivos por la precipitación de Alfonso VIII, que se lazó a la lucha sin esperar la llegada de las huestes aliadas de Alfonso IX de León.

Existen versiones contradictorias sobre el comportamiento de Diego II López en dicha batalla, de la que algunas fuentes afirman que huyó para salvar la vida, motivo por el que comenzó a ser conocido por el sobrenombre de "el Malo". Sin embargo, conservó el cargo de alférez mayor de Castilla, lo que parece desmentir un comportamiento deshonroso.

Dos años después, en 1197, dirigió la defensa de Madrid durante el breve sitio sufrido a manos de los almohades, quienes finalmente se retirarían hacia sus posiciones seguras en Andalucía.

Fue protagonista principal de la definitiva incorporación de Álava y Guipúzcoa al Reino de Castilla tras una breve pertenencia a Navarra en los años finales del siglo XII. En 1179, se habían adjudicado las tierras riojanas a Castilla y las guipuzcoanas y alavesas a Navarra por el tratado suscrito entre Alfonso VII y Sancho VI. Pero en 1200, con motivo de la guerra que enfrentó a dicho rey con el navarro Sancho VII, el ejército castellano, encabezado por Diego II López de Haro y con la colaboración del rey aragonés, conquistó ambas provincias para su reino, del que ya nunca volverían a separase.

Un testigo presencial de los hechos, el navarro Rodrigo Jiménez de Rada, arzobispo de Toledo, escribió al respecto en su Historia de los hechos de España, fuente fundamental para el conocimiento de aquella época:
"Por su parte el noble rey Alfonso a atacar el condado de Treviño y Álava y, después de largo asedio, inició el asalto de Vitoria (…). Y de esta forma conquistó el rey Alfonso Vitoria, el condado de Treviño, Álava y Guipúzcoa con las fortalezas y castillos de estas tierras, salvo la ciudad de Treviño, que la obtuvo más tarde a cambio de Inzura (…). Conquistó San Sebastián, Aizcorroz, Arlucea, Arzorocia, Victoriano, Marañón, Auza, Ataun, Irurita y San Vicente."
Los guipuzcoanos, descontentos de su pertenencia al Reino de Navarra y ansioso de regresar a Castilla, colaboraron entusiastas en la incorporación. El cronista mondragonés Esteban de Garibay explicó que los guipuzcoanos deseaban volver a ser súbditos castellanos "por los desafueros que según tradición antigua que se conserva entre las gentes hasta hoy, habían recibido los años pasados desde los reyes de Navarra".

Diego López Haro batalla navas tolosa
SEÑOR DE VIZCAYA EN LA BATALLA DE LAS NAVAS DE TOLOSA

Pero la historia recuerda a Diego especialmente por su participación como vanguardia de ataque del ejército castellano en la decisiva batalla de las Navas de Tolosa, en 1212, que abría a los reinos hispánicos cristianos la entrada en Andalucía y marcaba el declive islámico en España.

Junto a Diego II López de Haro marchaban su yerno el conde Alvar Núñez de Lara, sus hijos Lope y Pedro Díaz, y sus sobrinos y clientes Sancho Fernández y Martín Muñoz, Iñigo de Mendoza, Pedro Vélez de Guevara, Lope Martínez de Avellaneda, Juan García de Bidaurre, Iñigo de Oteiza, Rodrigo de Arazuri, Fermín de Aguiñiga y hasta 2.500 vizcaínos más, de los cuales 500 eran caballeros, según Ibargüen.

El 16 de julio de 1212, en Sierra Morena, junto a la actual localidad jienense de Miranda del Rey, Diego II López de Haro comandó la vanguardia del ejército castellano. Junto al contingente vizcaíno, se agrupaban los de los concejos de Cantabria y de Castilla la Vieja, y con las milicias de los concejos de Madrid, Atienza, Almazán, San Esteban de Gormaz, Ayllón, Cueva Huete y Alarcón. Junto al ejército Alfonso VIII de Castilla, estaba el de Sancho VII de Navarra y el de Pedro I de Aragón.

Al parecer, su primera mujer, María Manríquez de Lara, fue infiel y desleal con su marido, al que abandonó. Este hecho, junto al dudoso comportamiento de Diego diecisiete años antes en Alarcos, provocó una anécdota muy reproducida por varios autores a lo largo de los siglos pero probablemente poco fiable. Al comenzar la batalla, su hijo Lope II Díaz de Haro le advirtió:
"Señor, haced hoy de forma que no me llamen hijo de traidor."
A lo que Diego respondió:
"Os han de llamar hijo de puta, mas no de traidor."
Y, efectivamente, su comportamiento en la batalla resultó decisivo. Fue uno de los que, en carga de caballería, quebró el palenque guarnecido por esclavos encadenados que protegía el puesto de mando del califa almohade Muhammad al-Nasir (conocido en las fuentes cristianas como el Miramamolín), con lo que se decidió el resultado de la batalla.

BATALLA DE LAS NAVAS DE TOLOSA, POR VAN HALEN

En recompensa a su actuación en combate, el rey le encargó la distribución del rico botín entre los reyes y caballeros que tomaron parte en esta batalla, sin que el rey de Castilla participase del botín porque, según dijo Diego, le bastaba el laurel de la victoria, de la cual se obtuvieron resultados muy favorables, tomándose a los moros varios castillos.

Además, Alfonso VIII supo agradecer la confianza y lealtad ofrecida durante toda aquella campaña hasta el puto de entregarle el Condado de Durango en 29 de diciembre de 1212, antes en poder de Navarra. Con esta villa el quinto señor de Vizcaya reunió la totalidad de los territorios del Señorío de Vizcaya en su poder.

Los sucesores de Diego II López fueron agregando tierras al Señorío de Vizcaya: Las Encartaciones, Santurce y Gordejuela en el siglo XII, y Balmaseda y Orduña en el XIV. Siendo por tanto los López de Haro los creadores de la actual Provincia de Vizcaya. Desde que en 1200 los López de Haro recibieron el Señorío de Vizcaya este territorio quedo integrada por completo a la historia de España.

Las armas de la Casa de los Haro eran dos lobos negros en campo de plata, a los cuales acrecentó Diego II López dos corderos sangrientos atravesados en las bocas de los lobos simbolizando presas de guerra capturadas en la batalla de las Navas de Tolosa.

Tras la batalla de las Navas, participó en la toma de Alcántara, en 1213, y en el frustrado sitio de Baeza, que finalmente sería tomada unos años después.

Casó en primeras nupcias con María Manríquez de Lara, hija del conde Nuño de Lara, con quien tuvo a su heredero Lope II Díaz de Haro y a Pedro Díaz. La segunda vez fue con Toda Pérez de Azagra, hija de Pedro Rodríguez de Azagra, señor de Albarracín, con quien tuvo dos hijas: la condesa Urraca Díaz de Cañas y la condesa María Díaz.

Murió el 16 de septiembre de 1214, tres semanas antes que Alfonso VIII, y fue enterrado en el monasterio Santa María la Real de Nájera, donde más tarde lo hicieron sus hijos, nietos y viznietos.

Sepultura Diego López Haro Monasterio Real Nájera
SEPULTURA EN EL MONASTERIO SANTA MARÍA LA REAL DE NÁJERA

El sepulcro de Diego II López de Haro recuerda su gloria:
"Fue de Vizcaya en su tiempo la gloria,
defendiendo a Castilla en su libertad,
sufriendo el destierro y la cautividad,
lo cual sobrepuja en bravura y gloria."


03/02/2019

Pedro González de Mendoza


Capitán general de los Ejércitos de Castilla, que salvó al rey Juan I de caer prisionero del Ejército de Portugal en la batalla de Aljubarrota

PEDRO GONZÁLEZ DE MENDOZA

Pedro González de Mendoza era hijo del alavés Gonzalo Yáñez de Mendoza y de Juana de Orozco. Pertenecía a un linaje nobiliario de Álava, cuya torre de Mendoza está situada cerca de Vitoria.

A mediados del siglo XIV, se desarrolló una Guerra de Sucesión del trono de Castilla entre dos hermanos sucesores y pretendientes: Pedro I y Enrique II de Trastámara. En principio, Pedro González de Mendoza estuvo apoyando a Pedro el Cruel o también llamado el Justiciero. En 1366, pasó al bando de Enrique II y con él sufrió la derrota de la batalla de Nájera. Allí fue hecho prisionero con Iñigo López de Orozco (tío de Mendoza, asesinado por Pedro I), Pedro López de Ayala (su cuñado), Beltrán de Guevara, Bertrand Duguesclin, mariscal de Francia y fue muerto Juan Hurtado de Mendoza, su abuelo. Al ser liberado, Enrique le nombró ayo de su hijo Juan, ganándose por su fidelidad el señorío de Orozco y las villas de Buitrago e Hita, en 1368.

TORRE DE MENDOZA EN ÁLAVA

Continuando al servicio de Enrique se vio envuelto en numerosos combates en apoyo al monarca. Su estrecha relación con Juan I, hizo que le nombrase mayordomo mayor y, pronto después, capitán general de sus ejércitos.

En 1383, recibió el señorío del Real Manzanares, en compensación a sus servicios. Y dos años más tarde, estableció sobre este señorío un mayorazgo que fue el origen del enorme poder de la familia Mendoza.

Pedro fue héroe de la batalla de Aljubarrota de 1385. Allí, el rey Juan I de Castilla trató como rebeldes a los portugueses que le rechazaron como soberano. Juan puso sitio a Lisboa en 1383 pero debió retirarse por causa de la peste bubónica que afligió el reino. En 1385, regresó por el valle de Mondego, pero el rey portugués quien disponía de menores fuerzas para su defensa, cerró el camino a Aljubarrota, obligando la marcha castellana por un estrecho paso. En el paso de Aljubarrota, las tropas castellanas quedaron atascadas y fueron sorprendidas por un importante contingente de arqueros ingleses que apoyaba a las fuerzas portuguesas. Les infringió una soberana derrota, logrando la independencia de Portugal.

En la adversa batalla, Pedro González de Mendoza ofreció su caballo al rey Juan I para que huyera, volviendo él a la contienda, donde murió heroicamente. Es por ello que se le conoce como el "mártir de Aljubarrota".

juan castilla aljubarrota gonzález mendoza pintura
PEDRO GONZÁLEZ DE MENDOZA CEDE SU CABALLO AL REY JUAN I EN ALJUBARROTA, POR LUIS PLANES

Según fray Prudencio de Sandoval:
"en acuerdo con el Embajador de Francia, no quería Pedro que el rey ordenara la batalla, no era conveniente, por la posición que los enemigos ocupaban y por lo avanzado de la hora."
Como no valió su consejo:
"Se puso en ella junto á la persona real, para guardarla hasta perder la vida, y asi sacó al rey de la pelea, y lo puso en salvo y volvió a la batalla, Y viendo las muertes que en los Castellanos se hacían se metió entre los enemigos peleando como un león; y siendo y acometido de muchos, cargado de heridas cayó muerto en tierra."

Su arrojo y valor no pasó desapercibido, ya que el hecho quedó inmortalizado en el romancero castellano con estas estrofas. Así comienza un romance de su tiempo, honrando el heroísmo de González de Mendoza:

"Si el caballo vos han muerto,
subid, Rey, en mi caballo,
y si no podéis subir, llegad,
suvirvos he en brazos.

Poned un pie en el estribo
y el otro sobre mis manos;
mirad, que carga el gentío,
y aunque yo muera, librad vos.

Un poco blando es de boca;
bien como a tal, sofrenazlo;
afirmadlos en la silla,
dadle rienda, picad largo.

No os adeudo con tal fecho,
a que me quedéis mirando;
que tal escatima debe,
a su rey el buen vasallo.

Y asi es deuda que os la debe,
non dirán que non la pago,
nin las dueñas de mi tierra
que a sus maridos fidalgos
los dejé en el campo muertos
y vivo del campo salgo.

Menos causa tuvo Eneas,
pues cuando fizo otro tanto,
tan sólo salvó a su padre;
yo al padre de todos salvo."

Enseguida viendo Pedro la desbandada del ejército, rehusó huir encomendando a su hijo Diagote al rey diciendo:

"A Diagote es encomiendo;
mirad por él, que es muchacho;
sed padre y amparo suyo
y Dios sea en nuestro amparo.

Dijo al valiente alavés
señor de Hita y Buitrago,
al rey don Juan el Primero
y entróse a morir lidiando."

Fue uno de los pioneros de la poesía cortesana castellana. De su producción poética sólo se conservan como verdaderamente suyas cuatro composiciones recogidas en el Cancionero de Baena. Su trabajo poético, tanto en castellano como en gallego, contribuyó sobremanera a agilizar y dulcificar la ruda lengua castellana, poco desarrollada en aquellos momentos, y por lo tanto poco adecuada entonces para la expresión poética de penas y sentimientos. Los intentos poéticos de este tipo que se daban en aquella época en la Corte castellana, y fuera del mismo, dotaron a la lengua de mayor flexibilidad y de una nueva conformación haciéndola evolucionar en gran manera.

batalla aljubarrota juan castilla portuguses arqueros pintura
BATALLA DE ALJUBARROTA

06/09/2017

Machín de Arsu


Líder de la vanguardia de ataque del Ejército castellano-vasco de Alfonso X que liberó Fuenterrabía en el sitio de 1280 por las tropas navarro-francesas de Felipe III

arsu fuenterrabía linaje vasco gornutz banderizo machín arzu escudo
ESCUDOS DE ARMAS DE ARSU

Natural de Fuenterrabía, donde nació Machín de Arsu a finales del siglo XII. Era señor del Palacio y Casa solar de Arzu en Cornuz (Gornutz). Se le atribuye una gran victoria obtenida sobre los franceses el 20 de diciembre de 1280, en el punto de Cornuz.

En 1280, el rey de Francia Felipe III el Atrevido atacó por sorpresa a Fuenterrabía con un Ejército franco-navarro. Este rey era regente de Navarra ya que consiguió casar a su hijo, el futuro Felipe IV de Francia, con su prima Juana I de Navarra, última reina de la casa de Champaña, que había llegado al trono con tres años de edad, convirtiéndose en el rey Felipe IV de Navarra.

El rey de Castilla, Alfonso X el Sabio, aguardaba un posible encuentro diplomático con el rey de Francia en las llamadas Conferencias de Bayona entre sus embajadores. Pero Felipe III tenía pretensiones de recuperar la ciudad de Hondarribia para Navarra, como ciudad portuaria del reino, tras la vinculación de Guipúzcoa al Reino de Castilla en 1200.

Sucedió entonces el primero de los varios sitios que esta ciudad sufriría en los sucesivos siglos por un Ejército de franceses y en ocasiones aliado y acompañados de navarros. Según la crónica: "y haciendo el daño posible en su comarca tomo un passo estrecho a la parte de Poniente de la Villa, y alojo sobre el su gente estendiendola hasta el termino llamado Cornuz a la falda Oriental del Promontorio Olearso".

Cuando recibió estas noticias, Alfonso X avanzó desde San Sebastián con sus tropas hasta detenerse en lo alto del monte Jaizkibel. Reunió a las personas de más experiencia y con mayor conocimiento de la zona. Asistieron a esta junta algunos vecinos y naturales de Hondarribia que vivían fuera de sus muros. En la reunión estaba presente Machín de Arzu, quien propuso al rey servir de guía a sus tropas para llevarlas a caballo por un camino hasta un punto en el que atacar a los franceses por sorpresa. Además, aconsejó que para marchar sin hacer ruido, es decir "para no ser sentidos de los enemigos mandase que las herraduras de los cavallos fuesen atapadas y cubiertas con paños para que no sonasen hasta que no estuviesen sobre ellos, y para que fuesen conocidos entre si sobrevistiesen sus camisas y caminasen con silencio y veria como succederia bien".

Ante tal muestras de prudencia y valor, Alfonso X confió en su experiencia para organizar su plan de contraataque. Mandó cubrir los cascos de sus caballos con telas, se colocaron las camisas por encima del resto del equipo para diferenciarse de los franceses, y avanzaron en silencio por caminos poco conocidos de Jaizkibel. Antes del amanecer llegaron por sorpresa al campamento principal del Ejército francés.

ALFONSO X DE CASTILLA Y FELIPE IV DE NAVARRA

Aquella vanguardia de ataque logró que el combinado franco-navarro abandonase sus tiendas y sus pertrechos, y huyeron en desorden. Según la crónica: "Cavallero Machin lo fizo también hiriendo y matando hasta llegar a la tienda del dicho Rey de Francia que estaba cerca de un rio", defendida por nobles franceses "de alta guisa". Mató a cinco de ellos "y al mesmo rey le expuso a trance de perder la vida". Felipe III de Francia consiguió escapar y huir con el resto de sus tropas.


Cuando Alfonso X el Sabio tuvo conocimiento del resultado de la acción dirigida por Machín de Arzu y "de lo bien que lo avia hecho, y que por el se avia dado orden de desbaratar el campo de su contrario" quiso conceder grandes mercedes al caballero hondarribiarra.

Además, en recompense a los servicios prestados el rey Alfonso X otorgó a Machín el término de Cornuz y una porción de terreno de Fuenterrabía. Todo ello se hizo constar en el certificado que aún conservan con veneración en la casa solar de Arsu.

Según asegura en 1620 el maestre de armas Diego de Urbina, desde entonces el escudo de la casa de Arsu o Arzzu lo forman "un castillo de oro en campo de gules, que es colorado, al pié de un río con cinco cabezas cortadas y en lo alto del castillo tres flores de lis de oro, y por orla ocho panelas verdes en campo de oro". Las cinco cabezas cortadas hacían alusión a los cinco nobles franceses abatidos por Matxin de Arzu junto a la orilla del río en la que se encontraba la tienda del Felipe III.

Desde entonces, este escudo tallado con el lema "Soy de Arzu" se encuentra en la fachada de la casa solar de Arzu, situada en el número 4 de la calle Ubilla de Hondarribia. Se trata de un edificio construido a comienzos del siglo XVII, cuando el linaje de Arsu se traslado a vivir intramuros.

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CALLE MACHÍN DE ARSU EN FUENTERRABÍA

05/06/2017

Lope I Díaz de Haro


Cuarto señor de Vizcaya, también de Nájera y gobernador de La Rioja con Alfonso VII de Castilla, a quien mantuvo lealtad frente a Sancho VI de Navarra, recibiendo el cargo de alférez real de Castilla

Lope Díaz Haro
LOPE I DÍAZ DE HARO

Lope I Díaz de Haro fue el cuarto señor de Vizcaya, que gobernó entre 1124 y 1170. Fue hijo de Diego I López de Haro y de Munia Sánchez de Navarra.

En el momento de intitularse señor de Vizcaya, estaba vinculado a la reina Urraca de León y de Castilla.

En 1127, recuperó la tenencia de Nájera con título de conde por mantener su fidelidad al rey de León y de Castilla Alfonso VII, hijo de Urraca, en la toma de control y posesión de La Rioja como legítimo heredero tras la muerte del rey de Aragón y Pamplona Alfonso I el Batallador. El título de conde Nájera suponía ser capitán de la milicia así como ser el principal administrador de justicia y gobierno político. Además, según un documento del monasterio de San Millán de 1134, Alfonso VII le concedió el Señorío de Haro.

En 1130, Lope I Díaz estableció en Nájera su residencia y sede principal, que mantuvieron todos sus sucesores hasta el último de los señores de Vizcaya del linaje de Haro, Diego V López. En el Monasterio de Santa María la Real de Nájera fueron enterrados todos los señores de Vizcaya de su linaje. Continuó con la reforma del Hospital de la Abadía, que había iniciado Alfonso VII. Fue llamado por sus contemporáneos como Lope "el de Nájera" por haber establecido su lugar de residencia y gobernación en esta ciudad.

Consiguió acaparar anto poder en la zona que ya en 1141 aparecía como gobernador de La Rioja, según un documento de privilegio de población concedido a Santo Domingo de la Calzada.

monasterio santa maría real nájera
MONASTERIO DE SANTA MARÍA LA REAL DE NÁJERA

Cuando murió Alfonso VII, Lope I Díaz siguió vinculándose al rey Sancho el Deseado, obteniendo el título de alférez real, como aparece desde 1158. Tras morir este, al año siguiente, sirvió vasallaje al rey Alfonso VIII de Castilla.

Aprovechando la minoría de edad del rey castellano, en 1163, Sancho VI el Sabio, rey de Navarra, ocupó varias villas riojanas cercanas a su territorio, entre ellas Logroño. Lope I Díaz tuvo que reaccionar enfrentándose a las tropas navarras en los años 1163 y 1167.

En 1169, Lope I Díaz acudió al asedio de Zorita junto a sus hombres para apoyar al rey Alfonso VIII sin que este lo requiriera. En agradecimiento le entregó le mantuvo la tenencia de Nájera.

Ese año edificó la iglesia y Monasterio de Santa María de San Salvador de Cañas, en La Rioja, para convento de religiosas benedictinas de Santo Domingo de la Calzada, a condición de convertirse a la Orden del Cister. A ellas donó, en unión con Aldonza, la villa de Fayuelas, con todos sus solares.

Hizo acuñar moneda llamada Lobis, por ir esculpidos en ella los dos lobos que representan sus armas nobiliarias.

Casó en segundas nupcias con Aldonza, relacionada con los condes gallegos de la casa de Traba. De la primera unión fueron hijos Lope y Sancho, y del segundo Diego, Rodrigo García, Urraca, que será reina de León como tercera esposa de Fernando II, Mencía, Estefanía, Aldonza, Elvira y Toda. Murió en 1170, sucediendo en el cargo de señor de Vizcaya y de Nájera su primogénito Diego II López de Haro.

27/05/2017

Gil López de Oñaz Loyola


Noble guerrero, capitán de milicias tolosarras y otros guipuzcoanos en la batalla de Beotibar, el 19 de septiembre de 1321

GIL LÓPEZ DE OÑAZ LOYOLA

El lazo jurídico que unía al linaje nobiliario de los Loyola con la corona de Castilla era el vasallaje. En su caso, era un vasallaje real, lo cual suponía realizar de forma más cumplida los deberes de súbdito, comparecer en la defensa de los intereses reales con mayor dedicación poniendo, incluso, la vida en peligro.

Una de las cualidades más altas del buen vasallo era sobresalir en grandes hazañas militares a favor del Reino de Castilla, como lo hizo Gil López de Oñaz Loyola en la batalla de Beotibar.

Gil López de Oñaz Loyola fue pariente mayor guipuzcoano del siglo XIV, banderizo de los Oñaz, natural de Azpeitia. Era hijo de Lope García de Oñaz, primer señor de la casa de Loyola por el matrimonio con Inés de Loyola.

Fue caudillo y capitán del batallón de infantería y caballería formado por vecinos tolosarras y otros guipuzcoanos en la batalla de Beotibar, el 19 de septiembre de 1321, contra navarros y gascones, al servicio de la Corona de Castilla. Puesto al frente de los oñacinos, atacó a los navarros en el valle de Beotibar, cercano a Tolosa, infligiéndoles una grave derrota. Además, participó en las negociaciones de treguas con Navarra en 1329.

oñaz loyola casa torre medieval banderiza
CASA-TORRE DE LOS OÑAZ LOYOLA