Mostrando entradas con la etiqueta Elorrio. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Elorrio. Mostrar todas las entradas

02/07/2025

Industria armera de Elorrio


La fundación de la villa vizcaína de Elorrio fue efectuada en 1356 por don Tello, señor de Vizcaya, en torno a los terrenos de San Agustín de Etxabarria. El propósito fue doble: frenar la entrada de los guipuzcoanos hacia el Señorío; y establecer un poder foral contra los señores feudales y sus Guerras de Banderizos. Durante los siglos XIV y XV, el territorio del Duranguesado sufrió las crueles luchas entre linajes nobiliarios. En esta villa, cercada en un principio y luego amurallada, se produjo la batalla de Elorrio, en 1468, entre las casas de Ibarra, del bando de los oñacinos, y los Marzana, de los gamboínos.

Durante los siglos de la Edad Moderna, Elorrio se distinguió en todo el Señorío por la fabricación de armas blancas y de fuego, al igual que hicieron otras villas vascas como Eibar o Soraluce. Sus talleres artesanales del Medievo se transformaron en modestas fábricas en la Modernidad. Elaboraban espadas, corazas, escudos, arcabuces, mosquetes, bombardas, cañones, lanzas y picas. Armas muy características y utilizadas por los Reales Tercios de Infantería de la Monarquía hispánica para la defensa de sus amplios territorios europeos.

Elorrio se convirtió en un gran centro productor de picas y lanzas, en conexión con varias villa guipuzcoanas de su proximidad con las que formaba una comunidad de intereses en base a la plantación de fresnos en bosque compartidos y a un oficio común que era la astería. Este concreto sector de la armería ligera involucraba a gremios como los campesinos criadores de fresnos, los ferrones, los transportistas, o los mercaderes. La piquería pudo conectar a simples campesinos criadores de fresnos y grandes linajes nobiliarios de parientes mayores con artesanos armeros y oficiales reales que representaban los intereses del Ejército de la Monarquía hispánica.

De hecho, gran parte del armamento ligero, vanguardia del ejército de Carlos V o Felipe II, tuvo su origen en las Provincias Vascongadas, y más en concreto de Elorrio. La base del mismo provenía de allí desde tiempos de Gonzalo Fernández de Córdoba, general de los Reyes Católicos.

PICAS DE ELORRIO

En 1575, se organizó una reunión entre el capitán Alonso de Cosgaya y los oficiales lanceros de esta población. La consulta tenía por finalidad conocer la cantidad de picas de que disponían los artesanos, cuántas se podían fabricar cada mes y qué medidas convenía establecer para aumentar las plantaciones de fresnos.

Aquel informe de 1575 dejó patente que las fraguas de Elorrio fabricaban de 2.000 a 3.000 picas de 4,17 a 5,42 metros de longitud y 1.500 lanzas cada mes, además de otras armas. Este armamento tenía como destino las tropas del Imperio de Felipe II, especialmente los Reales Tercios de Flandes. No es de extrañar que los lanceros de esta población consiguieran ganarse un renombrado prestigio y que se hubiese convertido en el centro de las operación de la piquería destinada al ejército de Felipe II.

La Memoria de las picas que yo Lope de Elío, criado de Su Magestad y su veedor he examinado después que viniese a este cargo que fue a principio de abril del año 1576 hasta hoy 23 de julio de 1578 contabiliza las partidas de picas provenientes de Mondragón, Azpeitia, Eibar, Elgoibar, Angiozar, Oñate y otras poblaciones que eran llevadas a Elorrio. Contiene datos de los suministradores de picas, y que la recogida se realiza en Elorrio para ser transportada a su destino final, según consta en la relación de cada año a partir de 1575. Uno de los más importantes suministradores de picas fue Domingo de Mendiola, vecino de la villa, quien actuaba frecuentemente en representación de Hernando de Aguirre, oficial real y pagador de armeros, piqueros y arcabuceros.

PALACIO DE ELORRIO

Elorrio reunía una serie de factores naturales a su alrededor muy idóneos para el desarrollo de esta industria. Está envuelta por sierras calizas llenas de bosques y prados que proporcionan grandes cantidades de madera de fresno. Los montes de Elorrio y de pueblos colindantes como Elgueta y Angiozar encerraban extensas fresnedas dedicadas a la astería, producto que ofrecía diferentes alternativas en los mercados del sur español.

Por eso, intermediarios de Elorrio se involucraron en la fabricación y adquisición de productos compuestos de astas desde la primera mitad del siglo XVI. Por ejemplo, en 1530, Domingo de Aguirre, mercader de Elorrio, compraba a Pero Pérez de Aozaraza, armero de Oñate, "fierros de lanzas faines".

También existió una amplia relación entre artesanos armeros y productores de madera de fresno. Por ejemplo, en 1573, García de Algute, vecino de Elgueta, compró 318 fresnos, por los que pagó 900 reales a Pero de Goitia y Pérez de Miota, vecinos de Elorrio. En 1575, Marcos de Olarra, astero de Elorrio, firmó un contrato de fabricación con Martín Ibáñez de Albistegui, vecino de Elgueta, basado en 40 docenas de lanzas de cuatro medidas: 8, 9, 10 y 11 codos, a un precio de 4 reales y medio cada docena, además de 30 docenas de varas de justicia, a 2 reales la docena.

Los casos de relaciones mercantiles entre vecinos de Elorrio y Elgueta vinculados a la astería fueron numerosos. Por ejemplo, el contrato entre el lancero Domingo Pérez de Leaniz, vecino de Elorrio, y el lancero Jacobe de Marquiegui, vecino de Elgueta. O, el acuerdo de compra de fresnos por parte del lancero Martín de Urrutia, vecino de Elorrio, a Domenja de Izaguirre, vecina de Elgueta, que disponía de una plantación de fresnos "a la redonda de su casa".

COMPONENTES METÁLICOS DE UNA PIQUERO

Elorrio disponía de las denominadas Casas de la Munición, que también se denomina Magacén, donde se recibía la piquería fabricada, se pagaba a los armeros y desde donde se distribuía el material siguiendo las disposiciones de los oficiales reales. Además de los propios armeros, se involucraban los encargados en comprobar la calidad de las picas, y aquellos que gestionaban la documentación que acreditaba el cobro.

Según documento, hacia el año 1572, la cantidad de picas que se almacenaban en una temporada era de 19.674 unidades, contadas por el subordinado Domingo de Mendiola, en representación del oficial real Hernando de Aguirre, siendo veedor real Lope de Elío. No siempre la labor de control y recuento estaba delegada en oficiales y suboficiales reales, siendo en ocasiones el propio veedor el encargado de vigilar la calidad de las picas en Elorrio, si las responsabilidades que tenía en Soraluce se lo permitía. Por ejemplo, en 1590, Lope de Elío se presentó en esta villa vizcaína "a examinar las picas, y entre otras examinó las de muchos oficiales lanceros" que se nombran en el documento.

Dos años después, Mendiola suplió a Aguirre en el cargo de oficial real de picas por fallecimiento del segundo. En la casa de la munición, llegó a contabilizar un total de 22.214 picas en todo el año 1592, lo que dice mucho de la enorme cantidad de armas blancas que podía fabricar Elorrio. No obstante, otras poblaciones vecinas participaron de este sector industrial basado en la fabricación de picas con destino en Elorrio, por ejemplo Elgueta, Angiozar y Oñate.

En torno a la casa de la munición de Elorrio se congregaban armadores piqueros, transportistas, vigilantes del almacén, examinadores del material, anotadores de cuentas, pagadores y fiadores, y otros oficios. Se había convertido en el principal fabricante de picas y lanzas de España, tal y como Soraluce lo era de mosquetes y arcabuces.

En cuanto a la exportación de picas vasca fabricadas en el entorno de Elorrio, hay que destacar la feria de Nájera o la ciudad de Sevilla, sede de la Casa de Contratación de Indias en los siglos XVI y XVII. Tras la unión monárquica del Reino de Portugal bajo el mando de Felipe II, la ciudad de Lisboa también se convirtió en un destino clave de la piquería vizcaína.

PICAS DE ELORRIO EN LOS TERCIOS DE FLANDES

Toda esta actividad armera, junto a la participación de familias locales en el comercio con las provincias ultramarinas de la Monarquía española, consiguió traer grandes riquezas a la villa que se invirtieron en la construcción de palacios y casas-torre nobiliarios, así como de edificios religiosos. Se levantaron más de una veintena de palacios como los de Uribe-Salazar, de Estéibar-Arauna, de Arabio, de Olazábal, de Láriz, etc., y se esculpieron varias decenas de escudos de armas de linajes nobiliarios en sus caseríos, también las iglesias de San Agustín del siglo XV, o de la Purísima Concepción del XVI.

El Alarde de Errebonbilloak, celebrado cada primer domingo de octubre, es el desfile militar de una compañía de fusileros. Su origen está en las levas militares de la villa que participaron el combate de Lepanto en 1571. Esta tradición denota su importante dedicación a las armas y su demostrada contribución en efectivos humanos y armeros a la defensa del Imperio español.

ALARDE DE ELLORRIO, ERREBOMBILLOS

09/07/2015

Batalla de Elorrio


Elorrio obtuvo su carta fundacional como villa municipal en 1356, por el infante don Tello, señor de Vizcaya. Aquellos fueros tenían un doble objetivo, por una lado defender el señorío de los continuos ataques los banderizos guipuzcoanos. El otro era el establecimiento de un poder municipal que hiciese frente al poder de los señores rurales.

Un siglo más tarde tuvo lugar la batalla de Elorrio, en 1468, englobada en el marco de las Guerra de Banderizos vascongados.

La Batalla de Elorrio enfrentó a las casas de Ibarra, del bando oñacino, y de Marzana, del bando gamboino. Junto a los Ibarra lucharon las casas de Muxica, Butrón, Arteaga, Salazar y Zarate, mientras que en el bando liderado por los Marzana estaban las casas de Avendaño y sus aliados Sancho y Luis de Velasco, los condes de Saliñas y Haro, Juan de Briviesca y el refuerzo de 300 mercenarios castellanos contratados al marqués de Santillana.

CASA-TORRE NOBILIARIA DE ELORRIO

Este enfrentamiento está considerado como una de las grandes batallas medievales de las provincias Vascongadas. Según escribió el historiador Lope García de Salazar en sus Bien Andanzas e Fortunas, en ella intervinieron miles de contendientes. También que fue una de las primeras batallas donde se utilizó la artillería como elemento destructor, ya que hasta poco antes la afectividad de esta era muy baja, produciendo más ruido que daños reales. El Duranguesado, como el resto del Señorío de Vizcaya, se convirtió en uno de los escenarios habituales de las mismas.

El cruento y encarnizado enfrentamiento de Elorrio terminaría con la victoria aplastante de los hombres de la casa de Marzana y sus aliados, pertenecientes al bando gaboino, a quienes también habían apoyado las gentes del interior de la villa de Elorrio. Los Salazar también fueron participantes, incluidos en el bando oñacino. Según el cronista vizcaíno, en esta batalla murieron varios miles de hombres pertenecientes a los solares de Salazar, Butrón y Muxica; entre ellos, tres de los hijos de García de Salazar.

BATALLA DE ELORRIO

En sus Bien Andanzas e Fortunas, García de Salazar escribió que a principios de siglo XV, Furtun García de Avendaño y Martin Ruíz de Avendaño mataron a Ruy Sánchez de Zaldivar, con otros diez hombres, siendo la causa el que les "contrariaba el mando de la tierra". Desde aquel día siempre existió enemistad entre los de Avendaño y los de Zaldivar.

En 1468, Zaldivar se aliaba con Pero Ruiz de Ibarra y Aloso de Mújica, señor de Aramayona, en la lucha contra varias villas vizcaínas entre ellas Durango. Las villas fueron defendidas por Pedro de Avendaño.

Avendaño presentó en Elorrio 1200 infantes y 150 jinetes de caballería del conde de Salinas, dejándolos bajo la conducta de su hijo, Juan, Juan Briviesca y otros capitanes de la casa de Haro, colocándose él en la villa de Durango.

La primera operación del esforzado Juan de Avendaño fue poner cerco a la torre de Ibarra, guarnecida solamente por 150 hombres, gente insuficiente para defenderla por mucho tiempo. Mújica, que vio el aprieto en que se encontraba su aliado, amenazado por gente armada con magníficas lombardas, pidió al marques de Santillana 60 caballos, que bajo las órdenes de Juan de Leiva y Lope Hurtado de Salcedo fueron puestos a su disposición.

Pero estos socorros eran insuficientes, la situación de Ibarra no mejoraba, siendo cada día más desesperada, por lo cual Mújica llamó en su ayuda a los Salazares. Los de la casa solariega de Salazar reunieron a 300 de sus hombres en las proximidades de Durango, que se sumaron a un ejército de 4.000 hombres y 80 caballos, y gruesas lombardas traídas de Cantabria por el banderizo Mújica.

ESTELA FUNERARIA Y TORRE DEFENSIVA DE ELORRIO

En Durango desecharon las proposiciones de paz que les hizo el corregidor Juan García de Santo Domingo, y se dispusieron a atacar la villa de Elorrio de la cual habían ya salido algunos hombres para diezmar a los sitiadores. Los hijos de Lope García de Salazar, Fortun Gómez y Ochoa Gómez, eran los encargados de asentar las lombardas, para cuya operación se adelantaron con 600 hombres de Butrón. Apenas habían comenzado a sentar sus reales y establecer las baterías, la gente que había quedado atrás con Juan Alonso, no se sabe si por traición o por temor, decidieron no entrar en la lucha.

Lo cierto es que apercibidos los de la villa del desorden de los enemigos, cargaron de improviso sobre los pocos que en el campo quedaban, mataron a Gonzalo de Salazar, Fortún Gómez de Butrón, Ochoa Abad, Juan de Butrón, hermanos bastardos; a Juan Alonso Ochoa de Butrón nieto de Ochoa, y Gonzalo Gómez. Gonzalo de Salazar, el más resistente, tras ser herido en la cara, sostuvo un reñido combate a espada con varios, hiriendo a Juan de Avendaño y matando a su caballo, hasta que al fin cayó muerto. A su lado también murieron luchando Pedro de Salazar de Montaño, Men Sánchez de Bañares y Ochoa de Loizaga. Fueron presos Juan de Salazar, su hermano, con siete heridas, y Ochoa de Salazar, los cuales fueron ejecutados en las puertas de la villa por orden de Avendaño.

PUERTA DE LA MURALLA DE ELORRIO

Los oñacinos tuvieron 200 muertos, huyendo los demás desordenadamente por la cuesta arriba; de los cuales muchos murieron ahogados por la sed y el cansancio, y entre ellos Fernando de Salazar, Rodrigo de Achurriaga y Pedro de la Bárcena, con más de 45 hombres, parte de ellos heridos. Entre los de Butrón y de Mújica cayeron entre otros, a Gonzalo de Guecho, Juan de San Juan, bastardo de Butrón, Ochoa de Unzueta y otros varios. También fue herido en las piernas de dos saetas el caudillo Juan Alonso de Mújica. El triunfo ocasionó la toma de la torre de Ibarra, Ermua, y sus tierras.

Pocos días después murió junto a Durango Fernando de Zaldivar, y también su aliado Diego de Basurto con gran alegría de los vecinos y naturales de la villa. Un año después el conde de Haro desterró de las tierras de Vizcaya a Avendaño y Mújica, los cuales dos años más tarde debieron combatir en Munguía en su contra.

Ante esta insostenible situación, el corregidor, las Villas de Vizcaya, Lope García de Salazar y los mercaderes de Burgos pidieron la intervención real para buscar la pacificación. Ante esta petición, el rey Enrique IV comisionó al conde de Haro para efectuar las nuevas ordenanzas.

06/03/2015

Errebonbilloak: el Alarde de Elorrio por el combate de Lepanto


El primer domingo de octubre tiene lugar en la villa vizcaína de Elorrio, la fiesta conocida como Errebonbilloak. Es un alarde militar cuyo origen parece estar en las antiguas milicias con que cada municipio participaba en la defensa o en la guerra. Según la tradición popular, este caso está relacionado con el regreso a la villa de las milicias municipales que participaron en el Combate de Lepanto de 1571.

El desfile militar está formado por una compañía de fusileros integrada por vecinos y vecinas de cualquier edad sin ningún tipo de exclusión, los errebonbillos. Comienza a las seis de la mañana dando el primer recorrido, y realizan algunas descargas de fusilería en lugares determinados. El único lugar de disparo que ha cambiado con el tiempo ha sido la casa del alcalde. Por la tarde, vuelven a dar otro recorrido por la villa. Por la noche se realiza una procesión con la imagen de la virgen del Rosario, terminando con un baile, un aurresku en la plaza Mayor.

errebonbilloak alarde elorrio combate lepanto
ALARDE DE ELORRIO

La primera noticia que existe en la actualidad sobre la realización de alardes en la villa de Elorrio data de 1575, aunque como en muchas villas del Señorío de Vizcaya, se realizaban con mucha anterioridad. Desde 1630, el alarde de Elorrio se hace conjuntamente al de la anteiglesia de San Agustín de Etxeberria, que antes de la fusión de ayuntamientos, hacía su propio alarde.

Pero antes de esta fusión de alarde, al menos desde el siglo XVI y parte del XVII, se organizaba en Elorrio dos tipos de muestras de armas según el estamento social de sus moradores: una de hijosdalgo, pertenecientes a un linaje noble o casa solariega, en una fecha determinada, y otra en la que concurrían todos los vecinos cuando eran necesaria la defensa del Señorío.

A finales del siglo XVI o principios del XVII, al igual que en Durango, se fundó la Cofradía del Rosario en Elorrio. La fiesta del Rosario ha tenido en Elorrio una gran relevancia ya que, durante la procesión del primer domingo de octubre, participan los errebombillos haciendo salvas de honor al paso de la imagen de la virgen. Acto que muy probablemente se realizaba desde hace muchos años, aunque no haya quedado reflejado en los libros conservados.

errebombillos elorrio alarde combate lepanto levas milicias vecinales
ALARDE DE ELORRIO

Sobre el origen de la participación de los armados en la procesión existe una versión popular atribuida a varios hijos del linaje nobiliario de Amandarro, participantes en el combate de Lepanto. De vuelta a Elorrio, vieron que se estaba celebrando la procesión con la Virgen del Rosario y al pasar ésta, armaron los arcabuces que traían y comenzaron a lanzar tiros al aire en honor de la virgen. Otra versión, parecida a la anterior pero más lógica, dice que estos soldados elorrianos, al llegar al puerto de Campazar y contemplar su villa natal, comenzaron a disparar sus armas al aire en señal de alegría y anuncio de su vuelta. Estas salvas se hicieron costumbre anual y se incorporaron a la procesión del Rosario que la villa comenzó a celebrar. Esta ha sido la tradición transmitida de forma oral entre las gentes, aunque no existan documentos que verifiquen con precisión su origen formal.

Elorrio, de gran tradición industrial, se especializó en la fabricación de armas blancas. De un informe del mes de marzo de 1575 se conoce que se podían fabricar, cada mes, de 2.000 a 3.000 picas, 1.500 lanzas y gran cantidad de otras armas. Espadas, corazas, armaduras, arcabuces, mosquetes, bombardas, cañones, lanzas y picas, eran empleadas por los Tercios de Infantería y por las Armadas navales de la Monarquía hispánica de Carlos I y Felipe II y fabricados en esta villa. De ahí que también celebrasen la noticia no solo de la llegada de sus soldados elorrianos sino además de la victoria de Lepanto, la victoria de sus armas.

ESCULTURA AL ALARDE DE ELORRIO