26/02/2018

Frases de Blas de Lezo


Serie de frases y citas escritas por el teniente general de la Real Armada española Blas de Lezo y Olavarrieta o atribuidas a él.




"Una nación no se pierde por que unos la ataquen,
sino porque quienes la aman no la defienden."





"Mi amor al real servicio y bien del estado no necesita ningún estímulo
para procurar todo lo que es conveniente a su mayor gloria."





"Si hubiera estado yo en Portobelo, no hubiera su Merced insultado impunemente las plazas del Rey mi Señor, porque el ánimo que faltó a los de Portobelo me hubiera sobrado para contener su cobardía."





"Con todos estos esfuerzos concurrí a la defensa de esta plaza y puerto sosteniendo por espacio de diez y siete días el castillo de Bocachica y baterías que se hallaban en la misma infelicidad, trabajando en el y en ellas no como corresponde a General sino como el ultimo grumete de mis navíos para que el honor de las armadas del Rey, no padeciese el desdoro que le amenazaba."





"Para venir a Cartagena es necesario que el rey de Inglaterra construya otra escuadra, porque ésta sólo ha quedado para conducir carbón de Irlanda a Londres, lo cual les hubiera sido mejor que emprender una conquista que no pueden conseguir."




"Todo buen español debería mear siempre en dirección a Inglaterra."




"God damn you, Lezo!"
(¡Que Dios te maldiga, Lezo!)



20/02/2018

Jacinto Antonio de Echeverri y Rober


Capitán de galeones de la Carrera de Indias en el siglo XVII

JACINTO ANTONIO DE ECHEVERRI Y ROBER

Jacinto Antonio de Echeverri y Rober era natural de San Sebastián, donde nació en 1612. Era hermano de los almirantes generales Juan de Echeverri y Rober y Domingo de Echeverri y Rober.

Comenzó su carrera en mayo de 1640, como soldado de las Armadas de la Guardia de la Carrera de Indias, con la escuadra a las órdenes del general Jerónimo Gómez de Sandoval. Al regresar a España ya era cabo de Escuadra de Guzmanes, como premio al comportamiento que tuvo en el encuentro de la Armada con la de Francia a diez leguas de la bahía de Cádiz, el 28 de julio del mismo año.

Destinado a la Armada del mar Océano como cabo principal, tomó parte del combate que en los Cabos tuvo esta armada con la de Holanda el 4 de noviembre de 1641.

A mediados de 1642, estuvo como alférez en la Armada del Mediterráneo a cargo del duque de Ciudad Real, encontrándose en dos combates con la de Francia en Barcelona y Tarragona.

De nuevo, estuvo embarcado en la Armada de la Guardia de la Carrera de Indias, al mando de la capitana real para la protección del real tesoro, en los años 1643, 1644 y 1645.

echeverri rover carrera indias almirante vasco
JACINTO ANTONIO DE ECHEVERRI Y ROBER

En 1646, por orden real agregó su compañía a la Armada del mar Océano, pero se incorporó en la Armada del Mediterráneo al mando del general Francisco Díaz Pimienta. Tomó parte de un combate contra la Armada de Francia en las costas de Italia, capitaneando un bajel, recibiendo la felicitación de su general por el cumplimiento de su cometido. Además, participó en dos operaciones anfibias de mar-tierra dentro de una infantería que se incorporó al Real Ejército de Nápoles para efectuar el socorro de Orbitelo. También en el combate que tuvo dicho ejército con la Armada de Francia, gobernada por el príncipe Thomas. En el segundo intento pudieron poner en fuga al ejército francés de la plaza de Orbitelo. Permaneció enfermo en Nápoles hasta que pudo recobrar la salud.

En 1648, volvió a integrar su compañía en la pequeña Armada del Océano, formada por tres navíos, al mando del general Manuel Bañuelos. Prestaron socorro a Tortosa, sitiada por los franceses.

De las costas de Cataluña, pasó en los mismos navíos a incorporarse con el grueso de la Armada que se encontraba en Nápoles y Sicilia el año 1649. En el Reino de Nápoles, fue nombrado capitán de la urca La Caridad por su general Francisco Díaz Pimienta. Entre las principales acciones estuvo la de escoltar al duque de Saboya para la toma de Onella, la vigilancia de las costas de Francia y Cataluña, y la toma de Siches con las fuerzas terrestres y marítimas. De allí, volvió a Sicilia con el gobierno de otros seis bajeles de la Armada.

En 1649, navegó en dos ocasiones en corso a las órdenes del almirante Juan Miguel Balaqui y Sebastián de Echeverría. En este tiempo, sentó plaza de soldado en un tercio de infantería Se halló en la toma del castillo de Longon (islas de la Elva) y en la de Piomblin. En este ultimo asalto, fue sobresaliente su actuación con su tercio: avanzó a las fortificaciones exteriores del castillo, subió a la muralla, y asistió a la fortificación posterior al foso, hasta que se rindió.

echeverri rover combates batallas armada española mediterráneo
COMBATE NAVAL DE JACINTO ANTONIO DE ECHEVERRI Y ROBER

En 1651, fue nombrado capitán de una compañía del Tercio de Ayamonte, por el duque de Medinaceli, que estaba desplazada en la frontera de Portugal.

En 1653, fue requerido como capitán de la urca San Grabiel, por el capitán general de la Armada de Guardia de la Carrera de Indias. Sustituyó al almirante de la armada cuando este falleció en 1654, recibió la dirección de la nave almiranta, y trajo a su cargo el tesoro real formado principalmente por plata. Y cuatro años más tarde, en 1658, hizo lo mismo, navegó en la Armada de Indias, trayendo la plata real y arribando en el Puerto de Santander al año siguiente.

En 1661, partió de las costas de Cantabria al mando de dos fragatas, con órdenes reales para las islas de las Terceras y esperar en ellas los galeones de la Carrera de Indias, con encargo de que fabricase y perfeccionase un galeón en el puerto del Pasajes, por cuyo buen servicio se le hizo capitán de mar y guerra.

En 1662, salió de dicho puerto guipuzcoano con el gobierno de cuatro galeones que transportaba 1.200 hombres de infantería, gran cantidad de armas y caudales con destino a Andalucía para guarnición de la Armada Real. Desde Cádiz pasó a Indias a bordo de la Armada de la Guardia, y se dirigió a la isla Margarita y los demás puertos de la costa al objeto de recoger un cargamento muy valioso, que sería el real tesoro. Esta misión fue desempeñada con gran éxito según la relación que las autoridades redactaron al rey:
"Si todos los que han venido y vinieren de las costas proceden con la atención que este caballero lo ha hecho, será servido V. M. con gran puntualidad y desinterés; porque me consta que por llevar su galeón limpio y desembarazado, no ha querido cargar más de 3.000 sacos de cacao, que deja en tierra y le valiera el llevarlas más de 30.000 pesos. Juzgo tan de mi obligación decir esto a V. M. como lo fuera en avisar de lo contrario si hubiera faltado a su obligación."
fragata echeverri rover armada combates imperio español
FRAGATA DE ECHEVERRI Y ROVER Y ESCUDO DE ARMAS

En 1663, partió de Cartagena por orden del gobernador de la Armada, con dos galeones a su gobierno, para limpiar de piratas las costas neogranadinas. Efectuó con tanta precisión su cometido que en la relación de servicios que se remitió al rey decía "que se mire por este sujeto, que tiene señales para que con sus obligaciones se halle V. M. muy bien servido de él en la mar".

En 1664, volvió a ser nombrado capitán de mar y guerra de uno de los galeones de la Armada de la Carrera de Indias, que habían de llevar los azogues y transportar la plata del Virreinato de la Nueva España y le encargó que asistiese a la negociación del Indulto de la plata, en todo lo cual ha correspondido a la confianza que se ha hecho de su persona.

Era además un gran experto en construcción naval. Se declaraba partidario del sistema de fabricación de embarcaciones de los holandeses.

Publicó un tratado sobre construcción naval firmado por Jacinto, pero escrito entre los tres hermanos, que fue enviado al rey Carlos II. En este documento Jacinto pedía diferenciar entre buques mercantes y buques militares. Su objetivo era conseguir los de guerra sean más rápidos y mejor armados que los mercantes, como al parecer ya lo eran los de otras potencias.

Esta obra tuvo como enorme título Para que con el favor de Dios Nuestro Señor, este presente viaje se proceda con todo acierto, y el principal de su santo servicio se consiga, y en el de S. M. los efectos que se desean, guardaran el Señor Francisco Martínez de Granada, almirante de esta flota, capitanes y cabos de ella, las ordenes siguientes. Contiene cuarenta y cinco artículos.

Fue publicada por Jacinto de forma póstuma en 1666, tras la muerte de su hermano Juan. El manuscrito tuvo varias copias, que se repartieron entre los capellanes de los galeones de la flota.

La consideración que al respecto se le tenía queda patente, por ejemplo, en la carta que José de Veitia y Linaje, autor del Norte de la Contratación de las Indias Occidentales, le dirigió en 1673. Temiendo que la muerte arrebatase el saber acumulado durante generaciones, en los astilleros y en la experiencia de la navegación trasatlántica, Veitia le rogaba que:
"... lo primero es que v.m. se recobre en su salud y cierto que teniéndola le debemos suplicar sus servidores que no defraude a la nación española de la gloria que le podrá resultar de ver reducida a ciencia inteligible preceptos ciertos y con demostraciones matemáticas la arquitectura naval y creo firmemente, sin pasión, que ninguno en toda España puede igualar a v.m. en esto."
Jacinto Antonio de Echeverri murió en la capital guipuzcoana, en septiembre de 1673, cuando se preocupaba por refundir, en un cuerpo de doctrina, cinco discursos suyos sobre arquitectura naval, que circulaban ya manuscritos entre sus amigos del gremio.

15/02/2018

Historiografía mitológica de la Real Sociedad Económica Bascongada


Como escribió el antropólogo Julio Caro Baroja, hasta la invención nacional de Sabino Arana, los vascos siempre creyeron "pertenecer al grupo de los más españoles de los españoles". Eso data documentalmente desde Zaldivia y Garibay, pasando por Moret y Larramendi hasta los Astarloa, Erro, Azcue, Vilinch, Iztueta y el resto de los pensadores más euskaldunes del siglo XIX.

Su fundamento era el mito tubaliano, estructura mitológica a la que se sumaron los caballeros de la Real Sociedad Económica Bascongada de Amigos del País, utilizando un talante poco crítico y nada ilustrado que, aunque aparentemente quisieron renovar la historiografía, en cuanto vieron tambalearse las bases de su prístina noble y pureza de sangre, cerraron filas en torno al mito Túbal.

ESCUDO Y LEMA DE LA BASCONGADA: IRURAC BAT

Los amigos de la Bascongada no pasaron de planificar una historia "nacional" que jamás logró trascender la cronología de la conquista de España por los musulmanes, y eso que estaban a finales del siglo XVIII. Produjeron decenas de trabajos históricos y cientos de pliegos escritos que quedaban estancados en los paradisíacos e indómitos inicios de los vascones: esplendorosos inicios del patriarca Túbal y sus hijos del vascuence poblando por primera vez los territorios españoles.

Algunos de esos títulos se pueden encontrar en el fondo Prestamero del Archivo de Vitoria:

- Antigüedad, oriegen, nobleza y virtud de fortaleza de los naturales oriundos de las novilisimas Provincias Cantabricas Guipuzcoa, Vizcaya y Alava

- Idea general de la Nacion Bascongada y señaladamente de la Provincia de Guipuzcoa, cuyo autor es el conde Peñaflorida

- Provincias Bascongadas, Plan del Discurso prebio a la historia nacional dellas

- Gupuzcoa, Su antiguo gobierno y originaria nobleza

- Indice de una obra sobre historia nacional de Guipuzcoa

- Historia Nacional de las tres Provincias Vascongadas, Relación histórica de los sucesos ocurridos en esta nacion de Cantabria hasta la entrada de los Moros en España

- Advertencias y apuntaciones sobre la idea general de la Nación Bascongada

- Historia general del País Bascongado comprendida en tres Provincias, el Señorío de Bizcaia, Guipúzcoa y Alava

ESCRITURA MITOLÓGICA DE LOS FUEROS VASCOS

Escrita probablemente por el caballero alavés José Joaquín de Landazuri, también existe una Segunda parte de la Historia nacional de las tres Provincias Vascongadas. Relación histórica de los sucesos ocurridos en esta nacion de Cantabria hasta entrada de los moros en España. Este manuscrito es el único que plantea dudas metodológicas sobre la veracidad histórica de Túbal:
"... quien fuese el primer poblador de estos paises vascongados y el tiempo en que tubieron principio sus poblaciones nadie lo sabe en tan densas tinieblas nos dexaron sepultadas estas primeras noticias los antiguos, que no sea a bulto y sin seguro. Apoyo podemos decir los modernos. No ignoro en que es el sentir de muchos grandes autores el que Túbal... pobló en estos payses vascongados pero tampoco se me oculta el que las pruebas que nos dan para tan hermoso suceso son ineficaces para persuadir tan arduo empeño..."

Este miembro de la Sociedad Bascongada Amigos del País propuso dos argumentos para cuestionar el poblamiento de Túbal en las Vascongadas:

1. La supuesta abundancia de comida en los valles del Pirineo que hiciesen apetecible ese territorio al patriarca Túbal. Si bien en el siglo XVIII ya había abundancia de árboles frutales, se sabe que muchos son alóctonos y seguramente inexistentes en aquellos tiempos lejanos. Exigía a cualquier defensor del tubalismo, amplios conocimientos de botánica y geografía que en la Ilustración aún no se tenían.

2. La certeza probada acerca de la riqueza de frutos silvestres en los valles pirenaicos tampoco asegura que Túbal se hubiese quedado en las mismas con sus gentes, puesto que aunque algo sea posible no significa que sea real. A este argumento se suma la probabilidad de que Túbal y sus compañías hubiesen preferido otros territorios peninsulares más ricos y atractivos.

Landazuri fue el primer vasco de alta alcurnia nobiliaria y miembros de la Sociedad Bascongada en rechazar la verosimilitud de las creencias tubalistas.

ESCULTURA A XABIER DE MUNIBE EN AZKOITIA

Ante esta crítica ideológica e identitaria de Landazuri, el director de la Sociedad Bascongada, Xabier Munibe, defendió la tesis mitológica mediante la redacción de Idea general de la Nación Bascongada, un trabajo cuya cronología acaba hacia el año 870 y encabezó con el título Origen y primera Población del País Bascongado... En ella, el caballero Peñaflorida afirmaba que Túbal fue el primer poblador y fundó Ulibarri "primera voz bascongada y primera población de España". Sus razones fueron las siguientes:
"Dos poderosos motivos obligaban a Túbal a buscar las montañas para su primera población. El primero el horror... a habitar las llanuras con la triste idea que aun conservaban del primer Diluvio... y la mayor seguridad que creian en las alturas. El segundo la abundancia de viberes silvestres que daban las montañas en estas regiones (castaña, nuez, abellana y la vellota de encina, robles y arces...)."

El caballerito de Azcoitia reforzaba la tesis de la abundancia en árboles y frutos demostrando que en las montañas pirenaicas se edificaron "herrerias y fraguas como ay y ha havido", y que:
"... la primera lengua unibersal de España fue la vascongada, la lengua de Túbal y sus gentes ... que se conserba en estas tres Provincias y sus inmediaciones de Navarra y Francia, más o menos pura segun es o a sido maior el trato con otras naciones."

Más tarde, y ante la negativa de sus socios miembros de investigar en esta nueva dirección, Landazuri optó por darse de baja de esta institución y buscar por su cuenta la verdad los hechos del pasado y así aportar luces y razón en las tinieblas del mito identitario vascongado. Porque ante todo se trataba de una identidad, una creencia que legitimaba la supuesta nobleza primigenia en la que se basaban los intereses políticos de las élites dirigentes vascongadas, reunidas en las Juntas de la Real Sociedad de Amigos del País Bascongado.

Otro disidente fue el historiador agustino Flórez, quien publicó en 1768 su investigación La Cantabria. Disertación sobre el sitio y extensión que tuvo en tiempo de los romanos la región de los cántabros, con noticias de las Regiones confinantes y de varias poblaciones antiguas. La tesis de Flórez sostenía que las Vascongadas jamás fueron Cantabria y que nunca existieron las supuestas hazañas libertarias de los hijos de Túbal contra la invasión romana: nunca hubo indómitos vascones.

Los miembros de la Sociedad Bascongada no aceptaron que fuesen otras regiones españolas las que resistieron a Roma, pues en tal caso se les derrumbaría el argumento sobre el carácter impuro y mezclado de la población española en contraposición de la vascongada, así como también el supuesto abandono hispano de su inicial lengua madre eusquérica por haber sido dominada por invasores foráneos.

Xabier Munibe y Pedro Jacinto de Álava reaccionaron contra Flórez y contra Landazuri, redactando una estrategia común, urdida mediante correspondencia y pidiendo permiso a la Corte madrileña para que respaldarse su tesis frente a sus enemigos. Los caballeritos de Azcoitia no se cuestionaron seriamente sobre el fundamento de la hipótesis de Flórez, sino que la combatieron de forma unánime a fin de supeditar el interés historiográfico a su interés identitario.

PALACIO DE INSAUSTI EN AZKOITIA

Según el historiador contemporáneo Olibarri Gortazar, los caballeritos quisieron escribir la historia acorde con los métodos modernos e ilustrados, pero cuando pusieron en marcha ese proyecto se dieron cuenta que los principales representantes españoles de la historiografía ilustrada criticarían tradiciones conservadas por los vascongados durante siglos, que ellos mismo seguían y consideraban piezas decisivas en su defensa histórico-jurídica de los Fueros frente al poder central del reino. Ante esta perspectiva, renunciaron al proyecto ilustrado de publicar historia vascongada porque debían rectificar aspectos contrarios a los intereses de las tres Provincias, o bien encontrar la crítica de los ilustrados españoles y hasta la censura del poder real.

Los ilustrados vascongados basaron su defensa apologética del mito Túbal en citas y referencias de los Garibay, Moret, Henao, Larramendi, etc., tratando los mismo temas en torno a los orígenes, la autoctonía y el valor en las luchas contra Roma. La diferencia con respecto a los historiadores de tiempos pasados estribaba en que ahora el fin utilitario de la historia era absolutamente defensivo: blindar la ideología de identidad foral.

Siguieron afirmando que "Fuero es una costumbre inmemorial cuia practica concreta elevó a ley... desde la primera Población" o que:
"La nobleza natural, secundaria y moral es la que pretenece al hombre por haberla heredado de sus primeros padres... La que corresponde a Guipúzcoa es la natural, secundaria conocida con el nombre común de hidalguía de sangre porque la tiene por linaje y por tocarle como herencia, de sus primeros pobladores."

Terminaron este párrafo con la prohibición de acceso a personas de estirpes extrañas:
"... que no pueda vivir en su territorio ningun christiano nuebo ni persona que sea de semejante linaje, ni de casta de negros, negras, mulatos, mulatas assi esclavos como libres ni otra ninguna gente de mala raza."

Pero Xabier Munibe y los caballeritos de Azcoitia no elaboraron una concepción protonacional vasca, como hizo Larramendi, y optaron por la tradicional idea protonacional española donde los vascongados fuesen excelentes españoles por su lealtad al monarca.

Y es que la suerte estaba echada al iniciarse el siglo XIX: las cabezas dirigentes imaginaban un país recién inventado, con guerras civiles (carlistas), ensoñaciones tardío-románticas y una cartografía ideológica de la limpieza étnica.

TORRE DE BABBEL

Nacionalismo y II República en el País Vasco, por José Luis de la Granja Sainz


nacionalismo vasco república país vasco euskadi historia
NACIONALISMO Y II REPÚBLICA
EN EL PAÍS VASCO

Nacionalismo y II República en el País Vasco
Estatutos de Autonomía, Partidos y Elecciones: Historia de Acción Nacionalista Vasca: 1930-1936
José Luis de la Granja Sainz, Editorial Siglo XXI, (2008), 792 páginas

Este libro es la obra más amplia y completa que existe sobre la historia política del País Vasco en la II República, porque abarca tres temas claves.

En primer lugar, estudia la importante evolución del Nacionalismo vasco desde la caída de la Dictadura de Primero de Rivera hasta el estallido de la Guerra Civil.

En segundo lugar, analiza la cuestión de la autonomía vasca por ser el eje central sobre el que giró la vida política de Euskadi en la República, pues el Estatuto no se aprobó hasta octubre de 1936, en plena Guerra Civil.

Y, en tercer lugar, examina las relaciones entre las fuerzas políticas vascas a través de las cuestiones autonómica y religiosa, sus conflictos, a menudo violentos, y su participación en las elecciones municipales y generales, que reflejaron el intenso pluralismo vasco de la preguerra, agrupado en tres grandes bloques: las derechas españolistas, el nacionalismo vasco y las izquierdas republicano-socialistas, los vértices del triángulo político casi equilátero de 1936.

Este libro describe la trayectoria de Acción Nacionalista Vasca en los años republicanos, su lucha constante por conseguir el Estatuto de autonomía para Euskadi y su alianza electoral con el Bloque republicano-socialista en 1931 y con el Frente Popular en 1936. Entonces la política posibilista de ANV se situó en las antípodas del nacionalismo radical, encarnado por el grupo independentista Jagi-Jagi, y constituyó un ejemplo del nacionalismo vasco heterodoxo, que fue una tercera corriente en el seno de dicho movimiento: la más alejada de la doctrina fundacional de Sabino Arana y muy distinta tanto del nacionalismo moderado como del radical.

09/02/2018

Condado de Pamplona: entre francos y musulmanes


Las campañas que anuncian la muerte de Witiza el año 710 presagiaban la desaparición del Reino Hispano-visigodo. Una lucha civil por un trono vacío desencadenaba la llegada de tropas musulmanas del gobernador de Tánger. 7.000 soldados, la mayoría bereberes, a las órdenes de Tariq ibn Ziyad, cruzaban el estrecho de Gibraltar poniendo el pie en Tarifa. En 711, destrozaron los ejércitos del rey Rodrigo en Guadalete, tomaron la capital, Toledo, y controlaron las llanuras y ciudades del sur. Más tarde, con la fuerza de 18.000 hombres, sometían la antigua Tarraconense, el valle del Ebro y llegaban al pie de la cordillera Cantábrica y de los montes Pirineos.

Ya en el año 713 Muza atravesó la zona meridional y Pamplona cayó en su poder antes del 718. Esta ciudad fue obligada a pagar tributo a los gobernadores musulmanes que establecieron un protectorado.

rodrigo guadalete hispano visigodos
EL REY DON RODRIGO ARENGANDO A SUS TROPAS EN LA BATALLA
DE GUADALETE, POR BERNARDO BLANCO

Para los vascones, la consecuencia de este nuevo escenario político-militar en la península Ibérica fue el cese del control visigodo sobre la ciudad fortaleza de Pamplona. Se trataba de una ciudad amurallada situada en la zona de contacto entre la montaña y la llanura y en la vía romana Astorga-Burdeos, controlando el paso de Roncesvalles, principal vía de penetración a través del Pirineo occidental. Se constituyó como centro de relativa importancia, con sede episcopal datada desde el año 589.

Estas circunstancias determinaron la aparición de caudillos que aglutinaron bajo su mando, aunque fuera de forma transitoria, a los hombres aptos para la defensa de distintas demarcaciones, seguramente identificadas con los valles geográficos. No obstante, dada la desorganización política del territorio, la capitulación de la ciudad no conllevó el sometimiento del ámbito campesino en las zonas montañosas.

Por el contrario, las tierras del sur de la actual Navarra cayeron en el ámbito del control político de los invasores islámicos. Sus caudillos debieron pactar la entrega de rehenes y el pago de tributos que materializaban el sometimiento político a los nuevos dominadores islámicos.

La totalidad de las tierras peninsulares fueron sometidas, quedando un reducto en la cordillera Cantábrica y una frontera en los Pirineos. La resistencia en el valle del Ebro hasta los Pirineos fue inexistente ya que en el 713 los ejércitos musulmanes alcanzaron el valle medio del Ebro que se encontraba gobernado por el conde hispano-visigodo Casio. Y este magnate local eligió someterse al califa Muza y convertirse al Islam dando origen a la estirpe de los Banu ibn Qasi a cambio de mantener su poder en la región. Uno de ellos sería valí de Pamplona; otro defendería Zaragoza frente a Carlomagno.


mapa invasión islámica península ibérica siglo xiii
PRINCIPALES ENFRENTAMIENTOS Y RUTAS DE CONQUISTA ISLÁMICA

Mientras que el Reino visigodo desaparecía y las tropas musulmanas preparaban su asedio al norte de los Pirineos, las Galias reforzaban sus dominios y alejaban a los árabes de sus territorios. Las victorias de Carlos Martel en Poitiers, en 732, y de Pelayo en Covadonga, en 722, fortalecieron a los núcleos cristianos del norte peninsular para resistir la embestida islámica e iniciar una restauración conocida como Reconquista.

Según los historiadores:
"Vasconia no pudo unirse a sus hermanos de Bardulia y Cantabria cuando Pelayo lanzó el grito de independencia, tal vez porque sus caminos y fortalezas estaban mejor vigilados y controlados por los conquistadores."

Tras estas dos derrotas de los musulmanes por ambos reinos cristianos, los vascones también reaccionaron luchando contra Abd el Malik ben Katan, asegurando su independencia en las montañas. Pero el valí Ukba recondujo la situación, estableciendo una guarnición en Pamplona entre el 734 y 741.

Durante estos años, nunca se estableció un estado vasco en las zonas no conquistadas, sino tribus más o menos aisladas en poder de caudillos locales y rivales entre ellos. Ante la presión ejercida por las potencias limítrofes al sur, por musulmanes, y al norte, por francos, los grupos internos escindidos conectaron con los representantes de estas potencias para vincularse políticamente y encontrar apoyos frente al rival.

Y el control alterno que francos y muslimes fueron ejerciendo sobre Pamplona y su entorno era muy indicativo de las variaciones en el equilibrio de las fuerzas entre las emergentes rivalidades locales. Entre éstas, pronto destacaron los Velasco y los Íñigo. Los Velasco se vincularon a los reinos cristianos franco y asturiano, mientras que los Íñigo se aliaron con los Banu-Qasi de Zaragoza y Tudela, por parentesco, dependiendo políticamente de Omeyas cordobeses.

Tales fracturas debieron acentuarse a partir de la década de los 40 del siglo VIII, coincidiendo con la crisis que Al-Ándalus sufrió en este periodo y que provocó su repliegue a las zonas fronterizas más avanzadas. A ello se añadía la escasez de actividad franca en la zona.

Pero, en el fondo de tales fracturas, se estaban formando bloques supratribales en cuyo aglutinamiento intervenían ya factores ajenos a las vinculaciones familiares (vinculaciones con otras entidades políticas exteriores), y que, con el paso del tiempo, estaban sentando las bases para la instauración de funciones genuinamente monárquicas.

mapa reino alfonso i asturias territorios
MAPA DEL REINO DE ASTURIAS CON ALFONSO I

Desde 739, ya reinaba Alfonso I en Asturias. Se había fortalecido contra el invasor musulmán estableciendo su capital en Oviedo, ocupando los valles gallegos y la cordillera Cantábrica, y llegado hasta los territorios occidentales de Álava y Vizcaya, repoblando Las Encartaciones de Vizcaya. Fueron los primeros contactos entre la zona vascona y la asturiana. Su hijo Fruela, que reinó durante los años 755 y 768, emprendió una campaña por tierras vascas cuyos habitantes fueron derrotados y sometidos en diversos encuentros entre los años 757 y 767.

El dominio de todo el litoral y la cordillera del Cantábrico fue acentuado por el asturiano Alfonso II el Casto, pero ese dominio fue parcial y solo obtenido como alianza contra el enemigo común islámico que dominaba la parte llana vasca mediante valíes dependientes de Córdoba.

Al otro lado de los Pirineos, durante el periodo que va desde 732 al 741, el Reino franco se reforzó considerablemente y la toma de Narbona por Pipino el Breve en 759 hizo retroceder a los musulmanes al sur de la cordillera. Los francos comenzaron a construir una marca o territorios fronterizos fuertemente militarizados, que sirviera de escudo protector para el núcleo de los territorios francos.

Los cronistas árabes siempre distinguieron entre vascones y vasconizados. Los dominios vascones en aquella época se extendían por norte hasta el río Garona, por sur hasta el norte de la Navarra peninsular, ya que el sur navarro estaba bajo dominio árabe, y por el este hasta el valle de Arán. Los vasconizados, que ocuparon los territorios de la actual Euskadi, estaban controlados por los asturianos, herederos del Reino visigótico.

Estos territorios formaron el Condado de Pamplona, como un conjunto de terrenos en torno a la estratégica ciudad de Pamplona, con una autonomía propia pero en torno a la influencia franca. El Condado pamplonés quedó englobado la Marca Hispánica, tratándose de una frontera político-militar del Imperio carolingio fuertemente militarizado. Esta franja al sur de los Pirineos fue dominada mediante guarniciones militares y con el apoyo de la población autóctona de las montañas en condados como Pamplona, Aragón, Ribagorza, Pallars, Urgel, Cerdaña o Rosellón. A principios del siglo IX  los condes francos fueron sustituidos por nobles autóctonos.

marca hispánica condados pirineos carolingios
CONDADOS DE LA MARCA HISPÁNICA, INICIOS DEL SIGLO IX

A pesar de la subordinación del Condado de Pamplona al Imperio carolingio, las relaciones entre los pamploneses y los Banu ibn Qasi de Zaragoza continuaron muchos años con numerosos enlaces familiares, aunque en lo político y militar sufrieron diversos altibajos. Por ejemplo, el valí de Pamplona antes citado fue muerto en una revuelta, de acuerdo con los francos que atacaban por el Pirineo oriental. Y fue sustituido por un magnate de la tierra llamado Velasco, primer nombre hispánico que aparece con poder entre los pamploneses, aunque al parecer venía de Gascuña, que era entonces provincia del Imperio carolingio.

Surgió entonces la batalla de Roncesvalles, magnificada por su épica en los romances medievales, en especial la famosa Chason de Roland, además de tratarse de la primera derrota de Carlomagno, supremo emperador en la Alta Edad Media europea. Fue un estímulo para la Reconquista, precedente de otra derrota imperial invasora, la de Napoleón, mil años después. La reciente versión de los historiadores nacionalistas vascos incide en el indudable protagonismo de los vascones, a los que atribuyen totalmente la victoria, lo que sólo es cierto en parte.

En el año 777, el valí de Zaragoza, Suleiman ibn al Arabí, se presentó en Paderborn a Carlomagno y le ofreció Zaragoza y otras ciudades al norte de Al-Ándalus si acudía a ayudarle contra el emir de Córdoba. El futuro emperador aceptó y pasando por el Pirineo por Pamplona y Huesca al frente de un lúcido ejército con sus mejores veteranos se presentaba ante los muros de Zaragoza. El sitio se prolongó y numerosos ataques fueron sucesivamente rechazados. Ante las dificultades y la llegada de alarmantes noticias de Sajonia, Carlos daba la orden de retirada, no sin destrozar todo lo posible en torno a la ciudad. De paso por Pamplona mandó destruir sus murallas. Además, llevaron consigo a Suleiman y a otros jeques musulmanes.

Cuando entraban Carlomagno y los suyos en Francia por el paso estrecho de Roncesvalles su retaguardia fue atacada por montañeses vascos y pamploneses con la colaboración de bandas musulmanas. De éstas formaban parte dos hijos de Suleiman, que lograron liberar a su padre. En la gran sorpresa de la batalla, los francos, bajo el peso excesivo de sus armas y pertrechos, fueron derrotados por la ligereza en la acción de los vascones, conocedores de aquellos bosques y despeñaderos. Murieron en el combate el senescal Eginardo, el conde de Palacio Anselmo y el duque de la Marca de Bretaña Rolando. Fue el 15 de agosto de 778.

Según los Anales Laurissensses, el autor testificaba la diferencia poblacional entre los vascones españoles y los navarros de la zona: dos comunidades netamente diferenciadas que vendrían a corresponderse con las existentes ya en el Alto Imperio Romano. Esta dualidad también aparece en el poema De laude Pampilone, cuando se exhorta a la ciudad de Pamplona a que se aparte de los herejes y resista a los vascones. Aunque el contenido de la frase es religioso y no político, manifiesta claramente de nuevo la dicotomía poblacional de la región.

batalla roncesvalles vascones carolingios francos roldan
BATALLA DE RONCESVALLES

Tras el incidente de Roncesvalles, Carlomagno se replanteó su política en la Marca Hispánica y en 781 coronaba en Roma a su hijo Ludovico Pío como el monarca de un reino satélite que comprendía las regiones del sur de Francia: Aquitania, Gascuña y Septimania, con la misión de consolidar el dominio franco en dicha región fronteriza. Esto implicaba titularse duque de los navarros. La intervención franca comenzó en el noreste peninsular, y pronto se ganó el apoyo de las élites locales. Entre los años 785 y 801, se fueron poniendo bajo su autoridad los condados de Gerona, Barcelona, Urgel, Rosellón, Ausona, Ampurias, Cerdeña y Besalú. Los francos llamaron a éste territorio Septimania, una zona extendida desde el río Llobregat hasta los Pirineos. Más tarde Pallar, Ribagorza y Huesca.

Para evitar futuras incursiones carolingias y cortar rebeldías islámicas, ese mismo año de 781, el emir de Córdoba, Abderramán se presentó con sus fuerzas armadas en Zaragoza recuperando el poder. Tras derrotar a los rebeldes, remontó el río Ebro, imponiendo su autoridad por donde pasaba. Y tras tomar la comarca de Calahorra, se presentó en Pamplona. Ante la incapacidad de defensa de la ciudad por las murallas rotas, se le sometió Jimeno el Fuerte. También se le sometió el valí Galindo ibn Velasco, que controlaba la cabecera del río Aragón. Regresó a Córdoba con rehenes, quedando los pamploneses sometidos al poder de los Omeyas durante cerca de 20 años.

Algunos de los magnates vascones compartieron lazos de parentesco con la dinastía de los Banu Qasi. Siempre al lado de estos últimos estaba una familia cristiana procedentes de los valles de Roncal y Salazar y las inmediatas tierras aragoneses, eran los Arista. El más relevante de los enlaces matrimoniales fue el de Muza ibn Fortún con la viuda de Íñigo Jiménez, y cuyos hijos fueron Íñigo Arista Íñiguez y Muza ibn Muza. En el año 788, Muza ibn Fortún gobernaba Pamplona, y desde 792 otro Banu Qasi Mutarrif ibn Muza hasta 799.

íñigo arista alzamiento pavés reino pamplona
ALZAMIENTO DE ÍÑIGO ARISTA

A finales de este siglo, las tierras en torno a Pamplona asistieron a un duro enfrentamiento entre los Íñigo y los Velasco, los dos clanes mayormente pujantes.

En el año 799, tras la coronación como emperador de Carlomagno, su ejército emprendió una ofensiva en el Pirineo catalán. Surgió la figura del magnate vascón Sancho como el pretendiente de los Velasco a conde de Pamplona, enviado por Carlomagno y el rey de Aquitania. Sancho era el hijo de Lupo, duque de los vascones fallecido desde hacía treinta años.

Esta nueva situación político-militar determinó la sublevación de la dinastía Velasco contra el control de Hisham I y el derrocamiento de su valí pamplonés Mutarrif Ibn Musa. De esta forma la dependencia política de los pamploneses había pasado al otro lado de los Pirineos, es decir, de los Omeyas a los Carolingios. Con la vinculación de unas tierras altoaragonesas al Reino franco, se consolidaba al Marca Hispánica desde el este hasta el oeste pirenaico.

Aunque Pamplona estuvo bajo la nueva influencia franco-gascona, algunas facciones vasconas siguieron colaborando con los musulmanes, instalados en Tudela bajo el mando de Amrus ibn Yusuf, enemigo de los también sublevados Banu Qasi de Zaragoza. Yusuf recuperó Zaragoza y Tudela el año 800.

En el 806, la aristocracia pamplonesa, en oposición al Califato cordobés, se fue incorporando al Imperio carolingio de Ludovico Pío, sin conocer los términos de esta mutación política. La Marca Hispánica carolingia de la "Navarra nuclear" era un condado de unos 4.000–5.000 km². Los Annales Laurissensses narran que en ese año los navarros y los pamploneses prestaban obediencia a Carlomagno, haciendo distinción entre pamploneses, habitantes de Pamplona y zonas aledañas, y los navarros del resto de la llanura y montaña.

Los Iñigo recurrieron a la familia Banu Qasi para retomar el control de la ciudad. Sin embargo, en el 812 el emir Al Hakam I y Ludovico Pío acordaron una tregua por la que los carolingios tomaban el control de Pamplona. Hay constancia de la presencia en la capital Navarra de Ludovico Pío el año 812, momento en el que delegó su poder en el gobernador Velasco al-Yalasqí. Su objetivo era dominar y castigar la rebeldía de algunas facciones de vascones que se entendían con los musulmanes de Tudela. Controlaba esta ciudad y algún punto estratégico más, pero otra parte de la llanura y las montañas eran autónomas. Por eso, al volver a Aquitania tuvo que tomar precauciones para evitar una nueva emboscada como en Roncesvalles.

navarra inigos jimenos banuqasi facciones nobles
FACCIONES POLÍTICAS DEL CONDADO DE PAMPLONA
INICIOS SIGLO IX

Los cronistas francos relataron la fidelidad de los pamploneses al emperador Carlomagno. Decía el cronista llamado el Astrónomo, en su Vida de Ludovico Pío, que:
"En España los pamploneses, que poco tiempo antes se habían pasado a los sarracenos, fueron recibidos en la fe del Emperador." 
El Astrónomo relató que:
"Ludovico Pío recibió en Tolosa (Toulouse) a los embajadores que Alfonso, príncipe de las Galicias, había enviado con presentes para firmar un tratado de amistad." 

Se estaba formando un frente común cristiano contra el Califato cordobés que estaba en su época de mayor fuerza y prestigio. Los pamploneses, asentados entre el Imperio carolingio y el Reino asturiano se irían sumando a ese frente común.

Tras la muerte de Carlomagno el 814, Al Hakam I puso fin a la tregua y retomó las hostilidades contra los francos. Ludovico Pío accedió al trono carolingio, generando unas revueltas en Gascuña (englobada en el Reino de Aquitania) y en Pamplona. Dos años más tarde, se produjo el derrumbamiento de las marcas del Pirineo occidental. Aprovechando la crisis política del trono carolingio, surgía, en ese año de 816, la figura del líder Íñigo Arista Íñiguez, como el caudillo pamplonés encargado de luchar contra el control de los francos. La dinastía Íñigo expulsaba a la Velasco y fundaba el Reino de Pamplona.

05/02/2018

Caricaturas de La nación falsificada, por Julen Urrutia


Serie de ilustraciones sobre 60 personajes vascos, navarros y catalanes o efemérides sucedidas en la Historia de España. Fueron dibujados por Julen Urrutia en Bilbao para el libro La nación falsificada, escrito por Jesús Laínz y publicado por Ediciones Encuentro en 2006.

Son eminentes personajes vascos y navarros de la historia de España, agrupados por Edades históricas:

Edad Media: Sancho III Garcés, Diego II López de HaroLope II Díaz de Haro y Pedro López de Ayala

Edad Moderna (Renacimiento y Barroco): Juan Sebastián ElcanoAndrés de UrdanetaMiguel López de LegazpiJuan de Urbina, Juan de Urbieta, Esteban de GaribaySaga de los IdiáquezIgnacio de LoyolaAlonso de Ercilla, Juan Martínez de RecaldeMiguel y Antonio de OquendoPascual de Andagoya, Juan de Garay y Catalina de Erauso

Edad Moderna (Ilustración); Blas de Lezo, Bruno Mauricio Zabala, José de Mazarredo, Ignacio María de Ayala, Cosme Damián Churruca, 

Edad Contemporánea: Francisco Espoz y Mina, Gaspar Jáuregui, Longa y Abecia, Tomás de Zumalacárregui, José María Iparraguirre, Manuel Iradier y Enrique de Ibarreta

Además son caricaturizados los parlamentarios foralistas del siglo XIX y los Reales Tercios Vascongados en África.

DIEGO II LÓPEZ DE HARO

LOPE II DÍAZ DE HARO

PEDRO LÓPEZ DE AYALA


ANDRÉS DE URDANETA


JUAN DE URBINA

JUAN DE URBIETA




ALONSO DE ERCILLA




JUAN DE GARAY


BRUNO MAURICIO ZABALA


JOSÉ DE MAZARREDO E IGNACIO Mª DE AYALA

COSME DAMIÁN CHURRUCA

FRANCISCO ESPOZ Y MINA

GASPAR JÁUREGUI

LONGA Y ABECIA

TOMÁS DE ZUMALACÁRREGUI

JOSÉ MARÍA IPARRAGUIRRE

FRANCISCO JAVIER GIRÓN

MANUEL IRADIER

ENRIQUE DE IBARRETA

PARLAMENTARIOS FORALISTAS

TERCIOS VASCONGADOS DE ÁFRICA