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02/01/2024

Etapa 2A Roncesvalles - Zubiri


Burguete-Auritz, llamado el Burgo de Roncesvalles durante el Medievo, existió antes que la construcción del hospital de Roncesvalles, pues ya antes de 1274 disfrutaba del fuero de Pamplona. La villa se reconstruyó tras su destrucción en la Guerra de la Convención, en 1794, reaprovechándose dinteles y blasones, y manteniendo su disposición de pueblo calle como punto de paso del Camino de Santiago.

Se encuentra en un suave y ancho fondo de valle de paisajes ondulados que contrasta con las alturas circundantes. La parte más antigua de la población se extiende a ambos lados de la calle principal, calle de San Nicolás, que es a su vez el paso del Camino, tomando el nombres de la parroquia del mismo nombre.

PARROQUIA DE SAN NICOLÁS DE BURGUETE

La Parroquia de San Nicolás es una mole pétrea un tanto desgarbada que presenta, como único elemento de interés exterior, una portada barroca de factura muy popular, fechada en 1699.

En Burguete se alojó Ernest Hemingway en los veranos de 1924 y 1925. El escritor fue un gran aficionado a la pesca de la trucha, especialmente abundante por entonces en el río Irati. Burguete aparece como uno de los escenarios de su novela Fiesta. Según el escritor era "el territorio más malditamente salvaje de los Pirineos".

También veraneaba en Burguete el gran fotógrafo José Ortiz-Echagüe, que acostumbraba a realizar desde aquí excursiones fotográficas por toda Navarra. Una de sus obras más impresionantes es Cruceros de Roncesvalles.

BURGUETE

El trayecto atraviesa la selva de Irati y el valle de Erro. La frondosidad de este bosque de hayas llega a ser sobrecogedora en algún punto. En él se encuentra la Real Fábrica de Armas de Orbaizeta, creada en 1784 durante el reinado de Carlos III. Es un importante enclave para la arqueología industrial. Su lamentable estado de ruina contrasta con la belleza del paraje por el que discurre el arroyo Legarza. Durante el turbulento siglo en el que estuvo activo fabricó cañones y munición. Llegaron a vivir en ella ciento cincuenta trabajadores con sus respectivas familias.

ESPINAL

Espinal-Aurizberri, situada en el valle de Erro, es una población fundada en 1269 por el rey Teobaldo II de Navarra para ofrecer seguridad a los peregrinos en el trayecto entre Burguete y Biscarret, al parecer muy expuestos a asaltos. Como Burguete, es otros de los pueblos pasados a fuego por los franceses en la Guerra de la Convención. La reconstrucción se hizo manteniendo su estructura de pueblo-camino, con sus pintorescas casas distribuidas a los lados del paso de las vías de comunicación.

A la entrada del pueblo por la carretera, junto al cementerio, se ha montado una interesante exposición de estelas funerarias al aire libre. Estas piezas, discoidales en su mayoría, sirvieron durante siglos para indicar la presencia de una sepultura. Muchas de ellas están bellamente labradas con los más diversos motivos. Proceden del cementerio viejo que había junto a la iglesia.

ESPINAL

Pasando Espinal y, antes de subir el alto de Mezquiritz, aparece el pueblo que le da nombre. En torno a la plaza de la Fuente, de 1889, hay un estupendo conjunto de casonas con bellas portadas del siglo XVIII. En la iglesia se guardan las cruces de madera que cargan los devotos cada tercer domingo de mayo en la romería de Nuestra Señora de Roncesvalles. Hasta aquí suben todos los pueblos del valle de Erro, menos Espinal que lo hace al siguiente domingo.

Superando el alto de Mezquiritz, antes de llegar a Biscarret y en el mismo punto donde cruza el Camino de Santiago, parte el estrecho valle de la regata de Sorogain hasta llegar a la Estación megalítica de Sorogain, que recorre los seis dólmenes. Estas construcciones funerarias prehistóricas se fechan entre el Neolítico y la Edad del Bronce. También hay un crómlech (círculo de piedras) de la Edad del Hierro.

VISCARRET

Viscarret-Gueredián, en esta villa situaba Aymeric Picaud el final de la primera etapa del Camino de Santiago por tierras hispanas, habiendo comenzado la misma en Saint Michael, cerca de Saint Jean Pied de Port. Para cubrir esta distancia es indudable que debía ir a caballo. Hubo un hospital de peregrinos de cierta importancia, eclipsado después por el de Roncesvalles. El 16 de octubre de 1794 tuvo lugar la batalla de Bizcarret, un episodio de la Guerra de la Convención que se saldó con más de doscientos muertos.

La Iglesia de San Pedro conserva una sencilla portada románica muy tardía y una estela discoidal empotrada en uno de sus muros. También hay varias casonas típicas navarras con sus portadas fechadas y decoradas.

IGLESIA DE SAN PEDRO Y CASERÍO DE VISCARRET

La senda circular del robledal de Muskilda, señalizada como sendero local NA-40, muestra su exuberante naturaleza.

El Camino de Santiago entra en Lintzoain junto a una casona que tiene una de las más bellas portadas de estos valles, con un arcos de medio punto de inmensas dovelas y un blasón en la clave. Toda la fachada es de sillería. La Iglesia de San Saturnino es del siglo XVI, aunque conserva una portada románica de cuatro arquivoltas. La exterior se decora con unas medias bolas.

LINTZOAIN

Zubiri es la primera población del valle de Esteribar. Su nombre en euskera significa "pueblo del puente" y es el Puente de la Rabia, en estilo románico del siglo XII, el vestigio más representativo de su pasado. Recibe este nombre por la tradición de hacer rodear tres veces a los animales enfermos su pilar central, donde se alojaron las reliquias de Santa Quiteria, y así librarles de la temida enfermedad. Este puente era paso obligado de los peregrinos en la Edad Media, y junto a él hubo una leprosería. Actualmente, Zubiri es un pueblo dinámico y moderno, capital administrativa del valle.

PUENTE DE ZUBIRI

02/11/2023

Etapa San Juan Pie de Puerto - Roncesvalles


San Juan Pie de Puerto (Saint Jean Pied de Port en francés) es el tradicional lugar de inicio del Camino Francés de la Ruta Jacobea en su tramo navarro. Es la capital de la Baja Navarra, en el departamento francés de los Pirineos Atlánticos. La Navarra de Ultrapuertos quedó al margen de la anexión de Navarra a la Monarquía española, en 1512, y perteneció independiente hasta finales de ese siglo, cuando Enrique III de Navarra fue coronado como Enrique IV de Francia. Mantuvo sus antiguos privilegios hasta la Revolución Francesa, en 1789.

En esta ciudad acampó Carlomagno tras recuperar los cadáveres de los doce Pares que fueron velados con cirios clavados sobre lanzas en la batalla de Roncesvalles.

Encrucijada de caminos, esta ciudad amurallada fue centro de intercambios de productos de la zona, especialmente de las manufacturas de lana y queso. Mercancías y personas debían pagar el portazgo para acceder a su mercado interior. Los peregrinos entraban por la Puerta de Saint Jacques, monumento Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, en 1998, dentro de los Caminos de Santiago en Francia.

SAN JUAN PIE DE PUERTO

La Ciudadela, edificada en el antiguo palacio de los reyes de Navarra, se asienta sobre una explanada a la que se accede por la Puerta del Rey, junto a la Casa de los Gobernadores. El bastión es un magnífico mirador sobre la ciudad y los valles pirenaicos.

Por la calle de la Ciudadela, aparecen las casonas decoradas con conchas peregrinas y con inscripciones y detalles labrados en sus dinteles, como por ejemplo, la Casa Arcanzola, en el siglo XVI, casa natal del pintor y jesuita Juan de Mayorga, o la Cárcel de los Obispos, y termina junto a la Iglesia de Notre Dame du Bout du Pont. Esta última es un templo gótico del siglo XIV construido sobre la iglesia primitiva, que mandó construir Sancho VII el Fuerte para conmemorar la victoria de las Navas de Tolosa (Jaén) en 1212 frente a los musulmanes. Consta de tres naves y presbiterio poligonal, cubiertos con bóvedas de crucería.

El camino pasa por la Puerta de Navarra, o del Mercado, el puente de la iglesia y la Puerta de España, construida sobre la antigua calzada romana que unía Astorga y Burdeos.

SAN JUAN PIE DE PUERTO

Desde Saint Jean, los peregrinos ascendían por los puertos de Cisa hasta el siglo XII. Pero desde el XIII empezó a ser frecuente la subida al Puerto de Ibañeta por Valcarlos, hoy convertida en carretera, a través del Puente internacional de Arnegui, última población francesa, para entrar en Pekotxeta, el barrio fronterizo del lado español. Hoy en día, el trayecto se realiza a través de los puertos de Cisa.

Por el puente antiguo salió Carlos VII en 1876, cuando el pretendiente al trono de España puso final a las Guerras Carlistas.

El valle del río Luzaide se estrecha al ascender a Valcarlos, ciudad que recoge los hechos legendarios narrados en el cantar de gesta Chason de Roland y en el Codex Calixtinus.

Valcarlos se compone de cinco barrios. En el principal, Eleizalde, se encuentra la Iglesia de Santiago, destruida durante la Guerra de la Convención en 1793 y reconstruida en 1799. Junto a ella existió un hospital de peregrinos, otro más, ascendiendo el puerto, en la Venta de Goroscaray, y el último en la cima del puerto. Los tres hospitales eran dependientes de la Colegiata de Roncesvalles.

IGLESIA DE SAN SALVADOR DE IBAÑETA

Sobre la cima del puerto de Ibañeta confluían los dos itinerarios. Allí se alzaba la Cruz de Carlomagno, desaparecida a finales del siglo XVIII. En la actualidad se encuentra el monolítico Monumento a Roldán, uno delos generales de Carlomagno.

La Iglesia de San Salvador de Ibañeta ha dependido de la Abadía de Leyre desde 1071, y de Roncesvalles desde el siglo XIII. Ha sufrido el desgaste del tiempo, un incendio en 1794 y varias reconstrucciones hasta reducirse a la ermita actual desde 1965.

En Roncesvalles-Orreaga se une la tradición jacobea con la épica, pues además de ser hospital de peregrinos resulta ser el campo de batalla donde fue derrotado Roldán.

El Hospital de Peregrinos fue fundado en 1132 por iniciativa del obispo de Pamplona, financiado con generosas donaciones y mantenido por un cabildo de canónigos regulares que vivían según la regla de San Agustín, más tarde bajo la autoridad del Papa. Fue reformado en el siglo XVIII. Cada peregrino hospedado tenía derecho a pasar tres noches, correspondiéndole comidas y cenas, descanso, aseo personal y cura de enfermedades si padeciese.

REAL COLEGIATA DE NUESTRA SEÑORA DE RONCESVALLES

La Colegiata de Nuestra Señora de Roncesvalles fue mandada edificar por Sancho VII el Fuerte, uno de los vencedores de la batalla de las Navas de Tolosa. Siguiendo el modelo de los templos góticos franceses, tiene tres naves separadas por gruesas columnas, de las que arrancan los nervios de las bóvedas que cubren los laterales y los arcos apuntados de la nave central. La cabecera es poligonal y tiene cinco esbeltos ventanales con vidrieras modernas. La imagen de la titular es gótica, del siglo XIV. En otra capilla lateral hay un retablo con la imagen de Santiago Peregrino.

El actual claustro de la colegiata, reedificado en el siglo XVII, es el antiguo claustro gótico, donde hubo un gran número de sepulcros. En un lateral, la Capilla de San Agustín o Sala Capitular constituye el Mausoleo Real de Sancho VII, que expone el sarcófago del gran rey navarro y la cadena arrebatada al Miramamolín sarraceno durante aquella batalla.

SEPULCRO DE SANCHO VII EN LA SALA CAPITULAR DE RONCESVALLES

El conjunto formado por el museo, el archivo y la biblioteca atesoran un conjunto de esculturas y pinturas de la colegiata, un grupo de libros entre los que destaca el Códice de La Pretiosa, del siglo XIV, a la vez libro de coro y cartulario histórico, objetos de orfebrería destacando el evangelio de Roncesvalles, el ajedrez de Carlomagno, y la esmeralda de Miramamolín, arrancada por Sancho VII del turbante del enemigo musulmán.

Junto al recinto de Santa María de Roncesvalles se encuentra la Iglesia de Santiago, templo gótico del siglo XIV. La Capilla del Espíritu Santo o Silo de Carlomagno es un edificio románico del siglo XII, de planta central, que albergaba pinturas dedicadas a la batalla de Roncesvalles, destinado al uso funerario de los peregrinos que morían en la villa.

IGLESIA DE SANTIAGO DE RONCESVALLES

07/02/2022

Leyendas de la iglesia de Santa María de Roncesvalles


En las cuentas de administración del año 1745, se hace mención de un obsequio que recibió la Real Colegiata de Santa María de Roncesvalles, por parte de Manuel de Aizpurua, vecino de Usurbil. Éste construía navíos con madera que compraba a Roncesvalles, talados de los bosques de los montes Iría y Andorra (lindantes con el pueblo guipuzcoano), pertenecientes a la iglesia colegial.

Al parecer, los navíos que se fabricaban con tal madera resultaron muy resistentes, tanto es así que Aizpurua decidió regalar a la iglesia de Roncesvalles un navío corsario en miniatura, a fin de agradecer a Nuestra Señora la calidades de sus barcos.

El navío corsario llegó a Roncesvalles a hombros de varios hombres que recibieron vituallas y jornal, y dichos gastos forman la partida que se refleja en el libro de cuentas.

Aquel barco, que el cabildo mandó colocar en la iglesia de Santa María, no ha sobrevivido hasta nuestros días ya que de él no hay constancia.

IGLESIA COLEGIAL SANTA MARÍA DE RONCESVALLES

Carlos III el Noble, rey de Navarra, murió el 1 de enero de 1387. Quiso que su cuerpo fuera enterrado en la catedral de Pamplona, su corazón en la iglesia-fortaleza de Santa María de Uxue y sus entrañas en la colegiata de Santa María de Roncesvalles. Para cumplir con su última voluntad, en una mesa de Palacio fue colocado el cuerpo del rey y entregado al cuchillo del judío Samuel, que lo abrió en canal y le extrajo el corazón y los intestinos.

Pere de Añorbe suministró las especies y drogas que el citado judío precisó para el embalsamiento. Se emplearon mirra, aloé, cicotrin, gali et musquet, muscacerin, nueces de ciprés, lináloes, alun de roca, resina, goma arábiga y otras sustancias. Para el corazón y los intestinos se encargaron sendos picheles (jarra con tapa) de estaño, que después de introducir en ellos el real contenido, fueron solados.

El 16 de marzo se hicieron las solemnes exequias en Roncesvalles. Nunca se ha tenido noticia del paradero del pichel con los reales intestinos.

ESTELA DEL CAMINO DE SANTIAGO Y CASA PRIORAL DE LA COLEGIATA

06/11/2019

Panteón de Sancho VII el Fuerte en Roncesvalles


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SALA CAPITULAR SANCHO VII MAUSOLEO RONCESVALLES

La Iglesia colegial de Santa María de Roncesvalles estuvo desde sus inicios muy ligada a la Monarquía navarra. Su fundación fue favorecida por el rey García Ramírez de Aragón. La misma línea siguieron sus sucesores, Sancho VI el Sabio y Sancho VII el Fuerte. Este último fue uno de los vencedores de la Batalla de las Navas de Tolosa en 1212 y quien incorporó al escudo de Navarra las cadenas conseguidas al jerarca sarraceno Muhammad al-Nasir en la contienda.

En Roncesvalles promocionó la construcción de la iglesia de Santa María, denominada Real Colegiata de Santa María de Roncesvalles, construida a finales del siglo XII y principios del XIII.

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PÓRTICO DEL MAUSOLEO DE SANCHO VII

En un lateral del claustro se abre la capilla de San Agustín, antigua Sala Capitular, también llamada Capilla Real, de estilo gótico. Presenta una planta cuadrada con bóveda de terceletes, apoyada en cuatro ménsulas de gran tamaño que simbolizan a unos ángeles. El exterior tiene aspecto de fortaleza debido a que se presenta como un bloque cúbico de sillería, apoyado en las esquinas con unos contrafuertes que llegan hasta la cubierta piramidal, por lo que llegó a recibir el nombre de Torre de San Agustín.

El el centro de la capilla se encuentra el sepulcro del rey navarro Sancho VII el Fuerte. Fue instalado allí en 1912, tras la reforma sufrida con motivo del VII Centenario de la Batalla de las Navas de Tolosa.

La losa que lo cubre, de mediados del siglo XIII, es una estatua del rey, siendo el único elemento original del primitivo conjunto funerario. Refleja la importante altura física del monarca: 2,25 metros.

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TUMBA DE SANCHO VII EN EL MAUSOLEO DE RONCESVALLES

Sancho VII murió el 7 de abril de 1234, tras años de enclaustramiento en el castillo de Tudela, enfermo, gotoso, obeso y deprimido. Se disputaron la sepultura el monasterio de La Oliva y la catedral de Tudela, hasta que fue enterrado en la iglesia de San Nicolás de Tudela. El obispo de Pamplona amenazó con la excomunión a quien intentara trasladar sus restos. Pero, pasados cuatro años, continuaba el litigio y, con la intervención del papa Gregorio IX y el rey Teobaldo I, se ordenó su traslado a Roncesvalles.

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TUMBA DE SANCHO VII EN EL MAUSOLEO DE RONCESVALLES

A la cabeza de la capilla se exhiben tras una reja las cadenas que rodeaban la tienda de Muhammad al-Nasir, líder del Ejército almohade, durante la batalla de las Navas de Tolosa.

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EL ESTANDARTE REAL NAVARRO: CADENA SOBRE FONDO ROJO

Se encuentran una serie de esculturas relacionadas con las obras del claustro de la catedral de Pamplona. Son dos capiteles que representan el Pecado Original y la Expulsión del Paraiso.

ESCULTURAS PECADO ORIGINAL Y EXPULSIÓN DEL PARAISO

Las vidrieras de la capilla, fruto de la restauración de 1912, ofrecen una visión de esa misma batalla.

sancho fuerte vidriera roncesvalles panteón batalla navas tolosa
VIDRIERA DEL MAUSOLEO DE RONCESVALLES

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LEMA DE LA VIDRIERA DEL MAUSOLEO DE RONCESVALLES

"De nuestro Sancho el Fuerte rey de Navarra y otros reinos que ganaron una batalla de moros donde estaba Mamolin el Verde"
arrano beltza navarra cadena doce apóstoles roncesvalles sancho fuerte
VIDRIERA DEL MAUSOLEO DE RONCESVALLES

28/11/2017

Batalla de Roncesvalles de 778: vascones contra francos


1. EL ENFRENTAMIENTO ENTRE CAROLINGIOS Y SARRACENOS

A principios del siglo VIII, el ejército de los musulmanes de Tariq ben Ziyad se presentó en la península Ibérica iniciando la conquista del Reino Hispano-visigodo. En pocos años, consiguieron someter a la totalidad de las tierras del extinto reino, pero pronto su impulso conquistador encontró un freno en las montañas cantábricas.

La situación fue de otra manera en el noreste: en el año 713, los ejércitos musulmanes llegaron al valle medio del Ebro, donde gobernaba un conde de origen hispano-visigodo, Casio, que ante la amenaza, decidió convertirse al islam y someterse al califa de Omeya para mantenerse el poder. Así surgió la dinastía de los Banu ibn Qasi. Pamplona era ocupada por Muza en 718 y obligada a pagar tributo a los gobernadores musulmanes que establecieron un protectorado.

Los musulmanes encontraron abierto el camino hacia Francia. Cruzaban los montes Pirineos en 720 a través del puerto de Roncesvalles con el propósito de invadir el Imperio carolingio y conquistar Europa. Primero atacaron Toulouse, continuaron hacia Tours, capital del ducado vasco-aquitano. Pero, en 732, fueron derrotados por Carlos Martel en la batalla de Poitiers, quien frenó las ansias expansivas musulmanas.

Tras aquella derrota, los vascones tenían asegurada su independencia en las montañas, pero el valí Uqba recondujo la situación instalando una guarnición militar en dicha Poitiers, entre el 734 y 741.

Los francos, no obstante, sacaron las consecuencias oportunas y se propusieron establecer un cordón protector en el Pirineo, apoyaron a los cristianos rebeldes de las montañas y así surgió la Marca Hispánica: una decena de condados dependientes de la Monarquía carolingia que abarcó desde Pamplona hasta Barcelona. De estos condados nacerían posteriormente los reinos de Navarra y de Aragón y los condados de Cataluña.

Durante este periodo, finales del siglo VIII, aún no existían reinos hispánicos en el Pirineo. La única monarquía cristiana era la de Asturias, surgida de la resistencia de Pelayo. El rey era Alfonso II el Casto, noveno de este reino, hijo del asturiano Fruela y de la dama vasca doña Munia. Sus dominios se extendían desde Galicia hasta Álava, y llegarían siglos más tarde hasta Lisboa. Desde Oviedo, su capital, se proclamó "emperador de toda España".

Alfonso II intercambió embajadas con Carlomagno, el emperador carolingio, pues era su aliado en la lucha contra el islam. Durante su reinado, se descubrió la tumba del apóstol Santiago, siendo Carlomagno uno de los primeros peregrinos en visitar la ermita de Santiago en Compostela.

En el otro lado del frente, el poder musulmán conoció una de sus frecuentes fragmentaciones: los emires de los territorios del norte se rebelaron contra el califa Omeya de Córdoba. Un punto clave de la rebelión fue Zaragoza. Ese fue el motivo por el que Carlomagno decidió adentrarse en territorio español. En una de estas expediciones tuvo lugar la batalla de Roncesvalles.

BATALLA DE RONCESVALLES


2. LA ALIANZA MILITAR ENTRE SULAYMAN Y CARLOMAGNO

La resistencia de Pelayo de 722 en Covadonga y aquella victoria de Carlos Martel de 732 en Poitiers frente a los invasores musulmanes generó esperanzas y fe a los núcleos cristianos del norte peninsular para iniciar la heroica empresa reconquistadora.

En este periodo el Condado de Pamplona mantuvo una relación de alianza con la dinastía de los Banu ibn Casi. Era una familia de renegados, godos o hispanorromanos, cuyo antepasado Casio, del que toma el nombre, había sido conde en la región del Ebro. Sometidos a Muza, abrazaron la causa del Islam; uno de ellos era valí o gobernador de Pamplona el 792 y otro defendió Zaragoza frente a Carlomagno.

Mientras tanto, el Imperio de los francos vivía su esplendor cultural en el llamado Renacimiento carolingio. Carlomagno dominaba en grandes territorios de Europa occidental, defendidos en sus fronteras por "marcas", es decir, comarcas bajo su órbita de influencia, como en el caso peninsular lo fue la Marca Hispánica. También Aquitania, al norte del Pirineo occidental había sido sometido recientemente.

En 777, los carolingios consigueron una importante victoria frente a los sajones en Paderborn, que finalmente fueron sometidos. Allí, Carlomagno recibía la visita personal de Sulayman ibn al Arabí, más conocido como Sulayman Ibinalarabi, valí de Barcelona, para informarle sobre el destronamiento de la dinastía de los Omeyas en Damasco y el advenimiento de los Abasíes de Bagdad en el territorio de Arabia.

El único superviviente de los Omeyas fue Abd al-Rahman I. Había huido de aquella ciudad y refugiado en Córdoba. Con la ayuda de un ejército de bereberes y yemeníes a se apropió de Al-Ándalus, proclamando su Emirato independiente de Córdoba. Para esto, tuvo que eliminar al emir de Córdoba, Yusuf al-Fahri, partidario de los abasíes.

El valí de Barcelona dejó claro a Carlomagno que fue partidario de al-Fahri y que ambos tenían un enemigo en común: el nuevo emir de Córdoba. Además, entre sus compañías estaban Abd al-Rahman ibn Habib, el yerno del asesinado emir de Córdoba, y Hussayn ben Yahia, valí de Zaragoza y descendiente de uno de los compañeros de Mahoma.

Entonces, le propuso una alianza militar para invadir el Emirato de Córdoba y derrocar a Abd al-Rahman. A cambio, se colocarían bajo la órbita de influencia del propio rey carolingio y le entregarían algunas de las ciudades del norte de España como Barcelona, Zaragoza o Jaca.

Así lo escriben las crónicas:
¡Nada temáis! Enviad a Carlos, orgulloso y altivo, palabras de servicio fiel y de gran amistad. Le daréis osos, y leones y perros, setecientos camellos y mil azores mudados, cuatrocientas mulas, cargadas de oro y plata y cincuenta carros, con los que podrá formar un cortejo: con largueza pagará así a sus mercenarios. Mandadle decir que combatió bastante en esta tierra; que a Aquisgrán, en Francia, debería volverse, que allí lo seguiréis, en la fiesta de San Miguel, que recibiréis la ley de los cristianos; que os convertiréis en su vasallo, para honra y para bien. ¿Quiere rehenes?, pues bien, mandémosle diez o veinte, para darle confianza. Enviemos a los hijos de nuestras esposas: así perezca, yo le entregaré el mío. Más vale que caigan su cabezas y no perdamos nosotros libertad y señorío, hasta vernos reducidos a mendigar.
La idea de una campaña en España llegó a seducir a Carlomagno, quien encontró en el pacto con Sulayman la posibilidad de aumentar la Marca Hispánica hacia el interior peninsular. Probablemente, encontraría hacia el sur muchas poblaciones cristianas impacientes por sacudirse el yugo mahometano.

CONDADOS DE LA MARCA HISPÁNICA, INICIOS SIGLO IX


3. LA CAMPAÑA DE CARLOMAGNO EN LA MARCA HISPÁNICA

Al año siguiente, en el 778, Carlomagno reunió un numeroso ejército compuesto por soldados francos, reforzados por los de todos los pueblos sometidos: francos orientales (ripuarios) y occidentales (sálicos), borgoñones, provenzales, aquitanos, septimanos, lombardos y bávaros, estos últimos dirigidos personalmente por el duque Tasilón. Este ejército cruzo el Pirineo, dividido en dos contingentes: uno liderado por Carlomagno, junto a sus grandes barones como el conde de Palacio Anselmo, el senescal Ekkehart, y sobre todo el conde Roldán, que pasó por Navarra; y el otro grupo, dirigido por su hijo Carlomán y el condestable Geilón, por Huesca.

Carlos se dirigió hacia Pamplona. Esta ciudad, la principal de los vascones de Navarra, estaba en manos mahometanas. Sulayman mantenía su pacto, la ciudad fue tomada por las armas y los gobernadores musulmanes rindieron vasallaje y fidelidad al emperador Carlos el Grande, aunque mostrando hostilidad. Pero, a este primer éxito, siguió la primera decepción ya que Carlomagno comprobó como los vascones, aunque cristianos, no acogían a los francos como libertadores, sino como invasores.

Mientras que el ejército de Carlomagno seguía su avance por el curso del río Ebro hasta las puertas de Zaragoza, el ejército de Carlomán avanzaba por el este hasta Barcelona, donde la población cristiana se mostró más accesible a los francos. El valí Sulayman cumplió con su pacto, entregando rehenes y partió de Barcelona con Carlomán hacia Zaragoza. Allí se reunieron ambos ejércitos francos.

Al Hussayn ben Yahia era el valí de Zaragoza. Era también un enemigo del emir Abd al-Rahman, pero no tenía intención de entregar su ciudad. Zaragoza era una ciudad hermosa y rica, la más importante del noreste peninsular, que acogía a gentes de todas las religiones. Unas murallas infranqueables la protegían.

No se sabe con seguridad las razones de aquel cambio de planes. Por una parte, Sulayman y Hosein se habían enemistado durante el transcurso de tiempo desde el pacto hasta la llegada. Además, los francos y los árabes poseen una cultura y una mentalidad muy diferentes, y cada bando considera al otro como algo bárbaro con el que no puede entenderse.

Ante los muros de Zaragoza, los francos iniciaron un asedió que duró algunos meses. Los zaragozanos resistían y los sueños de conquista de los caballeros francos se debilitaban. Algunas ciudades, Huesca entre ellas, se sometieron. Tuvo intenciones de negociar con Hosein ben Yahia, pero estas no fructificaron.

ASEDIO A PAMPLONA POR CARLOMAGNO

Llegaban malas noticias desde Sajonia. Aprovechando la ausencia del Ejército carolingio en su Imperio, los sajones se sublevaron. El monarca Carlos reconocía que esta campaña estaba siendo un fracaso, pues no habían conseguido ninguna victoria militar relevante y ningún territorio nuevo estaba siendo cristianizado. Tras dar la orden de retirada, siguió otra de destrozar todo lo posible en torno a la ciudad. Lógicamente, el emperador tuvo la sensación de haber sido engañado por Sulayman, por lo que fue apresado junto con algunos de sus hijos y otros magnates musulmanes como rehenes.

Si bien consiguieron un cuantioso botín de guerra de los gobernadores sarracenos, este no financiaba a toda aquella expedición. La tropa quedó disconforme, produciéndose saqueos por cada villa y ciudad por la que pasaban en el camino de vuelta. En Pamplona, derribaron las murallas, asaltaron la ciudad y saquearon todo cuanto pudieron. En ella vivía una población formada en su mayoría por vascones paganos, aunque también unas minorías de cristianos e islámicos.

Carlomagno y sus huestes subestimaban la capacidad de reacción que pudieran tener los pamploneses y los vascones de las tierras aledañas. Aún le esperaba más pues, en el camino, los hijos de Sulayman sorprendieron a los guardias y consiguieron escapar sin su padre. Estos reorganizan sus fuerzas militares y fueron en busca del Ejército carolingio para sorprenderles en su huida.

Cuando cruzaban los Pirineos en dirección a Francia por el estrecho paso de Ibañeta, Carlomagno encabezaba la vanguardia de su estirado Ejército, mientras que Roldán y los principales nobles estaban situados en la retaguardia. Sus soldados caminaban lentamente en los ascensos, el porte del botín y de la armadura resultaban pesadas, y el calor del verano debilitaba más aún. Entonces, una coalición de vascones de la montaña, de pamploneses, y de tropas musulmanas encabezadas por los hijos de Sulayman emprendió un ataque sorpresa a la retaguardia del Ejército franco a la altura del actual Roncesvalles, aunque otras fuentes la sitúan en Valcarlos.

MONUMENTO A LA BATALLA DE RONCESVALLES


4. LA BATALLA DE RONCESVALLES DE 778

Roncesvalles es un punto fronterizo entre España y Francia, una cima en la cordillera pirenaica. En aquel paso, el 15 de agosto del 778 sucedió la batalla de Roncesvalles.

Los vascones, aunque en clara inferioridad numérica, eran conocedores de aquellos bosques y caminos. Aprovecharon el factor sorpresa y el terreno para posicionarse con ventaja ante un ataque cerrado entre rocas y árboles, mejor resguardados entre cimas y laderas. Las tropas carolingias desfilaban fatigadas por el desfiladero y estiradas en estrechas filas, debido a la extrema dureza de las fuertes pendientes rocosas entre bosques.

Los asediantes coaligados lanzaron una lluvia de dardos, flechas y piedras contra la retaguardia. La emboscada resultó efectiva: los francos no están acostumbrados a luchar en las montañas, se encontraron dispersos en una larga hilera, sus cascos y corazas eran resistentes pero pesadas, era más resolutiva la puntería de unos arqueros resguardados entre rocas.

Tras la lluvia de flechas, los atacantes se aproximaron, descendían, corrían detrás de las rocas, saltaban, se precipitaban sobre los caballeros, caían sobre las basternas, golpeaban a sus conductores y se producían combates cuerpo a cuerpo; había caballos heridos cuyos relinchos desencadenaban el tumulto, gritos de reagrupamiento, caballeros sin montura que acababan siendo degollados por los montañeses.

En este asalto murió Roland, duque de la marca de Bretaña (las fuentes castellanas le han llamado Roldán o Rolando), junto a los Doce Pares de Francia, entre ellos Anselmo, conde de la casa real, y el senescal Eggihard. Este noble se encargaba de custodiar la retaguardia. Según la épica, hizo sonar el cuerno para llamar al rey en señal de auxilio, pero el grueso de sus tropas continuaron el camino hacia la llanura pasando San Juan de Pie de Puerto, punto de inicio de una Ruta Jacobea hacia Santiago de Compostela que se estaba formando por los peregrinos europeos, especialmente franceses.

Los vascones vengaron los saqueos que realizaron en sus tierras, los musulmanes liberaron a Sulayman. Carlomagno nunca más volvió a pisar tierra hispánica.

MONUMENTO A LA BATALLA DE RONCESVALLES


5. LAS REPERCUSIONES DE AQUELLA EMBOSCADA

Aquella batalla desencadenó diversas repercusiones tanto en los reinos de la península Ibérica como en el Imperio carolingio. Esta fue la primera derrota militar que sufrió el Imperio de Carlomagno, gran emperador de Europa en la Alta Edad Media. Esta debilidad fue animando a otras marcas en su domino a sublevarse en su contra. Fue también un impulso reconquistador para los hispanos, pues asegurarían ahora la frontera del Pirineo frente al invasor franco y pondrían la mirada al sur para reconquistar las tierras al moro.

Mil años después, se repetiría este espíritu de resistencia y lucha contra los franceses, esta vez encabezados por el emperador Napoleón Bonaparte, en los sitios de Gerona y Zaragoza, en la llamada del tambor del Bruc, en la batalla de Bailén, en el levantamiento madrileño del 2 de Mayo, y en tantos otros heroicos sucesos de España.

El emir de Córdoba, Abderramán I, para evitar futuras incursiones carolingias y cortar rebeldías islámicas, se presentó ante Zaragoza en el 791; derrotó a los rebeldes y marchó contra sus aliados vascones. Conquistó Calahorra, luego Pamplona, sometió al valí Ibn Velasco bajo su órbita de poder y volvió a Córdoba con rehenes, quedando los vascones sometidos bajo soberanía de los Omeyas durante cerca de veinte años.

En el plano literario, los poemas y narraciones épicos describieron el suceso con todo el romanticismo medieval de la época. Destaca la Chansón de Roland en francés. Pero Roldán, sobrino de Carlomagno, se convertiría inmortal gracias a la literatura. Hoy en día, varios puertos, pasos o brechas llevan su nombre a lo largo de todo el Pirineo.

MUERTE DE ROLDÁN EN RONCESVALLES

03/02/2016

Leyendas de Carlomagno en Pamplona


Una de las vías de entrada a la península Ibérica que tiene el Camino de Santiago es a través de Valcarlos y Roncesvalles, localidades navarras (francesa y española) que están muy vinculadas a un personaje histórico: Carlomagno, emperador del Imperio de los francos en el siglo VIII; y a una emboscada: la batalla de Roncesvalles.

El abate cisterciense Aymeric Picaud escribió en su Codex Calixtinus sobre el paso de Roncesvalles y el puerto de Ibañeta:
"... en este monte, antes de que el cristianismo se extendiera por todo el territorio español, los impíos de los navarros y de los vascos, tenían por costumbre, a los peregrinos que se dirigían a Santiago, no sólo asaltarlo, sino montarlos como asnos y matarlos."

ALTO DE IBAÑETA

Muchas leyendas relacionan al Camino con el emperador, que llegó a la Península tras aparecérsele una noche el apóstol Santiago, para encomendarle la misión de liberar las tierras donde estaba su sepulcro de las tropas musulmanas que la invadían.

Al frente de un poderoso ejército se dirigió a cumplir con la empresa requerida y, tras pasar tres meses detenidos ante las murallas de Pamplona, que terminarán por derrumbarse solas para darle paso, llegó a Galicia. En esta tierra liberó el territorio de musulmanes y ordenó al arzobispo Turpín que bautizara a todas aquellas gentes.

De regreso a Francia, se enfrentó al caudillo musulmán Aigolando que terminó por refugiarse en Pamplona. Allí acudió Carlomagno, con lo mejor de su ejército y los doce pares de Francia, dispuestos a luchar en una peculiar batalla que tendría lugar en los campos de Acella, cerca de Pamplona. Tras un acuerdo entre caballeros, ambos contendientes acordaron que se enfrentarían en un combate de veinte hombres por cada ejército, después cuarenta, luego cien y al final mil.

Los musulmanes perdieron un combate tras otro, a pesar de lo cual Aigolando seguía sin rendirse. Entonces se entabló una cruenta batalla en la que murió todo el ejército musulmán, cien mil hombres que dejaron aquel campo encharcado de sangre durante meses.

ASEDIO A PAMPLONA POR CARLOMAGNO

No fue Pamplona la única ciudad navarra que se la vincula a Carlomagno con un enfrentamiento legendario. También en las inmediaciones de Villamayor de Monjardín se enfrentó a las tropas del navarro Furro. El emperador, dispuesto a salvar la vida de todos sus hombres, rogó al apóstol Santiago que le indicara cuáles de sus hombres iban a morir en la batalla. Como respuesta, apareció una cruz roja pintada sobre el escudo de ciento cincuenta soldados.

Carlomagno decidió entonces que aquellos hombres no participasen en la batalla y quedasen a salvo en sus tierras. Sus tropas libraron la contienda sin sufrir bajas, pero cuando regresaron al campamento, encontraron muertos a todos los soldados que habían sido anunciados por Santiago.