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02/01/2022

Muralla de los Reyes Católicos en San Sebastián


MURALLA DE LOS REYES CATÓLICOS EN EL FRENTE DEL MAR

La antigua muralla que está ubicada en la zona portuaria de la Parte Vieja de San Sebastián es parte del sistema defensivo que se hizo construir durante el reinado de los Reyes Católicos. Su objetivo era la defensa e, incluso, el ataque mediante artillería del Frente del Mar de la ciudad fortificada.

Esta moderna muralla sustituía a la anterior medieval que hicieron levantar a lo largo de la calle del Campanario, en 1194. Aquella formaba parte del cerco que rodeaba la ciudad, construida por orden del rey Sancho VII el Fuerte, cuando San Sebastián pertenecía al Reino de Navarra.

En 1200, tan solo veinte años después de la concesión del Fuero, San Sebastián pasó a formar parte de la Corona de Castilla. Este cambio de monarquía consiguió un mayor fortalecimiento del sistema defensivo de la villa ya que Alfonso VIII comenzó las obras de circunvalación del castillo.

Los sucesores continuaron asegurando las fortificaciones y conservando sus murallas. Formaban un cuadrado, apoyado en el monte Urgull, de sencilla construcción de mampostería y se abrían por siete puertas para comunicarse con el exterior. En lo alto del Urgull se alzaba el castillo de la Mota, nombre con el que se conocía a muchos de los castillos de los reinos cristianos, y una torre semicircular protegida por la muralla de El Macho.

MURALLA DE LOS REYES CATÓLICOS EN EL FRENTE DEL MAR

Pero fue durante el gobierno de los Reyes Católicos cuando el sistema defensivo de la plaza fuerte de San Sebastián fue tomado en muy consideración.

Durante la Guerra de Sucesión de Castilla que aconteció entre Isabel I la Católica y Juana de Trastamara durante los años 1474 y 1479, las provincias vascas tomaron parte del bando de los Reyes Católicos, es decir, de las Coronas de Castilla y de Aragón. De la otro parte, Juana fue apoyada por su marido, Alfonso V de Portugal, y además Francia, enemiga de Aragón por las posesiones en Italia.

Esto supuso que, en 1476, un ejército de tropas francesas formado por 40.000 hombres, al mando del señor de Labrit, asediasen la ciudad durante varios días. Su intención era apoderarse de la provincia de Guipúzcoa. Una dura resistencia de los donostiarras unida a la escasa artillería invasora consiguió que no rendir la plaza.

A pesar de que las lombardas francesas no fuesen una artillería muy efectiva para la rotura de muros, se hizo evidente la necesidad de reforzar las viejas murallas medievales.

Esta amenaza continua y su estratégica posición fronteriza hicieron que los Reyes Católicos ordenasen, en 1496, el refuerzo de los muros de la fortaleza, añadiendo casas torre fortificadas a este cerco.

MURALLA DE LOS REYES CATÓLICOS EN EL FRENTE DEL MAR

San Sebastián sufrió otro ataque del Ejército francés en 1512, efectuada por el duque de Borbón, futuro rey de Francia, que encabezada a 15.400 hombres. El nuevo sistema defensivo consiguió que la ciudad resistiese y las tropas francesas se retiraran.

Esta constante amenaza en un territorio fronterizo hizo que se pusieran en práctica todas las reformas proyectadas por los ingenieros de los Reyes Católicos de manera urgente. Las obras comenzaron por el lienzo meridional en 1515, bajo la dirección del capitán Pedro Navarro que trazó la "Nueva Ciudad de San Sebastián" y al que se deben, posiblemente, los cubos de Hornos y de Amezqueta.

Esta moderna muralla era más amplia en cuanto a su extensión, envolvía a la anterior por dos de sus lados, y permitió un posterior ensanchamiento de la ciudad. También se restauró el Castillo de la Mota, en el monte Urgull.

En la actualidad, la Muralla de los Reyes Católicos en el Frente del Mar conserva algunas de sus estructuras. El muro frente al puerto conserva sus troneras y otros elementos defensivos. Una balconada recorre su parte superior, sirviendo como atalaya para contemplar la bahía y el puerto.

La Muralla de los Reyes Católicos fue declarada Monumento Histórico Artístico Nacional en 1925. Una placa instalada en el muro explica su importancia histórica.

PLACA CONMEMORATIVA A LA MURALLA DE LOS REYES CATÓLICOS

08/10/2021

Evolución de la fortaleza de Fuenterrabía antes del Sitio de 1638


El recinto fortificado que las tropas atacantes francesas contemplaron en el verano de 1638, previo a su sitio, había sido levantado en su mayor parte hacía ya un siglo.

A pesar de tan gran lapso de tiempo transcurrido, de los progresos en la potencia, alcance y precisión de la artillería y de la endémica falta de dinero de la hacienda real para las adecuaciones y mantenimientos necesarios, la plaza poseía un sólidos muros.

El apoyo francés a la causa de Juana la Beltraneja frente a Isabel la Católica en la Guerra de Sucesión de Enrique IV supuso el fin de la tradicional alianza castellano-francesa en la baja Edad Media. Desde entonces, Guipúzcoa se convertía en tierra de frontera frente a un estado que estuvo en guerra con la Monarquía hispánica durante buena parte de la Edad Moderna por la supremacía en Europa. El sitio puesto por los franceses a Fuenterrabía en 1476 en el marco de aquella guerra sucesoria señaló el comienzo de una época de gran transcendencia en la historia de la ciudad por lo que suponía su consideración de plaza fuerte y primer bastión en la defensa del reino castellano ante las acometidas desde el otro lado del Bidasoa. 

Los progresos experimentados paralelamente en el manejo de la pólvora y las armas de fuego trajeron como consecuencia nuevos modos de fortificar las poblaciones para hacer frente al creciente poder del cañón, provocando en Fuenterrabía un cambio muy importante en su fisonomía urbana que perdura hasta la actualidad como uno de los rasgos característicos de la población.

PLANO DE LA PLAZA CON AMPLIACIONES POSTERIORES AL SITIO DE 1638 EN SOMBREADO

Inmediatamente después del sitio de 1476, se acometieron importantes obras en las defensas de la plaza que desembocaron, antes de que finalizase el siglo, en la construcción de un nuevo recinto formado por una barrera en la que se levantan cubos de planta circular en los frentes oeste y sur, todo ello al exterior de una muralla medieval que continuaba en pie y mantenía toda su funcionalidad, especialmente en los otros frentes.

Durante los primeros años del siglo XVI continuaron las obras en las fortificaciones pero fue a partir de la conquista castellana de Navarra en 1512, el incremento de la tensión bélica y el inicio de enfrentamientos armados en este sector de la frontera cuando las autoridades militares impulsaron con especial relieve los trabajos de fortificación de la plaza.

En el cuarto de siglo que va del período de ocupación francesa de la plaza (1521-1524) a mediados de siglo, se hizo levantar, en una primera fase, dos nuevos cubos de planta circular, por los arquitectos Leiva y Santa María, y buena parte de los lienzos de las murallas adyacentes. Pero fue especialmente en una segunda fase, desde 1530, cuando se produjeron los cambios más importantes con la erección de los dos baluartes "clásicos" de San Nicolás y la Reina, la finalización de las cortinas y la conversión del antiguo castillo en una auténtica plataforma artillera en lo alto de la población desde la que dominar el contorno. Un fortuito derrumbe de un tramo de muro en el ángulo sureste de la plaza en 1572 propició la construcción del baluarte de San Felipe para la defensa de este sector, siendo éste el último gran elemento de las fortificaciones construido antes del sitio de 1638.

A pesar del gran esfuerzo económico que había cambiado la fisonomía de las defensas de la ciudad, éstas presentaban importantes carencias según el experto arquitecto Tiburcio Espanochi ya a finales del mismo siglo XVI. Y su valoración cobró especial sentido tras los sucesos de 1638 y las reformas propuestas con posterioridad. Espanochi consideraba necesario engrandecer los baluartes de San Nicolás y la Reina para obtener mayor y más cómoda capacidad artillera y levantar otro baluarte por delante del cubo de la Magdalena. Aunque apreciaba la consistencia de la fábrica de las murallas, calificándola de "eterna" y "bonsissima", llamó la atención el dominio que sobre la plaza tienen las colinas del frente oeste y el cómodo alojamiento cubierto de los fuegos de la plaza que ofrecían a los atacantes los vallecillos existentes entre ellas, permitiéndoles batir directamente el recinto magistral de la plaza sin tener que vencer otros obstáculos previos.


FUENTERRABÍA SIGLO XVII

28/01/2016

Castillo de Carlos V de Fuenterrabía


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CASTILLO DE CARLOS V

El Castillo de Carlos V en Fuenterrabía es una fortaleza de planta rectangular construida en su forma originaria por el rey navarro Sancho II Abarca de Navarra, a finales del siglo X, y ampliada por Sancho VI el Sabio, en 1194, en la parte más alta del promontorio. Se constata la existencia del castillo desde el año 1200, con motivo de la toma de Guipúzcoa por Alfonso VIII.

Durante la mayor parte de su historia estuvo destinado a la función de cuartel y de residencia del gobernador de la plaza militar. Situado en lo alto de la colina sobre la que se extiende la trama urbana de la ciudad vieja, presenta un recio núcleo antiguo organizado en torno a un patio cuadrado, conservando algunos restos de los torreones circulares medievales.

Más tarde, los Reyes Católicos construyeron un castillo que Carlos V mandó ampliar y restaurar, de aspecto palaciego. El emperador hizo construir una gran plataforma artillera rectangular a la que se debe su sobria fachada principal a la plaza de Armas.

castillo carlos v habsburgo estructura defensiva plaza armas
CASTILLO DE CARLOS V

En 1660, sirvió de residencia de la familia real española durante los esponsales de la infanta española con el futuro rey francés Luis XIV en la cercana isla de los Faisanes.

En el siglo XVIII, las cinco plantas de este edificio fueron utilizadas como cuartel para 850 soldados, formándose en la azotea una batería artillera comunicada por medio de una escalera con la cubierta del sector más antiguo del edificio. El denominado Parque de Artillería era un anejo de una sola planta en forma de L que incorporaba almacén de pólvora a prueba de bomba, patio y una estancia subterránea. 

En 1794, quedó severamente dañado por las tropas francesas. Y a principios del siglo XX fue subastado en estado ruinoso, permaneciendo en manos privadas hasta el año 1928.

En 1968, fue rehabilitado y transformado en Parador Nacional, función que sigue cumpliendo en la actualidad, siendo el único de esta red de hoteles nacionales en la provincia de Guipúzcoa. 

Desde el 17 de enero de 1964, fue oficializado como Bien de Interés Cultural del Patrimonio Histórico de España

CASTILLO DE CARLOS V

09/10/2015

Ciudad fortificada de Laguardia


El rey navarros Sancho VIII Garcés el Fuerte fue el promotor de la construcción de este castillo, quien además se propuso fortificar entera la villa de Laguardia, convirtiéndola en plaza fuerte y baluarte inexpugnable. Esta fortificación debió comprender todas las murallas que, partiendo del castillo de Sancho Abarca, rodeaban toda la villa.

Elevados y fuertes, de trecho en trecho, a distancia proporcionada, se alzaban unos torreones cuadrangulares salientes del muro, adornados con almenas y saeteras.


Laguardia queda marcada por su función castrense, de tal manera que su casco urbano se compone de tres calles longitudinales que a su vez se encuentran cruzadas por tres cantones. Existen otras dos calles menores paralelas a las principales, una calleja transversal que une las calles Mayor y Páganos, y una plaza rectangular en el centro. Todo ello delimitado por el recinto amurallado.

Esta muralla, tenía comunicación con el exterior a través de cuatro puertas:
- al oeste: la Puerta de Páganos
- al sur: Mercadal
- al sureste: la Puerta de San Juan
- al nordeste: Santa Engracia

La Puerta de Carnicerías, al este, se abrió en el siglo XV.


Debido al papel defensivo y al carácter militar de la villa, que por su situación se veía envuelta muy a menudo en contiendas de diferentes reinos, los habitantes de Laguardia se dividían en organizaciones barriales de carácter cívico-militar. A ellos correspondía la defensa de las murallas que rodeaban la villa.

En un principio hubo cuatro, cada una de ellas estaba bajo la advocación de un santo.
- Santa Engracia; defendía la zona de muralla comprendida entre esta puerta y la de San Juan.
- San Juan; desde el Mercadal hasta San Juan.
- San Nicolás; Desde la puerta de Mercadal hasta la puerta de Páganos.
- San Antonio; desde la puerta de Páganos hasta la de Santa Engracia.

Hoy en día queda aún en Laguardia, como recuerdo de aquellas vecindades, la presencia de hornacinas que contienen imágenes de Santos, en las puertas de acceso a la villa.

Posteriormente aumentaron las vecindades, y cada una quiso tener su propia imagen. Por ello también encontramos estas hornacinas con sus correspondientes Santos en algunas de las calles del interior.

De las antiguas imágenes solamente se conserva la de San Antonio Abad, recientemente restaurada y perteneciente al siglo XIII.



17/09/2015

Castillo de Santa Cruz de la Mota


Sobre el monte Urgull fue levantada una fortificación constituida por una plataforma principal con forma de polígono irregular de 9 lados cuyos accesos se resuelven por medio de dos puertas (norte y este) y de un portillo con sus respectivas escaleras de acceso.

La plataforma está rodeada en todo su perímetro por un parapeto en el que se apoya una banqueta (o grada a la que se subían los defensores para disparar por encima de él). Tanto uno como otra son interrumpidos por una veintena de cañoneras, conservándose actualmente dos de las tres garitas que tuvo. También se encuentra pegada al parapeto norte la pequeña capilla del Santo Cristo de la Mota.


Castillo de Santa Cruz de la Mota. Vista aérea. En primer termino el revellín y el acceso norte. Al fondo, a la izquierda, el acceso oriental. En el centro, el 'Macho' sobre el que se levanta la estatua del Sagrado Corazón de Jesús



Monte Urgull. Fotografía aérea actual.



Castillo de Santa Cruz de la Mota. Acceso oriental visto desde la plataforma superior del Macho. Puede apreciarse una garita de vigilancia y un campanil.


Puente y base de garita del acceso Este al castillo de la Mota


En el centro de esta plataforma se yergue el "Macho", fortificación de origen medieval enmascarada por diversas reformas realizadas en los siglos XVI y XVII. En su interior alberga dos estancias abovedadas utilizadas en el siglo XIX como calabozos. Sobre ellas se encontraban las dependencias del gobernador del castillo y de sus oficiales, así como una plataforma semicircular para artillería y un aljibe (depósito que recoge el agua de lluvia). Este último nivel aparece actualmente modificado por la habilitación de capillas y por la instalación de una monumental imagen del Sagrado Corazón de Jesús (1950).

En la plataforma principal, adherido al Macho, se levanta un cuartel de dos plantas (s. XVIII) formado por dos naves perpendiculares de distinta longitud que en su confluencia forman una pequeña plaza de armas donde se abre el brocal del aljibe inferior.


Plantas del Castillo de Santa Cruz de la Mota en 1850.
O) Plataforma principal.
A) Planta primera.
B) Planta Segunda

1-Capilla del Santo Cristo de la Mota;
2-Escalera norte de acceso al castillo;
3-Cantina;
4-Garita arruinada;
5-Roca natural;
6-Alojamiento subterráneo;
7-Garita;
8-Escalera principal;
9-Cocina;
10-Cuerpo de guardia;
11-Cuartel de Artillería (primera planta);
12-Cuartel de Infantería (primera planta);
13-Aljibe inferior;
14-Escusados;
15-Banqueta;
16-Garita;
17-Parapeto;
18-Cañonera;
19-Cuarto de sargentos;
20-Oficial de guardia;
21-Pabellón del Gobernador;
22-Ordenanzas;
23-Vigía;
24-Pabellón de oficiales;
25-Aljibe superior;
26-Asta de la bandera;
27-Plataforma artillera del Macho;
28-Dependencias de los ayudantes del Gobernador;
29-Cocina;
30-Calabozo;
31-Escalera plataforma artillera-calabozo;
32-Roca Natural;
33-Cuartel de Artillería (2ª planta):
34-Cuartel de Infantería (2ª planta).





Principales obras de fortificación en el monte Urgull.1-Batería de Bardocas;
2-Almacén de Bardocas;
3-Cementerio de los Ingleses;
4-Galería de tiro;
5-Batería del Mirador;
6-Plataforma del Sarmiento;
7-Cuerpo de Guardia;
8-Batería Baja del Príncipe (o del Gobernador);
9-Batería Alta del Príncipe (o del Gobernador);
10-Batería de San Gabriel;
11-Castillo de la Mota;
12-Revellín;
13-Plataforma del Suroeste;
14-Batería de Napoleón;
15-Almacén de Pólvora de Santiago;
16-Cuartel a prueba de Santiago;
17-Batería de la Reina (o de Santiago);
18-Batería Alta de Santa Clara;
19-Almacén de pólvora arruinado;
20-Batería de las Damas;
21-Batería Baja de Santa Clara;
22-Fuente de Bardocas;
23-Muralla de Spanocchi.

El resto de las fortificaciones existentes en el monte Urgull consisten en diversos edificios, murallas (de Villaturiel y de Spanocchi) y baterías diseminadas por sus laderas, que fueron construidas en diferentes épocas y artilladas, desartilladas, abandonadas o rehabilitadas según las necesidades militares de cada momento.



Bóveda del Castillo de la Mota. En el s. XIX sirvió de calabozo.


Maqueta de la fortificación alta (Monte Urgull) y baja de Donostia-San Sebastián, representando también la brecha abierta por las tropas anglo-portuguesas en 1813.

En la base del castillo de la Mota propiamente dicho fueron levantadas las baterías del Príncipe (o del Gobernador), de la Reina (o de Santiago), de Napoleón y la plataforma del Suroeste; el polvorín y el cuartel de Santiago (este último actualmente en ruinas). Otras están emplazadas en cotas inferiores: baterías del Mirador, Alta y Baja de Santa Clara, de las Damas, de Santa Teresa, de Bardocas, la plataforma del Sarmiento; la Galería de tiro, el Almacén y el Polvorín de Bardocas (derruido), etc.



Batería Alta de Santa Clara, frente a la isla de la que toma su denominación.


Acceso a las fortificaciones del monte Urgull bajo la batería del Mirador (s. XVIII)


Garita de vigilancia en las proximidades del almacén de pólvora de Santiago (1864) en Urgull.

Las dos últimas "pulsaciones" de fortificación del monte coinciden en su cronología con el abandono de las murallas inferiores en 1864 y el refuerzo de las baterías de costa fruto de la guerra Hispano-americana de 1898, perteneciendo a las mismas gran parte de los cuarteles, cuerpos de guardia, almacenes de pólvora, etc. que en pie o en ruinas perduran en nuestros días.

El monte y sus fortificaciones fueron comprados por el Ayuntamiento de Donostia en 1921, realizándose inmediatamente el derribo de una parte de las mismas. En 1963 se llevaron a cabo importantes obras de rehabilitación, que se continuaron a partir de la década de 1990 mediante actuaciones puntuales.


Batería de las Damas con sus 4 cañones de acero Saint-Chamond de 7,5 cm modelo 1897 que como batería de salvas configuraron su último artillado. Los cuatro están actualmente faltos de sus dos grandes ruedas.


Batería de las Damas (Urgull) hacia 1898, armada con cañones de bronce de 12 cm cargados por la boca.


Cañón de bronce (año 1576) en una cañonera del Castillo de la Mota. A ambos lados las correspondientes banquetas


Batería Baja del Gobernador. Cuerpo de guardia (1866) y rampa hacia la Batería alta.

19/05/2015

Castillo de Santa Isabel en Pasajes


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CASTILLO DE SANTA ISABEL

El Castillo de Santa Isabel está situado en Pasajes de San Juan. Esta fortaleza militar fue hecha construir por orden del emperador Carlos V para proteger el puerto marítimo de los posibles ataques de navíos de guerra extranjeros o de piratas que se movían en las proximidades de este pueblo. También fue quien ordenó la construcción de la Torre de San Pedro.

En 1598, el ingeniero Tiburcio Spanocchi propuso su ampliación, pero hasta 1620 Julio de Oviedo y el capitán Francisco Lupecio no redactaron el primer proyecto de fortificación, localizando el castillo en las inmediaciones de un viejo molino (Txurrutella-errota). La falta de medios económicos impidió que la fortificación fuera terminada, llegándose a realizar en esta primera fase únicamente la base de la plataforma de artillería.

Las obras fueron paralizadas nuevamente en 1633 a causa de los desacuerdos surgidos entre los ingenieros Jerónimo de Soto y Pedro Palear "Fratín".

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PLANO DEL CASTILLO

En 1638, esta fortaleza, casi inexpugnable por mar, no era capaz de defenderse del más ligero ataque por tierra. Así, en 1638, durante la Guerra de Francia de 1635, las tropas francesas del príncipe Conde descendieron desde el monte Jaizkibel y lo conquistaron con cierta facilidad. De nuevo, en 1719, durante la Guerra de la Cuádruple Alianza, el inconcluso castillo fue tomado por las tropas francesas, que realizaron en él algunas modificaciones de importancia.

Dejó de prestar servicio en 1867, aunque fue utilizado esporádicamente en años posteriores. La plataforma artillera, principal elemento del castillo, fue destruida por los trabajos emprendidos en la primera mitad del siglo XX para mejorar el canal de entrada al puerto, privando al fuerte de su principal elemento.

Los restos bien conservados del antiguo castillo se levantan recortados contra la montaña y hundiendo sus cimientos en ella. Ha perdido su aspecto de fortaleza y hoy se reduce a unos sólidos muros, de sillar de arenisca, de unos dos metros de anchura, y a algún torreón aislado. Estos muros son completamente ciegos, y en algunas partes alcanzan gran altura.

CASTILLO DE SANTA ISABEL

El frente marino estaba formado por un grueso muro quebrado de seis tramos dotados de desigual longitud y orientación que sostenía el terraplén de la plataforma principal. En el sector de parapeto que miraba directamente hacia la embocadura del canal del puerto se abrían cuatro cañoneras y, bajo ellas, otras tres más se abrían en otras tantas casamatas subterráneas. Una garita de vigilancia quedaba inserta en la confluencia de dos lienzos de muralla. La artillería apuntaba hacia la entrada del puerto, amenazando a los invasores que se atrevieran a traspasar el límite, pero no podían proteger a los buques que querían refugiarse en él.

El frente de tierra estaba formado por una elevada muralla, sobre la que podía permanecer la tropa a cubierto de un débil parapeto. La misma estaba constituida por nueve cortos lienzos de distinta orientación que entre sus requiebros permitían el acomodo de un pequeño edificio (alojamiento del capellán y, más tarde, cuartel de artillería). Al abrigo del mismo muro, pero partiendo de menor altura, se encontraba un edificio de mayores dimensiones, planta rectangular y cuatro pisos de altura que sirvió de cuartel.

CASTILLO DE SANTA ISABEL