Mostrando entradas con la etiqueta Colonizadores de América sur. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Colonizadores de América sur. Mostrar todas las entradas

18/03/2025

Catalina de Erauso


Alférez del Tercio de Infantería del Perú y monja en San Sebastián, conocida como la Monja Alférez, luchó en la Guerra de Arauco donde ganó gran prestigio por haber recuperado una bandera española arrebatada por los mapuches

CATALINA DE ERAUSO

Catalina de Erauso y Gallárraga nacida en San Sebastián en 1592. Era hija del militar Miguel de Erauso y de María Pérez de Gallárraga y Arce. A los cuatro años, fue internada en el Convento de San Sebastián el Antiguo, del que una tía suya era la priora. Allí pasó su niñez y su adolescencia, llevando una austera vida monacal de oración y disciplina.

Sin embargo, su carácter inquieto y rebelde no era muy apropiado para la vida enclaustrada. Tras una pelea con una novicia, en la que recibió varios golpes, fue encerrada en su celda de la que escapó disfrazada de campesino, marchándose del convento para siempre en 1607.

Ya no abandonó su disfraz, su identidad desapareció. Siempre vestida como un hombre y con el pelo cortado a manera masculina, adoptó nombres diferentes, como Pedro de Orive, Francisco de Loyola, Alonso Díaz, Ramírez de Guzmán o Antonio de Erauso. Su aspecto físico le ayudó a ocultar su condición femenina ya que fue una mujer de gran estatura, más bien fea y sin unos caracteres sexuales femeninos muy marcados. Pedro de la Valle escribió sobre ella que "no tiene pechos, que desde muchacha me dijo haber hecho no sé que remedios para secarlos y dejarla llana como le quedaron...". También se escribió que nunca se bañaba, y que debió adoptar comportamientos masculinos para así poder ocultar su verdadera identidad.

Desde entonces, pasó a vivir en los bosques y a alimentarse de hierbas, a viajar de pueblo en pueblo, temerosa de ser reconocida, hasta que llegó a Valladolid, y de nuevo, a Bilbao. Finalmente, llegó a Sanlúcar de Barrameda, y se embarcó trabajando como grumete en uno de los grandes navíos de la Carrera de Indias que traen a España la plata extraída de las minas americanas. Curiosamente, el patrón de esa nave era Esteban Eguiño, tío de Catalina, aunque aquel nunca reconoció a su sobrina.

Desembarcó en Araya (Venezuela) y marchó a Cartagena (Colombia), en el Virreinato de Nueva Granada. En América desempeñó diversos oficios, primero trabajó en Trujillo, más tarde, llegó a Lima, en el Virreinato del Perú. Allí se alistó como soldado en el Tercio de Infantería del Perú bajo el mando de distintos capitanes.

ITINERARIO DEL VIAJE DE ERAUSO POR AMÉRICA DEL SUR

En 1619, viajó a la Capitanía general de Chile, donde, al servicio del rey de la Corona hispánica, participó en diversas guerras de conquista. En la Guerra de Araucco contra los mapuches, consiguió ganarse la fama de valiente y hábil con las armas, estacada en el combate y sin revelar que era una mujer. Durante una batalla, en un acto de valor heroico recuperó la bandera de su Tercio de Infantería que les habían arrebatado. En este lance recibió tres flechazos y una lanzada, por los mapuches, siendo ascendida con el grado de alférez por sus mandos.

Así relató su hazaña:
"Llegándoles socorro, nos fue mal y nos mataron mucha gente y capitanes, y a mi alferéz, y llevaron la bandera. Viéndola llevar, partimos tras ella yo y dos soldados de a caballo por medio de gran multitud, atropellando y matando, y recibiendo daño: en breve cayó muerto uno de los tres. Proseguimos los dos. Llegamos a la bandera, cayó de un bote de lanza mi compañero. Yo recibí un mal golpe en una pierna, maté al cacique que la llevaba y quitésela, y apreté con mi caballo, atropellando, matando e hiriendo a infinidad, pero malherido y pasado de tres flechas y de una lanza en el hombro ixquierdo, que sentía mucho."

Catalina descubrió que uno de sus mandos militares era su hermano Miguel de Erauso, el cual no consiguió reconocerle pues tenía dos años cuando él marcho a América. Por otra parte, ella no reveló su identidad, pero si que le estuvo comentando que era de su misma ciudad y de lugares comunes. Miguel acogió a Catalina en su tropa, persuadido de tener junto a sí a un paisano, además con notables virtudes militares.

Durante estos años se vio envuelta en numerosas peleas y disputas. Fue amante del juego, los caballos y el galanteo con mujeres como era normal entre los soldados españoles de la época. Pronto se ganó la fama de duelista arbitrario y peligroso espadachín. En el Virreinato del Río de la Plata fue condenada a muerte por un duelo en el que mató a su contrincante. Ya en el cadalso y con la soga al cuello, fue dada orden de liberación por haber confesado los falsos testigos que habían provocado su detención.

CATALINA DE ERAUSO Y BANDERA DE ESPAÑA EN 1619

En 1615, en la ciudad de Concepción, actuó como padrino de un amigo durante uno de esos duelos. Tras el intercambio de golpes su amigo y su contrincante cayeron heridos al mismo tiempo. Según el protocolo, los oponentes continuaron el combate, Catalina tomó su arma y se enfrentó al padrino rival, hiriéndole de gravedad. Moribundo, éste dio a conocer su identidad, sabiendo entonces Catalina que se trataba de su hermano Miguel de Erauso, sólo pudo huir.

Continuó enrolada en los campos de batalla de Chile y Perú, en Tucumá, Potosí, La Plata, Cochamba, Cruzco, Huamanga...

En otra ocasión, estando en la ciudad peruana de Huamanga en 1623, fue detenida a causa de una disputa. Para evitar ser ajusticiada, se vio obligada a pedir clemencia al obispo Agustín de Carvajal, contándole además que no podía ser ajusticiada por ser mujer y que había escapado hacía ya bastantes años de un convento.

Ella misma lo narró así:
"Señor, la verdad es ésta: que soy mujer, que nací en tal parte, hija de Fulano y Zutana, que me entraron de tal edad en tal convento, con Fulana mi tía; que allí me crié; que tomé el hábito y tuve noviciado; que estando para profesar, por tal ocasión me salí; que me fui al tal parte, me desnudé, me vestí, me corté el cabello, partí y acullá; me embarqué, aporté, trajiné, maté, herí, maleé, correteé, hasta venir a para en los presente, y a los pies de Su Señoría Ilustrísima."

Asombrado, el obispo determinó que un grupo de matronas la examinarían, comprobando que no sólo era mujer, sino virgen. Tras este examen y la demostración de tan extraordinario arrojo, recibió el apoyo del eclesiástico, quien evitó que Catalina fuese castigada por ejercer una falsa identidad e instalándola en el convento de Santa Clara de Huamanga, con el hábito correspondiente, bajo su tutela.

CATALINA DE ERAUSO Y LA GUERRA DE ARAUCO

El asunto llegó a oídos de la Corte, donde se interesan, no por la monja Catalina, sino por el heroico alférez de la Guerra de Arauco. En traje de civil, regresaba embarcada en la Armada del general vascongado Tomás de Larraspuru, natural de Azcoitia, que había prestado extraordinarios servicios a España limpiando de piratas el mar Caribe.

Fue recibida con honores por el rey Felipe IV, sorprendido gratamente por la historia de la donostiarra. El llamado "Rey Planeta", le confirmó su graduación y empleo militar, la llamó "monja alférez", autorizándola además a emplear su nombre masculino y le concedió una pensión de ochocientos escudos de renta.

El memorial que dirigió Catalina al rey para solicitar su ayuda comenzaba con estas palabras:
"Señor: el alférez doña Catalina de Erauso, vecina y natural de la villa de San Sebastián, privicia de Guipúzcoa, dice: que en tiempo de diez y nueve años a esta parte, los quince ha empleado en servicio de Vuestra Majestad en las guerras del reino de Chile e indios del Perú, habiendo pasado a aquellas partes en hábito de varón, por particular inclinación que tuvo de ejercitar las armas en defensa de la fe católica y emplearse en servicios de Vuestra Majestad."
Algo más tarde, mientras su nombre y aventuras se extendían por Europa, Catalina viajó a Roma, quizás para arreglar de la mejor forma posible su extravagante situación personal. El papa Urbano VIII, le recibió en audiencia, escuchó su historia y le autorizó, de forma excepcional, a continuar usando su vestimenta de hombre, pero sin reincidir en más delitos y alborotos.

De esta forma lo escribió:
"Partí de Génova a Roma. Besé el pie a la Santidad de Urbano VIII, y referíle en breve y lo mejor que supe mi vida y correrías, mi sexo y virginidad. Mostró Su Santidad extrañar tal cosa, y con afabilidad me concedió licencia para proseguir mi vida en hábito de hombre, encargóme la prosecución honesta en adelante y la abstinencia de ofender al prójimo. Hízose el caso allí notorio, y fue notable el confuso de que me vi cercado: personajes, príncipes, obispos, cardenales."

CATALINA DE ERAUSO Y LA GUERRA DE ARAUCO

También fue recibida por varios cardenales. Uno de ellos, el italiano Magallón, que no debía de sentir gran simpatía por los españoles, le dijo tras conocer sus aventuras que no tenía más falta que ser español, a lo que respondió la guipuzcoana:
"A mi me parece señor, debajo de la corrección que se debe a Vuestra Señoría Ilustrísima, que no tengo otra cosa buena."
Las jornadas italianas de Catalina, en efecto, fueron de fama y agasajo. Hasta que un día se cansó y marchó a Nápoles para embarcar de regreso a España. Su presencia en Nápoles también suscitó admiración. Paseando por el puerto de aquella ciudad, comentó en sus memorias que unas jovencitas acompañadas de unos mozalbetes quisieron burlarse de ella diciéndole: "Signora Catalina, dove si cammina?"; a lo que ella respondió: "A darles a ustedes unos pescozones, señoras putas, y unas cuchilladas a quien se atreva a defenderlas."

Durante esta tranquila etapa, ella misma escribió o dictó sus propias memorias El memorial de los méritos y servicios del alférez Erauso, que hoy se encuentran en el Archivo de Indias.

Pero su espíritu inquieto y aventurero no conoció reposo. En 1630, la monja alférez viajó de nuevo a América y se instaló en el Virreinato de la Nueva España, probablemente en la ciudad de Orizaba en el estado de Veracruz, donde regentó un negocio de arriera o transporte de mercancías entre México y Veracruz.

A partir de 1635, poco se sabe de su vida, salvo que murió en Cuitlaxtla, localidad cercana a Puebla, quince años más tarde. Sin embargo, tampoco se conocen las causas de su fallecimiento, pues unos dijeron que fue asesinada, otros que murió sola entre sus asnos en los altos de Orizaba, otros que en un naufragio transportando una carga en un bote, y otros que se la había llevado el diablo.

CATALINA DE ERAUSO Y SAN SEBASTIÁN

16/12/2024

Pascual de Andagoya


Capitán de exploración colonizadora, cofundador de la ciudad de Panamá en 1519, visitador de indios y capitán general del distrito de Río San Juan en 1539, y gobernador de Popayán en 1540, en el Virreinato del Perú

PASCUAL DE ANDAGOYA

Pascual de Andagoya era natural de Andagoya, en el valle de Cuartago, Álava, donde nació en 1495. Siendo joven se mostró atraído por la conquista española de América. Por eso, antes de cumplir los veinte años marchó al Nuevo Mundo buscando fama y fortuna, en una expedición formada por dos mil hombres y veintidós naves a las órdenes de Pedro Arias de Ávila. Este colonizador estaba encargado de pacificar la zona central americana y sus hechos fueron, más tarde, escritos por Andagoya.

En la América Central, Pascual de Andagoya destacó como explorador y geógrafo, combinó las actividades de marino y conquistador con las de cartógrafo, especialmente en lo referido a las mediciones hidrográficas de las áreas costeras de Centroamérica. También fue el primero en fabricar barcos en estas tierras.

En Centroamérica contactó por primera vez con los súbditos del Imperio inca, lanzándose a la toma del área del Birú. En su andadura se adelantó de este modo a los hermanos Pizarro.

Se dirigió luego hacia el Norte para explorar el istmo de Darién, trazando diversas cartas marítimas de la zona y cofundando la ciudad de Panamá en 1519 con 400 colonos. Fue nombrado alcalde de esta ciudad poco después.


EXPEDICIÓN DE PASCUAL DE ANDAGOYA

Desde este punto se iniciaba la conquista de América del Sur. Consiguiendo la confianza del capitán general Pedro Arias de Ávila, Andagoya continuó su misión exploratoria hacia el sur con el objetivo de informar sobre estas tierras, por ello, pidió licencia "para ir a descubrir al cacique Perú en la costa adelante del golfo de San Miguel".

Unas 50 leguas del litoral colombiano fueron recorridas por Andagoya entre 1521 y 1523, llegando hasta Cachama, territorio de la tribu de los Cueva. Se instaló en San Juan como gobernador y allí conoció al cacique de Chochama que le pidió ayuda para luchar contra sus enemigos, la gente de Birú. Acompañó al cacique de Chochama, y en una semana se presentó a las puertas del Birú. Fue entonces cuando llegó a su conocimiento la existencia del Imperio inca, en un territorio lejano denominado Birú y de un gran imperio llamado Tahuantinsuyo, que pasaría a la historia con el nombre de Imperio incaico. Eran los confines de los Andes peruanos, del cual se comentaba el mito de El Dorado.

En 1522, Andagoya intentó su conquista, remontó un caudaloso río y contactó por primera vez con los súbditos del Imperio inca, lanzándose a la toma del área del Birú. En su andadura se adelantó de este modo a los hermanos Pizarro, pero la expedición terminó en un estrepitoso fracaso al empeorar su salud sin encontrar su particular versión del mito de El Dorado.

Se dirigió luego hacia el Norte para explorar el istmo de Darién, trazando diversas cartas marítimas de la zona y cofundando de nuevo la ciudad de Panamá junto a Pedro Arias Dávila. Allí dio a conocer sus descubrimientos, en particular la existencia de un territorio con enormes riquezas en oro y plata, el Perú. La empresa que había iniciado pasó a manos de Pizarro, Almagro y Luque.

EXPEDICIÓN DE PASCUAL DE ANDAGOYA

Andagoya fue recompensado en 1539 por Carlos V con el cargo de visitador de indios y capitán general del distrito de Río San Juan, cuya jurisdicción abarcaba desde el Darién hasta el Perú. Su cargo de visitador general de indios consistió en la supervisión del cumplimiento de las leyes que regulaban los derechos de los indígenas. Destacó por su administración y buen gobierno. En 1540, se le proclamó gobernador de Popayán.

Al mando de Pedro de la Gasca, participó en la campaña para pacificar las luchas entre pizarritas y almagristas, y que terminó con la muerte de Francisco Pizarro. Luchó en la batalla de Juaquijahuana, en la que fueron derrotados los rebeldes del hermano, Gonzalo Pizarro. Por las heridas recibidas en un combate, murió en Cuzco en 1548.

Andagoya escribió la crónica La relación de los sucesos de pedrarias de Dávila en las provincias de Tierra Firme o Castilla del Oro, y de lo ocurrido en el descubrimiento de la mar del Sur y costas del Perú y Nicaragua. Se trata de las primeras referencias sobre estas zonas recién exploradas, y que apuntaban hacia el corazón del Imperio inca.

06/07/2023

Francisco de Irarrázabal y Martínez de Aguirre


Oficial de la Expedición para la Colonización de Chile en 1557 y gobernador de Santiago de Chile en 1581

FRANCISCO GONZÁLEZ DE IRARRÁZABAL Y MARTÍNEZ DE AGUIRRE

Francisco González de Andía-Irarrázabal y Martínez de Aguirre era natural de la villa de Deva, Guipúzcoa, donde nació en 1536. Era hijo de Antón de Andía-Irarrázaval, señor de las torres de Andía y de Irarrázabal; gran servidor de Carlos V, que se encontró en la defensas de las ciudades de San Sebastián y de Fuenterrabía sitiadas por los invasores franceses en los años 1523-1524; además tomó parte en la batalla de Belate. Desempeño comisiones reales, entre ellas una en que la reina Juana lo designó para que acompañase al condestable de Castilla en 1530 cuando fue a Francia para hacer entrega a Francisco I de sus hijos, que habían quedado en España en calidad de rehenes.

Fue caballero de la Orden de Santiago y señor de Andia y de Irarrazábal, ya que heredó de su hermano Domenjón los señoríos de las torres solariegas de ambas casas nobiliarias.

Durante su juventud, sirvió de paje y de gentil-hombre del príncipe Felipe, futuro rey Felipe II, a quien acompañó a Inglaterra para su intento de matrimonio con María Tudor.

En 1557, pasó a los virreinatos americanas con armas, caballos y dos soldados pagados a su costa, formando parte de la hueste para la Expedición de la conquista de Chile, a las órdenes del adelantado Jerónimo de Alderete y durante el gobierno del virrey García Hurtado de Mendoza. En la Capitanía General de Chile estuvo junto a Alonso de Ercilla, escritor del poema épico La Araucana. Participó en las batallas de Lagunillas y Millarapue contra los mapuches.

SANTIAGO DE CHILE Y ESCUDO DE ARMAS IRARRÁZABAL

Después de la misión, Irarrazabal regresó a Quito, en el Virreinato del Perú, y de ahí hasta la España peninsular para pedir que se premiaran sus servicios. Como merced, Irarrazabal recibió una renta anual de 3000 pesos de las cajas reales y la encomienda de Quillota, que más tarde perdió y fue sustituida por las de Rapel y Pocoa. Durante su estancia en Sevilla, contrajo matrimonio con Lorenza de Zárate y Recalde, hija de Diego Ortiz de Zarate, contador de la Casa de Contratación.

En 1563, regresó al Virreinato del Perú y estableció en Santiago de Chile, en el barrio de La Cañada, con casa frente al convento de San Francisco. En esta ciudad fue ocupando diversos cargos administrativos: regidor de Santiago 1577 y 1582; alcalde de Santiago y tenedor de Bienes de Difuntos 1581; regidor del Cabildo de Santiago 1584; familiar del Santo Oficio de la Inquisición; dueño de casas en La Cañada, Santiago, frente a San Francisco. Además, recibió las mercedes de tierras de Tunquén y Llampaico en la costa central por título del gobernador de Sotomayor el 12 septiembre 1584.

Murió en Chuquisaca en 1589.

Su hermano Carlos Andía e Irarrazabal fue alférez general en Chile.

Uno de sus hijos, Francisco González de Andia Irarrazabal y Zárate, fue veedor general y consejero real de los Estados de Flandes en 1615, gobernador y capitán general de Canarias en 1625, virrey de Navarra en 1634, y gobernador y capitán general de Galicia en 1638

EXPEDICIÓN DE CONQUISTA DE CHILE

30/08/2022

José de Iturriaga y Aguirre


Diputado general de Guipúzcoa, y marino de la Real Armada española y de la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas, participante en los combates de Puerto Cabello y la defensa de La Guaira, comandante jefe de la Expedición de Límites del Orinoco entre 1751 y 1761 y gobernador de las Nuevas Fundaciones del Orinoco y Río Negro entre 1762 y 1767

JOSÉ DE ITURRIAGA Y AGUIRRE

José de Iturriaga y Aguirre era natural de Azpeitia, donde nació en 1699. Fue miembro de una familia perteneciente a la élite de esta localidad guipuzcoana.

En febrero de 1718, se enroló como guardiamarina en la Real Armada a la vez que su hermano Agustín, pocos meses después de fundarse la Academia del departamento Naval de Cádiz.

Agustín de Iturriaga y Aguirre, también azpeitiarra, llegó a ser capitán de navío en 1740. Al mando del navío Constante, murió gloriosamente en el combate de Cabo Sicié, junto a las costas del Virreinato de la Nueva España, en 1767.

En 1727, fue alcalde de Azpeitia y diputado general de Guipúzcoa, sin embargo su carrera profesional iba a estar más destinada a América y la Armada española.

Durante este tiempo se dedicó al comercio del cacao venezolano como miembro de la Real Compañía Mercante Guipuzcoana de Caracas, además de de servir a la Real Armada española con el rango de teniente de navío en 1733.

En 1739, fue ascendido a capitán de fragata para realizar importantes comisiones en América con motivo del inicio de la Guerra de la Oreja de Jenkins, o Guerra del Asiento, entre España y Gran Bretaña. Iturriaga era ya considerado uno de los mejores oficiales de marina, motivo por el que fue nombrado primer director de la Compañía Guipuzcoana del cacao.

En 1740, se hizo cargo de dos navíos de la Compañía Guipuzcoana que debían transportar a Caracas militares, armas y otros pertrechos de guerra con que reforzar la desguarnecida costa de la Provincia de Venezuela, en el Virreinato de Nueva Granada.

RÍO ORINOCO

En 1741, comandó una flotilla de cinco navío que partiendo de Cádiz llegó a La Habana, transportando dos regimientos de militares con los que reforzar la isla de Cuba ante el bloqueo inglés. Desde allí, condujo las naves a Caracas para fortalecer la defensa de los puertos de la Guaira y Puerto Cabello.

Poco después, la escuadra del almirante Charles Knowles atacaba las posiciones españolas del Caribe. Iturriaga se hizo cargo de la defensa naval e infringió a la armada británica una severa derrota primero en los combates de Puerto Cabello y, después, en la célebre defensa de La Guaira.

Su brillante protagonismo fue reconocido por la Corona con el nombramiento de capitán de navío graduado en 1745. En los años posteriores, Iturriaga se convirtió en un verdadero experto en cuestiones relacionadas con la región de Venezuela: preparó un proyecto de mejora de las fortificaciones de Puerto Cabello; y emprendió incursiones en corso por el interior del Orinoco, donde los holandeses ejercían contrabando y guerra apoyados en sus aliados caribes.

Con el estallido del movimiento de Juan Francisco de León, en 1749, la asamblea de la Compañía Guipuzcoana optó por enviar a Iturriaga de regreso a España para defender sus derechos de forma presencial. Con este motivo escribió el Manifiesto que probaba el beneficio aportado con el establecimiento de la Compañía de Caracas, publicado aquel mismo año 1749. A través de este manifiesto, Iturriaga pretendió probar ante la Corte española los beneficios mercantilistas conseguidos por la Guipuzcoana y, al mismo tiempo, la ilegalidad de la rebelión de pequeños cosecheros y contrabandistas que se acababa de producir contra ella en Venezuela.

BAJO ORINOCO

Durante esta etapa, las relaciones de Iturriaga con el poder fueron excelentes, ya que formaba parte del equipo de colaboradores de Zenón de Somodevilla, marqués de la Ensenada, que era ministro de Marina, Indias y Hacienda y principal promotor político del resurgimiento de la Armada española en el siglo XVIII. Era miembro de las Juntas de Asesoramiento presididas por Sebastián de Eslava, virrey de Nueva Granada.

En 1750, Iturriaga fue nombrado caballero de la Orden de Santiago.

En 1751, el secretario de Estado José de Carvajal le asignó el mando de la Expedición de Límites del Orinoco al capitán José de Iturriaga. Era posiblemente el oficial del Ejército más experimentado y que mejor conocía la geografía de la zona del Orinoco y el Amazonas, en concreto del paso interfluvial entre uno y otro río, que se reveló como la cuestión clave para determinar la ruta de la expedición.

Además, poseía una alta preparación científica y humanista, que fue adquiriendo mediante el estudio de los textos que conformaban su biblioteca. Entre aquellos libros se encontraban obras de Feijoo, Sarmiento, Jorge Juan, Antonio de Ulloa, La Condamine, Los ejercicios espirituales de San Ignacio, textos de náutica, astronomía, matemáticas, hidráulica y máquinas, además de algunos en lenguas francesa e inglesa que sitúan a Iturriaga entre los marinos de elevada formación a medidos del siglo XVIII.

Y, a pesar de los casi cincuenta y cinco años con que contaba Iturriaga en el momento de su nombramiento, aceptó el reto de tan complicada empresa. Llegó a confesar al capitán guipuzcoano Gaspar de Munibe, comisario de la Expedición de Límites del Sur:
"Yo estoy tan cansado de bogar al remo, que ahora diez años me pusieron en las manos, me veo todo cano, desdentado y deshecho, pero con espíritu para no desistir de la empresa, aunque fuera mil veces más trabajoso."
Este nombramiento marcó el último período de actividades para Iturriaga, recibiendo la real cédula de Fernando VI de su cargo de primer comisario el 14 de diciembre de 1753. Un año antes, en 1752, había sido nombrado jefe de escuadra de la Real Armada española.

La comisión debía determinar el trazado de la frontera hispano-portuguesa en la región brasileña situada entre los ríos Orinoco y Amazonas, en cumplimiento del Tratado de Límites hispano-portugués de 1750. Sin embargo, a este propósito se añadieron otros intereses de tipo político (expulsión de holandeses), científico (estudios de la canela, la quina de Guayana y el cacao) y económico (conocer el estado de las misiones y valorar las posibilidades productivas de la región).

Entre sus colaboradores figuraban el coronel Eugenio de Alvarado, los marinos José Solano y Bote, Vicente Doz y Nicolás Guerrero, el botánico sueco Pehr Löfling, los médicos Benito Paltor y Antonio Condal, los dibujantes Bruno Salvador Carmona y Juan de Dios Castel. La fragata Inmaculada Concepción y el navío Santa Ana transportaron hasta Cumaná un gran número de marinos, soldados y científicos destinados a los trabajos de trazado de la línea divisoria con los dominios portugueses en aquella región.

FRAGATA INMACULADA CONCEPCIÓN Y NAVÍO SANTA ANA

Tras participar en los preparativos de la expedición, trabajó en ella desde su partida para América en 1754 hasta 1761.

La Expedición de Límites al Orinoco, Guayana y Amazonas arribó a Cumaná en 1754. Desde su llegada, Iturriaga chocó con Mateo Gual, gobernador de Nueva Andalucía. El hecho de haber sido un alto cargo en la Compañía Guipuzcoana generó la antipatía de pequeños comerciantes y productores, así como de las autoridades de gobernación, pues parecía representar los intereses monopolísticos de la Compañía mercantes que liderando una expedición real.

Entre 1754 y 1761, desempeñó labores expedicionarias en el Orinoco y sus tributarios: exploró la Guayana, se levantaron mapas de sus costas, y recorrió el río Apure y las regiones del Cuchivero y del Cauta. Fundó los establecimientos de Ciudad Real o Altagracia en 1756 y Cuchivero en 1759. Este primer establecimiento se hizo a orillas del río Cuchivero y se le conoció como Pueblo Viejo, a raíz de los sucesos independentistas, el pueblo fue traslado hacia el sector donde hoy se encuentra y se le llama ahora San Francisco de Cuchivero o Pueblo Nuevo. Durante la expedición, interrumpida en 1760, además de exploraciones y fundaciones importantes, se realizaron descubrimientos biológicos y geográficos.

Desde 1762 hasta 1767, sirvió como comandante general de las fundaciones de Nuevas Poblaciones del Orinoco y Río Negro, dirigiendo un proyecto para la consolidación de la presencia española en la Guayana. Con este nombramiento culminaba una carrera dedicada a la guerra y el comercio. Fundó las poblaciones de Las Bonitas (Venezuela): situada a la margen derecha del Orinoco, frente a la isla de su nombre.

En 1767, cedió el mando a Manuel Centurión, nuevo gobernador de la Guayana. Paralítico del lado derecho, ciego y casi sordo, se desplazó a la isla de Margarita para restablecerse de su enfermedad. José de Iturriaga y Aguirre falleció al poco de llegar a Pampatar, el 14 de septiembre de 1767.

NUEVAS POBLACIONES DE LA EXPEDICIÓN DE LÍMITES AL ORINOCO

14/06/2022

Alonso de Ercilla y el poema épico La Araucana


Soldado de la expedición de conquista en Arauco en la Capitanía General de Chile y poeta famoso por escribir el poema épico La Araucana en 1557

ALONSO DE ERCILLA

Alonso de Ercilla y Zúñiga nació en Madrid, en 1533, pero pertenecía a una familia de origen vizcaíno natural de Bermeo. Su padre fue Fortún García de Ercilla, miembro del Consejo de Órdenes y miembro del Consejo Real, y de Leonor de Zúñiga, dama de la emperatriz Isabel de Portugal.

Ercilla nunca perdió sus orígenes aristocráticos y vizcaínos, a los cuales recordó con orgullo en uno de sus poemas.

"Mira Poniente, a España y la aspereza
de la antigua Vizcaya, de do es cierto
que procede y se extiende la nobleza
por todo lo que vemos descubierto;
mira a Bermeo cercado de maleza,
cabeza de Vizcaya, y sobre el puerto
los anchos muros del solar de Ercilla,
solar antes fundado que la villa."


Su alto linaje nobiliario le sirvió para que, desde muy joven, estuviese junto a su madre y sus hermanas en la Corte del emperador Carlos V. Allí estuvo trabajado como paje del príncipe Felipe, adquiriendo una educación renacentista y aprendiendo varios idiomas. Acompañó al futuro rey de España en sus viajes por Italia, Alemania, Inglaterra y otros países europeos.

En 1555, estando en Londres, en los desposorios del príncipe Felipe con María de Tudor, se recibieron noticias de graves desórdenes en el Virreinato del Perú y la Gobernación de Chile. Decidió pasar a América y enrolarse en la armada que partió a Perú, para doblegar una insurrección de los indios araucanos (mapuches). Al mando de la expedición estaba el recién nombrado gobernador y capitán general de Chile, García Hurtado de Mendoza.

ALONSO DE ERCILLA Y GUERREROS ARAUCANOS

En la Gobernación de Chile estuvo diecisiete meses, entre 1557 y 1559, tomando parte de varios enfrentamientos contra los araucanos. Estos indios estaba liderados por el cacique Caupolicán, que había derrotado a Pedro de Valdivia y tomado varias fundaciones españolas en aquel territorio.

En este tiempo escribió una obra literaria por la que pasó a la historia, La Araucana. Se trata de un poema épico de exaltación militar compuesta en octavas reales y dividida en 37 cantos, donde narraba los hechos más significativos de la expedición de la conquista de Chile, como las batallas en las que participó: Lagunillas, Quiapo y Millarapue, o la derrota de los caciques Caupolicán, y Lautaro, protagonistas del poema. Para su escritura aprovechó materiales como cueros, trozos de cartas y cortezas de árboles.

De su participación en aquella cruenta contienda, dejó escrito un inmortal testimonio en sus épicos versos:

"La rabia della muerte y fin presente
crió en los nuestros fuerza tan extraña,
que con deshonra y daño de la gente
pierden los araucanos la campaña.
Al fin dan las espaldas, claramente
suenan voces: ¡Victoria! ¡España! ¡España!"

En 1558, el virrey Mendoza fundó la ciudad de Osorno. Durante las celebraciones de su fundación, Ercilla fue detenido y enjuiciado a la pena de muerte por el virrey debido a un conflictivo incidente con otro compañero de expedición y rival suyo, Juan de Pineda. Por la intervención de personas influyentes no se ejecutó la pena, pero aún permaneció en prisión unos meses hasta que fue desterrado. Ercilla narró este controvertido asunto en su épico poema:

"Ni digo cómo al fin por accidente
de mozo capitán acelerado
a plaza fui sacado injustamente
a ser públicamente degollado;
ni la larga prisión impertinente
do estuve tan sin culpa molestado
ni mil otras miserias de otras suerte,
de comportar más grave que la muerte."

ALONSO DE ERCILLA Y LA GOBERNACIÓN DE CHILE

Pero más que como político y guerrero, Ercilla pasó a la historia como autor de uno de los poemas épicos más grandes de la lengua española. Miguel de Cervantes llegó a escribir que La Araucana era considerada como una de las mejores obras épicas en verso castellano que haya producido España y fue salvada de la quema de libros de la biblioteca del Quijote en aquel capítulo.

El gran historiador, filósofo y crítico literario Marcelino Menéndez Pelayo escribió que:
"No hay literatura en el mundo que tenga tan noble principio como la de Chile, la cual empieza nada menos que con La Araucana, obra de ingenio español, ciertamente, pero tan ligada con el suelo que su autor pisó como conquistador, y con las gentes que allí venció, admiró y compadeció a un tiempo, que sería grave omisión dejar de saludar de paso la grave figura de Ercilla."

También formó parte de la expedición que partió desde Panamá para arrestar a Lope de Aguirre por su sublevación ante el rey Felipe II y muerte del adelantado Pedro de Ursúa.

Pero, en 1563 estuvo de regreso a España. Fue nombrado caballero de la Orden de Santiago, miembro de la Corte, y estuvo cumpliendo varias misiones diplomáticas en Cortes europeas.

En 1569, publicó la primera parte de su gran obra literaria La Araucana, dedicada a su rey Felipe II.

En 1570, casó con María de Bazán, mujer muy acaudalada, con una dote matrimonial de más de ocho millones de maravedíes. Instalado en Madrid, nueva sede real de la Monarquía española, terminó de imprimir las partes segunda y tercera de su obra, en 1578 y 1589.

En 1594, falleció en Madrid, a los 61 años de edad, pero su sepulcro se ubica en el convento de San José de Ocaña, Toledo.

LA ARAUCANA DE ALONSO DE ERCILLA

Además de la conquista de Chile, escribió poemas épicos sobre otras glorias del Imperio español de su tiempo. Sobre la batalla de Lepanto, en la que participó "la flor de juventud y gallardía de la nación de España", escribió versos de fuerza e inspiración extraordinarias. Las primeras palabras que ponía en la voz del general Juan de Austria al avanzar sobre la armada turca fueron las siguientes:

"… Oh valerosa compañía
muralla de la Iglesia inexpugnable,
llegada es la ocasión, éste es el día
que dejáis vuestro nombre memorable!
¡Calad armadas y remos a porfía,
y la invencible fuerza y fe inviolable
mostrad contra estos pérfidos paganos
que vienen a morir en nuestras manos!
Que quien volver de aquí vivo desea
al patrio nido y casa conocida,
por medio desa armada gente crea
que ha de abrir con la espada la salida;
así cada cual mire que pelea
por su Dios, por su Rey y por la vida,
que no puede salvarla de otra suerte
si no es trayendo al enemigo a muerte."

El enfrentamiento clave de la batalla ocurrió, como era costumbre en aquella época, entre las naves capitanas de ambas escuadras. Así describió Ercilla el abordaje a la nave capitana otomana por parte de la comandada por Juan de Austria y su almirante Requesens:

"Mas la real cristiana, aventajada
por el grande valor de su caudillo,
a puros brazos y a rigor de espada
abre recio en la turca un gran portillo
por do un grueso tropel de gente armada,
sin poder los contrarios resistillo,
entra con un rumor y furia extraña,
gritando: ¡Cierra! ¡Cierra! ¡España! ¡España!"


LA ARAUCANA DE ALONSO DE ERCILLA

06/07/2021

Pedro Matías de Goñi


Jesuita misionero, explorador, evangelizador de California y México y regente del Real Colegio-Seminario de San Ildefonso en el Virreinato de Nueva España a finales del siglo XVII

goñi viana escudo blasón
ESCUDO DE ARMAS DE GOÑI

Pedro Matías de Goñi era natural de Viana, Navarra, donde nació en 1647. Fue beneficiado de Viana. Sus padres fueron Gregorio de Goñi y Gerónima Fernández de la Pila. Estudió artes y teología en la Universidad de Alcalá de Henares. Tras conseguir la licenciatura, en 1671 ingresó la Compañía de Jesús en Logroño.

Más tarde, fue destinado al Virreinato de la Nueva España como misionero evangelizador. En 1677, tomó parte de la Expedición misionera a Yécora, en el territorio de Sonora, y, en 1679, fue ascendido a sacerdote de México ciudad.

Realizó una expedición a la península de la Baja California junto con los también jesuitas Juan Bautista Copart y Fray Eusebio Kuehn y Fray José Guijosa. Al mando iba el almirante navarro Isidro Atondo y Antillón.

Tras varios años de preparación, la gira empezó el 1 de abril de 1683 en La Paz y duró hasta el 14 de julio de 1683, lugar que abandonaron por la hostilidad de los indios guaycuras, la cobardía de los soldados que los acompañaban y la falta de alimentos.

mapa baja california kino
MAPA DE BAJA CALIFORNIA

En 14 de julio de 1683, tuvieron que salir a Sinaloa. Regresaron al puerto del Yaqui, para comprar provisiones y retornan a California a finales de septiembre a un puerto al norte de la Paz, al que llamaron ensenada de San Bruno.

Desde este enclave hicieron varias exploraciones tierra adentro, evangelizando más de 400 indios convertidos a Catolicismo, hasta que regresaron a Nueva España, en 1685 por falta de suministros.

A pesar de sus arduos esfuerzos por promover la continuación de la empresa que había iniciado, la Corona tenía otros intereses y otras posesiones que fortalecer, y no consideraba rentable la inversión.

Además, hizo varias expediciones en los alrededores, una a la Sierra de la Giganta, nombre dado a esa formación montañosa por el padre Kino, y otra hasta la costa del Mar del Sur (Océano Pacífico).

atondo california expedición itinerario
EXPEDICIÓN DE ATONDO A LAS CALIFORNIAS

04/05/2020

Domingo de Soraluce


Soldado de la segunda Expedición de conquista al Perú en el Imperio incaico por Francisco de Pizarro en 1526

DOMINGO DE SORALUCE

Domingo de Soraluce era natural de Idiazabal, Guipúzcoa, donde nació a finales del siglo XV.

En 1525, se encontraba en Panamá como integrante de la expedición para la exploración del mar del Sur, que lideraba el capitán alavés Pascual de Andagoya.

Al año siguiente, tomó parte de la segunda expedición de conquista del Perú, al mando de Diego de Pizarro, continuista del trazado emprendido por la de Andagoya. En la isla del Gayo el emisario Juan Tafur informa de la retirada de la expedición por orden del virrey, dadas las duras condiciones que se daba en su ejecución y que había informado otro de los integrantes. Soraluce fue uno de los trece expedicionarios que se negaron a subir al buque de rescate de la expedición al mando de Bartolomé Ruiz. Pasaron a la historia como "los trece de la fama".

Soraluce acompañó a Pizarro y a los otros once exploradores en el descubrimiento de Tumbes y de la actual costa de Perú hasta el río Santa, donde fundaron Trujillo y Piura.

Regresó a España junto a Pizarro para conseguir el título de adelantado del Perú. Mediante las Capitulaciones de Toledo, firmadas en julio de 1529, el emperador Carlos V permitió a Pizarro la total conquista del Imperio incaico. También recompensó a Soraluce sus valiosos servicios y nobilísimo comportamiento, haciéndole merced de caballero de Espuela Dorada.

Al volver a Panamá, Soraluce continuó con su actividad habitual de comerciante, convirtiéndose en el principal proveedor de Pizarro, quien descubría el Perú en su tercera y definitiva exploración.

En 1532, fue nombrado regidor de Panamá, y al poco tiempo alcalde de Nombre de Dios.

En 1534, se convirtió en el proveedor de la expedición de conquista del Perú que dirigía Pedro de Alvarado. Más tarde, viajó en busca de negocios a la Ciudad de los Reyes, actual Lima, acompañado de su sobrino Juan Ortiz de Vergara.

Murió de enfermedad nada más zarpar desde Panamá con destino a España.

LOS TRECE DE LA ISLA DEL GAYO EN LA EXPEDICIÓN DEL PERÚ

10/08/2018

Pedro de Ursúa


Capitán de la expedición de El Dorado por el río Marañón (Amazonas), teniente de gobernación de Santa Fe de Bogotá, fundador de las ciudades de Pamplona y Tudela del Reino de Nueva Granada

PEDRO DE URSÚA

Pedro de Ursúa y Díaz de Armendáriz era natural de Arizkun, en el valle de Baztán, al norte de Navarra, donde nació en 1526. Era hijo de hidalgos locales, pero sin llegar a pertenecer a la más alta nobleza, tenía su casa-palacio en la villa natal.

A los veinte años llegó a Cartagena de Indias, junto a su tío, el juez de residencia del Nuevo Reino de Granada, Miguel Díaz de Armendáriz, quien lo promovió. En 1545, con veintitrés años, fue nombrado teniente de gobernación de Santa Fe de Bogotá por su tío.

Nombrado justicia mayor de Santa Marta, Ursúa se destacó en la pacificación de los panches al suroccidente de Santa Fe. Desde entonces, marchó en expedición por el norte del Reino de Nueva Granada, fundando la villa de Pamplona, en la región de Norte Santander, en 1549.

A su regreso a Santa Fe, en 1550, la recién fundada Real Audiencia lo encargó la pacificación del país de los muzos. Derrotados los indígenas, Ursúa fundó la ciudad de Tudela, la cual fue destruida por los indios derrotados poco tiempo después.

Fue renombrado justicia mayor en Santa Marta a servicio del nuevo virrey del Perú, Andrés Hurtado de Mendoza. El objetivo de este cargo era el de pacificar a los indios tayronas de la sierra de Tayrona y, más tarde, en Nombre de Dios, con el fin de reprimir una rebelión de cimarrones. Esta última tribu fue derrotada y su bayano apresado para ser juzgado en España.

Tras el éxito de la expedición, Ursúa acompañó a Hurtado de Mendoza a Lima, consiguiendo el beneplácito del virrey para, por fin, poder iniciar una expedición en busca de "el Dorado".

Ursúa organizó una expedición para encontrar el tan codiciado metal por el río Marañón, el actual Amazonas, descubierto años antes por Francisco de Orellana. Durante esta expedición, en la cual Ursúa partió acompañado de su amante Inés de Atienza, encontró la muerte, en 1561. El motivo estuvo en una conspiración dirigida por un compañero de expedición: Lope de Aguirre. Este expedicionario guipuzcoano continuó como líder de la incursión por el Amazonas, proclamándose en rebeldía contra la corona Española.

pedro ursúa retrato casa baztán arizkun
RETRATO DE PEDRO DE URSÚA Y CASA-PALACIO EN ARIZKUN

Según escribe Toribio de Ortiguera sobre Ursúa:
"Galán, gentil hombre y bien traído; de mediana estatura, bien proporcionado, aunque un poco adamado; la barba taheña y bien puesta: de muy buena y afable conversación; muy inclinado a cosas de misericordia y caridad, grande amigo de soldados y de conquistas y de descubrimientos de indios."

02/07/2018

Martín Hurtado de Arbieto


Conquistador del Perú, gobernador y capitán general de la Provincia de Vilcabambas

Martín Hurtado Arbieto
MARTÍN HURTADO DE ARBIETO

Martín Hurtado de Arbieto
nació a principios del siglo XVI en Orduña, Vizcaya.


Fue uno de los primeros descubridores y conquistadores de las provincias del Virreinato del Perú y de otras de aquel territorio. Estuvo en la órbita de influencia del gobernador del Potosí, Martín Ortiz de Zárate, de origen guipuzcoano.

Durante la rebelión Tupac Amaru, el último cacique inca, en 1572, estuvo al mando de las fuerzas que conquistaron Vilcabamba y pacificaron la zona. Aunque la captura fue realizada por el guipuzcoano Martín García de Loyola, nieto del hermano de san Ignacio de Loyola.

Martín Hurtado de Arbieto ocupó el cargo de gobernador, capitán general y justicia mayor de la Provincia de Vilcabamba en el Virreinato del Perú, a las órdenes del virrey del Perú, Francisco Álvarez de Toledo, entre los años 1569 y 1581. Además fue regidor de Cuzco durante varios años.

Promovió varias expediciones hacia los territorios del norte para intentar ampliar su gobernación en los territorios amazónicos. Pero encontró una fuerte resistencia en la tribu de los pilcozones, que causaron varias matanzas entre los expedicionarios; aunque mantuvieron buenas relaciones con los manaríes. A partir de 1585, los expedicionarios, entre ellos Hurtado de Arbieto, renunciaron a ocupar nuevos territorios en aquella parte de la Amazonía y se concentraron en la explotación de los territorios ya conquistados.

Cuando los colonizadores  ocuparon la zona procuraron recuperar la agricultura en la zona y se extendió la producción de coca que era transportada a Cusco y en buena parte enviada luego a Potosí. Se extendió rápidamente el cultivo de la caña de azúcar, que es una planta de origen asiático, llevada a América por Colón.

Murió en Lima, en el Virreinato del Perú, en 1591. Le sucedió su hijo Juan Hurtado de Arbieto, que murió en 1595, cuando la actividad económica en el territorio empezaba a manifestar un fuerte decaimiento.

Existe un retrato al óleo sobre este personaje, Don Martín Hurtado de Arbieto presentado por San Martín, cuyo autor es Maerten de Vos, atribuido a la Escuela Flamenca, del año 1576. Se encuentra en la iglesia parroquial de Santa María de Orduña.

hurtado martín arbieto maerten devos óleo pintura
DON MARTÍN HURTADO DE ARBIETO PRESENTADO POR SAN MARTÍN

19/04/2018

Diego de Henares Lezama


Teniente gobernador de San Sebastián de los Reyes del Virreinato de Nueva Granada, a finales del siglo XVI

diego henares lezama virreinato nueva granada venezuela
DIEGO DE HENARES LEZAMA

Diego de Henares Lezama era natural de Baracaldo, Vizcaya, donde nació en 1540.

En 1560, llegó a Mérida, en el Virreinato de Nueva Granada, actual Venezuela. En 1564, participó bajo mando de Diego de Losada en una acción para castigar la rebelión de los indios caracas en la ciudad que lleva su nombre y que produjeron el despoblamiento de ciudad de Caraballeda.

diego henares lezama caracas fundación
PLANO DE LA FUNDACIÓN DE CARACAS Y DIEGO DE HENARES

En 1566, Diego de Losada refundó la villa de Santiago de León de Caracas, donde anteriormente Francisco Fajardo fundó y abandonó el anterior asentamiento español. 


Diego de Henares fue nombrado alcalde de Caracas, teniendo que afrontar un ataque de más de 5.000 indígenas. En 1577, realizó una una planificación urbana de la ciudad basada en una estructura cuadricular. En la actualidad se conserva un plano urbano realizado por él mismo.

Finalmente, fue nombrado teniente gobernador de San Sebastián de los Reyes, en el Virreinato de la Nueva Granada, hasta 1593. Tuvo que defenderse de los indios caribes de la zona para posibilitar la cría de ganado en sus tierras, lo que logró con éxito.

SELLOS DE DIEGO DE HENARES LEZAMA

12/02/2017

Juan Martínez de Vergara


Conquistador de Chile que tomó parte en la batalla de Arauco

juan martínez vergara guerra chile batalla arauco
JUAN MARTÍNEZ DE VERGARA ALONSO

Juan Martínez de Vergara Alonso nació en Guipúzcoa, en 1589. Era hijo de Juan Martínez de Vergara, originario de Guipúzcoa y de Isabel Alonzo Márquez vecina de Gibraleón.

Era alférez cuando fue destinado a la Guerra de Chile en 1601, enrolado en las tropas que acompañaron al gobernador Alonso de Rivera, considerado el organizador del Ejército de Chile. Formó en la compañía que mandaba el capitán Ginés de Lillo y asistió con sus armas en los fuertes de Santa Fe y Talcahuano, estableciéndose en el Reino de Chile. Tomó parte de la batalla de Arauco, al sur del reino.

En 1626, la Real Audiencia le recomendó al rey como "persona ilustre y benemérita", y dos años más tarde ya era grado de capitán.

En 1640, se estableció en Chillán, donde fue maestre de campo y alcalde de la ciudad, fundó su hogar y permaneció en la cofradía de Nuestra Señora de los Remedios. Tuvo que abandonar esta ciudad después de haber sido arrasada por los rebeldes araucanos. Se refugió tierras en Colchagua, situada en zona más segura, siendo uno de los benefactores del convento que los Mercedarios tenían en Chimbarongo Colchagua.

Por sus servicios militares obtuvo encomiendas de indios en Colchagua. En 1658, realizó un viaje al Perú, otorgando antes su testamento en Valparaíso, y cuatro años más tarde volvió a disponer otro testamento en su estancia de Chimbarongo y fundó una capellanía de misas.

Contrajo matrimonio en 1634 con Magdalena de Leiva Sepúlveda, hija del capitán sevillano Antonio de Leiva Sepúlveda, que aportó al matrimonio una caudalosa dote con casa, solar en la ciudad de Chillan y una estancia de feraces tierras. Fue el tronco de una de las más importantes familias coloniales chilenas. Hijos de ellos fueron Juan, Isabel, Mariana, Francisca y Jacinta.

juan martínez vergara chile arauco chillán
JUAN MARTÍNEZ DE VERGARA ALONSO