24/09/2021

Aportación lingüística del Euskera al Castellano


1. ÁREAS DE INFLUENCIA VASCOIDE

Existen dos áreas geográficas donde el euskera ha influenciado y aportado rasgos fonéticos, sintácticos o gramaticales, comunes a las lenguas que se hablaban en dichos territorios:

1. Rasgos que tienen un epicentro en la zona vasca y que se difunden a zonas limítrofes afectando al castellano, al navarro-aragonés, al gascón y en parte al dialecto occidental del catalán.

De este tipo de rasgos puede discutirse si se trata de una innovación local compartida o de un influjo de la pronunciación vasca, aunque los datos de reconstrucción del protovasco inducen a creer que al menos la mayoría serían rasgos de origen vasco.

2. Rasgos que se extienden desde Aquitania por la cornisa Cantábrica hasta Galicia y el norte de Portugal

En ocasiones se ha considerado que se habrían originado en un substrato previo desconocido que habría influido en toda la zona, incluso sobre el euskera. Este substrato supuestamente explicaría una serie de coincidencias fonéticas comunes entre el galaico-portugués y el vasco-aquitano, como la caída de /n/ intervocálica y la palatalización del diptongo /au/ originario, así como los restos de un sistema de cuenta vigesimal en Zamora, Santander y Portugal (sistema que es el único existente en vasco).

Se ha propuesto incluso identificar este substrato con los ligures (Gamillscheg). Con todo, tampoco puede descartarse el origen vasco de estos rasgos o que ese substrato fuese euskérico, y los ligures son un pueblo del que, aunque muy mencionado en las fuentes, apenas se sabe nada seguro sobre su lengua.

VERSOLARIS, POR VALENTÍN DE ZUBIAURRE

2. SUBSTRATO VASCO EN LENGUA CASTELLANA

Se llama Adstrato lingüístico a la influencia léxica, fonética y gramatical que dos lenguas ejercen entre si durante la convivencia en un mismo territorio, pero sin implantarse una sobre la otra. Por ejemplo, el dominio romano en la península ibérica produjo la desaparición de las lenguas aborígenes de la región, con excepción del vascuence. Sin embargo, muchas de sus características aún quedan como sustrato en el castellano; así, algunos lingüistas consideran que la desaparición de la inicial latina -f resultando una -h, inicialmente aspirada y posteriormente muda, parece deberse a la influencia vascuence, pues esta lengua rechazaba el fonema /f/.

El Substrato es el influjo que una lengua que desaparece ejerce sobre la que se implanta. Cuando el fenómeno se produce al revés, se llama Superestrato.

El substrato vasco en las lenguas románicas comprende todos los fenómenos de interferencia lingüística o influjos lingüísticos léxicos, fonéticos y gramaticales del euskera (o más correctamente su antecesor histórico, protoeuskera, pre-protoeuskera o prerrománico) sobre algunas variantes del latín de la península Ibérica y sobre algunas de las lenguas romances que le sucedieron como lenguas habladas.

El castellano, idioma romance cuya raíz fue el latín, se vio impregnado de elementos vascos con una serie de rasgos que le confieren una fuerte personalidad entre sus lenguas hermanas románicas.

Las variedades de navarro-aragonés son las hablas romances que tuvieron un mayor contacto con el euskera. Estas variedades presentan igualmente varios de los cambios fonéticos del castellano que han sido atribuidos a una posible influencia vasca.

El estudio de la etimología, origen y evolución de las palabras aporta claras evidencias del contacto e influencia mutua entre las lenguas. Esta influencia se ve también en el caso del euskera. Desde que se produjo el primer contacto con el latín, en torno al siglo II a. C., el euskera y las lenguas romances se han influido mutuamente, de diferentes maneras. Obviamente, la influencia se ha producido sobre todo desde el latín hacia el euskera, pero también existen algunas aportaciones vascas a las lenguas romances (al aragonés, al castellano y al gascón principalmente).

La influencia posible del substrato vasco-aquitano no habría sido antigua, sino que se habría podido prolongar hasta tiempos relativamente tardíos. Parece confirmada la idea de Coromines de que la lengua vasca tuvo una gran vitalidad y prestigio en la Baja Antigüedad y Alta Edad Media.

No en vano, el Reino de Navarra es uno de los protagonistas del inicio de la Reconquista, junto a eso, las tierras que los castellanos iban ganando a los árabes se repoblaban con vascos y navarros, que, lógicamente, llevaron sus hábitos lingüísticos y, además, ocuparon puestos preeminentes en la corte castellana hasta el siglo XIV. El Camino de Santiago, en pleno apogeo entonces, recorría precisamente la ruta desde Aquitania a Galicia pasando por el País Vasco.

ROMERÍA VASCA, POR AURELIO DE ARTETA

3. RASGOS LINGÜÍSTICOS CASTELLANOS DE INFLUENCIA VASCA

Rasgos sintácticos

1. Presencia de la letra A ante un complemento directo de persona, como: "miró a su hermano", frente a "miró su herida".

2. Repetición del complemento indirecto, como: "le dije al moderador que..."

Rasgos fonéticos

3.Estructura vocálica con sólo 5 vocales: a, e, i, o, u. No distingue como el catalán o el gallego entre e/o abierta y cerrada.

4. Betacismo o la indistinción entre V y B, es decir que ambas letras suenen como B, bien oclusiva como bala, o bien fricativa como lobo, no se oponen como labiodental y bilabial respectivamente, en otras lenguas si ocurre.

5.Caída de /f/ inicial, tras pasar por una fase de aspirada /h/. El cambio también se encuentra en el gascón por lo que la explicación a partir del substrato vasco parece plausible. Sin embargo, el cambio se encuentra también en las variedades interiores más arcaicas del sardo, en el italiano calabrés y en variedades rumanos (meglenorrumano e istrorrumano). En estos otros casos, el recurso al vasco no parece razonable. De hecho, es posible que dicho cambio incluso en español originalmente no tenga que ver con el vasco.

Como ejemplo, harina-farina; harina en castellano, pero farina en catalán, italiano y provenzal, fariña en gallego, farinha en portugués, farine en francés y faina en rumano; en vasco es irin.

6. Pérdida de las sibilantes sonoras que se ensordecen y pasan a confundirse con las sordas. Esta simplificación hace que el complicado sistema de sibilantes del castellano antiguo se convierta en uno similar al del euskera. Este rasgo también diferencia al gallego del portugués. Sin embargo, este reajuste es tardío y no se dio hasta el siglo XVI, por lo que podría ser independiente de la influencia del euskera.

7.Aparición eventual de una vocal protética delante de /r/ inicial. Este fenómeno se documenta con claridad en gascón y castellano antiguo (así "arredondo" por "redondo"), aunque ha dejado algunos rastros en el actual (arrepentirse cast. ant. "repentirse" lat. "repaenitere"; "arruga" lat. "ruga"). Nuevamente la epéntesis también se da en italiano, con lo cual la influencia vasca no sería la única posibilidad.

8.Existencia de una apicoalveolar /s/ en oposición a un fonema dentoalveolar o dental /s/, /θ/. Sin embargo, la primera también se encuentra en varios dialectos romances del norte de Italia, lo que descartaría la influencia vasca.

9.Introducción del sufijo -rro. Este fenómeno está presente en vocablos como carro, cerro, cazurro, guijarro, pizarra, etc.; llevaba consigo un fonema extravagante y ajeno al latín y a todas las lenguas románicas, que es, sin embargo, uno de los rasgos definidores del sistema fonético español; se trata del fonema ápico-alveolar vibrante múltiple de la /r/.

LOS BOLOS, GUIPÚZCOA, POR JOAQUÍN SOROLLA

4. PRESTAMOS VASCOS AL CASTELLANO

  • agur: término vasco de despedida procedente del latín augurium
  • alud, lurte: derrumbamiento de tierra; euskera: elur (nieve), lur (tierra)
  • aquelarre: reunión nocturna de brujas; eusk: aker-larra (campo del diablo)
  • azcona: arma arrojadiza; eusk: azkon (dardo)
  • cencerro: campana que se cuelga a la cabeza de los rebaños para saber dónde se encuentran estos; eusk: zinzerri
  • chabola: casucha; eusk: txabola, pasó de indicar la caseta temporal de los pastores vascos en la montaña a referirse a las casuchas en barracón en las que se apiñaban los mineros de Trápaga y Ortuella a principios del siglo XX.
  • chaparro: rechoncho; eusk: txapar (chaparro, mata de encina)
  • charro: algo recargado de adornos, de mal gusto; eusk: txar (malo)
  • chatarra: hierro viejo; eusk: txatar
  • chirimbolo: rodaja circular; eusk: txirimbol
  • chispear, chirimiri: lluvia fina; eusk: zirimiri
  • cococha: barbilla de la merluza; eusk: kokotxa
  • gamarra: del euskera gamarra
  • izquierda: eusk. ezkerr
  • jorguín: hechicero; eusk. sorgin (bruja)
  • laya: instrumento agrícola; eusk: lai (laya)
  • mochil: joven que ayudaba y llevaba los recados a los campesinos, del que deriva mochila; eusk: mutil (muchacho) y mothil (criado)
  • narria: un tipo de carretilla; eusk. narria
  • órdago: expresión del mus; eusk: hor dago (ahí está)
  • ocarrar; del eusk. su (fuego) y gar (llama)
  • zamarra: chaqueta de piel con lana y su variante chamarra; del eusk. zamar (lana esquilada, vellón de lana)
  • zatico / zatillo: mendrugo de pan y zatiquero: panadero; eusk: zati (trozo, pedazo)
  • zulo: agujero; del eusk: zulo agujero
  • zurrón; del eusk: zorro (saco)
También existen términos muy específicos vascos como chacolí (un tipo de vino vasco), chistu (flauta típica vasca), pacharán (un licor navarro) o zorcico (tipo de composición musical vasca en octavas; zortzi: ocho); términos que la Real Academia reconoce pero indicando su uso dialectal en el País Vasco (larra, 'prado'), o préstamos muy recientes que incluye el Diccionario de la Real Academia y fácilmente reconocibles como euskéricos, tales como aberzale, aurresku o lendakari.

LOS REMEROS, POR MANUEL LOSADA

5. NOMBRES Y APELLIDOS CASTELLANOS DE ORIGEN VASCO
Aparte de los apellidos fácilmente reconocibles como vascos y que se encuentran con normalidad como apellidos castellanos, por ejemplo Mendizábal, son numerosos los apellidos vascos incorporados a la onomástica española.

La más exitosa aportación del euskera a la antroponimia mundial es el nombre Javier. Proviene del pueblo de Javier (Navarra), y se popularizó porque habiendo nacido allí, Francisco de Jassu, tomó como nombre religioso el de Francisco Xavier. Javier es un topónimo que es una de las diversas variantes de Etxaberri (casa nueva).

Por otra parte, el apellido de probable origen vasco más extendido es García (formas antiguas: Garsea, Garzea, Gartzia), que se cree proviene del vasco medieval gaztea (joven) o de hartza (oso). Al comienzo fue usado como nombre, pero al cabo de los años, al prohibirse el uso de nombres no cristianos, se pasó a usar como apellido; pero Michelena no considera segura esta relación.

Otros patronímicos de origen vasco son los siguientes, si bien eran muy comunes en la Edad Media como nombres de pila, actualmente se los conoce más como apellidos:

Íñigo proviene de Eneko, que significa "mi pequeño" o "hijo" está compuesto de Ene "mi" + el diminutivo ko.

Jimeno derivado de Xemeno, también significa "pequeño hijo", compuesto de Xeme "hijo" + el diminutivo no.

El que sean nombres vascos en origen no quiere decir que sean nombres de raíces etimológicas de la lengua vasca necesariamente, sino que se consolidaron en un ámbito lingüístico vasco. Por ejemplo, Lope es de origen latino Lupus; y Aznar proveniente del vasco medieval azenari que significa "zorro", también documentado como Azeari, que a su vez descienden del término latino asinarius cuyo significado es "asno".

Tanto Galindo como Martín son germánicos; y Sancho derivado del sanctus latino que significa "santo" o de raíz eusquérica anso más un S protética. Un patronímico, que aunque no tenga origen vasco, fue popularizado en territorio lingüístico vasco y comenzado a utilizar en otras tierras fuera de este ámbito.

Velasco, Belasco y Blasco: provenientes del vasco Belasko "pequeño Bela", proveniente a su vez de Bela, tratándose este de una adaptación fonética vasca del patronímico visigodo Vigila + el diminutivo (s)ko.

Urraco: de Urrako que significa "pequeño Áureo", a su vez es proveniente de Urre "oro, áureo" + el diminutivo ko. Si bien este nombre es conocido más por su modalidad femenina, Urraka, que fue nombre de condesas de Gascuña o reinas de Navarra y de Castilla.

Otros conocidos apellidos de origen vasco son:
  • Mendoza: de Mendi-otza, "Monte Frío"; Barrios a partir de berrioz, "nuevo caserío" formado por la unión matrimonial entre miembros de dos caseríos vecinos
  • Bolívar: de bolu-ibar "vega del molino"
  • Cortázar: de korta-zahar "establo viejo"
  • Chaves: de etxabe "casa de abajo", el escudo del apellido Chaves son dos llaves cruzadas
  • Ercilla: aparentemente de erze+illa "pastizal"
  • Muñoz: de muno-otz "colina fría"
  • Ochoa: de otso-a "el lobo"
  • Ortiz: es una adaptación vasca de Fortuno

  • PARTIDA DE BOLOS, POR JOSÉ ARRÚE

    Es destacable la onomástica navarra del ámbito pirenaico, y en concreto de Jaca al Nervión en los siglos X, XI, XII. Destacan nombres como García, Sancho, Enneco/Íñigo, Galindo, Aznar, Oveco, Jimeno o Lope. Estos fueron muy frecuentes en las gentes navarras de la época, como ejemplarizan los nombres de los reyes y nobles del condado de Pamplona y el reino de Navarra. Tuvieron origen en ese ámbito geográfico navarro pirenaico y después se extendieron por toda la península.

    Durante los siglos de formación del lenguaje castellano y abandono del latín en tierras consideradas como vascas, navarras, riojanas, aragonesas y castellanas van surgiendo los patronímicos terminados en -ez. Partiendo de un nombre del padre, el apellido del hijo se formará con el nombre del padre, seguido del sufijo -ez,  que indica procedencia familiar. Por ejemplo, Lope se transformará en apellido Lope + ez = López. La partícula -ez significa "hijo de". En un sentido onomástico, los términos que la llevan son derivados, ocupan un momento posterior.

    Como ejemplos del uso de este patronímico en tierras navarras y vizcaínas durante el Medievo, toman las sagas de reyes de Navarra y la saga de señores de Vizcaya: Sancho Garcés, fue hijo del rey García; García Sánchez fue hijo del rey Sancho; Diego López de Haro, hijo del señor Lope de Haro; Lope Dieguez de Haro, hijo del señor Diego López.

    Así tenemos que Martínez de Martín, Gómez de Gome, Rodríguez de Rodrigo, Jiménez de Jimeno, Fernández de Fernando, Pérez de Pedro, Márquez de Marco, Idiáquez de Idiaco, Ramírez de Ramiro, Iñiguez de Iñigo, Velázquez de Velasco, Sáez, Suarez, Gálvez, etc. son ahora apellidos, antes patronímicos, formados con el nombre del padre más el sufijo -ez, que indica procedencia paternal.

    El sufijo -ez es derivado del euskérico -is, que al escribirlo se transforma en -iz, y más tarde, evolucionando durante los siglos, en -ez.

    Algunos de estos apellidos con sufijo en -iz no evolucionaron en -ez, y quedaron con su forma original: Siyoniz, Ustáriz, Istúriz, Muzquiz, Ruiz, Ortiz, Arbelaiz, Daoiz, etc.

    Otros casos particulares de patronímicos poseen una terminación -az: Imaz, Aranaz, Larraz, Díaz; -anz: Sanz, Ayanz, Estebaranz, Sáenz, Sainz; -oz: Muñoz.

    Por ello, hay que constatar que una serie de apellidos que surgieron durante el Medievo como patronímicos fueron comunes a un conjunto de tierras vascas, navarras, riojanas, castellanas y aragonesas. La razón principal es la simbiosis entre sus lenguas: castellano, navarro-aragonés y euskera.

    EL REGRESO DE LAS LANCHAS, POR ALBERTO ARRUE

    Además, están los valiosísimos ejemplos de nombres vascones en el Bronce de Ascoli como Arrenez(s), Eneguez(s) o el popularismo -(V)belez(s) por no hablar ya de los Chavarris, Chaornas, Iturioz, Chavez, Mendozas, Velascos, etc.

    Los apellidos simples Martínez, García, Rodríguez, Sánchez, Jiménez, etc., muy frecuentemente fueron en origen compuestos por una parte patronímica y una parte toponímica. Por ejemplo Martínez de Quel fue un apellido formado en zonas de la ribera navarra y en La Rioja, y denominaba a personas apellidadas Martínez y originarias de la localidad riojana de Quel, que llegaban a un cierto sitio de la ribera navarra y de La Rioja, donde había otros Martínez. Entonces los funcionarios municipales o del señorío, los curas en las partidas de bautismo de sus descendientes, etc., los distinguían durante la época del Medievo de los otros Martínez con el topónimo de procedencia.

    Existen centenares de ejemplos sobre personalidades que han hecho historia y cuyos nombres han sido escritos seguidos de su patronímico y toponímico correspondiente:

    1. Martínez: Juan Martínez de Zaldibia, Lope Martínez de Isasti, Juan Martínez de Recalde y Saez de Vasozavala, Domingo Martínez de Irala, Andrés Martínez de Ordanza, Juan Martínez de Vergara

    2. López: Diego López de Haro, Martín López de Zamalbide, Gil López de Oñaz Loyola, Miguel López de Legazpi, Pedro López de Ayala, Juan López de Larrazaga, Juan López de Lazcano

    3. Pérez: Juan Pérez de Loyola, Hernán Pérez de Yarza, Juan Pérez de Azcue

    4. González: Domejón González de Andía, Pedro González de Mendoza, Francisco González de Irarrazábal

    5. Ibáñez: José Agustín Ibáñez de la Rentería, Beltrán Ibáñez de Loyola

    6. Ruiz: Fernán Ruiz de Irrarazabal, Martín Ruiz de Gamboa

    7. Álvarez: Javier Álvarez de Mendizabal, Juan Álvarez de Eulate,

    8. Ortiz: Diego Ortiz de Zárate, Tomás Ortiz de Landázuri

    9. Otros: Juan de Garay Otáñez, Íñigo Vélez de Guevara, Miguel Díez de Armendáriz, Rodrigo Ximénez de Rada, Martín Íñiguez de Carcicano

    Con el tiempo la parte toponímica se fue perdiendo, el indicativo de procedencia -de se fue perdiendo en su uso ante registro, aunque aún sigan quedando muchos apellidos con esta preposición.

    Por lo tanto, si además el castellano es una lengua históricamente tan utilizada por las gentes en el territorio vasco como el euskera, también lo deberían ser los apellidos que terminan en -ez. Es normal que abunden tanto los apellidos de personalidades históricas vascas y navarras con terminación en -ez: García Iñiguez, Pérez de Unzueta, González de Legizamon, García Jiménez, García Azenariz, Pérez de Abendaño, López Iturriaga, Martínez de Iturrioz, López de Salazar, Fernández de Ochoa,...

    BRONCE DE ASCOLI

    21/09/2021

    Berenguela de Tudela


    Prueba de la influencia y prestigio que tuvo el Reino de Navarra con otros reinos europeos durante buen parte de la Edad Media fue el hecho de que el rey Sancho VII el Fuerte casase con Clemencia, hija de Federico I de Alemania, llamado Barbarroja.

    Asu vez, la hermana del navarro, Berenguela, se casó con el rey inglés Ricardo Corazón de León, en Chipre, en 1191. Berenguela fue conocida como la reina apátrida, pues jamás llegó a conocer Inglaterra. Fue conocida como Berenguela de Tudela, pues la mayoría de las fuentes indican que nació en esta villa ribereña.

    BERENGUELA DE TUDELA

    Tampoco se sabe si estuvo en su lecho conyugal, pues mucho se ha especulado sobre la supuesta homosexualidad de Ricardo. De hecho, en la efigie mortuoria de Berenguela (sepulcro de la abadía del l'Epau) aparece con la melena suelta, alegoría que en la iconografía de la época representaba a las doncellas.

    Entre 1191 y 1192, permaneció en San Juan de Acre (Palestina) mientras Ricardo de Inglaterra luchaba en las terceras cruzadas contra los sarracenos. Después regresaron a Europa en diferentes viajes.

    Berenguela vivió en Poitiers mientras Ricardo estuvo preso en Alemania, cuando Sancho VII, siendo aún un infante, tomó parte de la Guerra de Aquitania de 1191-1194. Encabezó un contingente de 800 hombres armados y arrasó aquel condado para apoyar a su cuñado Ricardo, dejando allí al infante Fernando (hermano de Sancho y Berenguela) como garantía de rescate pendiente de pago.

    17/09/2021

    El día que España derrotó a Inglaterra, por Pablo Victoria


    España derrotó Inglaterra Pablo Victoria Blas Lezo
    EL DÍA QUE ESPAÑA DERROTÓ A INGLATERRA

    El día que España derrotó a Inglaterra
    Pablo Victoria, Editorial Áltera, (2005)

    La vida y obra de Blas de Lezo constituye una de las carreras militares más fulgurantes y menos conocidas de España. Herido en combates, perdió una pierna, un brazo lo tenía inutilizado y había quedado tuerto.

    Este "medio hombre", como le apodaron sus contemporáneos, fue quien derrotó a Inglaterra y a una nueva "Armada Invencible", inglesa esa vez, de 180 navíos frente a la costas de Cartagena de Indias en 1741.

    La derrota fue la mayor humillación que nación alguna hubiese sufrido: las pérdidas humanas y materiales de los ingleses fueron inmensas y por ello Inglaterra escondió su derrota; ocultó monedas y medallas grabadas con anterioridad y enterró en el olvido a su desmantelada Armada.

    España olvidó a Lezo y lo destituyó del mando por intrigas del virrey Eslava. Esta historia es un esfuerzo para rescatar su nombre, hacer justicia histórica y mostrar a los españoles cómo este marino manco, tuerto y cojo dio buena cuenta de Inglaterra.

    EL DÍA QUE ESPAÑA DERROTÓ A INGLATERRA


    14/09/2021

    Mondragón - Arrasate medieval y banderiza, según Esteban de Garibay


    Mondragón, históricamente llamada Arrasate, se ubica en la guipuzcoana comarca del Alto Deva, en la confluencia de los ríos Deba y Aramaio.

    Los reyes de Castilla estuvieron muy interesados en fundar villas en la provincia de Guipúzcoa a fin de asegurar las vías mercantiles que transcurrían de la meseta al mar Cantábrico, de hacer frente a la influencia de los banderizos, a vigilar la frontera con los Reinos de Navarra y de Francia. A tales objetos, en el 15 de mayo de 1260, Alfonso X el Sabio, desde San Esteban del Puerto (Jaén), le concedió el título de villa, llamándola MontdragónSegún el cronista Esteban de Garibay, la carta puebla de su villa natal es una de las más viejas y de mayor alcance, fue escrita así en nombre del rey castellano:
    "Por sabor que habemos de facer bien é merced a todos los pobladores de la puebla que es en Leniz, que avie antes nombre Arrasate, a que nos ponemos nombre Montdragon…"
    El heraldista Guerra sostiene que se puso ese nombre porque sonaba bien a los "oídos de músico y poeta galaico" de Alfonso X, aunque señala que en su corte hubo un Guillén de Mondragón, comendador de San Juan, y antes hubo un Raimond de Mondragón.

    Plano casco histórico Arrasate
    PLANO DE ARRASATE - MONDRAGÓN

    Pese a los incendios repetidos y cambios posteriores en la arquitectura urbana, el plan inicial de la puebla medieval ha influido en la forma de la villa, en su desarrollo económico y demográfico.

    La puebla se ordena en torno a un eje central que vertebra el conjunto, es la calle del Medio, Erdico kaleaSegún Esteban de Garibay esta arteria principal fue fundada en 1391 bajo el nombra de Artekale. Comienza en el Portal de Abajo y atraviesa la villa hasta el desaparecido Portal de Gazteluondo. En ella se integra la plaza con la iglesia de San Juan a un lado y el ayuntamiento barroco al otro. Camino Real y vía de tránsito de personas y mercancías, fue el eje principal de la villa desde su fundación.

    ERDIKO KALEA - CALLE DEL MEDIO

    La calle de Ferrerías y la de Iturrioz son bastante curvas y envuelven de forma simétrica al casco antiguo a ambos lados, formando una elipse. Ambas calles quedan conectadas a su eje principal a través de una serie de cantones, como es el caso del llamado Surguincantoi o Surguincale, equivalente al cantón de las Herrerías.

    La calle de Iturriotz está documentada desde 1402. Recibe su nombre de la antigua fuente de Iturriotz, principal suministradora de agua potable a la población hasta finales del siglo XIX. Comienza junto al Portal de Abajo y continúa su ascenso en pendiente hasta encontrase con el desaparecido Portal de Gazteluondo. Fue una calle de carácter residencial en la puebla medieval, donde el concejo tuvo una de sus sedes hasta la construcción del nuevo Ayuntamiento en 1763. Para la construcción del nuevo Camino Real en el siglo XVIII, por el Paseo de Arrasate, se derribaron varias casas que modificaron su primitiva fisionomía.

    El segundo sistema de aberturas es el que forma el cantón de Olarte que, arrancando de la calle del Medio, entre los números veinte y dieciocho va a la de las Ferrerías y de allí salía a la cerca de Olarte, con otro arco que ya no existe, y un cantón que ha desaparecido, que de la calle de Iturrioz debía salir a la cerca de Osteta.

    En la calle de Olarte y en la de Ferrerías se concentraba la principal actividad económica de la villa: la industria férrea. Ya en el siglo XIII, gran parte de la población se dedicaba a la extracción y laboreo del mineral de hierro para la obtención del acero y su transformación artesanal en la "cal de las ferrerías". La producción metalúrgica de estas ferrerías llegó a ser tan importante que sus piezas se comercializaron por parte de Europa y a los Virreinatos del Imperio español. El acero de Mondragón alcanzó renombrada fama que hasta el Toledo fabricaron las mejores espadas con este metal.

    ARCO DE LA CONCEPCIÓN

    Durante la Guerra de Bandos, Mondragón estuvo amenazada por las pretensiones del señor de Oñate, que reclamó contra ciertos nombramientos reales, que consideraba como desafueros. La villa obtuvo de los reyes la seguridad de que no la enagenarían de la Corona, con dos conformaciones, conociéndose tres documentos de estos hechos fechados en los años 1367, 1479 y 1411.

    En época de García de Salazar, en Mondragón existía una clara división de los linajes entre ambos bandos. En el bando gamboíno estaban Juan Báñez de Artazubiaga, Pedro Sánchez de Orozco, Pedro Martínez de Orozco o Lope Ibáñez de Olabarrieta. En el bando oñacino, los Guraya, estaban encabezados por los Oro y Avendaño. Junto a ellos, en los enfrentamientos entre ambos bandos aparecen familias como Arrazola, Vidaur, Ciorrola, Osinaga, Olabarrieta, Cuadra u Orozco, permanentemente presentes en los cargos concejiles durante las primeras décadas del siglo XVI.

    El 23 de junio de 1448, el señor de Oñate, Bletrán de Guevara, prendió fuego a Mondragón. Un terrible incendio relatado por Lope García de Salazar en Las bienandanzas e fortunas, y por Esteban de Garibay en su Compendio historial un siglo después. Debido a este y a otros desastres producidos por el enfrentamiento entre bandos, la planta inicial de la puebla fue reconstruida varias veces. Por eso, se levantó una muralla defensiva que rodeaba la estructura urbana, con acceso a su interior a través de cinco puertas, que en la actualidad se mantienen tres: el de la Concepción (cantón de San Juan), el del Portal de Abajo (calle del Medio), y de Olarte (cantón de Surgin).

    Durante el reinado de Enrique IV, se sucedieron las medidas para combatir a los banderizos: en 1451, fue el derribo de la casa-torre de los Gevara de Zalgibar y adquirir sus tierras; en 1457, construyeron la carretera Arlaban-Arrasate-Oñati-Legazpi-Beasain y derribaron el castillo de Goikobalu; en 1463, en las Juntas de la Hermandad de Arrasate, se redactaron las Ordenanzas de Guipúzcoa, conocido como Cuaderno Nuevo; en 1464, fue asesinado Martin Bañez, líder mondragonés del otro bando.

    Los Reyes Católicos impusieron la presencia continua del corregidor del reino, en 1480, para la defensa de la villa frente a los banderizos. En 1490, prohibieron los bandos de Bañez y Guraya. Y, en 1497, Leintz se incorpora a la Hermandad de Guipúzcoa.

    CASA GARIBAY

    Uno de los edificios que salió perjudicado por la quema de la villa en 1448, fue parroquia de San Juan Bautista, que tuvo que ser reconstruida. Esta iglesia de estilo gótico de los siglo XIII-XIV, es una de las más antiguas de Guipúzcoa. Consta de tres naves de la misma altura y sendos ábsides poligonales en la cabecera, un retablo renacentista y otro plateresco con la imagen de San Miguel. Destaca la torre del campanario, construida en el siglo XVI sobre el cantón con grandes arcos ojivales y alberga ocho campanas, dos de ellas de las más grandes de Guipúzcoa. El interior ha sido rehabilitado a finales del siglo XX.

    PARROQUIA DE SAN JUAN BAUTISTA Y CALLE DEL MEDIO

    Fuera de los muros, se levantaron varios arrabales, como por ejemplo el de la Magdalena, con alguna suntuosa casa de época barroca. El arrabal de Zarugalde constituye otra calle, saliendo por el cantón de los "surguinac" al palacio de Monterrón, atravesando el río Aramayona. El arrabal de Gazteluondo es un conjunto de casas pegadas al castillo. En 1353, las anteiglesias de Udala, Uribarri, Garagartza y Gesalibar se sumaron a la villa.

    En dirección sur-sudoeste, se encuentra el cerro de Santa Bárbara, donde estaba el castillo, a unos 250 metros de altura. Los montes y colinas que le rodean y que hacen que quede como en un hoyo, no pasan de algo más de 300 o 400 metros. Resultando así que por el norte parece imponente el Udalaitz o Peña de Udala con 1.092 metros y en lo alto de la cual está el límite de Vizcaya y Guipúzcoa. Al sur la altura de "Gurutze chiqui" no llega a más de 556 metros.

    En el inicio de la calle del Medio, se encuentra la moderna escultura de Íñigo Arregui, Harresi ezkutua. Representa la muralla de Mondragón, hoy oculta a la vista, pero todavía conservada en algunos puntos ocultos de la villa. Su permanencia ha forjado el carácter Mondragón, determinando la configuración de la puebla medieval.

    CALLE DEL MEDIO, ESCULTURA HARRESI Y PALACIO BARRUTIA-SALINAS

    Tras tres siglos de vida desde su fundación, esta era la estructura del pueblo natal de Esteban de Garibay y Zamalloa en el siglo XVI.

    11/09/2021

    Batalla de Velate de 1512 y los doce cañones del escudo de Guipúzcoa


    Tras la toma de Navarra por parte del duque de Alba en 1512, Luis XII de Francia intentó arrebatar el reino del poder de Castilla restituyendo al monarca navarro, que se había refugiado en Bearn. Apoyado por un ejército francés al mando del general La Palice, y por los navarros del bando de los agramonteses. El rey Juan III de Albret consiguió retomar el terreno perdido hasta llegar a Pamplona, sin llegar a conquistarla. Incapaces de tomar la ciudad, las fuerzas franco-agramontesas, unos 12.000, comenzaron a replegarse perseguidas por las tropas castellanas.

    El ejército franco-agramontés, tras el fallido sitio y asalto de la ciudad de Pamplona y ante la llegada del invierno, procedió a replegarse hacia Baztán, hostigado por las fuerzas castellanas al mando del capitán Charles de Góngora, navarro del bando beaumontés. Góngora capturó a unos centenares de los rezagados y volvió a Pamplona, donde arrastró las banderas de los vencidos.

    Fue entonces cuando el duque de Alba extendió órdenes a las tropas guipuzcoanas de Diego López de Ayala para que cortaran el camino en huida hacia Francia a los expedicionarios. Eran en su mayoría guipuzcoanos a las órdenes de los señores de Lizaur con trescientos lacayos y otros al mando de Garci Martínez de Berástegui, señor del linaje de Berástegui. Pero las fuerzas forales de Gipuzkoa, que en total eran 3.500 efectivos, estaban al mando supremo del oñacino Diego López de Ayala y al servicio del Reino de Castilla.

    PUERTO DE BELATE

    A la salida del valle de Baztán, en tierras de Navarra, los invasores estaban apostados ocupando todas las barrancadas, caminos y desfiladeros. Se trataba de un grupo de lansquenetes alemanes, medio muertos de frío y de hambre, que querían a todo trance ganar la frontera francesa. Otras fuentes confirman que en realidad fueron parte de las fuerzas expedicionarias franco-agramontesas. Cuando los guipuzcoanos entraron en combate en el puerto de Belate, estas fuerzas huyeron en desbandada abandonando su artillería: unos 12 cañones; que fueron capturados. La batalla de Velate tuvo lugar un 7 de diciembre de 1512.

    En una de las versiones se cuestiona la existencia de una verdadera batalla, tratándose simplemente de una emboscada sin lucha y una posterior toma de los cañones.

    Como premio por esta victoria, la reina Juana de Castilla otorgó el privilegio de incorporar la representación de los 12 cañones capturados en la batalla al escudo de Guipúzcoa al año siguiente, en 1513. Los cañones permanecieron en el escudo de Guipuzcoa durante más de 400 años, testigos de la participación de los guipuzcoanos en la conquista de Navarra, del lado de Castilla y a las órdenes del duque de Alba.

    En 1516, a la villa de Fuenterrabía se le otorgaron 112.000 maravedís en las alcabalas por los servicios prestados por dicha batalla.

    Dichas armas se incorporan de igual modo a diversas familias guipuzcoanas y actualmente se conservan en los escudos de las poblaciones de Antzuola y Zizurkil.

    ESCUDOS HISTÓRICOS DE GUIPUZCOA

    Todos los cronistas de la época recogen la participación de los guipuzcoanos en este enfrentamiento entre castellanos, vascos y navarros beaumonteses por un bando, y franceses, gascones y navarros agramonteses por el otro. Estos son algunos documentos existentes.

    El cronista del duque de Alba, Correa, publicó en 1515:
    "El Señor de Lizarza (Lizarza_buru), uno de los nobles guipuzcoanos que trataba de hostigar la retirada del ejército navarro-gascón con unos trescientos ballesteros, sorprendió en las estribaciones de Velate a un grupo de alemanes con parte de la artillería empleada días atrás para batir los muros de Pamplona. Los lansquenetes alemanes, creyéndose atacados, se dieron a la fuga, no sin dejar dos artilleros que cubrieron su retirada abriendo fuego contra los guipuzcoanos, quienes cuerpo a tierra evitaron los proyectiles. Al rato, se acercaron, y Lizarzaburu al ver las piezas abandonadas, gritó ¡España, España!

    Poco después llegó otro noble guipuzcoano, el señor de Berástegui, a quien Lizarzaburu encomendó la artillería para perseguir a los que huían. Alcanzó a muchos, hambrientos y helados, matando a más de un millar de ellos.

    Posteriormente llegó Diego López de Ayala, líder oñacino y alcaide de la fortaleza de Fuenterrabía, que mandó un mensaje al Duque de Alba para el envío de dos centenares de mulas para bajar las piezas artilleras a Pamplona."

    Mártir de Anguería, secretario de Fernando el Católico, relató de la participación de 3.000 guipuzcoanos y alaveses, reclutados por el gobernador y capitán general Juan Silva, que avanzaban con intención de cerrar el paso al ejército que huía. Medio centenar se adelantaron a los desfiladeros, cuando el grueso del Ejército navarro-gascón lo había atravesado. Aun así, sorprendieron a un grupo de alemanes que, agotados por el frío, el hambre y el cansancio, se dispersaron sin ofrecer ninguna resistencia, abandonando diez cañones y arrojando una de las piezas más pesadas a un barranco.

    Pablo Gorosabel, historiador guipuzcoano del siglo XIX, narraba lo siguiente:
    "En tanto el Rey Católico escribió a la provincia (de Guipúzcoa) desde Logroño en fecha 1º de Diciembre del mismo año 1512 una carta en la que encargaba a estos naturales cortasen la retirada al enemigo o a lo menos le hiciesen todo el daño posible. No era posible reunir y arreglar tan repentinamente, como el caso lo exigía, todas las fuerzas de guipuzcoanos que se deseaban; muchos de estos se hallaban por otra parte sirviendo en las escuadras de su Majestad e inglesa. Acudieron no obstante al lance de que se trata 3500 hombres, entre los que se hallaba la compañía de Tolosa, cuyo contingente llegaba a unas 1500 plazas; y pasando por las villas de Lesaca y Vera, llegaron el 7 a las montañas de Belate y Elizondo, donde el día 13 derrotaron al ejército francés, apoderándose de 12 cañones que llevaba, matando e hiriendo a muchos. En tan gloriosa jornada la compañía de Tolosa estaba mandada por Alberto Pérez de Rexil, vecino de la misma villa..."

    En 1518, los Parientes mayores de Guipúzcoa se atribuyeron todo el mérito de la batalla:
    "... mismo en las guerras de Navarra en el campo de Velate contra don Juan de Labrit —que Dios aya— e su gente, cuando se le quitó la artillería, notoria cosa es quién tubo el esfuerzo de la delantera, porque toda la gente común quiso huir y dejar yr a los franceses con su artillería, pero algunos Parientes Mayores con sus aliados tuvieron esfuerzo de tomar la delantera y pasar adelante y tomar a afrenta e riesgo de muerte donde después se esforzó la gente común, e se les quitó la artillería a los dichos franceses, e se dio las armas (por) Sus Altezas primero a los Parientes Mayores que se conteçieron y después a la Provincia, como quiera que los dichos Parientes Mayores estan en suplicaçion por merecer las dichas armas primero que la Provincia."

    batalla belate cañones navarra
    BATALLA DE BETALE, POR JERÓNIMO LARREA

    La crónica Le Loyal Serviteur, en su capítulo IV, páginas 100-101, dice así:
    "... dejaron con el artillería dos hombres ligeros que le pegasen fuego contra el señor de Lizaur y su gente; porque en tanto ellos se pudiesen salvar, faciendo pago con el artillería. Hobo efecto el engaño de los alemanes; porque el artillería jugó y los guipuscuanos se tendieron en el suelo: así el artillería no los pudo cojer; y como el estrepido y humo fuese grande, y muy espeso, a gran paso los alemanes se pudieron poner en lugar seguro. El señor de Lizaur cuando vido que el artillería no jugaba, primero creyó que algún engaño fuese; mas como viese que tardaban en tirar, y nengún temor de gente oyese, él solo abajó, secreto entre las matas, viendo el artillería sola arremetió a ella con gran alegría diciendo España, España: los suyos a las voces abajaron a él y cabalgaron en el artillería. En esto llegó el señor de Velástegui, al cual Lizaur encomendó el artillería; y él con sus hombres siguió a los alemanes; y aunque todos estaban en salvo, algunos con la gran hambre, no pudieron caminar, fueron alcanzados e muertos; otros muchos fallaron abrazados con los troncones de los árboles, en ellos los dientes fincados y muertos de hambre: otros mordiendo en la tierra ya espirando: fasta mil alemanes se supo ser muertos de hambre y de hierro, en solo aquel día, y de frío; que como los cuerpos tomaba vacíos el yelo fácilmente los penetraba. Diego López de Ayala, que en las angosturas de los montes estaba esperando los franceses, supo como por cima de sierra caminaban, y no pudiendo más facer se volvía, y en el camino supo ser el artillería perdida de socorrella porque los franceses no volviesen por ella: dio con su llegada gran esfuerzo al señor de Lizaur y al señor de Velástegui; y luego Diego López proveyó luego como él lo escribió y embiole docientas acémilas cargadas de pan y vino y carne, y con ellas seiscientos infantes de Alava para que con el artillería viniesen, y Diego López se fuese a poner recaudo en Fuenterrabía. Pues como las acémilas llegaron, a gran priesa, fueron cargados los tiros y vinieron a Pamplona lunes que fueron trece de diciembre de quinientos y doce años; la cual entró en esta orden. Venían en la delantera quinientos lacayos guipuscoanos que tomaron el artillería: luego venían doce piezas ocho sacres y dos cañones y dos culebrinas, que eran las doce piezas. Estas cuatro piezas mayores estaban llenas de cruces de Jerusalén que el rey Carlos (VIII de Francia) había fecho cuando, so color de conquistar a Jerusalén, tomó a Roma y a Nápoles y toda Italia; algunos creían que estas cuatro piezas eran del Duque de Loreina que se llama rey de Jerusalén: tras el artillería venían quinientos vizcaínos, que Diego López de Ayala embió con ella para mayor seguridad: la retaguardia traían los albaneses que el Duque embió. El Duque como supo que el artillería venía, cabalgó con los caballos que con él estaban aunque eran pocos, que los más se habían ido ya: unos que siendo gentiles hombres, se eran idos por se hallar en el alarde de Logroño: otros que se habían ido con Fonseca y con el comendador mayor de Castilla. Y así recibida el artillería, en su corazón daba gracias a Dios porque, al tiempo que más que más sin pensallo estaba, le había traído a sus manos la mejor parte del ejército francés. Quejábase porque al tiempo que él quería dar en los enemigos, donde esperaba con ayuda de Dios fácilmente desbaratallos, le había faltado el poder; más no podiendo remediar a lo ya pasado habló amorosamente al señor de Lizaur y al señor de Velástegui, porque como valientes hombres habían quitado el artillería a los franceses, prometiéndoles mercedes, las cuales el rey confirmaría. El artillería fue metida en palacio del Rey con muy grande alegría de la gente.

    Por esta acción de Belate la reina doña Juana hizo añadir al escudo guipuzcoano el cuartel de los doce cañones."

    ESCUDO HISTÓRICO DE GUIPÚZCOA

    08/09/2021

    Antonio de Azcona Imberto


    Cuarto obispo de Buenos Aires en 1676, encargado de la remodelación su Catedral Metropolitana

    ANTONIO DE AZCONA IMBERTO

    Antonio de Azcona Imberto era natural de Estella, Navarra, donde nació en 1618.

    En 1643, se trasladó al Virreinato de Nueva España, donde se ordenó sacerdote, acompañando al nuevo obispo de Yucatán, Juan Alonso de Ocón.

    En la diócesis de Cruzco trabajó de cura beneficiado de Anta, visitador general y juez eclesiástico del obispado del Cuzco. Años más tarde, en Charcas fue nombrado párroco, vicario y juez eclesiástico de la ciudad de Potosí.

    Considerado un hombre virtuoso y caritativo, lo que le valió para ser obispo de Buenos Aires en 1676. Una de sus primeras medidas fue gestionar la apertura efectiva del Hospital de San Martín, que se hallaba instalado en realidad no operaba por lo que los enfermos de la ciudad estaban abandonados.

    En 1678, informó al rey acerca de las costumbres de los indígenas de su región y de la dificultad de contar con misioneros sin contar con recursos adecuados.

    En 1681, constituyó la Capellanía de Nuestra Señora de Luján y realiza una visita pastoral por el territorio de su extensa diócesis, informando a la Corona sobre la misma.

    Durante su obispado intentó evangelizar a los indios pampas proyectando reducciones cercanas a la capital y se efectuaron intentos de los jesuitas para evangelizar la Patagonia, y promovió la idea de reunir nuevamente las diócesis de Buenos Aires y la de Asunción ante la escasez de sacerdotes y la penuria económica.

    CATEDRAL METROPOLITANA DE BUENOS AIRES

    Dirigió la remodelación de la Catedral Metropolitana de Buenos Aires a pesar de inaugurarse en 1671. Presentaba filtraciones y rajaduras, además un temporal en 1682 tumbó la torre. Las obras de redificación comenzaron en octubre del mismo año, fueron supervisadas diariamente por Azcona y trabajaron más de 30 indígenas tupíes y, más tarde, otros provenientes de la reducción de Santa Cruz de los Quilmes. En 1693 se concluyeron las tres naves del cuerpo principal levantada sobre arcos de cal y ladrillo y cubierta de tejas.

    En 1691, se creó en el ámbito de la catedral la Hermandad de San Pedro con el objeto de brindar asistencia a los sacerdotes ancianos o enfermos.

    Azcona murió en Buenos Aires, el 19 de febrero de 1700. El Cabildo eclesiástico nombró provisor del obispado al deán Domingo Rodríguez Armas quien permaneció al frente de la sede vacante hasta 1713.

    03/09/2021

    Vascos en la Expedición colonizadora del Chile en 1535


    Las expediciones con un alto grado de protagonismo vasco en América del sur, tomó dos direcciones geográficas diferentes:

    1. por un lado, desde el mar Caribe y Tierra Firme bordea la costa oeste del Pacífico en dirección sur, conquistado a los incas, hasta la fundación de Santiago de Chile.

    2. por otra, desde el río de la Plata, las expediciones se adentraron hacia amplias zonas que hoy pertenecen a Argentina, Uruguay y Paraguay.

    Tras colonizar el Imperio de los incas y establecer en su territorio el virreinato del Perú, la sociedad exploradora formada por el duo Francisco Pizarro y Diego Almagro sigue adelante, esta vez más al sur de Cuzco, la capital. Desde allí les espera el desierto de Atacama, el más seco del planeta, al norte; la cordillera de los Andes, al este; y el océano Pacífico, al oeste. Al sur se encontraba la franja de terreno conocida por los aymaras como Chillí, que significaba "donde termina la tierra". Esta era un trozo de conquista poco deseada, tanto por la dificultad para su acceso como la escasez de riquezas, especialmente de minerales, según los rumores que se contaban.


    REINO DE CHILE Y GOBERNACIÓN DEL RÍO DE LA PLATA (1592)

    La expedición de conquista al territorio chileno partió de Cuzco el 3 de julio de 1535, al mando Diego de Almagro. Estaba formada por un reducido grupo de españoles y numerosos indios de servicio. Entre aquellos expedicionarios estaban algunos vascos como Pedro Gonzalo de Ayala, Francisco Pérez de Lazcano, Pedro Lazcano Gaona, Domingo de Soraluce, Juan de Ureña, Juan Villafranca de Lazcano, Francisco de Zamudio e Iñigo Ortíz de Zúñiga.

    Siguió la ruta de Paria, orillas del lago Aullaga y serranía de Chincha. Desde Tupiza partió en enero de 1536, pasando por la siega del maíz para obtener alimentos y deteniéndose en Chicoana hasta que se derritieran las nieves. A través del paso de San Francisco, a la altura de Copiapó, la expedición se adentró en tierras chilenas en marzo de mismo año. Fueron momentos difíciles para los expedicionarios debido a las bajas temperaturas que había en los Andes. Estaban atravesando el "camino del inca del altiplano", donde decenas de indios de servicio murieron congelados al soportar el frío glacial.

    Una vez repuesta, la expedición continuó explorando el territorio hasta la confluencia de los ríos Nuble e Itata. Se trataba de un terreno pobre donde sus indios araucanos, también llamados mapuches, eran belicosos, y con ellos se desencadenó la primera batalla.

    El navarro Juan de Rada era uno de los más fieles partidarios de Almagro, había llegado desde Cuzco a Copiapó con 88 hombres para llevar a su líder el título de gobernador de Nueva Toledo, extensa gobernación en cuyos límites estaba el Cuzco. Rada había seguido los pasos que los expedicionarios de Almagro marcaban en la nieve, se refugió de las frías ventiscas formando una barricada con los cadáveres de los indios muertos que encontró en el camino, y se aprovisionó de alimento gracias a los caballos conservados en frío.

    grabado pizarro asesinato almagro
    ASESINATO DE FRANCISCO DE PIZARRO

    Almagro no quedó satisfecho con el reparto de poderes y jurisdicciones que le atribuían aquel título y decidió regresar a la capital para solucionar diferencias con Pizarro. El adelantado de Chile, regresó desilusionado, no halló recursos minerales que merezcan la pena.

    La conquista definitiva de Chile fue retomada, bajo autorización de Pizarro, por Pedro de Valdivia. Era una expedición que muchos rechazaron ante el conocimiento de las escasas fuentes de riquezas que se encontraron en el anterior intento. Aun así, Valdivia reunió unas pocas decenas de españoles y unos mil indios de servicio, también tomó parte Inés Suárez, amante y compañera de fatigas del extremeño.

    Un contrato de compañía obligaba a Valdivia a compartir la expedición con Sancho de la Hoz, pero mediante un acuerdo se decidió que Valdivia saliera primero por tierra y De la Hoz, cuatro meses después, por mar.

    EXPEDICIÓN DE ALMAGRO A CHILE

    La expedición partió desde Cuzco en enero de 1540, en dirección sur hacia Arequipa, y prosiguió camino cerca de la costa hasta llegar a Moquegua, Tacna y Arica. Desde allí inició la ardiente travesía por el desierto de Atacama. Durante el camino se unieron nuevos integrantes, y al llegar a Tarapacá, esperó la llegada de los refuerzos al mando de Rodrigo de Araya. Progresivamente fueron llegando más refuerzos en pequeños grupos. En San Pedro de Atacama se unieron 15 jinetes y 10 arcabuceros y ballesteros al mando de Francisco de Aguirre, y ya en Copiapó otros 20 más por Gaspar de Vergara. En total reunieron unos 150 expedicionarios.

    En el fértil valle de Copiapó recogieron gran cantidad de maíz, allí fueron informados por los naturales de la existencia de oro y cobre. Pero por contra, aquellos indios eran hostiles y sufrieron la deserción de los indios de servicio que les acompañaban. Durante la marcha hacia Coquimbo, campamento fundado a orillas del Pacífico, fueron atacados. El primer expedicionario muerto fue uno apellidado Olea.

    La expedición de Valdivia llegaba a finales de 1540 al valle de Mapocho, donde fundaron el 12 de febrero de 1451 la ciudad de Santiago del Nuevo Extremo (Santiago de Chile). El alarife Pedro de Gamboa hizo el trazado de la ciudad, y Francisco de Aguirre fue nombrado primer alcalde. Introdujeron cultivos en la zona gracias a los cargamentos de semillas de trigos y maíz que traían los indios auxiliares.


    LA FUNDACIÓN DE SANTIAGO, POR PEDRO LIRA

    Pero surgieron las rebeliones de los indios araucanos. Fue el comienzo de una serie de guerras del Arauco. El gobernador y capitán general de Chile, Valdivia, tuvo que ir a sofocarlas. Durante su ausencia, la ciudad de Santiago fue duramente atacada por los araucanos y defendida por los españoles que al mando de Inés Suárez resistieron con valor.

    La expedición continuó hasta el Itata, en junio de 1541, donde Valdivia nombró contador real a Francisco de Arteaga y factor a Francisco de Aguirre. Un par de décadas más tarde, Francisco de Aguirre continuó la actividad exploradora y fundó Santiago del Estero en 1553, y San Pedro de Tucumán en 1563, cuando atravesó los Andes en una expedición para liberar a la primera del asedio indio.

    Para favorecer una ruta que comunique con Perú, Valdivia funda más al norte de Santiago la ciudad de La Serna en 1545. Al año siguiente, Valdivia organizó una expedición punitiva al río Biobío, pero tras enterarse de la rebelión de Gonzalo Pizarro en Perú, se dirigió desde Valparaíso a Cuzco, en apoyo de la Corona. Por méritos propios, fue confirmado como gobernador de Chile. Francisco de Aguirre quedó como gobernador de la zona entre Choapa y Atacama. El vascongado tuvo que reorganizar la actividad de la ciudad de La Serna atacada por los araucanos en 1549 e instaló la primera fundición de Chile dos años más tarde.

    La expedición, con Valdivia de vuelta, siguió más al sur, hacia el río Biobío y fundó Concepción en la desembocadura del río en 1550, Tucapel en 1551 y Valdivia en 1552. El ritual fundacional de una ciudad durante este tipo de expediciones consistía en plantar un árbol de justicia o símbolo de la ciudad, el jefe expedicionario blandía la espada en las cuatro direcciones y daba un tajo a la tierra para señalar la posesión. Acto seguido se repartían las tierras entre los pobladores que lo acompañaban en la expedición. Se nombraba alcalde y se formaba el cabildo con regidores a la vez que se asignaba el escudo de armas de la nueva ciudad. Y por supuesto, se levanta la primera iglesia, por la gracia del Señor y en nombre de Carlos I o de Felipe II.


    PRIMERA MISA REALIZADA EN CHILE, POR PEDRO SUBEREASEAUX

    En 1552, Valdivia nombró alguacil mayor del reino y capitán al vizcaíno Pedro de Velasco y Abendaño. Según la Crónica del Reyno de Chile de Pedro Mariño de Lobera, los primeros refuerzos que trajo Abendaño eran, en su mayor parte vizcaínos: sus hermanos Martín y Miguel de Velasco y Abendaño, sus primos Lope y Martín Ruiz de Gamboa, sobrinos de Marín Ruiz de Abendaño, banderizo de Vizcaya.

    El cacique araucano Lautano preparó una revuelta masiva contra los expedicionarios españoles. Y con ella, una sucesión de enfrentamientos militares se desarrollaron al sur del río Biobío. Valdivia fue derrotado en Tucapel, en 1553 durante uno de esos enfrentamientos, hecho prisionero, torturado y muerto. A los que fueron a auxiliar a Valdivia se les llamó los "trece de la fama", de los cuales sobrevivieron seis, dos de ellos eran vascos: Pedro de Abendaño y Martín de Ariza. Pero Abendaño cayó al poco tiempo en Cañete combatiendo contra los indómitos araucanos.

    Villagra sucede a Valdivia como gobernador de Chile. Entre 1554 y 1555, aparecieron Lope Ruiz de Gamboa, como corregidor de Cañete; Miguel de Abendaño y Velasco como alguacil mayor de La Imperial; Diego de Orúe, como escribano del Cabildo de Santiago, y Manuel Ortiz de Zúñiga, como visitador eclesiástico.

    En 1557, llegaron a Chile Alonso de Ercilla y Zúñiga y Francisco de Andia Irarrazabal y Aguirre; este último natural de Deva. En octubre, Ercilla se distinguió en la defensa del fuerte de Penco, y en noviembre los sometió en Millarape. En 1558, atravesó el canal de Chacao, llegando a la isla de Chiloé. Meses más tarde, derrotó al cacique Elicura durante un combate en Quipeo.

    En 1558, Miguel de Abendaño y Velasco capturó a Caupolicán, jefe supremo de la Araucanía, y su hermano Antonio de Abendaño fue nombrado diez años más tarde obispo de la Imperial, fundando el Seminario de Chile, en 1583.


    MARTÍN RUIZ DE GAMBOA, SARVIA Y SOTOMAYOR

    Martín Ruiz de Gamboa de Berriz, natural de Durango, fundó Castro en 1567, capital de la isla de Chiloé a la cual llamó Nueva Galicia, controló a los indios cuncos y dio nombre al río Gamboa. Fue gobernador de Chiloé, y general y justicia mayor de Arauco y Tucapel.

    Sufrió la derrota de Mareguano en 1569, cuando murieron 45 españoles, por lo que abandonó la isla. Pero volvió a la conquista de Chile participando en la expedición del gobernador Rodrigo de Quiroga a las tierras de Arauco y estuvo presente en la repoblación de Cañete y Arauco. Tranquilizada la región por los éxitos españoles, llevó a cabo el proyecto de Quiroga de conquistar la región de Chiloé.

    En 1580, a la muerte de Quiroga, Ruíz de Gamboa sucedió a este como Gobernador de Chile y fundó San Bartolomé de Gamboa (Chillán). En el mismo año se implantó la tasa Gamboa por la cual se mejora la condición del indio e intenta redimirlo de su prestación personal. En 1583 Martín Ruiz de Gamboa es gobernador interino de Chile. Francisco de Argañaras fundó Álava en 1575 y Jujuy en 1593.

    Las últimas expediciones de conquista y colonización hacia Tucumán y el Cuyo partieron desde Chile y Perú. La situación de la guerra durante su mandato sólo empeoró, ya que a la rebelión mapuche se sumó la de los huilliches, que anteriormente no se habían mostrado agresivos, y la de los picunches en Chillán.

    Hacia 1593 aparece como vecino de la ciudad de Santiago, expresando su opinión sobre la guerra que debía organizar el entonces gobernador Martín Oñez de Loyola.


    QUIÑONES, MARTÍN OÑEZ DE LOYOLA Y VISCARRA