01/08/2015

Francisco de Argañaraz y Murguía


Colonizador de finales del siglo XVI responsable de la tercera y definitiva fundación de la capital de Jujuy, en el Virreinato del Perú

FRANCISCO DE ARGAÑARÁZ Y MURGUÍA

Francisco de Argañaraz y Murguía era natural de Amezqueta, Guipúzcoa, donde nació en el año 1563. Pertenecía a un linaje nobiliario con tradición militar. Era hijo del capitán Martín Ochoa de Argañarás y Verasategui y nieto paterno de Martín Ochoa de Argañarás Garicano, protagonista de la Batalla de Mühlberg, durante el reinado de Carlos V. Su madre Leonor de Murguía y Salinas pertenecía al linaje de los señoríos de Astigarraga, muy activos duranta la Guerra Banderizos vascos. La prematura muerte de su padre en combate le imposibilitó mantener el mayorazgo heredado, por eso Francisco desde muy joven sufrió entre adversidades económicas y recibió una mesurada educación militar.

En 1581, pudo demostrar su origen hidalgo, cuyos testigos realizaron esta descripción física:
"... de buen rostro, cariampollar y en el carrillo de la parte izquierda tiene una señal hecha como de fuego, y es de mediana estatura y bien hecho, algo más pequeño que crecido."
En 1584, Argañaraz tomaba parte de la comitiva de Juan Ramírez de Velasco con el cargo de maestre de campo para acompañarle en la toma de posesión de su recién cargo como gobernador de la provincia del Tucumán, de la Capitanía General de la Plata. Este escribió a la Corte de Felipe II refiriéndose a Argañaraz con estas palabras:
"Hallé en ésta falta de gente principal. Traje conmigo siete u ocho caballeros conocidos como son don Pablo de Guzmán, hijo de Luis de Guzmán gobernador que fue de Popayán, con su mujer e hijos e a don Fernando de Toledo Pimentel sobrino de don Francisco de Toledo y a don Iñigo Ramírez mi sobrino e a don Francisco de Argañaraz e a tres hijos míos con otros hidalgos muy honrados..."

FRANCISCO DE ARGAÑARÁZ Y MURGUÍA

Tras partir de Sanlúcar de Barrameda llegaron a la ciudad de La Plata en noviembre de 1585. El 17 de julio de 1586, se estableció en Santiago del Estero, para tomar el cargo de regidor del cabildo de la ciudad, donde adquirió encomiendas. Allí se casó con Bernardina Mejía de Miraval y Mancho, hija de Hernán Mejía de Miraval y Vega, conquistador del Perú y del Tucumán, quien era también encomendero en Santiago del Estero. Durante su mandato, Argañaraz participó en numerosos choques contra los indígenas del amplio valle de La Plata.

Por aquel tiempo, en la provincia de Tucumán se habían fundado siete ciudades por españoles: Santiago del Estero, San Miguel de Tucumán, Londres, Córdoba, Esteco, Salta y La Rioja. Sin embargo, en los valles Calchaquíes y la Quebrada de Humahuaca era imposible mantener un enclave estable debido a la hostilidad de indígenas, quedado despoblados estos territorios. En 1561, se había fundado el enclave de la Villa de Nieva, pero fracasó a los dos años. En 1575, el alavés Pedro Ortiz de Zárate realizó un segundo intento en tierras jujeñas mediante la fundación de San Francisco de la Nueva Provincia de Álava, en la confluencia de los ríos Grande y Xibi Xibi. La aldea alcanzó escasamente un año de vida, ya que no pudo soportar los ataques de los indios omaguacas.

Era de vital importancia establecer un asentamiento definitivo en aquel valle de la Quebrada de Humahuaca, que sirviese de vía de comunicación entre el valle de La Plata y interior del Virreinato del Perú.

El capitán Pedrero de Trejo había sido designado por el gobernador Ramírez de Velasco para la organización de una expedición que fundara una ciudad en el valle de Jujuy, pero pasó un tiempo sin conseguir los medios ni convencer a pobladores de Estero desarrollar para tan difícil proyecto. Entonces, Argañaraz solicitó a Trejo que le cediera sus derechos. Al haberlo hecho, la comisión fue confirmada por Ramírez de Velasco el 25 de enero de 1593. Argañaraz tenía orden de buscar el mejor sitio para que la ciudad contase con agua, pastos y montes; y el compromiso de sostener a la población durante el lapso de seis años. El adelantado guipuzcoano reunió a un centenar de españoles en Salta, acompañados de numerosos indígenas, y se dirigió hacia el valle de Jujuy, donde debió derrotar repetidas veces a los indios jujuyes, ocloyas y omaguacas.

El 19 de abril 1593, Argañaraz fundó la ciudad de San Salvador de Velasco, nombre que conmemora a su gobernador. Asumió el cargo de teniente de gobernador, justicia mayor y capitán a guerra de la nueva ciudad, que desempeñó con prudencia y sabiduría, estando en funciones hasta el 7 de junio de 1596. En los meses siguientes se reunieron con él su esposa Bernardina y los numerosos hijos del matrimonio.

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FUNDACIÓN DE SAN SALVADOR DE VELASCO

En 1594, Argañaraz organizó expediciones de hostigamiento y pacificación a los nativos de Quebrada de Humahuaca y de Puna. Mediante una incursión sorpresiva nocturna en Purmamarca, el cacique Viltipoco fue apresado. Este había liderado una insurrección de varias tribus indígenas confederándolos para lanzar un ataque y que estuvo cerca de llevar al fracaso la nueva fundación. Tras esta victoria militar, la ciudad se pobló rápidamente, impulsada por el comercio entre el Tucumán y Potosí. Además, fue dotada de una jurisdicción que coincide con los límites aproximados de la actual provincia de Jujuy, más el este y noreste de la actual provincia de Salta.

Argañaraz planeó realizar otra campaña militar hacia las regiones ubicadas al este, en el valle de San Francisco, para doblegar a los indios chiriguanos. Pero, no pudo ponerla en marcha tras la aparición de dos pleitos sobre la titularidad jurisdiccional del territorio. Así, en 1594, se presentó en Jujuy el capitán Juan Ochoa de Zárate, con poderes otorgados por la Real Audiencia de Charcas para asumir el gobierno de la ciudad y ponerla en dependencia de la ciudad de Tarija. Este era el hijo y heredero del responsable de la segunda fundación, la de San Francisco de Álava. Ochoa de Zárate entabló un pleito con Argañaraz, reclamando el derecho de gobernar la ciudad de Jujuy. También, el nuevo gobernador del Tucumán, Pedro de Mercado Peñaloza, inició un juicio de residencia al fundador.

El cabildo de Jujuy optó por desobedecer a la Audiencia, mientras Argañaraz se trasladaba a Charcas, para hacer valer sus poderes. Así, el 2 de noviembre de 1595, fue confirmado como teniente de gobernador, capitán y justicia mayor de Tucumán. A Ochoa de Zárate se le asignó la encomienda otorgada a su favor de los ocloyas y omaguacas. Por su parte, los pueblos de Casabindo, Cochinoca y Palpalá quedaron bajo jurisdicción de Jujuy.

Argañaraz dejó el gobierno en 1596, cuando la Audiencia de Charcas falló en favor de Ochoa de Zárate. No hay precisiones sobre la fecha en que murió Argañaraz, aunque suele datarse entre 1603 y 1604.

FRANCISCO DE ARGAÑARÁZ Y MURGUÍA

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