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14/06/2022

Alonso de Ercilla y el poema épico La Araucana


Soldado de la expedición de conquista en Arauco en la Capitanía General de Chile y poeta famoso por escribir el poema épico La Araucana en 1557

ALONSO DE ERCILLA

Alonso de Ercilla y Zúñiga nació en Madrid, en 1533, pero pertenecía a una familia de origen vizcaíno natural de Bermeo. Su padre fue Fortún García de Ercilla, miembro del Consejo de Órdenes y miembro del Consejo Real, y de Leonor de Zúñiga, dama de la emperatriz Isabel de Portugal.

Ercilla nunca perdió sus orígenes aristocráticos y vizcaínos, a los cuales recordó con orgullo en uno de sus poemas.

"Mira Poniente, a España y la aspereza
de la antigua Vizcaya, de do es cierto
que procede y se extiende la nobleza
por todo lo que vemos descubierto;
mira a Bermeo cercado de maleza,
cabeza de Vizcaya, y sobre el puerto
los anchos muros del solar de Ercilla,
solar antes fundado que la villa."


Su alto linaje nobiliario le sirvió para que, desde muy joven, estuviese junto a su madre y sus hermanas en la Corte del emperador Carlos V. Allí estuvo trabajado como paje del príncipe Felipe, adquiriendo una educación renacentista y aprendiendo varios idiomas. Acompañó al futuro rey de España en sus viajes por Italia, Alemania, Inglaterra y otros países europeos.

En 1555, estando en Londres, en los desposorios del príncipe Felipe con María de Tudor, se recibieron noticias de graves desórdenes en el Virreinato del Perú y la Gobernación de Chile. Decidió pasar a América y enrolarse en la armada que partió a Perú, para doblegar una insurrección de los indios araucanos (mapuches). Al mando de la expedición estaba el recién nombrado gobernador y capitán general de Chile, García Hurtado de Mendoza.

ALONSO DE ERCILLA Y GUERREROS ARAUCANOS

En la Gobernación de Chile estuvo diecisiete meses, entre 1557 y 1559, tomando parte de varios enfrentamientos contra los araucanos. Estos indios estaba liderados por el cacique Caupolicán, que había derrotado a Pedro de Valdivia y tomado varias fundaciones españolas en aquel territorio.

En este tiempo escribió una obra literaria por la que pasó a la historia, La Araucana. Se trata de un poema épico de exaltación militar compuesta en octavas reales y dividida en 37 cantos, donde narraba los hechos más significativos de la expedición de la conquista de Chile, como las batallas en las que participó: Lagunillas, Quiapo y Millarapue, o la derrota de los caciques Caupolicán, y Lautaro, protagonistas del poema. Para su escritura aprovechó materiales como cueros, trozos de cartas y cortezas de árboles.

De su participación en aquella cruenta contienda, dejó escrito un inmortal testimonio en sus épicos versos:

"La rabia della muerte y fin presente
crió en los nuestros fuerza tan extraña,
que con deshonra y daño de la gente
pierden los araucanos la campaña.
Al fin dan las espaldas, claramente
suenan voces: ¡Victoria! ¡España! ¡España!"

En 1558, el virrey Mendoza fundó la ciudad de Osorno. Durante las celebraciones de su fundación, Ercilla fue detenido y enjuiciado a la pena de muerte por el virrey debido a un conflictivo incidente con otro compañero de expedición y rival suyo, Juan de Pineda. Por la intervención de personas influyentes no se ejecutó la pena, pero aún permaneció en prisión unos meses hasta que fue desterrado. Ercilla narró este controvertido asunto en su épico poema:

"Ni digo cómo al fin por accidente
de mozo capitán acelerado
a plaza fui sacado injustamente
a ser públicamente degollado;
ni la larga prisión impertinente
do estuve tan sin culpa molestado
ni mil otras miserias de otras suerte,
de comportar más grave que la muerte."

ALONSO DE ERCILLA Y LA GOBERNACIÓN DE CHILE

Pero más que como político y guerrero, Ercilla pasó a la historia como autor de uno de los poemas épicos más grandes de la lengua española. Miguel de Cervantes llegó a escribir que La Araucana era considerada como una de las mejores obras épicas en verso castellano que haya producido España y fue salvada de la quema de libros de la biblioteca del Quijote en aquel capítulo.

El gran historiador, filósofo y crítico literario Marcelino Menéndez Pelayo escribió que:
"No hay literatura en el mundo que tenga tan noble principio como la de Chile, la cual empieza nada menos que con La Araucana, obra de ingenio español, ciertamente, pero tan ligada con el suelo que su autor pisó como conquistador, y con las gentes que allí venció, admiró y compadeció a un tiempo, que sería grave omisión dejar de saludar de paso la grave figura de Ercilla."

También formó parte de la expedición que partió desde Panamá para arrestar a Lope de Aguirre por su sublevación ante el rey Felipe II y muerte del adelantado Pedro de Ursúa.

Pero, en 1563 estuvo de regreso a España. Fue nombrado caballero de la Orden de Santiago, miembro de la Corte, y estuvo cumpliendo varias misiones diplomáticas en Cortes europeas.

En 1569, publicó la primera parte de su gran obra literaria La Araucana, dedicada a su rey Felipe II.

En 1570, casó con María de Bazán, mujer muy acaudalada, con una dote matrimonial de más de ocho millones de maravedíes. Instalado en Madrid, nueva sede real de la Monarquía española, terminó de imprimir las partes segunda y tercera de su obra, en 1578 y 1589.

En 1594, falleció en Madrid, a los 61 años de edad, pero su sepulcro se ubica en el convento de San José de Ocaña, Toledo.

LA ARAUCANA DE ALONSO DE ERCILLA

Además de la conquista de Chile, escribió poemas épicos sobre otras glorias del Imperio español de su tiempo. Sobre la batalla de Lepanto, en la que participó "la flor de juventud y gallardía de la nación de España", escribió versos de fuerza e inspiración extraordinarias. Las primeras palabras que ponía en la voz del general Juan de Austria al avanzar sobre la armada turca fueron las siguientes:

"… Oh valerosa compañía
muralla de la Iglesia inexpugnable,
llegada es la ocasión, éste es el día
que dejáis vuestro nombre memorable!
¡Calad armadas y remos a porfía,
y la invencible fuerza y fe inviolable
mostrad contra estos pérfidos paganos
que vienen a morir en nuestras manos!
Que quien volver de aquí vivo desea
al patrio nido y casa conocida,
por medio desa armada gente crea
que ha de abrir con la espada la salida;
así cada cual mire que pelea
por su Dios, por su Rey y por la vida,
que no puede salvarla de otra suerte
si no es trayendo al enemigo a muerte."

El enfrentamiento clave de la batalla ocurrió, como era costumbre en aquella época, entre las naves capitanas de ambas escuadras. Así describió Ercilla el abordaje a la nave capitana otomana por parte de la comandada por Juan de Austria y su almirante Requesens:

"Mas la real cristiana, aventajada
por el grande valor de su caudillo,
a puros brazos y a rigor de espada
abre recio en la turca un gran portillo
por do un grueso tropel de gente armada,
sin poder los contrarios resistillo,
entra con un rumor y furia extraña,
gritando: ¡Cierra! ¡Cierra! ¡España! ¡España!"


LA ARAUCANA DE ALONSO DE ERCILLA

25/11/2021

Literatura épica medieval por vascos y navarros


Durante la Baja Edad Media, surgió un género literario que se fue extendiendo a todos los escritores y poetas hispánicos. Una escritura épica que trataba de cantar los triunfos y los hechos gloriosos de los reinos con un sentido nacional y no regional, son "fazañas" españolas" contra el enemigo común. Estas obras literarias se referían tanto a Alfonso VIII el de las Navas y Fernando III el Santo que a Jaime I el Conquistador o a los almogávares de Roger de Flor, como héroes de un proyecto común a todos los cristianos peninsulares.

MONUMENTO A LA BATALLA DE RONCESVALLES

En la Chanson de Roland se describe a la alianza de vascos y musulmanes que aniquilaron en Roncesvalles a la retaguardia de Carlomagno en el territorio de los vascones, en 778: "Espaigne, la bele" (v.59) de esta forma: "los soldados de Marganice" (caudillo de los vascones durante la invasión musulmana) "son peores que los diablos, con una nariz grande y unas anchas orejas" (v.1916-18) "dieron la estocada final a los ultimos caballeros". (Gautier de l'Hum, el arzobispo Turpin y Rolando). Los vascones destacaron de su fisonomía por estos dos rasgos que describió Roland hasta el punto de constituirse en un elemento fundamental de su identidad al denominar a un extranjero "cipayo" o "belarrimotz" (orejicortos).

Según un fragmento de la primera historia del Reino de Pamplona, Additio de regibus pampilonensium:
"En la era 944 [905] surgió en Pamplona un rey de nombre Sancho Garcés. Fue hombre de inquebrantable veneración a la fe de Cristo, piadoso con todos los fieles y misericorde con los católicos oprimidos. ¿A qué decir mucho? En todas sus acciones se mostró magnífico guerrero contra las gentes de los ismaelitas; causó múltiples desastres a los sarracenos. Este mismo conquistó, en Cantabria, desde la ciudad de Nájera hasta Tudela, todas las plazas fuertes. Desde luego la tierra de Degio [Monjardín, en las cercanías de Estella], con sus villas la poseyó entera. La tierra de Pamplona la sometió a su ley, y conquistó asimismo todo el territorio de Aragón con sus fortalezas. Luego tras eliminar a todos los infieles, el vigésimo año de su reinado partió de este mundo. Sepultado en el pórtico de San Esteban [Monjardín], reina con Cristo en el cielo (Murió el rey Sancho Garcés en la era 964).
"Luego, su hijo el rey García reinó cuarenta años. Fue benévolo e hizo muchas matanzas de sarracenos. Y así murió. Fue sepultado en el castillo de San Esteban (Murió el rey García en la era 1008).
Sobreviven sus hijos en su tierra, a saber, Sancho y su hermano Ramiro. A los que Dios Omnipotente guarde por espacio de muchos años, cuando transcurre la era presente de 1014 (976)."
monumento escultura batalla Navas Tolosa Reconquista
MONUMENTO A LA BATALLA DE LAS NAVAS DE TOLOSA

A mediados del siglo XIII, un monje del Monasterio de San Pedro de Arlanza escribió en versos alejandrinos el Poema de Fernán González, en el que dedicaba a la mitológica, pero muy épica, batalla de Hacinas 281 versos de los 740 de que consta el poema. Según el poema épico de esta legendaria batalla acontecida sobre tierras burgalesas, en 939, el primer conde de Castilla y también conde Álava, Fernán González, contó con la colaboración del señor de Vizcaya, Lope Iñiguez, "Lope el Vizcaino", su hijo Íñigo López, muerto durante una de sus campañas, y alaveses de Treviño. Estos encabezaban la columna central de las tres que componían un supuesto Ejército cristiano de 450 caballero y 15.000 soldados, para enfrentarse al Ejército califal de Abderramán de Córdoba.

"Fue dado por cabdillo don Lope el Vizcaino,
bien rico de manzanas, pobre de pan e de vino.
Con él fueron contados fijos de don Laíno,
e otro de la montaña que dicien don Martino,
había ahi de burgoñeses, otrosí de treviñanos,
de Castilla la Vieja hobo ahi buenos castellanos,
que muchos buenos fechos ficieron ahi por sus manos."


Rodrigo Ximénez Rada arzobispo Toledo batalla Navas Tolosa
ARZOBISPO RODRIGO XIMÉNEZ DE RADA

El arzobispo de Toledo, Rodrigo Ximénez de Rada, navarro de Puente la Reina, presagió el destino de la unidad de los reinos cristianos peninsulares y reconquista total del territorio del extinto Reino Hispano-visigodo, que llegaría dos siglos y medio después del reinado de Fernando III.

Félix Lope de Vega recordó en La Jerusalén conquistada la participación de los españoles de las distintas regiones en las grandes hazañas de las guerras contra el islam. Citó hasta los nombres de un capitán por región e insiste con estos versos:

"Ya la hidalga Vizcaya se apercibe,
los fuertes asturianos y leoneses,
la gente que entre el Segre y Turia vive
y en Duero y Miño algunos portugueses:
ya la imperial Toledo los recibe
y de rojo color cruzado arneses...
pasa la puente el batallón Gallardo."


El sepulcro del señor de Vizcaya, Diego II López de Haro el Bueno, participante en la batalla de las Navas de Tolosa, enterrado en el monasterio de Santa María la Real de Nájera, lleva esculpido los siguientes versos:

"Fue de Vizcaya en su tiempo la gloria,
defendiendo a Castilla en su libertad,
sufriendo el destierro y la cautividad,
lo cual sobrepuja en bravura y gloria."


Sancho Fuerte Navarra Navas Tolosa Vicente Pascual
SANCHO EL FUERTE EN LA BATALLA DE LAS NAVAS DE TOLOSA, POR VICENTE PASCUAL

No es de extrañar que, en el siglo XVII, un secretario real de Felipe III dedicase unos versos a la importancia de los vascos en la fundación de Castilla y la aportación a la Reconquista:

"¡Oh Vizcaya cantabriana,
academia de guerreros,
origen de Caballeros,
donde toda España mana!"



El Poema de Alfonso XI, del siglo XIV, recoge los mismos sentimientos:

"E ricos ommes de gran guisa
de Castilla la real,
infanzones de Galicia
e cavaleiros de Portugal.
Lioneses, asturianos,
gallegos, portogaleses,
biscaynos e guipuzcoanos,
e de la montaña e alaveses.
Cada unos bien lidiauan
que siempre será fasaña,
e la mejoría dauan
al muy noble rrey de España."


López Haro Diego señor Vizcaya Navas Tolosa pintura
DIEGO II LÓPEZ DE HARO

Fernán Pérez de Guzmán, historiador y poeta castellano del siglo XIV, sobrino del canciller Pedro López de de Ayala y tío del marqués de Santillana, escribió sobre la descendencia de Sancho III el Mayor de Navarra los siguientes versos, bajo el título de Loores de los claros varones de España:

"De Navarra subcedieron
a Castilla los que oy son
nobles reyes de Aragón:
desta línea descendieron.
Los castellanos ovieron
a su fijo don Fernando;
al que, en Aragón reinando,
don Ramiro le dixieron.
Gran razón es que se lea
e relate por fazaña
que si en los reinos de España
el menor Navarra sea,
es de gran gloria que vea
quien de su generación
a Castilla et Aragón
las impere y las posea"


16/02/2017

Versiones de la Canción de Roldán


La obra literaria más antigua escrita en francés, entonces llamado lengua d'oil, es la Chanson de Roland (Canción de Roldán). Entre las versiones castellanas hay una del escritor Benjamín Jarnés, y otra en verso del humanista Luis Cortés Vázquez. Es un poema épico que narra la muerte del protagonista y sus compañeros, víctimas de una emboscada al pasar por Roncesvalles. Es una continua exaltación del sacrificio de la vida en aras de la fidelidad y el deber. Llega a la cumbre de la expresividad cuando Rodan hace resonar su cuerno para llamar en su ayuda a Carlomagno, de cuyo ejército formaba parte.

Incurre en el error histórico de atribuir el ataque a los sarracenos, cuando en la realidad fue obra de las gentes del país. Pero esa falta es explicable teniendo en cuenta que en el ciclo épico carolingio que inicia, el emperador aparece como un cruzado empeñado en liberar España de los musulmanes. Y también como el liberador e incluso creador del Camino de Santiago. Así lo relata el cantar:
"Recostado bajo un pino está el conde Roldán, vuelto hacia España su rostro. Muchas cosas le vienen a la memoria. Mas no quiere echarse a sí mismo en olvido; golpea su pecho e invoca la gracia de Dios. A Dios ha ofrecido su guante derecho: en su mano lo ha recibido, ha llegado a su fin. Dios le envía su ángel Querubín y San Miguel del Peligro, y con ellos está San Gabriel. Al paraíso se remontan llevado el alma del conde. Ha muerto Roldán; Dios ha recibido su alma en los cielos. El emperador llega a Roncesvalles. No hay ruta ni sendero, ni un palmo ni un pie de terreno libre donde no yazca un franco o un infiel."
BATALLA DE RONCESVALLES

Esta materia épica fue desarrollada en un extenso poema en latín, obra de un autor desconocido, la Historia de Carlomagno y de Roldán. Materialmente es una parte del Códice Calixtino. Su originalidad consiste en relacionarse con el Camino a los héroes de otros cantares de gesta franceses, entre ellos el mismo Rolando.

Escribió Bédier en su libro clásico sobre Las leyendas épicas las siguiente declaración:
"Una bella idea juntarlos en las Landas de Burdeos desde los cuatro ángulos del horizonte poético y encaminarlas hacia la tumba apostólica de Galicia, repartiendo sus reliquias por el camino, para que como peregrino ya triunfantes protegieran a la iglesia todavía militarnte."

El autor anónimo atribuye el poema al arzobispo Turpín, uno de los compañeros de Roldán, suponiendo que no murió en Roncesvalles, sino que estaba convaleciendo de sus heridas. La autoría verdadera se ha discutido mucho, desde el siglo XVI, y también la relación de este texto con los demás del Calixtino. Lo evidente es que surgió a consecuencia de la peregrinación y a su servicio. Una de las leyendas que incluye es que los fresnos que hay en las márgenes del Cea, cerca de Sahagún, eran las lanzas que retoñaban la víspera de la batalla, señalando a los que habían de morir.

BATALLA DE RONCESVALLES

La entrada en España es otro poema, muy extenso, de caso dieciséis mil versos, escrito en Padua en la primera mitad del siglo XIV, en una mezcla de francés e italiano. Relata cinco años de fantásticos combates del ejército carolingio en la península Ibérica.

Guy de Borgoña presenta a Carlomagno disfrazado de peregrino, para entrar de espía en una ciudad enemiga. Al final se le aparece un ángel, emprende de veras la peregrinación con sus caballeros, y en Santiago reza y hace su ofrenda.

Aseïs de Cartago se escribió el año 1200. Supone al protagonista coronado rey de España por Carlomagno. Acosado por los musulmanes, el emperador le reconquista el país. El autor conoce también el Camino que Bédier dijo que le parecía una guía. Por una ciudad, Luiserne, ya en Galicia, in villa Viridi, no es real. Carlomagno sólo pudo entrar en ella cuando el apóstol derribó milagrosamente sus murallas. Desde entonces quedó despoblada, convirtiéndose en un estanque de aguas muy oscuras con peces negros. Por eso se ha identificado con el lago de Carracedo, y la ciudad con la Valverde de Lucerna sumergida en el lago de Sanabria, que sólo pueden ver quienes a sus bordes estén en gracia la noche de San Juan. El poema recoge la tradición del conde don Julián, que abrió el estrecho de Gibraltar a los moros para invadir España, en venganza por la deshonra de su hija, la Cava, por el rey Rodrigo.

De la Canción de Agolant sólo ha perdurado un fragmento. Es de fines del siglo XII o principios del XIII. Se desarrolla antes de la batalla de Roncesvalles, y debió ser uno de los cantares que hacían de prólogo a la Chanson de Roland.

Hacia 1350, en el mismo idioma de La entrada de España, Nicolás de Verona escribió La toma de Pamplona. El argumento es mucho más extenso que el título, pues la ciudad navarra aparece sólo al principio. Nada más tomarla, Carlomagno se propone liberar todo el Camino, terminando con la conquista de Astorga, que estaba defendida por un rey pagano, Estourgant. Sahagún, Mansilla y León se rindieron al ver la benevolencia de Carlomagno con Carrión.

BATALLA DE RONCESVALLES

En España, el Poema de Fernán González supone que un conde lombardo peregrina a Santiago y facilita la fuga del héroe, a quien el rey de León tenía preso. Otra versión atribuye a la esposa del protagonista, que estando de visita cambió su ropa por la del marido. Un episodio de la leyenda del Cid, supuesto peregrino a Santiago con veinte caballeros, cuenta que un leproso le pidió limosna en un tremedal. Por la noche durmieron juntos. El Cid se despertó al sentir un soplo a sus espaldas, y no al leproso sino a san Lázaro y vestido de blanco.

No es de extrañar el abrumador predominio de la literatura francesa en este capítulo de la historia de Navarra, pues durante esta etapa, la épica española era muy pobre comparada con la del país vecino en pleno Renacimiento Carolingio. Aunque por su parsimonia imaginativa haya tratado de hacer la competencia a la historia, en detrimento de la realidad de ésta, si bien ello sólo ha sido posible con la complicidad de los historiadores.

09/01/2016

Poesía de la batalla de Beotibar

Hasta el siglo XIX hubo cuadros representando la batalla de Beotibar en la iglesia de Santa María en Tolosa. Varios cantares en euskara y algunos poemas castellanos tienen este suceso por tema.

En el Poema de Alfonso XI, de Rodrigo Yáñez, se describe la batalla con todo lujo de fantasías y exageraciones. Una de sus estrofas habla de la entrada de los navarros:
"En aquesto acordaron
Navarros e su companna,
con muy gran poder entraron
por tierras de la montanna".

Y el desenlace con la victoria:
"Aquesta los dexemo
que lepuscanos vençieron,
e los fechos declaremos
que después contesçieron".

El poeta Yáñez vivió en la primera mitad del siglo XIV y algunos le identifican con Rodrigo Yáyez de Logroño.

En el siglo XVI, el cronista Esteban de Garibay daba noticia de la batalla en su Compendio historial de las Crónicas, escrito en 1571, y la ilustra con dos baladas épicas, que, en teoría, habrían sido compuestas en fechas inmediatamente posteriores a los hechos narrados. El primero comienza en castellano:

De Amasa sale Gil López
de Oñaz y de Larrea
al encuentro de franceses
para lidiar en pelea.

El otro consiste en el inicio de una balada eusquérica:

"Mila urte ygarota
ura vere videan.
guipuzkoarroc sartu dira
Gaztelu-co echean,
nafarroquin batu dira
Beotibarre pelean..."

(Pasados mil años
el agua sigue su curso,
los guipuzcoanos han entrado
en la casa del castillo;
se han unido con los navarros
en la batalla de Beotibar...)

Para Michelena este canto habría sido compuesto en fecha mucho más reciente que la batalla. Una de las razones sería el vocablo gipuzkoar, inaceptable por razones de principio y en cambio muy usual en tiempos de Zaldibia, Garibay e Isasti.

A propósito de este segundo fragmento de Garibay, el erudito Gonzalo Argote de Molina en su Discurso sobre la poesía castellana, escrito en 1575, observó que se trataba de un romance de características similares a los castellanos. Su traducción literal sería:

Pasados mil años,
las aguas en su camino.
Los guipuzcoanos han entrado
en la casa del castillo.
Se han juntado con los navarros
en Beotibar en la pelea.

Los dos primeros versos constituyen la versión vasca de un refrán castellano muy conocido: "Al cabo de mil años, vuelven las aguas por su cubil". Pero lo interesante es la interpretación que ofreció Garibay de los versos tercero y cuarto. El cronista sostiene que estos significan que los guipuzcoanos han vuelto a ser castellano. Los navarros representaban al enemigo ancestral frente al que los antepasados de Garibay habían defendido su condición castellana. De fraternidad vascona no había ni el menor rastro.

LITOGRAFÍA DE LA BORDON DANTZA EN EL ALARDE DE BEOTIBAR


Claudio de Otaegui, guipuzcoano de Cegama del siglo XIX, fue organista y maestro de escuela en Fuenterrabía, además fue poeta. Escribió una sentida composición acerca de esta gesta medieval de sus paisanos llamada Beotibarco celhayac, cuyos primeros versos son:

¡Beoticarco celhayac, atzo ilun ta gaur alaiac!
¡Beotibarco arcaitzetan, etsaiac oñetan!
(Campos de Beotibar, ayer oscuros y hoy alegres!
¡En las peñas de Beotibar, los enemigos a nuestros pies!)

En todo el resto del poema se menciona dos veces más a los enemigos:

 ¿Nora zoaz, Oñaz jauna, etsaiarengana?
Elur maluta asco dira, ugariago etsaiac.
(¿Dónde vas, señor Oñaz, hacia el enemigo?
Los copos de nieve son muchos, más abundantes los enemigos.)


En pleno auge del Fuerismo del siglo XIX, Claudio de Otaegui decidió cambiar el nombre dado a los enemigos de los guipuzcoanos, ya que los navarros eran hermanos vascos, opuestos, como ellos, al centralismo del Estado liberal. Y recurrió al término genérico etsaiac, "los enemigos", que lo mismo podía referirse a los navarros que a cualquier otra población: un enemigo indeterminado.

El nacionalismo vasco ha tratado de manipular este hecho de armas entre guipuzcoanos y navarros. Un ejemplo muy significativo es el de Benito Lertxundi, uno de los impulsores del movimiento de la canción protesta en eusquera de los años 60 del siglo XX. El cantante guipuzcoano introdujo una modificación importante, allí donde Otaegui puso etsaiac, Lertxundi puso frantses jendea "la gente francesa", para que ahora el público sepa contra quiénes lucharon los guipuzcoanos en Beotibar: contra los franceses. La versión de Lertxundi es una verdad a medias porque el público nacionalista infiere que los franceses de los que habla la canción son el Estado francés que oprime a los vascos del norte del Pirineo, es decir, a los navarro-franceses. Es una interpretación incorrecta ya que, en la época de Garibay, franceses era una forma habitual de designar a los navarros en Guipúzcoa y en toda Castilla desde la entronización de la dinastía de Champaña en el Reino de Navarra, en 1234. 

12/04/2015

Versiones y leyendas de la Batalla de Roncesvalles


La batalla de Roncesvalles presenta diferentes versiones y leyendas sobre el desarrollo de los hechos, dependiendo de las fuentes que lo relaten.

Sólo se dispone de dos fuentes de información fidedignas: los Anales Reales de Carlomagno y Vita Karoli Magni de Eginhard; hay que añadir también el epitafio del senescal Eggihard, que permite conocer la fecha del combate.

Salvo que los agresores eran vascones o gascones y que el ejército franco sufrió una derrota de considerable resonancia, lo demás es incierto.

La versión más legendaria parte desde la oferta que Suleiman Ibinalarabi, valí de Barcelona y enemigo del emir de Córdoba le propone a Carlomagno. Roldán, sobrino de Carlomagno desconfía y propone que vaya un embajador llamado Ganelón. Este noble cree que Roldán le mandó allá porque desea su muerte, de manera que decide vengarse y conspirar con los sarracenos contra los francos y, al mismo tiempo, sugiere a Carlomagno que sea Roldán quien comande la retaguardia de las tropas.

Los sarracenos, advertidos por Ganelón, tendían una emboscada a la retaguardia del ejército franco encabezada por Roldán. Nada menos que cuatrocientos mil moros se lanzan sobre los francos en el paso de Roncesvalles. Tras la terrible refriega, Roldán encontraba la muerte.

Los sucesos que se narran en los poemas épicos de aquella época medieval quedaron deformados en perjuicio de la Historia y en beneficio de la Épica. Nunca hubo cuatrocientos mil sarracenos en el paso de Roncesvalles; ni eran tantos ni, probablemente, tampoco sarracenos.

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EMBOSCADA EN RONCESVALLES

La versión descrita por parte de la épica hispánica de la época ensalzó a Bernardo de Carpio como protagonista de aquella epopeya. La tradición española parte ahora desde el reino de Asturias. Alfonso II el Casto no consigue dejar descendencia a su trono. Un posible heredero es Bernardo del Carpio, sobrino del rey, pero ilegítimo, pues es hijo de los amores de Jimena, hermana del rey, con el conde Saldaña. Alfonso ha encerrado a los amantes; a Bernardo se lo queda bajo tutela. Pero Bernardo, que ignoraba tanto su condición de bastardía como su sangre real, se entera quién es su padre y decide librarle de su encierro.

En esa circunstancia, Alfonso pide ayuda a Carlomagno contra los moros y le promete a cambio una parte del reino. Varios nobles asturianos, temerosos de perder sus posesiones, se rebelan y pactan una alianza contra los carolingios. No están solos: las huestes de vascones y los moros de Zaragoza tampoco quieren que Carlomagno logre reinar territorios peninsulares. Al frente de la coalición se pone Bernardo del Carpio. Las tropas de los rebeldes sorprenden a los carolingios en Roncesvalles. Allí Bernardo derrota a Roldán, sobrino de Carlomagno, y a los Doce Pares de Francia. Bernardo se cobra la espada "Durandarte", el arma de Roldán, que a partir de entonces le acompañará en numerosas hazañas.

La epopeya de Bernardo nunca fue tenida por legendaria, sino más bien por histórica. Multitud de crónicas y anales la reproducen:

Alfonso X el Sabio lo relató como como un hecho real. Carlos I visitó la tumba de Bernardo de Aguilar de Campoo al llegar a España por primera vez, allí recibió la espada "Durandarte", sacada del sepulcro del héroe. Además, el héroe será omnipresente en la literatura española hasta el Siglo de Oro incluido.

Ahora bien, Alfonso X fechó la hazaña de Roncesvalles "andados veintisiete años del reinado del rey don Alfonso el Casto", es decir, en el año 808. Siendo posible que, como dice el canto francés, Carlomagno, ya con setenta años, tuviera la barba blanca.

Todas las investigaciones modernas coinciden en la absoluta veracidad del planteamiento que servía de punto de arranque al cantar francés, la Canción de Roldán. Era verdad que los moros de Zaragoza se rebelaron contra el califato de Córdoba. Y era verdad que pidieron ayuda a Carlomagno y que éste vio aquí una oportunidad para asentar la Marca Hispánica hasta el río Ebro.

La historia moderna así lo escribe:
"En verano del 778, el emperador Carlomagno, rey de los francos, se adelantó en tierras hispanas por el gobernador musulmán de Zaragoza, que se había rebelado contra el califa de Córdoba. El gobernador no cumplió su promesa y Carlomagno tuvo que volver. Al regresar por el Pirineo navarro, las tropas carolongias sufrieron una emboscada en el paso de Roncesvalles. Los atacantes, tal vez vascones, tal vez una coalición de vascones y musulmanes, aniquilaron a la retaguardia de Carlomagno, matando a Roldán, duque de la marca de Bretaña, y a los Doce Pares de Francia."
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VASCONES CONTRA FRANCOS

Pero las investigaciones, debates y resultados más recientes de la Historia moderna consiguen tomar unas cuantas precisiones:

Para empezar, que no hubo una sola batalla, sino que hubo dos. La primera, en agosto de 778, tuvo lugar en Valcarlos, y corresponde a la secuencia descrita por la Historia moderna, pero con una matización: primero fueron las tropas musulmanas las que propinan una mazazo inicial a los francos en retirada en los valles del Ebro y, posteriormente, fueron rematados por los vascones en los Pirineos como venganza del ataque a Pamplona.

El segundo enfrentamiento, en junio de 808, tuvo lugar más concretamente en Roncesvalles, y es la que perduró en la tradición española. Esta describe que una alianza de nobles asturianos y aliados musulmanes del norte de la península, con Bernardo del Carpio, derrotó a las tropas que Carlomagno enviaba a Alfonso II el Casto.

Por último, la más reciente versión de los historiadores nacionalistas vascos incide en el protagonismo de los vascones, a los que atribuyen totalmente la victoria, lo que sólo es cierto en parte.

Al calor de Roncesvalles aparecía en tierras españolas otro cantar con su propio héroe, Bernardo del Carpio, a quien se atribuye la victoria sobre Roldán. Este Cantar de Bernardo del Carpio se ha perdido, pero está documentado en numerosas referencias escritas y porque el protagonista pasó a multitud de romances. Y no es sólo literatura, pues todas las crónicas y anales cuentan la misma historia. Ahora bien, la tradición española presenta un contexto completamente distinto al de la tradición francesa.

Alfonso X el Sabio lo explicaba así:
"Andados veintisiete años del rey don Alfonso el Casto, pues que vio que era viejo y de muchos días, envió recado a Carlos, emperador de los romanos y de los alemanes y rey de los francos, y le explicó que no tenía hijos, y que si Carlos quisiese venir a ayudarle contra los moros, para él sería en herencia el reino."