Almirante general de la Real Armada del mar Océano en 1683 y secretario del Consejo de Guerra, que tomó parte del asedio a La Rochelle de 1652, del sitio de Orán de 1675 y de 1688, y del combate de Estrómboli de 1676
![]() |
MATEO DE LAYA Y CABEX |
Mateo de Laya y Cabex era natural de Güeñes, Vizcaya, donde nació en 1630. Su padre fue Bartolomé de Laya, también vizcaíno de Güeñes nacido en 1580, que perteneció a la armada del general Antonio de Oquendo, y murió en 1639 en la batalla que dicha armada sostuvo en el combate de Las Dunas contra la escuadra holandesa.
En 1642, siendo joven, Mateo de Laya ingresó en la Real Armada española como paje del galeón Santísima Trinidad. Su bautismo de fuego lo hizo como grumete de la capitana real Nuestra Señora de la Asunción y Santiago, en el combate del cabo de Gata de 1643. Intervino así en las acciones de las postrimerías de la Guerra de los Treinta Años, especialmente contra las flotas francesa y holandesa.
Durante algún tiempo estuvo a las órdenes de Miguel de Oquendo y Molina en el golfo de Vizcaya. Durante la Guerra franco-española de 1635-1659, mantuvo varios enfrentamientos navales que la Armada española sostuvo contra la francesa. En una ocasión llegó a ser prisionero de estos cuando combatía a las tropas de Turena y de Condé, situadas sobre Burdeos.
Liberado poco después, tomó parte del asedio a La Rochelle, en 1652. Su comportamiento le valió el ascenso a teniente y, al mismo tiempo, se le entregó el mando de una fragata con la que hizo frente a varios barcos enemigos.
En 1655, obtuvo patente de corso concedida por el Consejo de Guerra del rey entrante Felipe IV, a fin de hostigar a la Escuadra francesa y sus cargamentos comerciales, al menos hasta la Paz de los Pirineos de 1659. Su actividad como corsario a lo largo de aquel período le llevaría al mando de varias naves integradas en la Escuadra del Cantábrico, apresando dos fragatas de guerra, una francesa, con 20 piezas de artillería y 150 hombres, y la otra turca, con 22 piezas de artillería y 380 hombres. La fragata francesa era igualmente corsaria y su capitán pertenecía a la Orden de San Juan. En el caso de la nave turca requisada en 1662, Mateo de Laya la entregó en Cádiz al gobernador de Galeras, Melchor de la Cueva, duque de Alburquerque.
![]() |
NAO NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO Y MATEO DE LAYA Y CABEX |
Nuevamente fue requerido para ponerse al mando de uno de los pataches de la Real Armada de la Guarda que vigilaba los galeones mercantes de la Carrera de Indias.
En el 1669, se construyó su propia fragata con la que emprendió negocios particulares al mismo tiempo que conducía los despachos reales a los virreinatos españoles de América. Al encontrarse la Armada española escasa de barcos, el gobierno se la embargó y, a cambio, le nombró capitán de marina y guerra.
Durante la década de 1670, fue designado a la lucha contra argelinos y turcos, estando al frente de la nao Nuestra Señora del Rosario con la que intervino en el socorro de la plaza de Orán de 1675. Ante el grave hostigamiento de varias fragatas enemigas, prendió fuego a su nave para evitar que fuese capturada, lanzándose al mar en una tabla con el estandarte del buque y cinco marineros más.
De allí pasó a Barcelona, a las acciones del Mediterráneo central, uniéndose a la escuadra del almirante holandés Ruyter. Se destacó en el combate de Estrómboli de 1676, luchando contra la escuadra francesa sin que sufriera duros percances.
En el 1677, el general marqués de Peñafiel le concedió el mando del galeón San Bernardo, prestando sus servicios en el golfo de Mesina.
Por méritos propios en aquellas campañas, en 1683, fue designado caballero del hábito de Santiago y nombrado almirante general de la Real Armada del mar Océano.
![]() |
COMBATE DE ORÁN DE 1675 |
Con esta nueva responsabilidad de asume tal elevado cargo, intervino en gran número de operaciones de mar como la de proteger de la piratería los barcos mercantes de la Carrera de las Indias Occidentales.
Volvió a demostrar sus dotes de guerrero en el asedio de Orán de 1688, desembarcando gran cantidad de artillería y pólvora, con cuyos refuerzos los caudillos moros y turcos tuvieron que levantar el asedio.
En 1692, era encumbrado como miembro del Real Consejo Supremo de Guerra y Junta de Armadas de la Corte de Carlos II. Desde esta institución intentó hasta el final de su vida renovar el poder de las escuadras hispanas, dirigiendo varias expediciones con gran acierto. Una de ellas fue de auxilio al sitio de Orán de 1693, muriendo ese mismo año en Cádiz.
Había conseguido la cruz y el hábito militar como caballero de la Orden de Santiago. Fue padre del almirante guipuzcoano Mateo de Laya y Aramburu, que falleció en 1703, también caballero de Santiago, habiendo por tanto sido contemporáneos, lo que hace difícil clasificar varios servicios entre padre e hijo.
![]() |
MATEO DE LAYA Y CABEX |
No hay comentarios:
Publicar un comentario