MONUMENTO A ÍÑIGO LÓPEZ DE LOYOLA
El Monumento a San Ignacio de Loyola en Pamplona es un conjunto escultórico tallado en bronce y piedra por el artista catalán Joan Flotats. Fue instalada en los primeros años del siglo XX en la avenida de San Ignacio, a poca distancia del Palacio de la Diputación, en un lugar muy próximo en el que cayó herido de gravedad durante la defensa del castillo de Pamplona. Justo al lado se construyó la iglesia de San Ignacio.
Esta pieza se
emplazó a la entrada de la casa natal de San Ignacio en el Santuario de Loyola,
en Azpeitia. En 1950, el escultor Áureo Rebolé realizó una
copia en argamasa y piedra artificial del bronce original, sustituyendo a la
anterior, que a su vez fue sustituida en 2005 por un grupo en bronce, que sigue
fielmente el modelo original de Joan Flotats.
MONUMENTO EN ARGAMASA Y PIEDRA
El conjunto escultórico simboliza el momento y el lugar en el que el noble Íñigo López de Loyola cayó
herido en la defensa del castillo de Santiago durante la Guerra de Navarra. Está compuesto por cinco figuras: centra la composición el joven guerrero,
tendido en una camilla, con su pierna herida por el impacto de una bala de
cañón que descansa sobre un cojín; dos camilleros se disponen
a depositar la camilla en el suelo, en tanto que un tercer soldado se inclina sobre el noble vascongado para
interesarse por su estado físico. Además, aparece un perro lamiendo la mano de Íñigo. Se trata de una obra escultórica realista muy expresiva, típica de las creaciones religiosas.
Esta
escultura en bronce se apoya en base octogonal de piedra que contiene los escudos de
Pamplona y de Navarra, y con una inscripción:
SAN
IGNACIO DE LOYOLA
Poco después del intento frustrado de recuperación del trono por Juan de Albret en octubre de 1512, Fernando el Católico en el año 1513 ordenó comenzar la modernización de las fortificaciones de la ciudad, construyendo el Nuevo Castillo de Santiago, adelantado hacia el sur, donde hoy se encuentra el antiguo Archivo General de Navarra.
El monumento está situado en el punto de la antigua muralla del viejo castillo de Pamplona en el que cayó herido un joven capitán guipuzcoano del ejército imperial llamado Iñigo López de Loyola. Estaba al servicio del duque de Nájera, integrado en el Ejército de Castilla en el que estaban incluidas guarniciones de vascos y navarros beamonteses. Luchaba frente a las tropas francesas enviadas en 1521 contra España por el rey francés Francisco I, al mando del general André de Foix, señor de Asparros, que más tarde serían derrotadas primero en el sitio de Logroño y más tarde en la batalla de Noain.
El ataque trataba de aprovechar la debilidad interna de Castilla a causa del levantamiento de los comuneros, y contaba con el apoyo de Enrique II de Navarra. Fue su tercer intento de recuperación del trono.
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