Misionero en Japón, uno de los llamados 26 mártires de Nagasaki, que ha pasado a la historia por ser el primer cristiano en tratar de evangelizar aquella isla.
SAN MARTÍN DE LA ASCENSIÓN EN NAGASAKI |
Martín de Loinaz y Amunabarro nació en 1567, en Vergara, según los guipuzcoanos, o en Beasáin, según los navarros. Por tanto, es conocido por Martín de Aguirre por bergareses y Martín de Loianaz por beasaindarras.
Estudió filosofía y teología en la Universidad de Alcalá. Fue admitido en la Orden de los Hermanos Menores, en 1585, en el convento de San Bernardino de Madrid.
Estudió filosofía y teología en la Universidad de Alcalá. Fue admitido en la Orden de los Hermanos Menores, en 1585, en el convento de San Bernardino de Madrid.
Ordenado
sacerdote, solicitó ir a misiones, y, del convento del Santo Ángel de Alcalá,
fue enviado a México (1590), donde se le encomendó enseñar filosofía y teología
en el convento de Churubusco; luego fue trasladado a Filipinas, y enseñó en
Luzón.
En
1595, fray Martín, junto con su alumno Francisco Blanco, fue enviado a las misiones del Japón, donde
desempeñó, gran actividad apostólica y asistencial en Meaco, luego en Osaka,
donde fue guardián. A fines del mismo año se desató la persecución y Martín fue
arrestado con 3 terciarios franciscanos: Joaquín Saccakibara, Tomás y Antonio
Kosaki, respectivamente de 15 y de 13 años.
SAN MARTÍN DE LA ASCENSIÓN EN NAGASAKI |
Con los jesuitas Santiago Kisai, Pablo Miki y Juan Soan de Goto fueron llevados a Meaco, donde ya estaban presos otros cristianos. Les cortaron la oreja izquierda y luego fueron expuestos a las burlas de las gentes de las ciudades y pueblos por donde pasaban en camino a Nagasaki. Allí fueron crucificados con otros 25 compañeros.
El 5 de febrero de 1597, en Nagasaki, murieron crucificados 6 religiosos hermanos menores y 17 terciarios franciscanos. Era el final de un largo calvario recorrido por ciudades y regiones entre suplicios de diverso género y recepciones triunfales por parte de cristianos y paganos. A pesar de la dureza de la persecución contra la Iglesia, desencadenada por instigación de los bonzos, no se cerró la época de la asombrosa difusión del Cristianismo en el Japón.
MONUMENTO A LOS 26 MÁRTIRES EN NAGASAKI |
Mártir del Japón, sacerdote de la Primera Orden y Canonizado por Pío IX el 8 junio 1862.
San Martín de la Ascensión, de Guipúzcoa, treinta años. Dicen que su pureza era muy grande, tal vez por eso cantaba tanto. A pie se fue hasta Sevilla cuando recibió la orden de partir para Filipinas, y en el viejo convento de la plaza de San Francisco se repartía con un compañero las horas de la noche para llenarlas de oración. Su apostolado en Japón, en Osaka, fue breve, su muerte espléndida.
P. Diego Yuki, SJ., Director del Museo de los 26 mártires La Colina de los Mártires Nagasaki
SAN MARTÍN DE LA ASCENSIÓN |
Martín de la Ascensión ha pasado a la historia por ser el primer cristiano en tratar de evangelizar tierras de Japón.
Desde su beatificación en 1627, Vergara y Beasain lo consideraron vecino suyo, manteniendo largos y costosos pleitos, publicando mucha literatura historiográfica y elevando por separado capillas y basílicas en abierta competencia. Diferencias que ni siquiera el Vaticano se atrevió a zanjar en el momento de su canonización, pues en acto diplomático la bula de 1862 le tituló "San Martín de la Ascensión, hijo de Guipúzcoa".
Aún en la actualidad, las dos poblaciones celebran fiestas en su memoria a San Martín de Aguirre, el 16 de septiembre, día de su beatificación, en Vergara; y a San Martín de Loinaz, el 5 de febrero, día de su martirio, en Beasain.
Aún en la actualidad, las dos poblaciones celebran fiestas en su memoria a San Martín de Aguirre, el 16 de septiembre, día de su beatificación, en Vergara; y a San Martín de Loinaz, el 5 de febrero, día de su martirio, en Beasain.
ESCUDO MUNICIPAL DE VERGARA |
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