18/06/2023

Camino vasco del Interior


Los peregrinos procedentes de Europa que, partiendo de la desembocadura del río Bidasoa en Irún se adentraban hacia el interior de Guipúzcoa, sabían que se trataba de un importante eje de comunicación del norte peninsular ya desde la época romana. No era muy rápida, pues topaba algún accidente geográfico, pero era segura y concurrida.

Hoy, el Camino del Interior que atraviesa Guipúzcoa-Gipuzkoa y Álava-Araba es un buen espejo del País Vasco, un itinerario de contrastes para conocer en seis jornadas un país heterogéneo y muy variado. Paisajes costeros, bosques húmedos, huertas fértiles, extensiones de secano, llanadas interminables, localidades industriales, paisajes rurales, zonas vascófonas y comarcas en las que el uso del euskera desapareció hace siglos. Una enorme diversidad geográfica, histórica, socio-económica y cultural en apenas 200 kilómetros.


TOLOSA

Restos de una antigua calzada romana y vestigios de ancestrales caminos de pastoreo tenía una importancia capital mucho antes de que la cristiandad europea peregrinara a Santiago. Cuando en el siglo XIII Guipúzcoa se incorporó a Castilla, Alfonso X el Sabio fundó a lo largo de este camino villas fortificadas que le permitían mantener una importante ruta comercial.

Pero ni los más ambicioso planes de ingeniería de caminos podrían evitar a los peregrinos el esfuerzo de trepar hasta el túnel de San Adrián, tramo corto pero tortuoso y última prueba antes de llegar la Llanada alavesa. Manier consideró en su Voyage a St. Jacques de Compostelle de 1730 que San Adrián era "una de las montañas más altas del mundo", pero que este paso excavado en la roca impresionaba a los viajeros.

Esta ruta sigue siendo un interesante camino verde y dorado, como los valles guipuzcoanos y las llanuras alavesas, que constituyen un eje común de diversidad.


VITORIA

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