14/06/2022

Alonso de Ercilla y el poema épico La Araucana


Alonso de Ercilla fue poeta y soldado, famoso por escribir el poema épico La Araucana

ALONSO DE ERCILLA

Alonso de Ercilla y Zúñiga nació en Madrid, en 1533, pero pertenecía a una familia de origen vizcaíno natural de Bermeo. Su padre, fue Fortún García de Ercilla, miembro del Consejo de Órdenes y miembro del Consejo Real, y de Leonor de Zúñiga, dama de la emperatriz Isabel de Portugal.

Ercilla nunca perdió sus orígenes aristocráticos y vizcaínos, a los cuales recordó con orgullo en uno de sus poemas.

"Mira Poniente, a España y la aspereza
de la antigua Vizcaya, de do es cierto
que procede y se extiende la nobleza
por todo lo que vemos descubierto;
mira a Bermeo cercado de maleza,
cabeza de Vizcaya, y sobre el puerto
los anchos muros del solar de Ercilla,
solar antes fundado que la villa."

Su alto linaje nobiliario le sirvió para que, desde muy joven, estuviese junto a su madre y sus hermanas en la Corte del emperador Carlos V. Allí estuvo trabajado como paje del príncipe Felipe, adquiriendo una educación renacentista y aprendiendo varios idiomas. Acompañó al futuro rey de España en sus viajes por Italia, Alemania, Inglaterra y otros países europeos.

En 1555, estando en Londres, en los desposorios del príncipe Felipe con María de Tudor, se recibieron noticias de graves desórdenes en el Virreinato del Perú y la Gobernación de Chile. Decidió pasar a América y enrolarse en la armada que partió a Perú, para doblegar una insurrección de los indios araucanos (mapuches). Al mando de la expedición estaba el recién nombrado gobernador y capitán general de Chile, García Hurtado de Mendoza.

ALONSO DE ERCILLA Y GUERREROS ARAUCANOS

En la Gobernación de Chile estuvo diecisiete meses, entre 1557 y 1559, tomando parte de varios enfrentamientos contra los araucanos. Estos indios estaba liderados por el cacique Caupolicán, que había derrotado a Pedro de Valdivia y tomado varias fundaciones españolas en aquel territorio.

En este tiempo escribió una obra literaria por la que pasó a la historia, La Araucana. Se trata de un poema épico de exaltación militar compuesta en octavas reales y dividida en 37 cantos, donde narraba los hechos más significativos de la expedición de la conquista de Chile, como las batallas en las que participó: Lagunillas, Quiapo y Millarapue, o la derrota de los caciques Caupolicán, y Lautaro, protagonistas del poema. Para su escritura aprovechó materiales como cueros, trozos de cartas y cortezas de árboles.

De su participación en aquella cruenta contienda, dejó escrito un inmortal testimonio en sus épicos versos:

"La rabia della muerte y fin presente
crió en los nuestros fuerza tan extraña,
que con deshonra y daño de la gente
pierden los araucanos la campaña.
Al fin dan las espaldas, claramente
suenan voces: ¡Victoria! ¡España! ¡España!"

En 1558, el virrey Mendoza fundó la ciudad de Osorno. Durante las celebraciones de su fundación, Ercilla fue detenido y enjuiciado a la pena de muerte por el virrey debido a un conflictivo incidente con otro compañero de expedición y rival suyo, Juan de Pineda. Por la intervención de personas influyentes no se ejecutó la pena, pero aún permaneció en prisión unos meses hasta que fue desterrado. Ercilla narró este controvertido asunto en su épico poema:

"Ni digo cómo al fin por accidente
de mozo capitán acelerado
a plaza fui sacado injustamente
a ser públicamente degollado;
ni la larga prisión impertinente
do estuve tan sin culpa molestado
ni mil otras miserias de otras suerte,
de comportar más grave que la muerte."

ALONSO DE ERCILLA Y LA GOBERNACIÓN DE CHILE

Pero más que como político y guerrero, Ercilla pasó a la historia como autor de uno de los poemas épicos más grandes de la lengua española. Miguel de Cervantes llegó a escribir que La Araucana era considerada como una de las mejores obras épicas en verso castellano que haya producido España y fue salvada de la quema de libros de la biblioteca del Quijote en aquel capítulo.

El gran historiador, filósofo y crítico literario Marcelino Menéndez Pelayo escribió que:
"No hay literatura en el mundo que tenga tan noble principio como la de Chile, la cual empieza nada menos que con La Araucana, obra de ingenio español, ciertamente, pero tan ligada con el suelo que su autor pisó como conquistador, y con las gentes que allí venció, admiró y compadeció a un tiempo, que sería grave omisión dejar de saludar de paso la grave figura de Ercilla."

También formó parte de la expedición que partió desde Panamá para arrestar a Lope de Aguirre por su sublevación ante el rey Felipe II y muerte del adelantado Pedro de Ursúa.

Pero, en 1563, estuvo de regreso a España. Fue nombrado caballero de la Orden de Santiago, miembro de la Corte, y estuvo cumpliendo varias misiones diplomáticas en Cortes europeas.

En 1569, publicó la primera parte de su gran obra literaria La Araucana, dedicada a su rey Felipe II.

En 1570, casó con María de Bazán, mujer muy acaudalada, con una dote matrimonial de más de ocho millones de maravedíes. Instalado en Madrid, nueva sede real de la Monarquía española, terminó de imprimir las partes segunda y tercera de su obra, en 1578 y 1589.

En 1594, falleció en Madrid, a los 61 años de edad, pero su sepulcro se ubica en el convento de San José de Ocaña, Toledo.

LA ARAUCANA DE ALONSO DE ERCILLA

Además de la conquista de Chile, escribió poemas épicos sobre otras glorias del Imperio español de su tiempo. Sobre la batalla de Lepanto, en la que participó "la flor de juventud y gallardía de la nación de España", escribió versos de fuerza e inspiración extraordinarias. Las primeras palabras que ponía en la voz del general Juan de Austria al avanzar sobre la armada turca fueron las siguientes:

"Oh valerosa compañía
muralla de la Iglesia inexpugnable,
llegada es la ocasión, éste es el día
que dejáis vuestro nombre memorable!
¡Calad armadas y remos a porfía,
y la invencible fuerza y fe inviolable
mostrad contra estos pérfidos paganos
que vienen a morir en nuestras manos!
Que quien volver de aquí vivo desea
al patrio nido y casa conocida,
por medio desa armada gente crea
que ha de abrir con la espada la salida;
así cada cual mire que pelea
por su Dios, por su Rey y por la vida,
que no puede salvarla de otra suerte
si no es trayendo al enemigo a muerte."

El enfrentamiento clave de la batalla ocurrió, como era costumbre en aquella época, entre las naves capitanas de ambas escuadras. Así describió Ercilla el abordaje a la nave capitana otomana por parte de la comandada por Juan de Austria y su almirante Requesens:

"Mas la real cristiana, aventajada
por el grande valor de su caudillo,
a puros brazos y a rigor de espada
abre recio en la turca un gran portillo
por do un grueso tropel de gente armada,
sin poder los contrarios resistillo,
entra con un rumor y furia extraña,
gritando: ¡Cierra! ¡Cierra! ¡España! ¡España!"

LA ARAUCANA DE ALONSO DE ERCILLA

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