02/05/2019

Vascos en la repoblación de las regiones mediterráneas de España


Las fuentes documentales que permiten conocer el proceso repoblador de norte a sur peninsular son numerosas, sobre todo, a partir de la batalla de las Navas de Tolosa, durante los siglos XIII y XIV:

1. Libros de repartimiento: consignaban los repartos de bienes inmuebles (tierras, edificios) que se efectuaban entre los conquistadores o repobladores.

2. Nóminas de pobladores: recogen los nombres de los repobladores.

3. Cartas pueblas: establecen los fueros y libertades de los pobladores, y reparto de tierras entre los mismos.

En las zonas de Valencia y Murcia, por ejemplo, gracias a los Libros de Repartimiento se conocen los lugares de procedencia de los pobladores así como los que iban a ocupar. La aportación repobladora navarra en el levante se extendió por decenas de localidades, aunque estas no tengan una toponimia propiamente vascófona.

En Valencia: Albaida, Albalat, Albalat deis Sorells, Alcudia, Alfafar, Bairen, Barchell, Beniamen, Benioral, Bocairente, Bixquert, Campanar, Carcagente, Castellón de Albufera, Chinqueir, Cocentaina, Coscollar, Gandía, Garuvel, Gatova, Godella, Godelleta, Gorga, Játiva, Liria, Lullen, Marchelenes, Marines, Masamagrell, Muro, Onteniente, Patraix, Polop, Roteros, Rizafa, Segorbe, Turch y Valencia.

En Murcia: Alguazar, Alquerías, Cotillas y Tiñosa

Los pobladores norteños desempeñaron asimismo el papel esencial en la repoblación de las lejanas tierras andaluzas, las últimas en ser conquistadas. Durante el siglo XIV, paralelamente también se fundaron y poblaron, villas en territorio vascongado como Elgueta, Monreal, Eibar, Villanueva de Marquina o Zumaya, a la vez que Diego López de Haro fundaba Bilbao otorgando a los nuevos moradores el Fuero de Logroño.

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EXTENSIÓN DEL FUERO DE LOGROÑO

En la Edad Media y casi hasta el siglo XIX, se denominaba "vizcaíno" a todo el que procedía de las provincias orientales del golfo de Vizcaya. Así, Juan de la Cosa, de Santoña, era conocido como "el vizcaíno". Por extensión, se aplicó este nombre a todos los de origen vasco.

Ya en tiempos de Alfonso X el Sabio, participaron vizcaínos en la repoblación de Cádiz. El mayor porcentaje de pobladores aportaron a Sevilla y otras importantes localidades andaluzas: la cornisa cantábrica y la zona central castellana principalmente los burgaleses, los montañeses y los vizcaínos.

Los pobladores de Jerez de la Frontera fueron en su mayor parte castellanos leoneses, participando asimismo numerosos contingentes de aragoneses, catalanes y navarros. Al igual que Córdoba, Sevilla se vio vaciada de sus habitantes musulmanes que prefirieron optar por no vivir bajo el gobierno de un rey cristiano y fueron repobladas por gentes venidas del norte.

El descubrimiento de América dio nuevo auge a la ciudad de Cádiz, acudiendo muchos vascos a establecerse en ella, como comerciantes o navegantes. Prueba de su presencia e influencia en la ciudad es el hecho de que en 1500 los Reyes Católicos confirman los privilegios y dan carta de Real Cédula a las Ordenanzas del Colegio de Pilotos Vizcaínos de Cádiz, considerado hoy como el primer precedente de la Facultad de Ciencias Náuticas de la Universidad de Cádiz.

En el siglo XVI, los vizcaínos de Cádiz colaboraron en la formación de una escuadra para ayudar a defender la ciudad.

A principios del siglo XVII, un grupo de cargadores de Indias, de mayoría guipuzcoana, fundó la Venerable, Inmemorial y Pontificia Cofradía del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia y María Santísima de la Amargura, en el convento de los agustinos, acogiendo en su seno a los vizcaínos residentes en Cádiz.

En 1647, el vasco Sancho de Urdanibia edificó la Iglesia de San Agustín, que casi se puede considerar el templo de la región vasca en Cádiz, aunque, en la misma época, los pilotos vizcaínos mantenían su capilla propia en la Catedral Vieja.

La repoblación fue una ingente tarea que abarcó varios siglos y en la que se involucraron todos los territorios de España sin que la fragmentación regnícola la afectase. Por razones obvias cada reino se ocupó principalmente de poblar sus espacios naturales de expansión (Castilla el centro y sur peninsular, Navarra y Aragón el valle del Ebro, Cataluña el Mediterráneo), pero también participaron indistintamente en toda aquella nueva tierra que necesitase aportación de hombres. Los navarros se extendieron por toda la península, y los vascos por gran parte de ella.

Ciertamente, si alguien pudiera trazar con seguridad su genealogía hasta algún antepasado cordobés o sevillano de la segunda mitad del siglo XIII, se encontraría con seguridad con un castellano, un leonés o incluso un vizcaíno pero no con un andalusí.

España y los españoles fueron la culminación de la evolución que ha conducido a los prehistóricos pueblos a través de los siglos a formar la sociedad que hoy formamos, sociedad notablemente homogénea si la comparamos con otras europeas.

DISTRIBUCIÓN POBLACIONAL DE LOS REINOS HISPÁNICOS EN LA BAJA EDAD MEDIA

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