Hijo del rey Ramiro I de Aragón y de Ermesinda de Foix, y nieto de Sancho III el Mayor de Pamplona, fue el primer rey de Aragón y de Pamplona. Además tuvo otros cuatro hermanos, Sancha, García, Teresa y Urraca. Sancho V Ramírez nació en 1048, y fue adquiriendo su educación en cualquiera de las sedes regias: Bailo, Atorito y Jaca. Uno de los preceptores del rey fue el conde Sancho Galíndez.
El rey de Navarra, Sancho IV Garcés el de Peñalén, primo de Sancho Ramírez, fue asesinado en 1076, arrojado en una partida de caza desde una elevada roca. Los navarros, no queriendo ser gobernados por su hermano Ramón, a quien se consideró el fratricida, eligieron por su rey a Sancho Ramírez, quien incorporó el Reino de Pamplona al de Aragón.
SANCHO V RAMÍREZ DE ARAGÓN Y PAMPLONA |
Los matrimonios que Sancho Ramírez tuvo durante su vida fueron establecidos en el marco de las alanzas entre linajes y casas reinantes de la época con dinastías de territorios colindantes, algo característico de las monarquías en la España cristiana medieval. Obtuvo matrimonio con Isabel de Urgel, de la que nacería el futuro rey Pedro I, en base a una doble alianza establecida entre su padre Ramiro y el conde de Urgel Ermengol III. Éste, una vez viudo se casó con Sancha, hermana del futuro rey, y éste contrajo matrimonio con una hija del conde de Urgel y de su primera mujer Clemencia, Isabel de Urgel. Los matrimonios se celebraron en torno al año 1062.
El matrimonio del futuro rey Sancho duró siete años, hasta 1069, mientras que el de Ermengol con Sancha duró tres, hasta la muerte del conde en la defensa de Barbastro en 1065. Esta política sirvió para frenar las ambiciones expansionistas del conde de Barcelona Ramón Berenguer I, quien siempre acosaba las tierras aragoneses bañadas por el río Cinca.
ACENDENCIA Y DESCENDENCIA DE SANCHO V RAMÍREZ |
Aunque Sancho Ramírez no tomó parte directamente, en 1064, organizó la expedición al asalto de Barbastro a los musulmanes. Esta plaza fue recuperada gracias a que consiguió que el papa Alejandro II oficializara este proyecto militar en una cruzada, la primera conocida, y promulgara una indulgencia un año antes, en 1063, para los cristianos combatientes. A la empresa acudieron caballeros de diversas nacionalidades europeas (Francia, Normandía, Aquitania y Borgoña) con máquinas de guerra. Sus estrategias y técnicas militares se pusieron al servicio del asedio de aquella ciudad fortificada en el Somontano. Comandaron los ejércitos el duque de Aquitania, Guillermo, y el normando Montreuil. Si el Reino de Aragón y Pamplona a penas tuvo relevancia en la toma de la ciudad fue debido al agotamiento militar sufrido por la campaña de Graus del año anterior, en 1063, donde murió el rey Ramiro.
La plaza fue gobernada durante diez meses por Ermengol III, hasta que Al-Muqtadir, rey de la taifa de Zaragoza, reaccionó solicitando la yihad de todo al-Ándalus, y volvió a recuperar la capital del distrito noreste de la taifa de Zaragoza y llave de la rica vega del Cinca, además de sede de un importante mercado. El conde de Urgel murió en el campo de batalla el 17 de abril de 1065.
UNIÓN DE REINOS ARAGÓN Y PAMPLONA |
Sancho Ramírez supo entonces que una relación de vasallaje con el Papado presentaba grandes ventajas por su capacidad de convocatoria unánime de príncipes y señores cristianos europeos y españoles para la Reconquista. Esta relación debía consistir en el pago de un censo y una tutela lejana de carácter espiritual más que territorial.
Antes de 1067, conquistó Alquézar, cuyo término incluía las villas de Buera, Colungo y Adahuesca.
Al año siguiente, en 1068 viajó a Roma para consolidar el joven Reino de Aragón, renovando su vasallaje al papa Alejandro II. Pretendía hacerse soldado de San Pedro mediante vínculo feudo-vasallático con el papa. Este vínculo estuvo documentado incluso en la cuantía del tributo de 500 mancusos (monedas de oro) al año, que el Reino de Aragón debía pagar al Estado pontificio. El censo al Papado, sin embargo, no empezó a pagarlo hasta 1087. Posiblemente fue para este tributo que se emitió una acuñación de mancusos, ya que se han conservado ejemplares en Siria y en Turquía, pero no en Aragón, donde no debió de ser moneda circulante.
Trazaba así las dos directrices de su reinado: el pontificado y la cristiandad europea, las dos fuerzas más beneficiosas para su reino en la lucha frente al islam. Trataba de que Aragón ganarse la influencia del papa en detrimento de Navarra o Castilla. Porque aunque estos tres reinos cristianos hispánicos luchaban conjuntamente contra el islam, había que decidir después cual se quedaba con la plaza y cual cobraba las parias al reino de taifa sometido. Consumaba así una estrategia de gran talento.
MANCUSOS |
A partir de 1071, y como resultado de estas relaciones con el Papado y de la visita del cardenal Hugo Cándino entre 1065 y 1067, se introduciría paulatinamente el rito romano en diversos monasterios aragoneses bajo su jurisdicción en sustitución del rito toledano o mozárabe, que se mantuvo en el resto de reinos hispánicos. Aquel legado francés fracasó cuando los obispos navarros, castellanos y leoneses presentaron una serie de códices escogidos entre los monasterios de Albelda e Irache cuya tradición mantenía la ortodoxia de época visigótica. Sin embargo, Sancho Ramírez dispuso qué monasterios y rentas episcopales pasaban al control del Papa, al modo de la Reforma cluniacense.
La sustitución del tradicional rito hispano-visigótico en la Iglesia aragonesa por el rito romano implicó no sólo cambios de libros y calendarios litúrgicos, sino sobre todo cambios en las autoridades eclesiásticas. Para ello se contó con la llegada de algunos eminentes clérigos franceses que progresivamente fueron ocupando los cargos jerárquicos más relevantes de la Iglesia aragonesa.
En 1071, Sancho Ramírez se casaba en segundas nupcias con Felicia de Roucy, la cual fue dotada con las tierras de Ribagorza y la posesión de villas en Biel, Bailo, Astrorito y Sos. Entroncaba así con una de las estirpes mejores relacionadas del norte de Europa.
JURAMENTO DE PEDRO I Y ALFONSO I Y ESCUDO REAL |
Transcurriendo el tiempo, Navarra y Castilla fueron abandonando el rito toledano y adoptando el rito romano. Al principio, Pamplona se resistió, pero cuando murió el obispo Blasco y Sancho Ramírez puso a su hermano el infante García a regir la diócesis pamplonesa, en 1078, Navarra entró en la órbita de Aragón. Castilla tardaría más de una década debido a la conexión con Toledo, la capital visigótica del Cristianismo antes del Islam.
En 1083, llegó a la mitra de Pamplona el francés Pedro de Roda, el primer obispo de esta ciudad que no llegó a ser abad del monasterio de San Salvador de Leyre, pero que consolidó las reformas que venía postulando el Papa, incluida la regla agustina. La actuación regia y el predominio del clero galo terminaron por asentar el triunfo de las directrices del Papado. Sin embargo, Leyre, a diferencia de San Juan de Peña, no se desvinculó de la jurisdicción episcopal y permaneció bajo la autoridad del obispo de Pamplona.
Una de las acciones más decisivas de su reinado es la concesión del Fuero de Jaca, en 1077, por el que otorgaba el rango de ciudad a la que había sido una villa enclavada en el Camino de Santiago, y la convertía en capital del reino de Aragón y en sede episcopal, mandando construir la Catedral de Jaca para este cometido. Su finalidad fue atraer burgueses a esta nueva ciudad para el desarrollo de la economía mercantil e industrial, es decir, crear las condiciones para que acudieran los primeros burgueses, que fueron, en su mayor parte, francos (como gascones y bearneses) llegados del otro lado de los Pirineos.
IGLESIA DE SAN SALVADOR DE LEYRE Y SANCHO RAMÍREZ |
El año 1082 fue una fecha clave en la expansión territorial de los reinos cristianos en su Reconquista:
1. muerte de Al-Muqtádir, rey taifa de Zaragoza, último caudillo musulmán que consiguió reunir bajo su poder todo el área oriental peninsular.
2. la llegada al poder de la taifa zaragozana de Al-Mutamin y su aliado el Cid Campeador.
3. la presión que ejercieron el Cid y el nuevo rey zaragozano sobre su hermano Al-Mundir en las taifas de Denia, Tortosa y Lérida.
Este nuevo escenario geoestratégico favoreció la conquista de algunas plazas por parte del rey de aragoneses y pamploneses.
Unos años antes, en 1078, ya había mandado talar los campos de Zaragoza y construir la fortaleza de El Castellar a orillas del Ebro, solo 20 kilómetros aguas arriba de la capital de la Taifa de Zaragoza, cuyos tenentes se documentan desde 1091. Posteriormente hizo tributario al rey musulmán Zaragozano.
En 1083, se apoderó de Graus y de Ayerbe (Huesca), que mandó repoblar. Estas dos poblaciones abrieron el camino a la conquista de las tierras bajas del Cinca y de la Hoya de Huesca respectivamente, en 1084. El 5 de abril de este mismo año, cayó bajo su control Arguedas, a quince kilómetros de la ciudad de Tudela, según la Crónica de San Juan de Peña, y después, con calculada estrategia el rey volvió muy cerca de Graus para conquistar Secastilla. También fue tomada Naval, al norte de Barbastro, aunque se perdió posteriormente.
La amenaza era tal que más de una decena de localidades situadas al sur y suroeste de Huesca (comarcas de la Sotonera y la Violada) le pagaban parias, entre ellas Almudévar, Barbués, Sangarrén, Tabernas o Vicién. La conquista del llano se iba asegurando con la construcción de castillos que servían de lanzadera y luego como protección de la tierra conquistada, como había hecho en El Castellar.
Sancho Ramírez fortificó el castillo de Loarre, y construyó las fortalezas de Obanos, Garisa, Montearagón, Artasona (al sur de Ayerbe) o Castiliscar entre otros.
OBANOS Y SANCHO RAMÍREZ |
Pero también Sancho Ramírez sufrió alguna severa derrota, como la de la batalla de Morella (Castellón), en la que el Cid capturó muchos prisioneros, entre ellos más de quince nobles, navarros algunos de ellos.
No obstante, la conquista de Toledo en 1085, por Alfonso VI, avivó el deseo de Reconquista del resto de reyes cristianos hispánicos. La gravedad de la situación para los islámicos desencadenó la llegada de los almorávides en verano del 1086 y la posterior derrota de las fuerzas cristianas en la batalla de Zalaca (Sagrajas, Badajoz).
En 1086, Sancho Ramírez tomaba y fortificaba Montearagón (Huesca) y aceptaba una importante y definitiva resolución sobre sus diferencias con Alfonso VI por el reparto del Reino de Pamplona. Así, en 1087, se fundaba el Condado de Navarra, no tanto como circunscripción territorial muy definida sino más bien como un homenaje del rey Sancho Ramírez al rey Alfonso VI. Un modo simbólico de la pervivencia del viejo reino pamplonés. A cambio, el rey leonés había renunciado a sus pretensiones sobre Pamplona. El condado quedaba a cargo del conde Sancho Sánchez, un nieto de García el de Nájera.
En 1087, sumaba el rey de Aragón y Pamplona una nueva conquista en el curso del Cinca: Estada, en la confluencia de este río con el Ésera. Siguiendo este curso fluvial tomó Estadilla y llegó hasta Zaidín, a doce kilómetros de Fraga, en 1092, gracias a la acción conquistadora de su primogénito, el infante Pedro.
En 1089, Sancho Ramírez tomaba Monzón con todas sus tierras de la vega del Cinca tras casi tres meses de asedio y que proporcionaron un botín extraordinario. Se calculan unas treinta poblaciones de diferente tamaño para los nobles que acudieron a las huestes del rey. Entre ellos destacó con protagonismo Pedro I, hijo de Sancho, que pasaría a gobernar esta plaza como ya desde 1085 regía Sobrarbe y Ribagorza.
Seguían la costumbre navarro-aragonesa de otorgar una parte del reino de reciente conquista a título real para que los infantes comenzaran a desarrollar tareas de gobierno y a rodearse de una clientela de seniores fieles que facilitaran la sucesión al trono.
CASTILLO DE MONZÓN Y SANCHO RAMÍREZ |
Fortificó las localidades de Abiego, Santa Eulalia la Mayor y Labata con el fin de terminar de rodear la ciudad musulmana de Huesca. También apoyó a Alfonso VI de León en la batalla de Sagrajas y en la defensa de Toledo y firmó un acuerdo defensivo con Rodrigo Díaz de Vivar.
Por la relación que Sancho Ramírez tenía con Navarra y los territorios vascos, se dispuso a fundar el Fuero de Estella, en 1090. Su objetivo era trasladar a Lizarra la experiencia de Jaca. Los nuevos pobladores se establecieron en la margen derecha del río Ega y junto a un castillo llamado Estella. Todos eran francos, que se fueron agrupando en la parroquia dedicada a San Pedro.
En 1091, Sancho Ramírez mandó edificar la fortaleza de El Castellar, a unos veinte kilómetros de Zaragoza, en la confluencia del Ebro con el Jalón, un lugar estratégico para vigilar la periferia de la taifa enemiga. Pero la ciudad de Zaragoza era objetivo de conquista tanto de Sancho como de Alfonso VI. Para entonces, el Cid Campeador era otra vez firme aliado de Al-Mustain, hijo de Al-Mutamin, al frente de la taifa zaragozana. Ante la demostrada capacidad militar del Cid, el pragmatismo del rey Sancho le aconsejó enviar embajadores diplomáticos para formalizar una resolución. Y así, una entrevista cordial entre Rodrigo Díaz de Vivar y Sancho Ramírez selló un tratado de paz, que con el tiempo resultó fructífero para ambos. En efecto, tres años más tarde, cuando el Cid conquistaba Valencia, el rey de Aragón lograba recuperar para la Cristianada la ciudad de Huesca. Por tanto, el reparto de áreas de reconquista había sido beneficioso.
En mayo de 1094, se inició el asedio a Huesca. La ciudad estaba bien fortificada con murallas de sillares, tachonada de abundantes torres cuadrangulares. Se practicaron, como de costumbre, las razias o aceifas para destruir de aprovisionamiento y el castigo de los sitiados, con un bloqueo cada vez más asfixiante. En la lucha por arrasar las almunias, fincas rurales muy próximas a la fortaleza, el rey Sancho Ramírez recibió una herida mortal de flecha, disparada desde la muralla. Murió el 4 de junio, como un cruzado frente a las murallas, como lo había sido desde los veinte años en la cruzada de Barbastro, murió siendo un soldado de San Pedro que viajó a Roma para ser vasallo del Papa, murió como un veterano cruzado que había conquistado Monzón cinco años antes, pero con toda su ilusión puesta en la recuperación de Zaragoza.
Su cuerpo fue llevado al monasterio de Montearagón, y trasladado después al de San Juan de la Peña.
CASTILLO DE LOARRE Y SANCHO RAMÍREZ |
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