Hacía la última década del siglo X, cuando más arreciaban los ataques musulmanes, se estaban escribiendo, en Nájera probablemente, las Genealogías de Roda. Era otro intento de consolidar la mayoría de edad de un reino que había surgido apenas un siglo antes y en condiciones precarias.
En el año 994, tras la muerte de Sancho II Garcés, accedió al trono pamplonés García II Sánchez el Temblón. Para el califa cordobés Almanzor, las treguas y pactos entre reyes tenían un carácter personal, por eso cuando moría algún magnate cristiano debía emprender una campaña militar sobre su reino para mostrar su fuerza y evitar alguna intención hostil. Por eso, en el mes de julio de 994, se presentó con su ejército ante Pamplona, la rindió tras cinco días de asedio, y sólo entonces firmo un pacto con García II.
GARCÍA II SÁNCHEZ DE PAMPLONA |
En el 997, un grupo de caballeros navarros organizaron una expedición por tierras de Zaragoza, matando al hermano del gobernador de Calatayud. Esto sólo sirvió para que Almazor enfureciese y diese orden de ejecutar a los cincuenta rehenes pamploneses que permanecían presos en su palacio. Esta desafortunada noticia se supo en Pamplona y García II se movió con rapidez para establecer un nuevo pacto mediante la entrega de nuevos rehenes.
Mientras tanto, los navarros continuaron colaborando con los castellanos para frenar el empuje hostil de Córdoba. Almanzor fue informado de esta alianza, quien volvió a someter y arrasar la ciudad pamplonesa en el 999. Las represalias debieron ser muy duras. Se dio el caso en el que un grupo de monjes navarros marchó hasta la abadía de Cluny, al norte de Francia, porque pensaban que habían sido abandonados por su señor.
Pero las gentes más belicosas no se rindieron nunca, y decidieron reunirse para terminar con las continuas humillaciones de Almanzor. Así, el conde Sancho García de Castilla, Alfonso V de León y Sancho II de Pamplona mantuvieron su alianza político-militar. En el año 1000, esta coalición estuvo muy cerca de derrotar a Almanzor en la batalla de Peña Cervera (Burgos), aunque finalmente no pudieron impedir que éste se dirigiera hacia Navarra y tomase la fortaleza de Estella.
Dos años después, en el 1002, se reeditó la alianza de estas tres entidades políticas cristianas hispánicas a las que se enfrentaron nuevamente contra las tropas de Almanzor en la batalla de Calatañazor. Como represalia a su derrota, lanzó una campaña de saqueo que alcanzó el monasterio de San Millán y la villa de Pedroso, en el valle medio del Ebro, por entonces pertenecientes a Pamplona.
La muerte de Almanzor, el 11 de julio del mismo año, evitó nuevos sufrimientos a los pamploneses. Su hijo Abd al-Malik al Muzaffar le sucedió en el califato. Este encontró la muerte en el 1008, envenenado por su hermanastro Abd al-Rahman Sanchuelo, hijo de Urraca Sánchez, hija a su vez del rey pamplonés Sancho II Abarca y Urraca Fernández de Castilla, que se había convertido al islam al casarse con Almanzor llamándose Abda la vascona.
De todas formas, durante el califato de Abd al-Rahman Sanchuelo y el ascenso de Sancho III el Mayor a Pamplona en año 1004, la supremacía andalucí se debilitó hasta el punto en que el conde de Castilla, Sancho García, le propinó alguna derrota.
PRINCIPALES CAMPAÑAS DE ALMANZOR ENTRE 981 y 1002 |
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