Franciscano nacido en Anzuola, hacia 1620, fray Bernardino de Iñurrigarro pretendió demostrar que la antigua Vardulia celta es Guipúzcoa. Dejó escrito una serie de memoriales sobre temática muy diversa, que compiló en el Memorial presentado a las Juntas de Tolosa de 1669. Una extensa historia de la provincia de Guipúzcoa, fechada en Tolosa el 4 de octubre de 1670, que elaboró tras consultar la documentación de la Provincia guardada en el Archivo de Tolosa. Consta de siete tratados, divididos en capítulos, y presenta una larga fundamentación histórica de la doctrina política clásica de los guipuzcoanos.
Según su pensamiento, por esta Provincia habría comenzado Túbal la población de España y por ello merecería el título de "corazón de toda España". Incluyó el consabido mito lingüístico, por el cual Túbal trajo la lengua vasca "en su natural muy elegante, muy suave de mucha viveza y no bárbara".
VARDULIA GUIPUZCOANA DE BERNARDINO DE IÑURRIGARRO |
En su Memorial, Iñurrigarro añadió una rara novedad: en estas regiones cántabras y marítimas se "daba culto a la Cruz antes de que a sus naturales se les predicara la ley evangélica", que por supuesto fue traída por Santiago apóstol. Llegó a mencionar como argumento inequívoco de un Cristianismo anterior a Jesucristo en Vasconia el hecho de que los vascos enterraban a los muertos de cara al Oriente. Como buen franciscano, ensalzó las maravillas efectuadas por la Virgen de Aranzazu.
En los diversos tratados de su Memorial, Iñurrigarro narró las luchas de los cántabros contra las legiones romanas, desarrolló la constante independencia guipuzcoana frente a godos y barbaros, y analizó las uniones de Guipúzcoa con Navarra y Castilla, teniendo siempre presente la independencia originaria y la voluntaria incorporación a ambas Coronas. Terminó demostrando la independencia contra Francia, analizando las batallas de 1638, durante la Guerra de los Treinta Años.
Describió la organización institucional de Guipúzcoa, insistiendo en la doctrina de la nobleza como derivación de la independencia originaria y en la posesión de los fueros actuales como resultado de los que tuvo la provincia antes de su incorporación a Castilla.
Defendió la hidalguía universal de los vascos, que reúne dos rasgos básicos: no es excluyente, porque admite la incorporación a Guipúzcoa de hidalgos de otras zonas si prueban su correspondiente limpieza de linaje; y no la mancha el ejercicio de los oficios mecánicos.
JURA DE FUEROS GUIPUZCOANOS |
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