Los nombres de las provincias de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya, escrito en lengua española, o de los herrialdes Araba, Gipuzkoa y Bizkaia, en euskera, aparecieron durante la Baja Edad Media sin que significasen lo que significan en la actualidad, ya que los territorios originarios y primordiales no coincidían enteramente con los actuales. Fueron nombres que aparecieron junto a otros nombres, sin que se sepa cuándo ni quienes idearon esos nombres. Solo se recoge la existencia de esos topónimos a partir de una determinada fecha. Se ignora cómo se constituyeron las cuatro comunidades de Vizcaya, Orduña, Guipúzcoa y Álava, por tanto se desconoce cuándo tuvieron personalidad jurídica propia, y más aún sobre su personalidad política, y mucho más acerca de cómo se concretó o se impuso esa personalidad política, si con "pacto originario" o sin él.
Álava, Vizcaya y Guipúzcoa son las denominaciones en castellano recomendada por la Real Academia Española, usada en documentos oficiales de la Administración central, en documentos no oficiales y, en general, en el ámbito oral y escrito hispanohablante. Es también la denominación utilizada en la versión en castellano de la Constitución española y en la versión en castellano del Estatuto de Autonomía del País Vasco.
Araba, Bizkaia y Gipuzkoa son las denominaciones en euskera recomendada por la Real Academia de la Lengua Vasca, usada en documentos oficiales en este idioma, en documentos en castellano, y es la más empleada por los medios de comunicación en español del País Vasco. Es también la denominación utilizada en la versión en euskera de la Constitución española y en la versión en euskera del Estatuto de Autonomía para el País Vasco. Actualmente son las denominaciones oficiales de las tres provincias.
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TÁBULA GEOGRÁFICA DE LAS PROVINCIAS GUIPUSCOAE, ALAVAE ET BISCAYAE |
Durante los siglos del Medievo, los tres espacios denominados como Vizcaya, Guipúzcoa y Álava habían comenzado sus propias andaduras políticas y sus respectivos procesos de ensanchamiento, con una historia distinta, cambiando periódicamente de autoridad.
El territorio de Orduña aparece mencionado hacia el año 900, al lado de Vizcaya, a la que en la actualidad pertenece, por lo tanto, se deduce que la actual Euskadi se trató de cuatro espacios más o menos pequeños, que posteriormente fueron ampliándose con otros territorios adyacentes.
El topónimo de Álava es conocido desde el siglo VII, pues se trata de un nombre derivado del éuscaro araiiar, que significaba "país entre montañas". Pero la primera referencia escrita como provincia, data de fines del siglo IX, en las Crónica de Alfonso III el Magno, rey de Asturias, refiriéndose a las Tierras Llanas, al norte y este de Vitoria, en el extremo oriental de sus dominios.
Durante los siglos VIII y IX, las tierras alavesas, junto a las del norte de Burgos, constituyeron la frontera oriental del Reino asturiano frente a los ataques musulmanes del valle del Ebro. A esta Álava nuclear se sumaría otra periférica, integrada por la tierra de Ayala, Treviño, la Rioja alavesa y la zona al este del río Bayas.
Álava había estado sometida por el príncipe astur Fruela en el siglo VIII, y perteneció al Condado de Castilla en los siglos X-XI. Tras una época fluctuante, por las disputas entre sus reyes cristianos, fue conquistada por el rey de Castilla, Alfonso VIII, entre 1199 y 1200.
Para asegurar el respeto de los fueros, se recurrió al juramento de un pacto originario, llamado Privilegio de Contrato de 1332. Este pacto no fue un compromiso con el rey de Castilla, de quienes ya eran vasallos, sino un concierto entre los propios alaveses divididos en dos facciones: el concejo de Vitoria, un realengo que dependía del rey; y la Cofradía de Arriaga, un señorío, donde el rey tenía delegada su autoridad.
Los de Vitoria y los de Arriaga se disputaban la posesión de cuarenta y cinco pueblos; el rey Alfonso XI medió en el acuerdo por el cual, todas las tierras de Álava se convirtieran en realengo. Álava no se incorporó a Castilla, que ya lo estaba, sino que el rey de Castilla dejaba de delegar su autoridad en la corporación de los Arriaga.
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MAPA HISTÓRICO ÁLAVA-ARABA |
El de topónimo de Guipúzcoa aparece en un documento de del siglo XI, desde tiempos del rey navarro Sancho III el Mayor y el señor de Ipuscua, García Acenáriz. Este territorio se encuentra en el entorno y vasallaje del Reino de Pamplona, tal y como hicieron del testamento que Acenáriz y Galga, su esposa, habían otorgado en el año 1025 a favor del monasterio de San Juan de la Peña.
Esta integración, resultante de la actividad política de Sancho III del Mayor, duró hasta 1076, año de la muerte de Sancho IV el de Peñalén. Durante ese período los reyes pamploneses tuvieron cuidado de reforzar la relación de las tierras guipuzcoanas con las navarras, pero fueron apareciendo indicios de que las vinculaciones políticas de Guipúzcoa irían a modificarse. Así, a través de ciertas donaciones de bienes parece existir un cambio de orientación en la relación política del área occidental guipuzcoana, no ya hacia Navarra, sino hacia el oeste, hacia Vizcaya, acabando en la autoridad de Alfonso VIII de Castilla en 1200.
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MAPA HISTÓRICO GUIPÚZCOA-GIPUZKOA |
El texto más antiguo conocido que menciona el nombre de Vizcaya se encuentra, como en el caso alavés, en la Crónica de Alfonso III, redactado en el año 883, situada en el extremo oriental de los dominios del Reino de Asturias. Más tarde, a fines del siglo X, aparece en el Códice de Roda el nombre de Munio, conde vizcaíno casado con una hija de Sancho I Garcés, rey de Pamplona, y a partir del XI comenzaron a ser más frecuentes los datos documentales sobre este territorio, observándose su vinculación a la Monarquía pamplonesa, primero, y castellana después.
El topónimo Vizcaya tiene una etimología discutida. La más consensuada es el significado de "cima" o "loma", aunque también se han propuesto otras etimologías, como bits-kaia cuyo significado es "puerto de espuma" o bizi-kaia "puerto vivo".
Vizcaya debió estar unida, en los siglos X-XI, al Condado de Castilla, a cuya corona quedó incorporado después de un breve paréntesis pamplonés, en 1076. Pero sus señores siguieron actuando con gran autoridad hasta 1379, en que Juan, señor de Vizcaya y príncipe de Castilla, se convirtió en rey de esta corona.
Antes de que acabara esta centuria, ya se había hecho habitual que, cuando un nuevo señor debía tomar posesión del Señorío, se formulara un juramento de homenaje por parte de los principales vizcaínos y de guarda de fueros por parte del señor.
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MAPA HISTÓRICO VIZCAYA-BIZKAIA |