El Cuerpo de Lanceros de Navarra fue una unidad de élite de caballería del Ejército tradicionalista organizado durante la Primera Guerra Carlista, promovido por el general Tomás de Zumalacárregui.
En el momento de su fundación, estaba formada por 200 jinetes divididos en cuatro escuadrones, al mando del comandante Vicente Amuzquívar, integrado en el Regimiento de Navarra del general Dancausa.
![]() |
| CUERPO DE LANCEROS DE NAVARRA |
Este cuerpo llegó a ser una de las unidades más efectivas del Ejército carlista, y de las más temidas por el Ejército liberal. Un testimonio de su dureza lo ofreció su capitán Charles Frederick Henningsen, de origen inglés y escolta de Zumalacárregui, cuando atacaron la villa de Viana el 4 de septiembre de 1834:
"… tenían la apariencia de perfectos cosacos, algunos estaban sin abrigos, otros iban con pañuelos en sus cabezas, y muchos con sólo una bota o alpargata, y otros con las espuelas atadas a un talón desnudo. El enorme tamaño y peso de sus lanzas, lo que las hacía menos manejables, contribuía a hacer descollar aún más su rara y salvaje apariencia."
Afirmaba que hasta su llegada los Lanceros de Navarra eran "casi tan indisciplinados e ignorantes de todas las evoluciones militares como una horda de beduinos".
Esta era la apariencia a inicios de la guerra, cuando los Lanceros de Navarra apoyaron a la infantería carlista en su asedio a Viana. Los 200 jinetes del Cuerpo de Lanceros se enfrentaron a los 300 jinetes de la Guardia Real de la caballería de Carondelet, siendo esta su primera batalla en campo abierto. Tras dos violentas cargas pusieron en fuga a un grupo de élite de la caballería liberal, que tuvo que refugiarse en la vecina ciudad de Logroño.
![]() |
| CUERPO DE LANCEROS DE NAVARRA |
A mediados del año 1835, sus soldados contaban con un uniforme y armamento más regular y profesional, cuando el gobierno carlista se había asentado en el País Vasco y disponía de importantes medios económicos. Además de estar bien equipado, estaba perfectamente disciplinado y entrenado, y tan capaz de maniobrar como el mejor del ejército de Isabel II.
Su uniforme costaba de pantalón azul o granate con trabillas y espuelas, chaqueta verde con cuello encarnado, boina encarnada con borla blanca, capote gris de esclavina larga y cuello encarnado. El armamento consistía en una lanza con banderola amarilla y encarnada, sable con puño dorado, montura con caparazón de piel, también podían llevar dos pistolas de arzón.
En un enfrentamiento, la elitista Guardia Real tuvo que ponerse en retirada después de un par de ataques dirigidos por Tomás de Zumalacárregui al frete de 240 lanceros. Esta Guardia del Ejército liberal perdió a más de 200 jinetes en el campo de batalla.
![]() |
| CUERPO DE LANCEROS DE NAVARRA |
La fase de las expediciones por el territorio peninsular de España fue la que correspondió al mayor protagonismo de la caballería carlista. Este cuerpo era imprescindible para maniobrar con eficacia en las llanuras de la meseta. En mayo de 1837, alrededor de 1.200 jinetes partieron con el pretendiente en la llamada Expedición Real. Junto al Cuerpo de Lanceros de Navarra, también estaban el Cuerpo de Húsares de Arlabán, el Escuadrón Guipuzcoano, el Escuadrón Príncipe, que escoltaba al general Maroto, el Escuadrón Princesa, antiguo escuadrón cántabro, y Cuerpo de Húsares de Ontoria, creados por Balmaseda.
El episodio más destacado tuvo lugar en la Batalla de Villar de los Navarros, provincia de Zaragoza, el 24 de agosto de 1837, que enfrentó a ambos ejércitos, carlistas contra isabelinos. El triunfo de los legitimistas permitió avanzar en su Expedición Real hacia Madrid y en la posibilidad de ganar la guerra. En esta batalla, los Lanceros de Navarra estaban liderados por su capitán Henningsen, quien obtuvo el ascenso a coronel.
Al llegar a las afueras de Madrid, los lanceros fueron atacados por las fuerzas liberales. Resistieron el asalto y capturaron las fortificaciones exteriores de la capital. Los retuvo durante varias horas, hasta que el pretendiente Carlos de Borbón no podía enviarle refuerzos.
El fracaso de la expedición, a pesar de no sufrir ninguna derrota relevante, supuso el final de este tipo de proyectos y, por consiguiente, el del protagonismo de este cuerpo militar.
![]() |
| LANCERO CARLISTA VS LANCERO LIBERAL |
Al final de la contienda, los Lanceros de Navarra estaban integrados en el Ejército del Norte, al mando del general Maroto, contaba con 424 jinetes, 249 infantes y 67 oficiales, repartidos en sus 4 escuadrones. Junto estos, la caballería compuesta por los Lanceros de Álava y los Lanceros de Guipúzcoa, con menor número de efectivos en su único escuadrón, y la Guardia de Honor y el Cuerpo de los Desmontados.
Henningsen fue hecho prisionero y puesto en libertad condicional. No volvió a servir en esta guerra. Más tarde, describió sus experiencias al mando del Cuerpo de Lanceros en dos volúmenes del libro The Most Striking Events of a Twelvemonth's Campaign with Zumalacarregui. La obra generó controversia en Gran Bretaña porque glorificaba a Zumalacárregui y apoyaba la posición carlista. Fue traducido por Román Oyarzun al español en 1939 bajo el título Campaña de doces meses en Navarra y las Provincias Vascongadas con el General Zumalacárregui.
Durante la Tercera Guerra Carlista, este Cuerpo de Lanceros Navarros no se reeditó. En Navarra se organizó el Regimiento del Rey de caballería, con 3 escuadrones a 200 hombres cada uno, mandado por el coronel José Férula.
El pintor Augusto Ferrer-Dalmau ha recreado la bravura y osadía de esta unidad de caballería en varias de sus pinturas, una de estas es la denominada Calderote, dedicada a la batalla de Villar de los Navarros. En el lienzo, los Lanceros Navarros aparecen cargando conjuntamente con los jinetes del Regimiento de Álava.
![]() |
| CALDEROTE, POR AUGUSTO FERRER-DALMAU |





No hay comentarios:
Publicar un comentario