Los vascos que apoyaron la Falange Española, por Euskomedia/Aunamendi


Vascos en la primera Falange (1933)

En Falange Española fundada el 29 de octubre de 1933 encontramos ya, de lleno, a varias individualidades vascas de importancia. Entre ellos a:

José Luis Arrese, de Bilbao, que escribirá, por encargo del mismo Primo, su Revolución social del nacional-sindicalismo y constituirá, con el tiempo, el pilar fundamental de la presencia azul en el régimen franquista.

Juan Antonio Ansaldo, de Aretxabaleta, colaborador de Ruiz de Alda, "de una mordacidad tan divertida como cruda" según Ridruejo, será el entrenador de la célebre Falange de la Sangre, organización destinada a vengar las acciones de la izquierda contra Falange. "Sordo, alegre, desenfadado, mordaz y un tanto loco" (Areilza), realizó el transporte de Fal Conde, en 1936, a Pamplona, e intentó efectuar el de Sanjurjo, desde Portugal, estrellándose a poco de despegar salvando sin embargo la vida. Expulsado de Falange, escribirá en 1951 un libro (¿Para qué?, Ekin, 1951) en el que denosta el ideario falangista como "bárbaras doctrinas fascistas, que por mucho que sea el oropel filosófico con que se vistan, muestran siempre, en su fondo, los básicos sentimientos de crueldad, barbarie, violencia y tiranía que les dieron vida -¡y muerte!- y que son tan viejos como el anhelo primitivo de imponerse, ya que no por la razón, por la fuerza a sus semejantes".

Rafael Sánchez Mazas, intelectual madrileño íntimamente relacionado con Bilbao donde estudia y se vincula amistosa y políticamente. Falangista de la primera hora, redactor de El Fascio (1933) y Arriba (1935) parece ser que la Falange le debió su grito patriótico ¡Arriba! ya que, según Areilza "buscando una locución exaltadora del patriotismo había venido a parar en el "arriba", traducción literal del "gora" que tos nacionalistas vascos habían acuñado para su grito habitual" (p. 48). También se le atribuye la elección del Yugo y las Flechas como escudo y parte de la paternidad de la letra del Cara al Sol. Durante el alzamiento del general Franco y posterior dictadura tuvo una actuación destacada siendo ministro, sin cartera, en 1939.

Manuel Valdés Larrañaga, marqués de Avella, arquitecto y licenciado en Exactas, n. en Bilbao en 1909. Gran amigo de Jose Antonio Primo de Rivera, miembro de la Junta Política y jefe provincial del SEU en 1933. Hombre de "una cierta rudeza hermética y bronceada de deportista pesado", para Ridruejo. Activo miembro del Movimiento tras la guerra y embajador en diversos países como Egipto, Venezuela o Líbano.

Julio Ruiz de Alda, militar, piloto famoso tras la hazaña del Plus Ultra, de Estella. Fundador, con Primo de Rivera, de Falange, y triunviro, en 1934, de FEJONS, creador del SEU, "gracia y levadura de Falange" con el que organizó actos como el asalto al local de la FUE de la Facultad de Medicina "rompiendo el encantamiento de aquellos santuarios laicos". Ximenez de Sandoval le atribuye la adopción del nombre Falange y el color azul mahón como distintivo de la indumentaria. Su trepidante activismo rechaza la definición joseantoniana de Patria sustituyendo "unidad de destino" por "unidad de misión en lo universal". Hombre de "oratoria maciza, algo desmañada y premiosa" (Areilza) fue un incansable organizador, imponiendo a Primo como jefe supremo en octubre de 1934 al que sustituyó durante sus ausencias. Le cupo, así como al resto de la Jefatura Nacional de FE, ser sorprendido por el alzamiento militar de 1936 en la cárcel de la que, al igual que José Antonio, no había de salir sino para enfrentarse al pelotón de fusilamiento. Sobre su pensamiento, Ridruejo llega a decir en sus Memorias que "era más bien un símbolo con pocas disposiciones para la gestión política". Abundan en sus modestos escritos las frases alusivas a la "Antinación", la glorificación de la violencia, demagogia obrerista y campestre, la hipervaloración de la unidad nacional y los denuestos contra el estado "demoliberal", los partidos y el sistema parlamentario.

Aniceto Ruiz Castillejos, médico residente en Tudela orientado tempranamente hacia el Movimiento Español Sindicalista por intermedio del coronel Tarduchy. Tras la guerra sólo ocupó un cargo público -gobernador civil de Teruel- pese a haber sido nombrado Consejero Nacional en 1935.

El grupo de Pamplona. Instigadas por Ruiz de Alda, una serie de reuniones desemboca en el alquiler de un local primero en Carlos III y luego en el Paseo Sarasate. El grupo se desenvuelve bajo la jefatura de Pedro Uranga, de raigambre maurista. De entre nombres como Jesús Irujo, Silvio Ustúriz, Alberto Artuondo, Blas del Cerro, Alfonso Casanova, Daniel Huarte, Luis Perez, Azcárate, Arriazu o San Martín, destaca, sobre todo, el del ex militar y hotelero José Moreno, jefe, luego, provincial de Navarra, que pasó a formar parte de la Junta de Mando Nacional. Hacia las fechas de la unificación FEJONS, este movimiento contaba simpatizantes o afiliados en Cáseda, Peralta, El Busto, con Pitillas, Dicastillo, Sansol, Mendavia, Lazagurria, Berbinzana, Mañeru y Estella. Propagandísticamente contaba Falange navarra con la pluma del presbítero Yzurdiaga y del poeta Angel María Pascual, colaboradores en la prensa local pamplonesa.




Los vascos de la prensa, publicidad y propaganda azul

El 1 de agosto de 1936 el presbítero falangista Fermín Yzurdiaga Lorca, de Pamplona, saca el n.° 1 de Arriba España, primer diario de Falange en zona franquista, en los incautados talleres de La Voz de Navarra peneuvista. Jefe territorial de Prensa y Propaganda de Navarra y Vascongadas, de él dice Ridruejo que era "el más retórico y meloso de los discípulos que Eugenio D'Ors ha padecido. Era un orador civil que hablaba en sagrado o un orador sagrado que hablaba en civil -o en castrense con una abundancia de jardín tropical" (p. 116).

Tras el decreto de unificación de Falange con el Tradicionalismo del 19 de abril de 1937, Yzurdiaga fue designado jefe de Prensa y Propaganda y se rodeó de un equipo "por aquellas fechas inmejorable" que "tenia ya casi formado en su periódico Arriba España, que se publicaba en Pamplona y era el más fino e intelectual entre los de su género" (p. 1 18). "Su acción fue poco organizativa y casi enteramente personal, pero puso en marcha una colección de libros y echó a navegar -aunque por poco tiempo- una revista lujosa, con tapas negras y rotulación en oro, que se llamó, como la italiana, Jerarquía" (p. 118).

En el primer número de esta pomposa revista (1936) "del Imperio, la Sabiduría, la Técnica y el Nacional Sindicalismo" vemos las firmas del mismo Yzurdiaga, de Foyaca de la Concha, García Serrano, Joaquín Arbeloa, Sanz Orrio, F. Uranga, Giménez Caballero, Laín Entralgo, Eugenio Montes, Crispín Martínez, A. M. Pascual, J. M. Pérez Salazar, Toribio Arteaga, Eugenio D'Ors y Manuel Iribarren.

El célebre presbitero sería luego consejero nacional y procurador en Cortes franquistas. De su equipo cabe destacar al periodista pamplonés y exquisito estilista Angel María Pascual, m. en 1947, y el prolífico Rafael García Serrano, también pamplonés, redactor del semanario Haz (1936), director de ArribaPrimer PlanoSiete Fechas, etc. Fundador del Frente de Juventudes, su nombre se hizo popular entre los vencedores de la guerra sobre todo a partir de su obra La Fiel Infantería (1943) que, llevada en 1960 a la pantalla, cosechó un gran éxito.

La capital de Navarra es asimismo la cuna de otros falangistas de importancia como Manuel Iribarren, Joaquín Arrarás y Jesús Romeo Gorría. Otro propagandista, aunque de menor tono, es Federico de Urrutia, jonsista y luego hedillista.

Tras la conquista de Guipúzcoa -mes y medio después (16 de set.) de Arriba España de Pamplona-, sale en los talleres de El Día en San Sebastián Unidad, Diario de Combate Nacional Sindicalista.

En Alava el 18 de enero de 1937 el vespertino Norte sustituye a La Libertad, como órgano de Falange Española de las JONS en Alava, hasta 1940. Y mientras Bilbao sigue sin caer, ve la luz en San Sebastián VérticeRevista Nacional de Falange E. T. y de las J., en la que colabora toda la intelectualidad franquista del momento. Podemos citar entre éstos los siguientes vascos: el pintor Carlos Sáenz de Tejada, alavés de Laguardia, ilustrador de la Historia de la Cruzada de Arrarás y luego profesor en la Escuela de Bellas Artes de Madrid. Jacinto Miquelarena, humorista y fino periodista, n. en Bilbao, corresponsal extranjero durante muchos años de vida. El portugalujo J. Antonio Zunzunegui, escapado de Madrid, novelista prolífico de estilo algo grueso. El bilbainista Sánchez Mazas y algunos otros. En San Sebastián, los falangistas se hacen también con la Voz de España (2 de junio) que había aparecido el 15 de setiembre del anterior año como diario tradicionalista. En los talleres de Euzkadi se tira el número 1 (5 de julio) del vespertino falangista Hierro dirigido por J. Antonio Jiménez Arnau y el de El Correo Español, (6 de julio) falangista, que luego se fusionará con El Pueblo Vasco bajo la dirección de Santiago Nadal.



Con fecha «abril 1937» se publicó en Guipúzcoa (en los talleres de la Excma. Diputación de Guipúzcoa, en la Nueva Editorial S. A., Casa Navarro y del Teso y en la Editorial Itxaropena de Zarauz) el primer número de Vértice, revista nacional de la Falange. Gran formato (355×280mm), magníficos papeles y cartulinas, impresión de lujo, subido precio (3 ptas. el ejemplar), cuidados fotograbados, más de ciento veinte páginas (sin numerar), buena parte de ellas ocupadas por anuncios que buscaban mostrar actividad económica y apoyos empresariales, fotografías, dibujos a todo color, mapas, partituras, textos de Federico de Urrutia, Dionisio Ridruejo, Carmen de Icaza, Martín Almagro, José María Usandizaga, Benito Perojo... hasta una traducción de Aldous Huxley, &c., ofrecía, tras el Sumario, tres páginas de retratos donde, a toda plana, aparecen José Antonio, el Generalísimo y Manuel Hedilla. Primer plano del rostro del Ausente, ligeramente desenfoncado, y sobreimpreso con grandes tipos: «JOSÉ ANTONIO». Franco, montado sobre su caballo, en fotografía con dedicatoria autógrafa, fechada dos meses antes: «A la revista Vértice, Francisco Franco. Salamanca, 7-2-937», y el pie «El Excmo. Sr. D. Francisco Franco Bahamonde, Jefe del Estado español y Generalísimo de los Ejércitos Azules de Tierra, Mar y Aire, que desde hace nueve meses combaten por España, contra las fuerzas internacionales de la anti-patria». Manuel Hedilla, primer plano de su rostro, de perfil, con el yugo y las flechas de fondo, y dedicatoria autógrafa: «Para la revista 'Vértice' a la que deseo un gran futuro. 'Arriba España'. M. Hedilla», y un sobrio pie, «Manuel Hedilla». La cubierta es una magnífica acuarela de Carlos Sáenz de Tejada: tres blancas palomas de la Paz revolotean entre banderas: la bicolor de España, la de Falange con el yugo y las flechas de las JONS, la roja de Alemania con su cruz gamada nazi, la real de Italia con la cruz blanca sobre fondo rojo de la casa de Saboya, la de Portugal; banderas portadas triunfantes por uniformados sin armas, uno de ellos muestra la rama de olivo símbolo de la Victoria y de la vida, hasta se adivina un turbante moro en uno de los abanderados...

Pero mientras en Guipúzcoa se ultimaba la impresión de este primer número de Vértice, en Salamanca se producían acontecimientos determinantes para el curso de la guerra de España, al acumular Franco la jefatura del Partido a la del Estado: el día 18 de abril se reunía el III Consejo Nacional de Falange, que ratificaba como Jefe Nacional y sucesor de José Antonio, fusilado cinco meses antes, al austero Manuel Hedilla... mientras Ernesto Giménez Caballero redactaba a toda prisa el Decreto de unificación, que firmaba Franco el día 19 y era publicado por el Boletín Oficial del Estado de 20 de abril de 1937, disponiendo que Falange Española y Requetés se integren, bajo la Jefatura de S. E. el Jefe del Estado, en una sola entidad política, de carácter nacional, que se denominará «Falange Española Tradicionalista de las JONS» quedando disueltas las demás organizaciones y partidos políticos. Manuel Hedilla, Martín Almagro y otros falangistas fueron detenidos; Hedilla fue condenado a muerte, y aunque se le indultó, quedó apartado entonces de la vida pública. Vértice tuvo que añadir tras la cubierta, al encuadernar su primer número, media página vertical con el siguiente texto: «¡¡muy importante!! Las disposiciones recientísimas del Jefe del Estado unificando a la Falange y al Requeté, que habrán conmovido a todo el ámbito nacional en un profundo sentimiento de españolismo, nos han sorprendido con el primer número de Vértice a punto de salir a la calle. Y como el proceso de tirada de las portadas en color es muy duradero y complicado, no nos es posible preparar otras cubiertas ateniéndonos a las últimas órdenes que regulan los subtítitulos de las revistas o periódicos españoles. La primera y segunda portada están ya tiradas por entrar en máquina juntas, por lo que esperamos de las autoridades militares y del público en general nos perdonen esta aparente infracción en gracia al volumen y esfuerzo enorme que supone haber creado una revista como Vértice que no puede improvisarse y que ofrecemos emocionados a la consideración de todos nuestros compatriotas. Vértice es ya y será siempre la gran revista nacional, honra y orgullo de nuestra nueva España.» Y así, con Hedilla detenido, se difundió el número primero de Vértice, con su retrato como segunda jerarquía viva del sistema... y es que la foto de Manuel Hedilla no podía arrancarse sin más, pues ocupa el verso de la misma hoja que en su recto soporta el retrato del Jefe del Estado jinete, recien elevado a la jefatura de la nueva Falange Española Tradicionalista de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalistas.

El número 2 de Vértice, mayo de 1937, todavía ofrece en su cubierta como subtítulo: «Revista Nacional de la Falange», aunque impresa en tinta roja, a la izquierda del Sumario, la página titulada «la revista habla» repite explicación: «Recordamos que como el proceso de tirada de las portadas en color de Vértice es muy duradero y complicado, no nos fue posible preparar otras cubiertas que se atuvieran a las últimas órdenes que regulan los subtítulos de las revistas o periódicos españoles. Del mismo modo que la primera, la segunda portada de la revista estaba ya tirada, por lo que, como ya dijimos, esperamos de las autoridades y del público nos perdonen esta aparente infracción, que quedará subsanada a partir de nuestro tercer número, correspondiente al mes de Junio». En efecto, la cubierta del número 3 de Vértice ya pregona: «Revista Nacional de la Falange Española Tradicionalista y de las J. O. N. S.», y en su interior se justifica el retraso de unos días en la aparición del número por la «espera obligada para recoger una completa información gráfica de la toma de Bilbao y una avería reciente en el suministro de fluido eléctrico». Aunque el número 4 prescinde en su cubierta de todo subtítulo, quizá para que mejor destaque sobre el fondo negro el dibujo de un casco de acero y la dedicatoria en letras rojas del que se presenta como número extraordinario (julio-agosto 1937, 6 pesetas): «Al Ejército.» Los retrasos obligan a tachar en la cubierta del número 5, que recupera el subtítulo ampliado, el nombre del mes de agosto, y en la página interior dedicada al Sumario se hace figurar que corresponde a los meses de «Septiembre-octubre del año 1937, II Año Triunfal»; éste Sumario destaca ahora un nombre: «Confeccionador: Tono.» Responsabilidad que en el número siguiente, el 6 (noviembre 1937), queda redefinida: «Dirección artística: Tono.» Los retrasos y dificultades se resuelven con otro número extraordinario, el 7-8 (diciembre de 1937 y enero de 1938), aunque Vértice no puede aparecer ni en febrero ni en marzo de 1938.

El número 9 (abril de 1938) hace figurar un nuevo nombre: «Director: Manuel Halcón. Dirección artística: Tono», e informa a los lectores que la revista utiliza ahora papel español, y que su precio sube de 3 a 4 pesetas: «Vértice a sus lectores. Nuevamente Vértice asoma en estas líneas su inquietud de superación. Como así prometió a sus lectores en el primer número, ni hemos regateado esfuerzos, ni hemos reparado en sacrificios, para lograr que la Revista Nacional de la Falange, llegara a ser el exponente digno de nuestra Prensa y de nuestra Cultura. Ya allí anunciábamos, como una de las deficiencias que estaba en nuestro propósito el subsanar, que el papel empleado en aquellos números, sería sustituido por otro superior, vencidas las dificultades que entonces se nos oponían y cuando éste pudiera ser adquirido sin recurrir a la importación del extranjero. Desde ahora, Vértice aparecerá, editado con papel 'couché' fabricado especialmente por 'La Papelera Española', y su precio será de cuatro pesetas. Esperamos que el público acogerá con satisfacción esta diferencia de precio ampliamente compensada, orgullosos todos los españoles de que la Revista Nacional de F. E. T. y de las JONS, haga llegar nuestra voz a todos los rincones del mundo, en un marco y en una tribuna, digna de la Nueva España de Franco. ¡Arriba España!» El último número de 1938 (el 17, diciembre), es también el último en el que figura Tono a cargo de la dirección artística (es decir, el fecundo dibujante y escritor Antonio Lara de Gavilán, Jaén 1896-Madrid 1978).

Manuel Halcón Villalón-Daoiz (Sevilla 1900-Madrid 1989) siguió dirigiendo Vértice durante todo 1939, el «Año de la Victoria», una vez terminada la guerra el 1º de abril de 1939 (los números 18, 19 y 20, de enero, febrero y marzo, hacen figurar: «III Año Triunfal»; a partir del nº 21, abril de 1939: «Año de la Victoria»). El último número de 1939 (el 27, noviembre-diciembre) informa del nuevo domicilio de Vértice, que se ha trasladado de San Sebastián a Madrid (Avenida de José Antonio, nº 62).

En el primer número de 1940 (el 28, impreso en Sucesores de Rivadeneyra, Madrid), figura ya el nombre del nuevo director de Vértice, Samuel Ros (Valencia 1904-Madrid 1945), quien sigue en el puesto en el último número del siguiente año (50-51, noviembre-diciembre 1941). Vértice se mantuvo hasta que la Delegación de Prensa y Propaganda de la F.E.T. y de las J.O.N.S. decidió dejar de publicarla, a principios de 1946, número 83. Contó la revista con varios suplementos, números dobles y extraordinarios.

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