07/05/2022

Palacio de Lili y su linaje Lili en Cestona


El palacio de Lili y su antiguo solar está ubicada en Cestona - Zestoa, en una de las faldas del monte Izarraitz y cerca del río Urola, siendo el linaje nobiliario de Lili uno de las más notables del Guipúzcoa por su antigüedad e importancia. Según consta en una real executoria del año 1618, era "una de las catorce casas de la provincia de Guipúzcoa".

No se conoce fecha exacta de su construcción del siglo XV, pero si su nombre originario: Torre Liliola. Motivo por el cual haya escritores que supusieron que de este linaje fue miembro antiquísimo Liliolus, Liliolo o Liliola, obispo de Pamplona, en 589. Un prelado de quien hizo mención Sandoval en su Catálogo de obispos de Pamplona, o Martín Alfonso de Sarria en su Theatro Cantabrico.

Posiblemente, hubiese sido una casa-torre defensiva de finales de la Baja Edad Media vasca, debido a que siempre conservó muchas armas antiguas de petos, espaldas, cotas, y demás aparejos que utilizaban los de Lili en sus incursiones guerreras. Tan solo ha perdurado una armadura incompleta de hierro, datada de 1380. Además, el hecho de que se construyera sobre un terreno pedregoso encima de una montaña, indica que en su tiempo debió ser una notable fortaleza, perfectamente dispuesta para la defensa.

PALACIO DE LILI

La primera referencia documental de los Lili de forma oficial es la carta puebla fundacional de la villa de Cestona otorgada por el rey Juan I de Castilla, en 1383, para la protección y la defensa de las Guerras de Bandos entre oñacinos y bamboínos. Los Lili ya estaban asentados en esta tierra antes de la fundación de la villa.

Pero, los Lili no aparecieron agregados a ninguno de los dos bandos, los Gamboa y los Oñaz, permaneciendo neutrales. De hecho, durante algún tiempo, la casa-torre fue utilizada por la Hermandad provincial de Guipúzcoa como prisión para los nobles guerreros de estas banderías que eran arrestados.

El antropólogo José María de Eguren hizo una descripción de esta torre, que fue recuperada por dos publicaciones periódicas de finales del siglo XIX. Una fue realizada por Clemente R. Markham para la Revista Vascongada y otra por Manterola para Euskalerriaren alde, en 1890.
"El Palacio de Lili tiene, sin duda, una de las más elegantes fachadas que se pueden ver, no solo en España, pero aún en Alemania y en las naciones de la Europa occidental, ricas en monumentos de la Edad Media. El Magasin pittoresque de Paris y otras publicaciones periódicas, dadas a luz en los últimos cuarenta años, dan a conocer todos los castillos y palacios antiguos que aún existen, y es bien seguro que no hay un solo château que exceda al palacio de Lili en la elegancia y riqueza del primoroso coronamiento, del que dan exacta idea los pináculos que coronan y terminan los torrejones de los ángulos y las crestas que los flanquean y son restos de la heráldica y bellísima crestería cimera que daba lindo remate a la bonita fachada, con sus esbeltas aspilleras de la primera zona y los vanos gemelos de la segunda; y aquella lindísima ventana, uno de los más bellos ejemplos que de la arquitectura civil del tercio último del siglo XV aún subsisten, y se ve todavía sobre la puerta. Fortuna ha sido, y muy grande, que al cabo de muchos siglos no hayan desaparecido las dobles hojas de hierro con sus dos órdenes de colgantes que cierran los vanos ojivales y contribuyen a presentar con su verdadero y primitivo carácter esa fachada tan digna de estima.
El tejado que actualmente cubre la casa solar o palacio de Lili, ha debido reemplazar a una azotea ó terrado que anteriormente debía cubrir el edificio, como lo indican las gárgolas que aún subsisten, gárgolas que acompañan perfectamente al coronamiento, rematado por una hilera de cruces y flores de lis de varias formas, como lo atestiguan las que aun existen a los lados de los torreones como detalle digno de estudio."

PALACIO Y ESCUDO DE LILI EN CESTONA

Según el testimonio de Eguren, la casa solar contigua y comunicada al palacio es conocida con el nombre de Lilibea. Su construcción debió ser anterior al palacio, y convertida en un caserío en la actualidad.

El molino, ubicado a continuación del solar de Lilibea, fue una de las primitivas ferrerías de Lili. Mantiene un escudo de armas del linaje nobiliario tallado en piedra en 1492, compuesto de fondo de plata con tres flores de lis en azur.

Otra descripción fue efectuada por el religioso López de Vahado, empleando una erudita terminología arquitectónica más propio de la época. Esta fue rescatada por Fausto Arocena para la publicación Euskalerriaren alde. Describía los numerosos y variados componentes de las fachadas del palacio de Lili:
"... torreoncillos voladizos de los ángulos de la fachada, terminados en pináculos, y flanqueados con doseletes trilobulados; con su puerta volteada de largas dovelas; con sus nueve ventanas gemelas, divididas por un parte-luz, y todas, como la puerta, ligeramente apuntadas; con sus gárgolas y canecillos, que aloja la ancha escocia que une los minaretes coronando la fachada…"

PALACIO DE LILI EN CESTONA

Miembro de este linaje fue Enrique de Lili y Hurtado de Mendoza, general de Infantería y gobernador de Siracusa y Valdenoto, en Sicilia. El rey de Sicilia y príncipe de Aragón, el futuro Fernando el Católico, entregó a Enrique el título de conde de Alacha, villa italiana, por merced a sus servicios prestados. Este título se unió a la casa-torre de Lili, en 1466, y pasó a su hermana Domenja por herencia, en 1475, siendo esta la sucesora del linaje.

Domenja de Lili y Hurtado de Mendoza estuvo casa con Juan Pérez de Idiacaiz, formándose el apellido Lili-Idiáquez, que fueron llevando los titulares del solar de Lili y en la dignidad condal de Alacha.

Fue en los inicios de la Modernidad cuando los Lili emparentaban con otros poderoso linajes nobiliarios de su provincia, como eran en este caso el linaje de los Idiáquez, consejeros reales en la Corte de los Habsburgo. Fundaron su mayorazgo para sus sucesores. Eran dueños de muchas de las tierras de labranza, bosques y ríos de alrededor, construyeron ferrerías, molinos y caseríos, y la acumulación de su riqueza estuvo basada en la producción del hierro y de la madera.

Además del alto nivel económico, consiguieron algún título aristocrático como el del condado de Alacha, que les reportó un mayor reconocimiento social. Y, ante la inutilidad del carácter defensivo, la casa-torre se reconvirtió en el palacio de Lili, adornado sus puertas y ventanas con herrajes de su ferrería.

PALACIO DE LILI EN CESTONA Y ESCUDO DE ARMAS DE LILI

En esta época, los miembros varones del linaje de Lili se dedicaron a la carrera militar, enrolados en el Ejército español. De este matrimonio entre una Lili y un Idiáquez nacieron varios hijos relacionados con la Italia española.

Fray Francisco de Lili-ldiáquez, nacido en 1498, fue religioso franciscano, guardián del monasterio de Aranzazu, en 1533, y obispo electo de la ciudad de Adria, en Italia, por el príncipe Felipe II.

Miguel de Lili-Idiáquez fue gobernador de la ciudad de Trapana y conservador del patrimonio de Sicilia.

Nicolás de Lili-Idiáquez fue capitán del cuerpo de Granaderos, que actuó en las Guerras de Italia, entre España y Francia, durante la primera mitad del siglo XVI.

José María Satrustegi hizo referencia al palacio de Lili en su libro Euskal testu zaharrak, de 1987, editado por la Real Academia de la Lengua Vasca. Se trata de una carta de auxilio de la monja Isabel Lobiano Ibisaste a una superiora del convento de Santa Catalina con fecha de 1596. Siendo huérfana y menor de edad, Isabel fue ingresada en este convento de Motrico y pretendida en matrimonio por el azcoitiano Pedro Idiáquez. A pesar de la oposición de las monjas, un día fue raptada a la hora de la siesta y encerrada en el palacio de los Lili de Cestona durante la noche, hasta llegar a su casa de Landazaranda al día siguiente. Más tarde, aquel Idiáquez fue enjuiciado.

PUERTA FORJADA, ACCESO Y TORRE ALMENADA

En el siglo XVII, se encontraron aguas termales en el paraje llamado Gesalaga y los Lili iniciaron su explotación. Sin embargo, sus actividades económicas en Cestona comenzaban a sufrir una decadencia, ya que los bosques se iban agotando y las tradicionales herrerías de río y montaña eran sustituidas por otras modernas de mejor tecnología. Finalmente, las infraestructuras de los baños termales fueron vendidas al marques de San Millán.

Además, el palacio de Lili no era la vivienda más adecuada para sus nuevas necesidades sociales y la familia lo puso en alquiler. Sebastián de Lili y su mujer Magdalena de Amilibia fueron los últimos miembros de la familia en residir en el palacio de Lili, hasta 1680.

Un miembro destacado de la Ilustración vasca del siglo XVIII fue Vicente María de Lili-Idiáquez, nacido en Cestona, en 1731. Fue diputado general de Guipúzcoa, por San Sebastián (1753), Deva (1756), Segura (1760), y Vergara (1767), Rentería (1793), y Mondragón (1794). Y fue miembro de número de la Real Sociedad Económica Vascongada de Amigos del País desde su fundación, y desempeño el cargo de tesorero. En esta institución recibieron formación académica Miguel Lucas y Manuel Enrique, hijo de Vicenta María de Lili-Idiáquez y María Josefa Moyua Ozaeta.

Miguel Lucas de Lili-Idiáquez y Moyua llegó a ser mariscal de campo de los reales ejércitos y gobernador de Tortosa. Tomó parte de la Guerra de la Independencia española, en defensa de su patria.

Durante este siglo XVIII, el palacio de Lili era utilizado como un caserío, pero su falta de mantenimiento lo estuvo llevando a un estado ruinoso. A finales de siglo, en la Guerra de la Convención de 1793-95, el palacio fue ocupado y dañado por los soldados franceses, y lo mismo sucedió por estos en la Guerra de la Independencia de 1808-1814. 

En el siglo XIX, María Luísa Lili-Idiáquez ostentaba el título de condesa de Alacha. Y, en el siglo XXI, el ayuntamiento de la villa obtuvo la propiedad del edificio, encargándose de su restauración y mantenimiento.

sala noble palacio Lili Cestona Zestoa
SALA NOBLE DEL PALACIO DE LILI

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