Ruta de Fernando García de Cortazar (Euskadi). Un paseo por la historia
Recorrido por los enclaves que atesoran vivencias singulares de nuestros antepasados
Maribel Martínez, El Correo
El libro: Historia de España para Dummies
Recorrido ameno por la historia de España para todos los públicos. Repasa los principales acontecimientos e incluye recomendaciones de películas, novelas y arte.
Para entender el presente de un país es necesario bucear en su historia para conocer los hechos que han configurado su carácter. El historiador Fernando García de Cortázar, que acaba de publicar un libro sobre la historia de España para novatos, propone un recorrido por esos lugares imprescindibles para entender la historia de Euskadi. Y empieza en el Bilbao medieval, en el Puente de San Antón, del siglo XIV. «Era la puerta de entrada del comercio de la lana de Castilla hacia Flandes, de lo que vive la ciudad antes de la industrialización». Junto a él, el templo que figura en el escudo de la ciudad, la Iglesia de San Antón, en cuyo interior se pueden ver restos de la muralla que rodeaba Bilbao.
También medieval es el casco antiguo de Vitoria, donde sus callejuelas responden al trazado de una ciudad gótica del siglo XIII. Allí se encuentra una joya de este periodo, la catedral de Santa María, inmersa en un intenso plan de rehabilitación. «No sólo es conocida porque Ken Follet se basara en ‘Un Mundo sin fin’; también es el mayor ejemplo de arqueología de la arquitectura». Sus muros y pilares son testigos de los efectos del paso del tiempo, y sirve de ejemplo para arquitectos de todo el mundo.
De vuelta en Bilbao, Cortázar propone pararse en la calle Tendería, donde Isabel la Católica juró los fueros de Vizcaya. «Era señora de Vizcaya, e hizo su juramente vestida como las mujeres de la ciudad». Era el año 1483.
Saltamos hasta el siglo XVII, a las guerras carlistas, al Sitio de Bilbao. En el punto de mira del aspirante al trono, Carlos V, estaba la ciudad, foco liberal de peso. En Begoña la resistencia vizcaína cortó el paso a los atacantes. «Allí hieren al general Tomás de Zumalacárregui, un mito del ejército carlista, aunque él nunca quiso entrar en Bilbao», explica el historiador. «A los pocos días muere, y eso hace que este primer intento fracasara». Un año después, en 1836, tuvo lugar el segundo Sitio, otro descalabro para los carlistas. En la defensa, murieron voluntarios liberales. «En su honor, se levantó un monumento en el cementerio de Mallona».
De Begoña al Parque Doña Casilda, uno de los pulmones de la Villa. «En sus jardines se encuentra una fuente dedicada a los ilustrados vizcaínos, en la que figura José de Mazarredo, ministro afrancesado de Jose I», continúa Cortázar. «Es un símbolo muy importante de la tradición ilustrada de Euskadi, algo que la ha diferenciado de la España carlista».
La industrialización es otra de sus características diferenciadoras, y como ejemplo de la bonanza económica que aportó, Cortázar propone la majestuosidad del Palacio Chávarri, sede de la subdelegación del gobierno en Moyúa desde 1943. «El gran hombre de la industrialización fue Víctor Chavarri, un gran empresario. A finales del siglo XIX mandó construir este soberbio edificio, que simboliza la imagen moderna del Bilbao del siglo XX».
Y, a caballo entre los dos siglos, destaca la figura del filósofo don Miguel de Unamuno, a quien la Villa le dedicó una de sus plazas más conocidas. «Nació al lado, en la calle Ronda, y aunque la casa no se conserva, es importante recordarlo por la trascendencia que tiene dentro de la literatura y el pensamiento español».
Y llegamos al siglo XX, siglo de grandes conflictos, como la guerra civil española. Uno de los enclaves más significativos fue el Hotel Carlton, sede del primer gobierno vasco presidido por José Antonio Aguirre. Apenas duró seis meses, hasta que los franquistas se hicieron con la ciudad en junio del 37.
Otro punto que Cortázar considera imprescindible es el Palacio de Ibaigane, promovido por el constructor naval Ramón de la Sota, incautado por Franco y, actualmente, sede del Athletic de Bilbao. «Es un emblema del poder de la alta burguesía vizcaína, quienes además fundan la Casa de Misericordia como expresión de la diligencia de su sociedad».
Y no podía acabar este recorrido García de Cortázar sin mencionar el Puente Colgante, «que expresa el dinamismo de la ría, un río de oro, ya que ha sido una de las principales vías de acceso a la ciudad y de salida de materias primas hacia Europa». Una ría alrededor de la que se ha desarrollado buena parte de la historia del País Vasco.
La vida de Fernando García de Cortázar ha estado muy ligada al País Vasco. Nacido en el edificio Bastida en la calle General Concha, sus primeros recuerdos son sus vacaciones en las Cuevas de Baltzola, donde nació su abuelo paterno, y la plaza de Las Arenas, donde sus abuelos maternos vivían. «Su casa era sede del hotel el Antolín, que fue bombardeado por los nacionales en el 37». Y como no, la costa. En las playas de Urduliz y Plentzia pasó sus veranos de juventud, y, una vez ordenado jesuita, acudía a la de Larrabasterra a jugar a palas. En la Universidad de Deusto ha desarrollado la mayor parte de su carrera docente, desde 1975, y actualmente es catedrático de historia contemporánea. «Es un ejemplo de la preocupación de la sociedad vizcaína y la fuerza de la burguesía que, al no tener universidad en la ciudad, mandó construirla a finales del siglo XIX».
Fuente: El Correo
No hay comentarios:
Publicar un comentario