Navarra es España
Navarra es España y lo defiende con éxito reiterado frente a los repetidos intentos de Francia de conquistarla y someterla.
Lo demuestra la resonante victoria en la batalla de Roncesvalles en 778 contra el ejército de Carlomagno
La victoria en la segunda batalla de Roncesvalles en 824 consolida la independencia respecto a Francia, el trono de Íñigo Arista y el inicio del reino de Pamplona.
En 1231, Sancho VII el Fuerte convoca a representantes de municipios junto a los de los otros estamentos para hacer aceptar su prohijamiento mutuo con Jaime I el Conquistador, por el que intentaba convertir al rey de Aragón en heredero de Navarra. La sucesión no vendrá por ahí, sino a través de su hermana, que por su matrimonio da paso a la Casa de Champaña (1234-1274), que desemboca en Juana I, la cual, por su matrimonio con el rey de Francia Felipe IV el Hermoso, propicia la presencia en el trono de Navarra de la Casa Real de Francia (1274-1328), hasta que desemboca en Juana II, que no puede reinar en Francia por la ley Sálica, pero sí en Navarra, lo que se aprovecha en Navarra para desligarse de los despóticos gobernantes franceses que habían ocasionado la destrucción de la Navarrería de Pamplona en 1276.
En 1328, sucesivas asambleas del reino, que incluyen representantes de las buenas villas, es decir, del estado llano, reconocen como reina a Juana II casada con Felipe de Evreux (Felipe III), y van seguidas de la reunión de los tres Estados en 1329 en la que son alzados como reyes de Navarra tras jurar sus fueros, y de la reunión de las Cortes en 1330 en la que se establece el Amejoramiento del Fuero de Felipe III.
Francia siguió intentando anexionar Navarra utilizando a los agramonteses y a Enrique II de Albret, hijo de los reyes destronados por haber sido excomulgados en 1512, y la invadió en 1521, pero al conquistar momentáneamente Pamplona, no sólo no proclama rey de Navarra a Enrique II, sino que ni siquiera le permite la entrada en Navarra. La invasión francesa será finalmente derrotada en la batalla de Noáin en 1521 mismo.
En 1527, España evacúa la Baja Navarra, porque era difícil de defender al estar al otro lado de la barrera pirenaica. Esto les vale a los Albret y a sus descendientes para seguir detentando el título de reyes de Navarra. Esta descendencia desemboca en el que llega a ser rey de Francia como Enrique IV. Él y sus sucesores, los Borbones del barroco, se hacen llamar reyes de Francia y de Navarra, que parecía más glorioso.
En la Paz de los Pirineos de 1659, por desgracia se pierde definitivamente de jure la Baja Navarra.
En la Guerra de la Independencia (1808-1814), Navarra consigue con un enorme sacrificio mantener la resistencia frente a Napoleón a las órdenes de Espoz y Mina cuando aún no era liberal. Napoleón proyectaba anexionarse Navarra como un departamento francés.
En el Congreso de Viena (1815) el gobierno español no supo aprovechar la victoria sobre Francia para recuperar la Baja Navarra, ni la Cataluña del Rosellón y la Cerdaña sometida a Francia en 1659.
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