En el siglo XIV se produjo el redescubrimiento del archipiélago de Canarias por marinos europeos, debido al interés en acceder al oro de África central. Desde entonces, un movimiento de expediciones al mando de mallorquines, portugueses y genoveses comenzaron a pasar por estas islas en su afán de expandirse por el océano Atlántico. Esta primera oleada de descubridores fue secundada por embarcaciones del Reino de Castilla procedentes de los puertos de Andalucía, en la que también participaron navegantes vascos.
El primer navegante vasco en tomar contacto con las islas Canarias fue el vizcaíno Martín Ruiz de Avendaño, en 1377, cuando fue empujado hacia alguna de las costas por una borrasca.
En 1393, en la ciudad de Sevilla se asociaron algunos emprendedores andaluces y otros marinos de la Provincia de Guipúzcoa y del Señorío de Vizcaya con el objetivo de examinar las Islas Canarias y encontrar recursos naturales de gran valor en los mercados europeos. Tras conseguir licencia expedida por Enrique III de Castilla, los socios formaron una flota de cinco naves, cuyo comandante fue Gonzalo Peraza Martel, señor de Almonaster. La armada bordeó las costas africanas hasta llegar a Fuerteventura, y desde esta recorrió Gran Canaria, Hierro, Gomera y Tenerife. El mayor botín fue obtenido en la isla de Lanzarote.
En 1402, comenzó la primera fase de conquista por el francés Jean de Bethercourt, que se hizo vasallo del rey de Castilla. Fue una colonización por iniciativa privada, más que real, que alcanzó las islas más despobladas: Lanzarote, Fuerteventura, Hierro y Gomera, esta última de forma parcial.
Los Reyes Católicos emprendieron la última y definitiva fase de conquista de las islas que quedaban: Gran Canaria, Tenerife y La Palma. Se trataba de la etapa más dura del proceso de colonización, pues eran los territorios más poblados y mejor organizados, y poseían una difícil orografía. En este fenómeno geográfico también tomarían parte los vascos, junto a andaluces y castellano, especialmente a partir del descubrimiento de América en 1492.
En 1477, se organizó la expedición marítima para la conquista de la Gran Canaria al mando del general Pedro de Vera, nuevo gobernador y capitán mayor de las islas. La armada estaba formaba por más de 1.500 hombres de armas, entre infantería y caballería. En esta expedición alcanzó cierta relevancia Miguel de Mújica y Echeverría, natural de Villafranca de Ordizia, que viajaba junto a su primo Juan Civerio de Mújica. Tenía el cargo de preceptor de los quintos reales, cuya función era la de controlar que los repartimientos se hicieran a favor de soldados que hubieran participado personalmente en la ocupación, control y dominio de la isla.
En julio de 1480, la expedición llegaba a las islas Canarias. Durante dos años, realizaron varios ataques contra los aborígenes canarios: la batalla de Araucas, en agosto de 1480, donde murió el caudillo Doramas; la batalla de Tirajana, en octubre de 1480; alguna batalla en algún punto montañoso, en noviembre de 1481; y la batalla de Ajodar, en febrero de 1482.
En 1481, las fuerzas militares de Alonso Fernández de Lugo hicieron prisionero al rey de Gáldar, Tenesor Semidán, en Agaeta, y controlaron el territorio. Mújica tomó la quinta parte del botín de guerra para el real erario, que sería llevado a la Corte de Castilla junto al guanarteme canario y cuatro guaires, entre ellos el famoso Maninidra. La recepción real se hizo en Calatayud ante los Reyes Católicos, y el rey Semidán fue cristianizado, adoptando en nombre de Fernando Guanarteme.
![]() |
ISLAS CANARIAS |
En octubre de 1482, Mújica partió del Puerto de Santa María con destino a Gran Canaria en una expedición que llevaba refuerzos entre los que estaban 300 ballesteros vizcaínos. Estos soldados vascos tenían como principal objetivo atacar las enriscadas fortalezas en las que se encontraban los canarios. Los ballesteros vizcaínos estaban considerados como las tropas adecuadas para desalojarlas, ya que en esa zona ni la caballería ni la artillería resultaban eficaces, dada la naturaleza abrupta del terreno montañoso y lleno de vegetación de la Caldera de Tejada.
Gran Canaria fue la primera isla rendida y controlada, después fueron La Palma y Tenerife, completando así la última etapa de la conquista del archipiélago de Canarias, que finalizó en abril de 1483.
Además de los Mújica, en estas expediciones formaron parte Juan Pérez de Munguía y Aguirre, capitán de la Infantería vizcaína, Juan de Gordejuela, varios Arcocha, Azoca, Recalde, Urtusaustegui, Alzola, Andía de Irarrázabal, varios miembros del linaje Anchieta de Vizcaya y Guipúzcoa, Juan de Lázaro, Juan Silverio de Mújica y Lazcano y otros que constituyeron linajes insulares tales como Perucho de Bilbao, Hernando y Diego de Espinal, los hermanos Hemerando, etc. Fueron también conquistadores Alonso de Navarrete, García de Vergara, Juan Pérez de Aguirre, Juan Martín Arteaga, Panucio de Bilbao, Alonso de San Juan, los Lezcanos, los Bachicaos, etc., todos vascongados. La noticia de la conquista de la Gran Canaria la tuvieron los Reyes Católicos en Vitoria, en 1483.
La mayoría de los 300 ballesteros vascos murieron luchando en enfrentamientos contra los aborígenes canarios. El propio Miguel de Mújica también murió luchando contra la población indígena en Ajodar. Hasta su muerte, había sido uno de los baluartes de las fuerzas militares castellanas comandadas por el gobernador Pedro de Vera. Juan Siverio sobrevivió y fue uno de los regidores de que se compuso el primitivo Ayuntamiento de la Gran Canaria.
![]() |
CONQUISTA DE CANARIAS POR ALONSO FERNANDÉZ DE LUGO |
En 1496, se firmaba la Paz de los Realejos, que ponía fin a la resistencia indígena canaria y a la conquista de forma oficial. Y, en 1526, el emperador Carlos V aprobó la organización de un Tribunal de justicia con sede en Gran Canaria.
Durante su reinado, Carlos V estaba enfrentando a Francisco I de Francia en las Guerras de Italia franco-españolas. Por eso, Bernardino Lazcano de Mújica, hijo de Juan Civerio de Mújica, organizó a su costa tres naves de guerra que actuaron contra los corsarios franceses que bordeaban las costas del archipiélago en busca de capturas como botín. Estos fueron derrotados por Lazcano de Mújica, quien liberó a algunas familias que habían sido apresadas. Más tarde, el buque de mayor porte fue enviado a la Flota de Galeones mercantes de la Carrera de Indias con el rango de almiranta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario