La batalla de San Marcial se realizó en el término municipal de Irún, el 30 de junio de 1522. Fue el tercer intento de Enrique II el Sangüesino por recuperar el Reino de Navarra, un conflicto desarrollado entre España y Francia en los años 1521-1524.
El Reino de Navarra subsistió en el norte, al otro lado de los pirineos en el actual territorio francés, un reino además protestante que posteriormente daría los reyes Borbones a Francia y a España. Los intentos de los reyes navarros por recuperar su territorio peninsular desde el continente fueron englobados en las Guerras Italianas que el rey de Francia, Francisco I, y el emperador de España, Carlos V, efectuaron durante buena parte del siglo XVI.
El primer intento de recuperación del trono navarro fue en la batalla de Belate en 1512, en el que un grupo de voluntarios guipuzcoanos participó en la defensa de Pamplona frente a los navarro-franceses, recibiendo 12 cañones como botín capturado al enemigo durante su huida en el puerto de Belate.
El segundo intento fallido fue en la victoria de Isaba en 1516, contextualizado en la Guerra de las Comunidades de Castilla y la rivalidad entre los Reinos de España y Francia.
El tercer intento de recuperación del reino de Navarra se realizó entre 1521 y 1524. Este conflicto también estuvo englobado en la Guerra de las Comunidades de Castilla, donde surgió una rivalidad hispano-francesa. A las tropas navarras y bearnesas de Enrique II de Navarra el Sangüesino, se unió un ejército del rey de Francia, Francisco I, al mando del señor de Esparros, formando un montante de 12.000 militares.
BATALLA DE SAN MARCIAL DE IRÚN |
Los guipuzcoanos llevaban más de 300 años unificados a la Corona de Castilla y formaban parte sustancial de su dispositivo defensivo, por eso lucharon a favor de la Monarquía hispánica.
Según el relato del cronista Esteban de Garibay, los franceses, en cuyo poder se encontraba Fuenterrabía, deseaban tomar el castillo de Behobia porque "sentían a oprobio que teniendo ellos a Fuenterrabía, hubiese tornado a poder de españoles esta fortaleza a media legua de aquella villa".
Unos cinco mil soldados atravesaron el río Bidasoa por Biriatou, en silencio y de noche para no ser apercibidos. Los dos capitanes que organizaron la vanguardia española fueron Miguel de Ambulodi, de Oyarzun, y Juan Pérez de Azcue, de Fuenterrabía. De este último escribió Garibay que era "de los más animosos y arriesgados capitanes que en este tiempo había en la nación española".
Cuando estos dos capitanes supieron de la entrada de las tropas invasoras, decidieron impedirles tomar la fortaleza de Behobia seguros como estaban de que, de conseguirlo, lo utilizarían como trampolín para continuar el avance. Pero no quisieron tomar ninguna iniciativa sin acordarla con el capitán general de la provincia, Beltrán de la Cueva, por lo que fueron a comunicárselo a San Sebastián. Éste, pareciéndole difícil empresa debido a la poca tropa de la que disponía y considerando que su tarea habría de ser más bien defender la ciudad de San Sebastián que la tierra llana, se mostró reacio a salir:
"Entonces los capitanes replicando, después de largas persuasiones que le hicieron, que si él no lo quería hacer, que ellos por servir a su Príncipe, y defender sus mujeres e hijos y patria, lo harían."El capitán general, viendo su valeroso ánimo, salió a Rentería con la mayor parte de sus soldados.
BATALLA DE SAN MARCIAL POR GREGORIO HOMBRADOS OÑATIVIA |
En la noche del 30 de junio las milicias forales de Guipúzcoa iniciaron una maniobra de distracción: mujeres, ancianos y niños agitaron antorchas encendidas, llamando la atención de la tropa enemiga, que pensaba era atacada por un lado. Pero en realidad se trataba de un ataque sorpresa por la retaguardia. La victoria fue completa y resonada, causando gran mortalidad entre las tropas invasoras y entrando en tierras francesas en su persecución.
"Los naturales de la tierra, no contentos de victoria tan señalada y necesaria, alcanzada sin efusión de sangre propia, quisieron entrar en Francia, especialmente un vecino de la misma tierra, llamado Juan Pérez del Puerto, dueño de la casa de Aguirre."Este Juan Pérez del Puerto, persiguiendo a los franceses más allá del Bidasoa, quiso continuar el avance "pretendiendo pasar con más gentes a la ruina de la tierra", por lo que comenzó a incitar a los suyos a avanzar sobre la tierra francesa gritando a grandes voces:
"¡Santiago, Santiago, España, España, victoria, victoria!"
Ante lo cual todos quisieron pasar a la otra parte, prohibiéndolo el capitán general para evitar los posibles daños que tal imprudencia pudiese causar.
BATALLA DE SAN MARCIAL DE IRÚN |
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