La mayoría de los hidalgos navarros que sirvieron a la Monarquía española en el siglo XVI se incorporaron en las milicias, pero una minoría consiguió integrase en la administración real realizando oficios de pluma como escribanos, secretarios, contadores, etc. Dentro de este ámbito burocrático, llegaron a ascender a cargos relevantes, a conseguir grandes fortunas y alcanzar honores y matrimonios indispensables desde su origen. Estos fueron los hidalgos navarros más relevantes en la administración española de los Habsburgo:
Francisco de Eraso (1507-1570), emigrado a la Corte de los Católicos como escribiente, supo introducirse en la órbita de Francisco Vázquez de Molina, gran ministro de Carlos I, para desde allí ascender cargos de relevancia y llegar a ser el secretario personal del emperador en 1546. Durante el reinado de Felipe II, Eraso se afianzó en el poder con la protección de Ruy Gómez de Silva, amigo personal del rey, llegando a ser secretario de los Consejos de Indias y de Órdenes de España, y secretario de Estado y de Guerra en la cámara de Castilla. Consiguió una fortuna y títulos nobiliarios mediante concesiones de real merced y retribuciones de favores.
Martín de Gaztelu (1510-1580), fue uno de los protegidos de Eraso, pero fue su tío Andrés de Gaztelu miembro de la secretaría del Emperador quien le introdujo en la corte. Eraso le consiguió la secretaría personal de Carlos I durante su retiro en Yuste, encargándose del testamente el hombre más poderoso de Europa. En 1560, siendo secretario del rey Felipe II, viajó en diversas misiones en Flandes e Italia.
Juan de Ciriza (1560-1630), pamplonés que emigró a la corte de la mano de un familiar, Juan Vicente Marcilla de Caparroso, del Consejo de Aragón. Allí conoció a Francisco Sandoval, primer valido de Felipe III, hecho duque de Lerma, quién le promocionó en una carrera brillante: secretario general de la Capitanía General de la Caballería de España, secretario personal de Felipe III en 1605, secretario del Consejo de Guerra en 1610, secretario del Consejo de Estado en 1612, y secretario del Estado en Italia en 1624. Hasta que en el reinado de Felipe IV y su valido, el Conde-Duque de Olivares le apartó de alto poder.
JUAN DE CIRIZA Y FRANCISCO DE ERASO |
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