16/06/2017

García I Íñiguez


Rey de Pamplona desde 842 hasta 870, aliando del Reino de Asturias y el Condado de Jaca para luchar contra el Emirato de Córdoba cuyo resultado fue la victoria de Albelda en el 851

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GARCÍA ÍÑIGUEZ

García I Íñiguez
 nació en el año 805. Fue hijo de Íñigo Arista Íñiguez, primer rey de Pamplona, pertenecientes a la dinastía Íñigo. Durante los últimos años de vida de su padre, había estado llevando la dirección de las campañas militares contra los sarracenos.

En 842, el emir cordobés Abd al-Rahman II lanzó otra incursión militar hacía el valle del Ebro e impuso al monarca navarro la obligación de pagar 700 monedas de oro al año en reconocimiento de la soberanía. La imposición de sus condiciones y el pago anual de un tributo fue el origen de esta campaña y de los saqueos en las tierras pamplonesas en los años sucesivos de 843, 844 y 850.

En 843, la situación empeoró, ya que los cordobeses infligieron una tremenda derrota a los aliados de las dinastías Íñigo y Banu Qasi, a pesar de contar en esta ocasión con contingentes de Asturias y Aragón. Muza y García Íñiguez claudicaron por completo y se sometieron a las intenciones del emir. Además, obligó al pamplonés al envío a Córdoba de una embajada compuesta de 70 nobles, y escenificar la petición de paz.

El sometimiento de los Muza a Córdoba hizo que García Íñiguez se aliara en lo sucesivo y por intereses comunes con los reyes asturianos. El rey pamplonés, aunque tributario del emir, era independiente. En cambio, los anteriores aliados muladíes formaban parte de Al-Ándalus, lo que implicó la obligación de combatir a sus tradicionales aliados pamploneses y a dirigir los ataques musulmanes contra el Reino asturiano.

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GARCÍA I ÍÑIGUEZ

En 858, los normandos remontaron el río Ebro desde Tortosa hasta Tudela, dejando atrás Zaragoza, y subiendo por sus afluentes Aragón y Arga, se presentaron en Pamplona. La ciudad fue saqueada y el rey García Íñiguez raptado. Tras pagar un costoso rescate de 70.000 monedas de oro, el rey regresaba, no si entregar a algunos miembros de su familia como rehenes para asegurar su recompensa. A partir de entonces la vieja alianza entre los Íñigo y los Banu Qasi se había roto definitivamente y García Íñiguez sería aliado definitivo del Reino de Asturias. El pamplonés comprendió que Muza los había abandonado.


Se había creado una alianza de reinos cristianos hispánicos contra islámicos. Su primera acción fue lanzar una ofensiva contra la fortaleza de Albelda, tras comprobar la amenaza que esta plaza fuerte suponía sobre los dominios orientales del Reino asturiano. Un contingente formado por asturianos y pamploneses, liderado por el rey Ordoño I, tomó esta fortaleza, capturó gran cantidad de botín, dio muerte a numerosos musulmanes y destruyó la ciudad hasta los cimientos. La batalla de Albelda de 859 consiguió que el rey asturiano controlase toda la zona riojana y que Lope ben Muza, gobernador de Toledo e hijo de Muza, se declarase vasallo de Ordoño I.

La Crónica de Alfonso III recoge que en la batalla participaron los navarros, pero ya junto a los asturianos. Esta presencia militar fue debido a una alianza política formalizada mediante uniones matrimoniales. En el Códice Virgilano se conserva la obra conocida como Epitalamio de Leodegundia, donde se hace mención al matrimonio de esta hija de Ordoño I, Leodegundia, con un príncipe pamplonés, probablemente Fortún Garcés, hijo de García Íñiguez.

García Iñiguez estuvo casado en primeras nupcias, en 858, con Oria, hija de Muza ibn Muza Ibn Fortún, y en segundas nupcias con Urraca Giménez de Aragón. Además, casó a sus dos hijas con príncipes cristianos hispánicos: a Oneca Íñiguez con el conde Aznar II Galíndez de Aragón; y a Jimena Íñiguez con el futuro Alfonso III el Magno de Asturias.

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DINASTÍA PAMPLONESA ÍÑIGA

Al año siguiente, en 860, el emir 
Muhammad I, como represalia a lo sucedido por esta alianza encabezada por García Íñigo, se dirigió a Pamplona en expedición militar de castigo. El paso de las huestes musulmanas fue implacable, numerosos castillos fueron tomados y el heredero al trono, Fortún, fue hecho prisionero. Pamplona fue castigada, y se retomó el pago anual de impuestos, que fueron abonados con regularidad.

En la década siguiente, el Reino pamplonés actuó de forma autónoma y la alianza con los Banu Qasi se renovó solo para atacar al Emirato cordobés.

En 870, se estableció una alianza entre el caudillo pamplonés y varios magnates pirenaicos, como Aznar II Galíndez, para ayudar a Amrus ibn Umar de los Banu Qasi en su lucha contra el emir. Al año siguiente prestó su ayuda a Lope ibn Muza en una nueva revuelta contra Córdoba. Ese mismo año moría García I Íñiguez.

Su hijo Fortún Garcés, hecho prisionero por los musulmanes en 860, estuvo retenido en Córdoba hasta el 880, tras plegarse a sus deseos. Parece que gobernó como regente en Pamplona García Jiménez, hijo de Jimeno García de la dinastía Jimeno.

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