Almirante y constructor naval de finales del siglo XVI que lideró la Escuadra de Levante de la Grande y Feliz Armada en la expedición de invasión a Inglaterra de 1588
Martín de Bertendona y Goronda era natural de Bilbao, Vizcaya, donde nació en 1530. Martín de Bertendona y Goronda fue descendiente de una importante saga familiar marinera muy cercana a la Corona. Su padre, Martín Ximénez de Bertendona, fue quien en 1554 trasladó al entonces príncipe Felipe, futuro Felipe II, hasta Inglaterra en su nave al objeto de contraer matrimonio con María Tudor. El príncipe Felipe eligió personalmente el barco de Bertendona de entre los muchos que le habrían de acompañar.
Desde joven, Martín de Bertendona se inició en la navegación militar al participar en batallas oceánicas durante las guerras contra Francia, ganándose pronto la confianza de sus mandos.
Posteriormente, sirvió en la Armada española de los conflictos de Flandes, destacándose en las acciones del final del gobierno del duque de Alba sobre aquel territorio, especialmente tras la derrota naval de Enckhuyssen de 1573.
Fue incorporado a las unidades navales del nuevo gobernador Luis de Requesens, quien a diferencia de su antecesor, intentó llevar una política de pacificación. A pesar de los esfuerzos de Requesens, Bertendona hubo de participar en el socorro de Middelsburgh durante 1574, al haberse rebelado de nuevo la mayoría de las provincias flamencas.
En el período comprendido entre la Unión de Utrech de 1579 y la capitulación de Amberes de 1585, Martín de Bertendona ascendió rápidamente por su valía y conocimientos náuticos, siendo nombrado entonces general de la Armada.
A partir de 1587, formó parte activa de los preparativos de la Grande y Feliz Armada española de Felipe II, también llamada por otros Armada Invencible, asumiendo el mando de la Escuadra de Levante, o Escuadra de Italia, en los ataques contra la costa británica de 1588.
Su nave era en aquel tiempo la Ragazzona, una poderosa carraca de 1.549 toneladas de carga total. Sin embargo, tras el desastre de la Flota, el regreso de Bertendona a La Coruña resultó complejo hasta el extremo, pues como consecuencia de los temporales la Ragazzona terminó encallada en El Ferrol, prácticamente con las cuadernas a la vista por la furia de las olas. No obstante, pudieron recuperarse los grandes cañones del navío, que sirvieron en 1589 para la defensa de la costa gallega contra los ingleses.
Entre 1590 y la muerte de Felipe II en 1598, Bertendona formó parte de la expedición de las Azores de 1591, donde fue derrotada la Flota británica. Tras ésta campaña, se hizo con el mando de las escuadras ligeras del Atlántico para mantener el paso abierto desde el Cantábrico a Calais.
Entre 1602 y 1603, concertó con el rey Felipe III un asiento para la construcción de diez galeones en astilleros vascos, médula espinal de la Escuadra de Vizcaya y por tanto de la Escuadra del Cantábrico, a fin de contraatacar a los enemigos anglo-holandeses. Sin embargo, murió poco tiempo después, en 1607, sin ver concluidos todos sus esfuerzos para la defensa del litoral septentrional del Reino de España.
Desde joven, Martín de Bertendona se inició en la navegación militar al participar en batallas oceánicas durante las guerras contra Francia, ganándose pronto la confianza de sus mandos.
Posteriormente, sirvió en la Armada española de los conflictos de Flandes, destacándose en las acciones del final del gobierno del duque de Alba sobre aquel territorio, especialmente tras la derrota naval de Enckhuyssen de 1573.
Fue incorporado a las unidades navales del nuevo gobernador Luis de Requesens, quien a diferencia de su antecesor, intentó llevar una política de pacificación. A pesar de los esfuerzos de Requesens, Bertendona hubo de participar en el socorro de Middelsburgh durante 1574, al haberse rebelado de nuevo la mayoría de las provincias flamencas.
En el período comprendido entre la Unión de Utrech de 1579 y la capitulación de Amberes de 1585, Martín de Bertendona ascendió rápidamente por su valía y conocimientos náuticos, siendo nombrado entonces general de la Armada.
ARMADA INVENCIBLE Y MARTÍN DE BERTENDONA |
A partir de 1587, formó parte activa de los preparativos de la Grande y Feliz Armada española de Felipe II, también llamada por otros Armada Invencible, asumiendo el mando de la Escuadra de Levante, o Escuadra de Italia, en los ataques contra la costa británica de 1588.
Su nave era en aquel tiempo la Ragazzona, una poderosa carraca de 1.549 toneladas de carga total. Sin embargo, tras el desastre de la Flota, el regreso de Bertendona a La Coruña resultó complejo hasta el extremo, pues como consecuencia de los temporales la Ragazzona terminó encallada en El Ferrol, prácticamente con las cuadernas a la vista por la furia de las olas. No obstante, pudieron recuperarse los grandes cañones del navío, que sirvieron en 1589 para la defensa de la costa gallega contra los ingleses.
Entre 1590 y la muerte de Felipe II en 1598, Bertendona formó parte de la expedición de las Azores de 1591, donde fue derrotada la Flota británica. Tras ésta campaña, se hizo con el mando de las escuadras ligeras del Atlántico para mantener el paso abierto desde el Cantábrico a Calais.
Entre 1602 y 1603, concertó con el rey Felipe III un asiento para la construcción de diez galeones en astilleros vascos, médula espinal de la Escuadra de Vizcaya y por tanto de la Escuadra del Cantábrico, a fin de contraatacar a los enemigos anglo-holandeses. Sin embargo, murió poco tiempo después, en 1607, sin ver concluidos todos sus esfuerzos para la defensa del litoral septentrional del Reino de España.
CARRACA RAGAZZONA |
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