Los mitos del nacionalismo vasco sobre la Guerra Civil, por José Díaz Herrera


Los Mitos del Nacionalismo Vasco. La patria vasca en cinco mentiras
José Díaz Herrera, El Mundo - Crónica


El periodista e investigador José Díaz Herrera ha buceado en los archivos de los servicios secretos de varios gobiernos extranjeros, ha entrevistado a testigos y protagonistas de la época para escribir un libro que promete ser polémico. Los mitos del nacionalismo vasco trata de desmontar lo que, a juicio de su autor, son las grandes mentiras sobre las que se ha sustentado a lo largo de la Historia el nacionalismo vasco.

Mitos convertidos en dogmas de fe:

-Frente al mito de las 7 provincias vascas como parte integrante de Euskal Herria, el reiterado intento expansionista y anexionista de los nacionalistas vascos.

-Frente al mito de que la Guerra Civil en Euskadi consistió en la invasión de su territorio por un país extranjero, cómo en dicha guerra hubo vizcaínos, guipuzcoanos y alaveses en ambos bandos. Fue, como en el resto de España, una guerra entre «hermanos».

-Frente al mito de Guernica, destacar cómo se ha encubierto la realidad de los barcos prisión y las sacas de las cárceles de Guipúzcoa y Vizcaya que provocaron cuatro veces más muertos que el famoso bombardeo.

-Frente al mito del gudari valiente, la vergüenza de la rendición de Santoña: los nacionalistas vascos traicionaron a la República y aceleraron su caída.

-Frente al mito de la represión tras la guerra, la realidad de que en 1942 no había un solo vasco en la cárcel y los fusilados fueron muchísimos menos que en otras provincias.

-Frente al mito del duro y digno exilio de los nacionalistas vascos, su condición de vasallos y chivatos de los estadounidenses en contra de los demócratas latinoamericanos durante la guerra fría.

-Frente al mito de los vascos esquilmados, la realidad de que Euskadi lleva siglos pagando mucho menos de lo que recibe de España (Fueros, conciertos económicos, etcétera).


José Antonio Aguirre (tercero por la izquierda) visita el frente el 5 de mayo de 1937.
En plena II Guerra Mundial viajaría a Berlín para lograr el apoyo nazi a la causa vasca.


1. Matanzas en los barcos prisiones

El bombardeo de Guernica ha pasado a la historia como una atrocidad de guerra. Sin embargo, murieron muchas más personas asesinadas en la retaguardia que durante aquel bombardeo. Varios barcos fueron convertidos en prisiones. Uno de ellos fue el «Cabo Quilates».

Gregorio Balparda, abogado y diputado liberal por la circunscripción electoral de Valmaseda (...) El 24 de agosto de 1936 (...) recibía una comunicación de la Junta de Defensa de Vizcaya. (...) Le reclamaba «sin excusa ni pretexto de ninguna clase» para actuar como fiscal militar en los tribunales sumarísimos que se estaban organizando en la provincia de Guipúzcoa. Como Balparda creía que la Justicia militar era cualquier cosa menos justicia y pretendían que acusara de rebelión militar al general Muslera, decidió no prestarse a la comparsa y se dio de baja en el Colegio de Abogados.Detenido poco después, fue interrogado en el Gobierno Civil por el ugetista Paulino Beltrán delante del gobernador Echevarría Novoa.

-O sea, que ya no es abogado y no puede intervenir en el asunto.

-En efecto, no voy a actuar contra mis convicciones. No voy a servir de Caifás.

-Está bien. Si el gobernador no ordena otra cosa, que lo fusilen en el acto -bramó Beltrán-.

En lugar de fusilarle le internan en la comisaría Elcano de donde saldría el 31 de agosto con otros 18 presos con destino al barco-prisión Cabo Quilates, un antiguo mercante de la naviera Ybarra fondeado frente a El Abra, en el término municipal de Erandio. Aquel mismo día le molieron a palos hasta que perdió el conocimiento. Luego le ataron a la grúa del barco y un miliciano ordenó:
- ¡Al agua con este cabrón!

Desnudo, atado de pies y manos, le zambulleron en la cloaca del Nervión una y otra vez hasta que perdió de nuevo el conocimiento.Acto seguido, le subieron a la cubierta y le descerrajaron un tiro de gracia.

-¡Otro fascista menos!

Concluida su hazaña, sus verdugos se quedaron con sus zapatos de Villarejo color marrón y su traje de Moronati, sucio por los días de cautiverio.


2. El «lehendakari» visita al Hitler

El nacionalismo vasco afirma que siempre ha favorecido las libertades y los ideales democráticos. Sin embargo, en plena II Guerra Mundial, el «lehendakari» Aguirre viajó a Berlín, donde pasó cuatro meses tratando de buscar la forma de negociar un «protectorado» vasco dentro de la futura Europa nazi que se da por segura en todas las cancillerías europeas.

El Euskadi Buru Batzar realizó un informe de respuesta a las propuestas nazis sobre la «cuestión vasca», donde se revela la idea del PNV de que se cree una especie de «islote» independiente en el Pirineo. El texto dice:
«Creemos en el talento político del Führer, en su sagacidad, en su alto espíritu de comprensión y esperamos que en el nuevo orden a establecer en Europa y particularmente en España, el problema vasco será tenido en cuenta:

1. Porque a Alemania le interesa la pacificación de España y no puede escapar a su recto sentido que no hay pacificación posible sin una solución favorable a los vascos.

2. Porque el problema vasco está íntimamente ligado al problema racial alemán y por lo tanto es lógico y natural esperar que el Führer lo acoja y lo resuelva con la mayor simpatía.

3. Porque nos damos perfecta cuenta de que las simpatías de Alemania en España están en decadencia, y por lo tanto es de extrema importancia para el Führer recoger y captar nuevas simpatías si no quiere perder toda su influencia en España».

«Hago el viaje con tres oficiales alemanes que venían de París.Amables y correctos. Llego a Colonia después de pasar la frontera a las dos y media. Tomo de milagro el tren a Hamburgo y dejo olvidada mi gabardina con la precipitación. En la frontera, concesión y facilidad. Viajo hasta Hamburgo con un simpático oficial de la Marina condecorado con las cruces de guerra. Sabe francés y me viene muy bien de intérprete. Llego a Hamburgo a las nueve cincuenta)».

De esta manera tan gráfica relata el lehendakari provisional vasco, José Antonio Aguirre, su entrada en Alemania, el corazón del imperio nazi. Viaja solo en un tren, rodeado de simpáticos y amables oficiales nazis, sin ningún control de pasaportes, sin lentos ni molestos registros de las SS, la temida policía política y racial que dirige Heinrich Himmler, sin preguntas ni interrogatorios incómodos, sin la más mínima molestia. El país más vigilado y seguro del mundo abre las puertas al presunto lehendakari vasco.


3. Un chivato al servicio de la CIA

Durante el exilio, el Servicio de Información vasco se dedicó a espiar a los partidos políticos de las democracias de Hispanoamérica, delatar los planes de sus disidentes a Estados Unidos y vigilar a los exiliados en beneficio propio. (...) Sus agentes se infiltran en los movimientos nacionalistas puertorriqueños, filipinos, panameños, dominicanos y cubanos y actúan como chivatos con el único objetivo de fomentar el colonialismo de Estados Unidos sobre sus respectivos países.

Nacido en Madrid el 12 de octubre de 1915, de padre vasco y madre madrileña, Jesús Galíndez Suárez (...) tras estudiar Derecho en Madrid, afiliarse al PNV en 1938 y mandar los pelotones de ejecución en la Guerra Civil, al finalizar la contienda emigró a República Dominicana.

Allí comienza la etapa más oscura y siniestra de su vida. El 10 de junio de 1944, el agente Arthur P. Duggan, que actúa bajo la cobertura de agregado legal de la Embajada de Estados Unidos en Ciudad Trujillo, informa al jefe del FBI, John Edgar Hoover, de que ha captado como espía al delegado del Gobierno Vasco en la isla. A Galíndez se le asigna el código DR-10 (que posteriormente se le cambia por el de Rojas) y se le encarga vigilar a la oposición al régimen del generalísimo Leónidas Trujillo. Meses más tarde, Duggan informará a Hoover: «Galíndez ha sido franco al afirmar que prefiere informar sobre los nazis en Santo Domingo a hacerlo sobre las actividades de los comunistas españoles, donde cuenta con buenos contactos. De todas formas, siempre que ha podido ha brindado valiosa información sobre los movimientos e intenciones de los comunistas españoles.»

En junio de 1944, Clement J. Driscoll, nuevo jefe del FBI en Ciudad Trujillo, envía otro informe elogioso de Galíndez. Dice el espía Driscoll: «El agente ND-507, alias Rojas, sigue brindando valiosa información sobre todos los refugiados españoles, los comunistas en República Dominicana, sobre asuntos relacionados con la política local y sobre los falangistas españoles. Es nuestra mejor fuente sobre el Partido Comunista de España y sus tentáculos.»

Edgar Hoover agrega: «Gran parte de la información facilitada por nuestra fuente no puede ser obtenida por otros medios debido a sus excelentes relaciones en la comunidad latinoamericana. Incluso repasa todos los días la prensa de habla hispana en Nueva York por si hubiera alguna información de interés para el FBI y mantiene contactos con insurgentes de Cuba, Panamá, Filipinas y Puerto Rico que pueden sernos de mucha utilidad».


4. El cura que ayudó a los asesinos

La mayoría del clero vasco ha demostrado una cosa: en los dos últimos siglos ha estado siempre al lado del secesionismo y de la desmembración de España.

«De regreso, junto a José Manuel Ariztimuño Pana, José Lorenzo Ayestarán Fanegas y Félix Alberto López de la Calle Mobutu se desplazan al lugar de dónde van a partir los ciclistas.

Por el camino, mientras se desplazan a pie, se tropiezan con el cura, que, con el mayor descaro, les indica con la mano el lugar desde donde va a partir la carrera.

La Guardia Civil (...) espera a que se dé la salida. Sin perder un segundo, los terroristas deciden actuar de inmediato.

-Vosotros a por los guardias, que yo me encargo del cabo -ordena Pana, jefe del comando-.

Inmediatamente, saca la pistola y dispara contra el cabo primero.Sus compinches, José Lorenzo Ayestarán Legorburu y Félix Alberto López de la Calle se encargan de asesinar a los agentes.
Herido de muerte, al cabo primero José Vazquez le quedan aún fuerzas para refugiarse debajo de un coche y empuñar su arma reglamentaria. Ayestarán Legorburu se da cuenta de las intenciones del agente y grita.

-¡Liquida a ese hijo de puta o nos mata!

El jefe del comando, que había iniciado la huida, vuelve sobre sus pasos y le remata en el suelo. Tras asesinar a los agentes, huyen al caserío de Mariano Barbero y se ocultan. Horas más tarde, la Guardia Civil los detiene y los traslada a la Comandancia de Salvatierra para proceder a su interrogatorio.

Ismael Arrieta, el cura cómplice de los asesinos, se presenta en el cuartelillo donde se vive una dramática escena: al mismo tiempo que unos agentes velan los cadáveres de sus compañeros asesinados, en una habitación contigua otros agentes, haciendo de tripas corazón, interrogan a los criminales.

-¡Quiero ver a los detenidos! ¡Creo que están ustedes torturándoles y exijo que se cumplan los derechos humanos! -increpa el malvado cura al agente que hace guardia en la puerta-.

«La indignación con el cura fue tan grande que uno de mis compañeros, ofuscado por el odio que destilaba, le cogió del cuello y le llevó a rastras ante el velatorio. ¿Y por qué no se preocupó antes por los derechos humanos de estos hombres? ¿Los guardias civiles no tienen derechos humanos?, le increpó».

Aquel día, el cura salvó el pellejo de milagro. Un mes más tarde era detenido en la casa parroquial. Cuando los agentes, después de aporrear la puerta, tuvieron que echarla abajo para llevárselo esposado, se lo encontraron escondido debajo de la cama. Estaba como Dios lo trajo al mundo, es decir, desnudo y en compañía de la alcaldesa. Al descubrir el lío de faldas, los agentes de Salvatierra entendieron por qué el poder político local y el eclesiástico no paraban de llamar por teléfono al cuartel para preguntar por la hora en que debía salir la carrera ciclista.


5. Chantaje del PNV al PSOE

La utilización partidista del Concierto Económico por el Gobierno Vasco le permite sostener una red clientelar y ser una fuerza casi invencible en un proceso electoral. En 2005 son precisamente los beneficios del saqueo histórico de las riquezas nacionales lo que puede abrirles las puertas a la independencia.

Tras ganar las elecciones autonómicas de 1986 por un escaño de diferencia, el PSOE decidió entregar el poder al PNV para evitar que se echaran al monte y hubiera que bajarlos del Amboto, Gorbea o Kampazar a tiro limpio. Lo que no se ha contado todavía es que, para asumir un poder político que le había llovido del cielo, el PNV puso como primera condición que se cancelaran las propuestas de liquidación provisional del cupo, efectuadas entre 1981 y 1986 por los distintos gobiernos de Felipe González, y se elevaran a definitivas sin la más mínima discusión por parte del ministro de Economía y Hacienda.

El PSOE se negó en principio a asumir esa carga. La dirección del PNV mandó que se pusiera sobre la mesa una maleta de papeles sobre la estructura del GAL, que el subcomisario José Amedo había dejado en un coche, tras sufrir un accidente de tráfico en la autopista Bilbao-Behobia y ser auxiliado por la Ertzaintza. El PSOE no tuvo más remedio que transigir y pagar este «impuesto revolucionario». El Gobierno Vasco dejó de abonar, de esta manera, al Estado central más de doscientos mil millones de pesetas, cantidad que se dedicó, en parte, a construir el Guggenheim (...), a limpiar la ría de Bilbao, a construir la compañía telefónica vasca Euskatel, para buscarle un empleo a José Antonio Ardanza, y a poner los cimientos a la central energética de ciclo combinado para que las provincias vascas puedan ser autárquicas desde el punto de vista gasístico y energético y trazar la futura «Y» de alta velocidad, una red diseñada no para comunicarse con el resto de la Península y Europa, sino para «vertebrar» una comunidad nacionalista.

La negativa a aceptar las propuestas de liquidación provisional del cupo continuó en la etapa del PP, salvo en el 2003, en que el director general de Haciendas Territoriales, Rafael Cámara, les obligó a abonar 32,2 millones de euros, casi cinco mil millones de pesetas. De donde se deduce que, mediante las sisas permanentes al Concierto Económico, los españoles llevamos 25 años pagando las estructuras básicas para que los vascos puedan ser independientes.


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