Estudio histórico-jurídico sobre el escudo y blasón de Gipuzkoa
La mención más antigua al sello provincial se remonta al 15-XI-1466. El mismo contenía: “en la targeta superior la persona de un Rey, sentado con vestiduras reales y corona en la cabeza, en una silla con su espada desnuda, levantada la punta en la mano diestra, y en la targeta inferior tres árboles verdes tejos plantados á orillas del Mar, todo en campo colorado”, siendo descrito por la heráldica moderna como divido en dos cuarteles partidos en faja, en cuyo cuartel superior se veía a un Rey sentado en su trono, con la espada levantada en la mano derecha, y en el inferior, sobre ondas de mar, tres árboles que han sido siempre considerados como tejos.
El sello en sí iba circundado por una leyenda con el título de “Noble y Leal Provincia de Guipúzcoa” (en su expresión latina NOBILIS AC FIDELIS PROVINCIAE GUIPUZCOAE) que le concedió Enrique IV como título a Guipúzcoa en Segovia el 16-II- 1466.
Los graves acontecimientos bélicos ocurridos a comienzos del s. XVI en el Reino de Navarra y, en especial, la entrega y valor de los guipuzcoanos al servicio del Rey de Castilla en el enfrentamiento con el ejército francés, aliado del Rey navarro, en Belate y Elizondo, y la toma de su poderosa artillería, darán lugar a la primera gran modificación del sello y escudo de Guipúzcoa. Así, para “perpetua memoria” de los citados hechos y futura “voluntad de goardar y acrescentar su honrra en los fechos de armas que se recrescieren”, la Reina Dª Juana dió “por armas a la dicha Provinçia las dichas doce piezas de artillería”, compartiendo en adelante los 12 cañones el cuartel superior con la figura del Rey, por privilegio concedido en Medina del Campo el 28-II-1513, y acuerdo de la Junta General de Mutriku de 23 de noviembre del mismo año.
Modificado así el escudo y sello de Guipúzcoa en 1513, pocos años después se alterará también su leyenda externa por privilegio de Carlos I (Toledo, 23-VI-1525) y para diferenciarla de San Sebastián (a la cual le fue concedida el título de “Noble y Leal”, como tenía la Provincia), al conceder a Guipúzcoa el nuevo título de “Muy Noble y Muy Leal”, que en adelante acompañará al nombre “de Guipúzcoa” en todos los documentos públicos, sellos y escudos de la Provincia en su expresión latina NOBILISSIMAE AC FIDELISSIMAE PROVINCIAE GVYPVSCOAE.
La primera reproducción en un “armarria” se halla en el archivo de la Provincia en la iglesia de Santa María de Tolosa por el escultor Gerónimo de Larrea y Goizueta en 1599. Dicho escudo o armarria representa, sin leyenda externa, el escudo completo de Guipúzcoa coronado por corona real y flanqueado por dos figuras masculinas desnudas (tenantes).
Sin más alteraciones formales se mantuvo el escudo de Guipúzcoa en este estado. Reflejándose las mismas en el primer escudo o armarria exterior en el Palacio de la Diputación, a fines del s. XIX, una vez se constituyó San Sebastián en la capital de la Provincia.
Los nuevos presupuestos políticos introducidos durante la II República permitieron promulgar el Estatuto de Autonomía del País Vasco y, por Decreto acordado por la Presidencia del Gobierno Provisional de Euskadi publicado en el Diario Oficial del País Vasco de 21-X-1936, asumiendo, “entre sus funciones, la de dotar a la entidad pública a quien representa de los distintivos y emblemas que haya de utilizar el País Vasco en su vida oficial”, y previéndose en el Estatuto la incorporación de Navarra al territorio de Euskadi (integrado por Álava, Guipúzcoa y Vizcaya), se eliminaron del escudo de Guipúzcoa “los atributos que significaban poderes monárquicos o señoriales, o simbolizaban luchas fratricidas de las tierras vascas”.
Se aunaban así los escudos de los 4 territorios en un sólo blasón de cuatro cuarteles cercado por una corona de hojas de roble, recuerdo del árbol de las libertades vascas de Guernica. Pero esta modificación, aunque asumida por el Gobierno Vasco en el exilio, no se aplicó, sin embargo, por la Provincia, que siguió usando de su escudo tradicional.
El tema se volvió a retomar tras la instauración del Régimen Democrático. En 1976, la Comisión de Educación, Deportes y Turismo de la Diputación guipuzcoana, a propuesta de su Diputado Imanol Olaizola, acordó someter a la Presidencia de la Corporación la revisión del escudo heráldico de la Provincia, idea que fue bien acogida en el Pleno Extraordinario celebrado el día 21 de julio bajo la Presidencia del Diputado General Don Juan Mª de Araluce y Villar, quien, sensible éste a la propuesta, y –según dirá– “con el recuerdo puesto en las Provincias de nuestro entorno regional, cuya eterna relación con las mismas estamos decididos a mantener y potenciar desde un estrecho vínculo de la común Historia y el cuidado de su expresión heráldica, dadas las realidades acuciantes de los problemas diarios, y en solidaridad, con dedicación entera”, aprobó la propuesta y encargó a la misma Comisión su estudio.
Tras la aprobación de la Constitución de 1978, Euskadiko Ezkerra (J.A. Ayestarán) en la Constitución de las primeras Juntas Generales celebrada en Mondragón de 22-IV-1979, deseando reanudar la “Tradizio” interrumpida por la llamada Ley Abolitoria de 21-VII-1876, presentó una moción con 3 propuestas:
- “1. Eliminación de los cañones que figuran en la parte izquierda del escudo de Guipúzcoa.
- 2. Que se vuelva a adoptar el escudo acordado por el Gobierno Vasco nacido del Estatuto de 1936.
- 3. Enviar un mensaje de hermandad al Parlamento Foral de Navarra dando cuenta del hecho”.
Se acordó, sin embargo, por las Juntas aplazar la decisión a fin de someter las propuestas en las siguientes Juntas Generales a celebrar en Oiartzun.
Estando en ese estado, el 9-VI-1979, a propuesta del Vicepresidente por Guipúzcoa Imanol Olaizola, la Junta Permanente de Eusko Ikaskuntza (Sociedad de Estudios Vascos) reunida en Vitoria, considerando que uno de sus fines era el de aglutinar esfuerzos “a través de la común cultura, tratando de eliminar tensiones y más aún agravios, si estos existen, entre los territorios históricos de Euskalerría, habida cuenta de las circunstancias que concurren en la incorporación al escudo de Guipúzcoa, en 1513, de los doce cañones que hoy figuran en el mismo, como consecuencia del hecho de armas de Belate”, acordó solicitar de la Diputación Foral de Guipúzcoa (como lo hizo el 15-VI-1979) que “inicie el expediente previo correspondiente para la favorable resolución, que devuelva su primitivo contenido al escudo de Guipúzcoa y elimine el recuerdo de luchas fratricidas de tan ingrata memoria para los vascos”.
Con esos antecedentes, y a tenor de la solicitud anterior, el 2-VII-1979 las Juntas Generales de Guipúzcoa reunidas en Oiartzun, trataron en su punto 7º del Orden del Día la modificación del escudo de Guipúzcoa en orden a la supresión de las 12 piezas de artillería que ocupaban su cuartel superior izquierdo. Al punto de proponerse la votación para encargar a la Diputación guipuzcoana “que establezca los canales o trámites jurídicos que habrían de seguirse para la eliminación de esta tarjeta del Escudo de Guipúzcoa”, Euskadiko Ezkerra (a través de su procurador Mario Onaindia) solicitó “la sustitución del escudo actual que ha estado en vigor hasta ahora durante los últimos cuarenta años por el que lo estuvo durante el Gobierno Vasco en 1936-37”, tal y como había solicitado en la pasada Junta General de Mondragón. Se contemplaba, pues, en la petición de supresión de las figuras superiores del escudo, no sólo los cañones, con lo que todos desde un principio estaban de acuerdo y la propia Junta Permanente de Eusko Ikaskuntza había solicitado, sino también la figura real, rompiendo así parte de la “tradizio” que las propias Juntas pretendían recuperar, pues la misma formó parte intrínseca del originario escudo guipuzcoano.
Para ejecutar el acuerdo, el 10 de octubre de 1979 la Diputación solicitó a Eusko Ikaskuntza la elaboración de un informe. La Sociedad encargó el mismo a su socio Federico de Zavala, que, una vez redactado, se remitió a la Diputación el 29 de junio de 1981.
Con ello, y en ejecución de la resolución de estas JJGG de Oiartzun, el Pleno de la Diputación Foral de 25-IV-1983, previo dictamen emitido por su Comisión de Gobierno, acordó proceder a la modificación de su escudo, incorporar al expediente la descripción heráldica resultante de la modificación y el nuevo diseño del mismo, y dictar las normas adecuadas para la sustitución del escudo y las Disposiciones Transitorias pertinentes siguiendo, con carácter orientador, criterios análogos a los de la ley 33/81 de 5 de Octubre, y Real decreto 2964/81 de 18 de Diciembre, sometiendo, una vez ultimado el expediente, a través de las Juntas Generales, al Gobierno Vasco.
Poco después, el Consejo de Diputados de 11-VI-1985 propuso, y la Comisión Permanente de las JJGG de 14-X-1985 adoptó, el acuerdo tomado sobre las normas a seguir para la sustitución del escudo de Guipúzcoa, una vez modificado, con carácter oficial para los distintos usos, fijándose un plazo de 6 meses a 3 años, en función de la complejidad y distintivos a sustituir; y acordó someter el expediente, a través de las Juntas Generales de Guipúzcoa, a resolución del Gobierno Vasco. Con ello la forma definitiva del Escudo provincial a adoptar se describía de la siguiente manera:
Escudo de un solo cuartel que tiene sobre campo de oro tres árboles tejos verdes, uno en medio y los dos a los lados en igual proporción, y al pie de estos árboles ondas de agua de plata y azul, y abrazado este escudo con dos salvajes [tenantes] que le apoyan y tienen uno por cada lado, y debajo la Leyenda “FIDELISSIMA VARDULIA NUNQUAM SUPERATA”.
Posteriormente, las Juntas Generales de Guipúzcoa reunidas en San Sebastián, tras una larga exposición histórica formulada por el procurador nacionalista José Antonio Zabala Unzurrunzaga, sólo contestada por el portavoz socialista Javier Gómez Piñeiro, aprobaron el 25-XI-1985 “por unanimidad” la propuesta elevada en su punto 2º por su Comisión Permanente y, por lo tanto, su remisión a efectos de resolución por el Gobierno Vasco.
Finalmente, el Boletín Oficial de Guipúzcoa de 10-IV-1990 publicaba la Norma Foral 6/1990 de 27 de Marzo “sobre Signos de Identidad del Territorio Histórico de Guipúzcoa”, en cuyo Título III “Del Escudo” recogía y plasmaba gráficamente la descripción anterior, y autorizaba al Consejo de Diputados para que, mediante Decreto Foral, pudiese aprobar un logotipo de reproducción simplificada del escudo para su utilización en la publicidad, oficial o no, carteles y paneles informativos, vehículos y otras aplicaciones, y en los documentos, impresos, sellos y membretes.
Con esta modificación las armas del escudo guipuzcoano quedaban coincidentes con la modificación que el Gobierno Vasco asumió en 1936 y que hoy representa (suprimidas las armas de Navarra) a la Comunidad Autónoma Vasca.
No obstante en el actual escudo de Gipuzkoa se produce un triple desajuste con respecto a su tradición heráldica: el campo (fondo) en oro debe ser rojo; falta el elemento tierra (montes) de donde surgen los árboles; y sobra la corona, pues se ha suprimido la figura del monarca. Todo lo cual se puede ver en el “Estudio histórico-jurídico sobre el escudo y blasón de Gipuzkoa”, galardonado con el “Premio Nacional de Heráldica 2008” por la Federación Española de Genealogía y Heráldica y Ciencias Históricas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario