Teólogo, religioso de la Orden de los Jerónimos, predicador del emperador Carlos V, y patriarca y obispo de Canarias en 1568
Juan López de Alzolarás nació en Cestona, Guipúzcoa, a inicios del siglo XVI. Pertenecía a una familia hidalga con solar en el Palacio de Alzolarás, en Aizarna, situada en el valle de Alzolarás y perteneciente a la Noble y Leal Villa de Santa Cruz de Cestona. Era uno de los linajes más importantes de su época en Guipúzcoa, propietaria de ferrerías, molinos, caseríos y torres y se emparentaron con otros poderosos linajes del territorio como los Loyola, Iraeta, Lilí o Guevara, entra otras.
Cursó estudios en una prestigiosa Universidad de Salamanca. Al graduarse, ingresó en la Orden de los Jerónimos, y fue destinado al Monasterio de Nuestra Señora del Prado, en las cercanías de Valladolid. En esta institución también trabajó primero como monje, después como prior, dedicándose a la docencia.
En aquella época, en Valladolid se ubicaba la Corte del emperador Carlos V. Pudo conocer a la princesa Juana de Austria, durante una de sus visitas al monasterio para asistir a una de las misas de Alzolarás. Poseía una gran habilidad en retórica cristiana y dotes de orador.
Durante su estancia pucelana, eliminó el apellido López, haciéndose llamar sólo por el de su linaje: Juan de Alzolarás, algo muy habitual entre los frailes de la orden jerónima.
Fue uno de los calificadores de las proposiciones del arzobispo de Toledo, el navarro Bartolomé Carranza. Juana de Austria aconsejó al general de los jerónimo, el padre José de Sigüenza, para que Alzolarás fuese enviado el Monasterio de San Jerónimo de Yuste, durante el retiro del emperador Carlos V, en 1556. Allí le sirvió como predicar ordinario y pudo conocer a reyes de otras Cortes europeas, aristócratas y secretarios reales, especialmente al vasco Francisco de Eraso, miembro del Consejo Real.
En 1558, había alcanzado el grado de general de su orden religiosa, cuando poco después fallecía el emperador. El catálogo de los generales de la orden explica su nombramiento así:
"1558. Capítulo número -18. Genera/núm. 38. Juan de Azóloras, del Prado ... Salio reprendido."
JUAN DE ALZOLARÁS Y CATEDRAL DE SANTA ANA DE LAS PALMAS |
En febrero de 1566, fue nombrado arzobispo de Santo Domingo en la isla caribeña La Española (Santo Domingo). Recibió el palio de arzobispo en junio, pero no llegó a partir.
En septiembre de 1568, fue nombrado obispo de las islas Canarias en sustitución del prelado Bartolomé de Torre, tras su fallecimiento. Al año siguiente, tomó posesión del cargo, el obispo número 24 en orden cronológico. En 1570, autorizó la solemne dedicación de la catedral de Santa Ana.
Durante su estancia, estableció su sede en la catedral de Santa Ana de Las Palmas de Gran Canarias, y visitó y predicó el Evangelio por todas los rincones del archipiélago. Mantuvo una correspondencia epistolar con el rey Felipe II, abordando la situación de la Iglesia en Canarias, los problemas con el Cabildo catedralicio y la necesidad de corregir los excesos que se producían en Canarias, tanto por parte del clero como por parte de las autoridades civiles y militares. Le recomendaba que eligiera a los mejores, ya que la lejanía favorecía la arbitrariedad. También solicitó al rey, la toma de medidas frente al incumplimiento de los deberes de los regidores con bienes que correspondían a la Corona y al Obispado.
Alzolaras murió en 1574, siendo enterrado en la catedral de Santa Ana.
EL CAPELLÁN MENOR DEL REY |
En la actualidad, se conserva un palacio en Aizarna perteneciente a su linaje nobiliario.
El Museo Catedralicio de Las Palmas guarda el portapaz o relicario que perteneció a Alzolarás, una pequeña pieza de orfebrería de plata en forma de retablo compuesto renacentista de gran riqueza decorativa. También se conservan las cartas que envió a Felipe II en archivos históricos de Simancas, Valladolid, Cestona, Oñate, Tenerife, Gran Canaria y el Vaticano.
El presidente del Consejo Consultivo de Canarias y magistrado de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife, Carlos Millán Hernández, escribió el libro biográfico El capellán menor del rey, Episodios de fray Juan de Alzolarás, Obispo de Canarias, a través de un portapaz.
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