22/10/2022

Agotes navarros del Baztán


Según el estudio de Andoni Esparza, nada menos que 755 casas del Baztán portan escudos blasonados en piedra, lo que prueba su antigua hidalguía, sin embargo, no existen en el barrio de Bozate, perteneciente a la villa de Arizkun. Esta ausencia se explica por el grupo social que lo habitaba: los agotes, también conocidos como los "gitanos vascos". Este grupo étnico fue sometido durante siglos a una de las peores marginaciones conocidas, al igual que los chuetas mallorquines, los maragatos leoneses o los vaqueiros de alzada asturianos.

Las primeras referencias escritas de esta etnia considerada maldita datan del siglo XIII. Están presentes en la literatura de Pío Baroja, en Las horas solitarias, de Félix Urabayen, en El barrio maldito, de Toti Martínez de Lezea o de Gaizka Arostegi; y con rigor científico lo estudiaron antropólogos e historiadores como Julio Caro Baroja, Florencio Idoate o María del Carmen Aguirre Delclaux. En 1875, el músico francés Bizet compuso la obra Carmen, escrita sobre un manuscrito previo comprado por el compositor de la famosa ópera, era una gitana del Baztan, es decir, una agote.

BARRIO DE BOZATE EN ARIZKUN

Vivieron a ambos lados del Pirineo con diferentes nombres: chrestiaas, cagots, chistones, gafos o mesieillos, pero fue en Bozate donde contaron con un núcleo diferenciado. Su origen es incierto. Tal vez fueron leprosos o enfermos, otras hipótesis apuntan a judíos o sarracenos conversos.

En el Bearn se les llamó cagots, que significa "perros godos", atribuyendo su estirpe a familias visigodas aisladas tras la invasión de los francos. Otra posibilidad del origen etimológico de cagots es el de "leprosos fingidos", de donde vendría Kagota y agota. Muy probablemente se trataba de gente venida del sureste de Francia en el siglos XIII, que huían de las más de dos mil leproserías principalmente tras el asalto a las mismas de Felipe V el Largo, rey de Francia y Navarra, para confiscarles el dinero.

Otra teoría apunta a herejes albigenses o cátaros refugiados, lo que sustenta un documento de 1513, donde se definen como chrestiaas, que significa "cristianos nuevos".

Por último, los analistas antropomorfos concluyeron que no poseían un patrón físico determinado.

AGOTES NAVARROS EN EL VALLE DEL BAZTÁN

Entre sus obligaciones estaban las de contraer matrimonio entre ellos mismos, tenían prohibido portar armas y participar en los bailes populares, vivían separados del resto debiendo advertir su presencia con una campanilla y llevar en la ropa una pata de gato o de oca de color rojo para diferenciarse. Pero se decía que eran fácilmente identificables por desprender un especial hedor y por tener las orejas más pequeñas.

En la iglesia no podían acercarse al altar, incluso en la parroquia de Arizkun estaban separados por una verja, tenían distinta pila bautismal y una puerta de acceso diferente que tapiada en el siglo XX. Ni la muerte los igualaba pues les enterraban de noche y en tierra no consagrada. No podían usar el lavadero y tenían sus propias fuentes. Tampoco se eles permitía desempeñar ciertos oficios como sembrar la tierra o criar ganado, pues eran impuros y contaminaban la comida. Sin embargo, destacaron como músicos, carpinteros y artesanos. Un ejemplo de esto es el Museo de Escultura ubicado en Bozate, obra del agote Xabier Santxotena, al igual que la Casa-Museo Gorrienea de carácter etnográfico. No es causal que Eleuterio Tadeo Amorena, agote nacido en Bozate, fabricara los gigantes de Pamplona en 1860.

AGOTES DE INCIOS DEL SIGLOS XX

Lucharon en los tribunales por el derecho a ser tratados como iguales, lo que lograron con una bula papal de 1515 y decretos de las Cortes de Navarra en 1534 y 1548, pese a lo cual nada cambió en la práctica, como confirman más de treinta pleitos en los que siguieron reclamando los mismos derechos y libertades que el resto de navarros.

En 1698, las Juntas Generales de Gipuzkoa les expulsó de su territorio por considerarles indeseables.

En Francia, Luis XIV prohibió su discriminación a cambio de pagar una fuerte contraprestación dineraria, y parece que aprovecharon la Revolución francesa de 1789 para destruir toda la documentación que les identificaba.

En España, una ley de 1817 les reconoció la igualdad de trato y de derechos. Pero aquellos agotes que aún vivían en el barrio del valle baztanés de Bozate, en las villas navarras de Ituren y Leitza, en la alavesa Elorriaga, seguían siendo estigmatizados. Así lo muestra una sentencia de la Corte en 1820 que condenó a un hombre a pagar 25 libras por llamar agote a otro, es decir que se consideraba todavía un insulto grave.

MUJERES AGOTES, POR JAVIER CIGA

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