26/07/2021

Anselmo de Gomendio


Jefe de Escuadra participante en el sitio de Gibraltar de 1781, en el combate del cabo Espartel de 1782, en las expediciones a Argel de 1783 y 1784, en el combate de Trafalgar de 1805 en el San Ildefonso, y en la Guerra de la Independencia española de 1808-1814

ANSELMO DE GOMENDIO

Anselmo de Gomendio y Castillobeitia era natural de Oñate, donde nació en 1760.

En julio de 1776, sentó plaza de cadete en la Academia de Guardiamarinas del Departamento Naval de Ferrol. Ascendió a alférez de fragata dos años después, tras formarse en las ciencias náuticas de forma teórica en la academia como práctica a bordo de algunas expediciones marítimas.

Su bautismo de fuego tuvo lugar en el marco de la Guerra de la Independencia de las provincias norteamericanas, donde España apoyó a los sublevados junto a Francia frente a la Corona británica, entre loa años 1779 y 1783. Entonces, Gomendio participó en varios enfrentamientos "de cabotaje" contra los ingleses.

Estuvo en el sitio de Gibraltar de 1781 y la defensa de las baterías flotantes, al igual que la mayoría de los almirantes navales de su generación, como Cosme Damián de Churruca. Tras esta acción, Gomendio fue ascendido a alférez de navío.

En 1782, formaba parte de la flota combinada hispano-francesa compuesta por 46 navíos de línea que se enfrentó a un armada británica de 34 navíos en el combate del cabo Espartel. Aunque el teniente general era Luis de Córdoba en el Santísima Trinidad, estaba bajo la autoridad de Juan de Lángara, al igual que otros marinos vascos como Ignacio María de Álava o Tomás de Ayalde.

Participó en las segundas expediciones de Argel en 1783 y 1784, embarcado respectivamente en los buques Carmen y San Fermín, a las órdenes del almirante Antonio Barceló. Sobresalió en nueve ataques sobre el enclave, con gran acierto en sus decisiones, defendiendo al navío San Fernando. Al final de la campaña, fue ascendido a teniente de fragata y asumió el mando una bombarda, que le permitió cubrir con gran arrojo la retirada de las tropas, frente a un número superior de militares berberiscos. No obstante, resultaría gravemente herido.

BOMBARDEO DE ARGEL DE 1783

Durante la segunda mitad de la década de los 80, Gomendio formó parte de las flotas que protegían a los barcos mercantes de la Carrera de Indias en la ruta atlántica, su firme comportamiento para traer caudales le valió el grado de teniente de navío en 1790.

Entre 1792 y 1797, estuvo alternando acciones navales en el Mediterráneo, junto al almirante Lángara, y el Atlántico en la Guerra de la Primera Coalición que enfrentaba a la Monarquía española contra la Convención republicana francesa.

La Paz de Basilea y el Pacto de San Ildefonso de 1796 formalizaba una alianza política y militar con la Convención francesa, enfrentando a España otra vez contra Gran Bretaña, en la Guerra de la Segunda Coalición. Gomendio participó en la defensa de Cádiz de 1797, a las órdenes del almirante bilbaíno José de Mazarredo. Estaba al mando de las lanchas bombarderas de asalto pertenecientes al navío Concepción, con la que contuvo a los navíos británicos de Horatio Nelson en la entrada del puerto. El estrepitoso fracaso de Nelson en tal refriega determinó con el tiempo la estrategia británica de dar una batalla de aniquilamiento cercana a la costa, pero no en los puertos, como sucedería años más tarde en aguas cercanas al cabo de Trafalgar.

En esta escuadra que defendía el Departamento Naval de Cádiz se encontraban otros almirantes de renombre como Gravina, Escaño y Valdés, y otros vascongados que ya estaban alcanzando un prestigio como José Ramón de Gardoqui, Ignacio de Olaeta y José Justo de Salcedo. Los lugares de estos marinos volvían a ser comunes; cuando no se interrelacionaban sus servicios en expediciones de límites, hidrográficas o científicas, las relaciones personales se trababan en la defensa militar de costas y puertos.

COMBATE DE TRAFALGAR

En 1804, Gomendio obtuvo el grado de segundo comandante del navío San Ildefonso. Pronto estallaría la Guerra de la Tercera Coalición, la Francia de Napoleón volvía a enfrentar a España contra Gran Bretaña.

El 21 de octubre de 1805, tomó parte del combate de Trafalgar, embarcado en el San Ildefonso, de 2 puentes, 74 cañones y 716 marinos, bajo las órdenes de su maestro y amigo el comandante José Ramón de Vargas.

Comenzó el combate hacia el extremo sur de la línea que formaba la flota combinada hispano-francesa que dirigía con muy mal acierto el vicealmirante galo Villeneuve. Tenía por encima de la línea al Santa Ana, de 3 puentes y 120 cañones, al mando de Ignacio María de Álava y José de Gardoqui, y por debajo cubría con su eslora al Príncipe de Asturias del general de la escuadra española Federico Gravina, con 112 cañones. El navío San Ildefonso tenía como objetivo servir de escudo al navío capitana Príncipe de Asturias de Gravina. El propio Gomendio tuvo un papel fundamental en los hechos, así como en la narración posterior de lo acontecido.

A las 12 de la tarde, los buques británicos Defiance y Revenge atacaron por igual al Príncipe y al San Ildefonso desde el principio. Ante el tamaño del Príncipe, se sumaron al enfrentamiento el Thunderer y el Polyphemus. A la 1 y cuarto del mediodía fue herido el comandante José de Vargas, trasfiriendo el mando a Anselmo de Gomendio. Sobre las 1 y media salió del combate el Defiance completamente destrozado. Entonces, otros dos navíos entraron en batalla contra ambos españoles, el Swiftsure y el Defence, dando así paso a una acción escalonada por intervalos.

Sobre las 3 y cuarto de la tarde el Príncipe de Asturias logró virar y apartarse de los enemigos, que han quedado en muy mal estado. Ante la maniobra del navío de Gravina, los barcos ingleses, incapaces de seguirle, se retiraron también del combate. Todos ellos menos el Defence, que sobre las 4 de la tarde volvió a caer sobre el maltrecho San Ildefonso. El buque de Gomendio se hallaba ya desarbolado, con muchos balazos a flor de agua y sin gente para atender las baterías como consecuencia del número de heridos, es decir, sin capacidad alguna de lucha, mientras que la nave inglesa se encontraba en mucho mejor estado.

Gomendio intentó resistir al Defence algunos minutos más, no obstante, ante la desproporcionada cantidad de bajas, decidió rendir la nave a las 4 y cuarto, evitando así una mayor matanza. La rendición quedó verificada por el capitán George Hope del Defence y por el herido José de Vargas en presencia del agotado Gomendio, pues del buque capturado solo se sostenía el casco y el palo de trinquete. De los 716 marinos iniciales, 34 resultaron muertos y 126 heridos.

El drama y heroicidad demostrado por Gomendio se puede leer en su Parte del navío San Ildefonso:
"Parte complementario de Anselmo de Gomendio, segundo del San Ildefonso

En cumplimiento a la orden de V.S. de participarle por escrito las ocurrencias del combate del 21 del presente, después que V.S. se vio en la dura precisión de retirarse a causa de su herida, debo decirle; que los dos navíos que, a su retirada, batían a éste a tiro de pistola, conservaron la posición hasta la 1 y 1/2 de la tarde (el Defiance y el Revenge, el primero para apartarse luego definitivamente del combate tras otra andanada del Príncipe, y el segundo para proseguir la acción contra el buque de Gravina), a cuya hora fueron relevados por otros dos (el Thunderer y el Polyphemus, o bien el Thunderer y el Swiftsure, que si estaban atacando ya al Príncipe iniciarían ahora sus fuegos contra el San Ildefonso), los cuales me destruyeron considerablemente el aparejo e introdujeron muchas balas a la lumbre del agua, obligándome a poner en uso las bombas, y me metieron dentro muchos tacos incendiados, por los cuales se prendía fuego el alcázar y toldilla, cuya extinción conseguí con mucho trabajo; desarbolé del palo del trinquete a uno de estos dos navíos que me causaron tantas averías, y se retiraron del combate; a las 3 de la tarde, viendo que se dirigía para mí el navío Defence, que aún no había combatido (se refiere a no haber combatido contra el San Ildefonso), situándose por mi aleta de estribor, con un fuego muy vivo y sostenido, concluyó la obra que tanto avanzaron los otros cuatro anteriores, acabando de desarbolarme enteramente, matándome e hiriéndome mucha gente..."

Tanto José de Vargas como Anselmo de Gomendio fueron hechos prisioneros, siendo liberados semanas después, el 9 de noviembre.

El marino guipuzcoano ascendió a capitán de navío. De todas formas, desde la derrota de Trafalgar, sería testigo directo de la decadencia y destrucción del resto de la Armada de Carlos III con la Guerra de Independencia, los procesos de emancipación hispanoamericanos y la Primera Guerra Carlista. Había conocido el esplendor de la Armada ilustrada del siglo XVIII y sufriría las tragedias del XIX.

VISTA GENERAL DE COMBATE DE TRAFALGAR, POR JOSÉ MARÍA HALCÓN Y MENDOZA

Como otros marinos vascos, Gomendio defendió a España de la invasión francesa que supuso la Guerra de la Independencia entre 1808 y 18014. Entre los días 9 y 14 de junio de 1808, participó activamente de la captura de la Flota del almirante Rosilly Mesros, atracada en el puerto de Cádiz. En 1809, obtuvo el mando del navío Príncipe de Asturias, encargándose luego de la Mayoría General de la Escuadra del almirante Villavicencio hasta 1810.

En 1812, fue al puerto de Veracruz, en el Virreinato de la Nueva España, junto a Tomás de Ayalde, escoltando un convoy de tropas y regresando desde La Habana a Cádiz al año siguiente.

Después de hallarse sin destino en Cádiz, Madrid y Oñate, el brigadier Anselmo de Gomendio fue puesto al mando de la Comandancia de Marina de San Sebastián, en 1820, de la Capitanía del puerto de Pasajes, en 1821.

Por la defensa de sus ideas progresistas y liberales en el Trienio Liberal de 1820-1823, fue apartado de la Armada de Fernando VII durante la Década Ominosa. Tras el advenimiento del Estado Liberal por Isabel II, en 1833, obtuvo el alto grado de jefe de Escuadra y fue homenajeado recibiendo la Gran Cruz de San Hermenegildo.

En 1841, Anselmo de Gomendio falleció en su villa natal de Oñate.

ESCUDO DE ARMAS DE GOMENDIOCO

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