22/10/2020

Orígenes de la Industria vasca del hierro en la Baja Edad Media


La industria y tratamiento del hierro tienen una gran tradición en Vizcaya, Guipúzcoa y Navarra. Los romanos conocieron y explotaron algunas de las grandes minas de hierro de la zona occidental de Vizcaya y que, además de plata y plomo, extraían hierro de Arditurri, en Oiartzun.

Durante la Edad Media se dieron las dos condiciones necesarias para lograr hierro: minas y bosques, y se desarrolló un rudimentario sistema industrial basado en la Ferrerías de Montaña.

Después del procedimiento más antiguo que se conoce para extraer hierro que consiste en quemar madera y carbón vegetal en el monte, comenzaron a utilizar una especie de hornos consistentes en troncos carcomidos cubiertos de barro de un metro de diámetro y dos o tres de altura. Alternando carbón vegetal y mineral de hierro cubrían el horno, dejando un agujero por donde pasaba el aire necesario durante la combustión. Mediante el fuelle impulsado con la mano o el pie se soplaba el fuego y la escoria del hierro caía a un crisol.

Este antiguo procedimiento requería grandes cantidades de combustible. Para lograr un quintal de hierro eran necesarios nueve sacos de carbón de roble, haya o encina; más en el caso de utilizar carbón de castaño. El hierro no llegaba a fundirse y para lograrlo había que martillar la masa esponjosa incandescente. Los lugares donde se realizaban estas labores tomaban el nombre de ferrerías de montaña.

ESQUEMA DE FERRERÍA DE MONTAÑA

Durante los siglos XI y XII, en Europa se comenzó a sacar provecho de la fuerza del agua para impulsar los mazos y los fuelles de las ferrerías, denominándose Ferrerías de Agua.

Las ferrerías hidráulicas son talleres artesanales de fabricación de productos cuya materia prima es el hierro, principalmente extraído de las cuencas mineral de Vizcaya. Se fueron implantando en las orillas de los ríos para aprovechar al máximo la fuerza motriz del agua en movimiento generando energía, captando agua para el enfriado del hierro, y facilitando el almacenaje en la lonja utilizando el río como el medio de transporte.

Esta técnica hidráulica llegó en primer lugar a Navarra antes del siglo XIII debido a la influencia de los peregrinos que atravesaban el Camino de Santiago.

En cambio en otros lugares, sobre todo en zonas montañosas de Guipúzcoa y Vizcaya, las ferrerías de montaña se mantuvieron hasta el siglo XVI. Desde entonces, las ferrerías que funcionaban con agua se llamaban ferrerías de agua y las que no, ferrerías de montaña.

FERRERÍA HIDRÁULICA DE EL POBAL (VIZCAYA)

Los restos que se han encontrado en los lugares en los que hubo ferrerías de montaña y de agua son completamente distintos. Los restos de escoria hallados en las ferrerías de montaña son negros, compactos y de fractura cristalina, mientras que los hallados en las de agua, son pardos, esponjosos y tienen pequeños trozos de carbón de madera. Los dos tipos de escoria son resultado de dos procedimientos distintos y por tanto, dos procesos físico-químicos distintos.

En cuanto a su tamaño, había grandes ferrerías de agua y otras más pequeñas llamadas tiraderas. En las grandes ferrerías se producían tochos o masas de hierro de entre 12 y 16 arrobas, mientras que en las tiraderas se producían tochos de 5 quintales. A pesar de que el trabajo de las tiraderas tenía un mayor costo, también era mayor la calidad de la producción.

En el edificio principal de la ferrería se situaban el almacén del mineral y el carbón de madera, el canal de agua de sillarejo y los desagües para la toma del agua del río, la rueda hidráulica o turtuki para aprovechar la fuerza del agua y unido a ésta, el brazo para impulsar los fuelles y el mazo.

Existían tres tíos de trabajadores: forjadores, fundidores y peones-cocineros:

1. los forjadores eran los trabajadores mejor pagados y realizaban el trabajo que requería mayor habilidad.

2. los fundidores se hacían cargo del mineral y el carbón y del control de los fuelles, hornos y fragua. Caldeaban el hierro o conseguía la masa de hierro incandescente y la colocaban en el martillo; trabajaban por turnos de cuatro horas, para mantener día y noche la producción del hierro incandescente.

El forjador se ocupaba del mazo y para ello controlaba el agua que entraba en la rueda hidráulica. Éste convertía el tocho de hierro fundido sin forma en barra.

3. los peones-cocineros despedazaban el mineral, hacía los encargos, cuidaba de la olla y cumplía con otro tipo de tareas de segundo orden.

FERRERÍA HIDRÁULICA EN EL VALLE DE LASTUR


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