08/01/2021

Juan de Urbieta Berastegui y Lezo


Soldado infante que pasó a la historia por capturar al rey Francisco I de Francia durante la batalla de Pavía, en 1525

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JUAN DE URBIETA BERASTEGUI Y LEZO

Natural de Hernani, Guipúzcoa, el destino de Juan de Urbieta Berastegui y Lezo parecía estar ya marcado por el contexto en el que nació. Su llegada a este mundo se produjo cuando los Reyes Católicos acababan de dar las primeras Ordenanzas Municipales con las que, a partir de entonces, debía regirse su villa natal Hernani. Pero la entrada del ejército francés en Guipúzcoa para apoyar a Navarra contra las tropas de Fernando el Católico provocó enfrentamientos. En el caso de Hernani, supuso un incendio que destruyó el lugar, perjudicando todos los planes previstos para su desarrollo económico, social y político.

Tras servir como criado en la Casa de los Artola, durante su estancia en San Sebastián, ya tenía claro que su destino era servir a su emperador Carlos I de España y V de Alemania y a su patria. Comenzó con la carrera militar, llegando a Italia como arcabucero y combatiendo en la batalla de Bicoca, en el marco de las llamadas Guerras de Italia, entre España y Francia.

HERNANI

Urbieta pasó a la historia, el 24 de febrero de 1525, durante la batalla de Pavía, por capturar al rey Francisco I de Francia, cuando cayó del caballo, herido de un tiro de arcabuz en medio del campo de batalla. Intentaba huir atravesando el puente sobre el río Tesino cuando sus tropas se encontraban ya vencidas y en fuga.

Según la versión ofrecida por Juan de Oznayo, paje del marqués del Vasto y uno de los testigos de la batalla:
"Francisco I iba casi solo cuando un arcabucero le mató el caballo, y yendo a caer con él, llegó un hombre de armas de la Compañía de don Diego de Mendoza, llamado Joanes de Urbieta, vascongado, natural de Hernani, en Guipúzcoa, y como le vio tan señalado, fue sobre él al tiempo que el caballo cayó. Y poniéndole el estoque al un costado por la escotadura del arnés, le dijo que se rindiese."
Así está escrito por el historiador Sandoval.

CAPTURA DE FRANCISCO DE FRANCIA POR JUAN DE URBIETA

Según Juan de Oznayo fue únicamente Urbieta el que capturó al rey francés, aunque otros advierten que Urbieta se encontraba en el mismo instante de la captura acompañado por otros dos soldados: el granadino Diego Dávila y el gallego Alonso Pita da Veiga. Detalla cómo, tras verse capturado y temiendo por su vida, el rey francés, al que Urbieta no reconoció en primer momento, gritó "La vida, que soy el Rey"; a lo que Urbieta, en mal francés le ordenó que se rindiese, contestando Francisco "que solo se rendiría al emperador".

Oznayo relataba que Urbieta observó que a poca distancia unos franceses habían cercado al alférez de su compañía con ánimo de arrebatarle la bandera y no estando dispuesto a dejar que ocurriera se dirigió al preso diciéndole "Si de verdad sois el rey, hacedme una merced". Obtenida la promesa, se alzó la visera del almete que protegía su cabeza y mostrándole sus dientes mellados, le dijo al monarca "En esto me reconoceréis"; y dejándole en el suelo con una pierna aprisionada debajo del caballo se alejó en defensa del pendón y de su oficial.

En este momento, mientras defendía su bandera, y siempre según la versión de Oznayo, llegaron Ávila, Pita y un tercer soldado llamado Aldama, quienes viendo al rey francés caído creyeron poderle detener aún cuando de él mismo salieron las palabras de "Ya he sido hecho preso." 

Estos hechos vienen a confirmarse en gran parte gracias a la carta que Francisco I le escribió a Urbieta con fecha 4 de marzo del año siguiente, demostrando su gratitud por lo bien que le había defendido, ayudándole a salvar la vida. También la crónica de Suárez de Alarcón lo avala.

JUAN DE URBIETA, POR HOMBRADOS OÑATIVIA

Obtuvo fama y honores a raíz de aquel suceso. Por eso, fue ascendido a capitán de caballería y obtuvo los títulos de caballero de la Orden de su Majestad. 

El 20 de marzo de 1530, en Bolonia, Carlos V le concedió el escudo de armas y un diploma acreditando sus méritos. El escudo representa un campo verde, un río, medio caballo blanco con una flor de lis en el pecho, la rienda caída y un brazo armado con estoque alzado. El campo verde es el sitio donde ocurrió la prisión, el río representado es el Tesino, el medio caballo con la rienda caída, el que montaba el rey Francisco y cayó, la flor de lis y corona las armas de este monarca, el brazo armado alzado es Urbieta, que le rindió.

Urbieta murió el 22 de agosto de 1553. 
Sus restos fueron enterrados en la iglesia de San Juan Bautista, en Hernani. A inicios del siglo XIX, durante la Guerra de la Independencia española, su tumba fue profanada por los soldados imperiales de Napoleón. 

Además, la espada tomada a Francisco I durante la batalla de Pavía que estaba expuesta en la Armería Real fue robada por los oficiales de Napoleón, regresando a Francia.

En aquel siglo XIX, el duque de Rivas recrearía esta hazaña en su romance La victoria de Pavia:

El hidalgo vizcaíno
Juan de Urbieta, que cubierto
de tosco arnés, es un potro
escaramuzaba suelto,
pasa y ve bajo el caballo
tan lucido caballero,
que por levantarse pugna
con inútiles esfuerzos.

ESPADA DE FRANCISCO I Y ESCIDO DE ARMAS DE URBIETA

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