05/12/2015

Marcos Aramburu


Capitán general de la Armada de Guipúzcoa y capitán general de la Flota de la Carrera de Indias de finales del siglo XVI

MARCOS ARAMBURU

Marcos Aramburu nació en San Sebastián, Guipúzcoa, en 1547. En 1581, participó en el combate de San Miguel de Azores contra la flota francesa, estando a las órdenes de Antonio de Oquendo como general de la Armada de Guipúzcoa.

Tras el desastre de la Real Armada de Felipe II en 1588, la flota inglesa intentó contraatacar en el puerto de Lisboa, al mando de Francis Drake. Aramburu participó en la defensa de Lisboa de 1589 y en la posterior persecución que las naves españolas hicieron sobre las inglesas en huida, hundiendo 2 buques del total de 12 capturas.

En 1591, ya dirigía la Escuadra de galeones de Guipúzcoa, mientras que la Escuadra de Vizcaya lo hacía Martín de Bertendona, estando como capitán general de la Armada de Océano Alonso de Bazán.

Por aquel entonces supo de la llegada de la flota inglesa de Thomas Howard a las inmediaciones de las islas Terceras (Azores). Ante la posibilidad de un asalto, se reunieron todas las escuadras de galeones españoles: la de los almirantes vascongados Antonio de Urquiola y de Martín de Bertendona, además de Marcos Aramburu; también las escuadras de Sancho Pardo y la portuguesa de Luis Coutiño. Llegaron a reunir una flota de 63 galeones y filibotes, con una tripulación de 7.200 hombres, mientras que los ingleses acumularon 22 buques de los cuales 6 eran grandes galeones.

Los almirantes españoles sabían el punto concreto donde los ingleses podrían abordar a los galeones de la Flota de la Carrera de Indias procedentes de Tierra Firme: entre las islas del Cuervo y de Flores. Debido a una racha de viento fortuita, la nave capitana de Sancho Pardo sufrió una avería que generaría un retraso en la marcha y no poder coger por sorpresa a la flota inglesa. Cuando la escuadra inglesa avistó a la española, Howard maniobró para ganar barlovento, pero la española aprovechando su inercia en curso pudo situarse a tiro de cañón dando comienzo el combate. Los ingleses, siempre temerosos de un posible abordaje español, mantuvieron las distancias.

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MARCOS ARAMBURU

El único buque inglés que entró en la lucha directa fue Revenge, de 43 piezas de artillería, conocido por haber sido gobernado por Francis Drake, ahora por Richard Greenville. El Revenge se quedó aislado del resto de la flota británica, que huía en maniobras evasivas, siendo atacado por la escuadra hispánica.

No vendieron fácil su derrota, ya que durante varias horas y hasta anochecer, el Revenge se defendió de las sucesivas embestidas de las principales naves españolas: la de Claudio de Beamonte, la de Martín de Bertedona, la de Marcos Aramburu, la de Antonio Manrique y la de Luis Cotiño. Los hombres de Aramburu consiguieron llegar al palo mayor y capturar el estandarte enemigo a pesar del fuego que recibían.

El Revenge tenían el casco reventado, sin mástiles en pie, y con 150 de sus hombres muertos o heridos. Su almirante fue recibido en el galeón de Alonso de Bazán con todos los honores por su valor y atendido por médicos tras encajar disparo de arcabuz. También los buques ingleses que huyeron recibieron el acoso y disparo de otros buques españoles en su caza, aunque sin resultados constatables.<

Las dos Flotas de Indias, la de Tierra Firme de Diego de la Rivera y la de Nueva España de Aparicio de Arteaga, pudieron reunirse aunque un tanto maltrechas por la acción de temporales huracanados. Tras repararse algunas y repartir las mercancías de valor de las que se hundieron en puerto, la Flota de la Carrera de Indias pudo zarpar de nuevo hasta tomar la bahía de Cádiz.

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BUQUE INGLÉS REVENGE

Debido a sus heroicos servicios, Marcos Aramburu recibió el mando de la Flota de la Carrera de Indias, en 1593. Tras zarpar en enero desde Cádiz arribó el puerto de Veracruz en el virreinato de Nueva España. Entre sus tripulantes se encontraban varias decenas de religiosos franciscanos en misión evangelizadora americana, uno de ellos era el navarro Martín de la Ascensión.

En 1596, recibió la orden del rey Felipe II de formar parte de la escuadra de asalto a Irlanda en apoyo del católico conde de Tyrone, con el objetivo de recuperar esta isla para la Cristiandad católica y expulsar a los ingleses. Su escuadra estaba formada por 11 galeones y 4 pataches, los cuales fueron cargados de armas y pertrechos y de infantería y marinería para proveer a los 11 galeones que se habían construido en el Señorío de Vizcaya.

La expedición, compuesta de 100 naves, chocó de frente contra los elemento, y de nuevo un fuerte temporal que se levanto el 28 de octubre hizo que 25 buques terminasen hundidos en las costas de Corcubión y del cabo Finisterre, muriendo en torno a 2.000 hombres.

MARCOS ARAMBURU PERSIGUE A LA FLOTA DE FRANCIS DRAKE

Al año siguiente, Felipe II ordenó un nuevo intento de asaltar las costas británicas. Ferrol sería la nueva base de partida de una flota de combate que contaba con Martín Padilla como almirante general, con Diego Brochero como almirante capitán, y a otros almirantes vascongados de sobrada experiencia y reputación como Marcos Aramburu, Pedro Zubiaur, Joanes de Villaviciosa, Martín de Bertendona, Antonio de Urquiola y Juan Oliste.

La flota se fue organizando y en febrero de 1598 reunieron un total de 85 embarcaciones. El espionaje inglés supo de esta nueva expedición naval, por lo que no tardó en conseguir 125 buques más otros 25 holandeses. Al mando del conde de Essex, esta armada anglo-holandesa partió hacia Ferrol con el objetivo de destruir la nueva flota española. Llegando al cabo Finisterre comenzó un gran temporal cuya marea los traslado hasta las islas Azores, y que desencadenó además una trifulca entre los almirantes ingleses y holandeses Howard, Essex y Raleigh.

Antes este fracaso, la flota anglo-holandesa permaneció en las islas Azores a la espera de la llegada de la flota mercante de la Carrera de Indias, que estaba comandada por Juan Gutiérrez de Garybay. Este capitán, junto a Bernardino de Avellaneda, había derrotado a la escuadra del corsario inglés Francis Drake en la isla de los Pinos. Y, de nuevo volvió a burlarse de los ingleses, porque antes de que llegaran zarpó con una flota de 54 embarcaciones, siendo capturados tan solo 4, que eran los más lentos y con menos valor.

A principios de octubre, la flota expedicionaria ya estaba compuesta por 136 buques, de los cuales 24 eran carabelas, que portaban 8.634 infantes, 4.000 marineros y 300 caballos. Pero faltaba unirse Marcos Aramburu con su escuadra formada por 32 navíos, que trasportaban a dos Tercios de Infantería de Nápoles y uno de Lombardía. Otra vez, los vientos contrarios impidieron que la flota de Aramburu llegase a tiempo, habiendo zarpado la expedición de Ferrol.

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